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“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
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Sociedad e Interés General - 27-02-2024 / 07:02
27 DE FEBRERO DE 1812, SE IZA POR PRIMERA VEZ EL PABELLÓN NACIONAL

Azul y Blanca es la bandera de la Patria mía

Azul y Blanca es la bandera de la Patria mía
En Rosario, Manuel Belgrano iza por primera vez la bandera celeste y blanca. Según se cuenta, María Catalina Echevarría de Vidal, una mujer rosarina, fue la encargada de confeccionarla. El izamiento fue en contra de los designios del Triunvirato, que le hizo saber su malestar. Belgrano respondió así: “La guardaré silenciosamente para enarbolarla cuando se produzca un gran triunfo de nuestras armas”.
La bandera nacional, la Azul y Blanca, símbolo de un pueblo libre, el general Manuel Belgrano la enarbola por primera vez el 27 de febrero de 1812, en las barrancas del río Paraná, sobre las baterías Libertad e Independencia en Rosario de Santa Fe, y hacer jurar por su ejército, al cruzar el río Pasaje, hoy llamado Juramento.
 
El Triunvirato no aprobó la conducta de Belgrano y recién el 20 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán consagró la bandera azul y blanca como emblema de la nacionalidad argentina.
 
Quédate en el cielo, amor, no bajes.
Aquí abajo, los grises son tan grises
que, de algún modo gris, van a ultrajarte.
Y sos tan linda allá, tan no me olvides,
-simple ademán de madre por el aire-
que si caes, amor, con la ternura
con que caen las hojas de los árboles;
si llegas a caer, acaso nunca vuelvas a ser
tan cielo ni tan madre.
Déjanos a nosotros, los humildes,
los que nunca te usamos
ni abusamos de tu inmenso silencio planetario,
que cuidemos la altura donde habitas,
celestemente hermosa, como el aire.
Déjanos a nosotros.
De los otros,
es piadoso no hablarte.

 
Armando Tejada Gómez - Oración A La Bandera 



Azul y Blanca es la bandera de la Patria mía
La bandera nacional, la Azul y Blanca, símbolo de un pueblo libre, el general Manuel Belgrano la enarbola por primera vez el 27 de febrero de 1812, en las barrancas del río Paraná.
 

El general Manuel Belgrano tuvo noticias de que una escuadrilla española remontaba el Paraná y para enardecer el valor de las tropas, el 27 de febrero de 1812, hizo flamear por primera vez, en el tope de las baterías, la bandera azul y blanca que juró e hizo jurar a todos sus soldados.
 
Antes había pedido al Triunvirato autorización para usar la escarapela azul y blanca, como distintivo de las tropas, a lo que accedió el gobierno, quedando abolida la roja, usada hasta entonces.
 
El Triunvirato no aprobó la conducta de Belgrano y le ordenó que hiciera pasar como un rasgo de entusiasmo el suceso de la bandera celeste y blanca enarbolada, ocultándola disimuladamente y sustituyéndola por la que se le enviaba, que era la que hasta ese entonces se usaba en la Fortaleza de Buenos Aires.
 
Belgrano no tuvo conocimiento de la orden expedida por el Triunvirato, pues cuando ésta llegó a destino él ya había partido rumbo al norte a hacerse cargo del ejército vencido en Huaqui; así se explica que en la ciudad de Jujuy hiciera flamear por segunda vez el pabellón azul y blanco.
 
Recién el 20 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán consagró la bandera azul y blanca como emblema de la nacionalidad argentina. Y en el año 1818 por iniciativa del diputado Chorroarín, el Congreso estableció que la bandera de guerra llevara un sol pintado en el centro.
 
La actual bandera de la Argentina está basada en la bandera creada por Manuel Belgrano, quien la diseñó con los colores de la escarapela nacional, celeste y blanca, y que enarboló por primera vez en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812 para utilizarla en el ejército de su mando (lo cual fue desautorizado por el gobierno).
 
En cuanto a las dos franjas celestes, cabe aclarar que Manuel Belgrano las propuso, al igual que para la escarapela argentina (azul celeste), de un color azul próximo al turquesa. Pero como en la Argentina de entonces -o Provincias Unidas de Sud América, o Provincias Unidas del Río de la Plata- era bastante difícil encontrar paños de color azul celeste o turquesa, se optó por utilizar provisionalmente el color azul o el color celeste.
 
José Gervasio Artigas, el primer adalid del federalismo rioplatense adoptó la bandera de Manuel Belgrano, de modo que en el protocongreso de la independencia argentina realizado en 1815 en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay (llamado Congreso de Oriente), la Liga Federal (o Unión de Los Pueblos Libres) declaró como bandera de la liga a la creada por Belgrano, con el añadido de un festón punzó en diagonal (color emblemático del federalismo argentino).
 
Esa bandera es la actual bandera de la provincia de Entre Ríos y uno de los símbolos nacionales de Uruguay, la bandera de Artigas, sin embargo de que ambas difieren actualmente en la intensidad del color, siendo azul la usada en Uruguay y celeste la usada en Entre Ríos, difiriendo también en el ancho de la franja roja.
 
En la década de 1930, una ley estableció el color de las franjas celestes: como el color del cielo cuando comienza a amanecer, pero, pese a la constitución federalista -predominando aún entonces en los gobiernos la facción unitaria- se interpretó que tal color era el celeste desvaído (usado por los unitarios) que todavía en la actualidad aparece en algunas representaciones de la bandera de los argentinos, si bien ha tendido y tiende a imponerse el azul celeste original que indicó Manuel Belgrano.

 
Azul y Blanca es la bandera de la Patria mía 
Tuvo un rol protagónico en las acciones políticos-militares que conducirían a la Revolución de Mayo, en las que tuvo el honor de presentarle al virrey el ultimátum que decidiría su renuncia.

¿Azul o celeste?
 
Tratando de interpretar decisiones históricas y la documentación existente, al margen de toda consideración política y en una época en que los términos azul, celeste y azul-celeste fueron empleados como sinónimos, el investigador Alberto Lammirato apoya los argumentos históricos con otros de carácter técnico: la heráldica acepta como colores el azur (azul), el gules (rojo), el sinople (verde) y el sable (negro). Considera que para las insignias tales como escudos y banderas no corresponden tonalidades como la que hoy llamamos celeste, palabra esta que solía usarse como forma poética para denominar el color azul.
 
Las canciones patrias también toman partido respecto al color: Salve, Argentina, bandera azul y blanca, jirón del cielo en donde brilla el sol [...] dicen las estrofas de Salve Argentina, y la célebre Aurora describe que nuestra enseña tiene [...] azul un ala, del color del cielo, azul un ala, del color del mar [...]
 
Los especialistas explican que el celeste es la tonalidad del cielo claro de media mañana, mientras que el azul cerúleo es el color del cielo despejado, antes de la salida del sol, o media hora después de su puesta.
 
Las idas y venidas para establecer el color de la bandera se deben a que antiguamente los colores se definían por comparación con los objetos y no existía hace dos siglos un código de colores como el IRAM, creado en 1930.
 
La Opinión Popular

 
 
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26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

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