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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 19-03-2021 / 10:03
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El libro de Macri: Un "Primer tiempo" de odios, rencores, negaciones y culpas ajenas

El libro de Macri: Un
Macri tiene un problema y es que, a diferencia del 2015, los sectores populares hicieron una experiencia con su política neoliberal a favor de la minoría más rica. El chiste de la “nueva derecha” ya se contó, y ya no da gracia. Finalmente, hizo varias referencias futbolísticas y terminó diciendo que el segundo tiempo ya arrancó, que hay que salir a la cancha. Afuera, lo esperaban 100 militantes. En el barrio hubieran dicho que la hinchada llegó en un remis.
Un Mauricio Macri nervioso presentó el libro "Primer Tiempo", en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, donde buscó largar definitivamente la campaña electoral para este año y empezar a perfilarse para el 2023. Estuvieron presentes los principales funcionarios y dirigentes de Juntos por el Cambio, sin Elisa Carrió.
 
A Cristina Fernández. A Sergio Massa. Al juez de la Corte Horacio Rosatti. Al papa Francisco. En su libro, Macri mostró su odio y resentimiento con buena parte de las figuras de la política y hasta de la religión. Y las cuestionó a todas: a Cristina la trató de loca; a Massa, de ventajista; a Rosatti, de fallarle en contra pese a que lo llevó a la Corte; y a Jorge Bergoglio, de ser opositor.
 
Dos personas de su círculo íntimo, Hernán Iglesias Illía (que estuvo a cargo de la Comunicación Estratégica en la Jefatura de Gabinete de Ministros y es autor del libro "Cambiamos"), y el ex ministro de Cultura, Pablo Avelluto, se encargaron de la redacción de "Primer tiempo". El proyecto llevó seis meses desde su salida del poder, y se extendió hasta agosto del año pasado.

La definición que Macri resaltó en todo su discurso fue la llamada de atención a su tropa para aflojar en las evidentes internas que hay dentro de la alianza y que quede claro que el líder es él. A lo largo de la hora y media que duró el evento, esa fue la única "novedad". El líder de Cambiemos se dedicó a lo que acostumbra hace años: polarización con el peronismo, lenguaje motivacional y muchas frases hechas.


Incluso la participación de artistas e intelectuales que hicieron comentarios sobre el libro fueron esperables. Mario Vargas Llosa y Juan José Campanella aparecieron frente a la pantalla para defender al gobierno que dejó quebrado al país en solo cuatro años, con una devaluación monumental, millones de puestos de trabajo perdidos y una brutal deuda ilegal e impagable.

 
Cada "invitado" le hacía una pregunta al terminar su intervención, y Vargas Llosa le preguntó si no había sido muy "lento" o "gradual". "Definirnos como gradualistas fue una forma muy elegante de disfrazar la enorme debilidad política que teníamos", respondió Macri e insistió con que "faltaron reformas" y que su plan será imponerlas rápidamente si consigue volver a la presidencia en el 2023.
 
Reivindicó la flexibilización de las leyes que se votaron en varios países de Europa en los últimos años, en nombre de una supuesta "modernización" del sistema de trabajo. Y siguió despotricando contra los dirigentes sindicales de la CGT, se quejó de que lo dejaron "de garpe" con sus intenciones de contrarreforma laboral antiderechos.
 
Macri, el presidente que vivía de vacaciones, volvió a hablar de la "cultura del trabajo". También repitió el clásico de echarles la culpa a los votantes por haber perdido las elecciones, diciendo que los argentinos van a llegar con "maduración" a las próximas presidenciales después de la experiencia del peronismo.
 
Macri tiene un problema y es que, a diferencia del 2015, los sectores populares hicieron una experiencia con su política neoliberal a favor de la minoría más rica. El chiste de la "nueva derecha" ya se contó, y ya no da gracia. Finalmente, hizo varias referencias futbolísticas y terminó diciendo que el segundo tiempo ya arrancó, que hay que salir a la cancha. Afuera, lo esperaban 100 militantes. En el barrio hubieran dicho que la hinchada llegó en un remis.
 
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QUÉ DICE EL TEXTO QUE ESCRIBIERON PABLO AVELLUTO Y HERNÁN IGLESIAS ILLA
 
El libro de Macri: Un "Primer tiempo" de rencores, negaciones y culpas ajenas
  
Por Werner Pertot
 
A Cristina Fernández de Kirchner. A Sergio Massa. Al juez de la Corte Horacio Rosatti. Al Papa. En su libro Primer tiempo, el expresidente Mauricio Macri mostró su resentimiento con buena parte de las figuras de la política y hasta de la religión. Y las cuestionó a todas: a CFK la trató de loca; a Massa, de ventajista; a Rosatti, de fallarle en contra pese a que lo llevó a la Corte; y a Jorge Bergoglio, de ser opositor.
 
Defendió a su exjefe de Gabinete Marcos Peña y aseguró que nunca financió trolls en las redes y que nunca espiaron a nadie. El lanzamiento del libro que colecciona recuerdos, enojos y (poca) autocrítica será una plataforma política del exmandatario: será en un acto el jueves en el Centro de Exposiciones, con transmisión en vivo. Lo acompañarán los principales referentes de Juntos por el Cambio y se promete algún que otro saludo internacional, como el de Mario Vargas Llosa.
 
El libro fue escrito por el exsecretario de Cultura Pablo Avelluto y por el exasesor presidencial Hernán Iglesias Illa. Avelluto contó que estuvieron meses entrevistando al exmandatario y luego dándole forma al libro al que Macri le pondría su firma. Su título sugerente, Primer tiempo, plantea que fue una primera batalla "contra el populismo" y el libro finaliza hablando del segundo tiempo de esa batalla, que sería en 2023.
 
Avelluto fue uno de los encargados de promocionar la salida del libro, con un tuit que despertó muchas burlas dado que mostraba la foto del ex presidente junto a la de las cámaras de seguridad de una librería: eran las de ladrones.
 
Al rato, Avelluto reparó en la foto, en los comentarios y retrucó: "El cartel está ahí por si entra Lázaro, Amado, Cristóbal, Cristina o algún otro kirchnerista con cuentas pendientes con la justicia. Los libreros también se cuidan".
 
 
Rencor, mi viejo rencor
 
El libro tiene ese mismo tono, donde Macri hace afirmaciones sobre la condición mental de la vicepresidenta: "La ex presidenta no está bien. No sé si alguna vez lo estuvo. Tiene una verdad de sufrimiento muy dura, una serie de cosas no resueltas desde muy atrás que sólo ella debe saberlas. La psicología de cada ser humano es muy compleja. Tal vez esto explique su permanente deseo de venganza", dice Macri en el libro, sin reparar en que tratar a una mujer de loca puede estar un poco reñido con la época en la que vive.
 
Pero la vicepresidenta no es la única que recibe el veneno del exmandatario. También hubo para el juez de la Corte Horacio Rosatti, al que Macri propuso e incluso designó por decreto salteando el Senado (medida con la que luego debió dar marcha atrás). "Mis preferidos eran Carlos Rosenkrantz y Domingo Sesín, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. Cuando circulamos los nombres de ambos candidatos, Sesín fue cuestionado por algunos dirigentes importantes de Cambiemos y se llegó a un acuerdo para nombrar a Horacio Rosatti. Me arrepiento. Rosatti terminó fallando sistemáticamente en contra de las reformas y modernización que impulsamos".
 
Es decir, le pasa factura al juez que designó por no haberle fallado a favor, a diferencia de lo que hizo sistemáticamente Rozenkrantz.
 
No da detalles de por qué lo cuestionaban a Sesín. Un solo dato: el favorito de Macri figuraba en una solicitada de 1978 de intelectuales cordobeses en la que cuestionaban la política de derechos humanos de Jimmy Carter y reivindicaban la dictadura.
 
No fue la única cuita que Macri enseña contra la Corte: "La Corte me había recibido con un fallo que había dejado de rodillas las cuentas del Estado nacional; e íbamos a tener, como les pasa a todos los gobiernos no peronistas, un recibimiento frío (en el mejor de los casos) por parte de los sindicatos".
 
Sobre los sindicatos también tuvo algo que decir Macri, que se muestra defraudado por Hugo Moyano. "El fuerte antikirchnerismo de Hugo Moyano durante el segundo mandato de Cristina Kirchner provocó que tuviéramos un diálogo más cercano. Al principio, Moyano parecía estar de acuerdo con mi visión. Tuvimos dos años de conversaciones con pequeños avances y pequeños retrocesos. En determinado momento, el Ministerio de Trabajo comenzó a aplicar multas muy importantes al gremio liderado por Moyano a causa de conciliaciones no acatadas. Una vez ahí, la relación con Moyano entró en una nueva etapa, ya sin retorno".
 
Nada dice de los aprietes de funcionarios de la AFI que denunció el juez Luis Carzoglio para meter preso a Moyano que le siguieron a esa "etapa sin retorno".
 
A Massa también lo castiga Macri, que en privado le solía decir "Ventajita" o cosas peores.  "Invité a Sergio Massa a Davos. Quería mostrarle el mundo a Sergio y a Sergio frente al mundo, para que vieran que había peronistas racionales, democráticos y con visión de largo plazo. Lamentablemente, el tiempo demostró que esa caracterización de Massa era más una ilusión mía que una realidad". 
 
"La percepción sobre él, en la sociedad y la dirigencia, no ha cambiado. Sigue siendo visto como alguien poco confiable, enamorado del corto plazo, incapaz de sostener un proyecto de país o un armado político según sus convicciones", le dedica Macri, sin ocultar su despecho.
 
Pero las críticas del expresidente llegan incluso al Papa Francisco, al que le dedica un apartado entero de su libro. "Nunca hemos financiado trolls. Y aun sin contar con evidencias, muchos sectores, entre ellos algunos allegados a Bergoglio, han expresado que había funcionarios en nuestro gobierno llevando adelante estrategias anticlericales o anticatólicas, lo cual es completamente equivocado e injusto".
 
"Hoy creo que un sector importante de la Iglesia tomó partido en contra de nuestras políticas y se convirtió de manera activa en parte de la oposición", insiste. Y le recuerda a Bergoglio sus reuniones con opositores y sindicalistas.
 
Macri no deja en su libro rencor por tratar: sigue enojado con todos los que no hicieron lo que él mandaba durante su gobierno: Moyano, Massa, Bergoglio, los sindicatos, los empresarios. Y la lista sigue.
 
El negador serial
 
El resto es negar: Macri niega en su libro que Jaime Durán Barba tuviera mucha influencia sobre su gobierno, niega que Marcos Peña haya formado parte de los errores económicos (lo elogia por su trabajo en otras áreas, que no especifica), niega que haya existido espionaje ilegal, niega que se hayan financiado trolls en las redes.
 
Pero se hace una autocrítica: "Cometí un gran error cuando dije que Quintana y Lopetegui eran 'mis ojos, mis oídos y mi inteligencia'. Me arrepentí porque con esa frase les di un protagonismo y una relevancia que generaron un contraataque inevitable, dentro y fuera del gobierno".
 
Curiosamente, Macri olvida que debieron irse en medio de la crisis económica que signó los últimos dos años de su gobierno. Y que los sacó para no aceptar la exigencia del establishment: que echara a Marcos Peña. En el libro, de hecho, lo reivindica a Peña al mismo nivel que a Horacio Rodríguez Larreta y a María Eugenia Vidal, aunque no parecería tener la misma gravitación en la política nacional.
 
Sobre Santiago Maldonado, Macri dice: "Cuando apareció el cuerpo y se hizo la autopsia, me dio mucha pena por Maldonado y por su familia, pero también sentí alivio de poder finalmente tener una certeza sobre el caso. Y la satisfacción de haber tomado la decisión correcta al no apresurarme a la hora de echar o sancionar a los gendarmes. El episodio sirvió para restablecer la confianza de la sociedad en las fuerzas federales". Sobre el espionaje sobre la familia que le daba pena, no hace comentario alguno.
 
Sobre cómo mintió en campaña sobre la continuidad de Fútbol para Todos para luego darlo de baja, Macri reconoce: "En la campaña había tenido que realizar malabares para hablar sobre el tema, a pesar de que sabía que la situación fiscal del Estado argentino no daba en absoluto para seguir subsidiando el fútbol profesional". Dice que Fútbol para Todos le resultaba "inmoral". No aclara qué pensaba sobre mentir en campaña.
 
Como lo hizo en los diversos reportajes que dio tras su mandato, Macri intenta convencer(se) en el libro de que dejó un mejor país que el que encontró. De hecho, sobre las condiciones económicas al final de su gobierno, más que una autocrítica hay una crítica a sus votantes: "Aunque querían un cambio político, no todos querían un cambio económico".
 
Fuentes: Página12, El Destape y La Izquierda Diario
 

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15-07-2025 / 08:07
Una vez más, el sistema judicial yanqui avanza como ariete de los fondos buitre contra la soberanía de nuestro país. La jueza Loretta Preska, que es incapaz de distinguir entre países y empresas, rechazó este lunes el pedido del gobierno de Javier Milei para frenar la ejecución de una sentencia que ordena la entrega del 51 por ciento de las acciones de YPF a los especuladores.
 
El fallo responde a una demanda impulsada por los fondos buitre: Burford Capital y Eton Park, quienes no son en realidad los "damnificados" por la expropiación de la petrolera estatal en 2012, sino capitales especulativos que "compraron" el derecho a litigar de los dueños originales. El cipayo Milei les dio la razón a los buitres.
 
La sentencia de Preska, quien durante todo el proceso ha mostrado sus vínculos con los buitres sin tapujo y que no ha tenido la menor consideración sobre el derecho de soberanía argentino, representa un ataque directo a la independencia política, jurídica y económica de nuestro país. Aunque el Gobierno de Milei ya presentó una apelación ante la Cámara del Segundo Circuito y se prepara para llegar, si es necesario, a la Corte Suprema de Estados Unidos, Preska dejó en claro que la presión económica no dará tregua.
 
Su decisión de no suspender el fallo permite avanzar con medidas que, en los hechos, significarían un vaciamiento del control estatal sobre la principal empresa energética del país. Todo esto, en nombre de una exorbitante "compensación" de más de 16 mil millones de dólares por una decisión soberana tomada por el Congreso argentino en 2012 con amplio respaldo legislativo.
 
La defensa argentina argumentó que se trata de un caso excepcional, sin antecedentes jurídicos claros, donde incluso el propio gobierno de Estados Unidos expresó reparos a la interpretación del tribunal. El temor en Washington no es menor: que una jurisprudencia tan agresiva siente un precedente peligroso, que habilite a otros países a embargar activos yanquis en futuros litigios. El fallo de Preska podría volverse un búmeran para el propio imperio que lo impulsa.
 
Además, los representantes legales de la Argentina advirtieron que ejecutar la sentencia implicaría violar la legislación nacional, ya que, según la ley de expropiación aprobada en 2012, las acciones de YPF no pueden transferirse sin una ley del Congreso votada por dos tercios. Preska estaría ordenando al Estado argentino a quebrantar su propio marco legal para cumplir con una orden foránea. Es una intromisión inadmisible en los asuntos internos de un país soberano.
 
A todo esto, se suma el hecho de que los demandantes no demostrarían un perjuicio inmediato si se posterga la ejecución, mientras que la afectación al interés público argentino sería mayúscula: pérdida de control estratégico sobre recursos energéticos, impacto en provincias accionistas y en bonistas internacionales, y la posibilidad de activar cláusulas contractuales perjudiciales para YPF.
 
Es evidente que la sentencia de Preska, lejos de hacer justicia, profundiza una lógica de subordinación colonial a los intereses del capital financiero internacional. En juego no está solo la propiedad de una empresa. Está la soberanía energética, el respeto a las decisiones democráticas y la dignidad de un país frente a tribunales que actúan como garantes del saqueo imperialista.
 
La Opinión Popular
 

14-07-2025 / 08:07
El presidente Javier "el Loco" Milei está preso de que un proyecto sin sustentos y eso quedó más que claro durante la semana que pasó. El entusiasmo mileísta, de a poco, abre paso a la resignación. Ahora resta saber si ese vacío de entusiasmo podrá ser llenado por un nuevo Nosotros.
 
No tiene mayor sentido detenerse en los aspectos técnicos, o de cálculos transeros, acerca de lo sucedido en el Congreso. Sí lo tiene comprender que la presunta aplanadora de las Fuerzas del Cielo comenzó a encontrar algunos límites.
 
Podrá acontecer que algunos favores presidenciales, a algunas provincias y aliados solícitos, alleguen votos para sostener vetos. Podrá ocurrir que nunca faltará un Kueider por acá, un símil por allá, dispuestos al qué pretende usted de mí. Podrán ofertar todas las Banelco de época que se quieran.
 
Pero ya no habría retorno, nodal, de que al Gobierno empezaron a entrarle las balas (propias). A uno no le gusta esa figura, y sobre todo cuando las guerrillas digitales del neofascismo convocan a la violencia. Se acepta por razones de imagen expresiva.
 
Es impactante la sucesión de errores y horrores ejecutivos que cometieron los adolescentes de Casa Rosada, tal vez porque se acumularon en una misma semana.
 
Puede admitirse, cómo no, que el capital de Javier Milei es permanecer como un intransigente disruptivo a toda costa. Pero de ahí a carecer de todo rasgo de inteligencia política, siquiera para tener fusibles que lo amparen, hay mucha distancia.
 
Podría mantener al personaje y dejar que por abajo negocien lo que fuere, a fines de salvar las papas en instancias determinadas. Por ejemplo, para haber evitado una derrota parlamentaria que se transformó -él transformó- en crisis de alcances inciertos.
 
Hubiera bastado con que no se sometiera al papelón de refugiarse en la niebla, para justificar su ausencia en Tucumán. Juntaba dos, tres, cuatro gobernadores, con algún caramelito de liberar fondos básicos, y prácticamente listo.
 
Pero Milei no sabe. No quiere. No entiende nada, porque siente que le sobra con que todo es cuestión de ganar en las redes, de que su hermana se cargue a quien viniere y de que un coro de bufones corporativos lo aplauda sin percibir que da vergüenza ajena.
 
Sin embargo, eso podría llevar a la conclusión de que el Presidente está preso de sí mismo. No. Eso es una mirada psicologista, que antes de válida es insuficiente. Está preso de que lo que encarna no tiene ni pies ni cabeza como proyecto sustentable. Y como incumbe a la Argentina, con su cultura bimonetaria, le saltó la ficha desde las perspectivas con el dólar.
 
El domingo pasado, bajo la pregunta de si se puede sostener el modelo cambiario, Hernán Letcher describe el panorama de los próximos meses con precisión quirúrgica. Comienza por la canchereada de Caputo Toto ("Si creés que está barato, agarrá los pesos y comprá dólares, campeón"). Fue apenas unos días antes de que el mismo Toto, con imagen desvencijada, apareciera de urgencia en uno de los programas de la televisión oficial.
 

13-07-2025 / 11:07
El presidente Javier "el Loco" Milei avanza contra el Congreso nacional y la democracia misma, opera para vaciar las instituciones y amenaza con cerrar el Legislativo si no logra imponer su voluntad; lejos de moderarse, su estrategia es profundizar la confrontación y tensar el sistema hasta forzar una ruptura o afianzarse en el poder absoluto.
 
Nadie podrá decir que no estaba prevenido. Milei avisó en campaña que las convicciones democráticas no eran parte de su repertorio. Una burda lectura del teorema de la imposibilidad de Arrow era la excusa en la que se refugiaba para no decir, con todas las letras, que su anarcocapitalismo ideal requiere de otras formas de gobierno, menos sensibles a las necesidades de las mayorías.
 
Para el presidente, el Poder Legislativo es un objetivo estratégico desde el primer día. Pero no a partir de la búsqueda de construcción de consensos para consolidar sus decisiones ejecutivas sino como un obstáculo a su poder que debía ser corrido o anulado. Esa escalada recrudeció este jueves, luego de sufrir una histórica paliza en el Senado, pero no es nueva, ni es casual, ni está fuera de libreto.
 
El 10 de diciembre de 2023 Milei asumió su cargo de espaldas al Congreso, rompiendo la tradición centenaria de inaugurar el mandato con una asamblea legislativa. Todavía era el presidente que venía a prender fuego el Banco Central y terminar con la casta. Hoy la imagen es muy distinta: el Central mantiene el dólar planchado y la casta finge demencia y se enriquece en medio de la destrucción.
 
Días más tarde anunciaba el DNU 70/23, con el que se adjudicó facultades legislativas en un espectro muy amplio, usurpando, de facto, el rol del Congreso. La ley de Bases, en tanto, con cientos de artículos, se trató en despachos exprés de sólo cuatro comisiones y, en el recinto, se votó por bloques para evitar que se cayeran los aspectos más escandalosos de la letra chica.
 
Durante el tratamiento de esa ley, que duró varios meses, Milei trató de ratas y de corruptos a los diputados y senadores mientras era el oficialismo el que cambiaba el sentido de algunos votos clave a partir de mecanismos nunca aclarados. Uno de ellos, el senador Eduardo Kueider, está detenido en Paraguay desde el año pasado. Lo encontraron tratando de cruzar la frontera con 200 mil dólares.
 
Cuando los aprietes y la corrupción no alcanzaban para frenar iniciativas contrarias a los intereses del gobierno, el presidente recurrió al veto. Para sostenerlo necesita un tercio de los votos en una de los dos cámaras. En el Senado siempre estuvo lejos. En la cámara baja pudo reunir 87 "héroes", con aliados radicales, del PRO y de algunas provincias, que le permitieron imponerse. Lo celebraron con un gran asado.
 
Esa pólvora está mojada. En la Casa Rosada admiten que no pueden garantizar el tercio que blinda las decisiones de Milei. Por eso recurren a otro recurso: bloquear el funcionamiento del Congreso, incluso mediante la violencia. Clausuran las comisiones para evitar dictámenes en proyectos que no quieren tratar e intentan levantar las sesiones por escándalo (esto es literal) para ahorrarse derrotas. Era una táctica con patas cortas. 
 

12-07-2025 / 09:07
Desde el "no fui por la neblina" de Javier "el Loco" Milei, hasta el hurto de fusibles del tablero del Senado, más tuiteros rentados, empleados por el gobierno, pidiendo que "saquen los tanques a la calle" y que "dinamiten el Congreso", todo fue mugriento y tosco. Fantino y JP Morgan empezaron la escalada que aisló al gobierno en sus limitaciones y vilezas destinadas a ahogar a las provincias, saquear a los jubilados y abandonar a enfermos, discapacitados y a víctimas de la tragedia de Bahía Blanca.
 
El desquiciado Milei decidió no concurrir al acto central por el 9 de Julio en Tucumán cuando se enteró que no irían los gobernadores. Pero como no podía confesarlo, dijo que no iba por la neblina. Hizo un día espectacular y para que se notara más, la vicepresidenta se tomó un avión y llegó con pleno sol.
 
Victoria Villarruel puso en evidencia a Milei -quien la considera una "traidora"- y puso en un aprieto al ubicuo gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo, interesado en reclamar lo que incumplió el gobierno nacional, pero poco dispuesto a intervenir en la interna entre el presidente y su vice.
 
Lejos quedó la imagen de la doble fila de gobernadores serviciales que recibió a Milei en la Casa Histórica de Tucumán el año pasado. Le votaron poderes especiales, una inconstitucional ley bases y el RIGI que entrega riquezas. A cambio recibieron promesas de financiamientos e inversiones que nunca llegaron.
 
La rebelión de los gobernadores un año después de aquel acto de sumisión demostró la explosión de la crisis en sus provincias con descalabros en las economías regionales, en las rutas, la educación o la seguridad. Pero también fue un indicio de que las expectativas de la sociedad en el gobierno se redujeron con respecto al 2024.
 
Tras ganar las elecciones, las expectativas de la sociedad en el gobierno de Milei crecieron más que los votos con los que había ganado. Los gobernadores miden esos climas y por eso se sumaron al circo del año pasado. Ahora le dijeron que sin ellos no puede ganar porque esas ilusiones están a la baja.
 
Pero, horror, los gobernadores radicales y del PRO iban a coincidir con sus colegas del kirchnerismo, que resistieron desde el primer día el saqueo a los jubilados y la crueldad de desfinanciar el sistema de atención a la discapacidad o abandonar a las víctimas de tragedias como la de Bahía Blanca.
 
El acuerdo era dar quórum para iniciar la sesión. Los senadores kirchneristas informaron que además de la devolución de los ATN y de lo que les corresponde del impuesto a las naftas, iban a plantear el aumento a los jubilados, la declaración de emergencia en discapacidad y el rechazo del veto presidencial a la asistencia de las víctimas en Bahía Blanca. La noche previa, los gobernadores radicales y los del PRO dijeron que solamente aprobarían la devolución de los fondos a las provincias.
 
Como los puntos que le interesaban a estos gobernadores quedaron al final de la agenda porque serían tratados sobre tablas, sin pasar por comisión, los senadores que les respondían se quedaron hasta el final y algunos de ellos, incluso, votaron junto al kirchnerismo los temas sobre Bahía Blanca, jubilaciones y discapacidad. Este gobierno jugó al borde del precipicio desde que asumió. Zafó al principio con una devaluación que demolió salarios, después con un blanqueo exitoso y luego con la ayuda esclavizante del FMI. 
 

11-07-2025 / 09:07
Por paliza, Javier "el Loco" Milei sufrió una seguidilla de derrotas en el Congreso. Pese a las amenazas y las operaciones sucias, el Senado convirtió en ley por unanimidad el aumento a las jubilaciones y la emergencia en discapacidad y por amplia mayoría la moratoria previsional. Además, rechazó el veto al Fondo para Bahía Blanca, defendió las acciones de YPF y votó los proyectos impulsados por los gobernadores. Los oficialistas abandonaron la sesión y el Presidente, acorralado, ya adelantó que vetará las leyes sancionadas, en una nueva muestra de su autoritarismo y de su fanatismo con el ajuste fiscal a costa del hambre de los jubilados y la motosierra contra los sectores más vulnerables.
 
Enemistado con casi todos los espacios (en las últimas semanas se sumaron los gobernadores), Milei sufrió una derrota tras otra y su gobierno vivió una jornada negra en el Senado. El aumento para los jubilados y la emergencia en discapacidad se aprobaron por unanimidad. La moratoria, con amplia mayoría. Los mandatarios provinciales lograron darle media sanción a la modificación en el reparto de los ATN y en la coparticipación el Impuesto a los Combustibles.
 
La primera de las leyes aprobadas (contaba ya con media sanción en Diputados) fue el aumento de las jubilaciones y del bono para quienes cobran un haber mínimo, que está congelado en $70 mil desde marzo del 2024. De esta manera, la jubilación mínima pasa de $309 mil a $331 mil, y el bono escala a $110 mil. El aval del dictamen contó con 42 votos a favor, 17 en contra y tres abstenciones, mientras que para su aprobación final sumó 52 votos a favor y 4 abstenciones.
 
De acuerdo con el Gobierno, este proyecto rompe el equilibrio fiscal. Sin embargo, según la Oficina del Presupuesto del Congreso, el impacto durante este año será de 0,37% del PBI y en 2026 del 0,71%, número inferior al 0,41% que representó la baja de Bienes Personales a los más ricos. Además, la nueva norma prevé cubrir el impacto fiscal mediante la eliminación de exenciones impositivas, la reasignación de partidas de la SIDE, y utilización de recursos provenientes de registros automotores.
 
La segunda de las leyes que aprobó el Senado es el retorno de la moratoria previsional, con 39 votos afirmativos, 14 negativos y una abstención. De esta forma, se restablece el mecanismo, que venció en marzo de este año, que permite el acceso a una jubilación para quienes no alcanzaron los 30 años de aportes. En tercer lugar, el Senado convirtió en ley por unanimidad la declaración de emergencia para la discapacidad. La propuesta establece la emergencia para el sector hasta diciembre del 2027, que garantiza partidas presupuestarias para incrementar el pago a los prestadores de servicios y saldar la deuda para enfermeros, acompañantes y transportistas. En simultáneo a su tratamiento, diferentes agrupaciones movilizaron al Congreso para presionar su aprobación.
 
Por otra parte, el Senado rechazó por unanimidad el veto de Milei a una ley que creaba un fondo de $200 millones para la restauración de Bahía Blanca tras la trágica inundación de marzo. Ahora dependerá de la Cámara de Diputados, que en su momento dio media sanción a la ley con 153 votos a favor y la única oposición de LLA. Otra de las derrotas del Gobierno fue la media sanción a los proyectos presentados por los 24 gobernadores, que plantean un nuevo reparto a las provincias de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y del impuesto a los combustibles.
 
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