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“Imposible es sólo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión”. Cassius Clay
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Nacionales - 13-11-2023 / 09:11
EL PERONISTA APABULLÓ A UN LIBERFACHO APICHONADO EN EL ÚLTIMO DEBATE PRESIDENCIAL

Sergio Massa ganó por nocaut: golpeó sin compasión durante dos horas a un Milei amateur

Sergio Massa ganó por nocaut: golpeó sin compasión durante dos horas a un Milei amateur
Decir que Massa le ganó el debate a Milei es no hacerle justicia a lo que ocurrió; le dio una paliza memorable, algo muy difícil de ver en instancias de este tipo, preparadas como son por ejércitos de expertos. Ahora bien, ¿semejante disparidad definirá la elección del próximo domingo a favor de Massa? No necesariamente, consolidadas como están las posiciones en la amplia mayoría del electorado. Los sondeos anticipan para el domingo 19 un empate técnico, con una ventaja para Milei que está dentro del error estadístico.
Si un debate tiene alguna posibilidad de definir una elección, ninguno mejor que el celebrado este domingo entre los dos candidatos a la Presidencia de Argentina. El peronista Sergio Massa aporreó sin compasión durante dos horas a su rival, el ultra derechista Javier Milei. El actual ministro de Economía concentró sus esfuerzos en exponer las contradicciones de Milei en la campaña, lo abrumó a preguntas que exigió contestar "por sí o por no", puso en duda su estabilidad emocional y cerca estuvo de hacerlo perder los estribos.
 
Un Milei balbuceante ocupó la mayor parte de su tiempo en defenderse. Tildó a Massa de mentiroso y de ser parte de "la casta" que "ha empobrecido al país", mientras agitaba el fantasma de un posible fraude en las elecciones del domingo próximo. Pero perdió, como un amateur, la oportunidad de sacar provecho de la crisis económica y demostró que no está preparado para gobernar el pais.
 
El formato de este debate definitivo, que permitió las interrupciones y el diálogo entre los contrincantes, favoreció con claridad al peronista desde el inicio. Por algo es un político con más de 30 años de experiencia, que fue candidato a presidente en 2015 despotricando contra el kirchnerismo (obtuvo el 21% de los votos) y ahora volvió al ruedo bajo la misma ala que antes repudió. Milei, que saltó a la política hace poco más de dos años desde la televisión, padeció la falta de reflejos políticos y debió asirse a sus repetidas muletillas de campaña y perdía el tiempo respondiendo ataques.
 
Massa se concentró en los permanentes cambios de opinión de su rival. Tras quedar segundo en la primera vuelta electoral, el ultra tomó distancia de sus propuestas más polémicas, como la libre portación de armas, el fin de las ayudas sociales o terminar con la educación pública. Massa le achacó también su alianza con Patricia Bullrich, tercera en el primer turno del 22 de octubre, y su jefe político, Mauricio "Titiritero" Macri (2015-2019).
 
"Por sí o por no, ¿vas a eliminar los subsidios? Por sí o por no, ¿vas a dolarizar la economía? Por sí o por no, ¿vas a privatizar ríos y mares? Por sí o por no, ¿vas a eliminar el Banco Central? Por sí o por no, ¿vas a arancelar las universidades?". "No me vas a condicionar, ustedes son unos mentirosos", le respondió Milei, atosigado por lo que por momentos fue más una suerte de entrevista. "No vamos a tocar las tarifas. Vos nos reventaste los ingresos, si tuviéramos los ingresos de antes de la convertibilidad [del peso con el dólar, en 1991] tendríamos cuatro veces más que hoy. ¿Sabés por qué voy a terminar con la inflación? Porque es la forma en que ustedes nos roban a nosotros, el Gobierno de delincuentes que vos integrás", le respondió. "Milei, el debate es largo, no te pongas agresivo", le contestó Massa.
 
Milei estuvo titubeante, pero nunca llegó del todo a perder los estribos. Siempre a la defensiva, sufrió la regla que le impedía tener apuntes. También el formato de los seis minutos. Ese era el tiempo del que disponía cada uno para desarrollar sus temas y perdían segundos cuando interrumpían al rival. Massa aprovechó la norma: disparaba preguntas cortas que dejaban sin tiempo a Milei, mientras él disponía más tarde de sus minutos para cerrar el bloque a gusto.
 
"Entiendo que hiciste tu carrera en televisión, pero lo que está en juego hoy es el futuro de la nación. O te contradecís en la base que presentaste a la justicia electoral o en lo que decís esta noche. Estamos ante alguien que miente esta noche o mintió durante toda la campaña", le achacó Massa a su rival. "Sos un mentiroso", le respondía Milei a repetición. Para el final, Massa dijo que quiere ser presidente "para superar" la crisis, convencido "de que ahora viene el crecimiento".
 
Decir que Massa le ganó el debate a Milei es no hacerle justicia a lo que ocurrió; le dio una paliza memorable, algo muy difícil de ver en instancias de este tipo, preparadas como son por ejércitos de expertos. Ahora bien, ¿semejante disparidad definirá la elección del próximo domingo a favor de Massa? No necesariamente, consolidadas como están las posiciones en la amplia mayoría del electorado. Los sondeos anticipan para el domingo 19 un empate técnico, con una ventaja para Milei que está dentro del error estadístico.
 
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19N SEGUNDA VUELTA
 
Debate presidencial: ganó Sergio Massa por nocaut
 
El debate de presidenciables fue triunfo para el peronista y un calvario para el ultraderechista. Por sí o por no, la estrategia que descolocó al candidato opositor. El posdebate, en los comentarios de periodistas y analistas, resultó también lapidario para el anarcocapitalista. "¿Gana el que habla mejor o el que miente menos? ¿Gana un mentiroso profesional o un amateur?", trató de defenderlo, lo mejor que pudo, un comunicador de amplia presencia.
 
Al menos en caliente, Massa se impuso incluso de visitante: en el terreno de las redes sociales, donde se supone que la ultraderecha descuella. Su cuenta de Twitter estuvo muy activa, replicando los fragmentos más favorables, así como videos recientes que desmentían las explicaciones que el opositor atinaba a realizar. Lo mismo ocurrió en las de otros referentes de UP, como Axel Kicillof y Wado de Pedro, lo que contrastó con el llamativo silencio de la de Milei y la ausencia absoluta de sus socios nuevos, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y sus lugartenientes.
 
Solo repasar los trending topics ni bien terminó el duelo permitía constatar hasta qué punto se midieron dos fuerzas desparejas: Sergio Massa, Google, Sí o no, Malvinas, Cruyff, Papa, Por sí o por no, Thatcher, GEDE, Banco Central, AFJP, Giuliani, Tigre... todos tópicos favorables al hombre de UP. Luego venía Conan, algo de lo que no se habló, pero que evidentemente ya formaba parte del bullying.
 
Las ausencias de referentes del PRO halcón también se notaron en la Facultad de Derecho, lo que fue resaltado por el ministro de Economía. Milei pareció un hombre solo, desorientado y preocupantemente falto de preparación y herramientas para poner manos a la obra en la delicada tarea para la que se ofrece.
 
 
Momentos de vapuleo
  
El mayor tormento de Milei se produjo en la primera mitad, en la que justamente se debatieron dos temas que, a priori, lo favorecían: economía y relaciones internacionales. Más esperablemente, también trastabilló en educación y salud.
 
El ida y vuelta fue para él un desastre, lo que se evidenció en su gestualidad, en sus dificultades discursivas y en la recurrencia a las muletillas y, como suele ocurrir con los boxeadores al borde del knockout, al eslogan.
 
En economía, Massa logró que casi ni se hable de la inflación del 140%, de una actividad que se enfría, de ingresos que no alcanzan y de una pobreza de más del 40%, todas cuestiones en las que le caben grandes responsabilidades: una verdadera proeza. Es más, ni perdió tiempo en justificar lo injustificable.
 
Para consumar esa toma de yudo -un hallazgo de cus coaches brasileños y el catalán Antoni Gutiérrez Rubí-, optó por defenderse atacando. Fue el tramo en el que lo acorraló con preguntas "por sí o por no" -una ocurrencia suya a la que el minarquista se sometió sin necesidad- respecto de sus propuestas más polémicas: eliminación de subsidios, privatización de Vaca Muerta, cierre del Banco Central y hasta privatización de mares y ríos. También sobre la dolarización, algo que a Milei le costó responder afirmativamente, cosa que hizo después de varias repreguntas, un dato posiblemente demostrativo del nivel de condicionamiento que su programa originar tiene a partir del apoyo condicionado de Macri. En resumen, el candidato-ministro lo corrió con un escarbadientes.
 
Repitió la operación al hablar de las relaciones con China y Brasil, las que Milei se niega a sostener por tratarse de dos "países comunistas", que da la casualidad de que además son los dos principales socios comerciales del país. Además, terminó por aceptar que debía pedirle disculpas a Francisco por haberlo insultado repetidamente, tuvo que aclarar que no va a entregar las Malvinas -apelando a una metáfora inentendible sobre el crack neerlandés Johan Cruyff- y no pudo dejar de admitir que admira a Margaret Thatcher, responsable -además de la dictadura de Leopoldo Galtieri- de la muerte de más de 600 jóvenes argentinos en 1982, ocasión en la que no ahorró sangre ni siquiera cuando pudo, como ocurrió con el hundimiento del ARA General Belgrano. El pin de la bandera argentina en la solapa del ministro dijo el resto.
 
Su caballito de batalla del libre comercio terminó atado a la idea de que derivaría en la pérdida de dos millones de puestos de trabajo y en un colapso económico para varias provincias argentinas.
 
En educación y salud, Milei tuvo un breve momento de tregua cuando recordó que Massa, hace muchos años, defendió el arancelamiento universitario, postura que ha cambiado radicalmente. Sin embargo, el cierre del primer tiempo resultó para aquel un desastre, cuando el renovador habló del tema que toda la audiencia tenía en mente: el "equilibrio mental". Según dijo -y Milei admitió- algo de eso hubo tiempo atrás en la decisión del Banco Central de no renovarle una pasantía.
 
 
Segundo tiempo
  
Lo que siguió fue menos brutal. En producción y trabajo, Massa se mostró propositivo, pero Milei no pudo aprovechar un nuevo momento económico, lo que se supone que es su expertise.
 
En seguridad, derrapó severamente otra vez al iniciar su exposición ponderando a Rudolph Giuliani... justo un aliado estadounidense de Massa y autor del prólogo de su libro sobre la política de seguridad en Tigre, la que el minarquista terminó por "reconocer".
 
Massa dejó pasar un ataque de su rival a Malena Galmarini, actitud de mal gusto a la que solo le dedicó una mueca. La que se encargó del asunto fue la propia titular de AySa.
 
Lo peor, sin embargo, fue cuando se aferró a un libreto mal pergeñado sobre una supuesta intención de Massa de avasallar, con sus propuestas, las autonomías provinciales. Habló de las limitaciones de la ley de Defensa Nacional a la actuación de las Fuerzas Armadas en conflictos internos, algo de lo que el peronista no habló; Milei confundió largamente los conceptos de "fuerzas armadas" y "fuerzas de seguridad".
 
Otro momento comprometido, tal vez el más comprometido de la noche, se produjo cuando Massa terminó un tramo de su argumentación y calló.
 
-¿Qué me querés preguntar? -dijo Milei, ya habituado a limitarse a responder preguntas que a decir lo suyo.
 
-Nada. Te cedí la palabra -señaló Massa
 
-Gracias. Te la cedo -ironizó el ultraderechista.
 
-Estamos ante un candidato que no tiene nada que decir y que solo llena el tiempo -metió la estocada el ministro.
 
No mintió: sin propuestas de relieve, el economista reiteró varias veces "para nosotros, el que las hace, las paga".
 
 
Tiempo de perdonar
  
Milei mencionó dos veces, pero no fue a fondo con un asunto espinoso para Massa: el juicio político a la Corte Suprema. Le perdonó allí la vida.
 
El peronista, en tanto, no fue a fondo en cuestiones como el mercado libre de armas, órganos y niños. Esos asuntos fueron ampliamente ventilados en una campaña extenuante y los votos de las personas sensibles a esas cuestiones se supone que ya están de su lado.
 
Algo similar, acaso, pueda decirse de su gran omisión de la noche: plantearle "un sí o no" sobre el negacionismo de los crímenes de la última dictadura. En el debate anterior, el propio Milei confirmó ese punto, la parte de la población sensible a la importancia de la política de "memoria, verdad y justicia" ya está decidida, insistir en ello habría sido "kirchnerizarse" y los sufragios que aún están en el aire evidentemente priorizan cuestiones vinculadas con el presente y con lo material.
 
"No se trata de Macri o de Cristina, Javier; el domingo es vos o yo", le dijo el renovador.
 
El rating de 48 puntos -casi cinco millones de espectadores- fue muy importante, pero queda por verse si influye sobre el pequeño segmento de votantes oscilantes o indecisos. Si así fuera, Massa debería ganar, pero, si primaran otras consideraciones, evaluaciones sobre el presente o resistencias al peronismo o al kirchnerismo, el resultado podría ser otro. Eso no puede afirmarse de ninguna manera.
 
Fuente: Letra P
 

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09-12-2023 / 07:12
El inminente ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, afirmó que el presidente electo recibirá la peor herencia en la historia del país. Con esa apreciación, el futuro ministro inauguró una línea de declaraciones en el nuevo gobierno. Porque en toda la campaña electoral, Javier "el Loco" Milei nunca sustentó las medidas de ajuste, devaluaciones, privatizaciones y mano dura en la situación que dejaba el gobierno saliente, sino en que esas medidas serían las correctas. Para el Milei de la campaña no era una cuestión de políticas extremas ante el caos sino que habría que aplicarlas en cualquier situación.
 
Por eso no le interesa que YPF sea una mina de oro o que no haya antecedentes de que otros países hayan privatizado su petrolera estatal, o que Aerolíneas Argentinas haya cerrado sus cuentas con una ganancia de más de 30 millones de dólares. Para la ideología ultraliberal de Milei, aunque den muchas ganancias, hay que privatizar a YPF y Aerolíneas Argentinas. La idea no es que "pierden plata" o "con la mía" y la demás sarasa mentirosa del macrismo.
 
Es al revés. Para el macrismo, si son un buen negocio, primero se las funde para dársela a precio de ganga a un amigo o a la familia. Para Milei, el Estado no puede intervenir en ninguna actividad que sea rentable como negocio, porque entonces le corresponde a la empresa privada. O sea: si es rentable, con más razón hay que privatizarla. Si algo hay que reconocerle a Milei es que fue sincero durante la campaña. Por eso, esta nueva actitud de Caputo, más que seguir la línea de la campaña electoral del presidente electo, trae reminiscencias del viejo macrismo.
 
Nadie podrá discutir que la situación es mala. Pero es mala para la sociedad, para la gente común y, sobre todo para los más humildes. Es mala por la alta inflación, aunque ni se compara con las híper de Alfonsín y Menem-De la Rúa. Está muy lejos todavía. Es mala por el 45 por ciento de pobres, pero no ha sido mala para las empresas que, en su mayoría tuvieron grandes ganancias. Para las empresas, la que fue mala, muy mala, fue la gestión de Mauricio Macri, a la que perteneció Caputo y, durante la cual, la mayoría de las empresas tuvo números rojos.
 
Más que nada, la situación es mala para las cuentas del Estado por el sobreendeudamiento externo que fue tomado durante el macrismo y, en especial, por el inminente ministro en su gestión anterior, que ahora se queja porque tiene que pagar la deuda que tomó él. En realidad la situación es mala porque el gobierno que sale no supo o no pudo resolver la mala situación que dejó Mauricio Macri a su paso por el gobierno.
 
Durante la campaña, Milei amenazó con la dolarización y el cierre del Banco Central, lo cual generó inquietud en el mundo de las corporaciones y las financieras, porque se trata de una utopía ultraderechista que ni siquiera podría funcionar bajo una fuerte dictadura. Y aún así, el resultado sería negativo. Por la razón que fuera, Milei ya no habla de dolarizar ni de cerrar el Banco Central. Y ha comenzado a plantear concesiones a su pensamiento ultramontano. Habrá inflación dos años más, seguirá el Banco Central, al que deberá fortalecer con el aumento de reservas, la emisión se reducirá en forma progresiva y mantendrá los planes sociales. Ya anunció que habrá entre uno o dos años de estanflación, lo que equivale al asesinato de la actividad económica.
 

08-12-2023 / 12:12
El ex titular de la Federación Agraria analizó el impacto que tendrían las iniciativas de liberación de precios en los mostradores de las carnicerías locales. Eduardo Buzzi alertó sobre los posibles efectos de una desregulación de los precios en el mercado de la carne. Con la implementación del programa de liberación de precios que tiene entre manos el gabinete económico del gobierno de Javier "el Loco" Milei, los valores del mostrador de las carnicerías se fijarían en base al precio internacional, de modo que se "va a pagar 25 mil pesos el kilo la carne, según el precio internacional", según el referente agropecuario.
 
"Si dejan fluir [el precio de la carne], vamos a la carne a 20 o 25 mil pesos el kilo. Valores internacionales en dólares o en euros. Es lo que vale un kilo de carne en el mostrador en los países europeos, y es lo que valdría si queremos compararnos con la demanda de los chinos. Ya hoy cuesta pagar 5 mil, 6 mil pesos algunos cortes. Imaginemos si eso se duplica o se triplica", deslizó Buzzi.
 
"En cualquier carnicería europea, el kilo vale [un equivalente a] 20 mil o 25 mil pesos. Y el costo de exportación a China es de 15 mil a 18 mil dólares por tonelada; o sea, 15 o 18 mil pesos por kilo", explicó el ex presidente de la Federación Agraria Argentina para fundamentar su razonamiento.
 
"Si los privados ordenan la economía y se elimina la Secretaría de Comercio, ¿quién va a controlar los valores de los alimentos para todas la clases sociales, en particular para las más postergadas?", cuestionó el dirigente agropecuario.
 
La liberación de los precios correspondientes a los productos del agro produciría un efecto de "nivelación", a partir del cual los precios de exportación se trasladarían a los del mercado interno. A la hora de comparar dichas cifras con el nivel de ingresos de sectores específicos, Buzzi afirmó que "un jubilado con la mínima va a poder comprar solo 4 kilos de carne por mes".
 
Si esto sucede, "le van a tener que cuadriplicar la jubilación o van a tener que poner cortadoras de fiambre en las carnicerías", ironizó Buzzi. En este marco, Buzzi encendió las alarmas por un panorama que considera devastador para el bolsillo de los consumidores, en caso de que se supriman los mecanismos para que el Estado promueva una política de control de precios en el rubro alimenticio.
 
"Si vamos hacia la desaparición de las secretarías de Comercio y de Agricultura, y a través de un decreto se impide la intervención en la economía, el daño que van a recibir al menos 30 millones de argentinos va a ser muy doloroso", concluyó el ex titular de la Federación Agraria Argentina.
 
Frente a esta posibilidad, ¿Qué se puede esperar de un presidente electo -de extrema derecha-, que es un ex instructor de sexo tántrico. Un entusiasta del Bitcoin. Dueño de cinco mastines, todos ellos clonados. Que segura haber hablado (luego de sus muertes) con los pensadores de derecha Murray Rothbard y Ayn Rand, como así también con su perro muerto Conan, el progenitor de los clones. Que asegura haber visto la resurrección de Cristo tres veces, pero prefiere hablar de ello para no parecer loco? Y que en el pasado, llegó a ser futbolista semi profesional, músico de rock, comediante, y (acaso esto sea una decepción) profesor de Economía.
 
La Opinión Popular
 

07-12-2023 / 11:12
Este domingo, Javier Milei jurará como presidente y pondrá en marcha una aventura que nace cruzada por una dicotomía asombrosa: la intención de realizar el cambio económico y social más radical desde la redemocratización de 1983 y, en paralelo, una falta de recursos políticos sin precedentes. Malas noticias para Milei antes de asumir ya le "marcaron la cancha". Desde supuestas versiones de las FFAA, Mauricio Macri, mediante Eduardo Feinmann, lo condiciona a Luis Petri, flamante Ministro de Defensa.
 
Es que la aventura Milei tiene, además, un contexto de realidad, el que generó el fenómeno que el ultraderechista encarna: la percepción generalizada sobre un estado de cosas que no da para más, una economía al borde del colapso y una sociedad dañada por la pobreza. Hay que darle a cualquier presidente recién asumido la chance de desplegar su proyecto, explicarlo y ponerlo a prueba en la realidad. Así será porque así lo decidió el voto, pero la crítica será inevitable y oportuna si, tal como lo sugirió sobradamente en la campaña, comienza barriendo consensos democráticos y normas de convivencia. La nueva Argentina ultraderechista nace muy tensa.
 
Quienes apostaron por La Libertad Avanza se entusiasman con la idea de que el nuevo gobierno barra a "la casta", racionalice el aparato del Estado, relance la economía y genere oportunidades de progreso social y personal. Muchas de esas personas se dicen dispuestas a hacer sacrificios en pos de esos objetivos, a recortar presupuestos familiares desde hace mucho tiempo insuficientes, a afrontar tarifas más caras y a percibir salarios que no correrán a la misma velocidad que la inflación que viene.
 
A ellas y, es de esperar, a toda la ciudadanía -sin comenzar a dividir peligrosamente a la Argentina entre "la gente de bien" y la que supuestamente no lo es- el mandatario inminente les hablará desde la explanada del Congreso. Sin embargo, el hecho de que la situación sea delicada le pone un límite a la tolerancia social. Muy pronto, el ajuste -apenas el primero que se verá- dejará de ser el otro y comenzará a doler en carne propia. Que lo pague la política será una mentira que pronto se desvanecerá en el verano que se acerca.
 
La nueva Argentina de Milei será un laboratorio sin precedentes históricos: el intento de una reforma neoliberal pinochetista de la economía y la sociedad en democracia. Sobre ese experimento flota un exotismo de la ideología: un gobierno anarcocapitalista. En el camino, puede que el futuro jefe de Estado aprenda algo sobre la vida que no figura en los libros de la escuela austríaca, si no lo traiciona su conocida aversión a la frustración.
 
La ideología pesará, sobre todo al inicio y en base a alineamientos internacionales que privilegiarán a Estados Unidos, Israel y el "mundo libre" por encima de las oportunidades de negocios e inversiones de Brasil, China, los BRICS y hasta el Mercosur. Pronto, sin embargo, la realidad irá poniendo diques de contención, que habrá que ver cómo sobrellevan las nuevas autoridades, ocasión en la que, como distracción, podría ganar protagonismo una agenda ideológica de derecha dura. Lo que viene será una guerra entre dogma y pragmatismo, entre proyecto y realidad, entre posibilidades y limitaciones.
 
Las diferencias ideológicas se dirimirán en lo político; en lo que pase con los derechos individuales y colectivos; en lo que ocurra con el consenso de memoria verdad y justicia; con la tolerancia en el debate público; con la paz social y con el manejo de la protesta social, pero también estarán presentes cuando se discuta el modelo económico. Lo que viene es la primacía absoluta del mercado, aun cuando sea monopólico, y el retiro voluntario del Estado. Esa es la paradoja del anarcocapitalismo, que en la práctica apenas puede ser un minarquismo: eliminar todo lo que sea posible de la autoridad estatal.
 
A eso seguirá un paquetazo de proyectos de ley, una masiva derogación de regulaciones, una liberación total de precios, una suba fuerte de tarifas y combustibles, suelta de remarcaciones, eliminación de dependencias enteras del Estado, despidos voluminosos y cese de contratos... Bienvenido, "mercado".
 
La Opinión Popular
 

06-12-2023 / 09:12
Santiago Bausili, futuro presidente del Banco Central, involucrado en un multimillonario negociado en la Ciudad y socio de Luis "Toto" Caputo, futuro ministro de Economía, estaba procesado por haber favorecido a su ex empleador, el Deutsche Bank, pero este martes fue beneficiado por la Justicia macrista y quedó al borde del sobreseimiento. Ambos organizaron el fideicomiso para financiar el Paseo Gigena, una megaobra en el exestacionamiento del Hipódromo de Palermo, terreno público de la Ciudad.
 
Bausili será no solamente compañero de Caputo en la futura gestión de Javier "el Loco" Milei -presidente del Banco Central y ministro de Economía, respectivamente- sino que ambos ya fueron compañeros en la gestión de Mauricio Macri y, en el ámbito privado, son socios en una empresa protagonista de un negocio multimillonario con terrenos públicos de la Ciudad de Buenos Aires: el Paseo Gigena.
 
El nombre de Bausili, exsecretario de Finanzas de Cambiemos, volvió a cobrar protagonismo este martes, después de que la Cámara Federal de Apelaciones porteña lo favoreciera con una falta de mérito que lo dejó al borde del sobreseimiento. Estaba procesado por el juez federal Sebastián Casanello por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública en el marco de su intervención en el "megacanje II", acusado de haber favorecido al banco Deutsche Bank, que era su empleador hasta que ingresó en la función pública.
 
Pero también es socio de Caputo en la consultora financiara Anker Latinoamérica, una de las seis empresas que intervienen en el Paseo Gigena. Anker fue fundada en 2020 por "Toto" Caputo, que además de futuro ministro de Economía ya fue ministro de Finanzas durante el gobierno de Macri y primo de Nicolás "Nicky" Caputo, "amigo del alma" del expresidente y hombre cercano al jefe de Gobierno saliente, Horacio Rodríguez Larreta.
 
En 2020, el principal socio de Caputo fue su hermano Flavio, director de Caputo Hermanos, constructora y desarrolladora inmobiliaria. Actualmente, el principal socio de Toto Caputo en la consultora Anker es Bausili, su segundo en el ministerio durante el gobierno de Cambiemos y probable futuro presidente del BCRA. Ambos provienen de la banca internacional.
 
Desde que Milei --con el apoyo de Macri-- se impuso en el balotaje frente a Sergio Massa, los tribunales empezaron a dar señales de un reacomodamiento frente al nuevo bloque de poder --representado por la alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y sectores de Juntos por el Cambio. Uno de los beneficiados fue el propio Milei: el juez Julián Ercolini --por pedido del fiscal Eduardo Taiano-- desestimó las denuncias que habían presentado por la corrida cambiaria.
 
En la última semana, la Sala II de la Cámara Federal porteña --con una composición distinta a la que examinó el caso Bausili-- resolvió reabrir una causa contra la vicepresidenta Cristina Fernández. Casualmente, el juez Casanello la había sobreseído en el expediente conocido mediáticamente como "Ruta del Dinero K" después de que el fiscal Guillermo Marijuan dictaminara que, tras diez años de investigación, no había encontrado elementos que vincularan a CFK con el esquema de lavado de dinero por el cual fue condenado el empresario Lázaro Báez.
 
El martes pasado, la Sala II de la Casación resolvió confirmar el sobreseimiento de Macri en la causa por el espionaje a las familias de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarino que se hundió en noviembre de 2017. La justicia favorece de manera escandalosa a los integrantes de la mafia macrista y al propio Jefe de la banda.
 
La Opinión Popular
 

05-12-2023 / 10:12
Javier "el Loco" Milei completa el rompecabezas ministerial, y muchos "heridos" quedan en el camino. Las idas y vueltas con funcionarios de su partido La Libertad Avanza (LLA) marcaron días de turbulencias y una sensación reiterada de frustración por parte de buena de parte de quienes los acompañaron en su aventura presidencial desde los primeros días.
 
A pesar de las promesas de Milei, las atribuciones de su vice, Victoria Villarruel, quedaron totalmente recortadas. De supuesta encargada del área militar y policial del futuro gobierno pasará a solo tocar la campanita del Senado. La gran beneficiaria es Patricia Bullrich, que se quedó con Seguridad y ahora colocó a su segundo, Luis Petri, en Defensa.
 
Fue un pedido de Bullrich, quien pasará a manejar a través de su excompañero de fórmula la totalidad de las fuerzas del Estado en una etapa de creciente conflictividad social. La vicepresidenta electa, que aspiraba a ocupar ese mismo lugar, perdió influencia en la interna libertaria. La pregunta es por el rol que tendrán las Fuerzas Armadas a partir del 10 de diciembre y los coletazos políticos de la decisión. La relación que Milei supo construir con Villarruel desde las bancas en el Congreso se mantuvo sin alteraciones durante toda la campaña que los depositará en la jefatura de Estado. Pero con la irrupción, primero, de Bullrich y Petri, todo parece enfriarse.
 
El presidente electo debe hacer malabares para dejar conformes a los sectores que lo apoyaron "incondicionalmente" para el balotaje en el que se impuso sobre Sergio Massa. Mauricio Macri, su principal garante de estructura, y aliado ni bien se conocieron las dos fórmulas que llegaron al desempate, pasó de frustración en frustración en este proceso de designaciones.
 
Ahora, la principal damnificada fue la abogada defensora de los genocidas de la última dictadura militar que parece haber retrocedido varios casilleros en áreas en las que se especulaba con su plena influencia. Las designaciones de Bullrich y Petri la alejan de dos de sus zonas de supuesto "expertise", Seguridad y Defensa, donde se especulaba que Villarruel pondría militares de su órbita golpista.
 
No cayó bien en la mesa chica de Milei el conocimiento de la presentación de manera secreta y cuasi golpista que Villarruel hizo de sus planes en ambas áreas ni la demostración de fuerzas interna sacando a la luz su fuerza política propia, y visitando los cuarteles de la Policía Federal y la Gendarmería. La vice electa se mantiene alejada del radio donde Milei desarrolla su agenda y sus reuniones.

Por su parte, los senadores radicales están indignados porque Villarruel se reunió con sus pares del peronismo y el macrismo, pero decidió ignorar a los legisladores de la UCR. "Es lejos la más antirradical de los libertarios, debe estar enojada por los juicios a los militares de Alfonsín", chicaneó un dirigente del radicalismo. La bronca llega a tal punto que los radicales no descartan confluir con el peronismo en una votación para elegir los encargados de las dos Secretarías que concentran el poder de conducción del Senado.
 
Los peronistas podrían quedarse con la Secretaría Administrativa, mientras que los radicales anhelan la Secretaría Parlamentaria. Desde un puesto manejarían los recursos del Senado y desde el otro, el control de la sesión. Esto dejaría a Villarruel como una figura decorativa, sin resortes para incidir en la dinámica parlamentaria.


El liberal Carlos Maslatón afirmó: "Nos salvamos. Defensa y Seguridad en manos de la gente de Villarruel hubiese permitido construir las bases políticas y operacionales para un golpe de estado. Y para habilitar la represión interna estilo 1976-1977 con la utilización de escuadrones de la muerte. Milei se avivó".

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