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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 13-03-2024 / 10:03
EL 13,2% DE INFLACIÓN DE FEBRERO SIGUE SIENDO SUPERIOR AL PEOR REGISTRO DEL FDT, Y EN TRES MESES ACUMULAN 72% DE INCREMENTO EN LOS PRECIOS

¿Qué festeja el Loco Milei, los grandes numerazos de su economía anarco capitalista?

¿Qué festeja el Loco Milei, los grandes numerazos de su economía anarco capitalista?
El 13,2% de inflación de febrero, del gobierno de Javier "el Loco" Milei sigue siendo superior al peor registro del Frente de Todos, y en tres meses el Gobierno anarco capitalista acumula 72% de incremento en los precios. Mientras tanto, la economía real se desploma: la canasta básica roza los $700.000, la actividad económica cayó 4,5% en diciembre, la industria 12,4% en enero, y el salario lleva 18% de caída en el primer bimestre. Marzo seguramente volverá a dejar un registro más alto de suba de precios.
Javier "el Loco" Milei festejó el dato del 13,2% de inflación de febrero: "El trabajo de Caputo es formidable", fruteó. El 13,2% sigue siendo superior al peor registro del Frente de Todos, y en tres meses el Gobierno anarco capitalista acumula 72% de incremento en los precios. Mientras tanto, la economía real se desploma: la canasta básica roza los $700.000, la actividad económica cayó 4,5% en diciembre, la industria 12,4% en enero, y el salario lleva 18% de caída en el primer bimestre. Marzo seguramente volverá a dejar un registro más alto de precios.

Y en los primeros tres meses de gobierno libertario, la pobreza trepó al 57,4 por ciento, según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Para el presidente Javier Milei este último dato sería "un dibujo". Sin embargo, las estadísticas y las góndolas no mienten. ¿Qué festeja el gobierno de Milei?

La inflación de diciembre, enero y febrero superó el 70 por ciento, y se agrava en el rubro alimentos, donde algunos productos básicos como el arroz, tuvieron en el último año un aumento del 1000 por ciento. Los alimentos en general tuvieron una suba interanual de entre un 316 y 330 por ciento (de enero 2023 a enero 2024), lo que explica aquellos números de la pobreza que el gobierno libertario intenta minimizar. En tres meses de mandato, Milei tuvo más inflación que el peronismo en todo 2020 y todo 2021. Y no se entiende qué festejan.
 
La decisión de abrir las importaciones de productos alimenticios, está expresando el malestar con los empresarios de esa industria, así como con los dueños de los grandes supermercados, que se niegan a bajar los precios de los productos de la canasta alimentaria, a pesar que reconocen que "se les fue la mano" con los aumentos en los últimos meses.
 
El ministro de Economía, Luis "Toto"  Caputo, se reunió con representantes de las empresas más importantes de alimentos y consumo masivo del país (Molinos Río de la Plata, Molinos Cañuelas; Establecimiento Las Marías, Arcor, Mondelez, Mastellone, Unilever; Nestlé, entre otras). Aunque la calificó de "excelente reunión", plena de "coincidencias", no logró un compromiso de reducción de precios.
 
Estas cifras han impactado fuerte en el consumo de las familias, que han dejado de comprar e incluso reducen las cuatro comidas diarias. La pérdida en la capacidad de compra se agrava en los sectores de menores ingresos, porque son los que destinan mayor porcentaje a alimentos. Los supermercados registran una baja importante en sus ventas, así como los comercios minoristas y de cercanía, pero aún así, los precios no bajan.
 
La lógica del "libre mercado" pregonada por Milei, con la eliminación de todo tipo de regulaciones, no está funcionando. De hecho, la eximición para las empresas alimenticias de informar la incidencia de los costos de producción en el precio de sus productos, liberó a estos formadores de precios, que se largaron a una carrera desenfrenada que perjudica al público consumidor.
 
En el trimestre noviembre-diciembre 2023-enero 2024, los salarios tuvieron una caída real superior al 20 por ciento. Al combo le falta la chispa más explosiva: la merma en la actividad económica incrementará a niveles insostenibles el desempleo. Una sociedad empobrecida y sin trabajo, a la que además se le retira toda asistencia del Estado, es un camino que conducirá inevitablemente a un clima de altísima conflictividad social, peor que el 2001.
 
La Opinión Popular

La dolorosa crisis económica que castiga los bolsillos de la mayoría de los argentinos no cesa de intensificarse. El índice de inflación de febrero volvió a marcar un altísimo registro, superior al de cualquier medición mensual del ciclo del Frente de Todos. Los precios treparon un 13,2% el mes pasado, llevando la inflación acumulada en lo que va de la gestión de LLA casi al 72%. En tres meses de mandato, el economista tuvo más inflación que el peronismo en todo 2020 y todo 2021. Por otro lado, la disparada de alimentos en la primera semana de marzo, y los aumentos que aún no se ejecutaron en tarifas, amenazan con un nuevo rebote del IPC para marzo.
 
Mientras tanto, el presidente y su Gobierno navegan en una realidad paralela en la cual festejan no solo la "desaceleración" de la inflación, sino también el desplome de la economía real por efecto de su plan motosierra. Su euforia contrasta con el sufrimiento de la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie, que pierden poder adquisitivo día a día, que necesitan $700.000 por mes para que su familia no caiga en la pobreza y que comienzan a padecer el peor punto de llegada de la crisis, el aumento del desempleo.
 
La disparada inflacionaria fue el gran talón de Aquiles del gobierno del Frente de Todos. En los 12 meses que fueron desde diciembre del 2022 a noviembre del 2023, cuando Milei ganó las elecciones, el promedio mensual del IPC estuvo en el 8,3%. El trimestre que lleva la gestión de libertaria, considerando el descenso del índice de febrero, registra un promedio mensual de 19,75%. Un nivel de inflación demoledor por sí mismo para los bolsillos de la población, mucho más si se lo contrasta con los aumentos salariales a la baja.
 
En enero, el incremento de los salarios de los trabajadores registrados fue del 14,7%, volviendo a perder contra una inflación que alcanzó el 20,6%. Sumada a la caída de diciembre, el atraso de los ingresos frente a la inflación fue de un 18% en tan solo dos meses, una pérdida del poder adquisitivo del salario inédita en su volumen para un período tan corto de tiempo.
 
El dato más contundente para graficar la distancia entre precios y salarios es el aumento de la canasta básica total, el conjunto bienes y servicios que se considera necesario para no caer en la línea de la pobreza. Mientras que en enero el salario bruto promedio fue de $555.269 para los trabajadores registrados, la canasta básica de febrero para una familia de cuatro integrantes se ubicó en los $690.902. El incremento de la canasta básica entre enero y febrero fue del 15,8%, por encima del IPC general que hoy el Gobierno festeja. En lo que va del año, la suba total fue de 39,4%.
 
La "desaceleración" del aumento de precios que Milei y Caputo celebran tiene una contracara sombría. El 13,2% de inflación febrero, que siguió al 20,6% de enero y al 25,5% de diciembre tiene su única raíz en un fenomenal desplome de la actividad económica y del consumo. Al festejar el dato que se conoció esta tarde, el presidente y su ministro de Economía están festejando una caída tan estrepitosa de la producción argentina como la que se vivió durante la cuarentena.
 
Los últimos datos publicados por el Indec correspondientes al Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), arrojaron un panorama desolador para el mes de diciembre, que se profundizarán cuando se conozcan los de los primeros meses del año. La economía cayó en el mes de asunción del nuevo Gobierno un 4,5% en relación a diciembre del 2022.
 
Hilando fino, gran parte de esa caída económica corresponde a la gestión Milei: de esa contracción total de 4,5 puntos en todo 2023, 3,1 puntos se perdieron en diciembre con respecto a noviembre del año pasado. Es decir, un 70% de la caída de la actividad económica del 2023 se dio en diciembre bajo las políticas de Milei y Caputo.
 
Datos más recientes por ramas ensombrecen aún más el panorama. La semana pasada el Indec publicó su índice de producción industrial manufacturero, el registro que mide la actividad de la industria argentina. Enero contra enero, la caída de la industria fue de 12,4%, con un retroceso de 1,3% con respecto a diciembre.
 
Los 9 rubros de la actividad industrial mostraron caídas, producto de la recesión impulsada por el Gobierno. La fabricación de equipos y aparatos electrónicos cayó un 32%; los muebles y afines un 24,6%; los productos de metal y maquinarias un 24,9%; la producción de minerales no metálicos se contrajo un 17,8%; la de productos textiles, cueros y calzados, un 12,7%; la refinación de petróleo y químicos cayó 10,1%; la industria automotriz y de motos se contrajo un 9,8%; la de la madera, el papel y la impresión, un 7,9%; y hasta la producción de alimentos y bebidas cayó 6,1%.
 
Otro dato enero refleja el impactante parate económico. La construcción suele tomarse como un termómetro de la marcha de la economía, ya que es la actividad que más rápidamente refleja un aumento o una caída en las inversiones. La construcción se contrajo un 10,2% solamente en enero, y acumuló una caída interanual con respecto a enero del 2023 de 21,7%. Todos los insumos de esta rama de la economía cayeron significativamente, con un pico abrumador de  -61,9% en la producción de asfalto, -38,6% en hierro y acero, -28,6% en hormigón elaborado, -19,9% en cemento y -18,1% en ladrillos huecos.
 
Lo más desolador de este recorrido descendente de la economía argentina tiene que ver con el inevitable aumento del desempleo que ya está generando. La construcción vuelve a ser un indicador termómetro: en enero la pérdida de puestos de trabajo registrados se incrementó en un 3,2% solo en el sector privado. A eso hay que agregarle la enorme sangría que significa la suspensión total de la obra pública por parte del Gobierno nacional.
 
 
¿Qué festeja el gobierno?
  
Esta catarata de "numerazos" de la economía Milei obliga una pregunta: ¿Qué festeja el Gobierno? La inflación se mantiene altísima y la consultora LCG ya informó una suba en los alimentos del 3,7% sólo en la primera semana se marzo, marcando un rebote del 1,7% de la última semana de febrero. Además, aún no impactan los aumentos plenos en tarifas de servicios, que el Gobierno demora para intentar forzar una desaceleración inflacionaria incompatible con la desregulación brutal de la economía que implementó. Marzo seguramente volverá a dejar un registro altísimo del alza de los precios.
 
Pero independientemente de eso, el dato crudo de la realidad es la brutal recesión económica en la que se está sumiendo al país. Los últimos años del gobierno del Frente de Todos dejaron una inflación creciente, que limó el poder adquisitivo de los salarios, pero también unos niveles de actividad económica y empleo que distan años luz de la realidad actual. Hoy la Argentina se sumerge en el peor de los mundos: la inflación más alta de las últimas décadas, la peor recesión económica de las últimas décadas, y la peor depresión del salario incluso comparada con la salida de la convertibilidad.
 
  
Marzo seguramente volverá a dejar un registro altísimo del alza de precios
 
El combo explosivo es un reguero de pólvora al que le falta la chispa más explosiva: es cuestión de tiempo para que la merma en la actividad económica incremente a niveles insostenibles el desempleo. Una sociedad empobrecida y sin trabajo, a la que además se le retira toda asistencia del Estado, es un camino que de no mediar alguna rectificación del rumbo, conducirá inevitablemente a un clima de altísima conflictividad social.
 
El presidente se vendió en campaña como "experto en crecimiento, con o sin dinero". El candidato resultó altamente efectivo. El gobernante va conduciendo al país a una crisis comparable a la del 2001. No se entiende qué festejan.
 
Por Nicolás Baccaro
 
Fuente: diagonales.com
 

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17-11-2025 / 10:11
16-11-2025 / 09:11
El fiscal Franco Picardi estableció que buena parte de los sobreprecios y coimas con remedios para discapacitados era manejada por hombres de Mauricio Macri. En base a escritos secuestrados, se llamó a indagatoria al íntimo de Javier Milei, Diego Spagnuolo, y se ordenó la detención del principal macrista. Pablo Atchahabian, un exfuncionario de Cambiemos, ordenaba desde afuera fraccionar pagos a las droguerías y hasta los despidos en la propia agencia. En los chats se habla de que "podemos sacar entre 1.600 y 1.700 palos". El rol de los Menem y la ruta del blanqueo que llega hasta José Luis Espert.
 
Cómo era el mecanismo utilizado, el lavado de dinero y los pasos que conducen a los Menem y la Casa Rosada. El fiscal Franco Picardi detalla en la acusación por las multimillonarias irregularidades en Discapacidad que buena parte de las maniobras las realizaron exfuncionarios del gobierno de Macri. Desde afuera de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) manejaban Andis.
 
Por ejemplo, se encontró un escrito en el que Pablo Atchahabian -exdirector Nacional de Acceso a la Salud durante el gobierno del PRO- ordenó fraccionar los pagos a una droguería y directamente no pagarles a otras seis "por no cumplir con lo acordado" o por ser "bocón". Es decir, no pagar las coimas, no intervenir en los sobreprecios y hablar de la trama de corrupción. La referencia seguramente es al 3 por ciento para Karina Milei y a la intervención de los primos Menem.
 
En ese terreno, el fiscal prepara otra resolución, que incluye las maniobras de la Droguería Suizo Argentina. El mismo exfuncionario macrista ordenó reducir personal (27 personas) despidiendo "rápido y sin piedad", según sus palabras. Otros exMacri accedían al sistema con usuarios y contraseñas truchas y resolvían a quién se compraba y a quién no. En los chats se habla de que "podemos sacar entre 1.600 y 1.700 palos" y de que se llevaron "90.000 dólares".
 
La plata sucia se blanqueaba por dos caminos: a través de criptomonedas mediante la aplicación Neblockshain y comprándole horas de vuelo a una empresa de aviones privados, Baires Fly, propiedad de Sergio Mastroprieto, el mismo que presentó al narco Fred Machado a José Luis Espert.
 
Como ejemplo, un medicamento para el cáncer, Keytruda, comprada a laboratorios extranjeros entre 12 y 16 millones de pesos se puede comprar a un laboratorio nacional en 4.5 millones. Bursosumab, 20 mg, se llegó a comprar a 45 millones de pesos, por lo que el fiscal calcula un sobreprecio de 115 por ciento. Debió comprarse en 21 millones.
  
A lo largo de 276 páginas, el fiscal le resume al juez Sebastián Casanello la forma en que no sólo se le robaron millones y millones de dólares al Estado sino también a las propias personas con discapacidad. La clave de la maniobra era que sólo unas pocas droguerías -cuatro o cinco- participaran de las compulsas especiales de precios (así las llamaron) en lo que se conoce como PACBI (prestaciones de alto costo y baja incidencia). Son especialmente medicamentos o elementos médicos que valen millones de pesos, principalmente oncológicos.
 
El juez Casanello, en la resolución que ordena la indagatoria de Diego Spagnuolo y otras 14 personas, transcribe que "las empresas Génesis S.A y Profarma S.A. se repartieron el 93 por ciento de los 30.000 millones de pesos en medicamentos en el marco de licitaciones reducidas. Asimismo, New Farma y Floresta se adjudicaron el 51 por ciento en el rubro implantes cocleares, audífonos e insumos vinculados". Tiembla Karina.
 

15-11-2025 / 10:11
Desde mayo la tendencia inflacionaria es al alza pero el IPC del Indec está lejos del sufrimiento de los bolsillos argentinos. Fuertes subas sub representadas que marcan un pulso en la calle muy distinto al que registra la estadística oficial. Es la mentira de las canastas de pobreza e indigencia. En ese marco, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei atraviesa un momento de creciente desgaste político y social, marcado por una serie de errores estratégicos, decisiones económicas controvertidas y promesas de campaña que se han diluido con el paso del tiempo.
 
Aunque el presidente continúa sosteniendo su discurso de reformas estructurales y combate contra la "casta", distintos sectores señalan falencias de gestión, inconsistencias doctrinarias y retrocesos que han afectado tanto su imagen como el rumbo de la administración. Uno de los principales focos de crítica apunta a la política económica. Pese a haber prometido libertad absoluta de mercados, el oficialismo implementó un esquema de devaluaciones administradas que contradice su discurso inicial.
 
Mientras se aplicó un crawling peg que deterioró salarios, jubilaciones y capacidad de consumo, también se produjo un reacomodamiento financiero que impactó sobre pymes y sectores productivos. El desarme de instrumentos financieros, como las letras estatales, generó un clima de incertidumbre que especialistas atribuyen a errores propios de gestión más que a herencias recibidas.
 
La gobernabilidad es otro frente de debilidad. Sin una base legislativa sólida y con tensiones internas, el oficialismo se apoyó recurrentemente en decretos, lo que debilitó la capacidad de negociación y profundizó la distancia con fuerzas aliadas y opositoras. A ello se sumó un episodio político costoso: la fallida estrategia de forzar un plebiscito anticipado, que derivó en una derrota y dejó al Presidente expuesto en su momento de mayor fragilidad.
 
La estructura de poder extremadamente concentrada, especialmente en el círculo íntimo más reducido, manejado autoritariamente por su hermana Karina, también es señalada como un factor que limita la capacidad de reacción ante crisis. Otro golpe duro llegó con el escándalo de la criptomoneda LIBRA, impulsada desde sectores cercanos al oficialismo y que terminó desplomándose abruptamente.
 
La polémica, bautizada como "Cryptogate", dañó la credibilidad presidencial, instaló dudas sobre el rol corrupto de funcionarios vinculados al proyecto y abrió interrogantes sobre eventuales responsabilidades políticas. A esto se suman los efectos sociales del ajuste. Los recortes profundos en salud pública redujeron programas, afectaron personal y dejaron en situación crítica a áreas sensibles, lo que despertó fuertes cuestionamientos desde organizaciones médicas y sociales. La contradicción entre el discurso de eficiencia estatal y la caída de prestaciones esenciales alimenta críticas sobre la orientación del ajuste.
 
En paralelo, varias promesas centrales de campaña quedaron inconclusas. La privatización de Vaca Muerta y de empresas estatales no avanzó; la ruptura de vínculos comerciales con países catalogados como "comunistas" quedó en declaraciones simbólicas más que en acciones concretas; y el supuesto desmantelamiento del sistema de planes sociales no llegó acompañado de mejoras sostenibles en la asistencia. Incluso afirmaciones erróneas sobre vacunas, como en el caso de la prevención del dengue, generaron malestar por la falta de precisión en cuestiones de salud pública. Con este panorama, Milei enfrenta un desgaste que combina problemas económicos, errores políticos y promesas que no lograron materializarse.
 
La Opinión Popular
 

15-11-2025 / 09:11
En una sincronía que se ha repetido en la historia, al tiempo que en Naciones Unidas el representante del gobierno argentino acusaba de corruptas a las víctimas de la dictadura y a sus familiares, en Washington se anunciaba un acuerdo con el gobierno de Javier "el Loco" Milei de subordinación y entrega. En Argentina, la violación de los derechos humanos, o su negación como en este caso, siempre tuvo su correlato con una relación de sumisión abyecta con Estados Unidos. La injerencia yanqui sobre su colonia argentina se profundiza. 

El miserable discurso pronunciado en la Comisión contra la Tortura de la ONU generó rechazo entre los demás presentes. En general, revictimizar a personas que han sufrido las peores aberraciones en torturas, violaciones, secuestros y desapariciones, genera repugnancia.

El funcionario al que le tocó jugar ese papel denigrante fue el subsecretario de Derechos Humanos, el siniestro Alberto Baños. Acusó a los organismos de derechos humanos, a las víctimas de la represión y a sus familiares de inventar la cifra de los 30 mil desaparecidos "para hacer negocio".
 
Este personaje tenía que responder preguntas sobre la represión del gobierno de Javier Milei a la protesta social y por el cercenamiento de políticas de derechos humanos. Pero eligió el papel más repulsivo para desacreditar a los organismos de derechos humanos que han sido quizás el aporte más democratizador que tuvo el proceso de transición democrática en la Argentina.
 
Baños es un exponente típico de un amplio sector del Poder Judicial. Se incorporó al fuero civil de la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura y fue designado juez en el gobierno de Carlos Menem. Tuvo a su cargo algunos casos de resonancia, como la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karshanyan, en la que estaban sospechados miembros de esa institución. Baños hizo que la misma policía sospechada participara en la investigación y después de un tiempo dejó el caso sin resolver.
 
En otro caso, declaró prescripta la corrupción por el vaciamiento de Aerolíneas, lo que después tuvo que ser reconsiderado por otro tribunal. Y cuando se reabrió la investigación por la desaparición de las manos de Perón, la carpeta donde estaban los resultados de la investigación fue misteriosamente sustraída de su despacho.
 
No sería el sujeto más indicado para hablar de corrupción o para ser la cara de los derechos humanos de un gobierno que los respete. Más bien, su función ha sido hasta ahora liquidar las políticas de derechos humanos que la sociedad construyó laboriosamente desde la retirada de la dictadura.
 
Y en su presentación en Ginebra ante la Comisión contra la Tortura intentó ocultar la violencia institucional del gobierno del estafador Milei que todos los miércoles es pública y notoria cuando reprime con violencia a los jubilados.
 
La presentación tan sucia de Baños coincidió con el anuncio del gobierno de Estados Unidos del acuerdo con Milei que levanta aranceles aduaneros a los productos de ese país, elimina controles de calidad, así como controles sanitarios y se compromete a obstaculizar el ingreso de productos de otros países.
 
La contrapartida es cero. Estados Unidos no se compromete a nada que favorezca a los productos argentinos. Lo que se conoce del acuerdo afectará gravemente a la industria local como advirtió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se asienta gran parte de esa actividad. Hay una regla invariable en la historia moderna del país: la violación sistemática de los derechos humanos ha estado siempre relacionada con gobiernos que al mismo tiempo entregaron soberanía. 
 

14-11-2025 / 09:11
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
 
Los argentinos nos enteramos del acuerdo por el que Trump viene a cobrar su apoyo electoral a Milei, y que pagaremos todos los argentinos. Allí, se anuncia la firma de un convenio Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos con Argentina. Ambos países se comprometen en abrir sus mercados en "áreas clave", aunque en la letra del texto difundido es mucho más la Argentina abriendo sus fronteras a los productos norteamericanos que los "compromisos" asumidos por este último. Es una reversión de Pacto Roca-Runcimann de 1933, el Estatuto Legal del Coloniaje, que subordinó la economía argentina a los intereses británicos.
 
El acuerdo favorece mucho más a los Estados Unidos. Entre los puntos principales destaca que Argentina brindará "acceso preferencial a productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información y productos agrícolas". A su vez, Estados Unidos eliminará aranceles para "ciertos recursos naturales argentinos y bienes farmacéuticos no patentados" y considerará el impacto del acuerdo al aplicar medidas comerciales relacionadas con la seguridad nacional.
 
En el ámbito agrícola, ambas partes se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso al mercado de carne vacuna y aviar, así como a facilitar el comercio de productos como menudencias, carne de cerdo y productos lácteos. También se acordó no restringir el uso de ciertos términos cárnicos y lácteos.
 
El documento subraya que Argentina eliminará barreras no arancelarias como licencias de importación y formalidades consulares, y se comprometió a desmantelar gradualmente el impuesto estadístico para productos estadounidenses. Asimismo, se alineará con estándares internacionales en múltiples sectores y reconocerá certificaciones de organismos estadounidenses como la FDA. Este último punto implica un mazazo para la industria farmacéutica nacional.
 
Es un acuerdo con costos. El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un paso histórico para el vínculo bilateral. Sin embargo, la letra fina sugiere que Milei es un títere de los yanquis y los principales beneficios inmediatos recaerán sobre la economía de la potencia del norte: mayor acceso a sectores industriales y tecnológicos argentinos, influencia regulatoria ampliada, apertura en agroalimentos y una posición reforzada en cadenas de valor estratégicas. Para Argentina, los potenciales beneficios -posible llegada de inversiones- dependerán de cómo se implementen las reformas y de si el país puede evitar que la apertura derive en una nueva dependencia comercial asimétrica.
 
Milei celebró la difusión del acuerdo por parte del gobierno de Estados Unidos (que en Argentina no se oficializó formalmente). Para los norteamericanos, los "recates" al gobierno anarco capitalista tras haber fracasado no una, sino dos veces en menos de seis meses (salvataje del FMI en abril y de EEUU en octubre), están rindiendo con el sometimiento de Argentina en forma de entrega de soberanía.
 
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