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“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
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Sociedad e Interés General - 22-01-2024 / 08:01
UN ASESINO MENOS: MURIÓ EL 22 DE ENERO DE 2011

Represor Cristino Nicolaides, último jefe del Ejército en dictadura

Represor Cristino Nicolaides, último jefe del Ejército en dictadura
A Cristino Nicolaides se lo acusaba, entre otras causas, de tener responsabilidad en la Masacre de Margarita Belén y de las desapariciones que tuvieron lugar en Corrientes durante su desempeño al mando de la región.
El 22 de enero de 2011, en Córdoba, muere Cristino Nicolaides. Fue un militar argentino que participó de la dictadura cívico-militar argentina (1976-1983) autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, integrando la cuarta Junta Militar de Gobierno -que gobernó el país entre 1982 hasta el 10 de diciembre de 1983.
 
Esta Junta Militar asumió el poder luego de la Guerra de las Malvinas y eligió con el título de «presidente» a Reynaldo Bignone.​ Entregó el poder al Gobierno democrático presidido por Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983, quien decidió no enjuiciar a la última junta.
 
Sin embargo posteriormente la justicia revisó esa decisión. Cuando Nicolaides tuvo el buen gusto de morirse, iba a ser sometido a juicio por el Tribunal Oral Federal Nº 6 de Capital Federal debido a 33 casos de apropiación de menores en la causa conocida como Plan Sistemático. Hasta el día de su muerte, se encontraba en arresto domiciliario.
 
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Nicolaides, que formó parte de la junta que asumió el poder tras la Guerra de las Malvinas en 1982, había nacido en Córdoba en 1925. Al momento de su deceso, el ex militar cumplía arresto domiciliario en el marco de una causa por violaciones a los derechos humanos.
 
Desde el 7 de marzo de 2011, Nicolaides iba a ser sometido a juicio por el Tribunal Oral Federal Nº 6 de Capital Federal debido a 33 casos de apropiación de menores en la causa conocida como Plan sistemático, en la que también están imputados los ex presidentes de facto Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, entre otros.
 
 El 19 de diciembre de 2007, Nicolaides había sido condenado a 25 años de prisión debido a los secuestros y desapariciones de combatientes patrióticos de la organización Montoneros que permanecen desaparecidos, entre 1979 y 1980, en el marco del primer juicio contra jefes de la dictadura militar tras la derogación de las Leyes de Obediencia Debida y de Punto Final.
 
 En esa oportunidad fue encontrado culpable de asociación ilícita, privación ilegal de la libertad, apremios ilegales y reducción a la servidumbre de seis miembros de la organización Montoneros, incluyendo a Ricardo Marcos Zuker.
 
 Los integrantes de la última junta militar no fueron enjuiciados en 1985 en el Juicio a las Juntas, siendo excluidos por el entonces presidente Raúl Alfonsín en el decreto que ordenó los juicios.
 
 Sin embargo, los miembros de la última junta y el último presidente han sido procesados por la redacción del llamado Documento Final sobre la Lucha contra la Subversión y el Terrorismo y la sanción de una ley de auto amnistía, debido a que ello ha encubierto el secuestro de niños.
 
 También se lo acusaba de tener responsabilidad en la llamada Masacre de Margarita Belén y de las desapariciones que tuvieron lugar en Corrientes durante su desempeño al mando de la región.
 
 En el juicio del 2007 le cupo a Nicolaides ser, junto con otros siete ex-integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad, los primeros en ser juzgados desde la anulación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
 
Fuente: Telam - Wikipedia

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26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
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