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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 10-03-2024 / 12:03
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El único acuerdo entre Milei y los gobernadores es hacer de cuenta que existe un acuerdo

El único acuerdo entre Milei y los gobernadores es hacer de cuenta que existe un acuerdo
El gobierno central y buena parte del arco político encontraron alivio en un punto de coincidencia: a todos, o casi todos, les resulta conveniente mantener viva la ficción de que existe una negociación en curso entre Nación y las provincias. Dan cuenta de eso las declaraciones amables de algunos dirigentes, los titulares en los medios que vocean a distintos sectores y la falta de precisión informativa sobre los ejes aparentemente acordados. Como la primera vez que se discutió la Ley Ómnibus, todo aparenta marchar sobre ruedas hasta que las definiciones no pueden aplazarse más.
El gobierno central y buena parte del arco político encontraron alivio en un punto de coincidencia: a todos, o casi todos, les resulta conveniente mantener viva la ficción de que existe una negociación en curso entre Nación y las provincias. Dan cuenta de eso las declaraciones amables de algunos dirigentes, los titulares en los medios que vocean a distintos sectores y la falta de precisión informativa sobre los ejes aparentemente acordados. Como la primera vez que se discutió la Ley Ómnibus, todo aparenta marchar sobre ruedas hasta que las definiciones no pueden aplazarse más.
 
El entendimiento entre Javier "el Loco" Milei, los gobernadores y los bloques legislativos sigue, de hecho, trabado en el mismo lugar que hace un mes y medio, por los mismos motivos: diferencias insalvables en asuntos que alguna de las partes no acepta negociar, promesas incumplidas, destratos, operaciones cruzadas, agresiones verbales del presidente a sus interlocutores, desconfianza mutua e intereses de terceros.
 
Bajo la superficie, tras la coreografía torpe de la búsqueda de consensos, las cosas no se movieron ni un centímetro. No hace falta escarbar demasiado para toparse con ese escenario.
 
El miércoles el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, citó a sus pares de las 23 provincias y la ciudad de Buenos Aires con la promesa de avanzar en la búsqueda de acuerdos que permitieran descomprimir la situación financiera en los distritos y comenzaran a pavimentar el camino hacia el dizque Pacto de Mayo.
 
El ministro se ausentó y dejó al frente de la reunión al secretario de Hacienda, Carlos Guberman, que se limitó a informarles que la respuesta a todos los planteos era no. Ni Fondo de Incentivo Docente, ni subsidios al Transporte, ni obra pública financiada por el Estado nacional.
 
Ese mismo día, en el VIP de Expoagro, Milei dijo, sobre los gobernadores, y ante un puñado de empresarios: "Quién se creen que son, los voy a mear a todos. Si siguen jodiendo cierro el Congreso", según reveló Leandro Renou.
 
Hasta el cierre de esta nota ningún fiscal había convocado a declarar como testigos a los empresarios presentes, que no tuvieron problema en confirmarle al periodista las expresiones sediciosas del presidente. El jueves, en su habitual participación nocturna en LN+, dijo que su peor error en los primeros 90 días de gobierno había sido "creer que podía negociar de buena fe con los gobernadores".
 
Mientras tanto, la reacción de los gobernadores fue virando de cierto entusiasmo inicial, en las horas posteriores al discurso de apertura de sesiones, a una mayor distancia con el correr de las horas. A mediados de la semana, el santafesino Maximiliano Pullaro ya advertía que si se iba a discutir la deuda de Nación con las provincias también debía revisarse la que corre en sentido contrario. El cordobés Martín Llaryora también marcó distancia. Desde el peronismo el rechazo fue llano y los mandatarios patagónicos hablaron de acuerdos que "no sean impuestos" y "no tengan condicionamientos".
 
El viernes llegó la reunión en Casa Rosada. Aunque duró más de tres horas, Milei no encontró ningún momento para "pasar a saludar". Del encuentro quedó claro que los puntos sobre los que quiere avanzar sí o sí el gobierno son los mismos que encontraron resistencia hace cuarenta días: Milei exige delegación de facultades extraordinarias, habilitación para tomar deuda sin control parlamentario, luz verde a la privatización de empresas del Estado y blanqueo de capitales. A cambio ofrece algo que la mayoría de los gobernadores ya rechazó: financiar a las provincias resucitando la cuarta categoría de ganancias.
 

 
Lo dicho: el presidente no sabe negociar pero se ve obligado a hacer la mímica porque el ritmo que le está imponiendo a su gestión no es sostenible. Se lo advirtieron, en curiosa sincronía y con poco tiempo de diferencia, la número dos del FMI, el funcionario más importante del gobierno yanqui, Mauricio Macri y los empresarios que le entornan la gestión.
 
Todos ellos están encantados con el rumbo que le imprimió Milei al país pero dudan que sea la persona indicada para que esas políticas perduren en el tiempo. Le sugieren, le piden, le suplican que baje los niveles de conflicto. El problema es que él no sabe hacerlo.
 
Es un problema también para él, que es una pieza sacrificable en un tablero que no domina. Macri, que lo venía diciendo en privado, esta semana lo dijo en público en un encuentro de la Fundación Libertad en Rosario, y siempre hay alguien con un teléfono registrando el momento: el presidente no tiene estructura, "es él, su hermana y las redes sociales", pero "la decisión de los argentinos fue que querían un shock en el sistema político", señaló.
 
"Ahora nos toca a nosotros estar a la altura de las circunstancias y ser humildes en la defensa de las ideas de fondo", agregó Macri, experto en gobierno con o sin Milei.
 
El presidente necesita que la economía empiece a dar señales de estabilización para ahuyentar los fantasmas. Eso no está pasando. La inflación en la primera semana de marzo mostró un rebote significativo contra febrero, incluso en un contexto donde los datos de actividad y consumo perforan los peores niveles de las últimas décadas.
 
La crisis tardará demasiado poco en impactar en millones de puestos de trabajo y en decenas de miles de PyMEs. Los dólares no aparecen. El alivio en la calle tampoco. Los conflictos, que este gobierno había prometido eliminar, se multiplican.
 
Mientras no tenga buenas noticias para dar en términos económicos el gobierno profundizará los actos de violencia y las reivindicaciones simbólicas, como un placebo para que su núcleo duro no le dé la espalda.
 
En ese sentido debe leerse el cierre de Télam; el macartismo institucionalizado por el discurso presidencial contra una docente que osó reprobar a un funcionario del gobierno o contra otra que se atrevió a pedir, en cámara, que el presidente "no aprete tanto con el ajuste"; y el desguace del Salón de las Mujeres de Casa Rosada anunciado horas antes de la marcha por el Día Mundial de la Mujer.
 
También merece particular atención el episodio de un joven que fue detenido por una repudiable pero inofensiva publicación en Instagram contra Milei. Dos aspectos destacan este caso. El primero es el lenguaje utilizado en el parte policial, de reminiscencias setentistas, donde se dice que el detenido "demostraba tener un pensamiento ideológico muy apegado a la propaganda política de la ex Unión Soviética" y "contaba con vínculos con grupos comunistas". El segundo es que el propio presidente promueve y celebra a diario la violencia online de sus seguidores. No parece haber igualdad ante la ley.
 
Es en este contexto en el que el peronismo, a los tumbos, comienza a reorganizarse. Algunos acercamientos novedosos, como el de Jorge Yoma y Cristina Fernández de Kirchner, o el de Gildo Insfrán con Guillermo Moreno y Miguel Pichetto, fueron precedidos por varias reuniones de la mesa chica del PJ, que ya sin Alberto Fernández a bordo agrupa a los gobernadores Axel Kicillof, Ricardo Quintela y el propio Insfrán, además de Juan Manzur, Lucía Corpacci, Cristina Álvarez Rodríguez, Wado de Pedro, Santiago Cafiero y Juan Manuel Olmos. Todas las tribus.
 
Fue en ese ámbito que se acordó la convocatoria a un Congreso Nacional del PJ para renovar autoridades, probablemente a través de una interna donde voten los afiliados entre varias listas. Eso abre la puerta para que vuelvan o se incorporen al redil algunos outsiders como el cordobés Llaryora, los mencionados Picheto y Moreno, otras figuras como Juan Urtubey, Graciela Camaño, y hasta el mismísimo Sergio Massa, que por ahora prefiere mantenerse al frente de la estructura del Frente Renovador. El mecanismo está por verse pero existe coincidencia sobre la necesidad de promover ese reagrupamiento.
 
Esa voluntad de ampliación, que resulta fiel a la historia frentista del peronismo desde un primer momento y responde, también, a las pautas que despliega en sus discursos y mensajes CFK desde abril de 2016, encuentra todavía obstáculos en algunas rencillas personales no resueltas (pero primero está la patria, después el movimiento y por último los hombres y las mujeres, ¿no?) y en la verborragia macartista de militantes sobregirados con alma de patovica y muchas ganas de pararse en la puerta de Matheu 130 para decidir quién entra y quién no. De más está decir: el peronismo se ha sobrepuesto a cosas peores.
 
Es llamativo que estos sectores, que gustan de autopercibirse en las antípodas, terminen haciendo lo mismo, en espejo. Guardianes de la doctrina contra guardianes de Cristina, más papistas que cualquier Papa. Cazadores de herejías contra detectores de traiciones. Peronómetro o kirchnerómetro.
 
Versiones del mismo sectarismo rancio con distinto sombrero, igualmente condenadas a la impotencia por separado o, más probablemente, a terminar amuchadas a bordo del mismo barco, haciendo de cuenta, por orgullo, de que las injurias vertidas durante tantos años unos a otros ya no pican. No pasa nada.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
La Opinión Popular
 

01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
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