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Entre Ríos - 24-01-2024 / 12:01
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

El porteño Frigerio y los legisladores entrerrianos del oficialismo no se pronuncian sobre la Ley Ómnibus

El porteño Frigerio y los legisladores entrerrianos del oficialismo no se pronuncian sobre la Ley Ómnibus
El ex vicegobernador y actual parlamentario del Mercosur, José Cáceres, se refirió a la presencia de los legisladores nacionales entrerrianos del oficialismo en el debate de la Ley Ómnibus que impulsa el presidente Javier Milei y que pretende que sea aprobado sin chistar en el Congreso. “A días de que Diputados trate la Ley Ómnibus, que toca aspectos relevantes para la vida de los entrerrianos y entrerrianas no sabemos qué posición tienen los dos senadores y los cuatro diputados nacionales por Entre Ríos que responden al oficialismo provincial”, señaló Cáceres y reclamó: “Hay que hacer un trabajo de investigación para encontrar una sola opinión”. “Por ahora, sólo hay silencio”, afirmó. Están escondidos.
El ex vicegobernador y actual parlamentario del Mercosur, José Cáceres, se refirió a la presencia de los legisladores nacionales entrerrianos del oficialismo en el debate de la Ley Ómnibus que impulsa el presidente Javier Milei y que pretende que sea aprobado sin chistar en el Congreso. "A días de que Diputados trate la Ley Ómnibus, que toca aspectos relevantes para la vida de los entrerrianos y entrerrianas no sabemos qué posición tienen los dos senadores y los cuatro diputados nacionales por Entre Ríos que responden al oficialismo provincial", señaló Cáceres y reclamó: "Hay que hacer un trabajo de investigación para encontrar una sola opinión". "Por ahora, sólo hay silencio", afirmó. Están escondidos.

El mutismo de los legisladores entrerrianos estaría dado por el desconcierto frente a las contradicciones del modelo anarcocapitalista de Milei y los irreconciliables contrastes entre lo que el mandatario dice y lo que práctica, que son evidentes. Su liberalismo discursivo no se compadece con lo que hace, ya que gobernar no es lo mismo que recitar. El proyecto de la Ley Ómnibus establece nada menos que la delegación de facultades propias del Congreso en favor del Presidente, en materia económica, financiera, fiscal, social, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria y social. Todo ello por dos años, con posibilidad de prórroga hasta 2027. Esto no está en sintonía con un régimen democrático republicano, es una lógica autoritaria que prescinde de la división de poderes establecida por la Constitución.

Rogelio Frigerio decidió acompañar la gestión de Milei, pero bajo qué condiciones nadie lo sabe. Su pretensión de ser un aliado menor de la reacción conservadora no tiene en cuenta que, en el esquema que pretende imponer Milei, sobran las provincias, no las tiene en cuenta, porque no posee ni gobernadores ni intendentes. Tiene las manos libres para imponer, con la falacia "no hay plata", grandes recortes en las transferencias a las provincias para que el Gobierno nacional pueda pagar la brutal deuda con el FMI que contrajo su actual socio Mauricio Macri. Es hora de plantarse y defender, no un partido político, sino el federalismo, porque Milei le piensa pagar al FMI con el dinero que le despojará a las provincias. En este tema, el silencio de Frigerio y sus legisladores es ensordecedor.

La Ley Ómnibus es expresión del centralismo porteño extremo de Milei, el desconocimiento de la producción del interior, la supremacía de las finanzas sobre la economía real que implican las medidas y el carácter unitario de las propuestas fiscales en marcha: la suba de las retenciones, la suba del impuesto País, el blanqueo y todas las privatizaciones previstas son en beneficio exclusivo del Gobierno nacional, ya que no se coparticipará ni un peso a las provincias. Hoy no hay giros discrecionales, ni ATN, ni obra pública con fondos nacionales, ni actualización de los recursos para la Caja de Jubilaciones, y en cambio el ajuste del gasto sí es federal: no solo disminuyen los subsidios; también se cortaron los programas nacionales de medicamentos para hospitales y dispensarios. ¿Frigerio y sus legisladores no ven este verdadero saqueo a Entre Ríos y al interior federal? ¿Realmente no la ven?

Cáceres, que es también secretario general del PJ provincial, afirma: "La Ley Ómnibus trastoca el orden económico, político y social de nuestro país y sin dudas va a repercutir en nuestra provincia, en el empleo, en la obra pública, en los salarios, en la educación, las economías regionales, la cultura. Ellos deberían estar explicando a sus representados qué consecuencias van a acarrear esas medidas y qué acciones van a llevar adelante frente a eso".
 
"Todo indica que vamos hacia una crisis profunda, el propio gobierno nacional y provincial dicen golpeándose el pecho que la gente va a tener que sufrir y ante eso, lamentablemente, los legisladores nacionales que responden al oficialismo provincial están escondidos", cuestionó. Y aseguró que "las y los ciudadanos van a tomar nota de cómo van a votar cuando las leyes de desguace y entrega de la Patria sean tratadas en el Congreso". 

Con las medidas que está tomando Milei, y que apoya Frigerio, se viene una híper inflación tremenda, la protesta social, comenzando con la huelga que prepara el sindicalismo para el 24 de enero, las idas y vueltas en el Congreso de su proyecto de ley de plenos poderes, los tropiezos de su decreto sin necesidad ni urgencia en la Justicia, el renacimiento en ciernes de las cuasimonedas y bonos federales provinciales, el peligro de disolución de la autoridad del Estado federal y, sobre todo, una realidad social que hace temer estallidos en todos los grandes conurbanos del país, como en el 2001.
 
Para el liberalismo, el Parlamento ocupa el centro de la escena. El histriónico Milei, por el contrario, propone prescindir del Poder Legislativo, cerrarlo, eventualmente, durante todo su mandato. El artículo 76 de la Constitución Nacional es sumamente restrictivo en esa posibilidad, tanto en las materias delegadas como en el plazo. El proyecto de ley, una propuesta antidemocrática, es sumamente amplio en ambas cuestiones, cayendo en el posible delito de Traición a la Patria, normado por la Constitución Nacional, artículos 29 y 119.
 
Como si no bastase con ello, el artículo 1 del proyecto en cuestión ratifica el inconstitucional DNU 70/23. Mediante 366 artículos, ese decreto no sólo modifica, sino que deroga leyes. Lo hace en un abanico que va desde la eliminación del Inadi hasta la reforma de la Ley de Hidrocarburos (en lo referido a dar prioridad al autoabastecimiento); pasando por la conversión de las empresas públicas en sociedades anónimas, para luego privatizarlas a favor de quienes le pagaron la campaña electoral a Milei. Más todo un capítulo de reformas laborales para abaratar el empleo, facilitar los despidos y beneficiar exclusivamente a los empresarios, a los que además premia con exenciones impositivas. El nuevo lema libertario se habría reconvertido en: "Viva la libertad de los ricos para que hagan lo que quieran, los demás al carajo".
 
"Parece que se les acabó la predisposición que tenían hacia los medios hasta el día que asumieron, cuando hoy los periodistas están ávidos de saber qué posición tienen, qué piensan de que el presidente los haya tratado de coimeros pese a que lo apoyan, cómo planean defender los intereses de la provincia en Nación, que es el principal motivo de su presencia en el Congreso", insistió Cáceres.
 
Luego, comparó: "Los peronistas sabemos qué piensan nuestros legisladores y legisladoras, cómo van a defender a la gente del atropello autoritario del gobierno de Milei, las críticas y propuestas que tienen sobre la Ley Ómnibus, porque respetamos la política y respetamos a nuestro pueblo. Mientras del otro lado, por ahora sólo hay silencio total".
 
En el Congreso, la estrategia oficialista es aislar al peronismo y negociar algunas concesiones con los demás bloques que son corresponsables de lo que haga Milei, porque representan fuerzas que lo votaron en la segunda vuelta. Allí están: gran parte de los radicales, el PRO, la Coalición Cívica, el schiaretismo y algunos partidos provinciales. La fuerza parlamentaria La Libertad Avanza (LLA) es de hecho el único oficialismo. Los que quedan en el medio, más que semiopositores, son semioficialistas que actuaron para aislar a Unión por la Patria en las comisiones y en la discusión de las leyes antidemocráticas que envió el Gobierno.
 
La izquierda en Diputados y Unión por la Patria en ambas Cámaras son hoy la única oposición real al mega DNU y a la Ley Ómnibus. El 24 de enero, con el Paro Nacional y la movilización de la CGT, las dos CTA y los movimientos sociales será la primera señal real del malhumor social. La fecha no es la mejor para un acto masivo, porque hace poco que asumió el gobierno, mucha gente está de vacaciones y hará mucho calor. Fue una decisión presionada por los acontecimientos.
 
Pero tendrá un efecto político directo, golpeará a un Milei que amenaza al Congreso, no tiene en cuenta la democracia representativa y pretender avasallar las instituciones de la República, Cáceres reclamó por el mutis del oficialismo entrerriano: "Hay que hacerse cargo muchachos, y es acá, en la provincia, de cara a quienes los votaron para que los representen".
 
La Opinión Popular
 
Ley Ómnibus: Frigerio y los legisladores nacionales del oficialismo están escondidos 

La Ley Ómnibus, el paro de la CGT, la escalada del dólar y la inflación desbordada
 
En medio de un enero al rojo vivo para la actualidad político-económica nacional, en sintonía con las tórridas temperaturas de estos días, la semana que comienza se presenta como clave para este arranque del gobierno de Javier "el Loco" Milei. En el horizonte destacan la intención de aprobar cuanto antes la Ley Ómnibus, con frenéticas negociaciones para lograr los votos necesarios tras las modificaciones introducidas; el paro de la CGT del próximo miércoles, que será la primera gran pulseada de los "pesos pesados" del sindicalismo argentino con el nuevo gobierno nacional, y un dólar que tras una relativa calma, volvió a desbocarse en la segunda semana de enero, a la par de una inflación sin freno.
 
En cuanto a la intervención de Milei en el Foro Económico de Davos, lo que más se echó en falta fue que no haya aprovechado esa ocasión para intenta explicar a los empresarios más importantes del mundo allí presentes, por qué deberían invertir ahora en Argentina. El presidente centró su discurso en una férrea defensa del ultracapitalismo salvaje, haciendo un polémico y controvertido repaso histórico de la economía mundial de nada más y nada menos que los últimos dos mil años.
 
Ese enaltecimiento a ultranza del capitalismo salvaje incluyó también una sustancial defensa de unos de los aspectos más cuestionados de ese sistema económico, como lo son la concentración económica y los monopolios, ya que a su entender, son el principal motor del crecimiento y el bienestar, un bienestar que en su opinión no existiría sin esos monopolios que dominan el mercado. El que hablaba de libre mercado ahora defiende a los monopolios. 
 
En definitiva, Milei quiso mostrar que más a la derecha de él no hay nada, pero no ofreció argumentos concretos para seducir y atraer grandes inversiones internacionales. Lo que sí se trajo de ese viaje fue el mensaje del FMI de que "se está haciendo lo correcto", un mensaje que no difiere mucho de los que sucesivamente transmitió ese organismo a los últimos gobiernos nacionales en sus inicios.
 
Ley Ómnibus: Frigerio y los legisladores nacionales del oficialismo están escondidos 
 
Ley Ómnibus: recalculando
 
En paralelo a ese viaje a Davos, la Ley Ómnibus impulsada por Milei centra la agenda nacional, cosechando fuertes rechazos desde muchos sectores, pero también algunos apoyos, sobre todo desde ciertos ámbitos empresariales muy concentrados. Pero más allá de las posturas sectoriales, lo que enfrenta la mega ley del presidente es el desafío de lograr su aprobación en el Congreso.
 
Por lo pronto, lo primero que se anotó el gobierno nacional al respecto fue un fracaso: no logró siquiera dictamen en una semana en la que aspiraba a lograr su primera aprobación legislativa, calculada en principio por el oficialismo para el sábado pasado.
 
El segundo traspié, producto a su vez del anterior, fue verse forzado a introducir cien modificaciones a la ley, en búsqueda de acercarse así a la cantidad de votos de los legisladores necesarios para su aprobación. A su vez, extendió el periodo de sesiones extraordinarias hasta el 15 de febrero, por si las moscas.
 
Entre esas modificaciones destacan las retenciones cero para las 35 economías regionales, la exclusión de YPF de la lista de empresas estatales a ser privatizadas y la no delegación en el presidente de las facultades en materia de defensa y seguridad interior. Además, se acota la duración de la emergencia nacional a un máximo de dos años (uno, prorrogable a dos), frente a los cuatro años (dos, prorrogables a otros dos) iniciales, además de decenas de cambios en cada uno de sus capítulos.
 
Así, el planteo inicial del gobierno nacional de que la Ley Ómnibus era "a todo o nada", se diluyó totalmente en ese centenar de modificaciones que se vio obligado a introducir, y que pese a ello aún no le garantiza su aprobación: el panorama actual plantea un final abierto, ya que el acercamiento de la oposición "dialoguista" no parece ser unánime.
 
Mientras el Frente de Todos y la izquierda rechazan enérgicamente a la mega ley y al DNU de Milei, la UCR se situó orgánicamente este fin de semana en la misma vereda, ya que la convención nacional de ese partido la rechazó en su totalidad, la calificó de "improvisada" y se manifestó en contra "de la forma y del fondo". No obstante, desde el oficialismo esperan que algunos legisladores radicales den igual su voto afirmativo, más allá de la posición de su partido, argumentando una necesidad de gobernabilidad.
 
Estas ideas y vueltas, además de la oleada de críticas sectoriales, tienen sus cimientos en que una reforma tan amplia y profunda como la que impulsan la Ley Ómnibus y el DNU, con más de 600 artículos, y que afecta en un sentido u otro a todos y cada uno de los argentinos, no se construyó sobre una base de amplio consenso inicial, acorde con la magnitud de esa reacción conservadora.
 
A todo eso se suman los primeros traspiés judiciales que ya sufrió el DNU de Milei, los más recientes, en materia de reforma laboral y medicina prepaga. Estos primeros dictámenes pueden llegar a ser el inicio de una catarata de resoluciones en sentido similar, ya sea en forma de medidas cautelares o en posteriores sentencias de fondo, sobre todo una vez que finalice la actual feria judicial de verano, oportunidad en la que serán abordados incluso los recursos que la Justicia no consideró de suficiente urgencia como para tratarlos durante la actual feria.
 
En medio de todos estos obstáculos, el gobierno nacional, tras recalcular y recular en muchos aspectos, pero no en muchos otros de fondo, espera poder lograr esta semana el visto bueno legislativo a la Ley Ómnibus, tras terminar de perfilar un proyecto "aprobable".
 
A su vez, el oficialismo amenaza con acelerar el brutal ajuste fiscal si la mega ley sufre muchas modificaciones, con el fin de lograr el equilibrio fiscal. Un equilibrio fiscal que se basa en un 60% en recortes en gastos como transferencias discrecionales a las provincias, obra pública, jubilaciones, subsidios, programas sociales y funcionamiento del Estado, y el otro 40% en el aumento de impuestos, pese al compromiso de campaña de no subirlos.
 
Varios de estos aspectos pueden ser activados por el gobierno nacional sin necesidad de que el Congreso apruebe la Ley Ómnibus, ante lo cual desde el Ejecutivo amenazan ahora con la posibilidad de acelerar esos ajustes, lo que supondría otro golpe para gran parte de una sociedad que ya vio hundirse su poder adquisitivo tras la última devaluación y la consiguiente explosión inflacionaria, y una fuerte baja de rentabilidad para gran parte del sector privado.
 
Ley Ómnibus: Frigerio y los legisladores nacionales del oficialismo están escondidos 
 
Dólar e inflación
 
Mientras tanto, más allá de las discusiones por la Ley Ómnibus, los talones de Aquiles en este inicio del Gobierno de Milei siguen siendo los mismos: un dólar sin freno, con una fuerte suba en la última semana, rozando su  valor récord y aumentando la brecha con el oficial a su máximo histórico, y la paralela inflación creciente.
 
Así, esta semana que comienza también se presenta como un desafío en esos aspectos, mirando con expectativa cómo se siguen comportando el dólar y los precios. Por lo pronto, las señales no son buenas con respecto a la inflación, ya que hace tres días se conoció el índice de aumento de precios mayoristas durante diciembre, que fue del 54%, más del doble del aumento del índice de precios minoristas, que fue del 25,5%.
 
Esta diferencia se debe básicamente a dos motivos: la reducción de rentabilidad de algunos comerciantes para poder tener un mínimo nivel de ventas en medios de la recesión actual, y sobre todo en el delay que hay del aumento de precios mayoristas al traspasarse a los minoristas. Por ende, la marcha de los precios en lo que va de enero y las perspectivas para el corto y mediano plazo son deprimentes.
 
Otro aspecto que le confiere un aspecto especial a esta nueva semana es la convocatoria por parte de la CGT a un paro nacional para el próximo miércoles. Un paro calificado como injustificado desde el oficialismo, prematuro desde otros sectores e inevitables desde la CGT y las organizaciones que adhieren.
 
En cuanto a lo del momento, suena lógico la realización ahora de la medida de fuerza, ya que tendría mucho menos sentido hacerla una vez que la ley de los fuertes recortes, los ajustes, las desregulaciones y las privatizaciones de empresas estatales, ya estuvieran aprobadas.
 
Ley Ómnibus: Frigerio y los legisladores nacionales del oficialismo están escondidos 
 
Crece la preocupación por una situación social similar al 2001
 
En sus primeras semanas en el poder provincial, el porteño Rogelio Frigerio debería aprovechar la incertidumbre que irradia de la escena nacional, con el gobierno de Milei, para estrechar las alianzas con todos los sectores productivos, especialmente los del interior provincial.
 
Los estrechos puntos que Frigerio le sacó de ventaja a Adán Bahl en los comicios pasados provinieron íntegramente del interior productivo, ya que la Capital votó por el peronismo. Frigerio debería tomar nota.
 
Es Milei quien le obsequia una oportunidad que el flamante gobernador no dejará pasar: como en 2008, es la amenaza de más retenciones a las exportaciones lo que hace que vuelva a representar los intereses de ese entramado productivo que -como en ningún otro lugar del país- en Entre Ríos incide de manera determinante a nivel político.
 
Pero, no se escucha el reclamo público de Frigerio a medida que se multiplicaron las reuniones con todos los sectores que exportan desde Entre Ríos, y hoy es el gobernador que con más énfasis debería llama a votar en contra de cualquier suba de retenciones. Desde mañana se instalará en Buenos Aires el tramo decisivo de la discusión de la "ley ómnibus" en Diputados.
 
Las críticas de la Casa Gris al proyecto de país que exponen el DNU de Milei y el megaproyecto de ley al que cada día se le descubren implicancias más profundas y más insospechadas -todavía no se percataron de que si la Nación firma un acuerdo para la radicación de una empresa extranjera, provincias y municipios estarán obligadas a eximir impuestos- son mucho más sustanciales de lo que funcionarios y legisladores expresan en público.
 
Pero Frigerio honra la máxima suprema del oportunismo en el poder provincial: no contradecir jamás al poder central del Puerto de Buenos Aires. "El Gobierno nacional sabe que cuenta con nuestro apoyo", reitera en lugar de criticar firmemente las retenciones, como gobernador que es.
 
Mientras, se multiplica el porteñismo extremo del equipo de Milei, el desconocimiento de la producción, la supremacía de las finanzas sobre la economía real que implican las medidas y al carácter unitario de las propuestas fiscales en marcha: la suba de las retenciones, la suba del impuesto País, el blanqueo y todas las privatizaciones previstas son para beneficio exclusivo del Gobierno nacional, ya que no se coparticipan.
 
Una duda se repite, de repente, en la mayor parte de los diputados "dialoguistas" entrerrianos -esto incluye a los radicales y del PRO- y es de fondo: ¿Quiere Milei la aprobación de la "ley ómnibus" o prefiere culpar a la oposición legislativa, victimizarse y pasar a otra fase para avanzar con su proyecto?
 
Frigerio debería restaurar viejas alianzas del interior federal y también revitalizar la idea de una Región Centro integrada. La sintonía personal y política con el santafesino Maximiliano Pullaro y con el cordobés Martín Llaryora, sumada a la coincidencia generacional, a las similares fisonomías productivas de las tres provincias.
 
Las reuniones entre los tres gobernadores tienen una regularidad sostenida y los acuerdos entre ellos son inéditos. Coincidieron en que -por ahora- las cuasimonedas no aterrizarán en el centro del país, pero también acordaron respecto de la suba de servicios, coordinaron políticas tributarias y hasta determinaron una política salarial común: los tres pagarán aumentos en línea con los ingresos de cada provincia.
 
Los gobernadores tendrán que poner en marcha un mecanismo de fuerte presión política para lograr el envío de fondos nacionales. "No hay plata", repite una y otra vez más el presidente Milei, con cara y voz de actor de película clase B.
 
Ahora bien, ¿Cuál es la realidad de Córdoba o, mejor, el pensamiento del gobernador Llaryora? Lejos de pensar en un fuerte rechazo a la controvertida solución de los bonos, calificadísimas fuentes del nuevo poder provincial indican que "de no haber cambios no quedará otro remedio que aplicar una solución así".
 
Los voceros argumentan que "en caso de que el Gobierno nacional no ponga en marcha circuitos productivos, a las provincias les será imposible sostenerse si no existe un auxilio financiero ya que carecerán de fondos para hacer frente a sus obligaciones corrientes". En ese sentido, precisan que el de La Rioja no es un caso aislado ni nada que se le parezca. Más bien, ese distrito sería una especie del rostro anticipado de la crisis que envuelve a todo el país.
 
Por su parte, los estatales recibirán una oferta que si no tiene aval terminará otorgándose por decreto: Frigerio anunció el viernes un 12,8 por ciento. Y se prepara para conflictos con docentes y  estatales, pero debería estar mucho más preocupados por la recesión que avanza sobre todos los sectores de la economía, por las alarmas sociales generalizadas, la abrupta suba de demanda que espera, al sector público, en escuelas, hospitales y comedores.
 
Las postales del 2001 acechan en los márgenes de la Capital de la provincia. La gestión de Rosario Romero monitorea los centros de ayuda alimentaria y tanto el municipio como la Provincia tendrían que considerar que el pico del deterioro social puede precipitarse hacia marzo-abril.
 
También reiterar que en Entre Ríos las manifestaciones en la vía pública seguirán regulándose por la vía judicial y que el nefasto protocolo represivo de Patricia Bullrich no tendrá lugar.
 
El 2001 también acecha en otras imágenes. La toma de tierras por parte de familias que ya no pueden pagar el alquiler y la crisis del transporte urbano, que muy posiblemente incluya la caída del servicio de la empresa Ersa, son postales que llegan desde principio de siglo.
 
Tanto esa realidad crítica impactada por la devaluación y el mega ajuste nacional no puede imponerse sobre todos los planes provinciales e impedir que se avance en una autentica gestión de gobierno, que por ahora no ha comenzado.
 
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