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Entre Ríos - 18-02-2024 / 19:02
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

¿Qué hará el porteño Frigerio ante la venganza de Milei que amenaza el comienzo del ciclo lectivo?

¿Qué hará el porteño Frigerio ante la venganza de Milei que amenaza el comienzo del ciclo lectivo?
La quita del FONID hará que las provincias no paguen esta suma significando una rebaja nominal del salario docente de entre un 8 y un 20% por cargo. Esto se suma a la provocación de Milei cancelando la paritaria nacional docente, cuando en medio de una fuerte escalada inflacionaria es necesario una respuesta inmediata en defensa del salario docente. Al mandatario provincial no le alcanzará con una jornada marketinera para las fotos realizando tareas de pintura en una escuela, de cara al comienzo del ciclo lectivo.
Javier "el Loco" Milei quiso arrancar su presidencia con el acelerador al mango, pero se estrelló contra el Congreso. El gobierno del libertario, apoyado por Rogelio Frigerio, sufrió una derrota temprana y feroz con el fracaso irrebatible de su Ley Ómnibus. "Delincuentes", "traidores", "extorsionadores" y "casta" fueron algunos de los insultos que arrojó sobre los diputados que votaron en contra de artículos clave de su proyecto legislativo estrella. Días después, en venganza, anunció la reducción del subsidio a las empresas de transporte, solamente al interior del país, impactando en la población más necesitada, esa masiva "casta" que viaja apretujada en colectivos. Creer en casualidades desafía toda inocencia.
 
El irracional Milei ha decidido que su gobierno de ultra minoría parlamentaria (La Libertad Avanza tiene 38 diputados de 257 y siete senadores de 72) no será una administración de recompensas para intentar alianzas, sino una gestión de represalias contra los que no acaten totalmente sus propuestas. El apoyo terrenal de los gobernadores semioficialistas no importa, cuando lo bancan "las fuerzas del cielo". Lo cual llevó a una situación de incertidumbre a aquellos que, como Frigerio, siendo de otro palo, se habían convertido en sus socios incondicionales por un denominador común: el neoliberalismo centralista porteño.
 
Frigerio había defendido el polémico DNU de Milei afirmando que es el "norte de hacia dónde tiene que ir" el país porque contiene medidas que "en su mayoría son similares a las del programa económico de Juntos por el Cambio en la última campaña electoral". En Entre Ríos, cuna del federalismo argentino, causa indignación y desconcierto la obsecuencia de Frigerio con la política centralista porteña de Milei, que desfinancia de manera feroz al interior, saqueando los recursos que la Nación recauda dentro de las propias provincias. Un ajuste que antes que afectar a Frigerio ya recortó los ingresos de la mayoría de los entrerrianos, y muy especialmente de los jubilados.
 
Frigerio disimula su apoyo al ajuste de Milei hablando de la herencia y del kirchnerismo. Repite el latiguillo de que recibió una provincia desordenada y endeudada, mientras que en campaña nada decía de esto, porque la realidad era otra y no podía mentir sobre lo evidente. "Dejé una provincia con orden fiscal y financiero, sueldos al día que le ganaban a la inflación, obra pública en marcha, y resulta que en dos meses este gobierno se pone la provincia de sombrero", expresó el ex gobernador Gustavo Bordet. Ocurre que la realidad cambió drásticamente en los 60 días de gobierno de Milei, que ataca a los habitantes del interior con la intención de profundizar el ajuste, y que encuentra en Entre Ríos el silencio servicial del porteño gobernador, el que quiere alejarse de los conflictos.

Lo que parece no entender Frigerio es que el anarco capitalista Milei está decidido a asfixiar a las provincias aferrándose al latiguillo "no hay plata". No negociará ni dará respuesta a los reclamos de gobernadores e intendentes por fondos y subsidios, ya ha cortado el grifo de las transferencias a las provincias y hace oídos sordos a las quejas. Se piensa quedar con todo los impuestos que se recaudan en el interior y no repartir nada. La Nación quiere ordenar sus cuentas y pagarle al FMI a costa de las provincias. Pero la Nación no puede ignorar arbitrariamente sus obligaciones con las provincias. Pareciera que las provincias no son más parte de la Patria, a pesar de todo lo que tributan al país. ¿Se puede tener gobernabilidad sobre un conflicto irresuelto con las provincias? 

Como parte de esa ofensiva, de una crueldad política inusitada, Milei enfrenta al interior federal, utiliza el polémico DNU para profundizar la herencia neoliberal, quitando al Estado nacional de cualquier responsabilidad sobre la educación y delegando todo en las provincias, pero reduciéndole los recursos. Con un ataque a la educación pública y gratuita en un ajuste a la escuela estatal, a comedores escolares y salarios docentes, con un recorte del FONID y la cancelación de la paritaria nacional. Sin aumento ni incentivo docente, los maestros cobrarán menos que el año pasado, con lo que las paritarias que eran complicadas, ahora son un polvorín.
 
¿Qué hará Frigerio ante la venganza libertaria que amenaza el inicio de ciclo lectivo? Sus límites son estrechos. El 26 de febrero comienzan las clases, un año lectivo que preanuncia alta conflictividad con los docentes, porque el gobierno de Milei empuja a los gremios a la huelga. Comenzando con la cancelación de los fondos para salarios y bloqueando el envío de dinero hacía comedores, cooperadoras e infraestructura escolar en medio de una fuerte inflación provocada por la devaluación del 118%. 
 

La quita del FONID hará que las provincias no paguen esta suma significando una rebaja nominal del salario docente de entre un 8 y un 20% por cargo. Esto se suma a la provocación de Milei cancelando la paritaria nacional docente, cuando en medio de una fuerte escalada inflacionaria es necesario una respuesta inmediata en defensa del salario docente. Al mandatario provincial no le alcanzará con una jornada marketinera para las fotos realizando tareas de pintura en una escuela, de cara al comienzo del ciclo lectivo.
 
Milei se juega a golpear duro a la docencia y a las familias que mandan a sus hijos a los colegios mientras su política neoliberal hace crecer fuerte la inflación y la pobreza. En tanto el FMI festeja el plan de pagar la brutal deuda que contrajo Macri con el sacrificio del pueblo. Con delirio unitario, Milei hace un ajuste tan cruel, que recorta los míseros presupuestos destinados a darle muchas veces el único plato de comida de las niños que concurren a las escuelas, más del 60% pobres y con hogares golpeados por inflación, tarifazos, despidos, suba en los alquileres, alimentos y transporte. Son muchas las familias que preguntan si ya están abiertos los comedores. Paralelamente, favorecen el negocio de las escuelas privadas proponiendo que sigan sin pagar aportes patronales y vaucherizando "la oferta" con un bono a las familias, mientras que su venganza perjudica a los ciudadanos más alejados de la casta.
 
Milei y el macrista Luis "Toto" Caputo no tienen límites en sus recortes irracionales a las provincias con las medidas de retener el envío de fondos que corresponden por ley, colisionando directamente con el sistema federal que debería respetar la Nación. El federalismo no es un adorno: es una de las formas que adopta la Argentina para su gobierno, según el artículo 1° de la Constitución. Milei y Frigerio deberían saberlo. Los bloques peronistas que integran la Legislatura salieron al cruce en un documento: "Estamos frente a un gobierno provincial que elige atribuir los problemas actuales a la herencia recibida en vez de reconocer que los inconvenientes más graves que hoy tiene Entre Ríos derivan de decisiones del gobierno de Javier Milei, decisiones que el gobernador no cuestiona aunque afectan los derechos de todos los habitantes de la provincia. Es más fácil para el gobernador Frigerio echarle la culpa al gobierno anterior que reclamarle con seriedad y responsabilidad al actual gobierno nacional".
 
Gobernar la Nación sobre la base del federalismo no es una opción: es un mandato constitucional. Y lo es porque la forma federal es, sustancialmente, una forma legítima de control político, en los términos que se concibieron originariamente en la Constitución de Estados Unidos y que nuestra Carta Magna replicó por la naturaleza política de Argentina. Es una descentralización del poder, tanto por las provincias como municipios, sobre la base de la territorialidad y en esa división del poder complementa el espíritu de la república que supo postular Montesquieu y que deberían defender los "republicanos" de pacotilla. El brutal tajo en las partidas que representan una parte sustancial de los recursos de las provincias explica no sólo el sentido del ajuste neoliberal, sino además el porqué de las reacciones de la mayoría de los gobiernos del interior en contra de este intento de desmembramiento salvaje del cuerpo de la Nación. Frigerio no se encuentra en este grupo de gobernadores que resisten.
 
Milei impulsa el cuarto experimento neoliberal en la Argentina, luego de José Alfredo Martínez de Hoz durante la última dictadura, la dupla Carlos Menem-Fernando de la Rúa durante los 90 y, más cerca, Macri con el gobierno de Cambiemos. El anarco capitalista en esta instancia no perderá apoyo social por sus irracionales y extravagantes modos políticos, sus amenazas de matón de barrio, por seguir consejos de su perro muerto o designar a su hermana como Primera Dama, sino por aplicar políticas que siempre fracasaron en nuestro país, pese al apoyo inamovible del FMI. Las mayorías no van a apartarse de él sólo por la forma en que pisotea los consensos democráticos, insulta a diputados o ignora la Constitución Nacional, sino porque este nuevo intento autoritario sólo las empobrecerá más. Los argentinos pretenden vivir mejor, incluso aquellos que no tuvieron la suerte de nacer ricos. Y a eso parece que el gobierno nacional no lo ve, o no le importa.
 
Frigerio debería ser consciente de que la situación social es de tal gravedad que cualquier recorte excesivo en los recursos nacionales, que implique dificultades de pagos de salarios y jubilaciones, puede ser la chispa que dispare el estallido social en la provincia. Los conflictos de sueldos con los docentes afectará primero a quien esté a cargo de la gobernación. Pero cuando esos problemas superan la escala sectorial, el gobierno nacional no podrá sustraerse. ¿Quiénes votaron a Milei pero también a Frigerio, van a pensar que no hay plata porque alguna casta vive de privilegios o porque el libertario cumplió con su plan de ajuste contra el pueblo? 
 
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¿Qué hará el porteño Frigerio ante la venganza de Milei que amenaza el comienzo del ciclo lectivo? 
 
CONTEXTO NACIONAL
 
Con Milei, el país está entrando en una etapa dramática y peligrosa
 
La CGT definió como "drama social" la situación en el país, al tiempo que el gobierno de Javier Milei festejó haber logrado el superávit fiscal en enero con más del 50 por ciento de inflación -sólo en sus dos primeros meses de gestión- con salarios y jubilaciones congelados, sin abastecer a miles de comedores populares, y con aumentos del 300 y 400 por ciento en los servicios y el transporte público.
 
El gobierno festejó el drama social que provocó con el famoso superávit, festejó que el comienzo de las clases esté amenazado por qué decidió no enviar a los gobernadores la plata que les corresponde y que desaparezca el empleo de 200 mil trabajadores de la construcción y de otros miles de trabajadores porque suspendió las obras públicas.
 
Los fríos índices de la macroeconomía dan datos francamente preocupantes, mientras que en el microcosmos de los hogares la calidad de vida se desploma a una velocidad inusitada. El descontento de los empobrecidos crece y el anarco capitalista Milei no ofrece soluciones, pero sí un relato plagado de insultos y enemigos para expiar culpas.
 
Lo de no llegar a fin de mes dejó de ser una sensación para convertirse en cruda realidad. Asalariados empujados a ver el mundo desde debajo de la línea de la pobreza y peligrosamente cerca de la indigencia, resignan horas de descanso en desesperada búsqueda del mango extra que necesitan para parar la olla.
 
Empleados que en otra realidad pudieron comprar un auto o una moto, rezan en busca de la gracia divina que traiga algo de plata fresca, a los demás les queda la changa cómo único recurso. El rebusque del trueque revive en grupos de WhatsApp y espacios de redes sociales. "Cambio inflador de bicicleta por botella de aceite", "ofrezco remera por paquete de harina o fideos", la gente ofrece lo que tenga a mano a cambio de la comida del día.
 
Aquello de que el ajuste lo iba a pagar la casta demostró tanta veracidad como la revolución productiva y el salariazo de Menem. De acuerdo con el índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), el salario promedio perdió 14% de su poder adquisitivo en diciembre en lo que fue la caída más pronunciada de los últimos 30 años.
 
El dato oficial de inflación de enero (20,6%) mostró una baja en comparación a los 25 puntos de diciembre, pero se ubicó muy por encima de la variación promedio de los salarios, lo que indica que la licuación de ingresos no se detiene.
 
Las consultoras privadas anticipan que para febrero puede esperarse una nueva reducción de la inflación que se ubicaría en torno a los 18 puntos, pero advierten que en marzo volvería a subir por ajuste de tarifas.
 
El único plan del Gobierno nacional es esperar a que "la mano invisible del mercado" actúe frenando los precios. La lógica de la oferta y la demanda sugiere que, en algún punto, la caída del poder adquisitivo de la gente llevará a las ventas a un umbral tan bajo que a los empresarios no les quedará otra que dejar de aumentar para poder vender.
 
Es una apuesta riesgosa en una economía altamente indexada y con una presión cambiaria siempre latente. Si las curvas de oferta y demanda no se encuentran en un punto razonable, la recesión crecerá hasta llevarse puesto todo el programa. Nada que no haya pasado antes con planes de ajuste neoliberal ortodoxo similares al que está aplicando Milei.
 
Merced al torniquete del gasto público, las cuentas públicas cerraron en enero con superávit primario y financiero, algo que no ocurría desde 2012 y las reservas internacionales brutas aumentaron en más de 5.000 millones de dólares.
 
El problema para el Gobierno es que ninguno de esos índices impacta favorablemente en la economía doméstica de los argentinos, ocurre más bien todo lo contrario. Porque el superávit se legró mediante un recorte cuyo altísimo impacto social hace dudar de la viabilidad social del programa y la acumulación de reservas está relacionada directamente con la caída del consumo y la demanda que arrastró a las importaciones.
 
También aparecen indicadores como el crecimiento del endeudamiento. Un informe de la Secretaría de Finanzas del ministerio de Economía reveló que en el primer mes del año "la deuda en situación de pago normal aumentó en el equivalente a 10.622 millones de dólares, lo que representa un crecimiento mensual del 2,88%".
 
El informe explica que la variación "se debe al aumento de la deuda en moneda extranjera en 3.514 millones de dólares y el alza de la deuda en moneda local por un monto equivalente en dólares de 7.108 millones".
 
Analistas advierten además que Economía está utilizando el Bopreal, diseñado para cubrir deudas en dólares de los exportadores, para aspirar pesos, algo parecido a lo que hicieron gobiernos anteriores con las Lebac y las Leliq, con el agravante de que los Bopreal están nominados en dólares. De acuerdo con la información del ministerio de Economía, las colocaciones en Bopreal ya equivalen al 30% de la base monetaria.
 
El exministro de Economía, Martín Guzmán, fue uno de los que advirtió respecto a los riesgos de que el Banco Central asuma deuda en una moneda que no emite e indicó que la decisión de dolarizar los pasivos remunerados prepara el escenario para una dolarización.
 

¿Qué hará el porteño Frigerio ante la venganza de Milei que amenaza el comienzo del ciclo lectivo? 
 
Mística y "relato" de Milei
 
Con la licuadora de Caputo destruyendo rápidamente los ingresos de la gente a la que Milei prometió proteger, el presidente se apoya en el "relato" para contener la presión social. Atento a las lecciones de manipulación de la opinión pública que el infame Joseph Goebbels dejó como legado más perdurable, Milei cuenta una historia de buenos y malos, simplifica hasta el absurdo y construye enemigos que le resultan útiles.
 
Evita el lugar del líder racional que lo obligaría a ofrecer a sus seguidores un contrato de lógica transaccional, prefiere en cambio presentarse como un líder místico que viene a liderar un cambio de índole moralista. Al erigirse como representante del "bien", no necesita demostrar resultados para ganar adhesiones, le basta con representar los valores apropiados.
 
Así como nadie cambia de religión porque sus rezos no estén dando los resultados esperados o nadie cambia de equipo de fútbol por una seguidilla de resultados adversos, Milei espera que ese tipo de liderazgo lo ayude a conservar popularidad durante el largo y tortuoso camino de cruzar el desierto del ajuste.
 
Pero para construir un relato eficaz en clave de antinomia, es indispensable contar con enemigos que representen el mal. Goebbels los encontró en los judíos, Cristina en las grandes corporaciones, Macri en el kirchnerismo y Milei en "la casta", una categoría muy maleable en la que puede entrar quien él decida.
 
El sambenito le puede caer a sus rivales políticos o a cualquiera que se anime a manifestar una opinión en disidencia. Primero les tocó cargar con el estigma a los legisladores que votaron en contra de alguno de los artículos de su malograda ley ómnibus y más recientemente a la cantante y actriz Lali Espósito que osó manifestarse públicamente en rechazo al presidente de la gente de bien.
 
Convertirse en presidente no le impidió a Milei seguir actuando como el panelista enfervorizado, calumniador y acusador serial que tanto rating supo generar a los programas de TV. Pero no hay que confundir toda esa visceralidad con improvisación. Todas sus peleas mediáticas, por absurdas que parezcan, forman parte de un plan de comunicación que apunta a consolidar su liderazgo y a moldear la agenda de acuerdo con sus necesidades, tapando los problemas reales.
 
Las 33 páginas de Cristina, los 20 puntos de inflación, las crecientes dificultades de la gente para ganar lo mínimo necesario para vivir, la resistencia del oficialismo a tratar el DNU en el Congreso, de nada de eso se habló mientras se discutía si Lali Espósito era una corrupta aliada a gobernadores e intendentes traidores con el objetivo de empobrecer a los argentinos, si hacía playback en sus recitales y si el hecho de tener un novio peronista era mérito suficiente para convertirla en una mala persona o era apenas un indicio de estupidez.
 
"Ella fue la que empezó", contestó el presidente (como si se tratara de un nene de jardín de infante de salita azul) cuando le marcaron que se estaba excediendo en el nivel de agresividad y que un presidente acompañado de una patota de trolles rentados, contra una cantante sin ninguna estructura de respaldo, resultaba un enfrentamiento totalmente desigual.
 
"Si le gusta el durazno que se banque la pelusa", amenazó luego Milei dejando en claro que cualquiera que vaya a criticarlo podría terminar siendo presa de su ira y la de sus enfervorizados, rentados y anónimos militantes que saturan las redes sociales.
 

¿Qué hará el porteño Frigerio ante la venganza de Milei que amenaza el comienzo del ciclo lectivo? 
 
Contra los provincianos
 
Otro de los enemigos que construyó Milei es el colectivo de los gobernadores. Busca descargar en los mandatarios provinciales el costo político del ajuste que aplica sin anestesia su gobierno nacional. Cortó los subsidios al transporte de pasajeros de corta y media distancia que se destinaba a todas las provincias, eliminó el Fonid y otros pagos que iban directamente a los sueldos de los docentes y redujo prácticamente a cero todas las transferencias no automáticas.
 
Después de haber desfinanciado de manera brutal a las provincias, después de haberles sacado los recursos que la Nación recauda dentro de las propias provincias, el presidente argumenta que el impacto que van a tener esas decisiones en los salarios de los empleados públicos, es pura responsabilidad de los gobernadores.
 
En una pirueta discursiva absurda pero efectiva, Milei habla de recorte a los gobernadores, cuando en realidad no está afectando de ningún modo a las finanzas particulares de ninguno de los mandatarios provinciales sino a los bolsillos de los docentes que cobran el Fonid, de los médicos y policías que cobran sueldos de la Provincia y de los usuarios del transporte público a quienes les va a tocar ponerle el pecho a los tarifazos.
 

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"Semioficialismo" sin plan
 
El principal riesgo que corre Milei con su práctica sistemática de demonizar por igual a todos los que no se encolumnan detrás de su liderazgo, es terminar propiciando alianzas que podrían volverse en su contra. Así como el kirchnerismo terminó juntando bajo la bandera del antikirchnerismo a opositores que a priori no tenían mucho en común, la petulancia de Milei podría terminar dando a sus adversarios un motivo suficiente para unir fuerzas.
 
Pero nada de eso parece muy cercano. La oposición luce más bien disgregada y ayuna de liderazgos. "Tenemos que dejar de tocar la que sabemos todos y componer nuevas canciones", había propuesto con bastante lucidez el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, pero ya pasaron varios meses de aquella expresión de deseo y no solo no aparecen nuevas canciones, tampoco aparecen nuevos intérpretes dentro del mundo K.
 
Juntos por el Cambio es un muerto al que nadie se atreve a firmarle el acta de defunción, lo que impide a sus deudos procesar el duelo e iniciar una nueva vida.
 
El PRO debe decidir si será vagón de cola de La Libertad Avanza, con lo cual a Mauricio Macri le tocará resignarse a un lejano segundo plano dentro de su propio espacio, o mantendrá una identidad propia, lo cual parece difícil porque los libertarios se apropiaron no solo del espacio ideológico ubicado del centro hasta la más extrema de las derechas, sino también del electorado que alguna vez supo ser del PRO.
 
La disyuntiva no es sencilla. De integrarse a LLA enfrentan dos posibilidades: se diluirían dentro de ese espacio si Milei resultara exitoso en su gobierno o se hundirán junto al presidente en caso de que su proyecto fracasara. Diferenciarse de los libertarios tampoco parece una opción razonable, no solo porque integran el gobierno sino porque le estaría dando la espalda a su electorado que encontró en Milei lo que Macri nunca les pudo dar.
 
También habrá que ver si los libertarios acceden a una alianza con el PRO en la que no está claro qué tienen por ganar. Es cierto que el partido de Macri tiene legisladores, pero no los suficientes para cambiar la situación de minoría que enfrenta el oficialismo en ambas cámaras. Si fuera por los cuadros técnicos, que escasean en LLA, Milei ya demostró con los casos de Bullrich y los dos Caputo que no necesita de la venia de Macri para hacerse de los servicios de nadie.
 
Por otra parte, el posible desembarco formal del PRO dentro del espacio de gobierno genera rechazos entre los libertarios de la primera hora que entienden que la llegada oportunista del  desgastado PRO de Macri, le generará más problemas que soluciones al Gobierno y lo alejará más de la gente que les reclama una nueva forma de hacer política.
 
A los radicales le tocará la tarea de resolver la crisis de identidad que los atormenta desde que cerraron alianza con Macri. Hasta antes de ese momento supieron ser una fuerza política que sostenía posicionamientos claros, hoy no se sabe dónde están parados.
 
Hay radicales dentro del gobierno de Milei, hay radicales que se posicionan en las antípodas de los libertarios y también hay radicales entre los dialoguistas más cercanos, como el cordobés Rodrigo De Loredo que se largó a llorar cuando cayó la ley ómnibus. Con una pata en cada canoa no se llega a ningún lugar, especialmente cuando las canoas navegan en direcciones opuestas.
 
La Opinión Popular
 
Fuente: Misiones Online
 

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