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El clima en Paraná
“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
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Entre Ríos - 11-12-2023 / 08:12
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

El presente es complicado, pero lo peor está por venir

El presente es complicado, pero lo peor está por venir
Sobre lo que se viene sólo hay una certeza: hasta el más optimista tendrá que prepararse para lo peor, porque comienza un ajuste feroz. Lo anticipó Javier Milei cuando afirmó que habrá que soportar dos años de estanflación, que es estancamiento más inflación; lo que significa que los precios se mantendrán en alza, a un ritmo acelerado, y la actividad económica sufrirá una brutal caída, debido al ajuste, con detención de la producción y el consumo, cierre de miles de empresas y despidos de numerosos trabajadores.
Sobre lo que se viene sólo hay una certeza: hasta el más optimista tendrá que prepararse para lo peor, porque comienza un ajuste feroz. Lo anticipó Javier Milei cuando afirmó que habrá que soportar dos años de estanflación, que es estancamiento más inflación; lo que significa que los precios se mantendrán en alza, a un ritmo acelerado, y la actividad económica sufrirá una brutal caída, debido al ajuste, con detención de la producción y el consumo, cierre de miles de empresas y despidos de numerosos trabajadores.
 
Sin plan ni equipo propio, Milei junto a la casta macrista, impulsarán la "miseria planificada", la recesión más inflación: con la devaluación del dólar oficial, la eliminación de los Precios Justos y los subsidios a las tarifas. Los que quedarán relegados serán los salarios, las jubilaciones y los beneficios sociales. Está claro que el ajuste no lo pagará la "política" sino la gente, lo que es una pésima noticia para la clase media que viene en desplome, mucho más grave para los pobres, y dramática para los indigentes. Solo los ricos se salvarán.
 
En el futuro negro que propone Milei, casi nadie zafa, aunque algunos más que otros sentirán los rigores de los efectos de la crisis. Para eso lo votaron, para respaldar su bronca y sus acusaciones contra la clase política, "la casta", pero también nadie lo votó para estar peor por lo que se necesita que mejore las condiciones de vida y garantice el bienestar general. Por el momento, a sus votantes solo les viene advirtiendo que se vayan acostumbrando a tiempos peores.
 
Sin embargo, más preocupados deberían estar los que tendrán responsabilidades de gestión, aquellos que deben administrar los recursos de sus estados -provinciales, municipales y comunales-, porque también les avisaron: no hay plata; basta de déficit fiscal, a pagar los sueldos sin la ayuda nacional. Deberán arreglarse como puedan, si la amenaza se verifica.
 
Tener responsabilidades ejecutivas como las del gobernador de Entre Ríos, el porteño Rogelio Frigerio, y escuchar decir al administrador de las arcas del Estado nacional, el también porteño Milei, que no habrá más dinero debería alterar los ánimos y generar dudas sobre las capacidades para responderle a los entrerrianos. Frigerio no debería dormir tranquilo hasta saber exactamente a qué se tiene que atener con un Milei conduciendo el país desde su anarco capitalismo; por ahora sólo puede especular y prepararse para las desgracias.  
 
Y lo peor para un dirigente político que alcanza el cargo de gobernador o de intendente, que debe sucumbir ante el desafío de realizar una buena gestión, es el no poder cumplir con las expectativas de sus votantes. El de fallarles, por no contar con las ayudas de los que están más arriba, a partir de los pronósticos profundamente negativos del neoliberal libertario.
 
Así Frigerio deberá valerse solo con los dineros que les corresponden por ley y de lo que puedan generar en su administración. Algo va a tener que hacer. ¿Aumentará los impuestos provinciales en un marco de caída de la actividad? ¿Se endeudará? ¿Emitirá cuasimonedas, como los Bonos Federales de Sergio Montiel? ¿Venderá "las joyas de la abuela": la empresa de Energía de Entre Ríos S.A. (ENERSA), el Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social (IAFAS), el Instituto Autárquico Provincial de Seguros de Entre Ríos (IAPSER) y el Sistema de Crédito de Entre Ríos (SIDECREER)? ¿O todo a la vez?
 
Frigerio tendrá que ajustarse para cumplir con la ecuación de Milei: no gastar más de lo que le ingresa. Y si le ingresa poco, poco podrá hacer. Deberá conseguir recursos para atender las prestaciones que debe brindar el Estado provincial, para asegurar el funcionamiento de su administración; para llevar alivio a la sociedad y atemperar un clima de malestar social que será inevitable. Por eso Patricia Bullrich será la ministra de Seguridad de Milei y el ex comisario Néstor Roncaglia será el ministro de Seguridad de Frigerio. Ambos intentarán la coerción contra la resistencia social y sindical al ajuste.
 

Ahora bien, en el caso de Frigerio, el tiempo para mostrar resultados positivos va a ser clave, porque la paciencia de los entrerrianos tendrá un límite. ¿Seis meses?, ¿un año? Y los recursos, ¿dónde obtenerlos, cómo conseguirlos?, es lo que se debe preguntar con insistencia y preocupación. ¿Frigerio se adelantará al experimento Milei? Ya anunció que reducirá la planta de funcionarios a la mitad, pero ese gasto político es mínimo respecto de la estructura provincial Por eso apuntará a la reducción del poder adquisitivo de los salarios de estatales y docentes. Además, ¿intentará transferir responsabilidades de gestión a los jefes municipales, y que no dependan de las ayudas de la Provincia, para que sobrevivan con una coparticipación menguada? Los intendentes sentirán en carne propia el corte abrupto de los aportes no reintegrable, una herramienta que contribuyó al progreso y la paz social en localidades del interior.
 
Así, la crisis se profundizará y llegará la hora de que los intendentes atiendan exclusivamente con lo que le corresponde a cada uno; no habrá más ayuda por parte del Gobierno provincial. Eso traduce la frase de Milei: "no hay más plata". Habrá una versión entrerriana de la Ley de Murphy: "si puede empeorar, empeorará". El cese de asistencias no podrán bancarlo y será el comienzo de hostilidades.  
 
Todos los intendentes demandarán más ayuda. Además, los peronistas de Paraná, Concepción del Uruguay, Victoria y otros, que serán opositores, estarán fuera del círculo político de Frigerio y lejos de los beneficios de su discrecionalidad; discrecionalidad que tampoco será tan posible para el Ejecutivo provincial que deberá lidiar con la Nación de la misma manera que los municipios con la Provincia. Un ajuste de arriba hacia abajo; mileísmo al palo, se podría decir. Será una prueba de fuego para todos los intendentes, sin exclusiones, porque deberán dar respuesta a sus vecinos sin otra ayuda que lo que estrictamente les corresponda, según lo decida Milei.
 
El "no hay plata" que Milei anunció, significa también que todos los proyectos de obra pública bajo ejecución en la provincia quedarán suspendidos o serán traspasados a manos privadas. ¿Los privados por qué van a tomar una obra pública que no les rinde ningún beneficio? ¿Quién se hará cargo de cunetas, alcantarillas y cloacas? La polémica medida, que fue ratificada por Milei, tendrá un impacto directo en Entre Ríos, donde -según empresarios- el 80% de las inversiones son solventadas por el Estado. Así Frigerio perderá la oportunidad de continuar con las políticas públicas de Gustavo Bordet, que fueron legitimadas por el pueblo entrerriano.
 
Milei significa "macrismo recargado", un programa audaz para un gobierno débil. Vienen por lo que les faltó hacer en el periodo 2015 /2019, lo que Mauricio Macri no se animó o no pudo. La alianza en el balotaje y su incidencia en la victoria electoral, así como la influencia en la conformación del gabinete de Milei, con la "casta" macrista, consolida ésta hipótesis. Esto significaría no sólo apertura y desregulación de la economía, la clásica y caótica receta neoliberal que destruye la industria nacional, sino un nuevo ciclo de privatizaciones estratégicas que Macri no hizo. Vaca Muerta, YPF, Arsat, Banco Nación, el sistema jubilatorio, Aerolíneas, y realizar concesiones en otros sectores claves. "Todo lo que pueda ser privado será privado", notificó el neoliberal libertario.
 
Lo previsible es que Frigerio se someta a todas estas políticas del aventurero Milei y del fracasado Macri. Las consecuencias serán conflictos sociales y sindicales que explotarán en todo el país, muchos de los cuales resonarán en la Casa Gris. Es que las secuelas de las medidas de Milei van a generar una conmoción general muy grave y prolongada, porque ese proceso de ajuste cruel que promete no lo pagará la "casta" sino la gente. Y en el corto plazo, finalmente fracasará en términos de legitimidad política y social, al no cumplir con las expectativas generadas ni resolver las agendas claves para las mayorías populares. Ni "las fuerzas del cielo" ni "los argentinos de bien" lo defenderán. Lo que mal empieza mal acaba, ya que no se puede pensar en gobernar únicamente para los ricos.
 
La Opinión Popular
 

El presente es complicado, pero lo peor está por venir 
 
La viabilidad de la motosierra de Milei está en duda por la resistencia social
 
Los primeros dos años de esta nueva era de Javier Milei serán durísimos, con una inflación mucho más alta que la actual y salarios que perderán poder adquisitivo rápidamente. La esperanza del nuevo oficialismo es que después de tanto sufrimiento la economía se normalice y a partir de ahí se pueda reconstruir. Ahora bien, la viabilidad del programa neoliberal de Milei está en duda por la presión social que se anticipa a su programa de ajuste, pero también por el riesgo de caer en un ciclo recesivo sin fondo.
 
La motosierra de Milei comenzará a cortar y para muchos llegará el momento de enterarse de qué lado de la herramienta estarán ubicados. El nuevo presidente llegó con ínfulas refundacionales, pero su programa no tiene nada de novedoso. Es un ajuste neoliberal como tantos que se practicaron en Argentina, pero con una diferencia: esta vez el recorte fue claramente explicitado por el candidato libertario durante la campaña y la mayoría de la gente lo respaldó con el voto.
 
Lo único que se puede objetar en este punto es que Milei siempre prometió que el ajuste lo pagaría la clase política. Cualquier persona con dos dedos de frente debería haber sabido que era una burda mentira de campaña, pero es posible que alguien lo haya creído y ahora se sienta desilusionado.
 
Entre las primeras medidas que dejaron trascender desde el equipo de economistas del libertario figuran la prohibición de emitir moneda para financiar al Tesoro, quita de subsidios a tarifas, devaluación y más impuestos para comprar dólares para importación, apagón total de la obra pública, suspensión de ATR para provincias, liberación de precios de combustibles y prepagas, pautas presupuestarias iguales a las 2023 y salarios públicos congelados.
 
De acuerdo con lo que adelantó el ministro del Interior que asumirá, Guillermo Francos, el tipo de cambio oficial se ubicaría muy rápidamente en torno a los 650 pesos, casi el doble del tipo de cambio oficial del último día hábil del gobierno de Alberto Fernández.
 
Más allá de matices, lo que viene es un recorte brutal del poder adquisitivo de los salarios que repercutirá con más fuerza en la empobrecida clase media, un ordenamiento de precios relativos que golpeará los bolsillos de todos los argentinos y una aceleración de la inflación acompañada por una retracción de la actividad económica.
 
Conocidas algunas de las medidas que adoptaría el nuevo gobierno, las principales consultoras especializadas en economía apuraron informes orientados a anticipar la economía 2024. FocusEconomics consultó a 40 especialistas en la materia quienes estimaron (en promedio) que los precios al consumidor aumentarán 222,4% en todo el año que viene y que la cotización oficial del tipo de cambio mayorista alcanzaría los 1.469 pesos el año próximo, suponiendo que se mantendría el cepo cambiario.
 
La pérdida de poder adquisitivo de los salarios tendría su correlato en una notoria caída en la demanda de bienes y servicios en el mercado interno que traerá aparejada una baja en la actividad económica. Serán tiempos de persianas cerradas y muchos despidos. Si todo sale bien, el premio llegaría no antes de la segunda mitad de 2025 en forma de una estabilidad que sentaría las bases para un nuevo proceso de crecimiento.
 
Pero aunque ello ocurriera, hay que tener en claro que ese crecimiento no necesariamente se traduciría en una mejora sustancial y perceptible en la calidad de vida de la mayoría de la población, ya que el nuevo gobierno no tiene vocación redistribucionista y cree más bien en la teoría del derrame, que cada vez que se intenta en Argentina, derrama muy poco y muy lento.
 

El presente es complicado, pero lo peor está por venir 
 
El karma de la protesta social
 
El primer escollo que enfrentará el Plan Motosierra es la resistencia que podría generar en amplios sectores de la población que no se resignen a perder poder adquisitivo sin protestar. El dilema es: la macroeconomía exige un ajuste para evitar un supuesto estallido que sería más doloroso que el propio ajuste. Pero la mitad del país que está por debajo de la línea de la pobreza no está en condiciones de soportar el filo de la tijera, menos aún la cadena de la motosierra.
 
Milei es un entusiasta del shock fiscal que no ocultó sus intenciones durante la campaña y que confía que la gente lo seguirá apoyando aun cuando el cinturón empiece a apretar. Sabe que sostener el apoyo popular resultará clave para la viabilidad de su Gobierno. Por eso eligió dar su mensaje de asunción en las escalinatas del Congreso frente a la gente, antes que dentro del recinto de cara al pleno de los legisladores.
 
El gesto fue tomado, incluso por sus propios aliados, como un desafío a la institucionalidad, dado que el pueblo no está representado por los miles de partidarios propios que se congregarán en la calle sino por los legisladores que fueron elegidos por los millones de argentinos que se expresaron en las urnas.
 
La idea original del libertario era explicar su plan de cara a sus seguidores y de espaldas al Congreso, lo que podría dar un indicio de la forma en la que pretende gobernar.
 
Habrá que ver cómo muta, si es que lo hace, el respaldo popular a la figura de Milei una vez que la motosierra comience a cortar, porque una cosa es prometer un ajuste pagado por la clase política y otra muy diferente es recortar el poder adquisitivo a grandes mayorías con toda "la casta" adentro de su gobierno. En ese punto el libertario encontrará dificultades para alinear expectativas con realidad.
 
Es cierto que el futuro presidente fue electo con más del 57% de los votos y eso le aporta una base amplia de apoyo, al menos al inicio de su mandato. Pero las encuestas y focus group que se realizaron a lo largo de toda la campaña señalaron que sus votantes no respaldaban sus propuestas en el plano económico, sino que lo que más los entusiasmaba era la idea de castigar a la clase política en general y al kirchnerismo en particular.
 
En la medida en que el nuevo presidente no pueda respaldar con hechos concretos su diatriba anticasta (el armado de Gabinete lleno de macristas no da indicios de ello) y que sus políticas económicas redunden en una caída acelerada del nivel de vida de la gente, es esperable que la paciencia en las calles tienda a perderse. De allí que el propio Milei anticipara que el ministerio de Capital Humano será el único con billetera abierta para brindar contención social a los caídos. Habrá que ver si con eso alcanza para aplacar un fuerte malestar.
 
La polarización política no ayuda. El nivel de rechazo a la figura del nuevo presidente es muy alto en la mitad del país que no lo votó, algo parecido a lo que pasaba con Cristina y con el kirchnerismo en general. A nadie le resulta indiferente la figura de Milei, eso hace que tenga un alto nivel de respaldo, pero al mismo tiempo un alto grado de rechazo, con lo cual no harán falta tantos desencantados para que los anti-Milei se conviertan en mayoría.
 
Y con medidas de neto corte antipopular, como las que pretende aplicar el libertario, es esperable que la protesta gane la calle y que el modelo resulte sostenible solo con represión. De allí que muchos vean en la designación de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad una jugada política del nuevo presidente para tercerizar en otro partido el costo político de la represión.
 
En Capital y el Gran Buenos Aires, el corazón de la protesta social, los roles parecen bien definidos: hay sectores que están esperando la más mínima oportunidad para salir a protestar y una clase media harta de tanto piquete que está dispuesta a aplaudir la represión. Pero eso podría cambiar cuando el ajuste golpeé el bolsillo de la clase media, allí se podría repetir la experiencia de 2001 cuando piqueteros y caceroleros se encontraron en la misma vereda.
 

El presente es complicado, pero lo peor está por venir 
 
Recesión: el riesgo de achique continuo
 
Si Milei consiguiera que la sociedad tolerara los efectos del ajuste brutal sin sumir al país en un caos de marchas y piquetes, su plan todavía deberá demostrar que puede generar condiciones de crecimiento para la economía. Como todo programa de ajuste, el riesgo es que la recesión se prolongue demasiado.
 
El freno a la emisión monetaria, el retiro de subsidios y la devaluación de la moneda generarán un salto inflacionario que demolerá el poder adquisitivo de los salarios. La gente consumirá menos y toda la economía que depende del mercado interno experimentará caídas notorias en sus ventas. Lo que sigue después es caída en la recaudación y cierre de fábricas, algo que ya se experimentó cuando se intentó un programa de ajuste neoliberal durante la desastrosa presidencia de Mauricio Macri.
 
Si las empresas cierran y no hay dólares para importar, se reduce la oferta de bienes y servicios, con lo cual el freno a la emisión monetaria resulta insuficiente para detener a la inflación y se cae en un círculo vicioso en el cual hay cada vez menos productos y son cada vez más caros.
 
Con el equilibrio fiscal pasa algo parecido. Si baja la recaudación porque se vende menos, hay que ajustar cada vez más el gasto para evitar el déficit y eso hace que se venda y que se recaude menos. Una clave para romper ese círculo de achicamiento pasa por el sector exportador que tendrá un escenario mejor de la mano de un tipo de cambio más competitivo y del fin de la ignominiosa sequía.
 
Si las exportaciones permiten recuperar reservas de manera acelerada, el nuevo gobierno podrá estabilizar el tipo de cambio sin tanta devaluación, vía retenciones podría mejorar la recaudación a pesar de la caída del mercado interno, se volvería a abrir la canilla para importar insumos necesarios para la industria y todo eso ayudaría a revertir la recesión.
 

El presente es complicado, pero lo peor está por venir 
 
Nueva escena política
 
Nadie sabe qué hará específicamente y qué propondrá Milei, ni siquiera se avanza con definiciones políticas en cuanto a la composición y el rol que tendrá el futuro Congreso. No hay certezas sobre cuántos bloques habrá finamente -por ahora hay amagues-, quiénes los integrarán, si Unión por la Patria subsistirá unido o si se fragmentará, si se quebrará Juntos por el Cambio, qué hará el PRO macrista -que ya perdió a Bullrich- y dónde se ubicará la UCR.
 
Puede que haya grupos que se integren por razones ideológicas, otras por lazos partidarios y posiblemente otros atendiendo a los intereses de los gobernadores de provincias. Por lo que se ve, faltarán colores para pintar a todos los bloques legislativos. Con los principales frentes nacionales en un proceso de fragmentación cuyos alcances todavía no están del todo claros, la distribución de fuerzas en el Congreso es un enigma. La estructura de bloques heredada de la anterior conformación legislativa es un cascarón sin contenido en un contexto en el cual no hay liderazgos consolidados.
 
Además, Milei amenaza con gobernar a decretazo limpio pero las reformas de fondo que pretende impulsar deberán pasar por el Congreso. Su anunciado paquete inicial (no está claro si será un solo proyecto o varios) no se presentará el día de su asunción, sino que estaría listo recién a mitad de semana.
 
No se conocen detalles pero ya se adelantó que incluirá modificaciones en la legislación laboral, achicamiento del Estado, desregulación financiera, algún tipo de reforma fiscal, podría incluir un blanqueo y una reforma política que incluya la eliminación de las PASO.
 
En Diputados, la primera minoría la tendrá Unión por la Patria con 101 escaños, la segunda sería el PRO con 40, pero el bloque está fracturado entre quienes pretenden cerrar filas con los libertarios, con Ritondo a la cabeza, y una decena de diputados que rechazan un eventual co-gobierno, entre quienes figuran María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato.
 
Después aparece el bloque de La Libertad Avanza, con 37 bancas y los radicales con 35, pero estos últimos también se dividirían en dos bloques, uno de los cuales se integraría a la bancada de la Coalición Cívica que tiene seis integrantes. Las últimas dos novedades fueron la creación del bloque Cambio Federal, con nueve integrantes, que pretende representar a los gobernadores de Juntos por el Cambio e Innovación Federal, también con nueve bancas.
 
Lo que pueda suceder en el Congreso dependerá bastante de lo que diga Milei al asumir, cuando esclarezca qué y cómo lo hará; porque es posible que esto divida las aguas. De allí derivarán reacomodamientos según los intereses comunes, de los que se puedan ver beneficiados o bien afectados.
 

Al inaugurar dos escuelas, Gustavo Bordet destacó el rol de la educación pública y de los centros de estudiantes 
 
Finalizaron 20 años de liderazgo justicialista en Entre Ríos
 
Con un ajustado triunfo del candidato de Juntos por el Cambio, el porteño Rogelio Frigerio, en las elecciones generales, finalizaron 20 años de administración justicialista. En base a estos resultados, la Cámara de Senadores de la provincia quedó con 8 senadores de la lista de Frigerio y 9 del peronismo. Mientras que Juntos tendrá mayoría con 18 bancas de Diputados gracias a la cláusula de gobernabilidad (el que gana la elección a gobernador se queda con la mitad más un lugar en la Cámara Baja).
 
La transición en el gobierno provincial generó cuestionamientos del frigerismo, puntualmente sobre la salud financiera de la provincia que entrega Gustavo Bordet.
 
La novela opositora comenzó cuando Frigerio anticipó que no recibía una provincia con equilibrio fiscal: "Solo tengo asegurado el pago del aguinaldo", expresó oportunamente, y agregó: "Lamentablemente, no estoy recibiendo una provincia en equilibrio fiscal. Lo estaba hasta hace unos meses. Creo que la campaña tuvo que ver en este desorden de las cuentas públicas que ahora estamos viendo. En números oficiales, me refiero, no es un tema subjetivo este", exageró el gobernador electo con tono apocalíptico.
 
Desde la trinchera peronista no hicieron esperar la respuesta que fue contundente: "Los números de la Provincia están en perfecto orden", comenzó Hugo Ballay, ministro de Economía de Bordet, y añadió que "la próxima gestión deberá actuar con la misma responsabilidad con que trabajamos estos ocho años".
 
"Gobernar no es lo mismo que hacer campaña política. Cuando asumimos la responsabilidad de administrar el destino de la provincia nos enfrentamos a contextos muy cambiantes. A pesar de eso, en Entre Ríos demostramos que con mesura, orden y responsabilidad se puede llevar a cabo un programa de desarrollo. A nosotros nos tocó gobernar, primero, con un gobierno nacional que recortó la obra pública, las partidas de salud y educación. Después con una pandemia, y una sequía histórica. Sin embargo no tuvimos mayores sobresaltos", apuntó Ballay.
 
Luego el mismísimo mandatario Bordet salió al cruce del gobernador electo expresando que: "Mi mandato va a culminar con una provincia ordenada en todo sentido: En lo fiscal, donde vamos a dejar previsto el pago de los aguinaldos y sueldos para la gestión que viene y el 80 por ciento del primer vencimiento de la deuda que opera el mes de febrero".
 
"Es un hecho inédito, es la primera vez que en el traspaso de mando se deja un fondo de ahorro que en este caso es de 47 millones de dólares para el gobernador que viene. Además de haber inaugurado 400 obras en los últimos cuatro años, estamos con 200 más en ejecución, las partidas presupuestarias también previstas", precisó Bordet.
 
Además subrayó que la Provincia se encuentra ordenada a través del diálogo con todos los sectores que "van desde las organizaciones gremiales, los productores, los industriales, las pymes, los exportadores, las economías regionales y acuerdos con los intendentes de todas las fuerzas políticas". Y finalizó señalando que "Entre Ríos hoy es una Provincia ordenada y ojalá que el gobernador entrante pueda desarrollar todo su proyecto de gobierno y de mi parte, Entre Ríos va a contar con un diputado para defender los intereses de la Provincia".
 
Los cruces por la situación financiera de la provincia en torno al pago de salarios y aguinaldo finalmente quedaron saldados con una foto, la del ministro de Economía, Sergio Massa, y gobernadores. Entre ellos Rogelio Frigerio. Fin de la polémica. A partir de ese momento, los caminos se allanaron y la transición tomó curso.
 
Mientras tanto, Frigerio tuvo su "momentum", cuando finalmente se cristalizó el acuerdo entre Patricia Bullrich y Javier Milei, que finalizó con la pareja de candidatos de Juntos por el Cambio a nivel nacional, como parte del complicado gabinete del economista libertario.
 
Frigerio dejó en claro que no hubo "acuerdo programático" con La Libertad Avanza, si bien apoyó "la gobernabilidad" del espacio liderado por Milei si diferenció claramente, dentro de Juntos por el Cambio, con quienes buscan "cogobernar" con el presidente electo. "Vamos a apoyar la gobernabilidad, pero no hubo un acuerdo programático con LLA", manifestó Frigerio.
 
Según las declaraciones en ese entonces del exministro de Interior de Mauricio Macri, "hay un grupo de diputados que entiende que hay que cogobernar con LLA", mientras que los gobernadores de JxC, piensan que tienen que "apoyar al gobierno".
 
"Hay un grupo de diputados que entiende que hay que cogobernar con LLA. Los gobernadores, que representamos la gran mayoría, pensamos que tenemos que apoyar al gobierno", manifestó y aclaró que "los ingresos al Gabinete son a título personal, ya que no hubo acuerdo institucional con LLA".
 
Y añadió que "no está mal que el Presidente electo busque en otros espacios experiencia y capacidad", pero insistió en que no hay "un acuerdo programático ni de cogobierno", sino que solo se trata de "aportes individuales" que, ratificó van a "acompañar en la medida de lo posible".
 
Bordet que ya juró como diputado nacional dijo lo que tenía que decir: "Vamos a defender los valores federales para eliminar las asimetrías". Además valoró la unidad del bloque de Unión por la Patria y llamó la atención sobre las versiones en torno a la quita de recursos a las provincias, cabe señalar que también precisó que como legislador se sumará al espacio oficial Unión por la Patria. Y señaló: "Es un escenario que puede generar algunos interrogantes, pero la democracia está muy fuerte y consolidada en la Argentina después de 40 años. Trabajaremos para que sea lo mejor".
 
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