“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, está gobernado por aquellos que pierden con la difusión del saber”. Ítalo Calvino
Agustín Tosco: Siempre presente en las Luchas de la Clase Trabajadora
Una encefalitis bacteriana termina con la vida de Agustín Tosco. El dirigente sindical cordobés tenía 45 años y estaba clandestino, ya que su vida corría peligro en tiempos del gobierno de Isabel Perón y el accionar de la Triple A. Dirigente de Luz y Fuerza en su provincia, fue uno de los puntales del Cordobazo, el 29 de mayo de 1969 y estuvo preso en la cárcel de Rawson.
Escribe Blas García
Agustín "El Gringo" Tosco fue un dirigente sindical democrático, antiimperialista y revolucionario, de ideología marxista, miembro de la CGT de los Argentinos y uno de los principales protagonistas del Cordobazo.
Tosco es una de las figuras más importantes que ha dado el sindicalismo combativo en la Argentina, tanto por su integridad ética y su claridad conceptual, como por la firmeza de sus actitudes en defensa de la clase trabajadora.
Su nombre está indisolublemente unido a esa gran eclosión popular que fue el "Cordobazo". Desde su sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba se proyectó sobre el escenario nacional, hasta adquirir verdadera trascendencia política, pese a que no incursionó en las actividades específicamente partidarias.
"El Gringo" murió en la clandestinidad en Buenos Aires, el 04 de noviembre de 1975, a los 45 años. Sus compañeros llevaron su cuerpo sentado en el asiento del acompañante de una ambulancia hasta la ciudad de Córdoba. Oficialmente murió en Córdoba el 05 de noviembre.
A su entierro concurrimos decenas de miles de personas, pese a las amenazas de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) del siniestro López Rega. Durante su entierro, el gobierno reprimió violentamente a quienes participamos del mismo.
Para los que lo conocimos de cerca, Tosco es, sin duda alguna, uno de los mejores exponentes del auténtico sindicalismo, a lo largo de nuestra historia, en esa lucha que inició a los 24 años, y que fue indoblegable hasta su prematuro fallecimiento.
Escribe Blas García
Tosco, con el gremio intervenido y desde la clandestinidad, impulsó el Viborazo, también denominado "El Segundo Cordobazo". A su derecha, el dirigente gremial Ramón Contreras. Circa 1971
Después del golpe antiperonista de 1955, los argentinos viven en el marco de una democracia restringida de gobiernos vigilados por militares o dictaduras militares directas.
Ante el marginamiento y la proscripción de las mayorías, la represión y la inestabilidad política, la vía de la lucha popular se presenta como única salida a esa situación.
La resistencia obrera y popular irá creciendo (huelgas, sabotaje a la producción) y también la resistencia política (voto en blanco, apoyo peronista a Frondizi, etc.) En ese marco, surge Tosco, una de las figuras más importantes que ha dado el sindicalismo combativo en la Argentina.
Biografía y trayectoria sindical Agustín Tosco nace en Coronel Moldes, localidad del sur de Córdoba, el 22 de mayo de 1930. Los padres poseen una pequeña finca y desde muy chico aprende las tareas rurales.
A los 14 años, ya es presidente del Centro de Estudiantes. A los 17 años, ingresa a una fábrica como aprendiz y a los 18, se desempeña como ayudante electricista. A los 19, ya es elegido subdelegado y a los 20, representa a sus compañeros.
Por entonces, "aleccionaba a la gente a favor de Perón -recuerda Tosco- pero me molestaban algunos aspectos: afiliación obligatoria, la persecución a los comunistas... El peronismo fue una instancia muy importante en el período del '45 al '55, en el cual la clase obrera recibió importantes beneficios de carácter laboral y tuvo participación política. Esta experiencia estuvo fundada en el ascenso de una política nacionalista, capitalista y burguesa de redistribución de la renta nacional y reconocimiento subsidiario de una serie de derechos, pero todo dentro del sistema".
A partir de 1954, milita en la Federación Nacional de Luz y Fuerza, "... pero la ortodoxia peronista pasó a enfrentarme".
Por haber actuado como gremialista en la época del gobierno de Perón, sufre la inhabilitación que aplica el gobierno de Aramburu, en 1955.
Forma parte de "la resistencia" y participa en la creación de las "62 organizaciones". En 1957, es elegido Secretario General de Luz y Fuerza de Córdoba e integra, además, el secretariado nacional. Ya, por entonces, se ha alejado del peronismo, aunque habría participado en la lucha por la defensa del Frigorífico Municipal Lisandro De La Torre, en enero de 1959, en la Capital Federal, ante la política privatizadora de gobierno de Frondizi.
Luego, vuelve a Córdoba y nuevamente es elegido secretario general de su sindicato, desempeñándose como tal hasta 1966. En ese año, renuncia a ser postulado nuevamente en su gremio de Córdoba, aunque integra la comisión directiva como vocal y preside la comisión de la paritaria nacional.
En 1968, otra vez es elegido Secretario General de "Luz y Fuerza de Córdoba", sufriendo dos detenciones. Su conducta ética así como su trabajo sindical y su carácter combativo le han ganado ya el afecto de sus compañeros del gremio, para quienes es cariñosamente "El Gringo".
En marzo de 1968, participa en la gestación de la CGT de los Argentinos, liderada por Raimundo Ongaro, en oposición al vandorismo.
El 29 de mayo de 1969 estalla "el Cordobazo", donde Tosco cumple un importante rol, tanto en los preparativos de la huelga general, como en las demás actividades (movilización, reuniones populares, etc.) que signan esos días.
Sofocado el movimiento por la represión del gobierno dictatorial, es condenado a 8 años y tres meses de prisión, siendo remitido a una cárcel del sur. Sin embargo, a finales de año, la actividad combativa de los trabajadores le arranca al gobierno una amnistía general, que permite su excarcelación. Se reintegra así a la lucha de su gremio.
Tras el Cordobazo
En los primeros meses de 1971, es designado Secretario Adjunto de la CGT de Córdoba. Pero el 28 de abril es detenido y transferido nuevamente al sur, al penal de Rawson. El 17 de setiembre, desde la cárcel, Tosco gana las elecciones en Luz y Fuerza de Córdoba, hecho inusual por ser la primera vez que ocurre en la historia del sindicalismo argentino.
En el operativo guerrillero de fuga, del 15 de agosto de 1972, que deriva en la "Masacre de Trelew", considera inconveniente su participación.
Poco después, el 23 de setiembre de 1972, el gobierno de Lanusse lo libera, sin explicar razón alguna para los 17 meses que permaneció encarcelado, informando solamente que "han desaparecido las causas que determinaron la detención". Al producirse las elecciones del '73, no acepta candidatura alguna.
Al salir de prisión, Tosco regresa a Córdoba, en donde manifiesta que se aliaría sólo con los peronistas surgidos de la base, pero no con la derecha sindical, a quién seguiría denunciando, en especial, a Rucci. En 1974, al desencadenarse la siniestra acción de las Tres A, pasa a la clandestinidad. A su vez, el gremio es intervenido.
En esa época, sufre una enfermedad infecciosa, pero es imposible que lo internen en los hospitales, porque sería ejecutado por la Triple A cuando se conociera en donde se encontraba.
Gracias a la ayuda de muchos compañeros de Luz y Fuerza y gente simpatizante con su lucha, fue durante más de un año ocultado, primero en las sierras de Córdoba y hasta fue disfrazado de mujer para poder viajar a La Plata y seguir oculto.
Agustín Tosco murió a los 45 años, el 5 de noviembre de 1975, y a su entierro concurrieron miles de personas, pese a las amenazas de la Alianza Anticomunista Argentina de López Rega.
Para los que lo conocimos de cerca, Tosco es sin duda alguna, es uno de los mejores exponentes del auténtico sindicalismo, a lo largo de nuestra historia, que no sólo dejó la impronta de una conducta intachable, sino que planteó la necesidad de articular la lucha sindical con la lucha por el socialismo. "El sindicalismo de Liberación -sostiene- ha comprendido que debe ser un factor en la lucha por la Liberación nacional". "No pertenecí, ni pertenezco, a ningún partido político", pero agrega: "Creo que hay una sola solución para nuestro pueblo, una solución que es la construcción de la patria socialista".
Crítico de la burocracia sindical, no cayó por eso en posturas "gorilas". Sostenedor de que los trabajadores se organicen desde una perspectiva clasista, no menospreció la lucha por la Liberación Nacional.
Como señala Norberto Galasso en su libro "Los Malditos", su ejemplar militancia ha dejado un hondo recuerdo, pero raramente se pronuncia su nombre por los medios televisivos y radiales, ni tampoco aparece en los comentarios de los medios gráficos.
Porque, como sostiene Rodolfo Walsh: "Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de los hechos anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas".
Escribe Blas García Raimundo Ongaro, secretario general de la CGT de los Argentinos, y Agustín Tosco, líder de la sede cordobesa de la CGT, uno de los principales artífices del Cordobazo. Circa 1968