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“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
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Sociedad e Interés General - 03-02-2024 / 06:02
3 DE FEBRERO DE 1813: LA VOZ DEL GRAN JEFE A LA CARGA ORDENÓ

Batalla de San Lorenzo, decisiva para liberar el Río de la Plata y sus afluentes del dominio colonial enemigo

Batalla de San Lorenzo, decisiva para liberar el Río de la Plata y sus afluentes del dominio colonial enemigo
Bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos, creado por José de San Martín. En la localidad santafecina de San Lorenzo, las tropas de San Martín derrotan a las tropas españolas. El combate es breve, con leve superioridad numérica a favor de los realistas, que sufren 40 bajas. Las tropas de San Martín tienen 14 muertos, entre ellos, el sargento Juan Bautista Cabral, que pierde la vida al rescatar al futuro Libertador cuando cae de su caballo en la batalla.
El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 03 de febrero de 1813, junto al Convento de San Carlos Borromeo en la localidad de San Lorenzo de la provincia de Santa Fe, entre las fuerzas revolucionarias independentistas rioplatenses y las colonialistas españolas. Se dice que fue un enfrentamiento muy breve duró menos de media hora, y comenzó al amanecer.
 
Entre la variada la tropas patriota, cayeron en el campo de batalla 16 hombres, entre argentinos, chilenos, españoles y uruguayos; 22 fueron heridos. Y de los 250 realistas combatientes murieron alrededor de 40 hombres y 14 terminaron heridos.
 
Los macizos claustros de San Carlos, el antiguo convento de franciscanos que descansa en una planicie inmediata a las empinadas barrancas del Paraná, fueron mudos testigos de la gloriosa jornada.
 
Gloriosa porque el Coronel José de San Martín va a batirse por primera vez en su tierra natal con su flamante Regimiento de Granaderos a Caballo en una batalla decidida a liberar el Río de la Plata y sus afluentes del dominio enemigo, los marinos de Montevideo, que hostilizaban el litoral argentino, y llevar la paz a los pobladores de las orillas, quienes habían sufrido en sus bienes y en sus familias el asalto de las tropas de desembarco españolas que colmaban, así, las necesidades de su escuadra bloqueadora.
 
Los Granaderos, en éste su bautismo de fuego, demostraron disciplina, honor y táctica, y su jefe y creador sus grandes dotes de organizador, instructor y educador de un escuadrón de caballería. Fue una batalla que devolvería, también, los bayonetazos descargados sobre el corazón del suplicante presbítero Miguel Escudero, vilmente asesinado seis meses atrás por los realistas.
 
Todo lo realizado por el flamante Coronel San Martín desde la llegada a su patria, en 1812, hasta San Lorenzo fue en un ambiente reducido pero en un claro anuncio de cuanto realizaría, después, en grande, en el inmenso ámbito de medio continente sudamericano, con su grandiosa cruzada libertadora.
 
La Opinión Popular

 
Las primeras luces del alba de aquel 03 de febrero, lo encontraron en el campanario del convento.
 
Al toque de "a degüello" saltaron las dos columnas de caballería. Sumaban 120 hombres "bien uniformados" que, sable en mano, irrumpieron creando estupor y desconcierto en las tropas enemigas.
 
Las primeras órdenes partieron de las columnas realistas, confusamente mezcladas por la desesperación de quienes las emitían con apuro y alarma. Para los españoles era impensable, hasta ese momento, la presencia de una fuerza tan organizada y con hombres perfectamente disciplinados.
 
A pesar de un desconcierto total por la rapidez, el ruido y el empuje, los españoles hallaron tiempo para preparar sus fusiles, disparar cañones y enarbolar, todo lo alto que permitían los brazos del abanderado, el estandarte del Rey.
 
San Martín encabezó un cuarto de cuadra de animales, hombres y sables que avanzaron "rompiendo la tierra con un solo golpe de manos, con un solo golpe de patas de caballos que corrían como si hubieran sido preparados para ese día, y sólo para esa acción".
 
 La victoria se consumó en menos de un cuarto de hora. Pocos minutos bastaron,  una bala de cañón impactó en el caballo de San Martín , que cayó muerto y aplastó con la pierna derecha al jefe.
 
Un soldado español se dispuso a atravesarlo con la bayoneta cuando fue muerto por la lanza de Baigorria, uno de sus granaderos.
 
San Martín habría sucumbido en ese trance pues seguía aprisionado bajo el cuerpo del animal si otro de sus soldados no hubiese venido en su auxilio.
 
Ese soldado, Juan Bautista Cabral, logró desembarazar a su jefe del caballo y recibió, en aquel acto, dos heridas mortales de un español sobre quien, de inmediato, cayeron sables y hundieron lanzas.

 Batalla de San Lorenzo, decisiva para liberar el Río de la Plata y sus afluentes del dominio colonial enemigo 

Los españoles, desconcertados y deshechos por el doble ataque, abandonaron en el campo su artillería, sus muertos y sus heridos, y se retiraron haciendo resistencia sobre el borde de la barranca.
 
San Martín ordenó recoger  tanto a patriotas  como a españoles y curar a los heridos. El, también, está herido, en el rostro, la pierna llena de magullones y un brazo inmovilizado. Pero es el vencedor.
 
La sangre del cuello de su uniforme es suya; los manchones de los hombros y de la espalda pertenecen al granadero Cabral.
 
A la sombra del pino que lo protege del fuerte sol del mediodía, el
Coronel de Granaderos puede ver "el botín de guerra"; 41 fusiles en buenas
condiciones y un montón más rotos o inutilizados, 1 cañón, 192 piedras de
chispa, 8 espadas, 8 bayonetas, 8 pistolas.
 
El parte del combate ha sido redactado y su escribiente, el teniente
Necochea, tendrá el honor y la responsabilidad de llevarlo a Buenos Aires, a galope tendido, ese mismo día.
 
El 5 de febrero, a la una y media de la tarde, la gran ciudad se conmovió por las descargas de la batería de la Fortaleza y el repique de las campanas. Necochea había arribado al mediodía y se celebraba la hazaña cumplida al servicio de la Patria.
 
Poco después, San Martín llegó a Buenos Aires y ordenó a Zapiola confeccionar la lista de los valientes caídos en San Lorenzo, pues entendía que "por esas cosas de los aturdimientos políticos de los gobiernos", la posteridad los olvidaría.
 
Pero "él y todos los hombres que vistieran el uniforme de la patria se impondrían, como regla de honor, recordar a esos héroes".
 
"Para San Martín, San Lorenzo ya era de esos queridos muertos que jamás olvidaría y pensaba que gracias a ellos la independencia podría comenzar a ensayar su primera sonrisa".
 
Asociación Cultural Sanmartiniana Filial Concordia
 
Por la Prof. Lilian Monetta de Micucci
Pte. A.C.S.
 
Bibliografía:
Otero, José Pacífico. "Historia del Libertador Don José de San Martín". V.V.III- Círculo Militar 1978
Pérez Pardella, Agustín. "El Libertador Cabalga"- Centro Cultural Gral. San
Martín- Buenos Aires 1995

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26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
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