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Nacionales - 23-05-2023 / 09:05
ESTRATEGIAS EN UN JUEGO DE TRES

La crítica por loco a Javier Milei solo logra fortalecer su posición electoral

La crítica por loco a Javier Milei solo logra fortalecer su posición electoral
En este “juego de tres”, quien tiene más para ganar y menos para perder es el mismo Milei. A diferencia de las dos coaliciones principales, el libertario es el “nuevo”, el receptor de los desilusionados. No resta votos, solo suma, y es el que propone soluciones sobre la mesa. Y como su juego es la diferenciación, cada crítica que recibe -”Milei, el loco”, “Milei, el agresivo”, “Milei, el de las propuestas inviables”- sólo logra fortalecer su posición del distinto, el tercero en discordia, y consagrarlo como alternativa.
Las elecciones presidenciales hoy están en un juego de tres: oficialismo, JxC, libertarios. Eso no quiere decir que sean "tres tercios" -en rigor, es temprano para ponerle números al "triángulo"-, sino que hay tres opciones que compiten dinámicamente por el votante indeciso. Junto a otras dos, que son la izquierda y una posible alianza entre Schiaretti y algún radical disidente, que pueden verse beneficiadas por lo que las otras tres pierdan en el camino.
 
En el espacio oficialista se sabe que el 48% de 2019 no existe más, y que lo que hoy queda es básicamente el "núcleo cristinista", que suele estimarse en un tercio del electorado; los otros votos de 2019, tal vez atraídos entonces por los aliados más moderados del Frente, ya no están disponibles. En esas circunstancias, lo óptimo para el oficialismo sería una fórmula que reúna sin problemas ese tercio de votos que sacaría Cristina si se postulara, pero que además sea capaz de sumar votos no-cristinistas en un eventual ballotage.
 
Sostiene Julio Burdman que en caso de no poder encontrarle la vuelta, al oficialismo le convendría ir a unas PASO para poder contener la mayor cantidad de votos, e incluir ahí tanto a quienes defienden la gestión albertista -Massa, Rossi, Scioli-, a quienes la critican "desde adentro" -Lozano, Grabois-, y al cristinismo identitario. Lo ideal, en un "juego de tres", es una lista única que los contenga a todos, pero si no hay forma de armarla, es preferible ir a una riesgosa PASO antes que correr el riesgo de dejar votos afuera.
 
Por otra parte, Juntos por el Cambio, que ganó en 2021 y era el claro favorito electoral en 2022, hoy está amenazado por el ascenso de Milei. El libertario toma votos de todos lados pero se nutre básicamente de quienes rechazan al actual gobierno pero tampoco quieren regresar al período 2015-2019. Además, el factor Milei provocó una ruptura ideológica dentro del cambiemismo, porque es quien lidera los debates, y divide a JxC con sus propuestas: hoy los dirigentes del PRO y la UCR se dividen entre quienes quieren "parecerse a Milei", y quienes buscan "diferenciarse de él".
 
Milei concentra sus cañones discursivos en Rodríguez Larreta y los radicales, sabiendo que la interna cambiemita fomenta su crecimiento. El éxito de Milei ha sido tal, que es probable que la suma de Larreta y Bullrich llegue al 40% en las PASO, pero que el triunfador de la contienda interna de JxC no retenga todo eso en la general del 22 de octubre: si gana Larreta, algunos bullrichistas irían hacia Milei, y si gana Bullrich, algunos larretistas y radicales podrían trasladarse hacia la candidatura de Schiaretti.
 
En este "juego de tres", quien tiene más para ganar y menos para perder es el mismo Milei. A diferencia de las dos coaliciones principales, el libertario es el "nuevo", el receptor de los desilusionados. No resta votos, solo suma, y es el que propone soluciones sobre la mesa. Y como su juego es la diferenciación, cada crítica que recibe -"Milei, el loco", "Milei, el agresivo", "Milei, el de las propuestas inviables"- sólo logra fortalecer su posición del distinto, el tercero en discordia, y consagrarlo como alternativa.
 
El discurso "anti Milei" sirve para enfrentarlo en una segunda vuelta: en una campaña de segunda vuelta de Juntos vs. Milei, o Todos vs. Milei, cualquier candidato de las coaliciones principales pedirá el voto de la otra "en nombre de la salvaguarda de la democracia". No obstante, en la campaña para la primera vuelta el anti-mileismo solo produce el efecto de consolidarlo.
 
Es que siempre hubo un sector negacionista, que reivindica la dictadura genocida, con un discurso brutal de extrema derecha que quiere imponerse en la Argentina, producto de la mezcla de la situación económica, del miedo a lo que vendrá en el interior de sociedades muy fragmentadas. Habrá que dar la pelea frontal para salvaguarda de la democracia.
 
La Opinión Popular
 

 
Milei, el liberal más loco del mundo
 
Por Natalia Volosin
 
Esta semana recibí cientos de agradecimientos de votantes de Javier Milei por Twitter. Irónicos, claro. Me decían, en tono burlón, que al publicar la plataforma electoral oficial que presentó La Libertad Avanza ante el juzgado con competencia electoral de María Romilda "Chuchi" Servini, sólo logré convencerlos aún más de votarlo. ¡Tráiganme una urna ya! La verdad es que no buscaba restarle votos a Milei, sino apenas informar. "Lo re voto, Nati, gracias". Genial, corazón, de eso se trata la democracia.
 
Se trata de elegir. Y si es con información previa sobre lo que esa persona o partido propone hacer con el mandato que nos pide, pues mucho mejor. Por eso es que tanto la plataforma de propuestas como la presentación en sociedad de la candidata a vice de los libertarios, Victoria Villarruel, son hechos para celebrar. Porque ponen sobre la mesa de qué estamos hablando cuando hablamos de esta persona que busca convertirse en el próximo presidente de la Argentina.
 
¿De qué se tratan sus ideas? ¿Son liberales, como dicen? ¿O son otra cosa? Y, de nuevo: es perfectamente posible que, aun siendo otra cosa, haya un montón de gente dispuesta a votarlos. Lo veremos con los resultados de la elección general. Ojo, de la general, eh, no de la falsa PASO en la que el partido de Milei (y probablemente también el Frente de Todos) no tendrán competencia interna.
 
Pero, lo voten muchos o lo voten pocos, es importante que se sepa claramente qué es lo que están votando. Para que después no haya sorpresas. Para que nadie venga a decir "ay, yo pensé que estaba votando a John Stuart Mill y al final era Aldo Rico, te pido mildis". Para que voten lo que quieran, como corresponde en una democracia, pero con convicción.
 
Para que voten mirándonos a la cara a quienes, por distintas razones constitutivas de nuestra identidad (porque somos mujeres, porque somos judías, porque somos liberales igualitarias o porque somos, pongamos, feministas) tenemos miedo. Para que cuando nos vengan a quitar derechos o cuando la violencia con la que se expresa públicamente el propio Milei cada vez que alguien dice algo que no le gusta se naturalice en la calle, en los lugares de trabajo y en las escuelas, se hagan cargo.
 
Y cuando digo que tenemos miedo, quiero ser muy clara en esto, lo digo de manera absolutamente literal. No es una metáfora de nada. Tenemos miedo. Y no es el miedo de la casta. La casta es la que se sienta en los foros empresariales y almuerzos diplomáticos a los que concurren los candidatos y candidatas (Milei incluido) para manguear el voto. La casta es la dirigencia política impresentable que le viene financiando su raid mediático y sus presentaciones públicas para morderle votos a otros adversarios.
 
Como si fuera una estrella de rock. Como si no hubiéramos aprendido nada de las experiencias de Trump y Bolsonaro. Como si la toma del Capitolio de Estados Unidos hubiera sido lo que mi cerebro todavía cree que fue: un capítulo de Los Simpsons o una pesadilla distópica. Así que muy linda la demagogia de que "la casta tiene miedo", pero no. Miedo tenemos quienes sabemos lo que significa que una mayoría ruidosa quiera aplastarte o eliminarte por tu religión, tu género, tu orientación sexual, tu ideología política, tu nacionalidad o tu color de piel.
 
Lo interesante de las propuestas de Milei es que, a diferencia de, pongamos, el Carlos Menem del 89′, las dice de frente manteca, sin anestesia. El Carlo hizo campaña con el salariazo y la revolución productiva, no con el Consenso de Washington. Milei, en cambio, dice frontalmente que va a recortar el gasto público, achicar el Estado, privatizar empresas públicas, reducir cargas sociales y eliminar planes sociales.
 
Por las razones que sea, no lo esconde. Y tampoco lo modera. Porque una cosa es gritar locuras en un estudio de televisión para llamar la atención (como decía Dalí, "que hablen bien o mal, lo importante es que hablen") y otra cosa es ser candidato a presidente de un país plural y diverso. Y, sin embargo, para Milei no parece haber diferencias.
 
Tal vez porque no podría moderarse ni aun queriendo. Tal vez porque cree que la gente reclama extremismo. No lo sabemos. Tampoco sabemos cuál es el huevo y cuál la gallina. Entre Milei y el extremismo, digo. Si Milei es constitutivo del, parafraseando a la señora Mirtha Legrand, derechaje, o si, en cambio, es meramente declarativo de un proceso que lo precede y lo excede. Pero ese es otro asunto.
 
Yendo, pues, al centro de la cuestión, en las propuestas de Milei-Villarruel hay tanto de liberalismo como de riverplatense hay en mi corazón: nada. Lo que sí hay es conservadurismo político, nacionalismo católico y anarcocapitalismo. ¿Te gusta todo eso? Fantástico. Sólo tenés que esperar que traigan las urnas. Pero, ojo, te tienen que gustar las tres cosas. No podés elegir una o dos. No podés tener anarcocapitalismo y hacerte el dolobu con el nacionalismo católico o con la historia personal de Victoria Villarruel.
 
¿Te gusta la eliminación de impuestos, la erradicación del Banco Central o la privatización de la educación, la salud y las cárceles? Fantástico, pero esa galletita viene en el mismo paquete que la derogación del matrimonio igualitario, el regreso a los abortos clandestinos, la suspensión de la educación sexual integral (ESI) en todo el país, la militarización de las cárceles, la unificación de las fuerzas militares con las de seguridad y la aplicación estatal de "estilos tradicionales de vida" (sic).
 
Si todavía te gusta, de nuevo: sentate a esperar las urnas. Pero, ¿estás seguro de que el nacionalismo católico conservador no se va a llevar puesta tu autonomía para decidir libremente y sin interferencias del Estado cómo querés vivir? ¿Estás segura de que los planes de vida de tus hijas y tus hijos son compatibles con lo que considera "estilos tradicionales" la hija de un militar que sirvió a la orden de Aldo Rico y que se negó a jurar por la Constitución Nacional en 1987?
 
¿Estás seguro de que no querés que los niños y niñas sigan teniendo ESI en las escuelas a pesar de que lo exige la UNESCO? ¿A pesar de que, según un informe de octubre de 2022 del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), entre 2014 y 2020 se redujo un 55% el embarazo adolescente, que suele ser no intencional? ¿A pesar de que, según el Ministerio Público Tutelar porteño, el 80% de las denuncias de abuso sexual infantil y adolescente surgen a partir de las clases de ESI?
 
No es poca la gente que dice que Milei está loco. Supongo que creen que es una manera rápida y efectiva de esmerilar sus chances de ser presidente de este país. Yo no sé si está loco. No podría porque no soy médica y no tengo ninguna formación en salud mental. Lo que sí sé es que liberal, lo que se dice liberal, no es. Ni clásico ni moderno. El centro de cualquier liberalismo, más emancipatorio, menos emancipatorio, más intervencionista, menos intervencionista, más igualitario, menos igualitario, el que a usted más le guste, señor, señora, es el rechazo de todo perfeccionismo y el enaltecimiento de la libertad.
 
Sólo el liberal más loco del mundo podría sostener lo contrario.
 
Fuentes: Infobae y Tiempo Argentino
 

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26-12-2025 / 07:12
Sea por la infatuación que le dio el triunfo en las elecciones de octubre, por un criterio equivocado o por simple ignorancia política, el gobierno de Javier "el Loco" Milei ha incurrido en un error que puede resultarle caro. Aunque no explícitamente, se ha indispuesto con la Iglesia Católica, porque esta defiende la Justicia Social.
 
Se sabe que esta institución, se diría que, desde siempre, ha sido el credo mayoritario en el país, con militancia de las clases altas y muchas de las jerarquías militares, y si no recordar los últimos meses del primer período de gobierno peronista, cuando hubo un abierto enfrentamiento con la Iglesia y los aviones que bombardearon a gente inocente en Plaza de Mayo lo hicieron con el claro signo de "Cristo Vence" escrito en el fuselaje de sus máquinas.
 
Aquí y ahora la situación no ha llegado a extremos semejantes, pero se manifiesta claramente en el tradicional cambio de saludos para fin de año que concretaron la Iglesia y el Gobierno. A una nota enviada por el arzobispo al Presidente en la que destaca "nuestro anhelo de una paz social sólida, fundada en el cuidado de cada persona y especialmente de quienes atraviesan mayores fragilidades: los pobres, los trabajadores que sostienen día a día la vida del país y los ancianos cuya sabiduría y experiencia necesitamos valorar y acompañar".
 
Milei respondió diciendo que aprecia y valora "el llamado a la reflexión, a la paz social y el compromiso por el bien común" planteado por la jerarquía católica" y sostiene que "seguiremos trabajando incansablemente para generar las condiciones que permitan a cada argentino desarrollarse con dignidad, libertad y oportunidades reales de progreso, especialmente a quienes se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad".
 
Es fácil advertir que ambas misivas rezuman protocolo. Es posible que en el proceder de la Presidencia se refleje la dudosa capacidad de sus colaboradores en la materia (tal como se ha hecho evidente en materia diplomática) pero en el asunto cuentan dos hechos altamente significativos.
 
El primero es la abierta confesión de Milei de su militancia en la religión judía, la que no sólo lo ha llevado a alineamientos internacionales con Israel que hicieron trizas la tradicional neutralidad argentina; y también a cometer algunas torpezas dentro del rito mismo. Imbuida de una tradición de presidentes católicos o poco menos, la Iglesia debió deglutir en silencio el sapo que representó su presencia en actos de profunda significación dentro de la fe católica.
 
El otro error fue más grosero. No solamente faltó el tradicional encuentro de Navidad y Fin de Año entre ambos sectores político-religiosos; desde el Ejecutivo ha habido una suspensión de fondos a obras sociales que eran administradas por la Iglesia Católica, con el agravante -se diría que casi ofensa-- de derivarlos hacia congregaciones protestantes y evangelistas, miembros de la llamada Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera).
 
A primera vista parecería una áspera respuesta por elevación a las repetidas homilías que el Episcopado católico ha hecho públicas, claramente críticas de la actual política de gobierno. Tampoco hay que olvidar la presencia presidencial de hace algunos meses en la inauguración de un gran templo evangélico, que hasta contó con la concreción de pretendidos -y torpes-milagros. La falta de contactos efectivos mencionada antes tuvo un agravante: sus principales integrantes evangélicos sí fueron participantes de un encuentro con autoridades del Poder Ejecutivo.
 
"El presidente -ha dicho uno de los principales analistas en el tema- no invita a dialogar a las autoridades del Episcopado católico, mientras orienta fondos hacia los evangelistas de Aciera y celebra con ellos en Casa Rosada". Una relación que va de fría a congelada.
 
La Opinión Popular
 

24-12-2025 / 11:12
La guerra de las coimas. Daniel Garbellini, el hombre de los primos Menem al que Daniel Spagnuolo definía en sus audios como "un delincuente" y al que le echó toda la culpa por la corrupción con los remedios para discapacitados, declaró ante la Justicia que el verdadero culpable era el propio Spagnuolo. "El asumió la suma del poder en la Andis y era el único que tenía firma autorizada para realizar pagos", sostiene en un documento.
 
La causa sobre coimas, direccionamiento y sobreprecios en la compra de medicamentos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) dejó expuesta una batalla entre los principales imputados. Después de que el exdirector del organismo, Spagnuolo, buscara en un escrito responsabilizarlo por las irregularidades, Garbellini -su exnúmero dos, extitular de Acceso a los Servicios de Salud- le devolvió en un descargo la gentileza.
 
En el marco de la causa que investiga las irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad, Garbellini, ex número dos del organismo, presentó un escrito ante la Justicia en el que negó todas las acusaciones y trasladó la responsabilidad de las decisiones operativas y administrativas a Diego Spagnuolo, ex abogado personal de Javier "el Loco" Milei y exdirector ejecutivo de la entidad.
 
Garbellini fue removido de su cargo tras el escándalo por sobornos en la compra de medicamentos y detalló que asumió la Dirección de Acceso a los Servicios de Salud en junio de 2024. Según su descargo, sus funciones se limitaban a la gestión del programa Incluir Salud, destinado a brindar cobertura médica a personas con discapacidad sin obra social, y no incluían facultades decisorias sobre contrataciones ni sobre bajas de pensiones.
 
En su presentación, sostuvo que el control total del sistema informático, las compulsas de precios y los pagos estaban en manos exclusivas de la Dirección Ejecutiva. "Tanto el suscripto como el resto de los funcionarios éramos usuarios del sistema", afirmó, y remarcó que el acceso pleno e irrestricto a la información dependía únicamente del director ejecutivo.
 
Garbellini insistió en que no tenía atribuciones para transparentar o abrir las contrataciones, y que cualquier falta de publicidad o control público fue una decisión ajena a su responsabilidad. Incluso aseguró haber sugerido cambios estructurales que fueron rechazados con el argumento de que "todo se hacía por urgencia".
 
El caso se originó a partir de grabaciones que involucraban a Spagnuolo, aunque esas pruebas no fueron consideradas válidas por el fiscal Franco Picardi. En esos registros también se mencionaba un vínculo entre Garbellini y Karina Milei, a través de un colaborador cercano, aunque esa línea no avanzó formalmente.
 
Hasta ahora, el único testimonio oral fue el de Roger Grant, quien admitió irregularidades en las contrataciones del programa PACBI y aseguró que actuaba bajo órdenes directas de Garbellini, a quien señaló como la figura que definía la operatoria. Sin embargo, evitó referirse a presuntas coimas. El expediente también incorpora anotaciones secuestradas en un allanamiento que vuelven a comprometer al exfuncionario libertario y refuerzan la disputa de responsabilidades en la causa.
 
La Opinión Popular
 

23-12-2025 / 09:12
Un fallo de Cámara obliga al Gobierno a explicar ante la Justicia dónde está el oro que, en junio de 2024, el gobierno de Javier "el Loco" Milei sacó del Banco Central para enviar al exterior. Para los jueces, esa información constituye "un asunto de indudable interés público como es la administración de las reservas". La presentación la hizo La Asociación Bancaria, el gremio que descubrió y denunció la maniobra con los lingotes de oro. El presidente del Banco central, Santiago Bausili, ya se negó a contestar un requerimiento de la Auditoría General de La Nación. Junto a "Toto" Caputo sacaron el oro del país y nunca informaron sobre su destino.
 
En un operativo clandestino de ribetes policiales, comenzó una saga de ocultamiento de las autoridades sobre el destino de uno de los principales activos líquidos del organismo monetario. El diputado nacional y líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, presentó varios pedidos de informes exigiendo a las autoridades que expliquen donde está el oro y que tipo de cauciones lo afectan. Caputo nunca quiso explicar su destino, se limitó a comentar muy por arriba en un programa de televisión que se giró a un banco para cobrar intereses. No explicó quien lo tiene ni qué tipo de operación se hizo con ese importante activo.
 
Ahora, la Justicia Federal ordenó este lunes al Banco Central que entregue información precisa sobre el destino del oro. En una resolución firmada por los jueces Guillermo Treacy y Pablo Gallegos Fedriani, la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativa Federal, consideró que la autoridad monetaria no justificó de manera suficiente su decisión de no informar sobre el destino del activo y sostuvo que la negativa vulneró los principios de transparencia.
 
Es que Caputo y Bausili sostienen que la operación forma parte de la "administración" de las reservas y por ende es secreta. El mismo criterio opaco que Caputo utiliza para no dar precisiones sobre el swap firmado con Estados Unidos y los bonos que le entregó al Tesoro para que rentabilice la venta de dólares que hizo sobre el cierre de la campaña.
 
Los jueces fueron punzantes sobre el lamentable manejo de Caputo sobre información que debería ser pública. "La configuración de alguna de las excepciones legales a la entrega de información pública no puede depender de una apreciación unilateral del sujeto obligado", sostiene el fallo y subraya que es el Estado quien debe demostrar, de manera concreta, que la difusión de los datos solicitados causaría un daño a un interés legítimamente protegido.
 
El Banco Central respondió apenas con un comunicado formal que "había completado transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas", sin precisar monto, destino ni motivo concreto. La respuesta evasiva del BCRA encendió alarmas. Porque ese oro no es un adorno: según informes oficiales, las reservas de oro rondan unos USD 4.900 millones, un componente significativo del total de activos extranjeros del Central.
 
Aunque la entidad insiste en que las operaciones no alteran el volumen agregado de las reservas, nadie sabe realmente dónde están físicamente esos lingotes y si siguen efectivamente en poder del Estado o se remataron en algunas de las operaciones de préstamos igualmente opacas que concretó Caputo. El balance del BCRA, en ciertos trimestres, llegó incluso a no mostrar ese componente con claridad, como si hubiera desaparecido entre páginas y cifras.
 
La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló recientemente que el Banco Central se negó a entregar documentación sobre dónde están los lingotes, bajo qué condiciones se conservan y si parte del oro fue transformado en instrumentos financieros. El argumento oficial: la información es "confidencial" y su difusión podría poner en riesgo la seguridad de los activos. Como sea, la pregunta es: ¿dónde está el oro? Eso es lo que la Justicia ahora exige que responda Milei.
 
La Opinión Popular
 

22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

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