“Discutir con la ultraderecha es como jugar al ajedrez con una paloma: la paloma derribará las piezas, se cagará en el tablero y luego saldrá volando, atribuyéndose orgullosa la victoria y dejándote a ti la tarea de tener que limpiar la mierda”. Ece Temelkurán
FALLIDO INTENTO PUTCHISTA DEL 23 DE FEBRERO DE 1981
Tejerazo: Golpe de Estado de 1981 en España
Las cámaras de TV captan el momento en el que el teniente coronel Antonio Tejero Molina sube al estrado, pistola en mano, y secuestra a todos los diputados.
El 23 de febrero de 1981, el teniente coronel Antonio Tejero intentó dar un golpe de Estado durante la votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. A las 18:22 horas, cuando iba a emitir su voto el diputado socialista Manuel Núñez Encabo, se inició la operación Duque de Ahumada, en referencia al fundador de la Guardia Civil.
Según el plan trazado, un grupo de guardias civiles armados irrumpió en el hemiciclo del Congreso de los Diputados encabezados por Tejero. Éste, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!" y dio orden de que todos se tirasen al suelo. Otra frase atribuida a los golpistas fue "¡Se sienten, coño!".
La Opinión Popular Tejero, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!". El golpe de Estado de 1981, también conocido como 23F, fue un intento fallido de golpe de Estado perpetrado el 23 de febrero de 1981 por algunos mandos militares en España.
Los episodios centrales fueron el asalto al Palacio de las Cortes por un numeroso grupo de guardias civiles a cuyo mando se encontraba el teniente coronel Antonio Tejero, ocurrido durante la votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, de Unión de Centro Democrático, así como la ocupación militar de la ciudad de Valencia en virtud del estado de excepción proclamado por el teniente general Jaime Milans del Bosch, capitán general de la III Región Militar.
Tras la entrada de Tejero en el Hemiciclo, el Secretario de Estado norteamericano, el general Alexander Haig, se limitó a decir que «El asalto al Congreso de los Diputados es un asunto interno de los españoles»,79 lo que le valió severas críticas internacionales.
A la una y catorce minutos de la madrugada del día 24 de febrero, el rey Juan Carlos I, vestido con uniforme de Capitán General de los Ejércitos, se dirigió a la nación para situarse contra los golpistas, defender la Constitución española, llamar al orden a las Fuerzas Armadas en su calidad de Comandante en Jefe y desautorizar a Milans del Bosch. A partir de ese momento el golpe se da por fracasado. La salida de los diputados tras pasar la noche cautivos de los golpistas en el Congreso.