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Internacionales - 16-03-2024 / 06:03
EL 16 DE MARZO DE 1968, EN LA GUERRA DE VIETNAM

Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados

Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados
El 16 de marzo de 1968, Calley y sus hombres violaron a las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo. Para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia y los ultimaron.
La Matanza de My Lai fue un asesinato de civiles que perpetró el Ejército de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, uno de los hechos más vergonzosos y sangrientos del accionar imperial yanqui en su historial guerrerista.
 
El 16 de marzo de 1968 las tropas de Estados Unidos lanzaron una operación en la región de Son My en la búsqueda de vietcongs. Al segundo teniente William Laws Calley y su sección le fue asignada la zona My Lai 4. A lo largo de cuatro horas, Calley y sus hombres violaron a las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo. Para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia y los asesinaron.
 
Los pilotos y artilleros de los helicópteros vieron cómo Calley disparó su arma contra ellos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo hasta matar a todos los habitantes de la zona (es decir, ancianos, mujeres y niños). Por "defectos" en la investigación, no se sabe la cifra exacta de asesinados, pero se estima que debió estar entre 347 y 504.
 
Unos días después, el Ejército de Estados Unidos facilitó una información oficial, donde enumeraba unos 120 muertos, de los cuales 90 eran vietcong no civiles y 30 vietcong civiles. Pero en toda la operación se habían incautado sólo tres armas vietcong.
 
La masacre de My Lai no fue la única matanza cometida por las fuerzas yanquis, pero por su magnitud fue la que más escándalo provocó en Estados Unidos y el mundo.
 
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Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados 
Mujeres y niños no identificados antes de la matanza de May Lai. Según testimonios, fueron asesinados momentos después de haberse tomado la foto.


¿Qué pasó en My Lai?
  
En la mañana del 16 de marzo de 1968, la unidad del teniente William Calley llegó en helicóptero a las cercanías del poblado de My Lai. Calley no era ni siquiera el oficial al mando; el capitán Ernest Medina era quien comandaba la compañía Charlie, y fue él quien, según muchos de sus subordinados, les aseguró que no quedaban civiles en la zona. Que, básicamente, podían disparar tranquilamente a todo lo que se moviera.
 
La mañana del 16 de marzo de 1968, tres compañías de la 11ª Brigada de Infantería iniciaron una operación de búsqueda y destrucción en el área de My Son. El objetivo de la Compañía C era el 48º Batallón del Vietcong, que según los servicios de inteligencia tenía su base en una aldea conocida en los mapas militares estadounidenses con el nombre de My Lai-4. Los norteamericanos comenzaron lanzando un ataque heliportado. la 1ª sección, bajo las ordenes del teniente William L. Cassey Jr. arrasó la zona sur de My Lai-4, disparando a todo el que intentaba escapar, asesinando a otros con las bayonetas, violando mujeres, matando el ganado y destruyendo los cultivos y las casas. Los sobrevivientes fueron apiñados dentro de una acequia de desagüe. En ese momento, el teniente Calley abrió fuego contra los indefensos aldeanos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo.
 
Los soldados de la compañía Charlie tampoco necesitaban mucho convencimiento. Habían llegado a Vietnam a finales del año anterior y llevaban meses persiguiendo a un enemigo invisible: no habían entrado en combate ni una sola vez, pero ya habían perdido 28 hombres a causa de las bombas trampa, los francotiradores y las minas.
 
Los estadounidenses descargaban su frustración contra la población civil, a la que acusaban de colaborar con el Viet Cong o, en el mejor de los casos, de no ayudar a los estadounidenses a combatirlo. El pelotón del teniente Calley era particularmente brutal con ella.
 
El capitán Medina había dicho a los suyos que por fin podrían enfrentarse con el enemigo cara a cara, más en concreto con el 48.º batallón del Viet Cong, que les había estado hostigando durante meses. Sin embargo, esa unidad estaba al otro extremo de la provincia, y lo que se encontraron los soldados de Calley el día designado fue un pueblo donde no había un solo hombre en edad militar y donde nadie les disparó. A pesar de esto, los estadounidenses se emplearon con extrema violencia.
 
En apenas cuatro horas, los soldados de la compañía Charlie arrasaron el poblado, disparando indiscriminadamente contra todos los civiles que se encontraron. Se produjeron violaciones en grupo y descuartizamiento de cadáveres, se prendió fuego a viviendas y se arrojaron explosivos dentro de las cuevas en las que se escondían algunas familias.
 
Alrededor de las nueve de la mañana, el teniente Calley llevó a unos 150 habitantes del pueblo a una zanja y ordenó personalmente su ejecución, incluyendo a niños de cortísima edad, ancianos, mujeres embarazadas...
 
Pudieron ser todavía más, de no ser por la tripulación de un helicóptero estadounidense que sobrevolaba la zona. El piloto, Hugh Thompson, vio a civiles heridos y comunicó su posición a la compañía Charlie para que acudiera a atenderlos. Cuando volvió a pasar por allí y los encontró muertos, Thompson entendió lo que estaba pasando y aterrizó su aparato junto a otro grupo de heridos. El oficial se enfrentó a Calley y organizó la evacuación de una decena de civiles, dando orden a su tripulación de disparar contra sus propios compatriotas si los atacaban.
 
A las 11 de la mañana de aquel día, el capitán Medina ordenó a la compañía Charlie que parara a comer e informó a sus superiores de que la operación había sido un éxito. Reportó 123 bajas enemigas, pero solo tres armas incautadas. En realidad, los únicos muertos eran más de 500 civiles desarmados que no habían opuesto resistencia. Las tropas estadounidenses habían sufrido solo un herido: un soldado que se disparó a sí mismo mientras trataba de desencasquillar su fusil.
 
La tripulación del helicóptero, con Thompson a la cabeza, denunció los hechos inmediatamente a sus superiores. El coronel Henderson, que acabaría procesado aunque absuelto por estos hechos, decidió que la versión de Thompson era falsa y que "solo" 20 civiles habían muerto accidentalmente en My Lai por un error de artillería.
 
El piloto siempre tuvo la sensación de que en los siguientes meses trataron de silenciarlo enviándolo a peligrosas misiones en solitario, que llevaron a Thompson a estrellarse entre cuatro y cinco veces en un período inferior a tres meses.
 
También en la compañía Charlie sentían que alguien les quería quitar de en medio. Después de los sucesos de My Lai, la unidad fue desplegada en la selva durante 54 días, sufriendo ataques enemigos y los estragos de la disentería. Algunos de sus soldados defienden todavía hoy que fue un esfuerzo para evitar que hablaran con nadie sobre lo sucedido en My Lai.
 
Sin embargo, iba a ser muy difícil tapar una matanza así. Para empezar, había imágenes. El sargento Ron Haeberle era fotógrafo militar y lo había documentado todo aquel día. Había tomado las fotos "oficiales" en blanco y negro con su cámara oficial, pero tenía otra personal con la que tomó las fotos en color que luego se publicarían en la revista Life y que, mostrando los asesinatos en toda su crudeza, se han convertido en algunas de las instantáneas más conocidas de la era de Vietnam.
 
Además, estaban los testimonios. En 1968, un periodista llamado Ronald Ridenhour, desplegado en Vietnam como artillero de un helicóptero, usó sus contactos en la compañía Charlie para entrevistar a muchos de sus soldados sobre lo que había sucedido en My Lai.
 
A su regreso a EE. UU., a principios de 1969, redactó una carta con todo el material que había recopilado y la envió a 30 destinatarios de la élite política y militar de Washington D. C. Esto dio lugar a una investigación que derivó en el procesamiento de William Calley en septiembre de ese mismo año, aunque para entonces la ciudadanía aún no sabía nada de la masacre de My Lai. Eso estaba a punto de cambiar.
 
En noviembre de 1969, EE. UU. se enteró de lo sucedido por los artículos del periodista Seymour Hersh, ilustrados en varios casos por las espectaculares fotos tomadas en My Lai por Ron Haeberle. Muchas publicaciones habían rechazado antes esas informaciones, pero casi todos los grandes periódicos y televisiones recogieron la noticia cuando la difundió a través de una pequeña agencia de noticias comprometida con el movimiento antibelicista.
 
Hersh ganó por estos artículos un premio Pulitzer, y durante los años siguientes siguió escribiendo sobre la matanza y sobre los intentos del alto mando militar para tapar el asunto.

 
Masacre de My Lai: soldados yanquis matan a centenares de civiles desarmados 
El soldado SP Capezza quema una choza vietnamita en My Lai.

Fuente: La Vanguardia

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El ultraderechista José Antonio Kast será el nuevo presidente de Chile tras imponerse en la segunda vuelta electoral, según los conteos del Servicio Electoral chileno. Con el 95,18% de las mesas escrutadas, Kast de la Unión Demócrata Independiente (UDI), alcanzó el 58,30% de los votos, superando a su contrincante, la izquierdista Jeannette Jara (Partido Comunista de Chile), que obtuvo el 41,70%.
 
El próximo 11 de marzo, Kast, quien es cercano al presidente de Argentina, Javier "el Loco" Milei; y al condenado expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibirá el traspaso de poder de manos del presidente progresista Gabriel Boric, e iniciará un periodo de Gobierno que culminará en el 2030.
 
Tras darse a conocer los resultados, la representante del del Partido Comunista de Chile reconoció su derrota. "La democracia habló fuerte y claro. Me acabo de comunicar con el Presidente electo, José Antonio Kast, para desearle éxito por el bien de Chile", escribió Jeannette Jara en su cuenta de X. "A quienes nos apoyaron y fueron convocados por nuestra candidatura, tengan claro que seguiremos trabajando por avanzar en una mejor vida en nuestra patria. Juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho", concluyó.
 
La convocatoria, de participación obligatoria, se definió en un clima totalmente polarizado debido a las militancias ideológicas de Kast y de Jara y reunió a unos 15,7 millones de chilenos. Los ciudadanos chilenos acudieron a votar tras una campaña dominada por el miedo y las cuestiones de seguridad, la economía y la inmigración, así como por las críticas a la administración actual de Boric.
 
El candidato del Partido Republicano es un abogado ultraconservador de 59 años. Esta fue la tercera vez que compite por la Presidencia. Su debut fue en el 2017, pero solo obtuvo el 8 % de los votos y Sebastián Piñera se alzó como el ganador. Volvió a intentarlo en el 2021, cuando sí logró pasar a la segunda vuelta, pero terminó perdiendo contra Boric. No ha ocupado un cargo ejecutivo antes.
 
En la primera vuelta Jara obtuvo el 26,85 % de los votos, mientras que Kast alcanzó el 23,92 %. En tercer lugar, quedó Franco Parisi con el 19,71 % de los sufragios. El creciente protagonismo público de Kast revivió históricos antecedentes familiares que suscitaron críticas y cuestionamientos pero que, al final, no hicieron mella en los votantes.
 
Uno de los datos más polémicos es la militancia nazi de su padre, Michael Kast Schindele, un ciudadano alemán que se inscribió en el partido de Adolf Hitler a los 18 años; que combatió a sus órdenes durante la Segunda Guerra Mundial y que, con Alemania derrotada, logró escapar de los aliados. En 1950 se mudó a Chile, en donde décadas más tarde apoyó al dictador Augusto Pinochet. De hecho, Michael Kast Rigi, uno de los hermanos del candidato, fue ministro de Trabajo y presidente del Banco Central durante la dictadura.
 
El presidente argentino, Javier Milei, celebró la victoria de Kast. "Un paso más de nuestra región en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada. Estoy seguro de que vamos a trabajar juntos para que América abrace las ideas de la libertad y podamos liberarnos del yugo opresor del socialismo del siglo XXI", escribió en X.
 
Del mismo modo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, publicó en redes sociales: "Felicitaciones al presidente electo de Chile por su victoria. Estados Unidos espera colaborar con su administración para fortalecer la seguridad regional y revitalizar nuestra relación comercial". Dios los cría y el Diablo los amontona.
 
La Opinión Popular
 

14-12-2025 / 20:12
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