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Sociedad e Interés General - 26-02-2024 / 07:02
26 DE FEBRERO DE 1894

La filosofía peronista y las raíces del ser nacional en Carlos Astrada

La filosofía peronista y las raíces del ser nacional en Carlos Astrada
El 26 de febrero de 1894, en Córdoba, nace Carlos Astrada. Estudió filosofía en las Universidades de Colonia y Friburgo (Alemania). Fue discípulo de Heidegger. Su pensamiento izquierdista se fundió luego con ideas nacionalistas. Fue uno de los inspiradores del libro "La Comunidad Organizada" de Juan Perón.
El 26 de febrero de 1894, en Córdoba, nace Carlos Astrada. Estudió filosofía en las Universidades de Colonia y Friburgo (Alemania). Fue discípulo de Heidegger. Su pensamiento izquierdista se fundió luego con ideas nacionalistas. Fue uno de los inspiradores del libro "La Comunidad Organizada" de Juan Perón, leído en oportunidad del Congreso Internacional de Filosofía realizado en Mendoza en 1951.
 
En  el período 1946-1955 se dedica exclusivamente a la docencia universitaria, hasta que fue cesanteado con el derrocamiento de Perón y la instalación de la dictadura militar autodenominada Revolución Libertadora. Con respecto a su relación con el peronismo lo definió como un "movimiento político al que -como buen dialéctico- reconoció y criticó simultáneamente".
 
Por decreto del dictador militar Pedro Eugenio Aramburu del año 1955, se intervinieron todas las universidades, se dejaron sin efecto los concursos celebrados en las universidades nacionales y se pidió la renuncia de los profesores. Muchos, entre ellos Carlos Astrada se fueron al exilio. Siendo apartado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA - donde era profesor regular y también Director del Instituto de Filosofía.
 
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La filosofía peronista y las raíces del ser nacional en Carlos Astrada 
Libro "La Comunidad Organizada" de Juan Perón.

 
Astrada realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional del Monserrat de Córdoba y sus estudios universitarios de Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba.
 
En 1926, con el ensayo "El problema epistemológico de la Filosofía", Astrada ganó una beca a Alemania. Estudió en las universidades de Colonia, Bonn y Friburgo, con Max Scheler, Edmund Husserl, Martin Heidegger y Oscar Becker durante sus cuatro años allí.
 
Cuando regresó a la Argentina, Astrada fue designado como jefe de Publicaciones y Conferencias en el Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral (1933-1934). Allí comenzó una carrera extensa en distintas funciones académicas del país: fue profesor adjunto de Historia de la Filosofía Moderna y Contemporánea en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (1936-1947), Profesor de Ética en la Facultad de Ciencias y Humanidades en la Educación en la Universidad de La Plata en La Plata (1937-1947), profesor de Filosofía en el Colegio Nacional de Buenos Aires (1939-1949), profesor de nomología y metafísica en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires (1947-1956), Director del Instituto de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires (1948-1956), etcétera.
 
 
Obra
 
"Heidegger y Marx". En Cursos y Conferencias, año II número 10, abril de 1933
El juego existencial. Buenos Aires: Babel, 1933
Goethe y el panteísmo spinoziano. Universidad Nacional del Litoral, 1933
Idealismo fenomenológico y metafísica existencial. Instituto de Filosofía, Universidad de Buenos Aires, 1936
La ética formal y los valores. Universidad Nacional de La Plata, 1938
El juego metafísico. Buenos Aires: El Ateneo, 1942
Temporalidad. Buenos Aires: Cultura Viva, 1943
Nietzsche, profeta de una edad trágica. Buenos Aires: Editorial La Universidad, 1945. Segunda edición, Nietzsche y la crisis del irracionalismo. Buenos Aires: Dédalo, 1961
Sociología de la guerra y filosofía de la paz. Instituto de Filosofía, 1946, Coni, 1948
"Surge el hombre argentino con fisonomía propia". En Argentina en marcha, Buenos Aires, 1947
El mito gaucho. Buenos Aires: Ediciones Cruz del Sur, 1948; 2ª edic. 1964
Ser, Humanismo, existencialismo. Buenos Aires: Kairós, 1949
"El existencialismo, filosofía de nuestro tiempo". Mendoza: Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, 1950, UNC, tomo I
"Metafísica de la infinitud como resultado de la ilusión trascendental"; "Relación del ser con la ec-sistencia". Mendoza: Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, 1950, UNC, tomo II
Destino de la libertad. Para un humanismo autista. Buenos Aires: Kairós, 1951
El aporte del romanticismo al proceso cultural del país. Esteban Echeverría y los principios programáticos para una cultura nacional. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Cuadernos de Extensión Cultural, 1952
La revolución existencialista. La Plata: Nuevo Destino, 1952
Hegel y la dialéctica. Buenos Aires: Kairós, 1956
El marxismo y las escatologías. Buenos Aires: Procyon, 1957; Juárez Editor, 1969
Marx y Hegel. Trabajo y alienación en la Fenomenología y en los Manuscritos. Buenos Aires: Siglo XX, 1958. Reedic. Trabajo y Alienación. Buenos Aires: Siglo XX, 1965
Humanismo y dialéctica de la libertad. Buenos Aires: Dédalo, 1960
"Filosofía de la existencia y antropología filosófica". En Virasoro, M. A., Astrada, C., Agoglia, R. H., edit., Bahía Blanca: Universidad Nacional del Sur, 1960
Dialéctica y positivismo lógico. Universidad Nacional de Tucumán, 1961; Devenir, 1964
La doble faz de la dialéctica. Buenos Aires: Devenir, 1962
Tierra y figura. Buenos Aires: Ameghino, 1963
Ensayos filosóficos. Bahía Blanca: Universidad Nacional del Sur, 1963
"La dialectización de las figuras en la Fenomenología del Espíritu", en VV.AA. Valoración de la fenomenología del espíritu, Buenos Aires: Devenir, sin fecha
Humanismo y alienación. Buenos Aires: Devenir, 1964
Fenomenología y praxis. Buenos Aires: Siglo XX, 1967
La génesis de la dialéctica. Buenos Aires: Juárez, 1968
Dialéctica e historia. Buenos Aires: Juárez, 1969
Heidegger, de la analítica ontológica a la dimensión dialéctica. Buenos Aires: Juárez, 1970.
 
Fuente: Wikipedia

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26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
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