La Opinión Popular
                  01:36  |  Sabado 27 de Julio de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
Recomendar Imprimir
Sociedad e Interés General - 22-03-2023 / 08:03
EL 22 DE MARZO DE 1971, LA JUNTA DE COMANDANTES EN JEFE DE LAS FUERZAS ARMADAS DESTITUYE AL PRESIDENTE DE FACTO

Las Fuerzas Armadas destituyen al general Levingston como presidente de facto

Las Fuerzas Armadas destituyen al general Levingston como presidente de facto
Asume la presidencia de la Nación el general Roberto M. Levingston (izq.). A su lado se encuentra el general Alejandro Agustín Lanusse, líder indiscutido del Partido Militar.
Por Blas García 
A partir de 1969, conflictos gremiales, paros activos, y puebladas como el Cordobazo se manifestaban en todo el país. También empiezan a surgir las guerrillas urbanas del ERP y Montoneros. La incapacidad para gobernar de Juan Carlos Onganía fue el detonante para un golpe interno, producido en junio de 1970, cuando los militares impulsan su reemplazo en la presidencia por el general Roberto Marcelo Levingston.
 
Levingston pretendió constituir un movimiento político propio y tomar distancia del general Alejandro Agustín Lanusse, líder indiscutido del Partido Militar. Pero, durante su breve presidencia se incrementaron las protestas populares y la actividad guerrillera.
 
La pueblada en Córdoba, el 11 de marzo de 1971, conocida como el Vivorazo pondrá fin a la breve gestión de Levingston y a su delirio de crear un movimiento político "populista" sin tener en cuenta la opinión del pueblo y en contra del Partido Peronista.
 
El 22 de marzo de 1971, la Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas (Ejército, Marina y Aeronáutica), destituye al presidente de facto Levingston y el general Lanusse asume en su lugar, como nuevo dictador militar.
 

Batalla de Caseros: Triunfo de la Oligarquía y Derrota de la Patria 
Por Blas García


La incapacidad del gobierno de Juan Carlos Onganía, herido de muerte por elCordobazo, fue el detonante para un nuevo golpe interno, producido en junio de 1970. El general Alejandro Agustín Lanusse, líder indiscutido del Ejército, optó por permanecer en segundo plano y preservar su figura e impulsó el reemplazo en la presidencia de Onganía por el general Roberto Marcelo Levingston, que cumplía funciones como agregado militar en Washington.
 
El general Levingston pretendió constituir un movimiento político propio y tomar distancia del general Lanusse. Durante su breve presidencia se incrementaron las protestas populares y la actividad guerrillera.
 
Juan Perón, desde Madrid, alentaba la actividad guerrillera y hablaba del Socialismo Nacional como la solución para los problemas argentinos mientras que, para frenar los intentos políticos de Levingston tendientes a frenar todo intento democratizador, alcanzó un acuerdo conocido como "La Hora del Pueblo" con las principales fuerzas políticas, entre ellas el radicalismo. Los firmantes se comprometían a luchar por un proceso electoral limpio y a respetar los principios democráticos.
 
Levingston trató de dictar medidas de corte nacionalista que desviaran la atención sobre la cada vez más importante presencia de las multinacionales y los inversores extranjeros.
 
Convocó para ocupar la cartera de economía a Aldo Ferrer, un economista progresista. En ese contexto promovió la "Ley de compre argentino" que intentaba dar a las industrias nacionales gran parte del mercado interno. La nueva apolítica marcaba una ruptura con la línea económica ultra liberal impuesta por Adalberto Krieger Vasena.
 
Pero la opinión pública mantenía su escepticismo frente a estos cambios. Levingston no logró con su política "populista" conquistar la adhesión de los gremios peronistas y de los partidos volcados a la lucha por la apertura política y perdió, además, el apoyo decisivo de los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, que no veían con buenos ojos esta vuelta al nacionalismo económico.
 
En febrero de 1971, el gobernador de Córdoba, Camilo Uriburu declaró que aspiraba a terminar con la oposición estudiantil y gremial, peronista y de izquierda, que había llevado adelante el Cordobazo a la que comparó con una víbora venenosa.
 
Uriburu le "pedía a Dios que le depare el honor histórico de cortar de un solo tajo la cabeza de esa víbora". A los pocos días el país se sacudió con un segundoCordobazo, llamado por sus protagonistas "Viborazo".
 
El general Levingston es destituido, como presidente de facto, por las Fuerzas Armadas 

El Vivorazo pondrá fin a la breve gestión de Levingston y a su delirio de crear un movimiento político sin tener en cuenta la opinión del pueblo.
 
El 22 de marzo de 1971, la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas destituye al presidente de facto Roberto Levingston. El 26 de marzo de 1971, Lanusse asumió la presidencia en un clima político totalmente desfavorable.
 
La violencia guerrillera crecía, el descontento popular también, Perón sumaba día a día más adictos y la continuidad del gobierno militar se tornaba muy difícil de sostener. Lanusse evaluó correctamente que el principio de solución a los múltiples conflictos pasaba por terminar con la proscripción del peronismo y decretar una apertura política que permitiera una transición hacia la democracia.

La Opinión Popular 

Agreganos como amigo a Facebook
Las Fuerzas Armadas destituyen al general Levingston como presidente de facto
El 18 de junio, del año 1970, el general de brigada Roberto Marcelo Levingston asumía como presidente de la Nación.
26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
25-07-2024 / 08:07
25-07-2024 / 08:07
24-07-2024 / 08:07
NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar