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Sociedad e Interés General - 10-11-2023 / 08:11
10 DE NOVIEMBRE DE 1970

El Segundo Tucumanazo: una de las rebeliones que marcaron la caída de la dictadura militar

El Segundo Tucumanazo: una de las rebeliones que marcaron la caída de la dictadura militar
Comienza en la ciudad de San Miguel de Tucumán la segunda protesta de trabajadores y estudiantes contra el programa económico y social de la dictadura cívico militar que gobernaba al país desde 1966 y que por entonces encabezaba el general Roberto Marcelo Levingston.
El Segundo Tucumanazo: una de las rebeliones que marcaron la caída de la dictadura militar
El segundo Tucumanazo se inició el 10 de noviembre de 1970 y se extendió durante cuatro días, a lo largo de los cuales la población tomó una gran parte de la ciudad de San Miguel de Tucumán.
 
Se conoce como Tucumanazo a cada una de las tres puebladas insurreccionales ocurridas en la ciudad de San Miguel de Tucumán, capital de la provincia de Tucumán, entre 1969 y 1972. Los tres tucumanazos formaron parte de otras puebladas que sacudieron a la dictadura militar conocida como Revolución Argentina: "Rosariazo", "Cordobazo", "Mendozazo", etc., que marcaron la caída de Onganía, el general que pensaba quedarse 20 años en el poder.
 
Desde mediados de 1965, se inició en Tucumán una crisis azucarera que paralizó la producción y el trabajo, hundiendo las demás actividades económicas de tal forma que hasta el propio estado provincial entró en cesación de pagos. La miseria y desesperación del proletariado rural tucumano ocuparon rápidamente a la opinión pública nacional, mientras en la provincia se producían una serie de manifestaciones callejeras para enfrentar al gobierno, a la patronal industrial y a las fuerzas de seguridad.
 
En el conflicto confluyeron, además del propio quiebre económico de los ingenios y de la defensa gremial, factores ideológicos, generacionales y políticos -entre ellos la reivindicación del peronismo tras una década de proscripción-, lo que generó una dinámica social sin precedentes.
 
En Tucumán no se produjo el éxodo masivo de profesores que perjudicó a otras instituciones nacionales tras la intervención militar de 1966. Al rectorado de Virla le siguieron, hasta 1973, gestiones que pretendieron continuar su acción académica. El primer rector designado por Onganía inició su mandato estableciendo una veda política dentro de la UNT pero, en una provincia que comenzaba a advertir el fracaso del intento de reconversión productiva denominado Operativo Tucumán, la efervescencia se instaló también entre sus estudiantes y profesores. Entre 1969 y 1972 esa rebeldía convocó multitudinarias manifestaciones y violentos embates al régimen, conocidos como los "tucumanazos".
 
El Segundo Tucumanazo: una de las rebeliones que marcaron la caída de la dictadura militar 
 
El segundo Tucumanazo se inició el 10 de noviembre de 1970 y se extendió durante cuatro días, a lo largo de los cuales la población tomó una gran parte de la ciudad de San Miguel de Tucumán. La situación previa al estallido era de gran conflictividad sindical, política y estudiantil.
 
Uno de esos conflictos estaba relacionado por la insuficiencia del presupuesto e instalaciones del comedor estudiantil de la Universidad Nacional de Tucumán. La escalada del conflicto por el comedor llevó a los estudiantes de la Federación Universitaria de Tucumán (FUT) a tomar la decisión el 10 de noviembre, de cortar las calles en esquinas del comedor.
 
La represión policial fue rechazada por los estudiantes con apoyo de los sindicatos -especialmente la FOTIA- y la población, recurriendo a bombas molotov, palos, piedras y barricadas, generalizando los enfrentamientos por toda la ciudad. La pueblada escaló aún más debido al paro general nacional de 48 horas decretado por la CGT, los días 12 y 13 de noviembre.
 
Los manifestantes llegaron a tener control de un gran sector de la ciudad, estimado entre 64 y 90 manzanas. El último foco de conflicto se ubicó en el barrio de San Cayetano, recuperado finalmente por la policía atacando indiscriminadamente a los vecinos y destruyendo sus casas como escarmiento por el apoyo brindado al levantamiento. El segundo Tucumanazo provocó la renuncia inmediata del rector de la Universidad, Rafael Paz y tres meses después del interventor militar de la provincia, Carlos Imbaud.
 
Por Carlos Morales para La Opinión Popular

 
El Segundo Tucumanazo: una de las rebeliones que marcaron la caída de la dictadura militar
La represión policial fue rechazada por los estudiantes con apoyo de los sindicatos -especialmente la FOTIA- y la población, recurriendo a bombas molotov, palos, piedras y barricadas, generalizando los enfrentamientos por toda la ciudad.


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17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 09:10
El coronel Juan Perón estaba preso. Nada se oponía a la restauración oligárquica y al retorno a la fraudulenta y corrupta Década Infame, interrumpida por la irrupción de la Revolución de Junio de 1943. Pero en ese momento la clase obrera se movilizó y desde ese instante se convertiría en un actor determinante del proceso político nacional.
 
Nadie la conocía aun. Carecía de antecedentes. Venía de abajo, del subsuelo de la Patria, y su marcha fue irresistible. Si había demorado en aparecer, lo cierto es que nadie pudo, desde entonces, olvidarlo jamás.
 
En la madrugada del 17 de octubre de 1945 comenzó una movilización de la clase trabajadora en los barrios populares del oeste de Capital Federal así como de las zonas industriales de sus alrededores.
 
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos, incitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Juan Perón, por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal.
 
Aquel 17 de octubre los trabajadores dejaron sus herramientas, apagaron las máquinas de sus talleres y fabricas, se subieron al tranvía o al ómnibus y se fueron a la Plaza de Mayo. Estaban dispuestos a dar la vida por Perón. Un nuevo ciclo histórico se iniciaba en la Argentina.
 
El 17 de octubre de 1945 marcó un antes y un después en la historia de nuestro país: más de un millón de trabajadores, coparon la Plaza de Mayo para exigir la liberación del que ya entonces consideraban su líder: el coronel Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, había instrumentado numerosas medidas que favorecieron a los obreros, sentando las bases de la movilidad social ascendente y permitiéndoles integrarse a un país que, hasta entonces, no los reconocía.
 
Setenta y ocho años después, recordamos aquella expresión de lealtad mutua: de los trabajadores hacia su líder, pero también de Perón hacia ellos, al visibilizarlos y, una vez en el poder, haber seguido defendiendo sus derechos. Sin arriar nunca las banderas del trabajo, la dignidad y la justicia social.

 
Escribe Blas García  

17-10-2025 / 09:10
El 17 de Octubre de 1945, Juan Perón fue rescatado de la cárcel por la masiva movilización de la clase trabajadora, exponiendo así la falencia del anciano régimen oligárquico antinacional -rapaz y parasitario- y la caducidad de los viejos partidos políticos seudo democráticos, sobrepasados por el proletariado, que de ahora en más, podía obtener reivindicaciones que ya no se pedían, se reclamaban, porque ya no se confiaba en la buena voluntad de los sectores dominantes sino en la propia fuerza de los trabajadores.

Ese día resurge la Argentina profunda, el subsuelo de la Patria sublevado, y reaparece para continuar escribiendo la historia de las masas populares, una secuencia que va desde las lanzas primero -con las montoneras federales del interior-, el voto después -con el radicalismo yrigoyenista- y por último los sindicatos obreros -con el peronismo-. Tres momentos en los que el Pueblo lucha para realizarse con el federalismo, la soberanía política y la democracia social.

Como consecuencia de la actuación revolucionaria de las masas populares el 17 de octubre de 1945, el justicialismo llega al poder y produce transformaciones en todos los ámbitos de la realidad del país. La Revolución Nacional, de Eva y Juan Perón, rompió con el modelo semicolonial dependiente, logrando la independencia económica, la justicia social y permitiendo importantes conquistas a los sectores populares. Una Nueva Argentina con el Pueblo de protagonista.

La terrible reacción gorila de la vieja Argentina oligárquica y autoritaria, en el golpe de septiembre de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del peronismo. Cómo los movimientos nacionales antecesores: el federalismo de Rosas y el radicalismo de Yrigoyen; solo se alcanzaron conquistas transitorias y fueron derrotados por la estructura de la injusticia y la dependencia. Revolución y contrarrevolución.

A partir de 1955, la exclusión política del peronismo produjo un proceso de Resistencia que ampliaría su perfil. Aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado. En esta lucha, el peronismo constituyó el agrupamiento de las fuerzas populares y proletarias, mientras que el régimen militar se identificaba con los intereses de la oligarquía, la burguesía entreguista y los partidos liberales.

Todos estos esfuerzos son partes de un mismo combate, en la que todavía no se han alcanzado triunfos definitivos. Corsi e ricorsi, la Patria aparece como un proyecto inacabado que debemos realizarlo plenamente hoy cuando el capitalismo globalizado pretende desembarazarse de las limitaciones que, a lo largo del siglo XX, le impusieran los Estados Nacionales y los movimientos sociales encabezados por la clase trabajadora, para aplicar sus políticas neoliberales de injusticia social.

Las medidas económicas impulsadas por Javier Milei y Luis Caputo están inspiradas en el más crudo neoliberalismo, que fue iniciado durante la Revolución Fusiladora, continuadas por la dictadura de Jorge Rafael Videla y por los votos en los gobiernos de Carlos MenemFernando de la Rua, Mauricio Macri y Javier Milei. Este tipo de recetas conservadoras y reaccionarias, que aumentan la injusticia quitando derechos sociales y agrandan la dependencia con el fuerte endeudamiento, siempre fracasaron, provocando resistencias populares y revueltas sociales. 


Por eso, como integrantes del Movimiento Nacional y Popular que cambió la historia política argentina, volvemos a levantar, como en 1945, el cuestionamiento del sistema neoliberal económico y social injusto y la necesidad de dar la pelea para cambiarlo. Con el peronismo, seremos una Nación independiente, y si nos sacamos la dependencia del capital financiero y del FMI volveremos al desarrollo económico. Caso contrario, podría retornar el neoliberalismo apátrida y seguiremos hundiéndonos aun más en la pobreza y la dependencia. 
La cuestión sigue siendo la misma, patria o colonia. El legado de la lucha continúa, hoy contra una de las formas mas crueles, brutales y salvajes de capitalismo, la de Javier Milei.


 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
 Escribe: Blas García 

 

15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

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