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Sociedad e Interés General - 25-05-2023 / 07:05
SE CONFORMA EL PRIMER GOBIERNO PATRIO Y SE INICIA EL PROCESO HACIA LA INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS DE AMÉRICA DEL SUR

Revolución de Mayo de 1810

Revolución de Mayo de 1810
Baltasar Hidalgo de Cisneros renuncia a encabezar la junta emanada del Cabildo Abierto del 22 de mayo. El virrey cede ante la presión popular que lideran Antonio Beruti y Domingo French, y que rechaza esa solución intermedia entre quienes pedían una junta en su lugar y quienes querían mantenerlo en el cargo. Una junta asume en representación de Fernando VII hasta tanto el rey de España recupere su trono, pero los lazos con la corona se romperán. La Primera Junta marca el hecho fundacional de la Argentina como nación. Con la Revolución de Mayo se inicia el proceso hacia la independencia de las colonias de América del Sur.
En 1809, la Junta Central de Sevilla envió como nuevo virrey del Río de la Plata a Baltazar Hidalgo de Cisneros, quien ordenó la desmovilización de las milicias que habían defendido Buenos Aires de las invasiones inglesas de 1806 y 1807, además de exigir el restablecimiento del monopolio comercial español. Los criollos bonaerenses rechazaron ambas medidas.
 
Mantuvieron sus tropas armadas y presionaron por la tolerancia de comercio con Inglaterra, que ahora era aliada de la Junta Central de España en la guerra contra Napoleón. El virrey, consciente de la debilidad de sus fuerzas y sin esperanza de recibir ayuda de la metrópoli, aceptó las demandas de Buenos Aires.
 
Un grupo de criollos se reunía secretamente discutiendo diversos planes para derrocar al virrey. Los más activos eran los militares Cornelio Saavedra Miguel de Azcuénaga, los abogados Manuel Belgrano, José Castelli y Mariano Moreno, y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu.
 
El 17 de mayo de 1810 llegó una noticia que desencadenó la revolución. En España había caído la Junta Central, la que había nombrado virrey a Cisneros, y se había instalado un Consejo de Regencia, arrogándose la representatividad de España y las colonias. En los días siguientes, los conspiradores bonaerenses movilizaron las milicias y convocaron al pueblo a Cabildo Abierto y destituyeron al virrey, declarando que su autoridad era ilegítima, al no existir la Junta que le había otorgado el cargo.

La Revolución de Mayo inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino sin proclamación de la independencia formal, ya que la Primera Junta no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente en nombre del rey de España, Fernando VII, quien había sido depuesto por las Abdicaciones de Bayona y su lugar ocupado por el francés José Bonaparte.
 
Aun así, dicha manifestación de lealtad, conocida como la máscara de Fernando VII, es considerada una maniobra política que ocultaba las intenciones independentistas de los revolucionarios, inspirados en la Revolución Francesa y la Independencia de Estados Unidos. Así, el 25 de mayo de 1810 tiene más valor simbólico que histórico. Valor simbólico de un hecho fundacional que todo pueblo necesita reconocer para afianzar su identidad.
 
No hubo violencia, que es una de las características ineludibles que tiene el vocablo revolución, ni hubo cambios radicales. No fue tampoco una gran movilización popular como lo fue la reconquista de Buenos Aires durante las invasiones inglesas. No fue un gesto imperativo de la masa sublevada como el 17 de octubre de 1945, pero tampoco una decisión tomada exclusivamente por los doctores y la "gente decente" como lo cuenta la historia liberal mitrista.
 
No declaró la independencia pues se hizo en nombre de Fernando VII. Destituyó un virrey, pero ese hecho ya tenía antecedentes con la destitución de Sobremonte cuando se eligió a Liniers. No existieron las escarapelas celestes y blancas que nos enseñó falsamente la historia oficial porque se repartían estampitas con la efigie de Fernando VII, con un tono rojizo como el de la bandera española.
 
Por último, aunque parece evidente que no puede asignarse a un día y a un hecho puntual la carga simbólica de la independencia y constitución de la Argentina libre y soberana, hay quienes consideran el 9 de julio, fecha de la declaración de la Independencia, como ícono del nacimiento del país, y otros, a la fecha del 25 de mayo.
 
Uno de los motivos del debate tiene que ver con el hecho de que hay quienes consideran que la Revolución de Mayo fue un acontecimiento protagonizado solo por Buenos Aires mientras que la Declaración de la Independencia fue un acto que contó con la activa participación de las provincias. Parece claro, eso sí, que la Revolución de Mayo es la celebración del inicio de una serie de acontecimientos que desembocaron en la formalización de la independencia en 1816.
 
La Opinión Popular



Revolución de Mayo de 1810 

El verdadero 25 de Mayo y no aquél que nos contaron en las aulas
 
"Durante el Virreinato del Rio de la Plata, el monopolio español en las colonias americanas impidió el libre comercio con otros países, encareciendo su intermediación los intercambios comerciales - tanto de Buenos Aires - como los de las ciudades del interior. Esta realidad muchísimo enriqueció a los contrabandistas, la mayoría proveniente del Viejo Mundo.
 
El 13 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires (ciudad de 40 mil habitantes, donde casi un tercio eran negros y esclavos), una noticia conmocionante: en España, gobernada desde 1808 por los franceses con regentes títeres, el rey Fernando VII era prisionero de Napoleón Bonaparte. Ante eso, la autoridad del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros fue cuestionada; y por las presiones de milicias criollas y jóvenes revolucionarios se tuvo que convocar a un Cabildo Abierto para el 22 de mayo.
 
Ese Cabildo que tomaba las grandes decisiones estaba dominado por españoles ricos. Uno de ellos era el almacenero José Martínez de Hoz, representante de los mercaderes de Cádiz y contrabandista de mercaderías inglesas, que había comprado el título de "don" por mil reales, lo que le daba voz y voto, y lo había convertido en aristócrata. Él y sus pares eligieron ese 22 de mayo una "Nueva Junta" presidida por el propio Cisneros, provocando una violenta reacción de la población ilustrada que se reunía en las casas de Nicolás Rodríguez Peña y del acaudalado comerciante Miguel de Azcuénaga.
 
Resultado: el militar Cornelio Saavedra (jefe del Regimiento de Patricios) y el abogado Juan José Castelli (apodado "Pico de Oro" por su elocuencia), en representación de los que querían un nuevo gobierno, la rechazaron a los gritos para hacerse oír por el virrey, que era un poco menos sordo que una tapia.
 
Dos días después, el 24 de mayo, hubo una negociación en el Cabildo que casi les dio el triunfo a los que preferían la continuidad del virrey al frente de un nuevo gobierno. Con el extraño acuerdo de muchos de los que estaban en contra, se aprobó otra junta presidida por Cisneros, secundado por dos españoles, Solá e Inchaurregui, y los criollos Saavedra y Castelli. Los dos últimos, según Tomas Guido en sus "memorias", firmaron su aceptación, al igual que otros revoltosos nacidos en Buenos Aires.
 
Al conocerse esta realidad, el "pueblo" - poco más de 800 personas, que integraban lo denominado así por los criollos cultos, no incluyéndose en esa generalización a los negros, puesto que en sus familias había esclavos con ese color - se reunió en la Plaza Mayor (llamada posteriormente de la Victoria y hoy de Mayo), de 40.500 metros cuadrados, como siempre ubicada entre las actuales calles Rivadavia, Balcarce, Hipólito Yrigoyen y Bolívar.
 
Desde allí, un grupo dirigido por el militar Antonio Luis Beruti entró en el Cabildo pateando puertas y les exigió a los asustados negociadores, sí o sí, la renuncia del virrey, tras romper el documento en el que se acordaba la conformación de la Nueva Junta. Se decidió, entonces, la elección definitiva para el día siguiente.
 
El día 25, que amaneció frio y lluvioso, Domingo French (teniente coronel que en 1802 había sido el primer cartero de Buenos Aires, y que en la primera invasión inglesa, en 1806, organizó con Juan Martín de Pueyrredón el Regimiento de Húsares), le encargó a su amigo Beruti entregar cintas blancas a los que querían otra clase de gobierno en la Plaza Mayor. Al advertir que esbirros del virrey Cisneros hacían lo mismo, Beruti sacó de una tienda de la cercana Recova unos rollos de paño rojo para entregar otros distintivos a los exaltados revolucionarios. Alguien vio lo que hacían French y Beruti, más tarde lo contó a su manera y así nació la leyenda oficial de la escarapela.
 
En el Cabildo, a su vez, de 450 invitados solo acudieron 251, votando apenas 69 por la continuidad del mandato del virrey. El resto eligió nueve integrantes para el nuevo gobierno (siete criollos y dos españoles), todos combatientes contra los británicos, tal como propusieron el sacerdote porteño Manuel Alberti y Domingo Matheu, español, marina y comerciante.
 
Esa vez se eligió la denominada Primera Junta (que en realidad no era eso: ya en 1808 una de las provincias del virreinato, la Banda Oriental, había elegido otra). La integraban Saavedra, su presidente; los abogados Juan José Paso y Mariano Moreno, los secretarios; y Castelli, Manuel Belgrano (abogado, economista y periodista), Azcuénaga (también militar y dueño de lo que hay es la quinta presidencial de Olivos), Alberti, Juan Larrea (rico comerciante español, de veintisiete años, que pagó con su dinero nuestra primera flota naval, suicidándose en la pobreza en 1847) y Matheu como vocales.
 
La historia continuó revelando que aquél primer texto de los revolucionarios, un proyecto de Constitución hecho en 1810 y cuyo objetivo era harto positivo, nunca llegó a ser debatido ni aprobado porque dos jefes militares españoles alistaron poderosos ejércitos para invadirnos.
 
Entonces Belgrano, que no era militar, ante la deserción de quienes sí lo eran, pero encontraron pretextos para meterse debajo de la cama, tuvo que armar una tropa de apuro y perdió la breve guerra contra los realistas de Paraguay. Castelli, su primo, debió hacer lo mismo y enfrentar a los del Alto Perú (hoy Bolivia), esperanzado en poder apoderarse de las riquísimas minas de Potosí. Ambos fueron derrotados, pero fueron "mirados" de distinta manera por sus enemigos".
 
Para entonces, en las Provincias del Río de la Plata había estallado la indetenible Revolución de Mayo.
 
Fuente: De 'Bronce y barro' de Andrés Bufali. Ediciones Vergara. 2015
 
Andrés Bufali en su obra 'Bronce y barro' pone en su lugar a las cosas y a los personajes protagonistas de la llamada Revolución que - 206 años atrás - comenzó el proceso de independencia del reinado español. Y su relato, revela y desmitifica, lo que casi todos aprendimos en las escuelas y colegios de una manera que no suma, sino resta, sobre los valores de nuestra identidad.

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15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

15-10-2025 / 09:10
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima, de Ejército y Marina respectivamente, pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. Este fue detenido y llevado a la isla prisión de Martín García.
 
El 15 de octubre de 1945, el capitán Miguel Ángel Mazza, médico y amigo personal de Perón, entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón"lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario". Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, general Ávalos.
 
El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida.
 
Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el almirante Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera excesiva buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
 
Por su parte, la embajada yanqui celebra la detención del Coronel: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista".
 
Pero los imperialistas yanquis se equivocan. Disconformes con la medida, amplios sectores populares comienzan a movilizarse en todo el país para exigir y reclamar la libertad del que comenzaba a ser su Líder. Lo hicieron como clase obrera, utilizando el medio de lucha de los proletarios: la paralización de actividades.
 
El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios tucumanos. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse. Y la cúpula de la Central Obrera, ante los reclamos de los gremios del interior, convoca al Comité Central Confederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen declarar una huelga general en todo el país.
 
Va madurando el histórico 17 de octubre.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.     

13-10-2025 / 20:10
13-10-2025 / 20:10
13-10-2025 / 19:10
El domingo 14 de octubre de 1945, la situación del coronel Juan Perón es incierta. Se encuentra detenido en la prisión de la isla de Martín García, traicionado por sus camaradas de armas, los militares nacionalistas, y cuando aún no se ha producido la reacción obrera y popular en su defensa.
 
El diario "La Época" informa que el planteo de la dirigencia política "democrática" de entregar el gobierno a la Corte Suprema significaría la asunción, como presidente, de Roberto Repetto, gran amigo del oligarca Robustiano Patrón Costas y de otros fuertes empresarios azucareros del Norte.
 
Ese mismo día 14, el general Eduardo Jorge Ávalos visita al dirigente comunista Victorio Codovilla en el Departamento de Policía. Pocas horas antes de que el jerarca stalinista recuperase la libertad, Avalos mantuvo una larga plática con él, de la cual sólo trascendió esta información: El dirigente comunista habría dicho: "Hemos cometido un error en no haber apoyado antes a este gobierno. Temo que ya sea tarde".
 
El historiador Rodolfo Puiggros se refiere a esta entrevista y comenta que, por supuesto, "al decir este gobierno, Codovilla se refería al que representaba Avalos, es decir, que para el secretario general del Partido Comunista los militares dejaban de ser nazifascistas por el mero hecho de haber detenido a Perón". 
 
Mientras, en Martín García, Perón escribe dos cartas. La primera, al general Avalos, donde afirma que "soy todavía un oficial superior del Ejército en actividad y desconozco el delito de que se me acusa".  La segunda es una nueva carta a Eva, caracterizada por las expresiones cariñosas hacia su compañera, donde le habla de su proyecto de alejarse de la acción pública. Lo que constituiría, según algunos ensayistas peronistas, un nuevo intento de despistar a quienes revisasen la correspondencia.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.    

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