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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 13-11-2023 / 09:11
EL PERONISTA APABULLÓ A UN LIBERFACHO APICHONADO EN EL ÚLTIMO DEBATE PRESIDENCIAL

Sergio Massa ganó por nocaut: golpeó sin compasión durante dos horas a un Milei amateur

Sergio Massa ganó por nocaut: golpeó sin compasión durante dos horas a un Milei amateur
Decir que Massa le ganó el debate a Milei es no hacerle justicia a lo que ocurrió; le dio una paliza memorable, algo muy difícil de ver en instancias de este tipo, preparadas como son por ejércitos de expertos. Ahora bien, ¿semejante disparidad definirá la elección del próximo domingo a favor de Massa? No necesariamente, consolidadas como están las posiciones en la amplia mayoría del electorado. Los sondeos anticipan para el domingo 19 un empate técnico, con una ventaja para Milei que está dentro del error estadístico.
Si un debate tiene alguna posibilidad de definir una elección, ninguno mejor que el celebrado este domingo entre los dos candidatos a la Presidencia de Argentina. El peronista Sergio Massa aporreó sin compasión durante dos horas a su rival, el ultra derechista Javier Milei. El actual ministro de Economía concentró sus esfuerzos en exponer las contradicciones de Milei en la campaña, lo abrumó a preguntas que exigió contestar "por sí o por no", puso en duda su estabilidad emocional y cerca estuvo de hacerlo perder los estribos.
 
Un Milei balbuceante ocupó la mayor parte de su tiempo en defenderse. Tildó a Massa de mentiroso y de ser parte de "la casta" que "ha empobrecido al país", mientras agitaba el fantasma de un posible fraude en las elecciones del domingo próximo. Pero perdió, como un amateur, la oportunidad de sacar provecho de la crisis económica y demostró que no está preparado para gobernar el pais.
 
El formato de este debate definitivo, que permitió las interrupciones y el diálogo entre los contrincantes, favoreció con claridad al peronista desde el inicio. Por algo es un político con más de 30 años de experiencia, que fue candidato a presidente en 2015 despotricando contra el kirchnerismo (obtuvo el 21% de los votos) y ahora volvió al ruedo bajo la misma ala que antes repudió. Milei, que saltó a la política hace poco más de dos años desde la televisión, padeció la falta de reflejos políticos y debió asirse a sus repetidas muletillas de campaña y perdía el tiempo respondiendo ataques.
 
Massa se concentró en los permanentes cambios de opinión de su rival. Tras quedar segundo en la primera vuelta electoral, el ultra tomó distancia de sus propuestas más polémicas, como la libre portación de armas, el fin de las ayudas sociales o terminar con la educación pública. Massa le achacó también su alianza con Patricia Bullrich, tercera en el primer turno del 22 de octubre, y su jefe político, Mauricio "Titiritero" Macri (2015-2019).
 
"Por sí o por no, ¿vas a eliminar los subsidios? Por sí o por no, ¿vas a dolarizar la economía? Por sí o por no, ¿vas a privatizar ríos y mares? Por sí o por no, ¿vas a eliminar el Banco Central? Por sí o por no, ¿vas a arancelar las universidades?". "No me vas a condicionar, ustedes son unos mentirosos", le respondió Milei, atosigado por lo que por momentos fue más una suerte de entrevista. "No vamos a tocar las tarifas. Vos nos reventaste los ingresos, si tuviéramos los ingresos de antes de la convertibilidad [del peso con el dólar, en 1991] tendríamos cuatro veces más que hoy. ¿Sabés por qué voy a terminar con la inflación? Porque es la forma en que ustedes nos roban a nosotros, el Gobierno de delincuentes que vos integrás", le respondió. "Milei, el debate es largo, no te pongas agresivo", le contestó Massa.
 
Milei estuvo titubeante, pero nunca llegó del todo a perder los estribos. Siempre a la defensiva, sufrió la regla que le impedía tener apuntes. También el formato de los seis minutos. Ese era el tiempo del que disponía cada uno para desarrollar sus temas y perdían segundos cuando interrumpían al rival. Massa aprovechó la norma: disparaba preguntas cortas que dejaban sin tiempo a Milei, mientras él disponía más tarde de sus minutos para cerrar el bloque a gusto.
 
"Entiendo que hiciste tu carrera en televisión, pero lo que está en juego hoy es el futuro de la nación. O te contradecís en la base que presentaste a la justicia electoral o en lo que decís esta noche. Estamos ante alguien que miente esta noche o mintió durante toda la campaña", le achacó Massa a su rival. "Sos un mentiroso", le respondía Milei a repetición. Para el final, Massa dijo que quiere ser presidente "para superar" la crisis, convencido "de que ahora viene el crecimiento".
 
Decir que Massa le ganó el debate a Milei es no hacerle justicia a lo que ocurrió; le dio una paliza memorable, algo muy difícil de ver en instancias de este tipo, preparadas como son por ejércitos de expertos. Ahora bien, ¿semejante disparidad definirá la elección del próximo domingo a favor de Massa? No necesariamente, consolidadas como están las posiciones en la amplia mayoría del electorado. Los sondeos anticipan para el domingo 19 un empate técnico, con una ventaja para Milei que está dentro del error estadístico.
 
La Opinión Popular
 

 
19N SEGUNDA VUELTA
 
Debate presidencial: ganó Sergio Massa por nocaut
 
El debate de presidenciables fue triunfo para el peronista y un calvario para el ultraderechista. Por sí o por no, la estrategia que descolocó al candidato opositor. El posdebate, en los comentarios de periodistas y analistas, resultó también lapidario para el anarcocapitalista. "¿Gana el que habla mejor o el que miente menos? ¿Gana un mentiroso profesional o un amateur?", trató de defenderlo, lo mejor que pudo, un comunicador de amplia presencia.
 
Al menos en caliente, Massa se impuso incluso de visitante: en el terreno de las redes sociales, donde se supone que la ultraderecha descuella. Su cuenta de Twitter estuvo muy activa, replicando los fragmentos más favorables, así como videos recientes que desmentían las explicaciones que el opositor atinaba a realizar. Lo mismo ocurrió en las de otros referentes de UP, como Axel Kicillof y Wado de Pedro, lo que contrastó con el llamativo silencio de la de Milei y la ausencia absoluta de sus socios nuevos, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y sus lugartenientes.
 
Solo repasar los trending topics ni bien terminó el duelo permitía constatar hasta qué punto se midieron dos fuerzas desparejas: Sergio Massa, Google, Sí o no, Malvinas, Cruyff, Papa, Por sí o por no, Thatcher, GEDE, Banco Central, AFJP, Giuliani, Tigre... todos tópicos favorables al hombre de UP. Luego venía Conan, algo de lo que no se habló, pero que evidentemente ya formaba parte del bullying.
 
Las ausencias de referentes del PRO halcón también se notaron en la Facultad de Derecho, lo que fue resaltado por el ministro de Economía. Milei pareció un hombre solo, desorientado y preocupantemente falto de preparación y herramientas para poner manos a la obra en la delicada tarea para la que se ofrece.
 
 
Momentos de vapuleo
  
El mayor tormento de Milei se produjo en la primera mitad, en la que justamente se debatieron dos temas que, a priori, lo favorecían: economía y relaciones internacionales. Más esperablemente, también trastabilló en educación y salud.
 
El ida y vuelta fue para él un desastre, lo que se evidenció en su gestualidad, en sus dificultades discursivas y en la recurrencia a las muletillas y, como suele ocurrir con los boxeadores al borde del knockout, al eslogan.
 
En economía, Massa logró que casi ni se hable de la inflación del 140%, de una actividad que se enfría, de ingresos que no alcanzan y de una pobreza de más del 40%, todas cuestiones en las que le caben grandes responsabilidades: una verdadera proeza. Es más, ni perdió tiempo en justificar lo injustificable.
 
Para consumar esa toma de yudo -un hallazgo de cus coaches brasileños y el catalán Antoni Gutiérrez Rubí-, optó por defenderse atacando. Fue el tramo en el que lo acorraló con preguntas "por sí o por no" -una ocurrencia suya a la que el minarquista se sometió sin necesidad- respecto de sus propuestas más polémicas: eliminación de subsidios, privatización de Vaca Muerta, cierre del Banco Central y hasta privatización de mares y ríos. También sobre la dolarización, algo que a Milei le costó responder afirmativamente, cosa que hizo después de varias repreguntas, un dato posiblemente demostrativo del nivel de condicionamiento que su programa originar tiene a partir del apoyo condicionado de Macri. En resumen, el candidato-ministro lo corrió con un escarbadientes.
 
Repitió la operación al hablar de las relaciones con China y Brasil, las que Milei se niega a sostener por tratarse de dos "países comunistas", que da la casualidad de que además son los dos principales socios comerciales del país. Además, terminó por aceptar que debía pedirle disculpas a Francisco por haberlo insultado repetidamente, tuvo que aclarar que no va a entregar las Malvinas -apelando a una metáfora inentendible sobre el crack neerlandés Johan Cruyff- y no pudo dejar de admitir que admira a Margaret Thatcher, responsable -además de la dictadura de Leopoldo Galtieri- de la muerte de más de 600 jóvenes argentinos en 1982, ocasión en la que no ahorró sangre ni siquiera cuando pudo, como ocurrió con el hundimiento del ARA General Belgrano. El pin de la bandera argentina en la solapa del ministro dijo el resto.
 
Su caballito de batalla del libre comercio terminó atado a la idea de que derivaría en la pérdida de dos millones de puestos de trabajo y en un colapso económico para varias provincias argentinas.
 
En educación y salud, Milei tuvo un breve momento de tregua cuando recordó que Massa, hace muchos años, defendió el arancelamiento universitario, postura que ha cambiado radicalmente. Sin embargo, el cierre del primer tiempo resultó para aquel un desastre, cuando el renovador habló del tema que toda la audiencia tenía en mente: el "equilibrio mental". Según dijo -y Milei admitió- algo de eso hubo tiempo atrás en la decisión del Banco Central de no renovarle una pasantía.
 
 
Segundo tiempo
  
Lo que siguió fue menos brutal. En producción y trabajo, Massa se mostró propositivo, pero Milei no pudo aprovechar un nuevo momento económico, lo que se supone que es su expertise.
 
En seguridad, derrapó severamente otra vez al iniciar su exposición ponderando a Rudolph Giuliani... justo un aliado estadounidense de Massa y autor del prólogo de su libro sobre la política de seguridad en Tigre, la que el minarquista terminó por "reconocer".
 
Massa dejó pasar un ataque de su rival a Malena Galmarini, actitud de mal gusto a la que solo le dedicó una mueca. La que se encargó del asunto fue la propia titular de AySa.
 
Lo peor, sin embargo, fue cuando se aferró a un libreto mal pergeñado sobre una supuesta intención de Massa de avasallar, con sus propuestas, las autonomías provinciales. Habló de las limitaciones de la ley de Defensa Nacional a la actuación de las Fuerzas Armadas en conflictos internos, algo de lo que el peronista no habló; Milei confundió largamente los conceptos de "fuerzas armadas" y "fuerzas de seguridad".
 
Otro momento comprometido, tal vez el más comprometido de la noche, se produjo cuando Massa terminó un tramo de su argumentación y calló.
 
-¿Qué me querés preguntar? -dijo Milei, ya habituado a limitarse a responder preguntas que a decir lo suyo.
 
-Nada. Te cedí la palabra -señaló Massa
 
-Gracias. Te la cedo -ironizó el ultraderechista.
 
-Estamos ante un candidato que no tiene nada que decir y que solo llena el tiempo -metió la estocada el ministro.
 
No mintió: sin propuestas de relieve, el economista reiteró varias veces "para nosotros, el que las hace, las paga".
 
 
Tiempo de perdonar
  
Milei mencionó dos veces, pero no fue a fondo con un asunto espinoso para Massa: el juicio político a la Corte Suprema. Le perdonó allí la vida.
 
El peronista, en tanto, no fue a fondo en cuestiones como el mercado libre de armas, órganos y niños. Esos asuntos fueron ampliamente ventilados en una campaña extenuante y los votos de las personas sensibles a esas cuestiones se supone que ya están de su lado.
 
Algo similar, acaso, pueda decirse de su gran omisión de la noche: plantearle "un sí o no" sobre el negacionismo de los crímenes de la última dictadura. En el debate anterior, el propio Milei confirmó ese punto, la parte de la población sensible a la importancia de la política de "memoria, verdad y justicia" ya está decidida, insistir en ello habría sido "kirchnerizarse" y los sufragios que aún están en el aire evidentemente priorizan cuestiones vinculadas con el presente y con lo material.
 
"No se trata de Macri o de Cristina, Javier; el domingo es vos o yo", le dijo el renovador.
 
El rating de 48 puntos -casi cinco millones de espectadores- fue muy importante, pero queda por verse si influye sobre el pequeño segmento de votantes oscilantes o indecisos. Si así fuera, Massa debería ganar, pero, si primaran otras consideraciones, evaluaciones sobre el presente o resistencias al peronismo o al kirchnerismo, el resultado podría ser otro. Eso no puede afirmarse de ninguna manera.
 
Fuente: Letra P
 

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22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

20-12-2025 / 10:12
Agrandado como alpargata de pobre, en pocas semanas el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei dilapidó el resultado favorable de las urnas, resquebrajó su alianza con el PRO al romper la promesa de un lugar en la AGN; soportó un masivo acto de protesta de la CGT; debió postergar la reforma laboral, y le rechazaron en el Congreso su intento de derogar las leyes de presupuestos universitario y para discapacidad.
 
El efecto colateral del resultado favorable pero inesperado en las urnas fue confiarse demasiado y tomar de su propia medicina para creerse el relato sobre la estupidez humana. No ganó las elecciones porque los ciudadanos piensen que están bien. Es posible que así piense una pequeña parte de sus votantes. La mayoría sabe que está mal y votó -o no fue a votar- entre el discurso gorila antiperonista y la amenaza de un apocalipsis argentino inminente revoleado por el presidente norteamericano Donald Trump.
 
Javier Milei insiste en que la gente está bien. Es una mala lectura de la realidad que dibujan el Indec, el ministro Toto Caputo y Santiago Bausili en el Banco Central. Es el peor mensaje para mentir porque cualquier hijo de vecino puede constatar su falsedad. No importa si la inflación es cero o diez, ni si los medios dicen que bajó la pobreza. El sueldo no llega a fin de mes. O para que llegue hay que hacer sacrificios en calidad de vida, en calidad de salud y alimentación, en las vacaciones y el transporte. Todos saben que el padre, el tío o los abuelos están en el horno con las jubilaciones.
 
La lista de desgracias es más larga porque hay que anotar a los que perdieron negocios o el trabajo, que son cientos de miles. El gobierno hizo una mala lectura y sobre esa base tomó decisiones equivocadas. Una de ellas fue prometerles a sus aliados del PRO un puesto en la Auditoría General de la Nación que no podría otorgarle.
 
Se habló de una negociación con Unión por la Patria, pero en realidad, el puesto que estaba en discusión fue el que asumió la salteña Pamela Calleti que responde al gobernador Gustavo Sáenz. Si hubo negociación no fue por los votos. Los diputados de Unión por la Patria rechazaron las propuestas del Gobierno en todas las votaciones siguientes. Desde el intento oficial de derogar las leyes de financiamiento universitario y para la discapacidad, hasta el presupuesto. No hubo votos de Unión por la Patria en ninguna de esas votaciones.
 
El bochorno mayor fue con la compra de voluntades con los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) previo a la votación. Las provincias más fieles a las decisiones del bloque, como Buenos Aires, La Pampa, Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa quedaron fuera del reparto. Milei repartió 66 mil millones de pesos de ATN para comprar esos votos. Lo hizo en forma descarada.
 
Al tucumano Osvaldo Jaldo, el más favorecido, lo hizo llegar hasta Buenos Aires para que le bese el anillo y para escracharlo con una fotografía en la Rosada. Votos en remate para el Presupuesto y la Reforma Laboral, que son parte de las políticas del Gobierno que está destruyendo la industria y expulsando inversiones.
 
Se ha naturalizado esa actitud como un acto "responsable" de los gobernadores, como si el gobierno pudiera usar con ese fin los ATN que son para problemas concretos y no para comprar votos. Usado de esa manera, ese mecanismo es directamente extorsivo.
 
Los diputados que representan a las provincias de Misiones, Salta, San Juan y Mendoza, que originalmente habían votado a favor del aumento del presupuesto a las universidades y a la discapacidad, cambiaron su voto luego de que sus gobernadores recibieran los ATN.
 

19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
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18-12-2025 / 08:12
Tras conseguir la media sanción de un presupuesto 2026 que multiplica el ajuste, solo favorece a los más ricos y carga los costos sobre los desprotegidos, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei sufrió un duro golpe con el rechazo al capítulo que derogaba el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad. También quedaron fuera la restricción de la ley de zona fría y la desindexación de la AUH.
 
El Gobierno consiguió la aprobación en general el Presupuesto 2026, pero sufrió una derrota clave: la oposición logró voltear completo el capítulo 11, donde se concentraba la derogación del financiamiento universitario y de la emergencia en discapacidad, dos leyes que el oficialismo insiste con incumplir. Tras una sesión que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la madrugada, Lule Menem y Diego Santilli ofrecieron concesiones de todo tipo a gobernadores y bloques aliados para blindar el capítulo entero.
 
Sin embargo, al momento de la votación sólo reunieron 117 votos afirmativos, mientras que la oposición alcanzó 123 rechazos y sumó además dos abstenciones. Es la tercera vez en un semestre que el Gobierno pierde frente al financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, si se cuentan la sanción original de las leyes, la insistencia parlamentaria tras el veto presidencial y ahora el intento de derogación vía presupuesto. También se rechazaron la eliminación de las actualizaciones automáticas de la Asignación Universal por Hijo y demás asignaciones familiares.
 
Envalentonado por el triunfo electoral de octubre, el oficialismo buscó acelerar la motosierra y eliminar dos normas que el Congreso sancionó, el Ejecutivo vetó y ambas Cámaras ratificaron con mayoría agravada, más de los dos tercios de los presentes. A pesar de las arduas negociaciones, el reparto de ATN y las promesas de la Casa Rosada a los gobernadores aliados, la catamarqueña Fernanda Avila, se les dio vuelta y voto en contra el capítulo 11, al igual que los tres tucumanos del bloque Independencia y los tres salteños de Innovación Federal.
 
Para destrabar el trámite, el oficialismo había intentado a último momento una maniobra más: incorporó la adecuación de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires y un refuerzo de 21.000 millones de pesos para el Poder Judicial, bajo la administración del Consejo de la Magistratura. El objetivo fue evitar el naufragio del capítulo completo. "Le ponen un condicionamiento al Poder Judicial para que ni se le ocurra judicializar el capítulo XI porque se les cae el financiamiento. Son unos chantas y eso es lo que están haciendo ahora", denunció el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
 
A la hora de votar, resultaron decisivas las abstenciones de los radicales Cipolini y Schneider. Desde sus redes, la diputada Cecilia Moreu celebró la victoria de la oposición. "Quisieron jugar sucio y les salió mal. Pese a las múltiples maniobras extorsivas con las que el oficialismo y los sectores cómplices intentaron blindar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, logramos sostenerlas. Basta de dilaciones, son leyes votadas y ratificadas por el Congreso Nacional. Vamos a seguir dando la pelea para que entren en vigencia y se apliquen como corresponde", escribió en X.
 
Durante el debate varios diputados habían advertido que judicializarían la norma, de aprobarse. Los diputados Maximiliano Ferraro y Eduardo Valdés, fueron los encargados de advertir que el intento del oficialismo vulneraba el artículo 20 de la Ley 24.156 de Administración Financiera que en relación al presupuesto establece que "no podrá contener disposiciones de carácter permanente, ni reformar o derogar leyes vigentes".
 
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