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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 07-05-2023 / 09:05
EN EL SIGLO 21 TAMPOCO VA AL PARAÍSO

Un repaso sobre la nueva estructura social y laboral de la clase trabajadora

Un repaso sobre la nueva estructura social y laboral de la clase trabajadora
El acto del primero de mayo de la CGT fue deslucido, se notaron tanto las ausencias como las presencias. El discurso del secretario general Héctor Daer (primus inter pares de los triunviros) fue acompañado por abucheos de los compañeros camioneros. Pablo Moyano había pegado el faltazo.
El primero de mayo de 2023 corroboró, por si hiciera falta, la fragmentación de las representaciones de la clase trabajadora. El archipiélago no es apenas el mapa de la fragmentación de la clase sino que a menudo la complejiza o la enreda ... eventualmente la ahonda. Juan Perón fue tres veces presidente electo, está en boga nombrarlo como "el General". Generales hubo y hay muchos, unos cuantos nefastos, usurpadores, gorilas. Líderes democráticos con la legitimidad de Perón, acaso ninguno. Resaltemos "tres veces presidente", entonces, para ir de una buena vez al grano.
 
Perón a veces llamaba "columna vertebral" a la clase trabajadora. En otras, nombraba así al "movimiento obrero organizado" (MOO). Jamás fue lo mismo, ni siquiera en la etapa dichosa del Estado benefactor. Entre 1945 y 1975, fechas emblema en Occidente: "los treinta gloriosos". Efemérides determinantes en la Argentina, desde el iniciático 17 de octubre hasta el Rodrigazo. Oh casualidad los hechos simultáneos en latitudes distintas. ¿O no será casualidad?
 
Perón recontra sabía que movimiento obrero y clase trabajadora no eran lo mismo aunque en algún momento se superpondrían bastante. No es en nuestro siglo XXI, claro. El MOO contiene a una fracción de la clase, menguante a medida que corre el calendario. Desde hace años se agregó una novedad. Laburantes en relación de dependencia con afiliación sindical, paritarias, derechos básicos, a los que no le alcanza para llegar a fin de mes.
 
El correr del tiempo, las conquistas o recuperaciones de derechos que aportaron los tres gobiernos kirchneristas, lecturas sensatas y comprensivas de la realidad dejan atrás el noble aserto "una sola clase de hombres, los que trabajan". Hoy en día sabemos que hay trabajadores con conchabo pasable, desocupados, changuistas, marginales, autoempleados. Mujeres. Trabajadorxs que cumplen labores solidarias fundamentales cobrando poco o nada. Jubilados. Trabajadores son todes, pluriempleados. La Vulgata dominante acusa a los argentinos de ser poco afectos al trabajo. Minga. Se labura mucho, mal, contra paga insuficiente o nula en demasiados casos.
 
El acto del primero de mayo de la CGT fue deslucido, se notaron tanto las ausencias como las presencias. El discurso del secretario general Héctor Daer (primus inter pares de los triunviros) fue acompañado por abucheos de los compañeros camioneros. Pablo Moyano había pegado el faltazo. Daer había dejado trascender que habría un apoyo sobrio a la gestión del ministro de Economista Sergio Massa y un delicado aventón a la candidatura presidencial de "Sergio". Quedó para mejor oportunidad acaso por la falta de quorum o por la floja audibilidad.
 
Bajo el cono del silencio, aunque con premeditación y cautela, los compañeros gremialistas formulan día tras día la clásica demanda en trances preelectorales. "No nos dejen afuera de las listas". Las vísperas de cambios de gobierno acrecientan esos reclamos máxime cuando las perspectivas de victoria no son seguras ni predominantes. Las promesas de cargos ejecutivos no votables, lo sabe cualquier dirigente fogueado, son pagos diferidos supeditados a dos condiciones: la virtual victoria y la voluntad posterior de los mandatarios. Demasiado futuro, demasiada virtualidad. Por añadidura, esos puestos son transitorios, los famosos fusibles. Los cargos legislativos pagan de contado: garantizan un piso de estabilidad desde el cual se pueden "saltar" a los ejecutivos ganados. Estabilidad que no es poco en la era de la incertidumbre.
 
Las pugnas internas por los espacios electorales son una constante invisibilizada para la gente común. Conocer los entretelones tal vez ayudaría a desentrañar conductas "extrañas" de protagonistas o agrupaciones. Las internas dinamizan la vida de las coaliciones. Cientos de listas a nivel nacional y en 24 distritos... miles de espacios. 
 

Mutaciones, ramalazos de luz: 
  
Las mutaciones sociales no se consuman de sopetón, de la noche a la mañana. Transcurren con avances y retrocesos. Hay trances que hacen notorias las transiciones para el observador atento. Puede darse cuenta, luego distraerse. Para la mirada costumbrista de quien les habla la muchedumbre que acompañó a Herminio Iglesias al acto del 28 de octubre de 1983 contenía una revelación. Pobres conurbanos "distintos a los de antes", léase a los trabajadores y aún villeros de los 60 y 70. Desgarbados, mal nutridos, con traza diferente. Algún escriba los llamó "lúmpenes", otros los encasillaron como "marginales" ... atrasaban. Eran, quién sabe, nuevos pobres que testimoniaban con los cuerpos, su pilcha, su salud en riesgo, parte del éxito del proyecto dictatorial. Desperonizar a la Argentina, serruchar el poder y la autoestima a los plebeyos otrora empoderados y desafiantes.
 
Un plebeyo de primera, el fallecido Saúl Ubaldini, el más popular y más representativo secretario general de la CGT desde la recuperación democrática, intuyó y convocó como nadie a la naciente, diversa, clase trabajadora. Católico populista, se plantaba en San Cayetano, clamaba por Paz, Pan y Trabajo. Lo vitoreaban "condenados de la tierra" a la par que militantes políticos y trabajadores registrados, Participar en sus movilizaciones ponía en escena a relegados de la tutela sindical. El añorado Horacio González descifró con brillantez el mensaje posconciliar y cristiano de Saúl, que entreveraba alusiones a Perón y Evita, crucifijos, letras de tango y fraseo único. Precursor de la narrativa del Papa Francisco sin saberlo ninguno de los dos.
 
La Marcha Federal de 1994 llevó peregrinando por todo el país y hasta la Plaza de Mayo a la remixada clase noventista, con desempleo rampante, víctima de los embates de la dictadura y del menemismo.
 
Por aquel entonces un político inteligente y noble, Carlos Auyero, atinó a explicar el fenómeno y el envejecimiento de valiosos paradigmas. El concepto de bregar contra la explotación se quedaba corto. Millones de argentinos pugnaban para ser explotados. Ni siquiera "incluidos", en palabras de Auyero. Daba en la tecla ese otro socialcristiano, de notable formación, afín a (o aliado de) las mejores vertientes del peronismo. Que siempre tuvo muchas vertientes.
 
Ahora cualquiera sabe que hay laburantes por doquier, que los encasillamientos históricos fallan. Más autoconciencia, entre los laburantes. Más espacio para la agresión, el divague o los lugares comunes para las derechas. O para nacionales, populares, izquierdas o progresistas con mejores intenciones y con recetarios desactualizados. Pongalé.
 
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Manual para simplistas con ínfulas: 
  
Sucesivas administraciones democráticas buscaron respuestas coyunturales. Los discursos dominantes las entreveran en la memoria, las desconocen, pavean. Los lugares comunes proliferan como las moscas en la carroña u otra imagen más delicada que usted proponga.
 
Sobreviven simplistas que creen vigentes a los "Planes Trabajar" que cesaron hace más de veinte años. O gastan chistes despectivos al respecto.
 
Hay quienes confunden programas sociales con reglas claras, perduración, sujetos a requisitos sencillos con tendencia universal, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) con "planes" que dependen del arbitrio o la voluntad estatal. Gloria y loor a las instituciones de protección social argentinas. Un piso cuarteado pero superior al de tantos países vecinos y hermanos.
 
Carencia seria del gobierno del presidente Alberto Fernández no haber creado ningún derecho social-laboral institucionalizado, destinado a perdurar. Caso único en gobiernos peronistas. Variantes del Ingreso Universal quedaron arrumbadas, desdeñadas por autoridades económicas sucesivas. Los avances más significativos se concretaron al principio del mandato: remedios gratuitos para los jubilados garantizados por el PAMI, Tarjeta Alimentar. Se resucitaron  programas K como el Conectar Igualdad o el Procrear. Iniciativas loables, reducidas a menudo por la contención del "gasto social". La moratoria para jubilados sin aportes suficientes sería una bocanada de oxígeno si no se entorpece su acceso para complacer presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
 
Queda bárbaro aseverar "hay que transformar los planes en trabajo". La tentación transversal acentúa las imprecisiones, el voluntarismo extremo, aborrece las diferencias reales, el casuismo. Ni qué hablar de la voluntad o el arraigo de tantas actividades. Los trabajadores de la economía popular, los de la agricultura familiar, muchos jóvenes en modalidades que nos cuesta comprender o digerir a los jovatos no sueñan con la relación de dependencia o ciertos modos de estabilidad queribles y amplios altri tempi. Etcéteras a granel, es colorido el árbol de la vida. Sus expectativas son diferentes, variopintas, sus demandas ignoradas, se los escucha poco y se los capta menos.
 
En vísperas electorales, circunstancias arquetípicas para abrir la mano izquierda del Estado, los reclamos más radicales son aumentos de suma fija, un parche necesario e insuficiente que revela la escasa inventiva del oficialismo. Para colmo de males ni siquiera se concreta.
 
La derecha ataca, calcula que hay plafón para sincerarse. Avanti con la reforma laboral, un caballito de batalla que encubre agresiones a derechos consagrados, incorporados al patrimonio de la clase trabajadora.
 
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se da un baño de halconismo y propone un camino de ida para jibarizar los planes. "Los beneficiarios estarán obligados a asistir a ofertas de trabajo que surjan". Si declinan varias, perderán su ingreso. Un modo más de fomentar la explotación, la inequidad. ¿El derecho laboral no está concebido para mitigar las desigualdades entre patrones y empleados, sesgado "pro operario"? No embrome, esos son embelecos del pasado, de la época del General Perón. Acepte lo que le den, baje el copete. Un ahorro estatal forzoso que pagarían los humildes.
 
Larreta resucita el mito de la "industria del juicio". Las estadísticas judiciales comprueban que la litigiosidad no sube en épocas de carencia Los pleitos laborales se eternizan. Los negacionistas relatan que miles de Pyme zozobraron por un juicio, Traigan un listado, che. Miren números oficiales. Las Pyme crecen con el conjunto de la economía y en contextos propicios. Y naufragan cuando gobiernan los neoconservadores. Las hunde la competencia salvaje, las maniobras oligopólicas, lo que todos conocen.
 
A HRL no se le cae una idea, se desespera por colarse a la derecha de la exministra Patricia Bullrich. El intersticio entre Pato y la pared es diminuto, la tentativa puede fallar.
 
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Provincias, gobernadores, la clase que espera: 
  
Se renuevan hoy autoridades provinciales en Jujuy, La Rioja y Misiones. La previa se aborda en detalle en las notas que siguen. Esta columna las analizará mañana, en el típico diario del lunes y durante la semana entrante.
 
Para cerrar esta nota, baste decir que los oficialismos son favoritos, que cualquier derrota causaría sorpresa. El radicalismo jujeño del gobernador radical Gerardo Morales y el provincial Frente Renovador de la Concordia misionero imaginan duplicar a quien resulte segundo. El Frente de Izquierda (FIT-U) confía en ratificar precedentes en Jujuy, salir segundo lejos de los terceros. Las huestes del diputado Javier Milei se ilusionan con salir segundo en La Rioja.
 
Los sondeos y los análisis previos amplían pronósticos de triunfos oficialistas para el domingo 14 en La Pampa, San Juan, Salta, Tucumán y Tierra del Fuego. Un montón de provincias, Tucumán la más poblada, la sexta de Argentina.
 
Muchos territorios gestionados por peronistas, un par por fuerzas provinciales, una sola radical. Si los pronósticos aciertan darán cuenta de continuidad. Habrá que resistir la tentación de hacer proyecciones nacionales facilongas. Los batacazos podrían habilitar lecturas complejas.
 
De cualquier modo, los gobernadores peronistas miran dos tableros: el terruño y el nacional. Si les va bien en rodeo propio, propagarán más los reclamos de ser considerados en fórmulas presidenciales, de unidad o para las Primarias Abiertas (PASO). El tucumano Juan Manzur está anotado desde hace casi dos años el chaqueño Jorge Capitanich se insinúa, a su vez.
 
Los años recientes fueron difíciles para los trabajadores argentinos. Si ganaran las vertientes de la derecha les irá peor. Las campanas sonarán por ellos.

El difícil cometido del Frente de Todos es explicar y reconocer fallas de su gestión. También revalorizar aciertos, que los hubo. Proponer una nueva lectura de realidad que comprenda (en cualquier acepción del término) a la nueva conformación de la clase trabajadora. Poner en carrera a candidatos que se pongan la camiseta, representando la rara alquimia de continuidad y renovación, que abran horizontes, que iluminen futuro. Que persuadan a incrédulos, desanimados, indignados, abúlicos. Casi nada. Todavía queda tiempo.

 
Estas historias continuarán a paso redoblado, lo acelera la cuenta regresiva.
 
Por Mario Wainfeld
 
Fuente: pagina12.com.ar 
 

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22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

19-10-2025 / 08:10
Entre el colapso económico, la pérdida de relato y el avance de sus propios aliados, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el tramo final de la campaña convertido en símbolo de su propio fracaso: un presidente sin respuestas, cercado por la realidad y por quienes financiaron su ascenso. El plan "llegar" se quedó sin nafta cuando todavía falta una semana para alcanzar la meta. La impotencia es la tónica en la recta final antes de unas elecciones que se convirtieron en un delicado plebiscito sobre el futuro del gobierno y del país.
 
El proyanqui Milei volvió de Washington DC con una hoja que dice "amigo" y el fibrón que usó Donald Trump para estampar esa dedicatoria. A su regreso dio dos entrevistas en las que se peleó con sus interlocutores (le dijo "marxista" a Eduardo Feinmann y a Esteban Trebucq que le hacía el "caldo gordo a los psicópatas kirchneristas") y confesó que no tiene una solución para los problemas de los argentinos.
 
- El ochenta por ciento apenas si puede llegar a fin de mes y el sesenta por ciento, setenta, llega al día veinte. Les falta dinero en el bolsillo.
- ¿Qué quiere? ¿Que lo emita?
- No, yo no...
- A ver, entonces, emitiendo no se arregla. ¿Cómo quiere que lo arregle? Vamos, dígame. ¿Cómo le pongo plata a la gente?
- El economista es usted.
- No, bueno, pero digo o sea, a ver, digamos.
 
Un día más tarde insistió:
 
- ¿Y la gente que no puede esperar, presidente?
- A ver. A ver, pero, de vuelta. Te hago una pregunta, no puede esperar, a ver, ¿cómo lo resolvemos?
- Es que yo no lo sé.
- No, bueno, entonces.
- Sólo le pregunto.
- No, bueno, pero si vas a hacer el punto, digamos, a ver, empecemos a discutir cómo se resuelve.
 
Para Milei la escasez y la mala calidad de vida de millones de personas es en todo caso un problema intelectual, teórico, en el que no tiene demasiado interés. Dos años después de asumir le sugiere a su interlocutor (no un funcionario, no un asesor, ni siquiera un consultor sino un periodista en el contexto de una entrevista televisiva en vivo) que empiece la discusión.
 
Decir que no le quita el sueño sería una exageración: ni siquiera lo considera un problema, algo que deba resolver. La economía se encargará de hacerlo, cuando deje de existir el riesgo kuka. Suena estúpido, pero es exactamente el argumento presidencial, palabra por palabra.
 
Para la mayoría de los argentinos se trata en cambio de una cuestión muy concreta, a veces de vida o muerte. Este miércoles, en Congreso, en la marcha semanal por el reclamo de una mejora en las jubilaciones, una pareja daba su testimonio a las cámaras de televisión.
 
Él está atravesando un tratamiento contra el cáncer, le sacaron la cobertura de los remedios para aliviar los dolores y los vómitos cuando le hacen quimioterapia. En el hospital sólo le entregan la mitad. Desde los estudios, la cronista sugiere que den un "alias" bancario para recibir transferencias de gente que pueda ayudarlos. No tienen teléfono: tuvieron que venderlo para comprar medicinas. Milei no tiene una respuesta para ellos ni va a tenerla. 
 

18-10-2025 / 09:10
Un 17 de octubre en la recta final de una campaña electoral, donde dos de sus figuras principales son el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent por el oficialismo y por la oposición la expresidenta Cristina Kirchner con prisión domiciliaria. Que dos de las figuras que más pesan en una puja electoral sean el ministro de Economía de una potencia extranjera y la principal dirigente de la oposición proscripta, constituye un síntoma de descomposición del sistema político.
 
Con las ventas de dólares del Tesoro de los Estados Unidos y con una catarata de mensajes con promesas de campaña, Bessent se puso al hombro la campaña del oficialismo. Prometió como si fuera candidato, pidió el voto para las listas de los falsos libertarios y aseguró que, si ganaban los seguidores de Javier "el Cipayo" Milei, Argentina sería bendecida por Estados Unidos. El gobierno casi no mostró sus candidatos. El yanqui Bessent ha sido hasta ahora su carta principal.
 
La intervención del alto funcionario norteamericano no fue oculta, sino que ha sido pública, ciertamente impúdica, y en situaciones normales se juzgaría como intervencionismo de una potencia en la política interna de otro país. Lo paradójico ha sido que no fue una intervención impuesta o forzada, sino solicitada por el mismo presidente Milei.
 
Si el oficialismo no tiene candidatos más fuertes que el ministro de Economía de una potencia extranjera y, si al mismo tiempo, la principal dirigente de la oposición fue encarcelada, son datos muy fuertes que al cruzarlos inducen a pensar que la expresidenta fue proscripta porque sus adversarios son incapaces de generar un liderazgo similar y tienen que recurrir a una potencia extranjera que cobrará caro por su intervención.
 
La intervención de Bessent puso en evidencia la falta de propuestas del oficialismo que, de esta manera, lo único que se le ocurrió fue ofrecer una dependencia ruinosa en lo material e indigna en lo moral. La dependencia colonial del gobierno con Washington es evidente porque es el único recurso que tiene en política y en la economía.
 
Los últimos diez días mostraron a un gobierno desesperado en esa dependencia. Todo el equipo económico -la mayoría de ellos tienen residencia en Estados Unidos- en procesión entre Washington y Nueva York para rogar por ayuda. Como si fueran creyentes que le piden a la virgen de Luján. Con la diferencia que Estados Unidos no es la virgen y cobrará caro cada gesto.
 
La falta de cuadros políticos, de dirigentes y candidatos en el oficialismo agrandó aún más el liderazgo que mostró Cristina Kirchner en la convocatoria al acto de ayer. La expresidenta planteó que así como en 1945, la consigna fue "Braden o Perón", en las próximas elecciones se trata de "Milei o Argentina".
 
Mientras la multitud se congregaba en Constitución, frente al edificio donde Cristina Kirchner permanece prisionera, el oficialismo tenía dificultades para reunir un puñado de simpatizantes en Caseros, en el conurbano. Al mismo tiempo se juntaba a protestar un grupo espontáneo de vecinos y se repitió la escena que frustró la mayoría de los actos de campaña de Milei.
 
El presidente se movilizó en helicóptero y alcanzó a explicar con un megáfono que no había que abandonar en mitad del río. Su discurso se resumió en que hace falta más esfuerzo. Pero el presidente estuvo pocos minutos y no hizo la caminata que estaba prevista. Reaccionó a la defensiva tras un discurso a la defensiva: "Hay que aguantar".
 

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