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Sociedad e Interés General - 26-05-2023 / 08:05
26 DE MAYO DE 2003

Fidel Castro habla ante una multitud en la Universidad de Buenos Aires

Fidel Castro habla ante una multitud en la Universidad de Buenos Aires
Fidel Castro pronuncia un discurso de más de dos horas ante una multitud reunida frente a la sede de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
El 26 de mayo de 2003, el presidente cubano Fidel Castro habla ante una multitud en la escalinata de la Facultad de Derecho de la UBA. El líder cubano había arribado al país para la asunción de Néstor Kirchner y su presencia concita la atención de todos.  
 
En una histórica visita a la Argentina, Fidel se entrevistó con el presidente Kirchner. Al mediodía se reunió con políticos, artistas e intelectuales y por la noche habló ante miles de personas.
 
El acto estaba pautado en el Aula Magna, pero la enorme convocatoria hace que Castro improvise un discurso esa noche al aire libre durante unas dos horas y media en medio de ovaciones.
 
La Opinión Popular
 
 
FIDEL CASTRO, DE LA CASA ROSADA A UN ACTO MASIVO EN LA FACULTAD DE DERECHO
 
"Un mensaje a los que quieren bombardear Cuba"
 
Por Luis Bruschtein
 
"Me voy eternamente agradecido porque este pueblo de Buenos Aires les está enviando un mensaje a aquellos que sueñan con bombardear nuestra patria y nuestras ciudades", afirmó Fidel Castro anoche desde las escalinatas de la Facultad de Derecho ante miles de personas que lo aclamaban.
 
"El clima es frío -agregó-, pero este sol es caluroso. El sol que vi esta mañana en el homenaje a Martí y a San Martín, el sol que vi al llegar a este país y el que siento en esta escalinata. Este sol es el de las ideas que pueden traer paz, que pueden traer soluciones". Lo que se había anunciado como una charla a estudiantes de Derecho en el Aula Magna de esa Facultad se había convertido en un acto masivo con un largo y emotivo discurso del presidente cubano.
 
Desde su llegada a la Argentina, Fidel Castro atrapó la atención de la gente, de los que lo apoyan y lo critican, los piqueteros se movilizaron para apoyarlo, un grupo de legisladores del partido Recrear quiso boicotear su presencia en el Congreso pero fue el visitante más aplaudido, los periodistas se golpearon para cubrir sus actividades y finalmente un pequeño acto académico terminó por convertirse en un acto de masas por el desborde del público interesado en escucharlo.
 
El acto estaba previsto para las 18 pero recién pudo empezar a hablar a las 21 y siguió hasta pasadas las 23.30 mientras muchas personas que lo veían por la televisión o lo escuchaban por la radio seguían llegando en forma incesante en taxis o en cualquier medio de transporte para no perderse el hecho inusual, histórico, del legendario dirigente revolucionario hablando en público y en directo a los argentinos.
 
La presencia de Fidel, desde el saludo por la ventana de su habitación en el hotel Four Seasons a los piqueteros de Barrios de Pie y del MIJD que dirige Raúl Castells, el sábado, hasta su acto de ayer, han generado polémicas, adhesiones, críticas ofendidas y otras verdaderamente extremistas, pero es indudable la corriente de simpatía que despierta el líder cubano en la gente común de la calle.
 
Durante la mañana de ayer, el presidente cubano, acompañado por el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, realizó dos homenajes: al prócer cubano José Martí, en el busto que tiene en el Rosedal de Palermo, y al general José de San Martin, frente a la antigua sede de la Cancillería.
 
Fidel, que más de una vez ha afirmado que su formación ideológica fue martiana en primer lugar, no pudo ocultar su emoción y recordó la admiración de Martí por tres héroes de la independencia latinoamericana: Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins y José de San Martín. "Tengo esperanzas en el futuro de nuestros países -afirmó-, juntos saldremos adelante."
 
Cuando estaba en el Rosedal, la nube de periodistas que lo seguía fervorosamente tuvo empujones con algunos de los militantes del PC y la Juventud Comunista que se habían reunido para saludarlo también fervorosamente y un movilero terminó con el labio partido sin que las cosas pasaran a mayores.
 
Al mediodía la embajada cubana ofreció un cóctel en el Four Seasons, al que asistieron cerca de 300 personas, entre legisladores, políticos de distintos partidos, artistas y periodistas. Cuando Fidel entró al salón del entrepiso, todos quisieron saludarlo y hacerle preguntas y se produjo un amontonamiento.
 
"Así no, así no, que entre tanto abrazo, dar la mano y preguntas podemos hacernos daño". Entonces se subió a una de las mesas para saludar desde allí arriba. Hubo varias voces, muchas femeninas, que le pedían sacarse una foto. "¿Una foto a mí? No, mejor yo les saco fotos a ustedes" afirmó. Le pidió la cámara a Pedrito, su fotógrafo personal y comenzó a disparar varias veces, entre las risas de los presentes. Y luego, como acostumbra, empezó a relatar diferentes problemáticas que debieron afrontar la educación y la cultura en Cuba y los problemas que debieron solucionar para lograr ediciones populares de libros.
 
"No quiero inmiscuirme en cuestiones internas -explicó-, porque cualquier cosa que digo después se amplifica, una vez me habían regalado una botella de champagne, y dije que como champagne era un buen refresco, pero acá se dice gaseosa". Aludió así al regalo que le mandó Carlos Menem de su bodega, aunque aclaró que el vino tinto era mejor. Sus palabras fueron siempre subrayadas por el sentido del humor y perspicacia, pero también fue evidente su emoción cuando habló de su visita a la Argentina "que no sé si se podrá repetir".
 
De allí, Fidel se encaminó hacia la Casa Rosada donde debía entrevistarse con el presidente Néstor Kirchner. Pero allí también la reunión que estaba planificada para treinta minutos, se prolongó por espacio de más de una hora durante la cual se habló de la deuda de 1500 millones de dólares que la isla tiene con Argentina. También se decidió enviar un embajador argentino a La Habana ya que hace más de dos años que fue retirado.
 
Y mientras esto sucedía, por Radio Diez se ponía el grito en el cielo por la medalla que el gobierno de la ciudad otorgó "al dictador cubano que acaba de fusilar a tres disidentes" y en otros medios informaban que irían a la Facultad de Derecho un "golpista" por el presidente venezolano Hugo Chávez, y "un dictador", por Fidel Castro.
 
Con respecto a ese acto, todos suponían que sería difícil poder ingresar al Aula Magna, ya que sólo tiene capacidad para 800 personas. Pero la realidad superó todos los pronósticos. Desde temprano había jóvenes con sus mochilas que habían viajado desde Chile y otros desde la provincia de Entre Ríos. Una hora antes los asientos ya estaban completos y la gente comenzó a ocupar los pasillos hasta que no cabía un alfiler, aun así los que llegaban pugnaban por entrar y era absolutamente imposible convencerlos de que no podían.
 
Algunos militantes que se encargaban de la organización apelaban a la consciencia revolucionaria de los que intentaban entrar, que a su vez alegaban que tenían ese derecho porque eran militantes. Y a veces las discusiones se convertían en una especie de competencia sobre quién era más revolucionario, mientras se producían desmayos entre las personas mayores y algunas mujeres que debían retirarse. Las Madres de Plaza de Mayo y representantes de organismos de derechos humanos no pudieron entrar entre tanto empujón.
 
Finalmente los organizadores decidieron que no había ninguna seguridad en esas condiciones y el acto pareció suspenderse. Sin embargo, la gente no se decidía a desalojar el aula. En tanto, Fidel y su comitiva daban vueltas en automóvil por la zona hasta que se tomara una decisión definitiva. Y el público, en vez de disminuir, aumentaba a cada minuto, desde agrupaciones estudiantiles, piqueteras y partidos de izquierda hasta simpatizantes sueltos y vecinos de la facultad que se enteraban por los medios. A las 18 horas ya estaban repleta el aula y los pasillos. Poco después, la gente ya ocupaba las escalinatas y más tarde la multitud había cortado la avenida Libertador y se extendía hasta el puente que está en Figueroa Alcorta y Pueyrredón.
 
Desde temprano había carteles de las agrupaciones y partidos de izquierda en la puerta de la facultad, pero el público que llegaba en general no traía banderas partidarias, aunque en los sectores más cercanos al palco que se improvisó en las escalinatas se ubicaron los militantes del Partido Comunista y más atrás, de Patria Libre. Los periodistas fueron ubicados delante del estrado que ocupó Fidel, lo que impedía la visión a este sector del público que, entonces, dedicó la mayor parte del discurso a insultar a los periodistas que a escuchar al presidente cubano.
 
Pero más allá de los incidentes propios del entusiasmo y la inusitada situación, la gente fue seducida por el orador que, a su vez, comenzó con emoción sus palabras. Y así contó anécdotas del Che Guevara, y recuerdos personales, algo que pocas veces incluye en sus largas oratorias y que esta vez fueron mencionadas como una forma de homenaje a los argentinos que lo escuchaban.
 
Habló sobre la guerra y la paz, sobre el mesianismo del gobierno norteamericano y de los grandes logros en educación y salud de la Revolución Cubana. Pero también criticó a los divisionismos y destacó la necesidad de encontrar metas comunes. Al finalizar su discurso, Fidel se trasladó a su hotel donde ya estaban las valijas preparadas para regresar en la madrugada a Cuba.
 
Fuente: Página12

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15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

15-10-2025 / 09:10
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima, de Ejército y Marina respectivamente, pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. Este fue detenido y llevado a la isla prisión de Martín García.
 
El 15 de octubre de 1945, el capitán Miguel Ángel Mazza, médico y amigo personal de Perón, entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón"lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario". Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, general Ávalos.
 
El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida.
 
Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el almirante Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera excesiva buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
 
Por su parte, la embajada yanqui celebra la detención del Coronel: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista".
 
Pero los imperialistas yanquis se equivocan. Disconformes con la medida, amplios sectores populares comienzan a movilizarse en todo el país para exigir y reclamar la libertad del que comenzaba a ser su Líder. Lo hicieron como clase obrera, utilizando el medio de lucha de los proletarios: la paralización de actividades.
 
El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios tucumanos. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse. Y la cúpula de la Central Obrera, ante los reclamos de los gremios del interior, convoca al Comité Central Confederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen declarar una huelga general en todo el país.
 
Va madurando el histórico 17 de octubre.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.     

13-10-2025 / 20:10
13-10-2025 / 20:10
13-10-2025 / 19:10
El domingo 14 de octubre de 1945, la situación del coronel Juan Perón es incierta. Se encuentra detenido en la prisión de la isla de Martín García, traicionado por sus camaradas de armas, los militares nacionalistas, y cuando aún no se ha producido la reacción obrera y popular en su defensa.
 
El diario "La Época" informa que el planteo de la dirigencia política "democrática" de entregar el gobierno a la Corte Suprema significaría la asunción, como presidente, de Roberto Repetto, gran amigo del oligarca Robustiano Patrón Costas y de otros fuertes empresarios azucareros del Norte.
 
Ese mismo día 14, el general Eduardo Jorge Ávalos visita al dirigente comunista Victorio Codovilla en el Departamento de Policía. Pocas horas antes de que el jerarca stalinista recuperase la libertad, Avalos mantuvo una larga plática con él, de la cual sólo trascendió esta información: El dirigente comunista habría dicho: "Hemos cometido un error en no haber apoyado antes a este gobierno. Temo que ya sea tarde".
 
El historiador Rodolfo Puiggros se refiere a esta entrevista y comenta que, por supuesto, "al decir este gobierno, Codovilla se refería al que representaba Avalos, es decir, que para el secretario general del Partido Comunista los militares dejaban de ser nazifascistas por el mero hecho de haber detenido a Perón". 
 
Mientras, en Martín García, Perón escribe dos cartas. La primera, al general Avalos, donde afirma que "soy todavía un oficial superior del Ejército en actividad y desconozco el delito de que se me acusa".  La segunda es una nueva carta a Eva, caracterizada por las expresiones cariñosas hacia su compañera, donde le habla de su proyecto de alejarse de la acción pública. Lo que constituiría, según algunos ensayistas peronistas, un nuevo intento de despistar a quienes revisasen la correspondencia.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.    

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