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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 22-05-2023 / 10:05
EL PROBLEMA DE LAS PRESIDENCIAS DÉBILES PONE EN RIESGO LA DEMOCRACIA EN TODA LA REGIÓN

El desafío del Frente de Todos no es ganar la elección sino prepararse para gobernar

El desafío del Frente de Todos no es ganar la elección sino prepararse para gobernar
Trabajosamente, “hasta que duela”, como se decía en otros momentos, se cimentará esa unidad borgeana, adherida a fuerza de espanto e incontables horas de negociaciones no precisamente sobre asuntos que interpelan la sensibilidad social. El cruel arte de repartir, trastienda sucia pero necesaria de la praxis política que transita por esos días su temporada alta.
A medida que se acerca el momento de las decisiones más importantes, es más difícil disimular los recelos y el ruido entre los dos dispositivos cuya alianza sostiene en pie al Frente de Todos, el kirchnerismo y el Frente Renovador.
 
Trabajosamente, "hasta que duela", como se decía en otros momentos, se cimentará esa unidad borgeana, adherida a fuerza de espanto e incontables horas de negociaciones no precisamente sobre asuntos que interpelan la sensibilidad social. El cruel arte de repartir, trastienda sucia pero necesaria de la praxis política que transita por esos días su temporada alta.
 
De aquellos asuntos nada o casi nada puede informarse con certeza hasta bien pasada la hora del cierre de listas, como pueden atestiguar, cada dos años, miles de damnificados. Lo suyo no estuvo. Por eso, cuando todavía falta más de un mes para esa fecha marcada en el calendario, estas líneas intentarán evitar ese fárrago.
 
Por cálculo o necesidad (el costo de meses dedicados al autoboicot derrotista y/o el clamor estéril) las definiciones llegarán entrado junio. El 25 de mayo, si no hay un cambio de planes fuerte sobre la marcha, será una estación del proceso pero no su última parada.
 
Aunque demostró, una vez más, que incluso disminuida por la persecución mafiosa, un intento de asesinato y tres años de convivencia ruinosa en el poder, Cristina Fernández de Kirchner conserva la centralidad política en el peronismo, resultará difícil que esta vez el candidato surja exclusivamente de su lapicera; la coyuntura pide una opción que se construya más orgánicamente, de abajo hacia arriba.
 
Su bendición, si hubiera una sola fórmula o si decidiera apoyar explícitamente a una de cara a una eventual primaria, deberá llegar una vez que otros actores hayan movido sus piezas.
 
Quienes hablan con la vicepresidenta, un conjunto que cada vez tiene más elementos, interpretan de sus definiciones y silencios que ella todavía tampoco ha tomado una decisión. Que el silencio, por lo menos por ahora, no obedece al secreto sino a una instancia reflexiva y deliberativa.
 
No se trata solamente de elegir un candidato que pueda garantizar un piso alto para acceder a la segunda vuelta y poder ampliar su electorado de cara al ballotage. Deberá, además, promover a una persona capacitada para hacer frente al desafío más difícil, que no es ganar una elección sino gobernar.
 
El día más importante para el futuro de la Argentina no es el 13 de agosto ni el 22 de octubre ni el 19 de noviembre sino el 10 de diciembre, cuando asuma el próximo presidente, ponga a trabajar a su equipo y defina las medidas con las que intentará sacar al país de la complejísima situación en la que le tocará llegar a la Casa Rosada.
 
Eso, y su capacidad de poner rápidamente en marcha ese plan, es lo que va a determinar, en gran parte, el resultado de la disyuntiva principal: si va a tratarse del gobierno que logre sacar al país de la crisis o si va a ser un eslabón más en la cadena de impotencias.
 
Cada intento fallido tiene un costo elevado, en términos de poder. Pero no solamente de poder presente sino también de poder futuro. 
 

 
Cada vez que la democracia no está a la altura de las circunstancias, cada vez que la política democrática se demuestra impotente para afrontar los desafíos, para darle, en definitiva, a la sociedad, aquello que la sociedad, con todo derecho, espera de sus representantes, las secuelas no afectan solamente a los ejecutores de esas políticas sino que va despojando de poder a las instituciones que los encumbraron, haciendo aún más cuesta arriba la tarea de quienes los sucedan.
 
Prestemos un poco de atención a lo que está pasando a nuestro alrededor. En Brasil, Lula consiguió volver a la presidencia después de haber sido encarcelado tras una condena amañada, y para ganar las elecciones y poder gobernar armó una coalición mucho más amplia que el Frente de Todos.
 
Sin embargo, después de aplacar un intento de golpe de Estado en las primeras horas de su tercer mandato, sigue gobernando día a día, pisando arenas movedizas con cada medida que toma e incapaz, aún, de impulsar una agenda propia en el parlamento. Sin dudas es una presidencia débil.
 
Veamos lo que sucede en Chile o en Colombia, con dos gobiernos novedosos, que llevaron por primera vez  al poder a sectores de izquierda con agendas modernas, después de sendos procesos de emergencia de las demandas populares muy importantes.
 
En los dos casos, menos de dos años más tarde están teniendo enormes problemas para sostener las coaliciones que los llevaron al poder. En el caso de Gabriel Boric sufrió dos reveses electorales durísimos en el proceso constitucional; Gustavo Petro, por su parte, tuvo que salir a desmentir esta semana que hubiera un golpe de Estado en marcha.
 
En Ecuador, Guillermo Lasso tuvo que acudir a un mecanismo constitucional para disolver la asamblea legislativa ante la posibilidad de ser destituido por un juicio político. Intentará gobernar los próximos meses por decreto y difícilmente sea competitivo si decide presentarse a las elecciones anticipadas que convocó al cerrar el Congreso.
 
Perú sigue gobernado por un gobierno de facto o de legitimidad muy dudosa, apoyado en la represión de las fuerzas armadas y de seguridad, después de que se sucedieran seis presidentes distintos en los últimos siete años.
 
América del Sur, el continente que durante muchas décadas fue caracterizado por la ciencia política y la cultura popular como una zona de caudillos, presidencialismos fuertes, autócratas con mano de hierro y poco respeto por las instituciones, se ha convertido, con el correr de la última década, en tierra de democracias frágiles y ejecutivos débiles.
 
Con un problema adicional: en la memoria social permanece la idea de un responsable plenipotenciario que debe proveer y solucionar. Cuando no se corrobora esa provisión y nadie arregla lo que está roto, la culpa sigue siendo del Leviatán que ya no existe.
 
Cuando hablamos de democracias frágiles y ejecutivos débiles nos referimos a procesos en los que la política y las instituciones de representación popular pasan a tener, cada vez, un peso relativo menor a la hora de tomar decisiones importantes o estratégicas.
 
Como el poder no acepta vacíos, esas decisiones que no toman los representantes elegidos por el voto terminan en manos de otros, que casi siempre no fueron elegidos por nadie: una alianza entre sectores minoritarios de la sociedad, el poder judicial, aristocrático y a salvo de la voluntad del pueblo, las fuerzas de seguridad y/o armadas e intereses extranjeros.
 
La falta de representación a la hora de tomar decisiones tiene, a efectos prácticos, dos problemas que se retroalimentan. Por un lado se enajena el interés común en perjuicio de réditos privados y sectoriales, lo cual termina por deteriorar la calidad de vida de las mayorías.
 
Eso, a su vez, genera una mayor frustración con el sistema que se vuelca no contra los verdaderos autores intelectuales y beneficiarios del fraude sino contra el gobierno, en el cual la gente confió, al que la gente eligió y que no puede resolver esos problemas. Eso que CFK llama insatisfacción democrática pasa bastante por ahí.
 
El riesgo, muy presente, es el de una crisis sistémica que termine de llevarse los vestigios de la maltrecha democracia. Cuando se elige a un partido y los problemas no se resuelven y luego se opta por la oposición, que no solamente no resuelve los problemas sino que los agrava, y entonces se busca una tercera opción, quizás algo que está fuera del menú tradicional, por izquierda o por derecha, y tampoco, entonces es sólo cuestión de tiempo que la sociedad, que puede tener paciencia pero no es suicida, empiece a pensar que lo que está mal no son los partidos, los candidatos, sino todo el sistema democrático.
 
Cuando uno se encuentra en un pantano y no tiene ninguna salida a la vista, moverse en cualquier dirección puede parecer una buena idea pero lo más probable es que termines por hundirte.
 
Así, cuando la crisis es todo el horizonte que existe, cada vez van a ser más los que piensen que los frenos y contrapesos que hacen débil al gobierno son el motivo de la inmovilidad y el peligro de que la sociedad avale una salida no democrática es cada vez más fuerte. Ya saben cómo voltear gobiernos: lo hicieron en Brasil, Bolivia, Perú, Paraguay, Honduras. En algún momento van a aprender a retener el poder.
 
Esto nos trae de regreso a la Argentina. El 10 de diciembre va a asumir el gobierno un presidente que no va a tener número en un Congreso fragmentado, ni reservas en el Banco Central, con una inflación corriendo al 100 por ciento en el más optimista de los sueños de Sergio Massa, con una mayoría automática y autónoma en la Corte Suprema, la dirigente política más popular del país a un fallo de la cárcel, probables cuestionamientos a los resultados electorales (como en Bolivia, Brasil, Estados Unidos y Paraguay) y una sociedad que llevará, para entonces, un lustro de vivir de sobresalto en sobresalto.
 
Esa es la mala noticia para el peronismo. La buena es que en el revuelo, y sin haber hecho demasiados méritos para merecerlo, se encontró de repente, en pleno año electoral, a instantes del comienzo de la campaña, con la chance de salir triunfador de esa carrera.
 
Con una certeza: ganar las elecciones es infinitamente más fácil que lo que viene después. Para ganar no hace falta ni siquiera ser bueno sino, tan solo, ser un poco menos malo que los demás. Y los demás, esta vez, son una exhibición de atrocidades.
 
Si el Frente de Todos consigue ir armando, sobre la marcha, de manera coral, a veces un poco disonante pero siempre colectiva, un plan razonable para afrontar el desafío de gobernar la argentina, en la medida de lo posible pero contra todos los obstáculos, si logra convencer a la sociedad de que puede llevarlo a cabo, si muestra vocación de poder y deja de recostarse en el rol de víctima, si logra proyectarse, en fin, como el instrumento de las mayorías para transformarlo todo, la victoria estará más cerca.
 
El peronismo no tiene que enfrascarse en ganar la elección sino que debe prepararse para volver a gobernar.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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14-12-2025 / 09:12
Bajo el mote de reforma laboral se esconde la decisión de Javier "el Loco" Milei que pretende consagrar institucionalmente, en 2026, los objetivos que en 1976 se planteara la dictadura militar genocida. Los cambios en el proceso de acumulación en el marco del genocidio, el endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales, la desindustrialización, el modo de incorporación del cambio tecnológico y la llegada del capitalismo de plataformas, produjo una sustancial alteración de la relación capital-trabajo, obviamente en desmedro del conjunto de los trabajadores.
 
En ese marco de brutal regresividad en las condiciones materiales de vida de quienes trabajan, se sucedieron en las distintas administraciones conservadoras cambios normativos, todos con la misma dirección. 1. Abaratar el precio del trabajo. 2. Facilitar el despido. 3. Debilitar los convenios colectivos. 4. Limitar y destruir la organización sindical.
 
Estas orientaciones fueron parte de los cambios normativos que impulsó la dictadura militar, de las leyes que llevaron adelante Cavallo, Menem y De la Rúa, del frustrado intento de Macri y también del proyecto de Milei. Proyecto este cuya profundidad en términos de alteración de la Ley de Contrato de Trabajo solo es equiparable a lo planteado hace 50 años por la dictadura militar.
 
Además, se lleva a cabo la directa eliminación de los costos del despido a partir de la creación de un Fondo de Asistencia Laboral que se financiará con tres puntos de las actuales contribuciones patronales. A la vez, se les reduce en un punto adicional los aportes a los empresarios en relación a las obras sociales que dejarían de percibir un punto de los que están recibiendo en la actualidad.
 
En síntesis, cuatro puntos de los aportes patronales dejan de financiar las jubilaciones y la salud de los trabajadores, con el objeto de eliminar los costos del despido y reducir los costos laborales. Situación ésta que implica una redistribución de ingresos desde los trabajadores al capital, cercana a los 3000 millones de dólares.
 
Las experiencias internacionales y la propia experiencia nacional indican que estas propuestas solo profundizan la desocupación, la informalidad y la pobreza. Es más, aspectos laborales de esta naturaleza son los que contenía la Ley Bases y que ya tuvieron dos años de aplicación en el curso del gobierno de Milei. Años que lejos de promover el empleo registrado, coexisten con la destrucción de 222 mil puestos de trabajo formales registrados de los cuales 139 mil son del propio sector privado, al tiempo que el monotributo y los asalariados no registrados constituyen las formas de inserción laboral de mayor importancia en los últimos dos años.
 
Por si esto fuera poco, los modelos que pregonan los funcionarios libertarios como objetivos a alcanzar por la Argentina, no hacen más que negar con la evidencia lo que el propio gobierno pregona para justificar lo que propone. Poner como ejemplo a seguir países como Paraguay o Perú, que prácticamente carecen de legislación laboral, resulta inentendible. Estos dos países exhiben, aún sin legislación laboral, niveles de informalidad superiores a los que hoy exhibe la Argentina.
 
Para frenar esta ofensiva hay que convocar a la sociedad a discutir la necesidad de relaciones laborales diferentes para un país distinto al que construye Milei. Para eso necesitamos relaciones laborales que se edifiquen en base a la redistribución del ingreso, la revalorización del trabajo y la necesidad de expandir derechos para todos aquellos que trabajan independientemente del tipo de inserción laboral que tengan.
 
La Opinión Popular
 

13-12-2025 / 09:12
El proyecto de país que perfila el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei tomó el aspecto de una sociedad sin derechos organizada por el mercado. El mercado elimina el concepto de soberanía y decidirá quién irá preso y quién se tomará vacaciones. A su vez, el mercado está organizado por una escala jerárquica según el poder económico.
 
O sea: la libertad de los libertarios es como la milanesa tucumana hecha con papel higiénico. Y de postre: inflación. Si alguno pensó que el esfuerzo valía la pena, el 2,5 de inflación -medido por un Indec que todo el mundo sabe trucho-- le dio una mala noticia: se quedó sin trabajo, se quedó sin empresa, y además tiene inflación.
 
En la misma semana asumió Joaquín Mogaburu como subsecretario de Derechos Humanos y se presentó el proyecto de reforma laboral en el Congreso. El nuevo funcionario es un personaje ligado a los represores y da cursos en los cuarteles sobre "memoria completa".
  
Mogaburu aboga por la conciliación y el perdón a los genocidas. El combo es coherente con el protocolo de seguridad que criminalizó la protesta social, el decreto que permitió a las fuerzas armadas intervenir en conflictos internos y la eliminación del derecho a huelga y otros derechos como lo estipula la reforma laboral enviada al Congreso.
 
Durante el mes hubo decenas de actos sobre derechos humanos en centros culturales, casas de la memoria y en plazas de todo el país. Y el jueves se realizó un festival en la Plaza de Mayo encabezado por Madres, Abuelas y el Serpaj de Adolfo Pérez Esquivel. Al mismo tiempo, la CGT anunciaba un acto público para oponerse al proyecto de ley enviado al Congreso.
 
No hay derechos humanos y no hay derechos laborales. No hay derecho a la protesta y no hay derecho que proteja contra la tortura y la violación como reclaman los que piden la libertad de torturadores y violadores que actuaron tras haber usurpado el Estado durante el golpe genocida. No hay sujetos de derecho en esta sociedad que conciben los libertarios y que ha sido votada por muchos que perderán los derechos que tenían.
 
Con el mercado se come, con el mercado se educa, con el mercado se cura. Si eso era difícil con la democracia, el mercado ni se lo plantea porque el único derecho que reconoce es el del que tiene más capital. El mercado habla de méritos, pero los derechos no se ganan. Los derechos implican también responsabilidades, pero no se ganan por méritos. Al menos la democracia reconoce que todos tienen derecho a comer, a la educación y a la salud. Después dependerá de los gobiernos proveer esos derechos.
 
Los libertarios inventaron una democracia con voto, pero sin derechos. Y los derechos son para todos porque son inherentes a la condición del ser humano. Si son para pocos, no califica. La democracia se construye sobre los derechos ciudadanos. Sin esos derechos básicos no hay sistema democrático. Este gobierno habla de democracia y libertad, pero cuando hace la milanesa, le pone papel higiénico en vez de libertad y democracia.
 

12-12-2025 / 10:12
El gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei mandó al Senado un proyecto de contrarreforma para eliminar derechos laborales, sindicales y de huelga que atrasa un siglo. Contra la Constitución desconoce hasta la jornada de 8 horas y el derecho a huelga. Redactado por los abogados de las grandes empresas, de Paolo Rocca, Galperin y Eurnekian, en cada rubro empeora la posición de los trabajadores. Perjudica también a monotributistas e informales y se propone financiar los despidos con la plata de los jubilados.
 
El gobierno libertario demoró la presentación de la contrareforma laboral, que no registra precedentes desde la dictadura genocida de 1976, para estirar los tiempos de negociación y definir cuán a fondo iría en su ofensiva contra los trabajadores y el sindicalismo. El proyecto que ingresó al Senado retoma lo peor de todas las versiones anteriores y lo condensa en 71 páginas y 191 artículos.
 
Enmascarada en una supuesta "modernización", la iniciativa retrocede más de un siglo y desconoce pilares básicos del derecho laboral como la jornada de ocho horas y restringe el derecho a huelga. Lejos de mejorar la vida de los trabajadores, crear empleo o incorporar a los informales al mercado formal, la reforma sólo busca abaratar costos para que el empleador pueda despedir y amplía la desprotección sobre el sector más débil.
 
Los especialistas coinciden en que "invierte la presunción de laborabilidad" perjudicando a monotributistas y trabajadores "independientes". El texto final del proyecto confirma la transferencia regresiva de los derechos de los trabajadores en favor del gran capital, debilita su capacidad de organización y faculta al empleador para modificar condiciones laborales según sus necesidades.
 
La reforma laboral, firmada por Milei, fue elevada al Congreso de manera errónea por parte de Gobierno. Legisladores opositores y abogados laboralistas cuestionaron el ingreso por el Senado, ya que la reforma laboral contiene un capítulo tributario que modifica impuestos centrales. Al respecto, la Constitución fija que toda ley de carácter impositivo debe originarse en Diputados.
 
La reforma laboral que impulsa Milei atrasa porque reinstala un modelo previo al propio nacimiento del derecho laboral. La abogada Natalia Salvo advierte que es "una novedad de museo que nos devuelve a un tiempo sin normas". El proyecto permite jornadas de hasta 12 horas, un retroceso a antes de la Ley 11.544, conquistada después de las huelgas y masacres de la Patagonia y la Semana Trágica.

También elimina ítems remunerativos para achicar aguinaldo y vacaciones, ahora fraccionadas como en etapas de precariedad anteriores a cualquier estándar moderno. Al mismo tiempo, remarca que la iniciativa desconoce los avances globales sobre las plataformas: mientras en Europa los tribunales y países como España o Portugal ya reconocen a esos trabajadores como dependientes, aquí se los deja en un limbo jurídico. Modernizar sería ampliar la protección, no recortarla. Con un 43 por ciento de informalidad, el proyecto empuja al país hacia un pasado sin resguardo, donde la relación laboral quedaba librada a la voluntad de la patronal.

Un Gobierno que miente en todo, presenta el argumento principal en la supuesta "creación de trabajo formal". Silogismo falaz, acaba de ser refutado por un hombre del gran capital, el abogado Julián de Diego. Dijo que "sin crecimiento, no habrá generación de empleo". Ese crecimiento se presenta, como promesa lejana, relato de un provenir etéreo, medido en décadas. Equiparada a Irlanda, Alemania, y otras naciones. Por ahora, lo que hay es recesión, inflación en alza y deuda. Cada vez más deuda.

La Opinión Popular


11-12-2025 / 10:12
Turismo "con la nuestra". Nuevo papelón internacional de Javier "el Loco" Milei que fue a perder el tiempo a Noruega disfrazado con el mameluco de YPF, viajó 25.000 kilómetros para sacarse una foto... y se volvió sin nada. María Corina Machado faltó a su premiación como Nobel de la Paz. Viajó con su hermana Karina a Oslo en el avión presidencial, en un viaje que cuesta 300 mil dólares, y se alojó en el Gran Hotel de Oslo, en donde una habitación cuesta mil euros por noche. "El Peluca" volvió a las apuradas y de inmediato puso su firma en el funesto proyecto que apunta contra la justicia social y modifica la regulación de horas extras, vacaciones e indemnizaciones.
 
El fugaz y costoso paseo de Milei por Noruega terminó en un traspié político que expuso improvisación y falta de estrategia. La salida apresurada dejó al libertario sin el rédito simbólico que buscaba y reforzó las críticas sobre un viaje reducido a gestos vacíos, sin resultados concretos ni agenda internacional consistente. Tenía una agenda que incluía reuniones con el primer ministro y con el rey, además de la posibilidad de un encuentro cara a cara con Corina Machado, y los dejó "de garpe". Cosa de loco.
 
Milei regresó de apuro para evitar que una interna ponga en riesgo el tratamiento de la reforma laboral. Las explicaciones oficiales, en off the record, hablaban de la necesidad de "firmar la ley de reforma laboral" después de hacer "algún ajuste de último momento", sin embargo, tanto los cambios como la firma se pueden gestionar de manera remota. Lo que sucedió en realidad es que una nueva interna en el gobierno casi hace volar por los aires la Ley Rifle. Lo más llamativo, en este caso, es que los que frenaron el proyecto son dos enemigos íntimos: Santiago Caputo y Martín Menem.
 
Ellos son los dos interlocutores más fluidos que tiene la CGT dentro de la estructura libertaria y vienen advirtiendo desde hace tiempo que así como la estaba planteando Federico Sturzenegger, la reforma laboral corre el riesgo de empantanarse en el Congreso y terminar siendo rechazada, modificada hasta volverla irreconocible o aprobada a un costo demasiado alto. El recuerdo de la reforma previsional de Mauricio Macri en 2017 está presente en todos los cálculos.
 
Las partes observadas son justamente las que apuntan contra el andamiaje financiero y normativo que sostiene a los sindicatos, los llamados "derechos colectivos" que la CGT prioriza antes que las condiciones de trabajo individuales. De hecho, este lunes Sturzenegger estuvo reunido con los diputados de LLA, en un encuentro del que Menem no participó, y ante las consultas sobre estos asuntos el ministro prometió una "versión light", más sencilla de aprobar.
 
Sin embargo, el anuncio que hizo el vocero con sueldo de jefe de gabinete, Manuel Adorni, al día siguiente, no contempla la mayoría de esos recortes e incluye cláusulas inaceptables para el más dialoguista de los líderes gremiales. Dicen en la Casa Rosada que la orden de ir a fondo la dio el mismo Milei. El proyecto ya estaba listo para ingresar al Senado cuando Caputo y los Menem lograron frenarlo. Ese fue el motivo por el que el presidente tuvo que volver de apuro.
 
Patricia Bullrich, en tanto, defiende la redacción de Stuzenegger pero reclama que la situación se destrabe porque cree que si la reforma no tiene un tratamiento express y media sanción antes de las fiestas, después puede empantanarse. Su plan original de dictaminar esta misma semana, incluso el viernes a última hora, se fue diluyendo con el correr de las horas. El escenario más optimista apunta a sesionar en vísperas de noche buena. Sería un verdadero milagro navideño, mientras la CGT y el peronismo se abroquelan contra la reforma laboral anti obrera y pro patronal de Milei.
 
La Opinión Popular
 

10-12-2025 / 09:12
La denuncia por la compra de chatarra militar suma un nuevo capítulo. A la venta por un euro de los F-16 a Rumania, se añade el inminente acuerdo entre Polonia y Estados Unidos para la comprar de 250 vehículos blindados Stryker por sólo el valor simbólico de un dólar.
 
Los Stryker forman parte del catálogo militar yanqui que fueron utilizados en Afganistán e Irak y están diseñados para el transporte ágil de tropas y equipamiento. Según versiones oficiales, la elección del modelo responde a una planificación que prioriza la movilidad, la protección y la capacidad de respuesta ante diversas situaciones operativas.
 
Se trata de unidades adaptadas a distintos escenarios urbanos y misiones, con posibilidad de implementación progresiva conforme a los requerimientos logísticos y de capacitación establecidos por el Ejército Argentino.
 
Ya en julio que había opciones mejores que estaban siendo barajadas como el Guaraní de Brasil, que son vehículos muy similares a los que se usan en Argentina con el aditamento que los componentes mecánicos son argentinos como el motor y transmisión de IVECO.
 
Según publicó el medio ecuatoriano El Universal en base a un informe de Interesting Engineering, con esta oferta se pretende que los Strykers, que actualmente están desplegados en Europa, no vuelvan a territorio estadounidense, sino que sean entregados directamente a Polonia como parte del proceso de disminución de presencia militar norteamericana en la región.
 
Un análisis de Breaking Defense detalla que los Strykers llegarían en condiciones deterioradas, lo que implicaría reparaciones costosas, modernización y la creación de un nuevo sistema de soporte y entrenamiento, especialmente complejo para una plataforma que Argentina nunca operó.
 
Por otra parte, sostiene el informe, también hay dudas sobre el impacto industrial que traería la llegada de estos blindados, ya que puede desplazar la demanda de vehículos de fabricación nacional, como el Rosomak. En efecto, como ocurre con los F-16, se confirma que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están deshaciéndose de la buena parte de su material militar por considerarlo vetusto y desactualizado.
 
Por eso, en el Ejército argentino preferían El Guaraní brasileño dado no se impone límite de cantidad, son nuevos, se transfiere tecnología de fabricación de partes y es interoperable con Brasil.
 
"Los EEUU limitan la cantidad, nos entregan un lote de usados que Chile descartó oportunamente. No son anfibios y puede ser que venga una flota final heterogénea, con menor ciclo de vida útil y mayor costo de mantenimiento. Es relevante que no sean anfibios. No van a poder varear nuestros ríos", detalló un militar activo en ese momento.
 
Para armas, plata hay. De los 27 vehículos que el gobierno le compró a Estados Unidos el valor total fue de 100 millones de dólares. La propuesta de Brasil por los Guaraní era de 161 vehículos (156 + 5 de entrenamiento) por 400 millones de dólares, quedando cada unidad en valor de 2,5 millones de dólares cada uno contra los 3,7 de los Stryker. Es decir, si se hubiesen comprado la misma cantidad a Brasil, hubiera gastado 67 millones, 32 millones menos que lo que gastó ahora. ¿Aliados a EEUU? Las pelotas... A Milei, los yanquis lo toman de gil.

 

 

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