Nacionales - 09-06-2022 / 10:06
UNA BROMA PESADA DE GRANDES EMPRESARIOS QUE VIVEN DEL ESTADO
Las graves consecuencias del sincericidio de Federico Braun, CEO de La Anónima
El “chiste” de Federico Braun, propietario de La Anónima, que dijo que la política de su empresa ante la inflación es “remarcar todos los días”, desató una tormenta entre los supermercadistas y los productores de alimentos y productos básicos, que se acusan mutuamente por el alza de los precios. Del otro lado, el oficialismo cerró filas para repudiarlo, porque considera que son graves los ataques que en los últimos tiempos se vienen registrando contra el Estado nacional por parte de las mayores corporaciones económicas del país y sus fieles representantes políticos: la derecha de Juntos por el Cambio y la ultraderecha de los mal llamados "libertarios".
El "chiste" de Federico Braun, propietario de La Anónima, que dijo que la política de su empresa ante la inflación es "remarcar todos los días", desató una tormenta entre los supermercadistas y los productores de alimentos y productos básicos, que se acusan mutuamente por el alza de los precios. Del otro lado, el oficialismo cerró filas para repudiarlo, porque considera que son graves los ataques que en los últimos tiempos se vienen registrando contra el Estado nacional por parte de las mayores corporaciones económicas del país y sus fieles representantes políticos: la derecha de Juntos por el Cambio y la ultraderecha de los mal llamados "libertarios".
Por si no les bastara, y a pesar del sincericidio de Braun, no pierden oportunidad de prenderse al discurso que busca culpar al Estado por la escalada de la inflación y exculpar a los grandes grupos concentrados formadores de precios. Para estos grandes actores económicos, políticos y mediáticos el Estado es el culpable de todos los males mientras que el "libre mercado" es la solución.
Poderosos empresarios y dirigentes neoliberales compiten por ver quién expresa las propuestas más antiestatistas: reducir los impuestos a la elite económica, achicar el "gasto público" mediante el despido masivo de trabajadores, cerrar el Banco Central, volver a rematar Aerolíneas Argentinas, aplicar un fuerte ajuste al sistema jubilatorio, etc. Ahora anunciaron su oposición a gravar la renta extraordinaria de la que gozan las empresas más grandes producto del "efecto riqueza" generado por la guerra en Ucrania, tal como lo están haciendo no pocos países de su admirado primer mundo.
Esta sobrevaloración de la iniciativa privada y subestimación del papel del Estado en la economía, les impide reconocer que varias de las empresas más grandes del país le deben su consolidación y hasta su crecimiento al Estado. Las grandes plataformas tecnológicas como Mercado Libre o Globant nacieron, se generaron y expandieron gracias a la "Ley del software" impulsada durante el kirchnerismo. Esa legislación les permitió gozar de fuertes subsidios y ventajas tributarias que las beneficiaron notablemente e hicieron de sus dos propietarios parte de la elite más rica del país. Sin embargo ambos se mudaron al Uruguay para no pagar sus impuestos aquí.
Por su parte el Grupo Techint dio su gran salto cuando se quedó por precio de remate con la gran empresa siderúrgica estatal Somisa, gracias a las privatizaciones menemistas. Sin ese obsequio del Estado no hubiera podido incursionar con tanto éxito en el negocio del acero hasta convertirse en uno de los mayores jugadores mundiales. Del Grupo Clarín puede decirse todavía más. Se apropió, con su socio La Nación, de la única fábrica de papel de diarios del país, Papel Prensa, gracias a la última dictadura en un oscuro proceso cuya investigación clausuró un juez amigo. Ya en democracia, el Estado le sirvió en bandeja Radio Mitre primero y Canal 13 después, con lo cual se consolidó como el mayor grupo mediático y así pudo acceder a otros grandes negocios: TV por cable, internet, telefonía celular, etc. Muy poco agradecimiento con el Estado muestran los que tanto le deben.
La Opinión Popular
BRAUN, DE LA ANÓNIMA, GENERÓ UNA CRISIS INTERNA Y RECHAZOS DE LA POLÍTICA
Un "chiste" sobre inflación que salió muy caro
"Remarcamos todos los días", dijo el ceo y tumbó la estrategia de que la que aumenta es la industria. La broma aglutinó al Gobierno y dejó al sector "bajo la lupa"
La polémica frase de Federico Braun, dueño de supermercados La Anónima, respecto a que su cadena "remarca precios todos los días" como respuesta a la inflación actual, generó una tormenta interna en el sector y cosechó duras críticas de todo el arco político y de las organizaciones sociales. Lo que Braun calificó como " un chiste", fue una bomba al interior de la posición que venían teniendo los comercios grandes, de que las remarcaciones eran responsabilidad de las empresas de canasta básica nucleadas en la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal).
Además, en el rubro quedó la sensación que la proclama -disparada sin pudor en el cumpleaños número 20 de la Asociación Empresaria Argentina (AEA)- "nos puso a todos bajo la lupa" del Gobierno en materia de precios.
"Les hizo un gran favor a los Arcor", se quejó ante este diario uno de los grandes híper del interior del país. Por esas casualidades del destino, casi al mismo momento en que Braun enrostraba la broma, las grandes alimenticias estaban reunidas con el nuevo secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, para hablar de precios.
Naturalmente, la declaración corrió como reguero de pólvora por los celulares de esos ceos, entre los que estaban dirigentes de empresas como la Arcor de Luis Pagani, Unilever, Molinos Río de la Plata, Las Marías, AGD, P&G, Bimbo, Ledesma, Mondelez, Papelera Del Plata, Quilmes, Pepsi, Mastellone, Danone, Clorox, Nestlé y Adecoagro. Lo festejaron como un gol: de la nada, un personaje como Braun, que viene de la Patagonia, tiene linaje vinculado a la política y negocios que ya han sido cuestionados, apareció blanqueando, aún en broma, una metodología y simplificándole el mensaje a Daniel Funes de Rioja.
El titular de Copal y también presidente de la Unión Industrial (UIA) ya venía mencionándole al Gobierno que los super remarcaban, para quitarse peso en las listas con subas de precios. "Viste que no somos nosotros?", le aseguró uno de los presentes en la mesa de negociación a Hang, casi en una celebración de la gaffe de Braun.
El que más se agarró la cabeza fue Nicolás Braun, el hijo de Federico, que es el gerente general y está a cargo de la compañía. De perfil muy bajo, recibió la frase como un problema serio, que generó quejas de sus colegas. Federico era parte de la articulación política de los super con el Gobierno, dado que son esos comercios los que le informan al Estado, en tiempo real, los aumentos que pasan los grandes fabricantes de alimentos. Además, está al frente de las charlas por las importaciones, que venían algunas demoras por parte del Gobierno. Ahora el escenario se complica más.
De hecho, algunos arriesgaron que tan seria fue la broma de Braun que borró un tema caliente, que fue el adelanto de este diario de que Pagani, tras comer con el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, envío por Arcor aumentos de hasta 10 por ciento a comercios. "Habíamos salido del radar y nos volvió a poner", se quejaron en el sector. Donde de todos modos insisten en que "los traslados a precios ni siquiera alcanzan a los aumentos que nos manda la industria. Se conversan regularmente con la Secretaría de Comercio, se absorben o morigeran, con el objetivo de llevar el mejor precio posible al consumidor final".
En paralelo, y como una carambola inesperada, el affaire Braun aglutinó al Presidente y a la vice, Cristina Kirchner, en una posición común ante un enemigo que no sólo les costaba identificar, sino que es casi el enemigo perfecto. Braun tiene negocios en la Patagonia y está fuera del radar de las vigilancias de precios del Estado. Además, es uno de los pocos que tiene frigorífico, faena y exporta carnes. Es un jugador de las grandes ligas que se mantenía sin altas exposiciones, incluso ante sus antecedentes de linaje político.
Federico -a quien el ex Secretario Guillermo Moreno solía llamar "el oligarca bueno" porque le destacaba sinceridad y códigos- es tío lejano de Marcos Peña, ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri. Y tío del Miguel "Mike" Braun, ex secretario de Comercio Interior del Gobierno de Cambiemos.
En el Gobierno, en tanto, luego de las críticas del Presidente, la vice y el titular de Diputados, Sergio Massa, prefieren guardar silencio. Pero este gesto público de Braun también exige al oficialismo a moverse rápido y con vehemencia. Se da ni bien asumido Hang y le condiciona la gestión en el sentido de que se creía que con la sola observación actual de los super alcanzaba. Y, por otro lado, aparece una semana antes de que se conozca vía el INDEC la inflación de mayo, que volverá a dar alta y ahora tendrá otro punto para sospechar de los por qué de las alzas.
Por Leandro Renou
Fuentes: Página12 y La Arena Diario