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Nacionales - 18-02-2024 / 09:02
EL “PACTO DE GOBERNABILIDAD” ENTRE MACRI Y EL GOBIERNO VOLÓ RÁPIDAMENTE POR LOS AIRES

Con Javier “el Loco” Milei, el país está entrando en una etapa dramática y peligrosa

Con Javier “el Loco” Milei, el país está entrando en una etapa dramática y peligrosa
Y así fue que lo que se había asegurado -el "pacto de gobernabilidad" entre Macri y el gobierno- voló rápidamente por los aires, tan pronto como el empresario entendió que ese pacto sería, de producirse, el último acto de su carrera política. La reciente dura derrota de Milei en el Congreso es el punto de partida desde la que se debería mirar la presente nueva etapa de la crisis de gobierno.
El capítulo de la alianza entre Mauricio "Titiritero" Macri y Javier "el Loco" Milei se ha cerrado en la escena política argentina. ¿Provisoriamente? En la trama política no se encontrará nada "definitivo". Los acuerdos y los desacuerdos están atravesados por la coyuntura, igual que cualquier otro recurso que sea o se pretenda "político".
 
Si no procurara mejorar la situación de sus protagonistas en la vida política se trataría o de una vaga referencia a futuros deseables o a cuestiones igualmente secundarias. La palabra "pacto" debería ser desalojada de ese lugar negativo -y hasta deplorable- en el que la colocó la antipolítica.
 
La antipolítica es una ideología, no solamente una crítica hacia la política sino su sistemático desprecio y demonización favorecedora histórica y sistemática de los autoritarismos que en nuestro país y en el mundo han sido. El éxito rutilante -tanto como muy probablemente fugaz- del uso del recurso por parte de Milei es, en la práctica, el único giro retórico medianamente eficaz en su discurso.
 
En ese sentido, "la casta" es un término que tiene su tradición más cercana en el uso que de él hiciera la nueva izquierda española en sus tiempos inaugurales. Pero el uso fue diferente en el origen de Podemos y en la emergencia de Milei. Para Podemos la casta era una alianza tácita o expresa de los grandes poderes económicas con los sectores político-partidarios que forman parte del tejido del poder.
 
En Milei, el término fue, primero, difuso e impreciso: ahora terminó siendo un equivalente semántico que unifica a todos los que no quieren al presidente; algo así como un concepto con pretensiones analíticas pero que no es sino una forma precaria -y, con frecuencia primaria-de construcción política.
 
¿Por qué la apuesta presidencial a favor de la radicalización de la enemistad política en la Argentina? No entraremos en especulaciones que suelen tener el mérito de la credibilidad, pero también el problema de su radical carencia explicativa.
 
En Argentina, hemos vivido momentos muy agudos de la contradicción política, en los tiempos posteriores a la tragedia nacional del año 2001. A tal punto, que la palabra "grieta" adquirió una centralidad extraordinaria, más allá de los reales méritos explicativos que pudiera tener. 
 
Porque la "grieta" hablaba de la experiencia que todos hacíamos en materia de la intensa y extensa politización de la sociedad argentina a partir del surgimiento del "kirchnerismo". Y la grieta fue así connotada por ciertos círculos analíticos, más como una experiencia de la intensidad de los conflictos que se suscitaban que de la eficacia de su sustento político.
 
En otras palabras, se intentó reducir la grieta a una cuestión de entusiasmo por la propia pertenencia que de una manera de expresarse -en el público y en las élites- la conciencia de una aguda contradicción en el seno de la sociedad argentina. Este fue el telón de fondo de la meteórica experiencia política del actual presidente.
 
A la grieta no hay que cerrarla, fue su mensaje, hay que radicalizarla hasta el extremo. Y en el mismo movimiento hay que despojarla de sentido político-partidario y colocarla en el lugar de un relato mesiánico. 
 

 
De un relato como modo de contar un conflicto nacional sin remitirlo a cuestiones de intereses radicalmente enfrentados, sino a una naturaleza demoníaca de uno de los antagonistas. No hay neutralidad en la saga de Milei. Para Milei la "casta" es el nombre de una historia nacional-estatal que puso en escena el peronismo.
 
Claro que tenía destacados antecedentes literarios y políticos, pero en el tiempo de Perón se crearon las condiciones para que fuera posible nombrarla políticamente, es decir, no por su bondad o maldad absoluta y universal, sino por su función en la vida y en la historia del país. Y es de ese origen del que se nutrió la experiencia más politizadora de las últimas décadas, del kirchnerismo peronista (o peronismo kirchnerista).
 
La casta es en el -liviano y escaso en palabras y conceptos- lenguaje del presidente un modo de nombrar al Estado, a lo público. Es muy interesante el hecho de que el hombre no lo niega. Da sus señas de pertenencia excluyente a la escuela económica austríaca y pretende colocarla en la condición de verdad definitiva, no sólo sobre la economía sino sobre la política y sobre la naturaleza de los seres humanos.
 
No hace falta entrar en gastos literarios para comprenderlo: alcanza con la insólita intervención del mandatario en la última reunión de "Davos": un relato político investido de propiedades divinas.
 
La casta, entonces, es un modo de fundir mitologías religiosas (de profundo e interesante factura política) y convertirlo en un discurso político obsesivo, idéntico a sí mismo y, por lo tanto, refractario a cualquier diálogo político que acepte la contradicción como un componente -no menor- de la búsqueda de la verdad.
 
El resultado de todo esto es la intolerancia política de Milei que, en estos días, ha tomado una forma entre violenta y ridícula en su ataque a una artista muy importante para una gran parte de los argentinos y argentinas.
 
No puede dejar de subrayarse el pasaje de la persecución personal y profesional a Lali al ataque violento e ilegal del presidente hacia los gobernadores provinciales que han decidido no someterse a su delirio hambreador y privatizador.
 
No estamos ante la escena tan frecuente entre nosotros, alrededor de la coparticipación federal. En su reemplazo se ha acudido a una historia (atroz por su irresponsabilidad) que adjudica los problemas actuales e históricos de nuestro desarrollo al nivel de los gastos de los gobiernos provinciales. Es un argumento sacado del túnel del tiempo, pero nada inocente si se lo piensa en términos actuales.
 
Este delirio "unitario" del presidente es enteramente funcional a su alianza con los grandes grupos económicos que gentilmente redactaran el DNU y la ley ómnibus, instrumentos con los que el presidente pensaba (y piensa) reforzar el papel de los grandes oligopolios nacionales e internacionales en la economía argentina y que provisoriamente han sido bloqueados por la movilización popular y los nuevos reagrupamientos que se están dando y prometen intensificarse. El debilitamiento de los gobiernos centrales no es un accesorio del plan, es parte de su esencia.
 
Y así fue que lo que se había asegurado -el "pacto de gobernabilidad" entre Macri y el gobierno- voló rápidamente por los aires, tan pronto como el empresario entendió que ese pacto sería, de producirse, el último acto de su carrera política. La reciente dura derrota de Milei en el Congreso es el punto de partida desde la que se debería mirar la presente nueva etapa de la crisis de gobierno.
 
Claro que no se trata sola ni principalmente de los efectos de una ley terrible para los intereses del país y del pueblo sino del brutal ataque a los bolsillos populares que está poniendo en acto el gobierno. Una y otra vez -y bajo administraciones de distinto signo- asoma la centralidad que en la crisis política nacional ha adquirido la cuestión de las necesidades populares insatisfechas.
 
No se trata de que el presidente no entienda la naturaleza de su situación, aunque algo de eso podría haber y formar parte de la explicación de sus erráticas conductas.
 
Se trata de algo más complejo y difícil de resolver en la práctica: cómo combinar vagas promesas de muy futuras redenciones nacionales -en la que es tan abundante el discurso presidencial- con la dura experiencia presente, en la que, sin negar grandes dificultades preexistentes, está el sello de un gobierno político cerrado en sí mismo, obsesivo ideológicamente y muy irresponsable a la hora de contribuir a la creación de determinados estados de ánimo políticos.
 
El país enfrenta desafíos urgentes y complejos, cuyo sentido principal es conservar las condiciones de dignidad de la vida popular, única base material posible para enfrentar exitosamente el futuro político.
 
Por Edgardo Mocca
 
Fuente: El Destape
 

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16-10-2025 / 09:10
Dos denuncias judiciales salpican a Patricia "Pato" Bullrich, ministra de Seguridad y candidata a senadora por la Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires, y la acercan a la trama en la que se investiga en Estados Unidos a Federico "Fred" Machado por narcotráfico, lavado y fraude y que terminó por un hundir la candidatura de José Luis "Pelado" Espert, quien había recibido sus generosos aportes.
 
El punto de contacto son los dueños de la empresa Lácteos Vidal que tendrían operaciones por 3 millones de dólares con la empresa Wright Brothers Aircraft Title Inc. (transferencias ida y vuelta) ligada al narco Machado, de la que habían salido los 200.000 dólares que recibió Espert en enero de 2020. Pero, además, fueron aportantes a la campaña de Bullrich como candidata a presidenta, todavía por Juntos por el Cambio, en 2023.
 
Una presentación de un grupo de trabajadores despedidos de Lácteos Vidal tras una huelga en 2022, quienes cuentan con decisiones favorables de la justicia laboral que la empresa incumple, pide investigar sus vínculos con "operaciones de narcotráfico internacional" y "triangulación de fondos ilícitos", además de "violaciones graves a los derechos laborales".
 
Son una veintena las personas que fueron desvinculadas y la empresa no acató su reinstalación vigente por una medida cautelar confirmada por la Cámara del Trabajo. Además, advirtieron que la firma estaba realizando escisiones societarias y la sospecha es que el objetivo era desviar dinero hacía otras sociedades manejadas por los mismos dueños por sumas que cubrirían los créditos laborales.
 
Están en plena disputa por frenar esas escisiones. Lo que sucede es que en medio de todo este proceso salieron a la luz en varias publicaciones periodísticas las presuntas vinculaciones entre Lácteos Vidal y Machado, además de la actualización del dato de que la empresa fue aportante de Bullrich.
 
La Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) presentó ante el juez laboral que lleva el caso, José Ignacio Ramonet, algunos elementos publicados relacionados con el expediente que tramita en Texas, y que  tiene a Machado como protagonista, donde surge documentación de transferencias millonarias entre una cuenta ligada a Machado y su socia condenada a 16 años de prisión, Debra Lynn Erwin Mercer, y Alejandra Bada Vázquez, quien maneja Lácteos Vidal con su hermano Vidal Bada Vázquez. Las operaciones son parte de la contabilidad que lleva el Bank of America y fueron publicadas por El Destape.
 
Un comunicado del gremio también señala aportes de campaña de esa firma a Bullrich en 2023 "lo que refuerza --afirma-- la sospecha de triangulación de fondos de origen ilícito hacia la política argentina". Ramonet decidió derivar todas estas referencias a la justicia federal, porque dijo que no era un asunto de su competencia.
 
En Comodoro Py hizo una presentación de la candidata del Frente de Izquierda (FIT) Myriam Bregman ante el juzgado electoral de María Servini, donde pide explicaciones por los aportes narcos recibidos por Bullrich de Lácteos Vidal. Recuerda, además, que Lácteos Vidal S.A "es públicamente conocida por ser impulsora de una legislación regresiva en términos laborales que implica despedir trabajadores sin derecho alguno y castigar la protesta, con Alejandra Bada Vázquez a la cabeza".
 

16-10-2025 / 08:10
Hay que remontarse a Braden o Perón para encontrar una injerencia tan desfachatada de Estados Unidos en un proceso electoral argentino. Sin medias tintas: El plan económico libertario es una mierda, fracasó y ahora vuelven a pedir plata prestada a los yanquis. Apenas bajó del avión, Javier "el Cipayo" Milei retornó a protagonizar una escena digna de su estilo: salió corriendo a un canal de televisión amigo para aclarar el escándalo que desató su confusa gira por Estados Unidos. Pero lo que buscaba ser una aclaración terminó siendo un nuevo papelón diplomático.
 
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, había sido contundente al declarar que el apoyo económico a la Argentina dependería del resultado electoral de octubre: "Si Milei pierde con un candidato de extrema izquierda, no seremos generosos con la Argentina", afirmó en un almuerzo en la Casa Blanca. Más tarde, reforzó su postura en redes sociales, instando a "apoyar a Milei en las próximas elecciones de medio término", dejando claro que la ayuda financiera tiene condiciones políticas explícitas. Un verdadero salvavidas de plomo.
 
La brutal frase de Trump espantó a los mercados y convirtió la visita a la Casa Blanca en un activo radioactivo para la campaña del Gobierno libertario. El poco interés de Trump por cuidar las formas con Milei quedó en evidencia cuando luego de la larga perorata del argentino, el republicano se dio cuenta que nadie lo había traducido y le dio fiaca escucharlo: "Lo dejamos así", dijo. Insólito es poco. Lo humilló en público.
 
La historia de este enredo podría ser incluso más desopilante. Diputados muy cercanos al gobierno sostienen que la frase de Trump fue el resultado de una "idea fuerza" trabajada especialmente por Santiago Caputo, que desde el domingo pasado cansó a todos sus contactos en la administración republicana para que lograran que el republicano la verbalizara. De no creer.
 
Sin embargo, en su entrevista con A24, el mandatario argentino intentó negar la evidencia, pero terminó contradiciendo al mandatario de EE.UU. y no pudo decir qué pide la Casa Blanca a cambio. Aseguró que "mientras yo esté en el poder, cuento con el apoyo de Estados Unidos". Cuando se le preguntó por el posteo de Trump, se enredó aún más: "Eso es un plus adicional, como diciéndole a los argentinos vayan por este lado".
 
Consultado sobre qué pide Estados Unidos a cambio del supuesto acuerdo de 20 mil o 40 mil millones de dólares, Milei no respondió con claridad y se limitó a repetir que quienes lo critican "no entienden" lo firmado. Tras el tropiezo de la reunión entre Milei y Trump, el virrey Scott Bessent afirma que prepara un paquete más amplio para rescatar a la Argentina. Ahora promete USD 40.000 millones, una nueva deuda para un modelo anarco capitalista desastroso e insostenible. Otro anuncio y van.... Además, el Tesoro vendió dólares en el mercado local para frenar la suba, con deudas sin renovar y tasas que no aflojan.
 
Todo refleja una mezcla de improvisación y subordinación política. Mientras el país atraviesa una crisis económica y social profunda, el presidente parece más preocupado por mantener contento a Trump que por explicar los compromisos asumidos. Lejos de mostrar liderazgo, Milei dejó la imagen de un mandatario totalmente dependiente de Washington y desconectado de la realidad nacional, en un momento donde la política exterior se usa más como recurso de campaña que como estrategia de Estado.
 
La Opinión Popular
 

15-10-2025 / 11:10
Vergüenza ajena: el yanqui trató al presidente argentino como un perro faldero. Donald Trump necesita justificar el respaldo a Javier "el Roto" Milei, que necesita a su vez ese respaldo para llegar a las elecciones. Parte de la decadencia argentina se procesaba así en Washington y otra aquí, donde el enviado de la Casa Blanca, Barry Bennet, convenció a los gobernadores de Provincias Unidas y a la mayoría radical de sostener al gobierno.
 
Trump llegó agotado de su gira por Israel, donde pidió a la Justicia de ese país que se olvide de las causas por corrupción contra Benjamín Netanyahu y se arrogó el mérito por un triste acuerdo de paz tras haber respaldado el genocidio ejecutado a instancias de Netanyahu.
 
El presidente argentino, con su carpetita de apego bajo el brazo, no pudo ocultar su emoción cuando saludó a Trump en la puerta de la Casa Blanca. Lo miraba de reojo, nervioso, como si se sintiera bajo observación de una autoridad superior. Y se mostraba deseoso de agradar antes de levantar sus pulgares.
 
En Estados Unidos, Milei no es una figura respetada por todos. Su concierto en el Movistar Arena fue difundido por algunos medios locales y los más críticos lo trataron de "payaso" y otros de "poco serio". Las críticas le han llovido tanto desde los demócratas como también de algunos republicanos que responsabilizan a Milei por la crisis financiera para la que pide el rescate.
 
Por eso, Trump necesita justificar la ayuda a un país cuya economía está mal gobernada, según la opinión más extendida a nivel internacional. Mostrar a un presidente argentino obsequioso, agradecido y hasta servicial, fue parte de esa explicación y parte de la necesidad de Milei de mostrar el respaldo de Estados Unidos para aquietar los mercados hasta el 26 de octubre. Fue una forma de mostrar que ayudan a un aliado dispuesto a todo para seguir las políticas norteamericanas.
 
Del saludo en la puerta, se fueron de cabeza a una extensa conferencia de prensa en la que Milei agradeció por todo, desde la ayuda a Argentina hasta por el papel de Trump en la tragedia palestina y su respaldo a Netanyahu. Pero el discurso del argentino no fue traducido al inglés porque nadie mostró demasiado interés.
 
Después habló Trump largamente, mientras Milei lo escuchaba embelesado sentadito del otro lado de la mesa y de espaldas a los periodistas que hacían las preguntas. Junto a Trump estaba el gabinete de Estados Unidos, inclusive Pete Hegseth, el jefe del Pentágono quien debió explicar los múltiples obstáculos que puso a los periodistas que cubren temas militares en ese país. Junto a Milei, en el otro lado de la mesa, estaba parte del gabinete argentino, que funcionó como espectador de la larga conferencia que concedió el norteamericano.
 
Trump se refirió a cuestiones de política interna de la Argentina. Dijo que si perdía Milei iba a ganar "una persona de extrema izquierda" y agregó que el apoyo sería a favor de Milei si gana las elecciones, pero que, si las pierde, retirarían ese respaldo. Fue un discurso bizarro de campaña para la interna argentina formulado por el jefe de una potencia extranjera que ambiciona beneficios económicos extraordinarios como contrapartida de su respaldo ideológico a Milei.
 
Fue el mismo mensaje de Barry Bennet en Buenos Aires, a los radicales y otras fuerzas opoficialistas y en especial a los gobernadores que formaron Provincias Unidas, desde el cordobés Martín Llaryora, hasta el radical santafesino Maximiliano Pullaro. El guiño de Bennet coincidió con llamadas telefónicas del Ministerio del Interior, prometiendo respaldo financiero para después de las elecciones.
 

14-10-2025 / 16:10
En relación a la situación cambiaria y la tensión con el dólar que generó una fuerte venta de divisas por parte del Tesoro semanas antes del acuerdo con EE.UU., Javier "el Loco" Milei aseguró que habrá una "avalancha de dólares": "Nos van salir dólares por las orejas", ilustró, aunque no precisó cómo ocurriría eso, excepto cuando mencionó que sería por supuestas inversiones que llegarían gracias al interés por los recursos naturales que tiene el país. El estilo comunicacional de Milei reabre el debate sobre los límites entre la exposición constante y la prudencia necesaria para preservar la autoridad presidencial en tiempos de crisis.
 
Esta nueva mentira se suma a algunas de las frases y temas más controversiales que ha abordado como presidente, que incluyen desde: "No hay plata", utilizada frecuentemente para justificar el recorte del gasto público y el plan de ajuste fiscal. Hasta: "Si fuera cierta la frase de que no se llega a fin de mes, ustedes tendrían que caminar por la calle y estaría llena de cadáveres. ¿Alguien se puso a pensar en esa pelotudez?". Una falacia para negar la dificultad económica que enfrentan muchos argentinos. Y sin olvidar los insultos y descalificaciones directas a políticos, periodistas, sindicalistas y "empresaurios prebendarios", a quienes engloba bajo el término de "la casta".
 
En la política contemporánea, la comunicación presidencial de Milei se ha convertido en un arma de doble filo. Hablar de más puede generar consecuencias tan riesgosas como permanecer en silencio. En ciertos contextos, la sobreexposición del discurso puede restar credibilidad o amplificar conflictos menores que podrían haberse disipado con el tiempo.
 
Las insensatas declaraciones del presidente en defensa del narco José Luis Espert, tras su salida del Gobierno y sus denuncias públicas, reactivaron el debate sobre los límites del protagonismo comunicacional en la gestión. Al intervenir en una controversia de alcance limitado, el mandatario terminó trasladando la discusión al centro de la agenda política, con un impacto que excedió el caso en sí. En un escenario marcado por la tensión política y la sensibilidad social, cada palabra emitida desde el Poder Ejecutivo tiene repercusión inmediata. No solo por su contenido, sino también por el contexto y el momento en que se pronuncia. Una frase impulsiva o una defensa improvisada pueden derivar en interpretaciones adversas, que terminen debilitando la autoridad institucional.
 
En este tipo de situaciones, el silencio estratégico puede ser una herramienta más efectiva que la respuesta constante. Callar no siempre implica debilidad; en ocasiones, significa elegir los momentos adecuados para hablar, priorizando la estabilidad y la coherencia del mensaje presidencial. La figura del presidente gana solidez cuando interviene solo en temas de verdadero peso político o institucional.

El riesgo de hablar demasiado radica en convertir la palabra presidencial en un recurso cotidiano, banalizado. Cuando la máxima autoridad del país responde a cada controversia o disputa interna, el mensaje pierde jerarquía y se diluye el poder simbólico del cargo. La comunicación política requiere medir cada intervención como si fuese una jugada en un tablero complejo donde cada movimiento tiene efectos acumulativos.

El equilibrio entre comunicar y administrar el silencio es clave para sostener la legitimidad. Un liderazgo sólido se construye no solo con discursos, sino también con prudencia, mesura y capacidad para elegir cuándo es mejor no intervenir. Además, con el experimento anarco capitalista de Milei, que no se ha aplicado en ningún lugar del mundo, es imposible que en Argentina sobren los dólares y salgan por las orejas. Hasta ahora, lo único que ha hecho es aumentar la deuda externa e interna. Y la fuga de divisas.  

La Opinión Popular
 

14-10-2025 / 10:10
El doble femicidio de Luna Giardina (24) y Mariel Zamudio (56) es una tragedia que no puede leerse como un caso aislado. Su asesino, Pablo Laurta, no solo tenía denuncias previas por violencia de género: también era militante libertario, fundador de la agrupación Varones Unidos, y aliado ideológico de los exponentes de la "batalla cultural" del gobierno de Javier "el Loco" Milei, entre ellos Nicolás Márquez, biógrafo del presidente, y Agustín Laje, al frente de la Fundación Faro, think thank libertario. La vinculación no es solo por las fotos o saludos entre ellos, sino por sus esfuerzos por convocar a que los varones sientan supremacía sobre las mujeres. También se afirma que Laurta comparte las ideas de Milei.

En abril de 2018, Laurta organizó en Montevideo la presentación de El libro negro de la nueva izquierda, obra de Laje y Márquez. Laje, politólogo, es referente de la "batalla cultural". Márquez, abogado y biógrafo, comparte esa agenda. En aquel evento Laurta ofició de anfitrión, reforzando su perfil como activista libertario. Hoy, acusado de secuestrar a su hijo y de doble femicidio, su pasado político vuelve a quedar bajo la lupa. En 2018, tanto Marquez como Laje no se habían hecho de la fama que tienen ahora, sin embargo, ya disponían de un red internacional en connivencia con una parte del Estado que les permitía sentar las bases por la cruzada antifeminista que actualmente es parte del plan de gobierno en Argentina.

Laurta, con un marcado discurso de odio contra el feminismo, hizo de su violencia una bandera política. Negaba las denuncias en su contra, se victimizaba como "padre separado injustamente" y difundía el mito de las falsas denuncias, una narrativa misógina que hoy encuentra eco en el propio Congreso, impulsada por legisladoras libertarias y Carolina Losada. El femicida incluso organizó una charla junto a Laje y Márquez en el Parlamento uruguayo, donde se disertó contra el feminismo y la llamada "ideología de género". Las mismas ideas que él promovía fueron las que legitimaron su odio.

Mientras tanto, Luna había hecho todo lo posible por sobrevivir: denunció, se mudó, huyó del país, pero nadie la protegió. El sistema judicial la abandonó, y la política que debería defender a las mujeres eligió dar lugar a discursos que relativizan el machismo y ridiculizan el feminismo.

En ese contexto, resulta tan cruel como paradójico que el único proyecto presentado por una diputada de La Libertad Avanza en el Congreso sea el que agrava las penas por "falsas denuncias", un problema que, según estadísticas internacionales, representa menos del 0,1 por ciento de los casos.

El femicidio de Luna y Mariel no solo es un crimen, es una advertencia: cuando desde el poder se promueven teorías que niegan la violencia de género y se desfinancian las políticas de asistencia, los violentos se sienten impunes. Porque mientras Milei y su entorno celebran su "batalla cultural", las mujeres siguen siendo asesinadas cada 27 horas. Laje, el ideólogo libertario, salió a desligarse del detenido por el brutal crimen en Córdoba. Pero las fotos y los saludos con Laurta lo vinculan con él.


¿Hasta cuándo vamos a seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres de parte de varones que las creen de su propiedad? Hace años venimos repitiendo que el machismo mata, que la violencia de género existe y que la impunidad y la negación libertaria de esta problemática estructural es la peor prevención.

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