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Internacionales - 24-01-2022 / 08:01
EL 24 DE ENERO DE 1900, LONDRES Y PRETORIA INICIAN UNA ACCIÓN MEDIADORA DE PAZ

Guerras de los Bóer en Sudáfrica

Guerras de los Bóer en Sudáfrica
Los Boers fueron los contrincantes más formidables que alguna vez se han cruzado en el camino imperial de Gran Bretaña. El 24 de enero de 1900, Londres y Pretoria inician una acción mediadora de paz en las Guerras de los Bóer.
 
Las Guerras de los Bóer fueron dos conflictos armados que tuvieron lugar en Sudáfrica entre el Imperio británico y los colonos de origen neerlandés -llamados afrikáneres, bóeres o voortrekker-.
 
La primera de estas guerras se desarrolló desde diciembre de 1880 hasta el marzo de 1881; y la segunda, entre octubre de 1899 y mayo de 1902. El 24 de enero de 1900, Londres y Pretoria inician una acción mediadora de paz en las Guerras de los Bóer.
 
Aunque habían sido vencidos en el campo de batalla, los bóeres se negaron a aceptar la derrota. La mayoría de ellos se refugió en pequeños grupos en las montañas, desde donde promovieron una interminable guerra de guerrillas que se fue recrudeciendo con el tiempo.
 
En marzo de 1901, los británicos adoptaron la política de tierra arrasada y empezó a privar a las áreas rurales de todo cuanto pudiese ser de utilidad para los guerrilleros bóeres: confiscaron ganado, envenenaron pozos, quemaron cosechas y granjas, y desplazaron a la población civil a campos de concentración.
 
La guerra costó unas 75.000 vidas: 22.000 soldados británicos -de los cuales 7.792 causaron baja en batalla y el resto por enfermedad- entre 6.000 y 7.000 soldados bóeres, de 20.000 a 28.000 civiles bóeres y quizá 20 000 africanos negros. Su resultado fue la extinción de las dos repúblicas independientes que los bóeres habían fundado a mediados del siglo XIX: el Estado Libre de Orange y la República de Transvaal.
 
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Las Guerras de los Bóer en Sudáfrica
Mapa de la guerra anglo boer.

Guerras de los Bóer en Sudáfrica
Guerrilla bóer en Spioenkop, 1900.


Fuente: Wikipedia 

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Guerras de los Bóer en Sudáfrica
Combatientes boers.
Guerras de los Bóer en Sudáfrica
Tropas británicas en Ladysmith, 28 de febrero de 1900.
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 09:11
Una realidad imposible de pensar apenas dos meses atrás acaba de imponerse en forma irrefutable al neoliberalismo del presidente yanqui Donald Trump, golpeando y diluyendo un poco más su promocionada intención de "hagamos nuevamente grande a los Estados Unidos". Por cierto, que las ideas base de hacer nuevamente grande -es decir: dominador- a su país atrasan un poco y se desubican otro tanto.
 
Si algo se puede estimar que le ha ido de acuerdo con sus planes es la relación con la Argentina de Javier Milei, un país que va quedando reducido a la condición de neocolonia, de un imperio decadente. Esa relación, que incluye el apartar la presencia china, también ha conseguido despertar las iras de los agricultores estadounidenses ya que, al disminuir a nuestro país como proveedor sojero, los chinos se han volcado a otros países latinoamericanos, Brasil fundamentalmente, desplazando a los yanquis.

También los manejos financieros en pro de la decadente moneda argentina han indignado a algunos sectores norteamericanos, que ven en esos millones de dólares facilitados a nuestro país una pérdida de posibles apoyos. Simultáneamente, la desubicación de Trump había anunciado la construcción en la Casa Blanca de un salón de baile, con un costo de más de 200 millones de la moneda norteamericana. La consiguiente reacción de la opinión pública lo obligó a desistir de la idea.

Como contrapartida, la semana que pasó los noticieros de todo el mundo informaron y visualizaron una noticia insólita, asombrosa: las largas colas en varias ciudades de los EE.UU. en procura de los bonos que les permitan adquirir algunos alimentos básicos. Esta vigencia del hambre, que lo es, numéricamente está estimada en unos 42 millones de personas (una cifra casi equivalente a la población argentina).

Sin embargo, al gobierno yanqui la más formidable bofetada política de los últimos tiempos se la dio el resultado de la reciente elección del alcalde de Nueva York, la ciudad más populosa del país y uno de los centros financieros y comerciales más importantes del mundo. Ocurre que, pese a la desvergonzada y falaz propaganda del Partido Republicano en el poder federal, los neoyorquinos eligieron como autoridad comunal a Zohran Mamdani, un miembro del Partido Demócrata que además es inmigrante que llegó a los EEUU siendo muy pequeño, de cultura y religión árabe y con ideas claramente inclinadas al socialismo, o al menos lo que los miembros del Partido Republicano entienden por socialismo.

Mamdani es un líder progresista y basó su campaña en un compromiso con la solución de los problemas de vivienda, educación y justicia social. Ha acumulado experiencia política y sabido conectarse con diversos grupos comunitarios de la ciudad, promoviendo una promesa de mejor calidad de vida, con aumento de los impuestos a las grandes fortunas de la ciudad. Esas condiciones principalmente le permitieron imponerse por una sorprendente mayoría de votos.


A los resultados de Nueva York se suman los batacazos demócratas de Nueva Jersey, donde ganó la demócrata Mikie Sherrill como gobernadora; de Virginia, donde ganó otra mujer (por primera vez en ese estado), Aigail Spanberger; en Detroit, donde se impuso otra mujer como alcalde (Mary Sheffield); y en Cincinnati, donde Aftab Pureval logró la reelección como alcalde, como hicieron también Corey OConnor en Pittsburgh y Andre Dickens en Atlanta.

La reacción del gobierno de Trump, dentro de todo, ha sido la que se podía esperar: calificar abiertamente a Mamdani de comunista y predecir una avalancha de fortunas neoyorquinas con destino a Miami, a imitación de los cubanos emigrados por el castrismo. 
Incluso Milei criticó a Mamdani e invitó a invertir en la Argentina.Por cierto, que esa ligereza en los juicios recuerda a actitudes muy parecidas que se dan por estas latitudes. Es el desafío en escala internacional que las derechas ultras y extremas, de Trump y Milei, les plantean a los progresismos y al peronismo en Argentina.


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06-11-2025 / 19:11
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