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Sociedad e Interés General - 12-11-2022 / 10:11
EL 12 DE NOVIEMBRE DE 1963, ES ATROPELLADO POR UN COLECTIVO Y MUERE EL GRAN BOXEADOR

José María Gatica: Un Símbolo del Deporte Peronista

José María Gatica: Un Símbolo del Deporte Peronista
A la edad de 38 años muere el exboxeador José María “Mono” Gatica, uno de los pugilistas más populares de la Argentina, al ser atropellado por un colectivo en la ciudad bonaerense de Avellaneda. El “Mono” libró 96 combates, de los que ganó 86. En la imagen: El mítico Mono Gatica junto a Juan Perón, y la célebre frase "¡dos potencias se saludan, General!". Circa 1950
En el atardecer del domingo 12 de noviembre de 1963, fue atropellado por un colectivo y muere José María Gatica, una figura inmensamente popular en Argentina. Conocido como El Mono Gatica, fue un boxeador de peso ligero (61 kg) con una carrera deportiva en la que realizó 95 combates, de los que ganó 85 (72 por nocaut).
 
El entonces presidente Juan Perón le había mostrado gran aprecio; en una ocasión en que pidió que se lo presentasen, Gatica, con desparpajo, lo saludó con una frase que se haría famosa: "General, dos potencias se saludan".
 
Perón, muy aficionado al boxeo, apoyó el primer y único viaje de Gatica a los Estados Unidos en busca de un título mundial; la gira comenzó con éxito, derrotando por nocaut en el cuarto asalto a Terence Young. Gracias a ello, el campeón mundial de la categoría, Ike Williams, le ofreció un combate sin poner en juego el título en el Madison Square Garden de Nueva York; el combate, celebrado en 1951, se resolvió muy rápidamente, Williams noqueó a Gatica en el primer asalto aprovechando un exceso de confianza del boxeador argentino.
 
A los 38 años de edad, a la salida de la cancha de Independiente en Avellaneda fue atropellado por un colectivo de la línea 295 conducido por un tal Cirigliano, tío de Claudio y Mario Cirigliano (los de la tragedia de Once). Falleció por las heridas producidas. Su vida y su legado en el boxeo inspiraron la película "Gatica, el Mono" del cineasta y cantautor argentino Leonardo Favio.
 
Por Carlos Morales


José María Gatica - a 57 años de su muerte. Un símbolo del deporte peronista
 
Por José Luis Ponsico
 
En el atardecer del domingo 10 de noviembre del´63 José María Gatica saliendo del estadio de Independiente de Avellaneda fue atropellado por un colectivo. El popular "Mono" boxeador símbolo del deporte peronista cayó bajo las ruedas y murió en el Hospital Fiorito el martes 12. Tenía 38 años.
 
Gatica, al que no le gustaba el apodo impuesto, había nacido el 25 de mayo de 1925 en Villa Mercedes, San Luis. "Yo nací en el Día de la Patria", decía siempre. Sus padres se trasladaron a la Capital Federal cuando él era niño. Su mamá se empleó como sirvienta y su hijo se formó en la calle siendo "canillita".
 
El poeta Alfredo Carlino, ensayista y militante de la cultura peronista, en una evocación del boxeador que se hizo -virtualmente- amigo del General (Juan Domingo) Perón, escribió alguna vez "Lo que no te perdonan son tus sucios pies de canillita". Carlino, admirador del "Mono", fue boxeador amateur.
 
Los Gatica vivían en Constitución. A los 14 años José María, lustrabotas, ya era un llamativo "peleador callejero". El escritor Jorge Montes, crítico cinematográfico durante 40 años, trató al popular "Mono" Gatica. Peso liviano e ídolo de la tribuna popular en recordadas noches del Luna Park. En su libro sobre el boxeador, trazó un perfil.
 
"En las buenas entre 1949 y 1952, Gatica llegó a regalar hasta 30 trajes a sus amigos más cercanos. Los llevaba a los mejores restaurantes de Buenos Aires. También les regalaba zapatos a los que menos tenían y lo seguían a él en sus jornadas boxísticas memorables", contó.
 
"Uno de ellos, el "Rusito" (Emilio Samuel Palanké) cuando tuvo a su padre muy enfermo le y dificultades para la internación, comentó que el ídolo arrendó la habitación individual en el Hospital Israelita, mientras duró la convalescencia. Cuando Gatica se quedó en la calle, Emilio bancaba al ídolo", cuenta la leyenda.
 
Como amateur José María Gatica representó al Club Barracas Central. Debutó el 7/12/45 noqueando a Leopoldo Mayorano en el primer round. Habían pasado 51 días de la gesta del 17 de octubre, considerado el "hongo de la historia" política del país para algunos historiadores.
 
A los 21 años era boxeador profesional. El 31/8/46 Gatica le ganó por puntos al gran rival Alfredo Prada, rosarino y luego campeón. En su libro "Historia política del deporte argentino" el dirigente justicialista del deporte, Víctor Lupo, describe "un combate callejero". "Donde el estilo agresivo de ambos signó la rivalidad para siempre", subraya el historiador tucumano.
 
El gran Pascualito Pérez, contemporáneo de Gatica, representante en los Juegos Olímpicos de Londres, 1948, llegó más lejos. Los dos junto a Justo Suárez, popular "Torito de Mataderos" resultaron los 3 grandes ídolos del boxeo argentino durante 20 años. Entre los ´40 y ´50.
 
El duelo con Prada terminó 2 a 2. Ganaron una cada uno asimismo en el campo amateur. Una de las más recordadas peleas resultó el choque del 12/4/47 con un estadio Luna Park con más de 22 mil espectadores -en el´65 Oscar Bonavena y Gregorio Goyo Peralta, repitieron una concurrencia similar- Gatica terminó con la mandíbula fracturada.
 
Otro historiador ligado a la cultura popular como Pablo Hernández "pintó" el duelo de los boxeadores llevado al terreno político. La platea "muy antiperonista a fines de los´40 e inicio de los´50 estaba con Prada", escribió. "Y la tribuna popular muy peronista idolatraba a Gatica".
 
"Lo curioso es que el campeón argentino Alfredo Prada también era peronista. Y como el Mono, amigo de Perón", sostiene Lupo autor con Horacio Del Prado de "Cien ídolos porteños" editado hace dos años.
 
Gatica sostuvo 95 combates entre 1945 y 1956. Ganó 85, de los cuáles 81 por nocaut. Empató dos, perdió 7 y uno terminó sin decisión. La última con Prada fue el 16/9/53 y el Mono perdió por nocaut en la sexta vuelta. Empezaba su decadencia como boxeador.
 
El recuerdo remite al Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón -amante del boxeo y de la esgrima cuando cursaba la carrera militar- ubicado en el "ring side" teniendo a su lado al gobernador bonaerense, Carlos Aloé.
 
Los especialistas en boxeo señalan que fue la mayor concurrencia en estadio cerrado. El Luna Park albergó a 24.500 espectadores y los historiadores describieron que afuera habían quedado unos 5 mil seguidores en los bares y confiterías del Bajo.
 
La tarde del accidente Gatica no estaba bien. Sin querer quiso vender muñequitos de Independiente en la tribuna popular. La gente de River -memorable partido ganado por el "rojo" 2 a 1 en virtual definición del campeonato- con afecto le explicaba que debía ir a la otra tribuna.
 
"Triste, solitario y final" inolvidable título de Osvaldo Soriano diez años más tarde para su novela dejó a Gatica debajo de un colectivo de línea en el sur del conurbano. En el´56 le dedicó uno de sus últimos triunfos a Perón, exiliado en Panamá.
 
Gatica no estaba muy al tanto de las prohibiciones del tristemente célebre Decreto Ley 4161 "inhibiendo a toda la cultura peronista" comentó Alfredo Carlino hace un tiempo. Uno de los funcionarios de la "Revolución Libertadora" lo indagó a José María Gatica llevado al cine por el talento de Leonardo Favio y el oficio de Edgardo Nieva.
 
"Señor... yo no hago política; yo nada más, soy peronista", dijo el "Mono".
 
Fuente: Nac & Pop 

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26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
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