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“Imposible es sólo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión”. Cassius Clay
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Nacionales - 29-05-2023 / 11:05
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Cristina, la campaña del peronismo y la reconstrucción de una alianza nacional

Cristina, la campaña del peronismo y la reconstrucción de una alianza nacional
Mientras el presidente naufragaba entre sus errores no forzados y las circunstancias dramáticas que le tocó atravesar, Massa estrechó su vínculo con la vice al punto tal que se convirtió, junto a Axel Kicillof, Wado De Pedro y el propio Máximo Kirchner, en uno de los vértices del dispositivo político que está diseñando CFK para la próxima etapa, como quedó claro en la disposición de lugares en el acto del jueves.
El jueves en Plaza de Mayo Cristina Fernández de Kirchner repitió la frase que servirá como cimiento para la campaña que el peronismo tiene por delante, con el desafío de volver a pedir el voto de la sociedad argentina después de cuatro años con más frustraciones que motivos para celebrar. "A pesar de los errores, equivocaciones o diferencias, este gobierno es infinitamente mejor que el que hubiera sido otro de Mauricio Macri, no tengo dudas", dijo.
 
Lo que puede traducirse, sin mucho riesgo, en otra formulación, sobre la que va a montarse el esfuerzo proselitista que ella proyecta para los próximos meses: que un nuevo gobierno de la fuerza que todavía llamamos Frente de Todos, en cualquiera de sus múltiples configuraciones posibles, es una opción "infinitamente mejor" para el país que la más leve de las alternativas que presenten las fuerzas opositoras.
 
Esto no tiene que ver con la apreciación que tenga la vicepresidenta sobre las decisiones tomadas por Alberto Fernández ni sobre la expectativa que pueda poner sobre cada uno de los aspirantes a la candidatura presidencial. CFK, apasionada por la historia argentina, sabe que aunque hoy la oferta electoral se estructure en tres partes, no hay más que dos modelos económicos en pugna: la especulación financiera o el desarrollo productivo.
 
Y que sí existe una disputa, desde la segunda mitad del siglo veinte, entre tres identidades políticas que se reparten y compiten por la representación de millones de argentinos: una de matriz nacional-popular, otra nacional-conservadora y una tercera, liberal en materia económica, ultramontana en términos de derechos individuales, y que nunca se sintió a disgusto compartiendo el asiento con expresiones antidemocráticas y violentas.
 
Así, cada vez que el rumbo de la economía lo marcó el sector nacional-popular, con los gobiernos de Juan Perón, Néstor Kirchner y CFK, los indicadores subieron por una escalera y hubo momentos virtuosos de grandes avances en el desarrollo nacional. Y en cada ciclo liberal, con la dictadura, en las presidencias de Carlos Menem y por último con los cuatro años de Mauricio Macri, el retroceso fue brutal.
 
Por eso resulta inútil plantear un acuerdo sobre el modelo económico del país con el sector liberal; porque cada vez que llegan al gobierno toman decisiones que van en dirección contraria al desarrollo. No es maldad (no en todos los casos) sino que tiene que ver con sus convicciones e intereses, particulares, sectoriales o extranjeros, que resultan contrarios al progreso de la Nación y al bien común de la sociedad argentina.
 
Con el sector nacional-conservador, por el contrario, no solamente se puede sino que es necesario buscar coincidencias, justamente para dejar en minoría a los que reman en dirección contraria. Cada vez que hubo una conducción nacional-popular fue en concurso con aquellos. Entre 1945 y 1955, o entre 2003 y 2015, el sector nacional-popular condujo procesos hegemónicos con los conservadores adentro.
 
La otra opción es forjar consensos económicos, que son independientes de los pactos políticos. Por el contrario, pueden ser compatibles, incluso, con situaciones de persecución a las fuerzas nacional-populares, con dictaduras, bombardeos a blancos civiles y fusilamientos. Como sucedió entre 1955 y 1975, cuando el sector nacional-conservador estableció una alianza con los liberales-fascistas para voltear y prohibir a Perón.
 

 
Durante esas dos décadas, sin embargo, el consenso económico era tan potente que la economía nunca dejó de tener una matriz nacional, y aunque con el paso de los años la pulseada era cada vez más desigual, la Argentina llegó al golpe de 1976 con menos de cinco por ciento de pobres, una distribución paritaria de la riqueza y con los obreros metalmecánicos de Córdoba ganando mejores salarios que sus pares de Detroit.
 
El sector liberal-fascista sólo pudo imponer su modelo económico a través de la combinación de dictadura con un plan de exterminio, a partir de 1976. La segunda victoria, en 1989, fue mediante el engaño, de la mano de un candidato que hizo campaña apelando al restablecimiento de una matriz nacional-popular (revolución productiva y salariazo) y que terminó por entregar la economía argentina al Consenso de Washington.
 
Recién en 2015, con Mauricio Macri, por primera vez desde que existe en el país el voto universal, es decir, desde que el sector nacional-popular tuvo representación política, los liberales pudieron convencer, en elecciones libres y democráticas, que la mitad más uno de los conservadores eligieran a su candidato. Así, la segunda rueda se definió por una ventaja exigua pero legítima, que puso a ese modelo a conducir nuevamente la economía.
 
Sergio Massa tuvo un rol clave en esa elección, en la que era el postulante que representaba a los nacional-conservadores. De cara a la segunda vuelta, su apoyo ("No quiero que gane Scioli", dijo) resultó indispensable para torcer la balanza a favor del sector liberal, así como su acompañamiento en los primeros meses del gobierno de Cambiemos permitió avanzar con políticas que resultaron dañinas para el país.
 
Pero los enojos en política duran seis meses, como decretó recientemente CFK. Y Massa hace ya cuatro años, cuando --a instancias de Máximo Kirchner-- reanudó lazos con la vicepresidenta, de quien había sido jefe de gabinete una década antes, recompuso ese error y volvió a encauzar la historia. El Frente de Todos, al fin y al cabo, no fue otra cosa que un intento por restablecer el pacto entre el nacionalismo popular y el conservador.
 
Durante esos cuatro años, mientras el presidente naufragaba entre sus errores no forzados y las circunstancias dramáticas que le tocó atravesar, Massa estrechó su vínculo con la vice al punto tal que se convirtió, junto a Axel Kicillof, Wado De Pedro y el propio Máximo Kirchner, en uno de los vértices del dispositivo político que está diseñando CFK para la próxima etapa, como quedó claro en la disposición de lugares en el acto del jueves.
 
Este domingo Massa va a viajar a China. Volará veintidos horas de ida y veinticuatro a la vuelta para buscar financiamiento en el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS mientras, en simultáneo, negocia con el Fondo Monetario Internacional para conseguir un adelanto de los desembolsos en términos que sean compatibles con las condiciones que dejó muy en claro Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo.
 
Esa voluntad (y la capacidad asociada) para negociar en simultáneo con ambas potencias, a pesar de la vulnerabilidad extrema del país en casi todos los frentes, contrasta con las definiciones de los principales candidatos opositores, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Javier Milei, todos en el cuadrante liberal (una vez más sintonizado con elementos neofascistas), en rechazo a profundizar la relación con China y los BRICS.
 
El gran acuerdo del que habla desde hace años Fernández de Kirchner no es otra cosa que la reconstrucción definitiva de una alianza nacional, de los sectores nacionales, no entre dirigentes sino en el pueblo, en defensa de los intereses nacionales que corren el riesgo de volver a quedar en manos de sus tres veces verdugos. El riesgo de que la pieza vuelva a caer en el casillero con la cabeza de la serpiente y haya que regresar, otra vez, al principio.
 
La contradicción política y económica primaria, en esta época de turbulencias globales y abundancia de recursos estratégicos para la Argentina, no es otra que la disyuntiva entre cuidar los intereses nacionales o entregarse a voluntades que no son propias ni comunes. Una vez más en la historia de nuestro país el ala liberal-neofa, por complicidad o por beneficios personales o sectoriales, son sus vectores, encargados de ejecutar la tarea.
 
El jueves, mientras medio millón de personas desbordaba el microcentro en una muestra de fortaleza política que debería preocuparlos, si tuvieran la humildad intelectual de considerar la posibilidad de perder la elección, dirigentes, voceros e influencers de la oposición pataleaban en las redes sociales por la supuesta apropiación por parte del peronismo de una fecha patria y por la utilización político-partidaria de la efeméride.
 
Y sin embargo, la revolución de Mayo de 1810  fue, también, un acto político partidario, llevado adelante por una alianza diversa, de carácter nacional, que tenía como objetivo una patria más libre y soberana, en contra de quienes se proponían prolongar la subordinación a un poder extranjero. En ese sentido, el acto del jueves, además de la señal de largada de la campaña presidencial, fue un homenaje fiel a esos patriotas.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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02-10-2023 / 12:10
Todo está abierto en el escenario electoral, sin expectativas de modificaciones mayores que resulten de los debates presidenciales. Desde ya que sobresalió el titubeo constante de Patricia Bullrich en sus intentos por hilar alguna oración, no ya una idea o propuesta. Javier Milei se mostró incómodo con el formato, pero no sufrió provocaciones que pudieran desestabilizarlo y evitó quedar como un "loquito". Sergio Massa y Juan Schiaretti no vacilaron jamás, y Myriam Bregman tampoco en la reiteración de su estructura discursiva.
 
Los presidenciables se atuvieron a su hoja de ruta durante un intercambio de ideas sin mayores sorpresas. El ministro de Economía Massa, sólido, aprovechó para polarizar con el modelo del libertario Milei, y llamó a defender a las empresas públicas y los "derechos conquistados". Bullrich y Milei criticaron la inflación y describieron sus planes neoliberales de ajuste. Durante el capítulo de derechos humanos, Milei negó que fueran 30 mil los desaparecidos por la dictadura genocida.
 
Nadie ganó ni -sobre todo- perdió considerablemente. El más flojo desempeño de Bullrich fue en el bloque temático de economía. La referente del PRO dijo que va a "borrar del mapa la inflación", como lo prometió en su momento Mauricio Macri y no cumplió. En todo caso, dejaría claro que Patricia no está en condiciones de sumar un voto más. Y no es menor que Massa haya salido airoso en un momento muy delicado. Punto. En materia de contenidos, el candidato peronista fue el más propositivo. Pero la duda sigue siendo si acaso se votarán propuestas.
 
El episodio de Martín Insaurralde amenaza a Unión por la Patria con ser un cisne negro a la altura de la foto de Olivos, en plena pandemia. Y lo más doloroso es que, por carácter transitivo, podría afectar a un funcionario y candidato con los quilates de Axel Kicillof, a cargo de la mejor gobernación bonaerense desde el recupero democrático. Hay una rabia comprensible y justificada.
 
Pero son otras las cuestiones estimadas como "decisivas". ¿El dólar disparado, con sus consecuencias inflacionarias, significa una adversidad que el oficialismo no podrá remontar? ¿O ese aspecto ya no le cambia nada al núcleo duro de los votantes de UxP, ni a quienes se les sumarían en unión contra el espanto neoliberal? ¿Es cierto que Milei detuvo su crecimiento porque, al ser visto como presidenciable con altas chances, mucha o bastante de la gente que lo votó retrocederá desde su catarsis embroncada? ¿Y acaso eso supondría un incremento en las probabilidades de Bullrich, cuando ni siquiera en sus propias filas la dan entrando al balotaje debido a una imagen de insolvencia que Carlos Melconian no pudo corregir?
 
Las medidas que Massa continúa implementando, sin parar, son otro intríngulis en cuanto a su eficacia electoral. Reparan en parte los efectos devaluatorios. El Fondo Monetario, que es el ministro de Economía virtual aunque deba reconocérseles a Massa y a su equipo la idoneidad para amortiguar exigencias extremas.
 
En el debate, Massa fue el más propositivo y quien demostró mayor experiencia previa. Es quien conoce los números reales. Quien tensa con los factores de poder. Quien gestiona las internas del peronismo y de los movimientos sociales. Quien sabe cómo son los resortes de tripular al Estado sin que se desmadre. Quien podría aterrizar, aun con enormes turbulencias, ese futuro de una macro estabilizada.
 
Massa se ocupó de repetir que si gana las elecciones hará un "gobierno de unidad nacional" para el que convocará a "los mejores, no importa que vengan del radicalismo, del PRO o inclusive del partido de Javier Milei". También en remarcar que su plan se apoya principalmente en potenciar las exportaciones.
 
La Opinión Popular
 

01-10-2023 / 08:10
Veintidós días pasaron entre que Sergio Massa prometió, en televisión, el final del impuesto a las ganancias para los salarios, y la sanción de la ley. La jugada, que caminó por la cornisa un par de veces, le permitió proyectar el mensaje más importante de su campaña: que tiene para ofrecer algo distinto a la experiencia de los cuatro años del Frente de Todos. Dinámica. Ejecutividad. Efectividad. Capacidad para torcer correlaciones de fuerza adversas. Una vez puede ser casualidad, dos ya es otra cosa. Buscará repetir la proeza antes de las elecciones. Apunta a que el Compre sin IVA pase por la cámara baja el 10 de octubre y que lo haga ley el Senado ocho días después, pocas horas antes del cierre de campaña.
 
La sesión de esta semana en el Senado fue una muestra de esa habilidad para tejer política y obtener resultados que el ministro exhibe como su principal cocarda ante la inexperiencia y aparente ineptitud de su adversario directo. Consiguió destrabar un Senado que venía chocando con la falta de quórum cada vez que intentó sesionar en los últimos meses. Pudo ofrendarle a Cristina Fernández el pliego de la jueza Ana María Figueroa, como prenda de unidad que le da crédito para mostrar más autonomía en el resto de la agenda. Mostró la capacidad de construir una mayoría que lleva su firma. Volvió a meter una cuña en la oposición. Negoció, concedió y ganó. Coronó la jugada con un acto multitudinario.
 
La sesión dejó ver los contornos de la unidad nacional de la que el candidato habla con frecuencia y que imagina como sostén de su gobierno. Lejos de una señal de rebeldía, esa búsqueda cuenta con el acuerdo explícito de CFK y sigue los lineamientos que ella señaló durante los últimos años. El propio nombre que eligieron los dos para la fuerza política que representa su alianza es Unión por la Patria. Si no lo ve, consulte a su oculista. La unidad implica una alianza con fuerzas provinciales, como también pudo apreciarse esta semana en Neuquén, donde Massa reunió en un acto multitudinario al MPN, a los ex MPN que ganaron la última elección y al peronismo local.
 
También con sectores de la oposición. Muchos medios se hicieron eco del tratamiento amistoso que le dio el ministro al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en el acto que se hizo hace una semana en Salta. Menos cobertura tuvo dos efectos prácticos de ese vínculo renovado. El primero fue que este viernes, por primera vez en casi ocho años de cautiverio ilegal, la justicia jujeña, que responde a Morales, autorizó a que Milagro Sala viaje a La Plata para recibir ayuda médica. El segundo fue que cinco senadores alineados con el presidente de la UCR se ausentaron en la votación sobre ganancias para marcar una diferencia con el resto de Juntos por el Cambio.
 
El final de esa experiencia política parece irremediable. Los radicales, la Coalición Cívica e incluso un sector del PRO no está dispuesto a seguir la aventura neofascista que eligió Mauricio Macri. Algunos de ellos ya tendieron puentes con Massa y le prometieron acompañarlo luego de que Patricia Bullrich quede descalificada. El problema para la candidata es que un dirigente que ya tomó la decisión de cambiar de jefatura empieza inmediatamente a trabajar para el nuevo, no espera a después de la elección. Mientras Macri prende fuego al PRO, porque si no es suyo prefiere que no sea de nadie, Bullrich lucha contra las llamas pero Massa es el que rescata a los sobrevivientes.
 
Un protagonista involuntario de esta etapa de la campaña es el papa Francisco. Mientras que la litúrgica procesión a Luján estuvo escoltada por pasacalles y carteles de impronta peronista con mensajes explícitos contra Milei, algo que el sumo pontífice no auspicia pero deja hacer, Bullrich presiona a su contacto con el Vaticano, el director de Scholas Ocurrentes, José María Del Corral, para que gestione un gesto de Bergoglio. Apurado, Del Corral confirmó en una nota la visita a la Argentina, que hoy está lejos de hacerse realidad. Esas señales no caen bien en la Santa Sede. Massa podría desplegar esta noche en el debate una bandera blanca para descongelar un vínculo que estuvo roto por décadas.
 

30-09-2023 / 10:09
Parece un reloj: la Cámara de Casación reabrió dos causas contra Cristina Fernández de Kirchner que habían sido cerradas por la falta de pruebas. No dijo que había pruebas, sino que la falta de ellas tenía que demostrarse en audiencias abiertas. Por otro lado, la jueza María Eugenia Capuchetti se apresuró a mandar a juicio oral la causa por el intento de asesinato de Cristina Kirchner, dejando a medio camino la investigación del financiamiento y los posibles instigadores.
 
En el primer caso, el interés principal es el escarnio público amplificado por los medios hegemónicos, como sucedió en la causa de Obras Públicas. En el segundo caso, se evitó poner en evidencia la relación de altos empresarios y dirigentes macristas con el grupo de marginales que intervino en el atentado.
 
La exhortación del tribunal oral a la jueza por la investigación que dejó incompleta y la declaración escrita de Brenda Uliarte, una de las detenidas, más la entrega, por parte del diputado Gerardo Milman, -después de meses de resistirse- de un celular que compró después del atentado, constituyen evidencia, por lo menos de ineptitud de la jueza o de su apuro para evitar esa vía de investigación.
 
La actividad de los acusados en las redes y sus cuentas fueron clausuradas por las empresas tras el atentado. La jueza pidió a las centrales de Nueva York el contenido de esas comunicaciones, pero no esperó la respuesta. El tribunal oral le preguntó ahora si le sigue interesando. Está demostrado que eran comunes en ese activismo las menciones al asesinato de Cristina Kirchner, a veces en broma, a veces como fantasía o como lo que deberían hacer.
 
En su declaración escrita Uliarte confesó que el autor material del intento de magnicidio, Fernando Sabag Montiel, le había dicho que hablaba siempre con "Carolina, la secretaria de un amigo". Carolina Gómez Mónaco es la secretaria de Milman, quien, según Uliarte, financiaba a grupos para que fueran a provocar frente al domicilio de Cristina Kirchner.
 
Y su conversación con Milman dos días antes del atentado, que fue escuchada en forma accidental por otro parroquiano del bar donde se encontraban, fue la que relacionó a Milman con el hecho criminal. A un comentario de su secretaria, el diputado respondió sonriente que "cuando la maten yo voy a estar camino a la Costa".
 
Todos los celulares de esa causa tuvieron problemas. El de Sabag Montiel fue manipulado y, sospechosamente, su contenido se borró por impericia de los que lo abrieron. Los celulares de las secretarias de Milman fueron borrados en una oficina de Patricia Bullrich antes de entregarlos. Milman se negó a entregar el suyo. Y ahora, tras meses de negarse, entregó un aparato cuyo modelo se empezó a vender después de la fecha del atentado.
 
Ivana Bohdziewicz, la otra secretaria de Milman denunció que fue intimidada cuando decidió declarar ante la Justicia y describió cómo habían borrado sus celulares en una oficina de Patricia Bullrich.
 
Tantas anomalías para impedir la investigación de las comunicaciones despiertan muchas sospechas y dejan algunas conjeturas. La primera es que si tanto importó destruir, ocultar o cambiar los celulares, es porque podían revelar contactos, todos relacionados con activistas, dirigentes y empresarios macristas.
 

29-09-2023 / 10:09
Sergio Massa, el ministro y candidato a presidente de Unión por la Patria, consiguió un logro político con la rápida aprobación de la eliminación del impuesto a los trabajadores tuvo en el Congreso y hoy celebrará al encabezar un gran acto de la CGT, la CTA y los movimientos sociales al Congreso. Anticipan que será el acto más masivo de la campaña hasta ahora, la antesala al primer debate de Massa con los demás candidatos presidenciales.
 
"Ningún trabajador volverá a pagar Ganancias", celebró anoche Massa, en una sesión presidida por Cristina Kirchner, la aprobación de la eliminación del tributo para la llamada "cuarta categoría", por lo que ahora sólo lo seguirán pagando menos de cien mil personas entre ejecutivos de empresas, altos funcionarios y jubilados de privilegio.
 
La iniciativa le representó a Massa la recuperación de la iniciativa política luego de las PASO mientras que para la oposición de Juntos por el Cambio se transformó en un dolor de cabeza, dado que nunca se pudo acomodar en el nuevo escenario. El candidato encabezará esta tarde una gran movilización que la CGT, la CTA y los movimientos sociales organizaron como modo de festejo a la sanción, junto al reconocimiento a todas las demás medidas de recomposición de los ingresos tomadas en los últimos días para hacer frente al pico inflacionario.
 
"El salario no es ganancia", fue el eslogan que instaló el oficialismo a lo largo del rápido tratamiento que tuvo el proyecto en el Congreso, de apenas dos semanas. Todo un logro en un Congreso que desde hace tiempo se caracterizó por la falta de acuerdos. "Hola, ¿qué tal? Tanto tiempo", ironizó la vicepresidenta al recibir a los senadores de la oposición que ingresaron al recinto luego de que el oficialismo consiguiera quórum con 38 legisladores. A los 31 de los bloques de Unión por la Patria se sumaron los cuatro peronistas disidentes y tres de fuerzas provinciales. Los mismos 38 que terminarían votando la iniciativa contra 27 de Juntos por el Cambio y la schiarettista Alejandra Vigo.
 
El argumento repetido por los representantes de la oposición fue que se trataba de una medida electoralista, inflacionaria y que desfinanciará a las provincias, dado que se trataba de un impuesto coparticipable. Otro de los argumentos fue que se trataba de una medida unilateral y que nadie los había consultado acerca de la conveniencia de aplicarla. Pero les resultó muy complicado convencer acerca de por qué algo que habían promovido una y otra vez -incluso fue una de las promesas incumplidas de la campaña de Mauricio Macri en 2015- ahora veían mal.
 
El jefe de la bancada del oficialismo, el formoseño José Mayans, se encargó de desbaratar los argumentos opositores. Por ejemplo, planteando que ellos se enojaban por no haber sido consultados antes del envío del proyecto cuando Mauricio Macri tomó una deuda sideral con el FMI por decreto, lo mismo que la que "Messi" (en referencia al ex ministro Luis "Toto" Caputo, bautizado "el messi de las finanzas" por el entonces jefe de gabinete Marcos Peña) tomó a 100 años. Y si hacían todo ese lío por un punto de coparticipación que se perderá sin Ganancias a los trabajadores, no quería pensar qué sucederá cuando Javier Milei la elimine de un plumazo como promete, algo que consideró inconstitucional.
 
Desde hace unas semanas, Massa puso como eje de su mensaje la recuperación de los ingresos de los trabajadores y jubilados, un objetivo que pudo acompañar con medidas. Es lo que buscará mostrar en el acto en Congreso y también trasladarlo al primer debate presidencial que se realizará el domingo en Santiago del Estero. Es el candidato más formado para la presidencia y eso quedará claro durante la discusión.
 
La Opinión Popular
 

28-09-2023 / 08:09
Arrancó el tramo final de la campaña. Con energía renovada, con otra agenda y con la centralidad recuperada, los principales candidatos de Unión por la Patria se reunieron con su militancia y llamaron a redoblar esfuerzos para ganar la elección. Si es posible, en octubre. Sergio Massa encabezó el acto con Axel Kicillof con un entusiasmo que hace tiempo no se veía. Aseguran que hay un "crecimiento importante" del peronismo en la provincia, que lo están "dando vuelta" y en el peronismo aseguran que Javier "el Loco" Milei se "estancó" en la provincia.
 
Con el foco puesto en el aporte de la provincia de Buenos Aires para lograr entrar al ballotage, el peronismo comenzó a predicar un discurso triunfalista a la par de la foto multitudinaria en el estadio de Cambaceres que superó las 50 mil personas. "Gracias al esfuerzo de cada uno de ustedes, estamos dando vuelta la historia, estamos empezando a construir el camino del triunfo para el 22 de octubre", dijo Massa de arranque.
 
Esa visión se replicó en algunos de los intendentes bonaerenses que asistieron al acto y que, a coro, hablaron de "un crecimiento que viene de abajo hacia arriba". También, afirmaron que las recientes medidas lanzadas por Massa "tuvieron una muy buena recepción" en sus vecinos y que sirven para "poner blanco sobre negro" frente a la propuestas de Milei. Pero también analizan que, en territorio bonaerense, se está dando "un despegue" de Massa en los sondeos de opinión y "un amesetamiento" de la imagen de Milei. "Aunque tuvo un crecimiento inmediato luego de las PASO, ahora Milei se estancó", dijo una voz significativa del peronismo bonaerense.
 
"El crecimiento del candidato a presidente en la provincia es importante. Es la primera vez después de las PASO que en varias encuestas se está viendo un crecimiento sostenido de parte de Massa en las encuestas", dijo al salir del acto la senadora Teresa García. Frente a ese cuadro, Kicillof y Massa hicieron hincapié en contrastar con las propuestas de Milei y en llamar a reforzar la militancia territorial "casa por casa".
 
"Cristina dijo que era una elección de pisos, vamos a ponerle un techo para que todos los pibes, los laburantes, los que quieren a nuestra patria, no voten a los que vienen a entregarla", dijo el gobernador Kicillof y agregó: "Si hay decepción y enojo vamos a entusiasmarlos con lo que pensamos hacer". Tras apuntar contra las propuestas de libre portación de armas y el ajuste al Estado que propone el libertario, Kicillof dijo: "No se construye con dinamita, motosierra y ajuste".
 
"Allá van ellos, los que quieren recortar la inversión del Estado, y armar vouchers para las escuelas secundarias. Acá vamos nosotros, los que defendemos la educación pública", dijo Massa, que también centralizó en Milei la mayor parte de los cuestionamientos. "Es cierto que generamos empleo pero es cierto que el salario no alcanza. Es cierto construimos Estado, pero también es cierto que no nos alcanzó para derrotar la pobreza", agregó el ministro de Economía horas después de conocerse el dato del Indec que marca que la pobreza alcanza el 40,1% de la población.
 
Más allá de la confrontación con las propuestas de Milei, Massa también se encargó de marcar una distinción con el perfil de la presidencia de Alberto Fernández: "Vayan con la frente alta a decirle a los compañeros que tengo el coraje para hacer los cambios que hagan falta, para cambiar los funcionarios y tomar las medidas que hagan falta para empezar un nuevo gobierno y una nueva etapa en la política argentina", dijo.
 
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