El tercer eje que planteó fue el de un gran acuerdo político entre todas las fuerzas para renovar el pacto democrático que prevaleció hasta el surgimiento del discurso de odio contra el adversario político. El país tiene constancia de que este discurso deriva irremediablemente hacia la violencia, como fue el atentado contra su vida. Es un discurso que la derecha no usa si cree que va a ganar. Cuando siente que su adversario crece, saca a relucir el "chorra", "corruptos", y demás insultos que forman una cortina de humo para evitar el debate político, porque es el terreno donde son más débiles.
 
El cuarto eje es la transformación de un sistema de administración de justicia anacrónico, con formas feudales, para mejorar el sistema republicano y la convivencia democrática. Y es posible que en ninguno de ellos se llegue al cien por ciento de cumplimiento. Pero la sociedad tiene que empezar por incluirlo en la agenda de los pasos imprescindibles y emprender la búsqueda hacia esos objetivos.
 
A pesar de que ya explicó varias veces que fue proscripta por la persecución judicial que sufrió, muchos de los que estaban en el acto tenían la expectativa, quizás como ilusión o fantasía, de su candidatura. Esa ilusión tiene una lógica. Porque el peronismo y sus aliados, pueden mostrar que son los únicos que cuando gobernaron, entregaron el país mejor que cuando lo recibieron. No hay otra fuerza que pueda decir lo mismo. Y la que representa mejor esa experiencia es Cristina. Eso creó un vínculo de confianza y de credibilidad que se basa en hechos concretos con esa multitud de ayer, formada por sectores medios, trabajadores organizados y movimientos sociales. Y por lo que esa multitud representa, ampliada a los que no asistieron. Los que están por fuera de esa relación, no pueden entender qué hacía tanta gente mojándose bajo la lluvia para escuchar hablar a una señora. Y no anunciar las candidaturas es una decisión política. Lo que quedó claro es quién tendrá un papel protagónico en esos nombramientos.

Por Luis Bruschtein


'/> Cristina: Me quieran matar, meter presa, nunca voy a ser de ellos, yo soy del pueblo y de ahí no me muevo / La Opinión Popular
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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 26-05-2023 / 10:05
ANTE UNA PLAZA DE MAYO DESBORDADA, MARCÓ LOS EJES DE CAMPAÑA DEL PERONISMO Y CONVOCÓ A LA INMENSA MULTITUD A PROTAGONIZARLA

Cristina: Me quieran matar, meter presa, nunca voy a ser de ellos, yo soy del pueblo y de ahí no me muevo

Cristina: Me quieran matar, meter presa, nunca voy a ser de ellos, yo soy del pueblo y de ahí no me muevo
Ante una Plaza de Mayo desbordada, Cristina marcó los ejes de campaña del peronismo y convocó a la inmensa multitud a protagonizarla. “Esto no es tarea de una persona”, aseguró. Defendió “una alianza entre lo público y lo privado” para mejorar la distribución del ingreso, y la contrapuso a las ya fracasadas alternativas que ofrecen el macrismo y Milei. La Vicepresidenta no eludió confrontar verbalmente con los poderes de la Argentina y señaló a la Corte Suprema y los medios hegemónicos como una suerte de ''rémora de la realeza'', y volvió a repetirles que su posición es irreductible.
La masividad del acto que convocó Cristina Kirchner al cumplirse 20 años de la asunción de Néstor Kirchner a la Presidencia confirmó la vigencia de un liderazgo que potencia su ascendiente en el peronismo y sus aliados y en el país. Además de temas puntuales relacionados con soberanía y distribución de la riqueza, propuso cuatro ejes que precisan de un acuerdo incluso con sus adversarios. Los presentó como ineludibles. Son problemas críticos, de mucha gravedad, que abren o cierran caminos.
 
La deuda tomada por el macrismo estuvo en el centro. "La deuda se otorgó por consideraciones políticas y por lo tanto, debe tener una solución política". Los acuerdos que se negocian y renegocian sofocan y obstaculizan el crecimiento. Tiene que ser la propia Argentina la que proponga la forma en que podrá pagar. Para llevar esta posición al FMI, se necesita consolidar unidad interna sobre este punto. De lo contrario es muy difícil sostenerlo. De la misma manera que es muy difícil hacer un acuerdo sobre este punto con los responsables internos del desastre. El macrismo no hizo autocrítica. Es un enfoque para ser llevado al Congreso y sacarlo por mayoría y para eso necesita una elección importante que le garantice un fuerte bloque de legisladores.
 
La otra tesis se basó en la experiencia de la mayoría de los países que han logrado un desarrollo significativo de su economía a través de una alianza entre lo público con lo privado. Es difícil que el capital concentrado, el dispositivo sojero y los ultra reaccionarios de las tecnológicas acepten en principio esta idea. Pero hay miles de medianos y pequeños productores y empresarios que pueden ser convocados. Fue lo que hizo Juan Perón con la CGE en los '70.
 
El tercer eje que planteó fue el de un gran acuerdo político entre todas las fuerzas para renovar el pacto democrático que prevaleció hasta el surgimiento del discurso de odio contra el adversario político. El país tiene constancia de que este discurso deriva irremediablemente hacia la violencia, como fue el atentado contra su vida. Es un discurso que la derecha no usa si cree que va a ganar. Cuando siente que su adversario crece, saca a relucir el "chorra", "corruptos", y demás insultos que forman una cortina de humo para evitar el debate político, porque es el terreno donde son más débiles.
 
El cuarto eje es la transformación de un sistema de administración de justicia anacrónico, con formas feudales, para mejorar el sistema republicano y la convivencia democrática. Y es posible que en ninguno de ellos se llegue al cien por ciento de cumplimiento. Pero la sociedad tiene que empezar por incluirlo en la agenda de los pasos imprescindibles y emprender la búsqueda hacia esos objetivos.
 
A pesar de que ya explicó varias veces que fue proscripta por la persecución judicial que sufrió, muchos de los que estaban en el acto tenían la expectativa, quizás como ilusión o fantasía, de su candidatura. Esa ilusión tiene una lógica. Porque el peronismo y sus aliados, pueden mostrar que son los únicos que cuando gobernaron, entregaron el país mejor que cuando lo recibieron. No hay otra fuerza que pueda decir lo mismo. Y la que representa mejor esa experiencia es Cristina. Eso creó un vínculo de confianza y de credibilidad que se basa en hechos concretos con esa multitud de ayer, formada por sectores medios, trabajadores organizados y movimientos sociales. Y por lo que esa multitud representa, ampliada a los que no asistieron. Los que están por fuera de esa relación, no pueden entender qué hacía tanta gente mojándose bajo la lluvia para escuchar hablar a una señora. Y no anunciar las candidaturas es una decisión política. Lo que quedó claro es quién tendrá un papel protagónico en esos nombramientos.

Por Luis Bruschtein


 
DE LOS CUATRO PUNTOS PROGRAMÁTICOS A LA PREVIA EN LA PLAZA DE MAYO
 
El discurso, el escenario y lo que no se vio del acto de Cristina Kirchner
 
Volvió a la Plaza y sobre el escenario volvió a establecer un diálogo de cara con los miles que se congregaron bajo el agua. Arrancó media hora antes y escuchó cuando le respondieron "¡Patria si, Colonia no!" al hablar de litio, soberanía y recursos naturales. Les pidió que vuelvan a saludarla más fuerte en el comienzo y esta vez hizo silencio cada vez que le cantaron el "¡Cristina Presidenta!" en una Plaza que por primera vez trasladó a la calle el último hit de las redes: "Una más y no jodemos más"
 
Como en 2015, Cristina Fernández de Kirchner volvió a poner el futuro en manos de la militancia. En bondi, en subte, en bici. "Basta de pedirle al otro que haga cosas que nosotros no estamos dispuestos a hacer --dijo--. Hay que romperse lo que hay que romperse y lo tienen que hacer todos y todas".
 
A 20 años de la asunción de Néstor Kirchner, CFK homenajeó a su compañero y exPresidente. Dio un mensaje de unidad; estableció los cuatro ejes que debe tener un programa de gobierno peronista, subrayó la necesidad de revisar el acuerdo con el FMI, le apuntó al Poder Judicial y convocó a la Plaza para lo que viene. Miles y miles la escuchaban bajo la lluvia a tan solo un mes del cierre de listas en un escenario que dejó planteado políticamente su centralidad y escenificó que ella será eje del armado electoral. A su lado, estuvieron dirigentes de todos los sectores del oficialismo. 
 
Y aunque la vicepresidenta no habló de candidaturas, ubicó detrás suyo en primera línea, a izquierda y derecha, a los que suenan presidenciables: Sergio Massa, Eduardo "Wado" de Pedro y Axel Kicillof.
 
En el escenario estuvo su hijo y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, con sus hijos --nietos de Cristina--; su cuñada y gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner. Hubo miembros del gabinete de Néstor Kirchner: Nilda Garré, Carlos Zannini, Daniel Filmus y Oscar Parrilli. Intendentes bonaerenses, sindicalistas como Hugo Yasky de la CTA y Pablo Moyano de la CGT; Juan Grabois, Estela de Carlotto y Taty Almeida, entre otros. Sólo un gobernador, además de Alicia Kirchner: Ricardo Quintela de La Rioja.
 
Sorprendió la presencia de parte de la "mesa chica" del Presidente, entre ellos Juan Manuel Olmos, Gabriela Cerruti y Victoria Tolosa Paz. Alberto Fernández viajó a Chapadmalal después del Tedeum, y no asistió a la Plaza. El jefe de Gabinete Agustín Rossi, también anotado en carrera presidencial, estuvo en la Plaza pero evitó subir al escenario.
 
Cuando todo concluyó varios sostenían que se trató de un discurso para cerrar filas, mostrar la centralidad de CFK y hacer tiempo para tomar una definición lo más cerca posible del cierre de listas. Antes y después del acto, la vice permaneció en un espacio montado especialmente detrás del escenario. Se reunió con su hijo y sus nietos, también con Kicillof, Massa, De Pedro, Zannini, Parrilli, Alicia Kirchner y el "Cuervo" Larroque.
 
"La oposición está en crisis y todos peleados y ella junta a todo el peronismo sin importar el sector. Es la única que puede hacer esto", decía uno de los congregados mientras observaba la desconcetración. "Macri se bajó de una posible candidatura y fue una fiesta --dijo--. Ella se bajó tres veces y la gente está triste y viene a pedirle que por favor sea ella". Otros decían que "CFK pidió que el sistema político ponga la cara", y que, aunque no habló de candidaturas, "los candidatos que estaban en el escenario juegan en tándem y están ordenados".

En esa línea, también subrayaron como gesto el viaje que este domingo emprende Sergio Massa a China y en compañía de Máximo K y de Olmos. "Es todo un dato", dijeron unos. Y otros leyeron un gesto de CFK hacia Kicillof porque en su intervención "elogió la gestión económica de 2012 a 2019". Larroque, en diálogo con Página12, resumió la jornada: "El peronismo está unido, tiene conducción y la militancia se fue contenta a la espera de una definición".

  
 
El discurso y el programa


En el primer tramo, CFK habló del gobierno de Néstor Kirchner. "Fuimos los kukas los que pagamos los depósitos a plazo fijo con el Boden 12. ¡Anoten! --dijo-- ¡Genios de la economía! Garparon la de ustedes, los perucas". Luego, puntualizó: NK "decidió, junto al compañero Lula Da Silva, pagar al contado la deuda con el FMI". Cuestionó a la oposición, remarcó que Mauricio Macri "entregó un país endeudado con dos dígitos de desocupación" y defendió su segundo mandato.
 
En ese momento hizo una defensa, también, del gobierno de Fernández. "A pesar de los errores, equivocaciones o diferencias --remarcó--, este gobierno es infinitamente mejor de lo que hubiera sido otro de Macri". Antes, había cuestionado que en el país hay crecimiento "pero se lo llevan cuatro vivos".
 
"Para distribuir el ingreso muchas veces hay que ponerle carita fea a los que tienen mucho. ¿O por qué se creen que en mi segundo gobierno pudimos llegar al 51 por ciento? ¿O por qué creen que me odian, me persiguen y me proscriben? Porque nunca fui de ellos ni lo voy a ser hagan lo que hagan: me quieran matar, meter presa, nunca voy a ser de ellos. Yo soy del pueblo", lanzó.
 
Entre tanto, volvían los cantos. ¡Cristina Presidenta!, decía la Plaza. "Una más", repetían. Y ella dijo que la tarea es otra: "Es necesario construir organización, profundidad sectorial en los sindicatos, en las fábricas. Una sola persona no puede. Tiene que haber cuadros que tomen la posta y lleven adelante el programa de gobierno que necesita la Argentina". Y planteó los cuatro ejes del programa a desarrollar.
 
Primero, dijo, dejar de lado el acuerdo con el FMI. "Si no logramos que ese programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo", indicó.
 
En esa línea, sostuvo que debe haber unidad en el conjunto de la sociedad para plantear que "fue un préstamo político y política también tiene que ser la solución". Allí retomó algo de La Plata: "En todo caso que lo aten a un porcentaje de exportaciones pero, que dejen de querer dirigir la política y clausurarnos la industrialización del país y convertirnos únicamente en proveedores de materia prima".
 
Segundo, "una alianza entre lo público y lo privado" para regular recursos estratégicos como el gas de Vaca Muerta y el litio sin perder soberanía. A los que critican la posibilidad de repetir en el país la experiencia de Bolivia y de Chile que declararon el litio como recurso estratégico, les dijo: "¡Pero qué vocación de colonia, hermano! ¡Qué vocación de volver a ser Potosí, ponete en la cabeza ser Malasia, ser Corea pero, no volver a ser Potosí por favor!". La Plaza respondió.

Cristina Kirchner siguió con el tercer punto, el pacto democrático quebrado desde el intento de magnicidio: evitar la violencia política. "Cuando escucho y dicen: hay que acabar con el peronismo o el kirchnerismo, por favor, ¿por qué tenemos que llegar al exterminio del otro si con ganarle alcanza? Se los digo como parte de una generación que fue devorada en la vorágine de la violencia política", apuntó.

 
Cuarto, el Poder Judicial. "Hay que volver a darle al país un Poder Judicial porque este se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia de la Argentina", lanzó CFK. Describió a la Corte como peor que la menemista, "un mamarracho", dijo, y volvió a sostener que es único poder que no es elegido por el voto popular. "Tenemos que repensar el diseño institucional, no podemos seguir con la rémora monárquica de personas designadas de por vida que nunca rinden cuentas a nadie".
 
La vicepresidenta, supo este diario, ya le habría encargado a Wado de Pedro la tarea de comenzar a elaborar un programa en el que él estaría trabajando con distintos sectores sociales.
 
"Empecemos a cumplir la Constitución, investiguemos la deuda, investiguemos a sus responsables. Es hora de que las instituciones no estén para cuidar los intereses de las corporaciones sino la de todos los argentinos", pidió.
 
Por último, con la tormenta y truenos intensos sobre la Plaza, envió un mensaje directo a la militancia: "Quiero convocarlos para que cada uno y una, en su lugar de estudio, en el trabajo, en la calle, en el bondi o en el subte, cuente quiénes son los verdaderos responsables de la situación que vive la Argentina en materia de endeudamiento, de falta de dólares, de corridas, para que esta vez la gente pueda decidir con claridad pero, sobre todo, con información".
 
Así dejó la quinta pata del programa.
 
Por Luis Bruschtein
Por Melisa Molina
 
Fuente: Página 12
 

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15-11-2025 / 10:11
Desde mayo la tendencia inflacionaria es al alza pero el IPC del Indec está lejos del sufrimiento de los bolsillos argentinos. Fuertes subas sub representadas que marcan un pulso en la calle muy distinto al que registra la estadística oficial. Es la mentira de las canastas de pobreza e indigencia. En ese marco, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei atraviesa un momento de creciente desgaste político y social, marcado por una serie de errores estratégicos, decisiones económicas controvertidas y promesas de campaña que se han diluido con el paso del tiempo.
 
Aunque el presidente continúa sosteniendo su discurso de reformas estructurales y combate contra la "casta", distintos sectores señalan falencias de gestión, inconsistencias doctrinarias y retrocesos que han afectado tanto su imagen como el rumbo de la administración. Uno de los principales focos de crítica apunta a la política económica. Pese a haber prometido libertad absoluta de mercados, el oficialismo implementó un esquema de devaluaciones administradas que contradice su discurso inicial.
 
Mientras se aplicó un crawling peg que deterioró salarios, jubilaciones y capacidad de consumo, también se produjo un reacomodamiento financiero que impactó sobre pymes y sectores productivos. El desarme de instrumentos financieros, como las letras estatales, generó un clima de incertidumbre que especialistas atribuyen a errores propios de gestión más que a herencias recibidas.
 
La gobernabilidad es otro frente de debilidad. Sin una base legislativa sólida y con tensiones internas, el oficialismo se apoyó recurrentemente en decretos, lo que debilitó la capacidad de negociación y profundizó la distancia con fuerzas aliadas y opositoras. A ello se sumó un episodio político costoso: la fallida estrategia de forzar un plebiscito anticipado, que derivó en una derrota y dejó al Presidente expuesto en su momento de mayor fragilidad.
 
La estructura de poder extremadamente concentrada, especialmente en el círculo íntimo más reducido, manejado autoritariamente por su hermana Karina, también es señalada como un factor que limita la capacidad de reacción ante crisis. Otro golpe duro llegó con el escándalo de la criptomoneda LIBRA, impulsada desde sectores cercanos al oficialismo y que terminó desplomándose abruptamente.
 
La polémica, bautizada como "Cryptogate", dañó la credibilidad presidencial, instaló dudas sobre el rol corrupto de funcionarios vinculados al proyecto y abrió interrogantes sobre eventuales responsabilidades políticas. A esto se suman los efectos sociales del ajuste. Los recortes profundos en salud pública redujeron programas, afectaron personal y dejaron en situación crítica a áreas sensibles, lo que despertó fuertes cuestionamientos desde organizaciones médicas y sociales. La contradicción entre el discurso de eficiencia estatal y la caída de prestaciones esenciales alimenta críticas sobre la orientación del ajuste.
 
En paralelo, varias promesas centrales de campaña quedaron inconclusas. La privatización de Vaca Muerta y de empresas estatales no avanzó; la ruptura de vínculos comerciales con países catalogados como "comunistas" quedó en declaraciones simbólicas más que en acciones concretas; y el supuesto desmantelamiento del sistema de planes sociales no llegó acompañado de mejoras sostenibles en la asistencia. Incluso afirmaciones erróneas sobre vacunas, como en el caso de la prevención del dengue, generaron malestar por la falta de precisión en cuestiones de salud pública. Con este panorama, Milei enfrenta un desgaste que combina problemas económicos, errores políticos y promesas que no lograron materializarse.
 
La Opinión Popular
 

15-11-2025 / 09:11
En una sincronía que se ha repetido en la historia, al tiempo que en Naciones Unidas el representante del gobierno argentino acusaba de corruptas a las víctimas de la dictadura y a sus familiares, en Washington se anunciaba un acuerdo con el gobierno de Javier "el Loco" Milei de subordinación y entrega. En Argentina, la violación de los derechos humanos, o su negación como en este caso, siempre tuvo su correlato con una relación de sumisión abyecta con Estados Unidos. La injerencia yanqui sobre su colonia argentina se profundiza. 

El miserable discurso pronunciado en la Comisión contra la Tortura de la ONU generó rechazo entre los demás presentes. En general, revictimizar a personas que han sufrido las peores aberraciones en torturas, violaciones, secuestros y desapariciones, genera repugnancia.

El funcionario al que le tocó jugar ese papel denigrante fue el subsecretario de Derechos Humanos, el siniestro Alberto Baños. Acusó a los organismos de derechos humanos, a las víctimas de la represión y a sus familiares de inventar la cifra de los 30 mil desaparecidos "para hacer negocio".
 
Este personaje tenía que responder preguntas sobre la represión del gobierno de Javier Milei a la protesta social y por el cercenamiento de políticas de derechos humanos. Pero eligió el papel más repulsivo para desacreditar a los organismos de derechos humanos que han sido quizás el aporte más democratizador que tuvo el proceso de transición democrática en la Argentina.
 
Baños es un exponente típico de un amplio sector del Poder Judicial. Se incorporó al fuero civil de la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura y fue designado juez en el gobierno de Carlos Menem. Tuvo a su cargo algunos casos de resonancia, como la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karshanyan, en la que estaban sospechados miembros de esa institución. Baños hizo que la misma policía sospechada participara en la investigación y después de un tiempo dejó el caso sin resolver.
 
En otro caso, declaró prescripta la corrupción por el vaciamiento de Aerolíneas, lo que después tuvo que ser reconsiderado por otro tribunal. Y cuando se reabrió la investigación por la desaparición de las manos de Perón, la carpeta donde estaban los resultados de la investigación fue misteriosamente sustraída de su despacho.
 
No sería el sujeto más indicado para hablar de corrupción o para ser la cara de los derechos humanos de un gobierno que los respete. Más bien, su función ha sido hasta ahora liquidar las políticas de derechos humanos que la sociedad construyó laboriosamente desde la retirada de la dictadura.
 
Y en su presentación en Ginebra ante la Comisión contra la Tortura intentó ocultar la violencia institucional del gobierno del estafador Milei que todos los miércoles es pública y notoria cuando reprime con violencia a los jubilados.
 
La presentación tan sucia de Baños coincidió con el anuncio del gobierno de Estados Unidos del acuerdo con Milei que levanta aranceles aduaneros a los productos de ese país, elimina controles de calidad, así como controles sanitarios y se compromete a obstaculizar el ingreso de productos de otros países.
 
La contrapartida es cero. Estados Unidos no se compromete a nada que favorezca a los productos argentinos. Lo que se conoce del acuerdo afectará gravemente a la industria local como advirtió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se asienta gran parte de esa actividad. Hay una regla invariable en la historia moderna del país: la violación sistemática de los derechos humanos ha estado siempre relacionada con gobiernos que al mismo tiempo entregaron soberanía. 
 

14-11-2025 / 09:11
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
 
Los argentinos nos enteramos del acuerdo por el que Trump viene a cobrar su apoyo electoral a Milei, y que pagaremos todos los argentinos. Allí, se anuncia la firma de un convenio Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos con Argentina. Ambos países se comprometen en abrir sus mercados en "áreas clave", aunque en la letra del texto difundido es mucho más la Argentina abriendo sus fronteras a los productos norteamericanos que los "compromisos" asumidos por este último. Es una reversión de Pacto Roca-Runcimann de 1933, el Estatuto Legal del Coloniaje, que subordinó la economía argentina a los intereses británicos.
 
El acuerdo favorece mucho más a los Estados Unidos. Entre los puntos principales destaca que Argentina brindará "acceso preferencial a productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información y productos agrícolas". A su vez, Estados Unidos eliminará aranceles para "ciertos recursos naturales argentinos y bienes farmacéuticos no patentados" y considerará el impacto del acuerdo al aplicar medidas comerciales relacionadas con la seguridad nacional.
 
En el ámbito agrícola, ambas partes se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso al mercado de carne vacuna y aviar, así como a facilitar el comercio de productos como menudencias, carne de cerdo y productos lácteos. También se acordó no restringir el uso de ciertos términos cárnicos y lácteos.
 
El documento subraya que Argentina eliminará barreras no arancelarias como licencias de importación y formalidades consulares, y se comprometió a desmantelar gradualmente el impuesto estadístico para productos estadounidenses. Asimismo, se alineará con estándares internacionales en múltiples sectores y reconocerá certificaciones de organismos estadounidenses como la FDA. Este último punto implica un mazazo para la industria farmacéutica nacional.
 
Es un acuerdo con costos. El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un paso histórico para el vínculo bilateral. Sin embargo, la letra fina sugiere que Milei es un títere de los yanquis y los principales beneficios inmediatos recaerán sobre la economía de la potencia del norte: mayor acceso a sectores industriales y tecnológicos argentinos, influencia regulatoria ampliada, apertura en agroalimentos y una posición reforzada en cadenas de valor estratégicas. Para Argentina, los potenciales beneficios -posible llegada de inversiones- dependerán de cómo se implementen las reformas y de si el país puede evitar que la apertura derive en una nueva dependencia comercial asimétrica.
 
Milei celebró la difusión del acuerdo por parte del gobierno de Estados Unidos (que en Argentina no se oficializó formalmente). Para los norteamericanos, los "recates" al gobierno anarco capitalista tras haber fracasado no una, sino dos veces en menos de seis meses (salvataje del FMI en abril y de EEUU en octubre), están rindiendo con el sometimiento de Argentina en forma de entrega de soberanía.
 
La Opinión Popular

13-11-2025 / 09:11
Se perdieron más de 220.000 puestos de trabajo durante el gobierno cipayo, vende patria y pro oligarca de Javier "el Loco" Milei. Es la caída de empleo registrado privado, público y trabajadoras de casas particulares en agosto en relación a noviembre de 2023. En el mismo período creció el monotributo (+121.740). La precarización laboral avanza. En ese marco, Milei puso nuevamente en agenda la reforma laboral con el falso argumento de crear empleo. En la historia del país ya se demostró que eso no ocurrió, solo avanzó la precarización laboral, con salarios por el piso, que aumentó las ganancias de los empresarios.
 
El impensable y contundente resultado electoral de hace unos domingos atrás agrandó al gobierno anarco capitalista, que pasó a la ofensiva. La punta de lanza de esta ofensiva es la promocionada reforma laboral. ¿Se trata de una modernización equitativa y democrática de las relaciones capital trabajo, o se trata de una regresión a formas de dominio absoluto del capital sobre el trabajo?
 
Aprovechando el envión dado por las urnas, Milei está decidido a cumplir con las imposiciones del FMI. Que el Congreso apruebe el presupuesto 2026 en las sesiones extraordinarias de diciembre y sancione las leyes que impongan las reformas laboral esclavista y la tributaria, también exigidas por el Círculo Rojo, en enero. La previsional quedaría para más adelante.
 
Así como desde el inicio de su gestión creó una suerte de sentido común acerca de las bondades del equilibrio fiscal, que ya nadie en la oposición sistémica discute. Así ha buscado imponer un ambiente favorable a las reformas, particularmente la que tiene que ver en contra de los derechos del trabajo.
 
Los argumentos son por demás conocidos. Modernizar la legislación y sus normativas que estarían obsoletas frente a los nuevos procesos de producción y comercialización, que no se adaptarían a las nuevas tecnologías en continuo cambio, que su rigidez impediría la creación de empleo y por lo tanto obstaculizaría la reducción de la informalidad. Cuando el desempleo en Argentina llegó al 7,9% en el primer trimestre de 2025, según el INDEC. Casi 1,8 millones de personas estuvieron sin trabajo en ese período.
 
No se trata de ninguna modernización, es una regresión a las condiciones laborales del pre peronismo, si se quiere de fines del siglo XIX y principios del XX, que maximizan las ganancias de las empresas sobre la base de rebajar aún más el ingreso de los trabajadores. La experiencia demuestra que este tipo de reformas solo traen más precarización y pérdida de derechos. (Recordar "Ley de Empleo", 1991 y "Ley de Empleo, productividad y equidad", 2000 (Ley Banelco). La creación de empleos formales, que baja la informalidad, no depende de este tipo de normativas sino del crecimiento de la inversión productiva y la expansión de la actividad económica.
 
¿Qué tipo de reforma es necesaria? Una que compense la asimetría entre capital y trabajo, que no incline la cancha más de lo que está. Que por ejemplo reduzca la jornada para crear empleo. Que reconozca la calidad de trabajadores y por lo tanto sus derechos a quiénes se desempeñan en los servicios de plataformas. Que otorgue derechos a quienes trabajan en la Economía Popular. Que reconozca las licencias por paternidad y regule las tareas de cuidados...
 
Las condiciones de vida de los trabajadores no mejorarán con la reforma laboral de Milei, hay que rechazar el proyecto y conquistar trabajo con derecho para todos. No hay nada que negociar. Por el contrario, hay que resistir y luchar contra esta reforma antiobrera y antisindical que beneficia a los ricos y perjudica a los pobres. 
 
La Opinión Popular
 

12-11-2025 / 11:11
Gobierno libertario solo para la casta de los más ricos. Los "héroes" del Presidente. Marcos Galperín, ferviente defensor de que el Estado no intervenga en la economía, recibe millonarias exenciones impositivas. En un contexto de ajuste fiscal y debates por la reforma tributaria, el Formulario 10-Q presentado por Mercado Libre ante la SEC de Estados Unidos expone una vez más los jugosos beneficios fiscales que el gobierno de Javier Milei le otorga al "unicornio" fundado por Galperín, el hombre más rico de la nación con un patrimonio de 8.300 millones de dólares, según Forbes.
 
La empresa, valorada en más de 106 mil millones de "verdes", reportó ingresos netos de 7.400 millones en el tercer trimestre, un 39 por ciento más que el año anterior, y ganancias de 421 millones de dólares. Sin embargo, detrás de estos números relucientes se esconde un "secreto a voces": exenciones impositivas que superan los 350 millones de dólares en los últimos cinco años.
 
Bajo el régimen de promoción de la Economía del Conocimiento, Mercado Libre accedió en los primeros nueve meses de 2025 a beneficios por 50 millones en Ganancias y 17 millones de dólares en aportes previsionales, un 52 por ciento más que en 2024. "Es un subsidio injusto a una multinacional que no lo necesita", critica el Observatorio del Trabajo Informático (OTI), vinculado a la Asociación Gremial de Computación.
 
A Galperín le perdonaron en 2021: US$ 59 millones, en 2022: US$ 81 millones, en 2023: US$ 109 millones, en 2024: US$ 57 millones, en 2025: US$ 67 millones. Total: US$ 373 millones de impuestos le perdonaron a Galperin en cinco años. Pero los sectores populares tienen que pagar el IVA de los fideos sin chistar.
 
Sectores gremiales y la industria financiera coinciden: con su tamaño colosal, Javier Milei abusa del esquema al encuadrar áreas menores bajo un solo CUIT, mientras evade contribuciones que podrían destinarse a pymes o servicios públicos en crisis. Galperín, exiliado fiscal en Uruguay, predica la libre competencia, pero no duda en alzar la voz contra rivales como Temu y Shein, las plataformas chinas que inundan el mercado con productos baratos.
 
En el Foro Abeceb, Juan Martín de la Serna, presidente de la filial argentina de Mercado Libre, exigió "reglas claras" para importaciones, advirtiendo que amenazan el 90 por ciento de ventas de pymes en la plataforma y el empleo local. "Abrir indiscriminadamente da trabajo a chinos, no a argentinos", sentenció.
 
Ironía pura: el defensor del no intervenciónismo estatal ahora pide regulaciones que protejan su imperio. El cruce en X con Miguel Ángel Pichetto lo desnuda todo. El diputado peronista instó a gravar a estas "economías de plataformas" para cuidar la industria nacional.

Galperín replicó con arrogancia: "No estoy preocupado, competimos exitosamente". Pichetto no se quedó atrás: "Mejor empezá a preocuparte, porque te van a pasar por arriba y ya impactan en empleos de distribución".

Mientras, el Gobierno de Milei discute bajar cargas patronales, pero calla sobre estos privilegios elitistas de los más ricos empresarios. Esta disparidad fiscal alimenta el descontento: ¿por qué el gobierno de Milei regala millones a un magnate mientras mientras los salarios deprimidos de jubilados y trabajadores pagan la crisis?

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