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Nacionales - 25-02-2024 / 07:02
LA REBELIÓN DE LOS GOBERNADORES, EL HARTAZGO DE MACRI Y LAS OPCIONES DEL PERONISMO

El gobierno de Javier el Loco Milei: un peligro total para el federalismo y la integridad nacional

El gobierno de Javier el Loco Milei: un peligro total para el federalismo y la integridad nacional
En menos de tres meses de gobierno Milei se convirtió en un peligro para la integridad nacional. El rumbo que tomó no tiene antecedentes. Más allá de las nomenclaturas ideológicas (neoliberal, neoconservador, neofascista, anarcocapitalista, libertario, aceleracionista), la característica distintiva de su gobierno reside en un profundo espíritu antiargentino que contamina cada una de sus decisiones y sus actos. Milei no está apto para conducir los destinos de este país que no comprende, ni quiere, ni respeta.
"No hay recursos. Faltan designaciones. La mitad del ministerio está paralizada. Así el Estado no funciona", reclamó un ministro en el momento más álgido de una reunión de gabinete que había subido de tono. Durante la mayor parte de esos encuentros, Javier "el Loco" Milei escucha en silencio. Muchas veces pierde la atención en la pantalla de su celular.
 
En su lugar contesta Santiago Caputo: "¿Cuál es el problema de que el Estado no funcione? Nosotros no queremos que funcione el Estado, queremos destruirlo. El Estado es nuestro enemigo". El presidente levantó la vista del teléfono y sonrió, encantado con la respuesta. La anécdota, que tiene algo más de quince días, la escribió esta semana el periodista Mariano Obarrio y la confirmaron dos testigos presenciales.
 
En menos de tres meses de gobierno Milei se convirtió en un peligro para la integridad nacional. El rumbo que tomó no tiene antecedentes. Más allá de las nomenclaturas ideológicas (neoliberal, neoconservador, neofascista, anarcocapitalista, libertario, aceleracionista), la característica distintiva de su gobierno reside en un profundo espíritu antiargentino que contamina cada una de sus decisiones y sus actos.
 
La motosierra que blande desde Olivos no poda tan sólo páginas en el presupuesto. También, o debería decir fundamentalmente, cercena las capacidades y responsabilidades fundamentales del Estado nacional: proveer servicios básicos, consolidar la soberanía territorial, acuñar su moneda y representar los intereses comunes ante otros países y ante las provincias.
 
La idea misma de Nación parece ajena a sus designios. Sus ínfulas místicas, que le dictan una misión divina infundida en pretensiones fundacionales, están atadas a una ideología, no a un país. Milei se percibe como economista de la escuela austríaca antes que como argentino. Su afán de trascendencia se desprende de esa lógica.
 
No es una oscura conspiración a espaldas del pueblo sino la regla que guía, en forma transparente, cada acto de su gestión. La visita del secretario de Estado yanqui, Antony Blinken, al balcón de la Casa Rosada, es el ejemplo perfecto de esa perversión de los atributos nacionales, aunque no el único. Se trata de la misma pulsión que rige la enloquecida pelea sin cuartel de Milei contra los gobernadores y contra el Congreso. Y que diseña su agenda internacional.
 
A esta altura es difícil encontrar alguien que niegue lo evidente: Milei no está apto para conducir los destinos de este país que no comprende, ni quiere, ni respeta. La pregunta del millón desde el 10 de diciembre es cuánto puede durar semejante experimento y en los últimos días comenzó a encontrar respuestas.
 
Incluso antes del principio de marzo, que era la fecha prevista en casi todos los pronósticos para un recrudecimiento de las tensiones, esta semana la agenda ya adoptó el ritmo de un país en conflicto: miércoles paro de transporte, jueves paro de sanidad, viernes corte de rutas y avenidas, lunes paro de docentes. El peronismo comenzó a acelerar los pasos de su recomposición política. Macri le bajó el pulgar al mandatario y activó su plan B. Los acontecimientos se precipitan.
 

En el gobierno (y todavía en algunos sectores de la oposición) creen que Milei aún cuenta con un colchón de respaldo mayoritario y que se fortalece cada vez que confronta contra el elenco estable.
 
Al margen de consideraciones sociológicas y politológicas sobre el comportamiento de la sociedad argentina en el marco de un proceso sostenido de deterioro de las condiciones de vida, el impacto de la pandemia, los fenómenos globales de ultraderecha y demás consideraciones, en este caso, como tantas veces, será el vil dinero el que determine el futuro de su experimento, una carrera contra el tiempo, con el estallido de una crisis política haciendo tic tac.
 
El cable que desactiva la bomba es el verde: para consolidar la gobernabilidad lo que necesita (y todavía no consigue) son dólares.
 
Esta semana, además del secretario de Estado Blinken, visitó Buenos Aires la número dos del FMI, Gita Gopinath. Son dos funcionarios de altísimo rango que escogen muy cuidadosamente sus destinos. En el caso de la economista, además, el viaje fue un gesto político que implicó pasar por alto un antecedente complicado: Milei plagió un artículo suyo para escribir el libro Pandenomics.
 
En cualquier caso, ambos hicieron el esfuerzo para traer el mismo mensaje. El Fondo Monetario no hará un nuevo desembolso de dinero si el gobierno argentino no logra garantizar un sendero fiscal sustentable política y socialmente. Esa ilusión no duró ni siquiera 24 horas: el viernes por la noche el presidente dinamitó todos los puentes con sus interlocutores naturales. ¿Los dólares, entonces, de dónde van a salir?
 
Milei insiste con que va a dolarizar antes de mitad de año, hipótesis resistida por los emisarios de la Casa Blanca pero que coincide con el diagnóstico de dirigentes tan distintos como Cristina Fernández de Kirchner, Martín Guzmán y Elisa Carrió.
 
Esa perspectiva empioja la negociación con el campo para la liquidación de la cosecha gruesa. Algunos exportadores ya están pisando sus divisas, con la perspectiva de poder ingresarlas al país en pocos meses sin tener que convertirlas a pesos.
 
Además, esta semana la Bolsa de Rosario dio a conocer sus estimaciones para esta temporada: no habrá supercosecha y los precios internacionales están a la baja. "El clima y los términos de intercambio no harán un aporte tan generoso a las cuentas externas de la Argentina", se lamentan. No hay plata.
 
Tampoco será su agenda internacional la que abra canales para la llegada de dólares. En su primer viaje, a Davos, fue a dar cátedra y aunque se jactaba de tener sesenta pedidos de reuniones bilaterales concretó una sola. O es un mentiroso o dejó pasar costosas oportunidades. Su segundo viaje, a Israel y al Vaticano, tuvo motivos poco terrenales.
 
El viernes salió del país por tercera vez, rumbo a Estados Unidos, otra vez con compromisos que tienen que ver con sus veleidades de líder mundial de ultraderecha y no con los intereses argentinos. Aunque le había prometido otra cosa a Blinken, tuvo su primera foto con Donald Trump. Milei otra vez jugando en una interna ajena donde no tiene nada que ganar y, por mucho que se autoperciba mastín inglés, no es más que un chihuahua.
 
La renuncia absoluta del gobierno a representar los intereses nacionales quedó expuesta con la visita a las Islas Malvinas del secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron. La explicación que brindó el vocero presidencial Manuel Adorni, consultado sobre el asunto, no precisa comentarios: "La visita de Cameron a Malvinas es un tema de Cameron y del gobierno inglés. No tenemos por qué opinar sobre la agenda de otros países".
 
La canciller Diana Mondino omitió expresar una queja formal y ni pensó en suspender la reunión bilateral que tenían prevista en el marco del encuentro de cancilleres preparativo para el G20, el miércoles en Brasilia, pero eso sí: se hizo la picante en un par de posteos en sus redes sociales. Gobernar es tuitear.
 
El vacío que deja el Estado nacional naturalmente encuentra quién lo ocupe. El fin de semana pasado coincidieron dos encuentros llamativos. En primer lugar, y con la excusa de las celebraciones del año nuevo chino, el gobernador bonaerense Axel Kicillof recibió al embajador chino, Wang Wei. En una larga conversación encontraron varias coincidencias políticas respecto al rol de la provincia y de Argentina en el mundo.
 
Un día antes, su par santafesino Maximiliano Pullaro tuvo una mesa de negocios con los embajadores de Qatar, Arabia Saudita y Kuwait, y el encargado de negocios de los Emiratos Árabes. La agenda giró en torno a intercambio comercial e inversiones en infraestructura. La reunión, por protocolo, fue en el Palacio San Martín, pero no participaron funcionarios nacionales.
 
No son episodios aislados sino síntomas del proceso de vaciamiento y demolición del Estado nacional y del abandono de sus facultades y obligaciones, acompañados por una feroz campaña de comunicación tradicional y no tradicional que apunta contra todo lo que se mueve en otra dirección: Lali Espósito, Nacho Torres, Ricardo López Murphy, Juan Román Riquelme, Jorge Macri, el festival Cosquín Rock, el Congreso de la Nación, el kirchnerismo, la UCR, los comedores infantiles o los jubilados, en un enloquecido Telekino de connotaciones fascistas: ¿y si esta semana te toca a vos?
 
La descomposición del tejido político, en este caso, y a diferencia del 2001, precede al estallido social. Los riesgos, por lo tanto, se multiplican. Con un timbero en el ministerio de Economía, ¿qué puede fallar?
 
Por eso mismo no debe leerse el conflicto con Chubut, que explotó el viernes, en términos jurídicos, sino estrictamente políticos. No es la letra chica de una deuda corriente lo que está en juego sino una dinámica de poder propuesta desde la Casa Rosada y rechazada por las provincias.
 
La narcótica inmediatez de la lógica de redes sociales a veces hace que cueste mantener el foco, pero no es difícil reconstruir la secuencia. Hace un mes la noticia era que el presidente había amenazado a los gobernadores: "Los voy a dejar sin plata, los voy a fundir a todos". Hace una semana, mediante una presentación judicial, Torres logró frenar la quita de subsidios al transporte en su distrito. En represalia, Milei ordenó "ejecutarlo" y retener los fondos de coparticipación. Tiene otras provincias en la mira.
 
La incierta deriva de este experimento impactó en el resto del arco político, que a esta altura descuenta, mayoritariamente, que los plazos se acortan. "Se aceleraron los tiempos", sentenció Mauricio Macri, que dio la orden de terminar las negociaciones para hacer un joint venture con el presidente. Lo considera impredecible e incontrolable. Tiene candidatos mejores para ocupar ese rol.
 
Macri estuvo reunido con Torres un día antes de que estalle el conflicto con Nación. Le dio luz verde para ir al choque pero no le avisó a Patricia Bullrich, que salió a bancar al gobierno y quedó en offside. También les pidió a los dirigentes que trabajan cerca suyo en un plan de contingencia para tomar el gobierno por asalto que suspendan cualquier viaje que los encuentre lejos de Buenos Aires en los próximos días.
 
El peronismo observa la deriva catastrófica con cierta sensación de impotencia, como acontecimientos que suceden más allá del alcance de su mano. La sensación de urgencia apuró movimientos que estaban previstos para el otoño. En pocos días ensayaron sus reapariciones CFK y Máximo Kirchner y para la semana que empieza está previsto que haga lo suyo Sergio Massa.
 
Alberto Fernández volverá al país sólo para descubrir que el que se fue a Sevilla perdió su silla. Pronto dejará de ser presidente del PJ y es posible que ni siquiera tenga voz en lo que viene. La decisión se tomó esta semana en un cónclave de todas las tribus. Las internas quedarán para más adelante pero asoman como inevitables. Ya nadie tiene la capacidad de ordenar las cosas a dedo, para bien o para mal.
 
Las discusiones domésticas y la lucha por un bastón de mariscal vacante son necesarias pero no deben distraer de la cuestión principal para la oposición: operar los contrapesos al gobierno, reconstruir mayorías, tener el temple y la inteligencia para separar lo trivial de lo importante de lo irreversible y trazar líneas rojas efectivas para evitar los daños más gravosos, que, ahora lo vemos, son los que atentan contra la integridad nacional.
 
Por eso mismo, aunque por momentos resulte imprescindible que los gobernadores se empoderen en defensa de sus intereses locales (como Chubut, pero también como La Rioja, que emitió su propia cuasimoneda, con menos respaldo), nunca deben olvidar, oficialistas y opositores que Argentina es un país y no solamente la suma de sus provincias.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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02-12-2024 / 09:12
La última encuesta del consultor Gustavo Córdoba, que se publicó este domingo 1 de diciembre, sostiene que una mayoría de la población percibe que "no hay nada" frente al presidente Javier "el Loco" Milei, que el oficialismo no tiene contrapeso.
 
En el año 2017, luego de lograr la victoria en las elecciones de medio término, el entonces presidente Mauricio Macri le decía a sus asesores: "El punto es que peleamos contra la nada". Estaba convencido de que había logrado construir una nueva hegemonía política, entre el triunfo en las urnas y la persecución judicial a sus adversarios. Y que los riesgos pasaban entonces por las internas que se abrían en la supuesta nueva fuerza dominante, ahora que no había un cuco a ser derrotado que funcionara como ordenador.
 
Fue una etapa de la política argentina -no duró más de seis meses- en la que también se había instalado la percepción de que no había oposición. Lo mismo puede decirse de la mayoría de los 12 años que gobernó el kirchnerismo. Recién cuando se constituyó Cambiemos, en marzo de 2015, surgió una gran coalición antiperonista con capacidad de ganar una elección nacional. Tuvo que correr mucha agua bajo el puente, incluida la desaparición física de Raúl Alfonsín, que jamás hubiera avalado una alianza del radicalismo con el macrismo.
 
¿En qué se parecen estos períodos al actual? Dos elementos: un oficialismo fortalecido por cierto respaldo popular, en el caso de Milei recostado en las encuestas propias, y una oposición sin rumbo.
 
A la oposición hay que analizarla en dos planos. Un trazo es lo que podría describirse como el antimileismo. En ese universo están incluidos los radicales que responden a Martín Lousteau y Facundo Manes; el socialismo santafesino y el Frente de Izquierda. Por ahora parece imposible que estas fuerzas construyan una alianza con el peronismo para enfrentar al gobierno.
 
En otro plano está la fragmentación del propio peronismo. La defección de gobernadores como Osvaldo Jaldo, Raúl Jalil y Martín Llaryora dejó como expresión opositora al peronismo de Axel Kicillof de la Provincia de Buenos Aires, junto con el riojano Ricardo Quintela, el formoseño Gildo Insfrán el pampeano Sergio Ziliotto; y, más oscilante, el santiagueño Gerardo Zamora. El punto es que dentro de ese peronismo opositor también hay fragmentación. La más visible es la tensión entre el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y La Cámpora de Máximo Kirchner, a la que se suman intendentes alineados en cada vertiente.

El peronismo opositor a Milei es sólo una parte del peronismo y además está dividido. No es extraño que la percepción social sea que no hay una oposición. Kicillof suele mostrar su gestión como la contracara de Milei, pero esa posición no es luego acompañada por el resto del peronismo bonaerense. Los dirigentes nucleados en La Cámpora ponen más energía en cuestionar al gobernador de su propia fuerza que en respaldarlo en su enfrentamiento con el gobierno nacional, que está asfixiando a la Provincia. Es una estrategia que tiene un efecto seguro: no suma votos para nadie.

Kicillof, por su parte, trasladó este conflicto a la disputa por la conducción del PJ nacional. No respaldó la candidatura de CFK para la conducción partidaria. Es una posición que no le suma demasiado porque sus votantes son los mismos que quieren a Cristina. Luego del triunfo de Macri en 2015 parecía que el PJ se había roto en tantos pedazos que sería imposible volver a pegarlo y cuatro años después ese PJ ganaba la elección. 

La Opinión Popular


01-12-2024 / 11:12
¿Qué habrán interpretado los industriales argentinos cuando Javier Milei les prometía eliminar al Estado y a cualquier política pública que limitara al libre mercado nacional e internacional? ¿Habrán entendido que el anarco capitalismo consistía en defender a la industria nacional? ¿O creyeron que Milei, una vez asumido, no iba a cumplir con sus compromisos de campaña?
 
Es posible que todo se trate de un malentendido de origen, producto del optimismo natural de los empresarios. Durante estos meses se la pasaron aplaudiendo a alguien que suponían Donald Trump y ahora descubrieron que siempre fue Milei. Esta semana la Unión Industrial Argentina celebró su trigésima conferencia. Los industriales habían invitado al Presidente y a su ministro de Economía. Ninguno de los dos fue.
 
El Presidente venía de declarar en septiembre que en los últimos años los industriales "se volvieron más dependientes del Estado. A mediados del siglo pasado se decidió que todo se tenía que producir acá y, para proteger a la industria, se le robó al campo". En lo económico, Milei no es Trump, Bolsonaro, Meloni, Orbán ni Abascal. Hay un solo presidente...
 
Durante la campaña, Milei casi no habló de la industria. Apenas sostuvo que "van a tener que competir, ganarse el pan con el sudor de la frente o irán a la quiebra". En la plataforma electoral de La Libertad Avanza ni siquiera le dedicó un párrafo. Los industriales medianos, grandes y pequeños pidieron reiteradamente alguna definición. Siempre les respondieron extraoficialmente diciéndoles que se iría a una "apertura comercial unilateral a la chilena", porque "el comercio libre produce bienes de mejor calidad a mejor precio".
 
Los industriales que ahora se sorprenden con las actitudes de Milei, quizá querían creer que se encontraban ante un liberal que lo que haría sería resolver el déficit, bajar la inflación y producir una reforma laboral que permitiera producir más con una mayor previsibilidad.
 
Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Si Milei es un anarquista que detesta la intervención del Estado en el comercio, enemigo de los aranceles y de los límites a las importaciones; si nunca se interesó por la industria argentina y si cuando habló fue para castigar a los industriales; por qué ahora tanta sorpresa.
 
Un mundo sin aranceles. En la UIA trataron de minimizar la descortesía de Milei y Caputo. Su presidente, Daniel Funes de Rioja, sólo hizo una advertencia sobre la apertura indiscriminada de importaciones: "El punto es bajo qué condiciones se abrirá la economía. Hay que mirar la experiencia internacional. Hoy tenemos a Estados Unidos protegiendo su producción, Europa, Canadá, Brasil y, desde el punto de vista de las restricciones, tenemos distorsiones fiscales."
 
Tras la confusión inicial de haber festejado a Milei como si fuera Trump, los industriales se encuentran un año después con el peor escenario. En la Argentina hay un Presidente que pretende levantar las restricciones a las importaciones y en los Estados Unidos llega otro, el verdadero Trump, que restringirá aún más el ingreso de productos importados a su país.
 
Esto es: las potencias podrán ingresar sin mayores restricciones sus productos, pero el país tendrá cada vez más problemas para ingresar los suyos en esas potencias.
 

30-11-2024 / 11:11
Las y los jóvenes son el grupo que más dificultades tiene para encontrar trabajo en Argentina: el 90% así lo sostiene. En una coyuntura de recesión económica, con destrucción sostenida de fuentes de empleo formal y una reforma laboral que busca mayor precarización en la entrada, permanencia y finalización de un trabajo, escaló a 9 de cada 10 la cantidad de jóvenes que encuentra barreras al momento de acceder a un puesto laboral.
 
Se suma que el 72% señala a la falta de experiencia como principal obstáculo mientras que 7 de cada 10 termina desempeñándose en actividades que no son de su interés.
 
Los datos se desprenden de una encuesta regional que, en el caso de nuestro país, refleja que la mayor parte de la juventud termina aceptando lo que pueda encontrar, debido a la urgencia de necesidades económicas en un escenario donde una cuarta parte de la juventud argentina vive en la indigencia.
 
"La dificultad que manifiestan los jóvenes para insertarse en el mercado de trabajo es realmente alarmante", resaltó el informe donde se observa que entre las condiciones laborales predomina una menor estabilidad laboral y un peor nivel de ingresos, lo que además genera mayores dificultades para el acceso a la vivienda.
 
Sobre esto último, en base a datos oficiales, se puede observar que si bien las y los jóvenes trabajan, en promedio, casi las mismas horas que la población general, tienen ingresos un 30% inferiores, diferencia que se agrava aún más en el caso de las mujeres, y de esa manera están sobrerrepresentados en los deciles de menores ingresos -donde casi la mitad tiene entre 14 y 29 años- y son sólo el 7% de las personas del decil de mayores ingresos de la población.
 
Al respecto, un joven necesitó contar con un mínimo de 325.670 pesos en octubre para afrontar los gastos básicos para subsistir; esto es, 190% más que hace un año atrás y el doble que desde diciembre pasado (158.000 pesos más).
 
"La tasa de pobreza y la de indigencia presentan una tendencia al alza, con una mayor incidencia en los jóvenes que en la población total. Este segmento etario sufre la pobreza y la indigencia más que el promedio de la sociedad", alertaron recientemente desde el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina. Actualmente, la pobreza en la juventud aumentó a 62% y la indigencia alcanza casi al 25%.  
 

29-11-2024 / 10:11
Mauricio Macri está perdiendo relevancia. Y lo sabe. Por eso una vez más salió a clavar un estilete bien dirigido en el flanco del Gobierno. Lo hizo al cuestionar el compromiso libertario para aprobar el proyecto de Ficha Limpia que, de ser sancionado, proscribiría a Cristina. La segunda sesión que impulsó el PRO se cayó con ausencias de La Libertad Avanza, que ya permiten a los macristas especular con un supuesto pacto entre Javier Milei y la presidenta del PJ, aunque solo sea para limar un poco al actual mandatario.
 
Pero hay temas que le generan aún más recelo a Macri: que lo hayan excluido de la negociación por el Presupuesto 2025, donde el Gobierno busca acordar individualmente con los gobernadores PRO (ni siquiera como bloque). Y, sobre todo, que hayan enviado a extraordinarias un proyecto para eliminar las PASO, lo que destruye cualquier chance para que pueda negociar de manera exitosa con Karina Milei la inclusión del PRO en las listas de un frente común.
 
La declaración de Macri sobre Ficha Limpia tenía destinatarios precisos, a los que envenenar con una frase teleridigida con mira telescópica: Santiago Caputo y Karina Milei. La sesión de Ficha Limpia fue impulsada por el PRO y como algunos de sus integrantes señalaron --la indignadísima Silvia Lospenatto-- hubo notorias ausencias de La Libertad Avanza que impidieron llegar al quórum. Por lo tanto, la estocada de Macri busca poner en duda que Milei tenga un real compromiso de lucha contra la corrupción y, en particular, de golpear sobre su adversaria, la expresidenta.
 
Pero lo que realmente tiene envenenado a Macri son otras dos cuestiones. La primera es la negociación del Presupuesto 2025, de la que él fue prolijamente dejado al margen. En su última reunión de la cúpula del PRO, dio instrucciones para defender a rajatabla los planteos de los gobernadores de Juntos (ya no Juntos por el Cambio, Juntos a secas). Y planteó que había que arrancarle al Gobierno las modificaciones al Presupuesto y tener por escrito que van a cumplir con las transferencias de fondos, que vienen retaceando, a las provincias aliadas.
 
Por ahora, no está el Presupuesto entre los temas a tratar en extraordinarias, lo que alimenta el enojo de Macri. También el hecho de que el Gobierno busca no solo puentearlo a él, sino romper el frente común entre gobernadores del PRO y radicales y conseguir que cada uno negocie individualmente. Lo que fomenta Santiago Caputo para destruir toda resistencia y que Macri busca evitar a toda costa. Por ahora, Macri no tiene las de ganar: hay gobernadores que negocian solos y, de hecho, entregaron su última herramienta de presión, la sesión para rechazar el DNU de renegociación de deuda.
 
El segundo tema urticante que tiene a Macri pensando en la ruptura es la convocatoria a extraordinarias para eliminar las PASO. Macri necesita de las primarias, primero como herramienta de amenaza para negociar las listas y, en segundo lugar, como herramienta efectiva para competirle a La Libertad Avanza en aquellos distritos donde no tiene estructura y el PRO tiene las de ganar. Sin PASO, Macri queda a merced de la lapicera de Karina Milei para el cierre de listas y su única alternativa es quedar afuera de un frente, que podría llevar al PRO a sacar porcentajes ínfimos si se comprueba el traspaso de votantes a La Libertad Avanza que marcan la mayoría de las encuestas.
 
La Opinión Popular
 

28-11-2024 / 10:11
Hace dos meses, Javier "el Loco" Milei envió al Senado los pliegos del juez federal Ariel Lijo, y del catedrático Manuel García-Mansilla para ser nombrados en la Corte Suprema. El polémico juez Lijo recibió una andanada de cuestionamientos de distintos sectores, incluido el propio oficialismo.
 
Hay senadores que son oficialistas o están cerca del Gobierno que adelantaron su rechazo a Lijo. Entre ellos, la propia vicepresidenta Victoria Villarruel cuestionó al juez federal. También el ahora exlibertario Francisco Paoltroni y el cordobés Luis Juez, presidente del bloque del PRO, entre otros.
 
Así, el Presidente no logra imponer al juez Lijo y al catedrático García-Mansilla. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, admitió que podrían nombrarlos por decreto. El verdadero motivo que impulsa a Milei a cambiar la conformación del alto tribunal, es poder controlarlo.
 
El senador de Unión por la Patria, José Mayans, le entregó a Francos una nota para rechazar la eventual designación por decreto de los jueces de la Corte Suprema y le solicitó al Gobierno nacional negociar las designaciones. Lo hizo al finalizar su discurso de cierre en el Senado de la Nación, luego de la exposición de Francos del tercer informe anual de gestión, en el que repasó el año del presidente Milei en la Casa Rosada.
 
"Le voy a entregar una nota para que usted considere el tema de la Corte, queremos hablar sobre la Justicia nacional, Procurador General, Defensor... Hagan un acuerdo con las fuerzas políticas", finalizó Mayans. La nota hace foco en la inconstitucionalidad de la accionar por decreto de los magistrados del tribunal supremo. Antes, el formoseño criticó la posibilidad que abrió Francos de nombrar a los jueces de la Corte por decreto.
 
En su discurso, Mayans dijo: "Está el tema de la Corte... No se puede hacer como si fuera un subalterno del Presidente. La Constitución por la que hoy usted es jefe de Gabinete... Menem dijo "yo quiero ser reelecto". Vamos a tener jefe de Gabinete, tercer senador, Consejo de la Magistratura y hoy esa es la Constitución que impera en el país".
 
"En eso consiste esto. Un poder del Estado es un sistema complejo. A propuesta del Poder Ejecutivo, el Senado interviene. Ahora, una persona que es nombrado por decreto, ¿Qué garantía tiene de estabilidad? ¿Qué garantía tiene de independencia?", continuó el senador.
 
Y remató: "Si no le gusta al Presidente, ahora quiere echar a la vicepresidenta... Ahora usted es la casta número uno, hace 50 años que vive del Estado (por Francos). Usted dice vamos a nombrar por decreto. ¡Nulo de nulidad absoluta!. ¿Qué les dice la Constitución? Negocien".
 
Para nombrar a un miembro de la Corte se necesitan 48 votos, es decir, una mayoría agravada, y el peronismo cuenta con 44 senadores. Por ese poder en el Senado, la aspiración de Milei de designar a dos nuevos cortesanos debe pasar por el tamiz de Cristina Kirchner.
 
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