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Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Sociedad e Interés General - 25-05-2023 / 10:05
LA MANIPULACIÓN DE LA HISTORIA RESPECTO A LA FECHA Y ¿QUÉ SE CELEBRA CADA 25 DE MAYO?

25 de Mayo de 1810: Mariano Moreno y la Revolución que pudo ser

25 de Mayo de 1810: Mariano Moreno y la Revolución que pudo ser
Ante la figura histórica de Mariano Moreno, hay que elegir, porque escribir historia es elegir, "Toda historia es elección". Escribe: Dr. Alejandro Gonzalo García Garro.
El 25 de mayo de 1810 tiene más valor simbólico que histórico o político. Valor simbólico de un hecho fundacional que todo pueblo necesita reconocer para afianzar su identidad. Pero no fue el 25 de mayo un grito heroico de libertad como el de Tupac Amarú.

No hubo violencia, que es según el Diccionario de la Real Academia Española una de las características ineludibles que tiene el vocablo revolución, ni hubo cambios radicales. No fue tampoco una gran movilización popular como lo fue la reconquista de Buenos Aires durante las invasiones inglesas. No fue un gesto imperativo de las masas sublevadas como el 17 de octubre de 1945 pero tampoco una decisión tomada exclusivamente por los doctores y la "gente decente" como lo cuenta la historia liberal mitrista.


No declaró la independencia pues se hizo en nombre de Fernando VII. Destituyó un virrey, pero ese hecho ya tenía antecedentes con la destitución de Sobremonte cuando se eligió a Liniers. No existieron las escarapelas celestes y blancas que nos enseñó falsamente el Billiken porque se repartían estampitas con la efigie de Fernando VII, con un tono rojizo como el de la bandera española.


¿Cómo se puede entender la Revolución de Mayo? ¿Qué destacar de ella? Por la presencia de un hombre: Mariano Moreno. Es en la lucidez política de este personaje, que pasó por la historia argentina como un relámpago, donde podemos encontrar el verdadero germen revolucionario de Mayo y su dimensión histórica y nacional. Su Plan de Operaciones y la acción política emprendida, durante su corta gestión, se puede calificar de revolucionaria, dirigista, estatista, nacionalista, prohispánica, intervensionista y de dimensión continental, latinoamericana.


Ahora, si Mayo fue Moreno y esta fue una revolución que pudo haber sido, pero que no fue, ¿qué se celebra? ¿Qué conmemoramos? ¿Cuál debe ser la reflexión? Debe ir mucho más allá del 25 de mayo de 1810, en más de dos siglos de historia hay muchas páginas gloriosas para rescatar, que trazan la columna vertebral del pueblo argentino y sus más de 213 años de lucha y resistencia.


Escribe: Dr. Alejandro Gonzalo García Garro

“Ya que la América del Sud ha proclamado su independencia, para gozar de una justa y completa libertad, no carezca de las luces que se le han encubierto hasta ahora y que pueden conducirla en su gloriosa insurrección. Si no se dirige bien una revolución, si el espíritu de intriga, ambición y egoísmo sofoca el de la defensa de la patria, en un palabra: si el interés privado se prefiere al bien general, el noble sacudimiento de una nación es la fuente más fecunda de todos los excesos y del trastorno del orden social. Lejos de conseguirse el nuevo establecimiento y la tranquilidad del interior del estado que es en todos tiempos el objeto de los buenos, se cae en la mas horrenda anarquía, de que se siguen los asesinatos, las venganzas personales, y el predominio de los malvados sobre el virtuoso y pacifico ciudadano". Mariano Moreno. "Plan de Operaciones", 1810.

"No tienen los pueblos mayor enemigo de su libertad, que las preocupaciones adquiridas en la esclavitud." Mariano Moreno. "Sobre las miras del Congreso que acaba de convocarse, y Constitución del Estado", 1810.
 
Caracterización de la Revolución


Para la historia oficial mitrista Mayo es una revolución antihispanica, porteña, separatista y probritánica. Tiene el objetivo primordial de vincularnos económicamente con Inglaterra. Fue realizada, como ya dijimos, por la gente decente del puerto. Para ellos las invasiones inglesas sembraron la idea de la libertad en los porteños y el proceso fue también parte de una maniobra geopolítica de Inglaterra y su diplomacia. Sostienen que la bandera principal fue el librecambio y el hombre que personifica la revolución es el liberal colonizado, autor de la "Representación de los Hacendados", Mariano Moreno. Es una historia patriarcal también, en la que no existe la participación de las mujeres, las que fueron invisibilizadas.


Sin dudas, con matices y un poco más ajustada a la verdad ante diversos embates, esta es la versión que predomina culturalmente aun hoy. Fue pensada por el liberalismo argentino, con la finalidad de construir un hito fundacional a imagen y semejanza de Mitre, Sarmiento y cía. Es un relato histórico destinado a justificar, con el pasado, toda la política antinacional y entreguista que sobrevino a Caseros y Pavón. Toda política antinacional, desde Rivadavia hasta la dictadura de 1976, invoca este Mayo como antecedente de sus acciones.


Frente a esta versión interesada, se abrió paso otra explicación de los hechos de Mayo. Para una corriente del revisionismo histórico, Mayo fue una Revolución Democrática. Más que separatista y antihispanica, fue una lucha entre demócratas influidos por las ideales revolucionarios del siglo XVIII contra los absolutistas y burócratas monárquicos aferrados a los privilegios de la vieja España reaccionaria. Distingue con claridad dos tipos de liberalismos, uno de corte colonial y dependiente, conservador, europeizado, elitista y oligárquico y otro de corte revolucionario, democrático y nacional. En este último se inscribe el impulso inicial de Mayo. No fue pues una lucha entre criollos y españoles, fue una lucha entre demócratas y absolutistas, una disputa entre partidos políticos y no entre naciones.


Esta construcción histórica no fue tan homogénea ni inmediata como su antagonista. Aún hoy recibe aportes. Tal vez porque se cumplió la sentencia que a la historia la escriben los que ganan, se tuvo que esperar mucho tiempo y autores como para dar cuerpo a esta corriente que encuentra sus orígenes en Juan Bautista Alberdi y sus "Escritos Póstumos". Bajo esta perspectiva se puede comprender en su plenitud a un Mariano Moreno revolucionario y su "Plan de Operaciones" junto con la obra de la mayoría de los patriotas de Mayo.


Estas son las dos grandes corrientes que explican la Revolución de Mayo. Sin dudas hay otras, como también matices entre ellas. Pero creo que en líneas generales estas reflejan la disputa histórica sobre el tema en cuestión.
 
Mayo es Mariano Moreno


¿Cómo se puede entender la Revolución de Mayo? Por la presencia de un hombre: Mariano Moreno. Es en la lucidez política de este personaje, que pasó por la historia argentina como un relámpago, donde podemos encontrar el verdadero germen revolucionario de Mayo y su dimensión histórica y nacional. La acción política emprendida, durante su corta gestión se puede calificar de revolucionaria, dirigista, estatista, nacionalista, prohispánica, intervensionista y de dimensión continental, latinoamericana.


La lectura de sus textos, fundamentalmente del "Plan Revolucionario de Operaciones" muestra una penetrante comprensión de lo que es el Estado, de la estrategia y táctica para apoderarse de esa maquinaria y hacerla servir a los propios fines, contra sus antiguos usufructuarios.


Pero, como advertimos, las conclusiones sobre Moreno y sobre todo el proceso de Mayo, constituyen junto a la época de Rosas, las páginas donde se cobija la mayor diversidad de opiniones y disímiles interpretaciones en la historiografía argentina sobre los mismos hechos. Al punto de ser antagónicas.


Como vimos, para los libros de historia, y por ende los argentinos, hay muchos "Mayos". Pero la clave de todas las lecturas se encuentra en la caracterización de Mariano Moreno.
 
La manipulación política de Mariano Moreno por la historiografía


Siguiendo esta teoría, analizaré las distintas posiciones historiográficas sobre la Revolución de Mayo a través de la caracterización que hacen, cada una de las escuelas, sobre Moreno.


Ante la figura histórica de Mariano Moreno, hay que elegir, porque escribir historia es elegir, "Toda historia es elección". La elección es ineludible, inapelable en el "caso Moreno". No faltan documentos sobre él y su época, pero ningún historiador puede amparase en ellos para ahorrarse el trabajo de opinar. No hay medias tintas en las interpretaciones de la figura de Moreno, sus pocas acciones políticas, todas trascendentes y decisivas, son a primera vista intrincadas y hasta contradictorias. Incluso para hacer más complicada su interpretación, algunos documentos son públicos y otros secretos.


¿Cuál es en fin el "verdadero" Mariano Moreno? ¿El del motín de Alzaga? ¿El librecambista que supuestamente realizó la "Representación de los Hacendados"? ¿El "extremista" Secretario de la Junta que escribe el Plan de Operaciones? ¿El devoto católico estudiante de teología? ¿El ateo jacobino anticlerical?


La cuestión Moreno es un ejemplo de la sentencia de Jauretche: la cuestión histórica es una cuestión política. La diversidad de "Morenos" responde a las diferentes políticas que se quieren sustentar a partir de la interpretación histórica. Solo haré una enunciación de carácter ejemplificativo que no pretende ser exhaustiva ni metódica. Quiero dar al lector un pantallazo de los dos Morenos y sus autores... Veamos.
 
El liberal de la "Representación de los Hacendados"


Dejando de lado a Manuel Moreno, (hermano de Mariano) que escribió una biografía en 1812, uno de los primeros autores que se ocupó de Mariano Moreno fue Vicente Fidel López. Padre fundador de la historia liberal junto con Mitre, en su monumental obra "Historia de la República Argentina", López afirma que el 25 de Mayo fue una verdadera revolución independentista y Moreno era un liberal definitivamente influido por las ideas de la Ilustración francesa, de modo que las constantes menciones de fidelidad a Fernando VII que aparecen en los documentos oficiales son interpretadas como una mistificación, en adhesión a la idea de la máscara de Fernando.


Estas ideas no sufrieron grandes cambios en las glosas de Sarmiento y Mitre. Esta visión era concordante con las ideas liberales que encarnó la intelectualidad antirrosista primero, y la generación del 80 después. Esas generaciones requerían un Moreno liberal, librecambista, anti hispánico, laicista e incluso pro británico. Esa generación requería el repudio de Mitre a España, el invento mitrista de un mayo antiespañol, librecambista, ilustrado desde las luces de Francia y probritánico en lo económico.


En fin, primero López y luego Mitre juzgan a Mayo como un movimiento separatista, anti hispánico, dirigido a obtener el comercio libre, y por ende pro británico, la chispa del movimiento habrían sido las ideas divulgadas por los ofíciales ingleses durante las invasiones que ocurrieron unos años antes de Mayo.


Esta versión de los sucesos de Mayo es la que está todavía vigente hoy en muchos de los programas educativos. Y se repite cada año en publicaciones escolares. Es decir, interpretada como norteamericana por el ejemplo del norte, inglesa por el liberalismo británico y francesa por los libros de los enciclopedistas.


En el siglo XX, en trabajos aparecidos hacia 1921, Ricardo Levene presenta a Moreno como liberal, pero también, y a diferencia de López, como prohispánico y clerical. Pero ésta, en realidad, no fue más que una pequeña variación sobre el mismo tema de la historia oficial. Esta tesis fue repetida por miles de libros y ensayos por cientos de autores.
 
La Historia Social y Moreno


A la corriente de la Historia Social, la que domina hoy el aparato académico de la historia, el tema se les ha tornado complicado. Desde su aparición en 1956, en plena revolución fusiladora antiperonista, José Luís Romero y Halperín Donghi vienen aceptando la versión mitrista clásica. Pero ellos, según propia confesión, intentan remozarla, porque en la actualidad se encuentran con problemas para mantener la interpretación de Mayo dada por Mitre.


Luís Alberto Romero, en un rapto de sinceridad académica reconoce ceremoniosamente: "Hace tiempo que los historiadores profesionales, los historiadores en serio, vienen criticando esta explicación (la versión mitrista de Mayo). Coinciden en que los sucesos de Mayo de 1810 no fueron el fruto de un plan previo sino la imprevista consecuencia de un evento lejano...Un grupo de vecinos se hizo cargo del gobierno, de manera provisoria, sin saber bien para quién ni contra quién... (Los historiadores) estamos lejos de lo que se enseña en la escuela y también del sentido común. Sin duda hay una brecha que debe ser cerrada pues en Historia, tanto como en Física o Matemática, no puede admitirse tal distancia entre el saber científico y el escolar. Pero hay que hacerlo con cuidado. Este relato mítico (sobre Mayo) es hoy uno de los escasos soportes de la comunidad nacional" (Clarín 24/5/2002).


Se le podría retrucar que lo que está en crisis en parte no es la "comunidad nacional" sino la conciencia colonial creada y alimentada por la historia oficial de la cual Romero es uno de sus principales representantes. Y si esa comunidad nacional estuviese en crisis por los escasos soportes que la sostienen, ¿Es lo correcto continuar fabulando, mitificando? ¿Se fortalece la comunidad nacional con la mentira?
 
El revolucionario del Plan de Operaciones


En el siglo pasado, en la década del 40, cruzándose con esta tendencia aparecen dos libros del mismo autor, "Mariano Moreno y la Revolución Democrática Argentina" y "Mariano Moreno y su época" de Rodolfo Puiggrós. El autor era por entonces un expulsado del Partido Comunista y comenzaba su acercamiento al peronismo y al pensamiento nacional.


Los libros, más allá de los matices, mostraban a Moreno como un revolucionario completamente independentista, republicano y democrático. Puiggrós festeja en su trabajo los arrebatos jacobinos de Moreno y oculta o evita las evidencias que hacen de Moreno un ferviente liberal.
 
Raúl Scalabrini Ortiz


El enorme Raúl Scalabrini Ortiz, en el prólogo de su obra "Política Británica en el Río de la Plata" señala: "Los revolucionarios de 1810, con exclusión de Mariano Moreno, adoptaron sin análisis las doctrinas corrientes en Europa y se adscribieron a un libre cambio suicida. No percibieron siquiera, esta idea tan simple: si España, que era una nación poderosa, recurrió a medidas restrictivas para mantener el dominio comercial del continente, ¿cómo se defenderían de los riesgos de la excesiva libertad comercial estas inermes y balbuceantes repúblicas sudamericanas? Pero el manchesterismo estaba en auge y a su adopción ciega se le sacrificó todas las industria locales". Y más adelante ensambla la Revolución de Mayo con el espíritu de Mariano Moreno: "En su Plan Revolucionario- tildado de terrorista por los que creen que los tremendos estertores que anuncian, preceden y acompañan al nacimiento de las naciones, pueden ser realizados por una mansa conjunción de burgueses y paraguas- Mariano Moreno cuyo enfoque político no ha sido superado hasta hoy en el enfoque de los problemas argentinos, dilucida con extraordinaria clarividencia los modos propios de actuar de la perfidia al servicio de los intereses extranjeros, y arguye medidas extremas para sofocar en su origen rumores, calumnias, y torpezas que pueden relajar los ímpetus realizadores de una revolución".


Y Scalabrini va más allá, con su amarga dureza, cuando afirma que en realidad la Revolución de Mayo no fue la raíz de nuestra independencia, sino la causa del drama posterior. Cuando, ya derrotado definitivamente el morenismo, se concibe durante la gestión de Rivadavia el empréstito de la Baring Brothers que da comienzo a nuestra dependencia económica financiera con Gran Bretaña.
 
Hernández Arregui


Juan José Hernández Arregui, en "La Formación de la Conciencia Nacional" repudiando las maniobras de la historia oficial sentencia "Mariano Moreno, ejemplo típico de esta degradación historiográfica, presentado como liberal, antihispanista y democrático, cuando en realidad fue proteccionista, hispanista y autoritario". Realiza un análisis con conclusiones muy positivas sobre Moreno y el Plan de Operaciones. En algunos párrafos se lee "Moreno había previsto estos males y medio siglo antes de que mitre sacrificara el país a Buenos Aires, es decir a la clase ganadera, había preconizado un programa nacional tan realista como el puesto en práctica por los Estados Unidos al declararse la independencia". Junto a muchos otros elogios, califica a la política de Moreno como "un valioso antecedente", "realista y justa y nada simplista".
 
Abelardo Ramos


Para Jorge Abelardo Ramos es Moreno "la viva representación del jacobinismo revolucionario, es decir la idea de la Nación en Armas contra la reacción absolutista española" ("Revolución y Contrarrevolución en Argentina").


Pero en algo fallaba también para Ramos la concepción política de Moreno. Según este historiador, el jacobinismo no podía tener viabilidad en el Río de la Plata porque le faltaba el sustento social: la burguesía industrial. Esta carencia de sustento material es la explicación del rápido crepúsculo del partido morenista.


No obstante, para Ramos, "el punto de vista de los revolucionarios de Mayo, expresado por Moreno en su Plan, algunas de cuyas proposiciones se llevaron a la práctica, nace de una comprensión profunda de la realidad". En un juicio favorable, Ramos caracteriza a Moreno como proteccionista y enemigo del libre cambio.
 
John William Cooke


Cooke en 1965 publica su trabajo "Apuntes para la militancia". Se trata de un revisionismo histórico peronista y militante. En sus apuntes, que son de un alto valor político e historiográfico para toda una generación, señala con claridad el verdadero significado y la trascendencia revolucionaria de Moreno al afirmar que: "Desde la Independencia, los intereses foráneos tenían su aliado material en la burguesía comercial de Buenos Aires, dispuesta a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin restricciones con Europa. Su primera víctima fue Mariano Moreno, cuya visión americanista chocó con el centralismo unitario que subordinaba el país a la política bonaerense".
 
Norberto Galasso


En 1994 aparece un librito notable: "Mariano Moreno, el sabiecito del sur" escrito por el historiador Norberto Galasso de la corriente historiográfica autodenominada como "Revisionismo Federal Provinciano Socialista". En realidad, es una ampliación de un trabajo publicado mucho tiempo atrás que se llamó "Mariano Moreno y la Revolución Nacional".


Es una obra doblemente meritoria, primero por la originalidad y profundidad de la misma y segundo por el rigor documental en la que se apoya. Mariano Moreno es para Galasso "el hombre que sabe lo que quiere y cómo hacerlo, cuando los demás vacilan en medio del desconcierto y el fragor de la lucha: El es ya la revolución". Y en el transcurso de la obra, argumentando, basándose permanentemente en una documental rigurosa, en una impecable heurística y consumada hermenéutica demuestra que Moreno encarna junto con sus chisperos del 25 de mayo, el proyecto revolucionario nacional y democrático.


Norberto Galasso escribe una obra polémica y definitiva en que se exhibe a Moreno como un revolucionario dirigista, estatista, nacionalista e intervencionista. Esta obra se complementa con otro trabajo de Galasso de ineludible lectura: "La Revolución de Mayo (el pueblo quiere saber de qué se trató)".
 
Caída, derrota y herencia política de Mariano Moreno.


Pero en definitiva ¿cuál es el "verdadero" Mariano Moreno? Son todos "verdaderos" en cuanto convengamos que son construcciones políticas. Es tan sincero el Moreno de Vicente Fidel López como el de Galasso en la medida que advirtamos que ambos son dos expresiones de dos momentos históricos diferentes.


Empero, a pesar de tanto relativismo, juzgo necesario dar noticias de un Mariano Moreno nacional y revolucionario y hacer un balance de su obra.
 
Las limitaciones de la Revolución


Desde el primer día de mayo se plantearon dentro del frente revolucionario contradicciones insolubles, verdaderos antagonismos, en cuanto al despliegue y el alcance de la Revolución.


Conviene distinguir las tendencias fundamentales: Moreno representaba a los sectores radicalizados de la revolución contra la reacción absolutista española, la idea de la Nación en armas contra los realistas y las maquinaciones de Inglaterra y sus intereses. Ponía a Inglaterra en la segunda línea de peligro. El proyecto político y económico de este sector lo reflejan las concepciones de los historiadores y pensadores del campo nacional que citamos más arriba y se encuentra en el Plan de Operaciones.


Por otro lado, estaban los comerciantes monopolistas españoles, encabezados por Alzaga, que veían tanto en el intercambio libre con los ingleses como en el triunfo del partido morenista, la extinción de sus privilegios políticos y comerciales.


El tercer grupo estaba constituido por los comerciantes e importadores (apoyados por los ganaderos) interesados en el tráfico con Inglaterra y con el comercio exterior en general. Su representante más notable sería Rivadavia, verdadero fundador del partido unitario y precursor del mitrismo.


Moreno se lanzó con toda su generación a la lucha, pero fue vencido. Para sus detractores historiográficos el saavedrismo sería el antecedente inmediato de la política de entrega rivadaviana que tantas consecuencias funestas le acarrearía al país. Derrotado políticamente, se embarcó el 24 de enero de 1811 y murió el 4 de marzo, a la altura de la isla de Santa Catalina en circunstancias oscuras. Tenía 32 años de edad.


Se produce el cambio de régimen de gobierno, asume la Junta Grande, que se traducirá al principio en un cambio de lenguaje político. El nuevo gobierno carece de un plan nacional como el de Moreno y de una finalidad concreta. Débil en su lenguaje y políticamente dubitativo.
 
¿Qué pasó después de Moreno?


La caída de Moreno cierra el capítulo genuinamente revolucionario y nacional de la Revolución de Mayo.


Comienza una crisis monetaria y el gobierno en 1811 autoriza la exportación de oro y plata. Esta medida no sólo descapitaliza el país sino que eleva el precio de los artículos de consumo. En el primer triunvirato, cuyo inspirador es el Secretario Bernardino Rivadavia, se permitirá el ingreso al país del carbón europeo, se rebajaran los impuestos aduaneros para manufacturas extranjeras. En definitiva, se abrirán las puertas de la aduana a artículos ingleses que entran en competencia ruinosa con nuestras industrias locales. Los comerciantes extranjeros tienen, ahora, los mismos derechos que los comerciantes criollos. El equilibrio de fuerzas se termina de romper. El capital ingles manda sobre Buenos Aires y el puerto de la reina de la plata prima por sobre las provincias.


Porque, destruida la política nacional de Moreno, que contemplaba los intereses generales, y entronizada en el gobierno de Buenos Aires la tendencia rivadaviana probritánica, la oligarquía porteña se adueñó de la maquinaria virreinal. Usufructuó la provincia-metrópolis y se negó a repartir las rentas aduaneras con el resto de las provincias argentinas. Así planteadas las cosas se consolidan dos dependencias: "una interior y doméstica de las provincias del país con respecto a la provincia- metrópoli" y la otra exterior del país entero en relación al imperialismo de turno: el británico.


La oligarquía porteña embolsaba y repartía con sus socios ingleses la riqueza argentina...... y como respuesta a esta situación nace el federalismo, resultado del despojo de la riqueza argentina por una sola provincia.


Digo Mayo la revolución que no fue porque el monopolio del rey fue suplantado, una vez derrotado Moreno, por el monopolio de la oligarquía porteña. La metrópoli hizo del país su propia colonia...política ésta que sería resistida por los caudillos federales. Comienzan por esta razón y en este contexto histórico las guerras civiles en la Argentina que durarían décadas...
 
La herencia de Moreno


En 10 meses, Mariano Moreno transformó ideas, concepciones, produjo polarización política, indudablemente dejó una herencia. No lo hizo solo, tuvo el respaldo de la Sociedad Patriótica, que era un centro conspirativo, el Club de Marco y fundamentalmente la Logia Independencia, entidad revolucionaria, presidida por su amigo Julián Álvarez, quién recibiría en 1812 a los conjurados de la fragata Canning (San Martín, Alvear, Zapiola y Chilavert) procedentes de Londres, a donde habían escapado de las garras de la inquisición española continental.


Pese a su derrota, la herencia de Moreno siguió vigente, las banderas morenistas fueron levantadas por federales doctrinarios, como Manuel Dorrego. Su hermano Manuel Moreno y su amigo Tomas Guido fueron estrechos colaboradores de Juan Manuel de Rosas. Los caudillos federales hicieron propia sus enseñanzas en contra de la ambición centralista propia de los comerciantes porteños del partido rivadaviano.


Moreno supo conjugar lo nacional latinoamericano con las ideas universales del Iluminismo y la Enciclopedia. Las ideas morenistas en la economía, sobre el proteccionismo y la industrialización fueron llevadas a cabo por José de San Martín en Cuyo. En esa zona San Martín expropió a las familias ricas en animales y bienes para la causa del Ejército libertador y estableció una única aduana, entre otras resoluciones.


El mismo plan económico del "Plan de Operaciones" de Moreno y la estatización cuyana de San Martín, años más tarde tendrán realización concreta en el Paraguay de los López, destruido a sangre y fuego casi 60 años después, cumpliendo instrucciones del Imperio británico, por los ejércitos del Brasil esclavista y de la Argentina mitrista.


Resurgirán esas ideas por la unión latinoamericana con el yrigoyenismo y los socialistas. También el peronismo reivindicará a Moreno, en contra del nacionalismo católico reaccionario. El entonces diputado Albrieu, dirá en el parlamento del primer peronismo que la línea histórica nacional se expresa en la trilogía: Moreno - San Martín - Perón.


Por supuesto, la singular historia circular argentina se reserva el derecho de repetir sus errores y elegir los caminos de intereses mezquinos, dejando a la deriva las observaciones y propuestas de figuras como la de Mariano Moreno, que murió en un barco a Londres, en circunstancias poco claras.
 
¿Qué se celebra cada 25 de Mayo?


Sin dudas existen motivos para celebrar, el solo hecho de existir como nación nos da esa prerrogativa.


En un ensayo de Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña, "Mariano Moreno: Utopía y Revolución", se plantea una cuestión insoslayable para completar un análisis integral del joven Secretario de Guerra de la Primera Junta. En un texto que valora la obra de Moreno y sus ideas pero critica sus estrategias se lee: "Mariano Moreno aparece entonces, encarnado, en nuestra actualidad a la "utopía abstracta". Es un anticipo del tremendismo coetáneo, que equivocado en la elección de los medios (en tanto no se erige como medio fundamental de realización de las masas populares) aunque pueda estar acertado en la idea central, culmina su experiencia política en el más espectacular fracaso, objetivamente prorrevolucionario". El mismo ensayo manifiesta que "de utopías está sembrado el camino de la contrarrevolución".


Creo que esto también se debe incorporar a la lectura de la historia. Mayo fue Moreno y una revolución que pudo haber sido. Pero que no fue. Pero no fue por muchas razones. Sin duda que los enemigos de la revolución y las limitantes sociales contribuyeron en mayor medida a la derrota, pero también los revolucionarios equivocaron los caminos e hicieron su aporte. Creo que de toda derrota popular se deben extraer las enseñanzas para no repetir los mismos errores. Es lo único positivo que el pueblo puede extraer de una derrota de este tipo. Además, ha sido un constante en la historia argentina, ante el fracaso de los procesos revolucionarios el pueblo fue víctima de políticas reaccionarias que atentaban contra las mayorías.


José Pablo Feinmann, en uno de sus más sinceros libros, "Filosofía y Nación", también hace un balance crítico sobre Moreno. Entiende que sus buenas intenciones iluministas y jacobinas prescindían de un análisis político concreto. Considera que Moreno expresó una vanguardia sin pueblo, que devino en patrulla perdida. "Sobre que bases políticas fijas y estables habría de constituirse el Estado revolucionario... El soberbio, el solitario Moreno... no tiene respuesta para semejante pregunta...", pero en contra punto concluye Feinmann "...los pueblos sin verdaderas vanguardias quedan reducidos a la indiferenciación amorfa de la multitud...".


Aun así, Mariano Moreno fue el numen de Mayo y su estrella revolucionaria es la esencia del nacimiento de nuestra Patria, en sus ideas habita el sueño de una patria libre. De todo lo demás de Mayo, no se pueden decir cosas mejores.
 
Más de 213 años de lucha y resistencia


Hay muchas páginas gloriosas para rescatar, que dibujan la columna vertebral del pueblo argentino y sus 213 años de lucha. A los sueños de Moreno y los patriotas de Mayo debemos agregar la causa de Artigas, la epopeya libertadora de San Martín, la lucha de los caudillos federales, la defensa de la soberanía nacional de Juan Manuel de Rosas, el Yrigoyenismo, la patria de Juan Perón y Eva Perón y el peronismo de los 70 y muchas de las cosas buenas que nos ha dejado la democracia que vivimos desde 1983, sobre todo la salida de la implosión del neo liberalismo en el 2001 y las medidas a favor de las mayorías populares que se tomaron a partir del gobierno de Néstor Kirchner en 2003. 


Pero, en relación a los procesos en general, estos episodios históricos fueron brillos estelares intermitentes pero eslabonados en más 210 años de hegemonía de una política dirigida por las minorías. Todos tienen una solución de continuidad, son parte de una misma cadena que expresa idénticos valores y sueños.


Pero también creo que el recuerdo debe tener presente a los genocidios y derrotas que marcaron nuestra identidad. Las páginas oscuras de la conquista española de América, el genocidio del gaucho consumado por el unitarismo porteño; el holocausto del pueblo paraguayo y la infame Guerra de la Triple Infamia que dio el golpe de muerte a toda política de carácter continental; Roca y el genocidio de los pueblos originarios en la Campaña del Desierto que consolidó el poder de la oligarquía terrateniente; y el más reciente de todos ellos, el genocidio de la última dictadura militar de 1976 que destruyó las bases del modelo económico y social construido por el peronismo. A ellos se les debe sumar la infinidad de muertes, anónimas para la historia en su inmensa mayoría, por la aplicación de políticas económicas que generaron miseria, exclusión, pobreza y violencia social.


La historia no será jamás una consecuencia de lo que los líderes y las élites hacen, la historia tiene un solo protagonista y actor: el pueblo. De sus aciertos y errores, de sus triunfos y derrotas deriva nuestro presente. La reivindicación del pasado y sus actores deber ser una búsqueda de antecedentes de una misma lucha.


El 25 de Mayo es el parto de nuestra nación, el alumbramiento de la argentinidad. Toda evocación a Mayo es un acto de afirmación de nuestra nacionalidad. Un ejercicio de nacionalismo. Es la Nación que soñó Mariano Moreno. Pero todo acto de reafirmación nacional a través de la historia debe tener presente que somos una nación inconclusa, en marcha, porque todavía no somos lo que podemos ser. Arturo Jauretche lo expresaba con claridad cuando polemizaba con el nacionalismo reaccionario: "El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre, el nuestro parece al amor del padre junto a la cuna del hijo, y ésa es la sustancial diferencia. Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada para nosotros, sigue todavía naciendo".


Y eso es más válido aún para nuestra generación. La patria no está hecha, tampoco es un fatalismo histórico, ni el producto de los deseos de un puñado de hombres y mujeres. La Argentina será lo que nosotros, el pueblo, haga de ella.
 

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