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“Si alguna vez llega el fascismo al poder lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann, premio Nobel 1940.
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Sociedad e Interés General - 30-09-2022 / 09:09
FALLECE EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 1994

El general Viola se nombró a sí mismo presidente de por vida pero duró menos de 8 meses

El general Viola se nombró a sí mismo presidente de por vida pero duró menos de 8 meses
El general Roberto Eduardo Viola, segundo dictador del Proceso de Reorganización Nacional, fallece a los 69 años. Fue uno de los ideólogos del terrorismo de Estado. Sucedió como presidente de facto a Jorge Rafael Videla en marzo de 1981 y debía gobernar hasta marzo de 1984. Sin embargo, en medio de la crisis económica y la descomposición del régimen, cayó en un golpe interno que encabezó Leopoldo Fortunato Galtieri a fines de noviembre de 1981. En 1985 fue condenado a 17 años de prisión en el histórico juicio a las Juntas y Carlos Menem lo indultó en 1990.
El 30 de septiembre de 1994, en Buenos Aires, muere Roberto Eduardo Viola. Fue un general que, por un golpe militar encabezado por él mismo, depuso al también golpista Jorge Rafael Videla y se nombró a sí mismo presidente de por vida. Pero duró muy poco como Presidente de facto de la Nación Argentina, entre el 29 de marzo de 1981 y el 11 de diciembre del mismo año, durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), continuando la política entreguista y represiva del gobierno anterior.
 
Esta política se caracterizó por la violación masiva de los derechos humanos y civiles contra la población mediante el uso de métodos como la privación de libertad sin procedimientos judiciales, la detención en secreto controlada por las fuerzas armadas, la tortura , los asesinatos y las desapariciones; durante este período, además de los miles de personas presas, hubo cerca de 30.000 personas desaparecidas, de los cuales unos 9.000 fueron enlistados por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas.

En 1983, con el regreso de la democracia y bajo el gobierno constitucional de Raúl AlfonsínViola fue arrestado y juzgado por los crímenes cometidos durante su gobierno. En 1985 fue sentenciado a 17 años en prisión, inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos, y pérdida del grado militar. Junto con otros líderes militares, fue excarcelado en 1990 gracias al indulto concedido por el entonces presidente Carlos Menem. Murió antes de la reapertura de las causas en su contra.

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El general Viola se nombró a sí mismo presidente de por vida pero duró menos de 8 meses
Viola asumió la Presidencia su efímero mandato el 29/03/1981. A su lado está su sucesor en el Ejército, Galtieri. La promoción de Galtieri fue el acto de defunción política de Viola, lo que formalmente ocurrió el 11/12/1981, cuando Galtieri fue Presidente, ya declarada por la Junta la incapacidad de Viola para ejercer funciones.
El general Viola se nombró a sí mismo presidente de por vida pero duró menos de 8 meses
Efímera presidencia. El 21 de noviembre de 1981 la Junta Militar declaró a Roberto Eduardo Viola incapaz de ejercer sus funciones de presidente de la Nación Argentina debido a «problemas de salud».
26-07-2024 / 08:07
El 26 de julio es un día de recordación para todos los sectores populares, porque ese día murió de cáncer y a los 33 años,  esa gran revolucionaria que fue María Eva Duarte, Eva Duarte, Eva Perón, o Santa Evita y que quiso ser llamada simplemente Evita.

Querida por el Pueblo hasta el misticismo y odiada por la oligarquía hasta la profanación de su cadáver, legó a su Patria una extraordinaria obra de justicia social, los derechos de los trabajadores y de la mujer, y el ejemplo de su fuerte compromiso militante por el bienestar de los pobres.

Tuvo el derrotero de vida de una heroína predestinada a la grandeza, que consiguió sobreponerse al espanto de la niñez y la juventud para alcanzar la cima rompiendo con todos los mandatos sociales de la época. De origen humilde, migró a la ciudad de Buenos Aires a los 15 años donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras del sindicato de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta. En 1944 conoció a Juan Perón, entonces secretario de Estado.

Participó activamente en la generación de la histórica movilización revolucionaria del proletariado argentino el 17 de octubre de 1945 y en la campaña electoral de 1946 que permitió el triunfo popular. Con el Pueblo en el Gobierno, impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los sectores más pobres. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. 

Los gorilas oligarcas la despreciaron tanto que no lograron más que agigantar sus logros y volver más férrea la defensa popular. Su voz, sus discursos, su joven belleza y su rebeldía quedaron para siempre en el corazón de todo un pueblo. Inmortal, intocada por la muerte, agigantada en su martirio por el cáncer y el robo su cuerpo, es un mito que el tiempo se encarga de tener siempre vigente, aquí en su Patria y en el mundo.
 
Como a todos los grandes líderes populares de la historia, el odio la envolvió y la siguió más allá de la muerte. Sus enemigos, la antipatria y la oligarquía, ejecutaron la macabra y enfermiza venganza de profanar y secuestrar su cadáver.

Ni siquiera así, y prohibiendo nombrarla, sus enemigos pudieron arrancarla de la memoria y el cariño popular. El odio de la oligarquía y el amor del pueblo son parte del mismo fenómeno, escindido en dos efectos antagónicos; uno y otro se alimentan recíprocamente.

Evita sigue viva, mas revolucionara, más mujer, más combativa que nunca. Ya volvió, en los albores de los años ´70, como símbolo y bandera revolucionaria, en un periodo de grandes transformaciones políticas y sociales, en Argentina y en toda Latinoamérica, para sumar a vastos sectores juveniles a la militancia por el retorno de Juan Perón.

Evita reaparece siempre en su ejemplo, para que pongamos en práctica los valores que nos legó, como bien lo recordara el poeta José María Castiñeira de Dios en "Volveré y seré millones".

Reivindicando a Néstor Kirchner
Escribe: Blas García 

26-07-2024 / 08:07
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