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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 23-05-2023 / 09:05
ESTRATEGIAS EN UN JUEGO DE TRES

La crítica por loco a Javier Milei solo logra fortalecer su posición electoral

La crítica por loco a Javier Milei solo logra fortalecer su posición electoral
En este “juego de tres”, quien tiene más para ganar y menos para perder es el mismo Milei. A diferencia de las dos coaliciones principales, el libertario es el “nuevo”, el receptor de los desilusionados. No resta votos, solo suma, y es el que propone soluciones sobre la mesa. Y como su juego es la diferenciación, cada crítica que recibe -”Milei, el loco”, “Milei, el agresivo”, “Milei, el de las propuestas inviables”- sólo logra fortalecer su posición del distinto, el tercero en discordia, y consagrarlo como alternativa.
Las elecciones presidenciales hoy están en un juego de tres: oficialismo, JxC, libertarios. Eso no quiere decir que sean "tres tercios" -en rigor, es temprano para ponerle números al "triángulo"-, sino que hay tres opciones que compiten dinámicamente por el votante indeciso. Junto a otras dos, que son la izquierda y una posible alianza entre Schiaretti y algún radical disidente, que pueden verse beneficiadas por lo que las otras tres pierdan en el camino.
 
En el espacio oficialista se sabe que el 48% de 2019 no existe más, y que lo que hoy queda es básicamente el "núcleo cristinista", que suele estimarse en un tercio del electorado; los otros votos de 2019, tal vez atraídos entonces por los aliados más moderados del Frente, ya no están disponibles. En esas circunstancias, lo óptimo para el oficialismo sería una fórmula que reúna sin problemas ese tercio de votos que sacaría Cristina si se postulara, pero que además sea capaz de sumar votos no-cristinistas en un eventual ballotage.
 
Sostiene Julio Burdman que en caso de no poder encontrarle la vuelta, al oficialismo le convendría ir a unas PASO para poder contener la mayor cantidad de votos, e incluir ahí tanto a quienes defienden la gestión albertista -Massa, Rossi, Scioli-, a quienes la critican "desde adentro" -Lozano, Grabois-, y al cristinismo identitario. Lo ideal, en un "juego de tres", es una lista única que los contenga a todos, pero si no hay forma de armarla, es preferible ir a una riesgosa PASO antes que correr el riesgo de dejar votos afuera.
 
Por otra parte, Juntos por el Cambio, que ganó en 2021 y era el claro favorito electoral en 2022, hoy está amenazado por el ascenso de Milei. El libertario toma votos de todos lados pero se nutre básicamente de quienes rechazan al actual gobierno pero tampoco quieren regresar al período 2015-2019. Además, el factor Milei provocó una ruptura ideológica dentro del cambiemismo, porque es quien lidera los debates, y divide a JxC con sus propuestas: hoy los dirigentes del PRO y la UCR se dividen entre quienes quieren "parecerse a Milei", y quienes buscan "diferenciarse de él".
 
Milei concentra sus cañones discursivos en Rodríguez Larreta y los radicales, sabiendo que la interna cambiemita fomenta su crecimiento. El éxito de Milei ha sido tal, que es probable que la suma de Larreta y Bullrich llegue al 40% en las PASO, pero que el triunfador de la contienda interna de JxC no retenga todo eso en la general del 22 de octubre: si gana Larreta, algunos bullrichistas irían hacia Milei, y si gana Bullrich, algunos larretistas y radicales podrían trasladarse hacia la candidatura de Schiaretti.
 
En este "juego de tres", quien tiene más para ganar y menos para perder es el mismo Milei. A diferencia de las dos coaliciones principales, el libertario es el "nuevo", el receptor de los desilusionados. No resta votos, solo suma, y es el que propone soluciones sobre la mesa. Y como su juego es la diferenciación, cada crítica que recibe -"Milei, el loco", "Milei, el agresivo", "Milei, el de las propuestas inviables"- sólo logra fortalecer su posición del distinto, el tercero en discordia, y consagrarlo como alternativa.
 
El discurso "anti Milei" sirve para enfrentarlo en una segunda vuelta: en una campaña de segunda vuelta de Juntos vs. Milei, o Todos vs. Milei, cualquier candidato de las coaliciones principales pedirá el voto de la otra "en nombre de la salvaguarda de la democracia". No obstante, en la campaña para la primera vuelta el anti-mileismo solo produce el efecto de consolidarlo.
 
Es que siempre hubo un sector negacionista, que reivindica la dictadura genocida, con un discurso brutal de extrema derecha que quiere imponerse en la Argentina, producto de la mezcla de la situación económica, del miedo a lo que vendrá en el interior de sociedades muy fragmentadas. Habrá que dar la pelea frontal para salvaguarda de la democracia.
 
La Opinión Popular
 

 
Milei, el liberal más loco del mundo
 
Por Natalia Volosin
 
Esta semana recibí cientos de agradecimientos de votantes de Javier Milei por Twitter. Irónicos, claro. Me decían, en tono burlón, que al publicar la plataforma electoral oficial que presentó La Libertad Avanza ante el juzgado con competencia electoral de María Romilda "Chuchi" Servini, sólo logré convencerlos aún más de votarlo. ¡Tráiganme una urna ya! La verdad es que no buscaba restarle votos a Milei, sino apenas informar. "Lo re voto, Nati, gracias". Genial, corazón, de eso se trata la democracia.
 
Se trata de elegir. Y si es con información previa sobre lo que esa persona o partido propone hacer con el mandato que nos pide, pues mucho mejor. Por eso es que tanto la plataforma de propuestas como la presentación en sociedad de la candidata a vice de los libertarios, Victoria Villarruel, son hechos para celebrar. Porque ponen sobre la mesa de qué estamos hablando cuando hablamos de esta persona que busca convertirse en el próximo presidente de la Argentina.
 
¿De qué se tratan sus ideas? ¿Son liberales, como dicen? ¿O son otra cosa? Y, de nuevo: es perfectamente posible que, aun siendo otra cosa, haya un montón de gente dispuesta a votarlos. Lo veremos con los resultados de la elección general. Ojo, de la general, eh, no de la falsa PASO en la que el partido de Milei (y probablemente también el Frente de Todos) no tendrán competencia interna.
 
Pero, lo voten muchos o lo voten pocos, es importante que se sepa claramente qué es lo que están votando. Para que después no haya sorpresas. Para que nadie venga a decir "ay, yo pensé que estaba votando a John Stuart Mill y al final era Aldo Rico, te pido mildis". Para que voten lo que quieran, como corresponde en una democracia, pero con convicción.
 
Para que voten mirándonos a la cara a quienes, por distintas razones constitutivas de nuestra identidad (porque somos mujeres, porque somos judías, porque somos liberales igualitarias o porque somos, pongamos, feministas) tenemos miedo. Para que cuando nos vengan a quitar derechos o cuando la violencia con la que se expresa públicamente el propio Milei cada vez que alguien dice algo que no le gusta se naturalice en la calle, en los lugares de trabajo y en las escuelas, se hagan cargo.
 
Y cuando digo que tenemos miedo, quiero ser muy clara en esto, lo digo de manera absolutamente literal. No es una metáfora de nada. Tenemos miedo. Y no es el miedo de la casta. La casta es la que se sienta en los foros empresariales y almuerzos diplomáticos a los que concurren los candidatos y candidatas (Milei incluido) para manguear el voto. La casta es la dirigencia política impresentable que le viene financiando su raid mediático y sus presentaciones públicas para morderle votos a otros adversarios.
 
Como si fuera una estrella de rock. Como si no hubiéramos aprendido nada de las experiencias de Trump y Bolsonaro. Como si la toma del Capitolio de Estados Unidos hubiera sido lo que mi cerebro todavía cree que fue: un capítulo de Los Simpsons o una pesadilla distópica. Así que muy linda la demagogia de que "la casta tiene miedo", pero no. Miedo tenemos quienes sabemos lo que significa que una mayoría ruidosa quiera aplastarte o eliminarte por tu religión, tu género, tu orientación sexual, tu ideología política, tu nacionalidad o tu color de piel.
 
Lo interesante de las propuestas de Milei es que, a diferencia de, pongamos, el Carlos Menem del 89′, las dice de frente manteca, sin anestesia. El Carlo hizo campaña con el salariazo y la revolución productiva, no con el Consenso de Washington. Milei, en cambio, dice frontalmente que va a recortar el gasto público, achicar el Estado, privatizar empresas públicas, reducir cargas sociales y eliminar planes sociales.
 
Por las razones que sea, no lo esconde. Y tampoco lo modera. Porque una cosa es gritar locuras en un estudio de televisión para llamar la atención (como decía Dalí, "que hablen bien o mal, lo importante es que hablen") y otra cosa es ser candidato a presidente de un país plural y diverso. Y, sin embargo, para Milei no parece haber diferencias.
 
Tal vez porque no podría moderarse ni aun queriendo. Tal vez porque cree que la gente reclama extremismo. No lo sabemos. Tampoco sabemos cuál es el huevo y cuál la gallina. Entre Milei y el extremismo, digo. Si Milei es constitutivo del, parafraseando a la señora Mirtha Legrand, derechaje, o si, en cambio, es meramente declarativo de un proceso que lo precede y lo excede. Pero ese es otro asunto.
 
Yendo, pues, al centro de la cuestión, en las propuestas de Milei-Villarruel hay tanto de liberalismo como de riverplatense hay en mi corazón: nada. Lo que sí hay es conservadurismo político, nacionalismo católico y anarcocapitalismo. ¿Te gusta todo eso? Fantástico. Sólo tenés que esperar que traigan las urnas. Pero, ojo, te tienen que gustar las tres cosas. No podés elegir una o dos. No podés tener anarcocapitalismo y hacerte el dolobu con el nacionalismo católico o con la historia personal de Victoria Villarruel.
 
¿Te gusta la eliminación de impuestos, la erradicación del Banco Central o la privatización de la educación, la salud y las cárceles? Fantástico, pero esa galletita viene en el mismo paquete que la derogación del matrimonio igualitario, el regreso a los abortos clandestinos, la suspensión de la educación sexual integral (ESI) en todo el país, la militarización de las cárceles, la unificación de las fuerzas militares con las de seguridad y la aplicación estatal de "estilos tradicionales de vida" (sic).
 
Si todavía te gusta, de nuevo: sentate a esperar las urnas. Pero, ¿estás seguro de que el nacionalismo católico conservador no se va a llevar puesta tu autonomía para decidir libremente y sin interferencias del Estado cómo querés vivir? ¿Estás segura de que los planes de vida de tus hijas y tus hijos son compatibles con lo que considera "estilos tradicionales" la hija de un militar que sirvió a la orden de Aldo Rico y que se negó a jurar por la Constitución Nacional en 1987?
 
¿Estás seguro de que no querés que los niños y niñas sigan teniendo ESI en las escuelas a pesar de que lo exige la UNESCO? ¿A pesar de que, según un informe de octubre de 2022 del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), entre 2014 y 2020 se redujo un 55% el embarazo adolescente, que suele ser no intencional? ¿A pesar de que, según el Ministerio Público Tutelar porteño, el 80% de las denuncias de abuso sexual infantil y adolescente surgen a partir de las clases de ESI?
 
No es poca la gente que dice que Milei está loco. Supongo que creen que es una manera rápida y efectiva de esmerilar sus chances de ser presidente de este país. Yo no sé si está loco. No podría porque no soy médica y no tengo ninguna formación en salud mental. Lo que sí sé es que liberal, lo que se dice liberal, no es. Ni clásico ni moderno. El centro de cualquier liberalismo, más emancipatorio, menos emancipatorio, más intervencionista, menos intervencionista, más igualitario, menos igualitario, el que a usted más le guste, señor, señora, es el rechazo de todo perfeccionismo y el enaltecimiento de la libertad.
 
Sólo el liberal más loco del mundo podría sostener lo contrario.
 
Fuentes: Infobae y Tiempo Argentino
 

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20-12-2025 / 10:12
Agrandado como alpargata de pobre, en pocas semanas el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei dilapidó el resultado favorable de las urnas, resquebrajó su alianza con el PRO al romper la promesa de un lugar en la AGN; soportó un masivo acto de protesta de la CGT; debió postergar la reforma laboral, y le rechazaron en el Congreso su intento de derogar las leyes de presupuestos universitario y para discapacidad.
 
El efecto colateral del resultado favorable pero inesperado en las urnas fue confiarse demasiado y tomar de su propia medicina para creerse el relato sobre la estupidez humana. No ganó las elecciones porque los ciudadanos piensen que están bien. Es posible que así piense una pequeña parte de sus votantes. La mayoría sabe que está mal y votó -o no fue a votar- entre el discurso gorila antiperonista y la amenaza de un apocalipsis argentino inminente revoleado por el presidente norteamericano Donald Trump.
 
Javier Milei insiste en que la gente está bien. Es una mala lectura de la realidad que dibujan el Indec, el ministro Toto Caputo y Santiago Bausili en el Banco Central. Es el peor mensaje para mentir porque cualquier hijo de vecino puede constatar su falsedad. No importa si la inflación es cero o diez, ni si los medios dicen que bajó la pobreza. El sueldo no llega a fin de mes. O para que llegue hay que hacer sacrificios en calidad de vida, en calidad de salud y alimentación, en las vacaciones y el transporte. Todos saben que el padre, el tío o los abuelos están en el horno con las jubilaciones.
 
La lista de desgracias es más larga porque hay que anotar a los que perdieron negocios o el trabajo, que son cientos de miles. El gobierno hizo una mala lectura y sobre esa base tomó decisiones equivocadas. Una de ellas fue prometerles a sus aliados del PRO un puesto en la Auditoría General de la Nación que no podría otorgarle.
 
Se habló de una negociación con Unión por la Patria, pero en realidad, el puesto que estaba en discusión fue el que asumió la salteña Pamela Calleti que responde al gobernador Gustavo Sáenz. Si hubo negociación no fue por los votos. Los diputados de Unión por la Patria rechazaron las propuestas del Gobierno en todas las votaciones siguientes. Desde el intento oficial de derogar las leyes de financiamiento universitario y para la discapacidad, hasta el presupuesto. No hubo votos de Unión por la Patria en ninguna de esas votaciones.
 
El bochorno mayor fue con la compra de voluntades con los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) previo a la votación. Las provincias más fieles a las decisiones del bloque, como Buenos Aires, La Pampa, Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa quedaron fuera del reparto. Milei repartió 66 mil millones de pesos de ATN para comprar esos votos. Lo hizo en forma descarada.
 
Al tucumano Osvaldo Jaldo, el más favorecido, lo hizo llegar hasta Buenos Aires para que le bese el anillo y para escracharlo con una fotografía en la Rosada. Votos en remate para el Presupuesto y la Reforma Laboral, que son parte de las políticas del Gobierno que está destruyendo la industria y expulsando inversiones.
 
Se ha naturalizado esa actitud como un acto "responsable" de los gobernadores, como si el gobierno pudiera usar con ese fin los ATN que son para problemas concretos y no para comprar votos. Usado de esa manera, ese mecanismo es directamente extorsivo.
 
Los diputados que representan a las provincias de Misiones, Salta, San Juan y Mendoza, que originalmente habían votado a favor del aumento del presupuesto a las universidades y a la discapacidad, cambiaron su voto luego de que sus gobernadores recibieran los ATN.
 

19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
La Opinión Popular
 

18-12-2025 / 08:12
Tras conseguir la media sanción de un presupuesto 2026 que multiplica el ajuste, solo favorece a los más ricos y carga los costos sobre los desprotegidos, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei sufrió un duro golpe con el rechazo al capítulo que derogaba el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad. También quedaron fuera la restricción de la ley de zona fría y la desindexación de la AUH.
 
El Gobierno consiguió la aprobación en general el Presupuesto 2026, pero sufrió una derrota clave: la oposición logró voltear completo el capítulo 11, donde se concentraba la derogación del financiamiento universitario y de la emergencia en discapacidad, dos leyes que el oficialismo insiste con incumplir. Tras una sesión que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la madrugada, Lule Menem y Diego Santilli ofrecieron concesiones de todo tipo a gobernadores y bloques aliados para blindar el capítulo entero.
 
Sin embargo, al momento de la votación sólo reunieron 117 votos afirmativos, mientras que la oposición alcanzó 123 rechazos y sumó además dos abstenciones. Es la tercera vez en un semestre que el Gobierno pierde frente al financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, si se cuentan la sanción original de las leyes, la insistencia parlamentaria tras el veto presidencial y ahora el intento de derogación vía presupuesto. También se rechazaron la eliminación de las actualizaciones automáticas de la Asignación Universal por Hijo y demás asignaciones familiares.
 
Envalentonado por el triunfo electoral de octubre, el oficialismo buscó acelerar la motosierra y eliminar dos normas que el Congreso sancionó, el Ejecutivo vetó y ambas Cámaras ratificaron con mayoría agravada, más de los dos tercios de los presentes. A pesar de las arduas negociaciones, el reparto de ATN y las promesas de la Casa Rosada a los gobernadores aliados, la catamarqueña Fernanda Avila, se les dio vuelta y voto en contra el capítulo 11, al igual que los tres tucumanos del bloque Independencia y los tres salteños de Innovación Federal.
 
Para destrabar el trámite, el oficialismo había intentado a último momento una maniobra más: incorporó la adecuación de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires y un refuerzo de 21.000 millones de pesos para el Poder Judicial, bajo la administración del Consejo de la Magistratura. El objetivo fue evitar el naufragio del capítulo completo. "Le ponen un condicionamiento al Poder Judicial para que ni se le ocurra judicializar el capítulo XI porque se les cae el financiamiento. Son unos chantas y eso es lo que están haciendo ahora", denunció el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
 
A la hora de votar, resultaron decisivas las abstenciones de los radicales Cipolini y Schneider. Desde sus redes, la diputada Cecilia Moreu celebró la victoria de la oposición. "Quisieron jugar sucio y les salió mal. Pese a las múltiples maniobras extorsivas con las que el oficialismo y los sectores cómplices intentaron blindar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, logramos sostenerlas. Basta de dilaciones, son leyes votadas y ratificadas por el Congreso Nacional. Vamos a seguir dando la pelea para que entren en vigencia y se apliquen como corresponde", escribió en X.
 
Durante el debate varios diputados habían advertido que judicializarían la norma, de aprobarse. Los diputados Maximiliano Ferraro y Eduardo Valdés, fueron los encargados de advertir que el intento del oficialismo vulneraba el artículo 20 de la Ley 24.156 de Administración Financiera que en relación al presupuesto establece que "no podrá contener disposiciones de carácter permanente, ni reformar o derogar leyes vigentes".
 
La Opinión Popular
 

17-12-2025 / 09:12
A días de cumplir su segundo año de gestión, el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei busca aprobar su primer presupuesto sin frenar en las curvas. Tras conseguir dictamen de mayoría con ayuda de gobernadores aliados, este miércoles se trata la "Ley de Leyes" en Diputados. Envalentonada, Patricia Bullrich buscará incluirlo también en la sesión del viernes 26, en la que se debatirá la reforma laboral en el Senado. Para sorpresa de la oposición, el dictamen deroga el Financiamiento Universitario y la Emergencia en discapacidad. Ambas iniciativas fueron sancionadas por el Congreso, vetadas por el Gobierno e insistidas en ambas cámaras. El nuevo proyecto deroga el ajuste automático de las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo y le da discrecionalidad al gobierno.
 
En un súper miércoles, la Casa Rosada intentará disciplinar al Congreso con la ley de "Disciplina Fiscal", que penaliza a quienes atenten contra el excel libertario y buscará avanzar con la aprobación de un blanqueo blue rebautizado "inocencia fiscal". La CGT llamó a movilizar contra el desfinanciamiento de la educación, la ciencia y la tecnología.
 
Al Gobierno le quedan menos de diez días hábiles para cumplir los deberes que le fijaron Donald Trump y el FMI: tener un presupuesto y sancionar una reforma laboral. Ayer, la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside Bertie Benegas Lynch dejó listo el dictamen que el oficialismo buscará aprobar este miércoles. Los apoyos para reunir las 28 firmas -sobre un total de 46- llegaron de la mano de sus aliados del PRO, la UCR y el MID, y de los gobernadores de Catamarca, Tucumán, San Juan, Mendoza y Misiones.
 
De esas 28 firmas, seis fueron en disidencia, lo que obliga al Gobierno a continuar las negociaciones si no quiere correr una suerte similar a la que atravesó durante el tratamiento de la Ley Bases, que perdió buena parte de su articulado en el camino.
 
Para asegurarse los respaldos, la administración de Milei abrió la billetera. En los últimos días, los gobernadores colaboracionistas recibieron Aportes del Tesoro Nacional. El misionero Hugo Passalacqua recibió 12 mil millones de pesos; el chaqueño Leandro Zdero, 11 mil millones; y el tucumano Osvaldo Jaldo, 20 mil millones. Esta última fue la cifra más generosa que el Gobierno envió a una provincia en todo 2025.
 
Además, el lunes por la noche la Casa Rosada envió al Congreso la reforma de la Ley de Glaciares. La iniciativa habilita a las provincias a avanzar con proyectos mineros sobre reservas estratégicas de agua. De aprobarse, Catamarca, Mendoza y San Juan quedarían entre las principales beneficiadas para hacer negocios con las multinacionales yanquis que miran de reojo.
 
Si bien existe consenso entre la mayoría de los bloques en que el Gobierno no puede seguir administrando el Estado sin un presupuesto, el proyecto no contempla partidas para recomponer los ingresos de los jubilados, no prevé mecanismos para reactivar la obra pública ni incluye un solo artículo orientado a impulsar la actividad económica.
 
Todo el andamiaje se reduce a blindar el equilibrio fiscal, que Milei alcanzó a fuerza de recortar en todas las áreas sensibles del Estado, a excepción del pago de los intereses de la deuda. Además, las metas que fija parecen a simple vista difíciles de cumplir. El proyecto prevé un crecimiento de la economía del 5 por ciento del PBI, una inflación anual del 10,1 por ciento y proyecta un dólar a 1423 pesos para diciembre de 2026. Esto último está por debajo del precio actual.
 

16-12-2025 / 10:12
Las reformas que impulsa el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei, en especial la laboral, buscan sin disimulo convertir a nuestro país en una economía colonial de enclave, productor de materias primas, sin industria y en donde sobre más de la mitad de los argentinos. En el país cierra una empresa por hora y 400 trabajadores por día se quedan sin empleo. El cálculo surge de tomar en cuenta que "el Peluca" y su motosierra destruyeron 19.114 firmas dejando en la calle a algo más que 264 mil asalariados registrados en sus dos primeros años de gobierno.
 
Para Argentina es un cambio dramático, pues es uno de los países en donde la legislación laboral del siglo XX más avanzó en el sentido de proteger a los trabajadores. Por esa razón, por ese "mal ejemplo" para la región latinoamericana, el objetivo del FMI de retroceder más de un siglo en las condiciones bajo las cuales se desenvuelve el mundo laboral, haya sido tomado con tanta energía por los últimos gobiernos de derecha y mucho más ahora bajo el modelo reaccionario extremo que impulsan los desquiciados Milei, Sturzenegger, Caputo y cía.
 
Todos y cada uno de los puntos del extenso proyecto que acaba de aterrizar en el Congreso es un muestrario de la ideología conservadora y retrógrada que alienta a este gobierno como fiel representante de la elite económico-financiera también conocida como "círculo rojo". A tal extremo esto es así que el gobierno ni se molestó en desmentir lo que hace un tiempo se conoció: los autores materiales de este engendro son los estudios de abogados que prestan sus servicios a las corporaciones más poderosas, los llamados "dueños de la Argentina". Es el gobierno para los ricos.
 
El sueño húmedo de esta minoría enferma de codicia es voltear, una por una, todas las protecciones legales que tienen los trabajadores argentinos, aunque también debe decirse que buena parte de ellas ya fueron demolidas de hecho por el propio accionar de un mercado laboral que, con independencia de los gobiernos que se sucedieron desde el estallido social y la gran crisis económica de 2001, dejaron a casi la mitad de los asalariados desempeñándose "en negro", al margen de la formalidad.
 
Lo que veremos en las próximas horas en el Congreso les dejará en claro a los argentinos quiénes son los senadores y diputados dignos de ser llamados oposición y quiénes se someterán ante las ofertas de dinero que ya está circulando por oscuras vías. Gobernadores dialoguistas también estarán en el "toma y daca" que este gobierno puso en marcha sin que la gran prensa porteña, convertida en vocera oficial de la Casa Rosada, hable como lo hacía habitualmente de "látigo y billetera" con otros gobiernos que nunca llegaron a extremos de manipulación de los recursos fiscales como el actual.
 
El triunfo electoral de octubre de Milei es el combustible que aceleró la decisión de avanzar con este proyecto y con otros que también buscan reconfigurar en profundidad el diseño social, económico e institucional de la Argentina. La llamada ley de tierras, de glaciares, la reforma educativa, la tributaria, etc. conforman una ofensiva de los sectores concentrados de la economía contra el conjunto social. Convertir a este país en una economía colonial, sin industria, sin ciencia, sin educación de calidad, sin protección social ni laboral para las mayorías populares es una meta que está en las mentes de los libertarios. La política de tierra arrasada que se proponen les resulta indiferente, pues la ambición de poder -político y económico- está por encima de todo.
 
La CGT convocó a una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves a la que adhirieron las dos CTA, ATE y otros gremios, el peronismo, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.  Para aterrorizar, la especialidad del mileísmo, aplicarán el protocolo antipiquetes. Si la movilización es masiva, cuesta creer que la amenaza de represión violenta se cumpla. Crispar el clima social en vísperas de fin de año, en nuestro país, nunca tuvo buenos resultados para los gobiernos.
 
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