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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 13-03-2024 / 10:03
EL 13,2% DE INFLACIÓN DE FEBRERO SIGUE SIENDO SUPERIOR AL PEOR REGISTRO DEL FDT, Y EN TRES MESES ACUMULAN 72% DE INCREMENTO EN LOS PRECIOS

¿Qué festeja el Loco Milei, los grandes numerazos de su economía anarco capitalista?

¿Qué festeja el Loco Milei, los grandes numerazos de su economía anarco capitalista?
El 13,2% de inflación de febrero, del gobierno de Javier "el Loco" Milei sigue siendo superior al peor registro del Frente de Todos, y en tres meses el Gobierno anarco capitalista acumula 72% de incremento en los precios. Mientras tanto, la economía real se desploma: la canasta básica roza los $700.000, la actividad económica cayó 4,5% en diciembre, la industria 12,4% en enero, y el salario lleva 18% de caída en el primer bimestre. Marzo seguramente volverá a dejar un registro más alto de suba de precios.
Javier "el Loco" Milei festejó el dato del 13,2% de inflación de febrero: "El trabajo de Caputo es formidable", fruteó. El 13,2% sigue siendo superior al peor registro del Frente de Todos, y en tres meses el Gobierno anarco capitalista acumula 72% de incremento en los precios. Mientras tanto, la economía real se desploma: la canasta básica roza los $700.000, la actividad económica cayó 4,5% en diciembre, la industria 12,4% en enero, y el salario lleva 18% de caída en el primer bimestre. Marzo seguramente volverá a dejar un registro más alto de precios.

Y en los primeros tres meses de gobierno libertario, la pobreza trepó al 57,4 por ciento, según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Para el presidente Javier Milei este último dato sería "un dibujo". Sin embargo, las estadísticas y las góndolas no mienten. ¿Qué festeja el gobierno de Milei?

La inflación de diciembre, enero y febrero superó el 70 por ciento, y se agrava en el rubro alimentos, donde algunos productos básicos como el arroz, tuvieron en el último año un aumento del 1000 por ciento. Los alimentos en general tuvieron una suba interanual de entre un 316 y 330 por ciento (de enero 2023 a enero 2024), lo que explica aquellos números de la pobreza que el gobierno libertario intenta minimizar. En tres meses de mandato, Milei tuvo más inflación que el peronismo en todo 2020 y todo 2021. Y no se entiende qué festejan.
 
La decisión de abrir las importaciones de productos alimenticios, está expresando el malestar con los empresarios de esa industria, así como con los dueños de los grandes supermercados, que se niegan a bajar los precios de los productos de la canasta alimentaria, a pesar que reconocen que "se les fue la mano" con los aumentos en los últimos meses.
 
El ministro de Economía, Luis "Toto"  Caputo, se reunió con representantes de las empresas más importantes de alimentos y consumo masivo del país (Molinos Río de la Plata, Molinos Cañuelas; Establecimiento Las Marías, Arcor, Mondelez, Mastellone, Unilever; Nestlé, entre otras). Aunque la calificó de "excelente reunión", plena de "coincidencias", no logró un compromiso de reducción de precios.
 
Estas cifras han impactado fuerte en el consumo de las familias, que han dejado de comprar e incluso reducen las cuatro comidas diarias. La pérdida en la capacidad de compra se agrava en los sectores de menores ingresos, porque son los que destinan mayor porcentaje a alimentos. Los supermercados registran una baja importante en sus ventas, así como los comercios minoristas y de cercanía, pero aún así, los precios no bajan.
 
La lógica del "libre mercado" pregonada por Milei, con la eliminación de todo tipo de regulaciones, no está funcionando. De hecho, la eximición para las empresas alimenticias de informar la incidencia de los costos de producción en el precio de sus productos, liberó a estos formadores de precios, que se largaron a una carrera desenfrenada que perjudica al público consumidor.
 
En el trimestre noviembre-diciembre 2023-enero 2024, los salarios tuvieron una caída real superior al 20 por ciento. Al combo le falta la chispa más explosiva: la merma en la actividad económica incrementará a niveles insostenibles el desempleo. Una sociedad empobrecida y sin trabajo, a la que además se le retira toda asistencia del Estado, es un camino que conducirá inevitablemente a un clima de altísima conflictividad social, peor que el 2001.
 
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La dolorosa crisis económica que castiga los bolsillos de la mayoría de los argentinos no cesa de intensificarse. El índice de inflación de febrero volvió a marcar un altísimo registro, superior al de cualquier medición mensual del ciclo del Frente de Todos. Los precios treparon un 13,2% el mes pasado, llevando la inflación acumulada en lo que va de la gestión de LLA casi al 72%. En tres meses de mandato, el economista tuvo más inflación que el peronismo en todo 2020 y todo 2021. Por otro lado, la disparada de alimentos en la primera semana de marzo, y los aumentos que aún no se ejecutaron en tarifas, amenazan con un nuevo rebote del IPC para marzo.
 
Mientras tanto, el presidente y su Gobierno navegan en una realidad paralela en la cual festejan no solo la "desaceleración" de la inflación, sino también el desplome de la economía real por efecto de su plan motosierra. Su euforia contrasta con el sufrimiento de la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie, que pierden poder adquisitivo día a día, que necesitan $700.000 por mes para que su familia no caiga en la pobreza y que comienzan a padecer el peor punto de llegada de la crisis, el aumento del desempleo.
 
La disparada inflacionaria fue el gran talón de Aquiles del gobierno del Frente de Todos. En los 12 meses que fueron desde diciembre del 2022 a noviembre del 2023, cuando Milei ganó las elecciones, el promedio mensual del IPC estuvo en el 8,3%. El trimestre que lleva la gestión de libertaria, considerando el descenso del índice de febrero, registra un promedio mensual de 19,75%. Un nivel de inflación demoledor por sí mismo para los bolsillos de la población, mucho más si se lo contrasta con los aumentos salariales a la baja.
 
En enero, el incremento de los salarios de los trabajadores registrados fue del 14,7%, volviendo a perder contra una inflación que alcanzó el 20,6%. Sumada a la caída de diciembre, el atraso de los ingresos frente a la inflación fue de un 18% en tan solo dos meses, una pérdida del poder adquisitivo del salario inédita en su volumen para un período tan corto de tiempo.
 
El dato más contundente para graficar la distancia entre precios y salarios es el aumento de la canasta básica total, el conjunto bienes y servicios que se considera necesario para no caer en la línea de la pobreza. Mientras que en enero el salario bruto promedio fue de $555.269 para los trabajadores registrados, la canasta básica de febrero para una familia de cuatro integrantes se ubicó en los $690.902. El incremento de la canasta básica entre enero y febrero fue del 15,8%, por encima del IPC general que hoy el Gobierno festeja. En lo que va del año, la suba total fue de 39,4%.
 
La "desaceleración" del aumento de precios que Milei y Caputo celebran tiene una contracara sombría. El 13,2% de inflación febrero, que siguió al 20,6% de enero y al 25,5% de diciembre tiene su única raíz en un fenomenal desplome de la actividad económica y del consumo. Al festejar el dato que se conoció esta tarde, el presidente y su ministro de Economía están festejando una caída tan estrepitosa de la producción argentina como la que se vivió durante la cuarentena.
 
Los últimos datos publicados por el Indec correspondientes al Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), arrojaron un panorama desolador para el mes de diciembre, que se profundizarán cuando se conozcan los de los primeros meses del año. La economía cayó en el mes de asunción del nuevo Gobierno un 4,5% en relación a diciembre del 2022.
 
Hilando fino, gran parte de esa caída económica corresponde a la gestión Milei: de esa contracción total de 4,5 puntos en todo 2023, 3,1 puntos se perdieron en diciembre con respecto a noviembre del año pasado. Es decir, un 70% de la caída de la actividad económica del 2023 se dio en diciembre bajo las políticas de Milei y Caputo.
 
Datos más recientes por ramas ensombrecen aún más el panorama. La semana pasada el Indec publicó su índice de producción industrial manufacturero, el registro que mide la actividad de la industria argentina. Enero contra enero, la caída de la industria fue de 12,4%, con un retroceso de 1,3% con respecto a diciembre.
 
Los 9 rubros de la actividad industrial mostraron caídas, producto de la recesión impulsada por el Gobierno. La fabricación de equipos y aparatos electrónicos cayó un 32%; los muebles y afines un 24,6%; los productos de metal y maquinarias un 24,9%; la producción de minerales no metálicos se contrajo un 17,8%; la de productos textiles, cueros y calzados, un 12,7%; la refinación de petróleo y químicos cayó 10,1%; la industria automotriz y de motos se contrajo un 9,8%; la de la madera, el papel y la impresión, un 7,9%; y hasta la producción de alimentos y bebidas cayó 6,1%.
 
Otro dato enero refleja el impactante parate económico. La construcción suele tomarse como un termómetro de la marcha de la economía, ya que es la actividad que más rápidamente refleja un aumento o una caída en las inversiones. La construcción se contrajo un 10,2% solamente en enero, y acumuló una caída interanual con respecto a enero del 2023 de 21,7%. Todos los insumos de esta rama de la economía cayeron significativamente, con un pico abrumador de  -61,9% en la producción de asfalto, -38,6% en hierro y acero, -28,6% en hormigón elaborado, -19,9% en cemento y -18,1% en ladrillos huecos.
 
Lo más desolador de este recorrido descendente de la economía argentina tiene que ver con el inevitable aumento del desempleo que ya está generando. La construcción vuelve a ser un indicador termómetro: en enero la pérdida de puestos de trabajo registrados se incrementó en un 3,2% solo en el sector privado. A eso hay que agregarle la enorme sangría que significa la suspensión total de la obra pública por parte del Gobierno nacional.
 
 
¿Qué festeja el gobierno?
  
Esta catarata de "numerazos" de la economía Milei obliga una pregunta: ¿Qué festeja el Gobierno? La inflación se mantiene altísima y la consultora LCG ya informó una suba en los alimentos del 3,7% sólo en la primera semana se marzo, marcando un rebote del 1,7% de la última semana de febrero. Además, aún no impactan los aumentos plenos en tarifas de servicios, que el Gobierno demora para intentar forzar una desaceleración inflacionaria incompatible con la desregulación brutal de la economía que implementó. Marzo seguramente volverá a dejar un registro altísimo del alza de los precios.
 
Pero independientemente de eso, el dato crudo de la realidad es la brutal recesión económica en la que se está sumiendo al país. Los últimos años del gobierno del Frente de Todos dejaron una inflación creciente, que limó el poder adquisitivo de los salarios, pero también unos niveles de actividad económica y empleo que distan años luz de la realidad actual. Hoy la Argentina se sumerge en el peor de los mundos: la inflación más alta de las últimas décadas, la peor recesión económica de las últimas décadas, y la peor depresión del salario incluso comparada con la salida de la convertibilidad.
 
  
Marzo seguramente volverá a dejar un registro altísimo del alza de precios
 
El combo explosivo es un reguero de pólvora al que le falta la chispa más explosiva: es cuestión de tiempo para que la merma en la actividad económica incremente a niveles insostenibles el desempleo. Una sociedad empobrecida y sin trabajo, a la que además se le retira toda asistencia del Estado, es un camino que de no mediar alguna rectificación del rumbo, conducirá inevitablemente a un clima de altísima conflictividad social.
 
El presidente se vendió en campaña como "experto en crecimiento, con o sin dinero". El candidato resultó altamente efectivo. El gobernante va conduciendo al país a una crisis comparable a la del 2001. No se entiende qué festejan.
 
Por Nicolás Baccaro
 
Fuente: diagonales.com
 

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29-12-2025 / 09:12
La metodología del Indec para algunos indicadores centrales de la economía y la sociedad vienen recibiendo cuestionamientos debido a la distancia que existe entre las mediciones y lo que ocurre en la realidad.
 
Un informe de Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó en detalle las distintas controversias en torno a las estimaciones del organismo de medición oficial y encontró claras inconsistencias en las cifras sobre salarios -que impactan en el cálculo de la pobreza-, en las de pobreza e inflación -por la sub ponderación de indicadores claves- y en la estimación de la actividad económica -con la que evitaron titulares sobre el ingreso de la economía en recesión-.
 
Las modificaciones en las formas de calcular, para que los datos se adapten a la narrativa del gobierno de Javier "el Loco Milei, no solo agregan descrédito a las estadísticas oficiales e imposibilidad de realizar comparaciones certeras con años previos, sino que subestiman problemáticas graves a las que el Estado debería ubicar en el eje de sus políticas.
 
El reporte reveló que entre la asunción de Milei en el Ejecutivo y mayo de 2025, el salario del empleo no registrado publicado por Indec registra un aumento real acumulado de 27,2 por ciento, "mostrando un desacople significativo respecto del resto de los asalariados".
 
El dato tiene como base a la EPH, que por cambios metodológicos introducidos desde fines de 2023 "comenzó a captar con mayor precisión ingresos no laborales previamente subregistrados (Tarjeta Alimentar, pensiones no contributivas, Progresar y otros programas)".
 
El problema, de acuerdo con CEPA, es que el instituto no explicó el impacto de estas modificaciones sobre la comparabilidad histórica de la serie. "Esta mejora en la captación de ingresos afecta no sólo la medición del salario no registrado, sino también la estimación de la pobreza y la comparación con otros indicadores salariales, como el salario registrado del SIPA", remarcó el documento.
 
Sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC), la dificultad está relacionada con el uso de una canasta de consumo y una estructura de ponderadores que no resultan representativas de los patrones de consumo actuales de los hogares. Por ejemplo, no pondera de forma adecuada los fuertes aumentos tarifarios, de alquileres y de combustibles.
 
"Así, entre noviembre de 2023 y noviembre de 2025, la inflación acumulada sería de 288,2 por ciento con ponderadores actualizados, frente al 249,5 por ciento resultante de la metodología vigente, una brecha cuya relevancia ha sido señalada incluso por el FMI", sostiene CEPA.
 
La medición de la pobreza es otro de los indicadores que quedó en el centro de las críticas. Por un lado, la Canasta Básica Total (CBT) se construye a partir de una relación gasto alimentario-no alimentario que subestima el peso actual de los servicios y el transporte, explica el reporte.
 
"En la última medición, la CBA representa el 45 por ciento de la CBT, un valor significativamente superior al observado en encuestas previas de gastos de los hogares", afirma CEPA. El impacto en el número final contiene entonces la subestimación del componente no alimentario "en un contexto de fuertes aumentos tarifarios".
 

28-12-2025 / 12:12
Las ventas en rubros estratégicos de Alimentos caen hasta 20% interanual, y aun así las fábricas avisaron aumentos mayores al 5% desde el 1 de enero. El diagnóstico de la UIA da balance en rojo de Los 4 grandes. Deberá el presidente Javier "el Loco" Milei quemar en la hoguera de los balances de fin de año una de sus teorías predilectas sobre uno de los fenómenos que creyó tener bajo control, pero que se le está desmadrando.
 
Apasionado por la idea del poco iluminado economista austríaco Carl Menger, el mandatario aplicó uno de sus principios para -a lo largo de estos dos años- afirmar que los precios se establecen en relación no a los costos de producción y otros factores, sino a la cantidad de dinero que los consumidores estén dispuestos a convalidar como precio de ese bien.
 
Pero los hechos muestran que pasó exactamente lo contrario: hace varios meses, y sobre todo con mayor intensidad desde el triunfo electoral libertario el 26 de octubre, las grandes empresas del sector alimentos decidieron subir los precios, aún en un contexto de consumo masivo desplomado.
 
Es decir, eligieron regular su pérdida aumentando el precio del producto, sin importar lo que los consumidores creen, convalidan o rechazan sobre esos precios. Y esto pegó de lleno en las mediciones de inflación del INDEC, que siguen centradas más en Bienes que en Servicios, a pesar del cambio de composición en el gasto de los hogares.
 
Así, Milei y su ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, se garantizaron la permanencia en el escenario que todos los gobiernos intentan esquivar: la estanflación, es decir, estancamiento de la actividad con inflación al alza.
 
Desde octubre, de hecho, no hubo ni una sola semana con precios de alimentos estables, y las últimas cuatro semanas del mes acumulan un alza de al menos 2,5 por ciento en un rubro clave como es el consumo de bienes básicos.
 
PáginaI12 accedió en las últimas horas a listados con aumentos de precios de hasta 6 por ciento a aplicarse desde el 1° de enero en diferentes rubros. "No hay explicación alguna", admiten los comerciantes que recibieron las alzas, pero aseguran que las empresas de alimentos nucleadas en la Coordinadora de Productores de Alimentos (COPAL) precisan que no hay otra forma de amortiguar que la crisis que venden por precios lo que no sale de góndola por cantidades.
 
Hay un pelotón de firmas, entre las que están los gigantes Procter & Gamble, SC Johnson y Unilever, que ya avisaron que desde el 1° de enero aumentan un 5 por ciento toda su línea de productos. Un poco más abajo, aparecen lácteas como La Serenísima, que pasaron listas con aumentos del 2,5 para enero. Esto último es curioso, dado que la mayoría de las empresas, a diferencia de lo que ve el Gobierno, estiman que la inflación será mayor, no menor, en los meses siguientes.
 
En ese grupo de las que pasaron aumentos cercanos al 3 por ciento también aparecen Coca Cola y Pepsi, y varias de las empresas que producen cerveza, que hace al menos tres meses no suben de precio y tienen ventas derrumbadas, aún en los calores, temporada alta de su negocio.
 
Lo curioso es que, a muchas de estas firmas, hace cerca de dos semanas, los supermercados y comercios ya les rechazaron listas de aumentos por no querer aplicarlos. El Gobierno, que se jacta de ser el más liberal del mundo, les ruega a los comerciantes que no acepten aumentos, sino el desborde sería mayor.
 

27-12-2025 / 09:12
Negando lo innegable, defendiendo lo indefendible. Con iglesias evangélicas que se oponen al aborto pero apoyan a un gobierno que regala libros que elogian a proxenetas y narcos; con militares que votan en masa a un gobierno que los lleva al suicidio; con industriales que se entusiasman con el oficialismo que los lleva a la quiebra; con jóvenes que se ilusionan con un "cambio" que les roba el futuro; con un gobierno que abandona a los discapacitados, pero se queda con una coima del tres por ciento de sus medicamentos, el país parece terminar el año en un descomunal aquelarre cuya lógica la oposición no termina de aprehender.
 
Surgen gurúes de la pobreza que entienden todo y autoflagelaciones de culpa que recriminan incapacidad, pero en realidad no se trata de un fenómeno exclusivo, sino que acompaña la deriva de Occidente. Estados Unidos, que ha sido la matriz ideológica de las últimas décadas, se ha lanzado a la conquista agresiva de Latinoamérica.
 
El diseño es igual de esquizofrénico, primero establece una ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), que le permite sólo a Estados Unidos fabricar guerras para robar petróleo, como a Venezuela, confiscar recursos financieros, como a Rusia, o decretar aranceles de castigo para todo el mundo.
 
Y después la completa con lineamientos de seguridad nacional que le permiten agredir, invadir o bloquear a cualquier otro país. La esquizofrenia está en la pretensión de que el mundo acepte esos auto permisos como leyes establecidas incluso por los que son agredidos.
 
En la que fue la primera democracia del planeta cualquiera puede ser detenido sin causa sólo por el tono de su piel y tiene de presidente a Donald Trump que fue acusado de intentar un golpe de Estado. Por años, Occidente ha asimilado en forma bizarra el producto ideológico de esa matriz que en realidad ocultaba la relación entre el imperio y sus colonias dominadas.
 
Con la pérdida de poder de Estados Unidos en su puja con China, el fondo de esa lógica quedó al descubierto, pero Washington mantiene la pretensión de que su propuesta de opresión se asuma como de libertad. Parece una estupidez obvia, pero cuenta con el dispositivo de construcción simbólica más poderoso del planeta y de la historia de la humanidad para hacerlo creíble.
 
Aparecieron réplicas en América Latina y aquí en Argentina se expresó en los libertarios, donde esa palabra que identificaba a los viejos anarquistas fue apropiada por lo opuesto: el poder de las corporaciones sobre el resto de la sociedad; la palabra Libertad también significa lo opuesto a lo que ellos proponen y la idea de "cambio" en realidad significa para ellos romper los cambios verdaderos que promovieron igualdad y libertad.
 
Son sociedades donde la esperanza se reemplazó por la ansiedad y la depresión, porque la ilusión de que sólo basta el mérito personal termina en frustración. Son sociedades, como la Argentina, donde el suicidio se ha triplicado a causa de la frustración y la depresión y se ha convertido en la principal causa de muerte violenta en los jóvenes entre los 10 y 19 años. Todos los días se suicida un chico o chica en Argentina según un informe del Ministerio de Seguridad que se publicó a mediados de noviembre, en 2024 hubo 4294 suicidios.
 
En la semana previa a las navidades, -que la diputada libertaria Juliana Santillán confundió con las Pascuas (¡!)- hubo tres suicidios de soldados y otro de un gendarme. Las Fuerzas Armadas y De Seguridad votaron masivamente a este gobierno que los ha hundido en la pobreza. 
 

26-12-2025 / 07:12
Sea por la infatuación que le dio el triunfo en las elecciones de octubre, por un criterio equivocado o por simple ignorancia política, el gobierno de Javier "el Loco" Milei ha incurrido en un error que puede resultarle caro. Aunque no explícitamente, se ha indispuesto con la Iglesia Católica, porque esta defiende la Justicia Social.
 
Se sabe que esta institución, se diría que, desde siempre, ha sido el credo mayoritario en el país, con militancia de las clases altas y muchas de las jerarquías militares, y si no recordar los últimos meses del primer período de gobierno peronista, cuando hubo un abierto enfrentamiento con la Iglesia y los aviones que bombardearon a gente inocente en Plaza de Mayo lo hicieron con el claro signo de "Cristo Vence" escrito en el fuselaje de sus máquinas.
 
Aquí y ahora la situación no ha llegado a extremos semejantes, pero se manifiesta claramente en el tradicional cambio de saludos para fin de año que concretaron la Iglesia y el Gobierno. A una nota enviada por el arzobispo al Presidente en la que destaca "nuestro anhelo de una paz social sólida, fundada en el cuidado de cada persona y especialmente de quienes atraviesan mayores fragilidades: los pobres, los trabajadores que sostienen día a día la vida del país y los ancianos cuya sabiduría y experiencia necesitamos valorar y acompañar".
 
Milei respondió diciendo que aprecia y valora "el llamado a la reflexión, a la paz social y el compromiso por el bien común" planteado por la jerarquía católica" y sostiene que "seguiremos trabajando incansablemente para generar las condiciones que permitan a cada argentino desarrollarse con dignidad, libertad y oportunidades reales de progreso, especialmente a quienes se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad".
 
Es fácil advertir que ambas misivas rezuman protocolo. Es posible que en el proceder de la Presidencia se refleje la dudosa capacidad de sus colaboradores en la materia (tal como se ha hecho evidente en materia diplomática) pero en el asunto cuentan dos hechos altamente significativos.
 
El primero es la abierta confesión de Milei de su militancia en la religión judía, la que no sólo lo ha llevado a alineamientos internacionales con Israel que hicieron trizas la tradicional neutralidad argentina; y también a cometer algunas torpezas dentro del rito mismo. Imbuida de una tradición de presidentes católicos o poco menos, la Iglesia debió deglutir en silencio el sapo que representó su presencia en actos de profunda significación dentro de la fe católica.
 
El otro error fue más grosero. No solamente faltó el tradicional encuentro de Navidad y Fin de Año entre ambos sectores político-religiosos; desde el Ejecutivo ha habido una suspensión de fondos a obras sociales que eran administradas por la Iglesia Católica, con el agravante -se diría que casi ofensa-- de derivarlos hacia congregaciones protestantes y evangelistas, miembros de la llamada Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera).
 
A primera vista parecería una áspera respuesta por elevación a las repetidas homilías que el Episcopado católico ha hecho públicas, claramente críticas de la actual política de gobierno. Tampoco hay que olvidar la presencia presidencial de hace algunos meses en la inauguración de un gran templo evangélico, que hasta contó con la concreción de pretendidos -y torpes-milagros. La falta de contactos efectivos mencionada antes tuvo un agravante: sus principales integrantes evangélicos sí fueron participantes de un encuentro con autoridades del Poder Ejecutivo.
 
"El presidente -ha dicho uno de los principales analistas en el tema- no invita a dialogar a las autoridades del Episcopado católico, mientras orienta fondos hacia los evangelistas de Aciera y celebra con ellos en Casa Rosada". Una relación que va de fría a congelada.
 
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24-12-2025 / 11:12
La guerra de las coimas. Daniel Garbellini, el hombre de los primos Menem al que Daniel Spagnuolo definía en sus audios como "un delincuente" y al que le echó toda la culpa por la corrupción con los remedios para discapacitados, declaró ante la Justicia que el verdadero culpable era el propio Spagnuolo. "El asumió la suma del poder en la Andis y era el único que tenía firma autorizada para realizar pagos", sostiene en un documento.
 
La causa sobre coimas, direccionamiento y sobreprecios en la compra de medicamentos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) dejó expuesta una batalla entre los principales imputados. Después de que el exdirector del organismo, Spagnuolo, buscara en un escrito responsabilizarlo por las irregularidades, Garbellini -su exnúmero dos, extitular de Acceso a los Servicios de Salud- le devolvió en un descargo la gentileza.
 
En el marco de la causa que investiga las irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad, Garbellini, ex número dos del organismo, presentó un escrito ante la Justicia en el que negó todas las acusaciones y trasladó la responsabilidad de las decisiones operativas y administrativas a Diego Spagnuolo, ex abogado personal de Javier "el Loco" Milei y exdirector ejecutivo de la entidad.
 
Garbellini fue removido de su cargo tras el escándalo por sobornos en la compra de medicamentos y detalló que asumió la Dirección de Acceso a los Servicios de Salud en junio de 2024. Según su descargo, sus funciones se limitaban a la gestión del programa Incluir Salud, destinado a brindar cobertura médica a personas con discapacidad sin obra social, y no incluían facultades decisorias sobre contrataciones ni sobre bajas de pensiones.
 
En su presentación, sostuvo que el control total del sistema informático, las compulsas de precios y los pagos estaban en manos exclusivas de la Dirección Ejecutiva. "Tanto el suscripto como el resto de los funcionarios éramos usuarios del sistema", afirmó, y remarcó que el acceso pleno e irrestricto a la información dependía únicamente del director ejecutivo.
 
Garbellini insistió en que no tenía atribuciones para transparentar o abrir las contrataciones, y que cualquier falta de publicidad o control público fue una decisión ajena a su responsabilidad. Incluso aseguró haber sugerido cambios estructurales que fueron rechazados con el argumento de que "todo se hacía por urgencia".
 
El caso se originó a partir de grabaciones que involucraban a Spagnuolo, aunque esas pruebas no fueron consideradas válidas por el fiscal Franco Picardi. En esos registros también se mencionaba un vínculo entre Garbellini y Karina Milei, a través de un colaborador cercano, aunque esa línea no avanzó formalmente.
 
Hasta ahora, el único testimonio oral fue el de Roger Grant, quien admitió irregularidades en las contrataciones del programa PACBI y aseguró que actuaba bajo órdenes directas de Garbellini, a quien señaló como la figura que definía la operatoria. Sin embargo, evitó referirse a presuntas coimas. El expediente también incorpora anotaciones secuestradas en un allanamiento que vuelven a comprometer al exfuncionario libertario y refuerzan la disputa de responsabilidades en la causa.
 
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