Nacionales - 19-01-2024 / 11:01
IDAS Y VUELTAS DE UNA DESEQUILIBRADA ACTUACIÓN
La desastrosa política internacional de Milei y su equipo ultraderechista rompe vínculos estratégicos
Más allá del alineamiento con Occidente y casi exclusivamente con Estados Unidos e Israel, la política internacional de Javier “el Loco” Milei pareciera ser romper los vínculos estratégicos con los socios comerciales más importantes de Argentina. A los traspiés de Milei y Diana Mondino con China y Brasil, se suman las polémicas declaraciones de Patricia Bullrich sobre el narcotráfico en Chile que ya generaron la reacción de funcionarios nacionales del país vecino.
Más allá del alineamiento con Occidente y casi exclusivamente con Estados Unidos e Israel, la política internacional de Javier "el Loco" Milei pareciera ser romper los vínculos estratégicos con los socios comerciales más importantes de Argentina. A los traspiés de Milei y Diana Mondino con China y Brasil, se suman las polémicas declaraciones de Patricia Bullrich sobre el narcotráfico en Chile que ya generaron la reacción de funcionarios nacionales del país vecino.
Es que el actual gobierno libertario tiene vocación de "papelonero", ya sea por falta de interés en la acción o el discurso, ya sea por desconocimiento o indiferencia con los temas tratados. Esto se ha visto ampliamente confirmado con el reciente discurso de Milei en el foro de Davos. Es que en esta selectísima reunión de las grandes fortunas del mundo y sus expresiones políticas, las palabras del presidente argentino causaron asombro, al margen de evidenciar la falta de ubicación para con el ámbito en que se encontraba. Típico porteño chanta.
Milei en este, su debut internacional, cayó en tales alucinaciones relativas a su pensamiento económico y político libertario que, al margen de dilapidar el interés de los concurrentes en el enfoque de la economía de nuestro país, sacudió al auditorio con conceptos infantiles que movieron un espectro que osciló de un pasmo inicial a una disimulada risa final, con apenas unos aplausos de cortesía. Su arremetida para con su enemigo personal -el Estado- se dio de narices contra un público que, o bien lo respeta como entidad o bien lo utiliza, pero en modo alguno lo rechaza, reconociéndolo como una herramienta intermedia necesaria a sus intereses.
Reiterando su idea panfletaria de que la reunión de Davos está -nada menos-que "contaminada por el pensamiento socialista" que procura el manejo de ese Estado, no vaciló en meter en una misma bolsa a "comunistas, fascistas, nazis, socialistas, socialdemócratas, keynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas. En el fondo no hay diferencias sustantivas, todos sostienen que el Estado debe dirigir la vida de los individuos".
Después, para el asombro creciente de los concurrentes y como si fuera un discurso de los tiempos de la Guerra Fría, "advirtió" sobre los peligros de un comunismo y socialismo que están -según él- llevando el planeta hacia un desastre, esto en medio de un capitalismo en el que se refugia la esperanza del mundo. ¿Y cuáles serían las herramientas con las que esas pérfidas concepciones avanzan sobre occidente? Pues nada menos que el feminismo en todas sus manifestaciones y un sedicente cambio climático, todo lo anterior dicho en un tono admonitorio para con una elite que estaba muy lejos de aceptarlo, al margen de su total falta de coincidencia.
Si, en su ya evidente megalomanía, Milei esperaba un auditorio que lo ovacionara de pie, quizás habrá advertido que solamente tuvo unos muy tibios aplausos de focas -básicamente de la delegación que lo acompañó, y los gestos de extrañeza e incredulidad de los periodistas presentes que no podían creer lo que oían. El final, con un desubicadísimo: "Viva la libertad, carajo", (una expresión tribunera que habrá desorientado a los traductores de Davos), estuvo acorde con la esencia delirante del discurso. Lo despidieron sin pena ni gloria.
Al margen de este monumental papelón -porque lo fue-, el Presidente tuvo muy cuestionables acciones al asegurar a la titular del FMI que el ajuste que implementa es mayor que el pedido por el organismo; también una reunión con el canciller británico en un desequilibrio de jerarquías gubernamentales y en el que Malvinas fue ignorada.
La Opinión Popular
IDAS Y VUELTAS
Romper vínculos estratégicos: La desastrosa política internacional de Milei y su equipo
A los traspies de Javier Milei y Diana Mondino con China, ahora se suman las polémicas declaraciones de Patricia Bullrich sobre el narcotráfico en Chile que ya generaron la reacción de funcionarios nacionales del país vecino
Es que a las tensiones con Brasil y China, ahora, a poco más de un mes de gestión, se sumó un nuevo conflicto con Chile como consecuencia de polémicas declaraciones que hizo en las últimas horas la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
La funcionaria nacional se refirió este martes el problema del narcotráfico y sostuvo que "la mayoría de la droga" que entra a la Argentina lo hace por Chile. Los dichos llegaron rápidamente al país vecino y la reacción no se hizo esperar.
El ministro de Justicia chileno, Luis Cordero, explicó que no comparte "ese juicio" y propuso que en lugar de señalar culpas a otro lado, se avance "en la coordinación con Chile, porque el país tiene una situación de seguridad y de narcotráfico mucho peor de la que tenía hace unos años".
Además, Cordero sostuvo que para "hacer una evaluación" como la que hizo Bullrich "es conveniente disponer de cierta evidencia, no sé si ella tiene esa evidencia para sustentar ese juicio".
En esa misma línea, la senadora y presidenta del Partido Socialista del país vecino, Paulina Vodanovic, opinó que las declaraciones de la dirigente PRO obedecen a "una estrategia política del nuevo gobierno de Argentina, tal vez de posicionarse y entrar en cierta confrontación con Chile".
"Encuentro una cosa bastante sui géneris esto de empezar a pelear con Chile, porque si ella tiene datos como para aquello, me parece más bien que hay que buscar una estrategia con el país vecino, mucho más que iniciar una confrontación", sentenció.
Cabe señalar que a pesar de que Chile está gobernado por un partido de izquierda, la relación bilateral con Argentina no se había visto afectada hasta ahora. Contrario a lo que se esperaba y a diferencia de los presidentes de Brasil y Bolivia que no participaron del acto de asunción de Javier Milei, Gabriel Boric sí lo hizo e incluso felicitó al mandatario argentino.
Es que más allá de las evidentes diferencias ideológicas que los seperan, el jefe de Estado chileno decidió priorizar la relación bilateral. Chile es el segundo destino de la región de las exportaciones argentinas y el cuarto destino a nivel mundial.
Además, luego de Uruguay, Chile es el segundo mercado más importante en términos de diversificación de las exportaciones nacionales. En tanto, Argentina es el cuarto destino de importancia en la región para Chile, y el tercer mercado más diversificado.
A su vez, en la actualidad, Argentina suministra cerca de la mitad del gas natural que se consume Chile y en 2022, el comercio total entre ambos países alcanzó los USD 5.797 millones, un 60,7% superior a 2019.
Dicho de otra manera, la relación con Chile es de vital importancia para el comercio y la economía argentina. Además, tiene un rol geopolítico fundamental para el fortalecimiento de la región, especialmente, cuando los vínculos con otras naciones vecinas como Brasil no atraviesan su mejor momento.
Brasil
"No me reuniría con Lula da Silva. Es un corrupto y por eso estuvo preso y es un comunista", había dicho el presidente Javier Milei cuando aún estaba en campaña. Sin embargo, como lo hizo con muchas otras políticas y declaraciones, una vez que se sentó en el Sillón de Rivadavia el economista "liberal libertario" moderó su discurso e intentó dar marcha atrás.
Incluso, la cancillería argentina invitó a Lula da Silva a la asunción de Milei, pero el mandatario brasileño rechazó la invitación y mandó a su canciller.
Otra decisión que tensó la relación con el gigante sudamericano fue la salida de Argentina de los BRICS, grupo económico conformado por algunas de las economías mas grandes del mundo al que el país había ingresado gracias a las gestiones de Brasil.
Ambos países cuentan con una larga historia como socios comerciales, y miembros fundadores del Mercosur. De hecho, Brasil es el país que más productos argentinos importa desde hace al menos treinta años.
Por nombrar uno de los últimos datos más relevantes, en 2022, importó desde la Argentina productos por US$ 12,7 mil millones, casi un 60% más que China.
Conscientes de la tensión con el país vecino, Diana Mondino recibió ayer al embajador brasileño, Julio Bitelli, para recomponer realciones, abordar la agenda bilateral, comercial y las posibilidades de cooperación en diferentes ámbitos, tales como infraestructura física y energética, en materia nuclear, de defensa y en espacios regionales y multilaterales.
Sin embargo, la relación más conflictiva en estos momentos para Argentina es con su segundo socio comercial: China. Al igual que con Brasil, las rispideces comenzaron durante la campaña presidencial cuando Milei vociferaba en todos los medios a los que iba que rompería relaciones con el gigante asiático porque era comunista.
A partir del 10 de diciembre, el vínculo no mejoró. La alinación con Estados Unidos y Occidente, la salida de los BRICS y el acercamiento de la Cancillería con Taiwán, territorio chino independentista, provocaron preocupación y enojo en las autoriades chinas.
El último desatino argentino fue el supuesto recibimiento de Modino a representantes de Taiwán, hecho que China consideró como una grave provocación. Inmediatamente el Ministerio de Relaciones Internacionales salió a desmentir el presunto encuentro, pero el daño estaba hecho y necesitaba de un gesto para poner paños fríos.
Es que a causa de estos reiterados desaires, China primeró congeló la ampliación del swap por unos u$s6.500 millones que había sido acordado con el gobierno de Alberto Fernández y amenazó con la exigencia de pago del tramo utilizado, de aproximadamente 5.000 millones de dólares.
Entre las posibles represalias, además de exigir el pago del canje de monedas con el Banco Central, China también advirtió que podía disminuir las compras de carne y soja a Argentina y priorizar, en cambio, a proveedores como Uruguay, Australia y Brasil.
Cabe señalar que, según el Indec, en los primeros 11 meses de 2023, las ventas de productos argentinos al gigante asiático totalizaron USD 4.921 millones y las importaciones, USD 13.711 millones. Hoy se calcula que el impacto económico de eventuales cambios en la relación con China pondrían en juego unos 3.000 millones de dólares en exportaciones.
La canciller argentina entonces decidió recomponer la relación con Beijing y confirmó la defensa del principio de una sola China en una reunión el pasado 13 de enero con el embajador de la República Popular China en Argentina, Wang Wei.
La Cancillería reconoció al país asiático como socio estratégico y aceptó el financiamiento para infraestructura a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta auspiciada por China y que integran más de 140 países; financiamiento que antes habían puesto en duda al sostener una supuesta "falta de transferencia".
Dos días después de esa cumbre que parecía había puesto algunos parches entre China y Argentina, el presidente Milei volvió a criticar a la potencia oriental a través de sus redes sociales y tensó otra vez la cuerda.
El mandatario compartió un posteo que decía: "La izquierda quiere para vos: El salario de Cuba, La Libertad de Corea del Norte, La justicia de China y La abundancia de Venezuela".
Por Josefina López Palma
Fuente: diagonales.com