Nacionales - 28-02-2012 / 09:02
DURÍSIMA ACUSACIÓN DE LA FAMILIA MENGHINI REY CONTRA LA MINISTRA GARRÉ
Reapareció Cristina, habló de Once y prometió medidas recién tras la pericia
Arriba: La Presidenta buscó blindarse con apelaciones a la emoción, con la presencia del cuestionado Amado Boudou y con mucho merchandising celeste y blanco, pero las definiciones brillaron por su ausencia. Abajo: La familia de Lucas Menghini Rey criticó al Gobierno K y pidió justicia. Hablaron de un ‘desastre previsible y no de un accidente’ y cruzaron duro al comunicado de Nilda Garré.
Después de cinco días de guardar silencio sobre la tragedia de Once, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se metió ayer por fin de lleno en el drama que conmociona al país, aunque evitó alusiones a responsabilidades políticas.
La jefa de Estado prometió que tomará las medidas que sean necesarias tras la tragedia, pero sin dar precisiones sobre esas futuras decisiones. No habló de los subsidios ni de los controles del Estado.
La Presidenta repartió culpas sin asumir nada. Pareció una vecina ofendida por las ineptitudes del Estado, que ella preside. La tarjeta SUBE es un desastre. La Justicia es remolona. Los empresarios del transporte son peores que los cuervos o los buitres. Son las cosas que dice la gente común cuando se queja de las desdichas de la vida cotidiana. Se olvidó que es la jefa del Estado que gobierna o cogobierna desde hace casi una década.
Cristina apeló a la emoción al hablar de la tragedia del tren pero postergó decisiones, y pidió esperar peritajes. La mandataria puso a dormir la tragedia de Once en un limbo, ya que dilató el anuncio sobre lo que hará con la concesión del Sarmiento.
Por su parte, la familia de Lucas Menghini Rey criticó al Gobierno K y pidió justicia. Hablaron de un 'desastre previsible y no de un accidente' y cruzaron duro al comunicado de Nilda Garré, que marcó que el joven viajaba en un lugar prohibido, al que calificaron de 'vil, bajo, bastardo y canalla'.
La Opinión Popular
ACTO EN ROSARIO / A CINCO DÍAS DEL ACCIDENTE EN ONCE QUE PROVOCÓ 51 MUERTOS
En medio de los reclamos, la Presidenta habló de la tragedia
Pidió a la Justicia que no demore más de 15 días en tener los peritajes; afirmó que después tomará las decisiones "que sean necesarias", pero no habló de los subsidios ni de los controles del Estado.
Finalmente rompió el silencio. La presidenta Cristina Kirchner prometió ayer que tomará las medidas que sean necesarias tras la tragedia en Once , que dejó 51 muertos y más de 700 heridos, pidió a la Justicia que en 15 días estén terminados los peritajes para que ella pueda avanzar con las medidas y consideró necesario reformular el sistema ferroviario.
Sin dar precisiones sobre las decisiones que tomará, la jefa del Estado se excusó en que no había hecho más inversiones por falta de fondos. "Si no hemos hecho más es porque la plata no nos alcanzó", planteó en un discurso de 35 minutos , en el que primero hizo referencia a los avances del Gobierno hasta que al final se refirió a la tragedia, durante el acto por los 200 años de la creación de la Bandera.
Cristina Kirchner evitó mencionar las responsabilidades políticas . Tampoco aludió a los controles sobre la prestación del servicio ni a las advertencias públicas por falta de inversiones de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), del grupo Cirigliano. "Claro que faltan cosas. Tenemos que volver a tener un sistema de ferrocarriles", fue la primera frase que lanzó en el acto atestado de militantes y vecinos de esta ciudad, en el único párrafo en el que ensayó una tímida autocrítica de los nueve años de gobierno kirchnerista.
Tampoco dijo nada sobre las críticas que recibió la ministra de Seguridad, Nilda Garre, que había explicado el viernes pasado que el joven Lucas Menghini Rey, que apareció muerto después de casi 58 horas del choque en el Sarmiento, estaba en un lugar "vedado" para los pasajeros. Garré, junto a todo el gabinete nacional, se fue de aquí sin hacer declaraciones.
Cristina Kirchner dijo que "todo cuesta" y son "muchos los intereses", habló en particular de algunas familias destrozadas por la tragedia y, entre lágrimas, anunció: "Saben que voy a tomar las decisiones que sean necesarias". Sin dar pistas de lo que vendrá, hizo un fuerte llamado a la Justicia para que avance cuanto antes en la investigación. "Lo pido encarecidamente. Esta pericia no puede durar más de 15 días", planteó como plazo. Evitó referirse al accionar del fiscal Federico Delgado, que avanzó en pedir medidas por la falta de control y mantenimiento. "Necesitamos saber qué es lo que pasó y quién es el responsable", señaló Cristina, en singular, sólo sobre la tragedia.
La Casa Rosada pidió el viernes pasado que la Justicia acepte al Gobierno como querellante en la investigación y la Presidenta mantuvo inalterable a todo su equipo, desde el ministro de Planificación, Julio De Vido, principal responsable del área, hasta el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi. Ambos fueron los grandes ausentes ayer en la celebración de la Bandera. Junto con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, se quedaron en Buenos Aires en medio de las gestiones para encontrar soluciones a la crisis abierta tras la tragedia.
"No esperen de mí, jamás, las especulaciones para la foto y el discurso fácil. No tolero los que quieren aprovecharse de tanto dolor", agregó la Presidenta para defenderse de las críticas que había despertado incluso dentro del oficialismo el silencio que mantuvo desde el miércoles pasado.
Las futuras medidas
Entre la comitiva que acompañó a la jefa del Estado había alivio tras bambalinas por las palabras presidenciales. Algunos argumentaban que había abierto las puertas a la intervención en la empresa de los Cirigliano. Por esa medida se inclinaría el accionar oficial.
Fuentes oficiales no descartaban tampoco anoche, cuando los festejos se iban apagando, que el Gobierno pueda rescindir el contrato a TBA e incluso crear un Ministerio de Transporte. El entramado de ese grupo empresario es difícil de desarmar. Cirigliano maneja no sólo el ferrocarril Sarmiento, sino también el Mitre y el Roca, en asociación con el Estado después de que Néstor Kirchner le quitara la concesión a Sergio Taselli.
Los militantes de la agrupación La Cámpora y del Movimiento Evita coparon ayer las cercanías del Monumento a la Bandera, pegados al escenario. Vivaron cada pasaje del mensaje presidencial con la compañía de los buques, que rugían sobre el río, ante cada aplauso.
La Presidenta recordó durante todo su discurso al ex presidente Kirchner. "Néstor llegó en 2003 a una patria colonizada, llegó a recuperar el Estado", consideró la mandataria, y aunque dijo que no le alcanzaba la plata, apuntó que la Argentina estaba en su etapa de "crecimiento más alto". "Es muy terrible la muerte. Crea un vacío y una ausencia temibles", sostuvo, en recuerdo de su marido. También se quejó de la demora en la implementación del SUBE -esa "bendita tarjeta" la llamó- para poder derivar los subsidios a los usuarios y no a las empresas.
La jefa del Estado aprovechó el acto aquí para volver a reclamar la soberanía sobre las islas Malvinas y dijo que lo hará dentro del marco del derecho internacional. Dos veces se puso al frente para retar a los militantes que silbaron al gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, a quien, de todas maneras, no dejaron de gritarle durante todo el discurso. A ellos les pidió, también, que necesitaba que la abrazaran.
Cuando habló de las víctimas, Cristina Kirchner citó cuatro casos particulares de familias que habían perdido a sus seres queridos en la tragedia de Once. Les dedicó su última promesa: "Tendrá que haber justicia de una buena vez y para siempre".
En voz alta
"Es una falta de respeto poner al Gobierno como víctima, cuando fueron sus propios funcionarios los principales responsables."
LUIS NAIDENOFF (UCR)
Jefe del bloque del Senado
"Si la Presidenta quiere justicia en serio, que ordene a su empleado, el juez Oyarbide, que no proteja más al asesino de Jaime [Ricardo] y a sus patrones, los Cirigliano"
EDUARDO AMADEO
Diputado Frente Peronista.
Fuente: La Nación