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Sociedad e Interés General - 19-11-2023 / 08:11
EL 19 DE NOVIEMBRE DE 1972, SE PRODUCE EL HISTÓRICO ENCUENTRO

Abrazo Perón-Balbín: En la política no hay enemigos sino adversarios

Abrazo Perón-Balbín: En la política no hay enemigos sino adversarios
El 19 de noviembre de 1972, Juan Perón y Ricardo Balbín, históricamente enfrentados, se encuentran, se abrazan y demuestran que en política no hay enemigos, sino adversarios.
En 1970, la Revolución Argentina que había derrocado, cuatro años atrás, al radical Arturo Illia, comenzaba a transitar el principio del fin. Sus objetivos de organizar la República en base a un catolicismo a ultranza, una economía neoliberal conservadora, sin actividad política, con escasa participación gremial y con ideas corporativas al estilo de la España franquista, se vieron jaqueados por los desaciertos económicos, la rebelión popular delCordobazo y la aparición de organizaciones armadas.
 
La ebullición y la impaciencia política se exteriorizaban en los partidos políticos tradicionales y con Juan Perón, desde Madrid, quien combatía al gobierno militar y organizaba una agrupación multipartidaria, "La Hora del Pueblo", para presionar una retirada del gobierno militar de facto.
 
El primero de abril de 1971, el general Alejandro Agustín Lanusse lanza el Gran Acuerdo Nacional (GAN) un proyecto ambicioso, y a la vez un tanto ingenuo, para reunir al arco político y decidir las reglas del juego electoral. Como un gesto de acercamiento a Perón le devuelve el cuerpo de Evita, pero el GAN tiene los días contados.
 
Lanusse convoca a elecciones para el 11 de marzo de 1973, con cláusulas proscriptivas y frases que pasaron a la historia como "Perón no viene porque no le da el cuero". Pero, el 17 de noviembre de 1972, a las once y nueve minutos de una mañana lluviosa, Perón retorna a la Patria.
 
Un 19 de noviembre de 1972, Juan Perón y Ricardo Balbín, históricamente enfrentados, se encuentran, se abrazan y demuestran que en política no hay enemigos, sino adversarios. Pusieron en marcha un proyecto nacional de unidad para que los dos grandes movimientos populares mayoritarios del país, el peronismo y el radicalismo, construyeran un modelo estable de democracia.
 
Perón falleció el 1º de julio de 1974 y con él se va la posibilidad de una salida pacífica. El país entraría en una pendiente violenta difícil de remontar. Con los años, el proyecto de unidad comenzado por Perón y Balbín fue comparado con el Pacto de la Moncloa español de 1977. Este dio resultado, al primero le faltó tiempo y líderes.
 
Por Carlos Morales para La Opinión Popular


EL GRAN REGRESO
 
"¿Entonces, general, esta vez es el gran regreso?, le preguntó a Perón un periodista del diario francés Le Figaro.
 
"No nos anticipemos -le respondió Perón- Solo se trata por ahora de un proyecto. Todo depende de las circunstancias. Regresaré a la Argentina en el momento oportuno y ese momento no depende únicamente de mi voluntad. En una batalla hay que tener también en cuenta al adversario". Y finalizó con la siguiente frase: "à la guerre comme à la guerre".
 
Con este tradicional proverbio francés Perón quería demostrar que estaba decidido a regresar al país y enfrentar la situación difícil de reconstruir la economía, encauzar a los violentos y pacificar el país. Pero también tenía la certeza que lo podría lograr a partir de la unidad con el segundo gran movimiento popular: el radicalismo.
 
La unidad desde arriba pacificaría a la sociedad. El día anterior al regreso de Perón a la Argentina un diario estadounidense titulaba: "Una Argentina tensa espera la llegada de Perón". Una frase, una realidad.
 
Finalmente, después de interminables idas y vueltas, el 17 de noviembre de 1972, a las once y nueve minutos de una mañana lluviosa, aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza la nave de Alitalia. Ante un operativo de seguridad montado por el gobierno que incluía a más de 30 mil efectivos de las Fuerzas Armadas, la postal de aquella jornada fue Rucci y su paraguas cubriendo al general.
 
La primera jornada en Buenos Aires la pasó en el Hotel Internacional de Ezeiza donde recibió a algunos políticos como Frondizi y Frigerio.
 
 
LOS ENEMIGOS SE ABRAZAN
 
El día 18 partió rumbo a la casa que le había comprado el partido en la calle Gaspar Campos 1065, en la localidad de Vicente López, donde la paz del barrio se vio invadida por los interminables caravanas que pasaban para saludar al general, quien salía por una de las ventanas de la casa para saludar y hablar. A últimas horas de esa larga jornada se conoce que Perón convocó a los integrantes de La Hora del Pueblo a las 19. Y...a Balbín a las 18 para mantener una conversación a solas.
 
Los históricos enemigos políticos se darían la mano. Las expectativas del día 19 fueron el encuentro Perón-Balbín. Se deslizaron miles de conjeturas y desde temprano las guardias periodísticas y el país esperaban el histórico evento. Sin embargo algo ocurrió. Balbín arribó a Gaspar Campos (por la parte de atrás y saltando un cerco) pero pasadas las 19 por lo cual debió acoplarse a los demás políticos que ya habían llegado y que se encontraban hablando con el dueño de casa.
 
Oficialmente se habló de una demora en el tránsito, otros advirtieron que el auto donde viajaba Balbín pasó a buscar a Cámpora y que tomó por otro camino con la intención de evitar el encuentro a solas de Balbín con Perón.
 
A Cámpora, aseguran, ya le habían ofrecido la candidatura a presidente y no la quería compartir con un radical.
 
Hubo un sabor a frustración. Sobre la reunión, trascendió poco. Según testigos, cuando Balbín apareció, Perón lo recibió afectuosamente y a viva voz le dijo: "Usted, doctor Balbín y yo, representamos el ochenta por ciento del país".
 
Balbín, por su parte, informó que no se trataron temas electorales, ni candidaturas y desmintió haber sido agredido, pues a la salida de Gaspar Campos un grupo de peronistas al reconocerlo había comenzado a insultarle. Balbín más que un cerco había saltado un abismo, diría años después Bittel.
 
 
UN SEGUNDO ENCUENTRO
 
Más allá de las versiones, dos días después, el 21, sorpresivamente, a las nueve de la noche y burlando las guardias periodísticas, Balbín concurre a Gaspar Campos y mantuvo, ahora sí, una larga y trascendental reunión a solas con Perón. Luego, el radical ofreció una conferencia de prensa y aseguró, entre otros conceptos: "Perón ha regresado con el propósito de pacificación y en pro de la institucionalización de la República. Fue una conversación de dos argentinos que olvidan su pasado y que hablaron de las perspectivas del futuro nacional. Con Perón estamos buscando puntos de coincidencia en beneficio del país. El general me confió que ya estaba amortizado como ser humano, y que quería dedicar sus últimos años a trabajar por el reencuentro de los argentinos".
 
Días después, en un contacto con periodistas en la puerta de Gaspar Campos, se le preguntó a Perón acerca de la posibilidad de un pacto entre el peronismo y el radicalismo. Sonriendo y guiñando un ojo respondió: "¿No le parece que esas no son cosas mías? Estoy un poco alejado de todo eso". Pero la realidad indicaba que más allá de su ironía, entre sus mas cercanos colaboradores había dicho: "Yo con Balbín voy a cualquier parte".
 
Evidentemente, ambos reconocieron la necesidad de la unidad de las fuerzas populares. "Tenemos un acuerdo con la UCR - expresó textualmente Perón a mediados de diciembre de 1972 durante un breve viaje a Paraguay- con el doctor Balbín de manera expresa. Si nosotros triunfamos los llevaremos a compartir el gobierno con nosotros. Si ellos ganan, tenemos la promesa de que harán lo mismo".
 
Para muchos la fórmula era Perón- Balbín. Pero la proscripción hizo que el binomio para las elecciones de marzo de 1973 fuera Cámpora-Solano Lima. Renunciaron el 13 de julio de 1973, se convocó a nuevas elecciones para septiembre resultando ganadora la fórmula Perón-Perón por casi el 62% de los votos contra el 25% de la fórmula radical de Balbín-De la Rúa.
 
Los primeros días de octubre, antes de asumir por tercera vez la presidencia, Perón y Balbín se entrevistaron en Gaspar Campos. Luego en declaraciones a la prensa, Balbín explicó que la reunión estuvo "en el propósito firme de lo que Perón ha prometido, es decir, una política de colaboración total, de participación de toda la ciudadanía, es decir, un modo político tal vez distinto al modo que tuviera anteriormente".
 
El temario, esta vez, entre ambos fue amplio. Desde la escalada violenta hasta el tema universitario, el gabinete y la economía. El diálogo permanecerá abierto, los aislamientos no sirven, comentó Balbín, dando comienzo a un nuevo estilo de hacer política en la Argentina que, lamentablemente, duraría sólo unos pocos meses.
 
 
ÚLTIMO DIALOGO
 
La última vez que se reunieron fue el 8 de junio de 1974 en la Casa Rosada. Hablaron de la privatización de los canales de TV, el paro docente y la suba de precios, entre otros temas. Y en un momento, Perón sorprendió a Balbín: "Todo anda bien doctor, todo anda bien y se cumplen los plazos previstos. Mi mayor preocupación es de acá", dijo con su característica sonrisa amplia señalándose el corazón con el índice.
 
Perón falleció el 1º de julio y con él la posibilidad de una salida pacífica. El país entraría en una pendiente violenta difícil de remontar. Con los años, el proyecto de unidad comenzado por Perón y Balbín fue comparado con el Pacto de la Moncloa español de 1977. Este dio resultado, al primero le faltó tiempo y líderes.
 
Por Pablo S. Otero
 
Fuente: La Prensa

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17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 18:10
17-10-2025 / 09:10
El coronel Juan Perón estaba preso. Nada se oponía a la restauración oligárquica y al retorno a la fraudulenta y corrupta Década Infame, interrumpida por la irrupción de la Revolución de Junio de 1943. Pero en ese momento la clase obrera se movilizó y desde ese instante se convertiría en un actor determinante del proceso político nacional.
 
Nadie la conocía aun. Carecía de antecedentes. Venía de abajo, del subsuelo de la Patria, y su marcha fue irresistible. Si había demorado en aparecer, lo cierto es que nadie pudo, desde entonces, olvidarlo jamás.
 
En la madrugada del 17 de octubre de 1945 comenzó una movilización de la clase trabajadora en los barrios populares del oeste de Capital Federal así como de las zonas industriales de sus alrededores.
 
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos, incitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Juan Perón, por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal.
 
Aquel 17 de octubre los trabajadores dejaron sus herramientas, apagaron las máquinas de sus talleres y fabricas, se subieron al tranvía o al ómnibus y se fueron a la Plaza de Mayo. Estaban dispuestos a dar la vida por Perón. Un nuevo ciclo histórico se iniciaba en la Argentina.
 
El 17 de octubre de 1945 marcó un antes y un después en la historia de nuestro país: más de un millón de trabajadores, coparon la Plaza de Mayo para exigir la liberación del que ya entonces consideraban su líder: el coronel Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, había instrumentado numerosas medidas que favorecieron a los obreros, sentando las bases de la movilidad social ascendente y permitiéndoles integrarse a un país que, hasta entonces, no los reconocía.
 
Setenta y ocho años después, recordamos aquella expresión de lealtad mutua: de los trabajadores hacia su líder, pero también de Perón hacia ellos, al visibilizarlos y, una vez en el poder, haber seguido defendiendo sus derechos. Sin arriar nunca las banderas del trabajo, la dignidad y la justicia social.

 
Escribe Blas García  

17-10-2025 / 09:10
El 17 de Octubre de 1945, Juan Perón fue rescatado de la cárcel por la masiva movilización de la clase trabajadora, exponiendo así la falencia del anciano régimen oligárquico antinacional -rapaz y parasitario- y la caducidad de los viejos partidos políticos seudo democráticos, sobrepasados por el proletariado, que de ahora en más, podía obtener reivindicaciones que ya no se pedían, se reclamaban, porque ya no se confiaba en la buena voluntad de los sectores dominantes sino en la propia fuerza de los trabajadores.

Ese día resurge la Argentina profunda, el subsuelo de la Patria sublevado, y reaparece para continuar escribiendo la historia de las masas populares, una secuencia que va desde las lanzas primero -con las montoneras federales del interior-, el voto después -con el radicalismo yrigoyenista- y por último los sindicatos obreros -con el peronismo-. Tres momentos en los que el Pueblo lucha para realizarse con el federalismo, la soberanía política y la democracia social.

Como consecuencia de la actuación revolucionaria de las masas populares el 17 de octubre de 1945, el justicialismo llega al poder y produce transformaciones en todos los ámbitos de la realidad del país. La Revolución Nacional, de Eva y Juan Perón, rompió con el modelo semicolonial dependiente, logrando la independencia económica, la justicia social y permitiendo importantes conquistas a los sectores populares. Una Nueva Argentina con el Pueblo de protagonista.

La terrible reacción gorila de la vieja Argentina oligárquica y autoritaria, en el golpe de septiembre de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del peronismo. Cómo los movimientos nacionales antecesores: el federalismo de Rosas y el radicalismo de Yrigoyen; solo se alcanzaron conquistas transitorias y fueron derrotados por la estructura de la injusticia y la dependencia. Revolución y contrarrevolución.

A partir de 1955, la exclusión política del peronismo produjo un proceso de Resistencia que ampliaría su perfil. Aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado. En esta lucha, el peronismo constituyó el agrupamiento de las fuerzas populares y proletarias, mientras que el régimen militar se identificaba con los intereses de la oligarquía, la burguesía entreguista y los partidos liberales.

Todos estos esfuerzos son partes de un mismo combate, en la que todavía no se han alcanzado triunfos definitivos. Corsi e ricorsi, la Patria aparece como un proyecto inacabado que debemos realizarlo plenamente hoy cuando el capitalismo globalizado pretende desembarazarse de las limitaciones que, a lo largo del siglo XX, le impusieran los Estados Nacionales y los movimientos sociales encabezados por la clase trabajadora, para aplicar sus políticas neoliberales de injusticia social.

Las medidas económicas impulsadas por Javier Milei y Luis Caputo están inspiradas en el más crudo neoliberalismo, que fue iniciado durante la Revolución Fusiladora, continuadas por la dictadura de Jorge Rafael Videla y por los votos en los gobiernos de Carlos MenemFernando de la Rua, Mauricio Macri y Javier Milei. Este tipo de recetas conservadoras y reaccionarias, que aumentan la injusticia quitando derechos sociales y agrandan la dependencia con el fuerte endeudamiento, siempre fracasaron, provocando resistencias populares y revueltas sociales. 


Por eso, como integrantes del Movimiento Nacional y Popular que cambió la historia política argentina, volvemos a levantar, como en 1945, el cuestionamiento del sistema neoliberal económico y social injusto y la necesidad de dar la pelea para cambiarlo. Con el peronismo, seremos una Nación independiente, y si nos sacamos la dependencia del capital financiero y del FMI volveremos al desarrollo económico. Caso contrario, podría retornar el neoliberalismo apátrida y seguiremos hundiéndonos aun más en la pobreza y la dependencia. 
La cuestión sigue siendo la misma, patria o colonia. El legado de la lucha continúa, hoy contra una de las formas mas crueles, brutales y salvajes de capitalismo, la de Javier Milei.


 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
 Escribe: Blas García 

 

15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

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