La Opinión Popular
                  11:24  |  Viernes 26 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 21-05-2023 / 20:05
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

El triunfalismo opositor provincial se está almorzando la cena

El triunfalismo opositor provincial se está almorzando la cena
El que aceptó sin más vueltas esos horóscopos de constelaciones favorables y se sumó a la tarantela de los optimistas fue el dirigente radical Atilio Benedetti, reclutado para el macrismo por el porteño Rogelio Frigerio, quien analizó el panorama provincial de cara a las elecciones 2023. Y sostuvo "creo que hace rato el gobernador Bordet da por perdida la elección y no adelantó las elecciones para diluir responsabilidades". Además, viendo en su bola de cristal, señaló: "Estamos ante la oportunidad de cambio de signo político en Entre Ríos, y haber acoplado las elecciones provinciales con las nacionales, más reafirma que va a una segura derrota el oficialismo de nuestra provincia", afirmó, empachado de triunfalismo.
La triunfalista dirigencia macrista entrerriana canta gloria antes de la victoria, se adjudican un éxito provincial inexorable en los comicios de este año. En tren de almorzarse la cena, avisan que el peronismo "ya perdió" porque las elecciones serian un paseo para ellos; incluso ya se habrían comprado los trajes para la asunción porque tendrían el gobierno provincial y los municipios al alcance de la mano. Ese optimismo desmedido, de que será muy fácil ganarle al PJ, se basa en los resultados de los comicios de medio término de 2021, aunque un logro se pueda evaporar como el agua hirviendo de una pava.

El que aceptó sin más vueltas esos horóscopos de constelaciones favorables y se sumó a la bailanta de los 
eufóricos fue el dirigente radical Atilio Benedetti, reclutado para el macrismo por el porteño Rogelio Frigerio, quien presagió el panorama provincial de cara a las elecciones 2023. Y sostuvo "creo que hace rato el gobernador Bordet da por perdida la elección y no adelantó las elecciones para diluir responsabilidades". Además, viendo en su bola de cristal, auguró: "Estamos ante la oportunidad de cambio de signo político en Entre Ríos, y haber acoplado las elecciones provinciales con las nacionales, más reafirma que va a una segura derrota el oficialismo de nuestra provincia", 
pronosticó, empachado de triunfalismo.


Quien salió a cruzarlo, con los tapones de punta, fue el diputado nacional Marcelo Casaretto (Frente de Todos): "A Benedetti todavía le duele haber perdido por 22 puntos de diferencia en 2019", afirmó. "En 2009 y 2017 Benedetti tuvo resultados favorables en las elecciones legislativas de medio término y se creyó gobernador antes de tiempo, tal como Rogelio Frigerio se cree desde 2021. Pero los entrerrianos recordamos también los amplios triunfos del peronismo a la gobernación de 2011 y 2019, apenas dos años después, tal como seguramente ocurrirá en este 2023", recordó Casaretto. Con esos antecedentes, Benedetti hace honor al proverbio que: "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".
 
Luego, Casaretto agregó: "Quieren vender la piel antes de cazar el oso" y calificó las definiciones de Benedetti como "producto de la desorientación que cunde en las filas de Juntos por Entre Ríos que no conocen y no saben qué hacer en un hipotético gobierno". "Benedetti es parte de una oposición que no le propone nada a los entrerrianos, que sólo usan palabras y promesas vacías, y que no logran definir un armado en toda la provincia", subrayó.
 
Benedetti se dejó llevar más por sus deseos que por la sensatez, con más ánimo de revancha que de sentido común. Suena delirante su triunfalismo, esa actitud exagerada de superioridad sobre los otros competidores, confiando desmedidamente en sus posibilidades electorales, con argumentos similares a los que repiten los grandes medios porteños, cuando en distintas provincias el Frente de Todos suma triunfos, Juntos por el Cambio acumula derrotas y los libertarios de Javier Milei tienen resultados disimiles, pero muy pobres en general, a expensas del electorado que votaba a Juntos. El triunfalismo de Benedetti es producto de su incapacidad para percibir la realidad, tal vez por ser parte de una dirigencia opositora que pasa demasiado tiempo pendientes de las redes sociales. 


Las elecciones provinciales arrancaron con gran antelación en los gobiernos norpatagónicos de Neuquén y Río Negro. El objetivo era aislarse de la tóxica influencia nacional: votar por cuestiones locales, temas regionales, valorizar lo propio, cuestionar el centralismo, diferenciarse de tanta dirigencia y tanta agenda porteña. En Neuquén, ganó un partido provincial, desprendimiento del Movimiento Popular Neuquino. En Río Negro triunfó Alberto Weretilneck, un aliado del gobierno nacional. En la segunda tanda, en Jujuy, La Rioja y Misiones triunfaron los oficialismos.
 
En Salta, La Pampa y Tierra del Fuego, el Frente de Todos ganó y Juntos por el Cambio perdió. En San Juan ganó el peronismo en 15 de los 19 departamentos de la provincia, obteniendo más del 50% de los votos. La decisión de los cortesanos Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda que impidió las elecciones en Tucumán y San Juan buscó menguar la seguidilla de triunfos del PJ, intentando beneficiar a Juntos por el Cambio. No lo consiguió.
 
Las primeras tandas de votaciones en las provincias mostraron electorados no enfurecidos, ni antipolíticos, que no claman "que se vayan todos". En ninguna de las provincias se husmeó un "clima 2001" que el macrismo pretende imponer desde los grandes medios del Puerto de Buenos Aires. El supuesto enojo social con la gestión del gobierno ¿por qué no se refleja en los comicios provinciales, cuyos electorados padecen los mismos problemas que el resto del país? Aquello de que "Juntos ya ganó" no se ve por ninguna parte, sobre todo en los distritos mencionados. Es que los datos de las encuestas fallan con frecuencia, los votos en las urnas no.
 
De los candidatos a gobernadores de Juntos por el Cambio, solo ganó el radical jujeño Gerardo Morales -quien además es el oficialismo en su provincia- y solo cumplió un desempeño competitivo el pampeano de la UCR, Martín Berhongaray, quien perdió orillando los cuarenta puntos. En los demás distritos las performances macristas resultaron desoladoras. Y las huestes ultra derechistas de Milei se quedaron en la estacada mientras su referente seguía bramando insultos en los grandes medios de CABA.
 
Muchos señalan que la derecha política se destaca por un excesivo triunfalismo y ausencia total de autocrítica, algo que se repite en las redes sociales que controlan pero, a esta altura del partido, Benedetti debería saber que la realidad es la única verdad, que esta suele acabar con cualquier intento de relato político que pretenda ocultarla. Cuando tratan de imponer un clima de triunfalismo o inducir sensaciones falsas, al final la realidad se revela tal cual es. Benedetti también sostiene esto de cara a las PASO, para evitar el crecimiento del sector de Pedro Galimberti, que ya le complicó la interna a Frigerio en 2021 y le dio dura pelea en las recientes elecciones partidarias de la UCR.
 
Los peronistas son parte de una fuerza electoralmente fuerte y entienden que no hay que caer en las trampas de la oposición, que propalan resultados electorales hipotéticos, en base a encuestas de empresas embanderadas políticamente con ellos, intentado generar sensaciones de triunfalismo, y en ese ambiente, se siente con ínfulas para ningunear a los demás. Es que hay un grupo de votantes desinformados, desinteresados o indecisos, y un sector de ellos votará a quien considera que va a ganar, sin importarles quien sea. Para ellos son los sondeos falsos que dan ganador, y por un amplio margen, al porteño Frigerio y las frases triunfalistas como las de Benedetti. Lo que no tienen en cuenta es que: las especulaciones, los rumores, las expresiones de deseo, los exceso de confianza, las charlas de quinchos o de café, 
se terminan cuando el pueblo empieza a votar.

 
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El triunfalismo opositor provincial se está almorzando la cena 
 
Cristina se volvió a bajar de donde nunca se subió
 
Podrá no tener los votos de otros tiempos, pero Cristina Kirchner sigue siendo la referencia política más significativa dentro del Frente de Todos y le bastaron un par de intervenciones públicas en los últimos días para demostrarlo.
 
La letanía "presidenta, Cristina presidenta" resonó a través de un semestre, procurando persuadirla o sincerando falta de creatividad, de alternativas. El proyecto clamor después del clamor no funcionó y así lo dejó en claro Cristina, primero en una carta y luego en una entrevista televisiva en las que volvió a confirmar que no será candidata.  
 
La persecución del Partido Judicial Macrista le impidió postularse. Precisamente, la oposición ha jugado esta elección más en los pasillos de tribunales que en la calle. Con una interna nacional armada a los ponchazos y de manera forzada, el mejor aliado que tuvo Juntos por el Cambio en la campaña fue la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Así se entiende la algarabía que exhibían horas después de dictado el fallo que frenaba los comicios en dos provincias.
 
Cristina dejó un guiño que entusiasmó al hijo de desaparecidos y ministro de Interior Wado de Pedro, cuando dijo que su deseo era que uno de los hijos de la generación diezmada tomara la posta, pero también dedicó elogios para el ministro de Economía, Sergio Massa, a quien le reconoció el mérito de haber agarrado "la papa caliente".
 
Pero no benefició explícitamente a ninguno de los presidenciables del Frente de Todos con su índice señalador, lo que dejó tan abierta como estaba antes la carrera por encabezar la boleta del pan-peronismo en las presidenciales de octubre.
 
Después de que la designación a dedo de Alberto Fernández resultara en una crisis interna, no es de extrañar que Cristina prefiera no repetir la fórmula de designar a un delfín. Dentro de un movimiento marcadamente verticalista como el kirchnerismo, el hecho de que la líder dé un paso al costado y no encamine la sucesión provoca una desorientación hija del desamparo.
 
Hace meses que Cristina insta a sus partidarios a "tomar la posta" o a "tomar el bastón de mariscal" pero nadie tiene con qué, a ninguno le alcanzan los porotos para ponerse al frente, entonces todos terminan mirando a La Jefa esperando una instrucción, una señal que les indique el rumbo a seguir.
 
Ese es el dilema que tiene paralizado al kirchnerismo: después de la experiencia de los últimos cuatro años, la sociedad no acompañaría a otro delfín de Cristina, pero sin su aval explícito, ninguno es capaz de construir liderazgo.
 

El triunfalismo opositor provincial se está almorzando la cena 
 
Pese a la crisis, Massa se consolida como piloto de tormentas
 
Con La Cámpora y el Instituto Patria paralizados intentando descifrar los designios de Cristina y con el presidente Alberto Fernández autoexcluido de la carrera, los precandidatos del Frente de Todos deberían salir de los demás sectores que lo integran.
 
Ahí no hay demasiado para elegir: el embajador Daniel Scioli, el dirigente social Juan Grabois y el jefe de gabinete Agustín "el Chivo" Rossi ya explicitaron sus aspiraciones presidenciales, pero las encuestas no los registran como contendientes reales, lo que deja a Sergio Massa como el mejor ubicado.
 
Que el ministro de Economía de un país que atraviesa una severa crisis económica sea el candidato más competitivo de la alianza de gobierno es un dato llamativo. Pero el caso de Massa es particular, porque le tocó asumir cuando la crisis ya estaba instalada, logró estabilizar las finanzas en un momento de particular volatilidad y consiguió sostener el barco a flote a pesar de una sequía histórica que le costó al país unos 15 mil millones de dólares en exportaciones del agro.
 
Por eso es que a pesar de que la inflación sigue creciendo, hasta dirigentes opositores le reconocen mérito al tigrense, como el gobernador jujeño Gerardo Morales, quien advirtió que "si se va Massa esto explota". Es que este Gobierno es infinitamente mejor que lo que habría sido otro de Macri.
 
Por otra parte, el giro hacia el anarco-capitalismo, conservador y defensor de la mano dura que la aparición de Javier Milei provocó en Juntos por el Cambio, dejó a Massa como el único de los presidenciables (entre los que tienen chances reales) con argumentos para representar al electorado que se encuentra en el espectro amplio que va desde el centro hacia la izquierda del dial ideológico.
 
El peronismo precisa reconectarse con la sociedad, superar el ensimismamiento internista. Renunció a sumar, a congregar desde fuera de sus fronteras. Debe resultados económicos, en especial referidos a la inflación, el valor adquisitivo de los ingresos y la distribución de la riqueza. Pero no solo en cuestiones relacionadas a la economía, sino también en perspectiva de género, conquistas sociales, de derechos humanos y de las diversidades sexuales, culturales y étnicas.
 

El triunfalismo opositor provincial se está almorzando la cena 
 
Milei se burla del teorema de Baglini y extrema sus propuestas
 
Allá por 1986 el entonces diputado radical Raúl Baglini enunciaba por primera vez un concepto que el tiempo daría categoría de teorema matemático, según el cual el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al manejo del poder.
 
El teorema de Baglini se venía cumpliendo con regularidad en una escena política nacional en la que siempre las propuestas más exóticas y rupturistas venían de parte de candidatos que sabían que nunca se verían ante el compromiso de ejecutarlas porque no tenían chances reales de asumir cargos ejecutivos. Hasta que llegó Javier Milei.
 
En lo que representa un encomiable acto de responsabilidad cívica, el candidato a presidente de La Libertad Avanza presentó su plataforma electoral ante la Justicia. Con la particularidad de que en vez de moderar sus posturas conforme las encuestas lo ubican como un contendiente serio, las vuelve cada vez más extremistas.
 
El plan inhumano de gobierno que presentó La Libertad Avanza es muy similar al que aplicó Augusto Pinochet durante la dictadura chilena. Se plantea destruir derechos básicos, como el acceso a la salud y la educación pública, eliminar indemnización por despidos y hacer de las jubilaciones una timba para el sector privado, es parte de este plan que solo podría aplicar el Estado mediante una feroz represión.
 
Se trata de un plan para atacar derechos conquistados por los sectores populares. Un programa donde la "inversión estatal" solo beneficia a las grandes empresas y a fortalecer el aparato represivo. En todo lo demás, la plataforma de Milei parece copiada de algún grupo ultraconservador católico del tipo Tradición, Familia y Propiedad. Nada más lejano a cualquier forma de liberalismo con alguna traza de modernidad. Fascismo puro.
 
Propone por ejemplo la eliminación de cualquier forma de educación sexual de las escuelas por entender que esa cuestión es privativa del ámbito familiar (ámbito en el que se registra la mayor proporción de los abusos sexuales infantiles de acuerdo a datos de UNICEF), derogar la ley de aborto legal y garantizar "los estilos tradicionales de vida", sin aclarar mucho qué quiere decir eso.
 
En temas de seguridad, impera la mirada punitivista en propuestas como la baja de edad de imputabilidad, la libre portación de armas, la militarización de las fuerzas de seguridad y del manejo de las cárceles.
 
El argumento anti político es falso porque las listas de Milei están llenas de simpatizantes de la dictadura y los genocidas. Milei mismo fue colaborador del genocida tucumano Antonio Bussi y su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, es una reconocida defensora del terrorismo de Estado. Son enemigos de la libertad y tienen antecedentes desastrosos en la gestión de las dictaduras en las que ellos se inspiran.
 
El hecho de que Milei siga creciendo en las encuestas adoptando un perfil cada vez más extremo y que lo haga a expensas de un electorado que en su mayoría votaba a Juntos por el Cambio, hizo que esa fuerza girara al conservadurismo de derecha para detener la sangría.
 
Mauricio Macri, que hace algunos años se vendía como el feminista menos esperado y abría el debate sobre la legalización del aborto en el Congreso (algo que Cristina no se había animado a hacer durante sus dos mandatos), ahora milita el pañuelo celeste y dice que el principal error de su presidencia en materia de economía fue no haber aplicado un ajuste neoliberal ortodoxo más severo.
 
La bolsonarista Patricia Bullrich se parece cada vez más a una fotocopia de Milei y hasta Horacio Rodríguez Larreta, que se presenta como el referente de la moderación dentro de la alianza opositora, propone "ajustar por todos lados" como base de su plataforma económica.
 
Los cambiemitas hacen tanto esfuerzo por parecerse a los libertarios, por amontonarse a la ultra derecha, que le terminaron dejando un amplio espacio al Frente de Todos, que de otra manera no tendría ninguna posibilidad electoral con una inflación de más de 100 por ciento anual.
 
Y lo peor del caso es no que consiguen detener la hemorragia de votos que van a Milei porque todavía resuena el fracaso de la gestión de Macri, uno de los grandes responsables de la crisis que el gobierno de Alberto no consiguió mejorar.
 
El deterioro de Juntos por el Cambio resulta evidente en las elecciones provinciales que se realizaron hasta ahora, de las cuales esa fuerza solo ganó en Jujuy, lo que llevó a Macri a menospreciar a los electorados de provincias, a los que consideró "poco representativos".
 

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El peronismo entrerriano hace la diferencia con la gestión
 
A menos de cien días de la votación provincial, la campaña electoral para la sucesión de Gustavo Bordet en el gobierno de Entre Ríos es mucho menos intensa y permanente de lo que se esperaba. El oficialismo se parapetó detrás de la imagen del Gobernador, del raid de inauguraciones de obras que llevan adelante la Provincia y el municipio de Paraná, y de la amplia aprobación de la gestión local de Adán Bahl. El vínculo entre ellos siempre fue franco, sobraron reconocimientos mutuos.
 
Esta semana, la campaña en la Capital se vio reforzada por el lanzamiento de la precandidatura a la Intendencia de Paraná, de la ministra de Gobierno, Rosario Romero, por el espacio justicialista. "Es necesario continuar con el trabajo que Bahl viene realizando", anunció. Con este lanzamiento, se polemiza acerca de la necesidad de PASO competitivas, con varios candidatos versus lista única.
 
Al hablar sobre la interna que se dará en el peronismo, Romero analizó: "40 años de democracia nos han enseñado, la ciudadanía ha crecido con la democracia y el mecanismo de las PASO para seleccionar los candidatos es un buen mecanismo. Yo soy una mujer de la democracia y creo que la competencia nunca es mala; al contrario, si se hace respetuosamente, con campañas limpias y sin golpes bajos son buenas para debatir con la ciudadanía las propuestas. Si hay acuerdos y hay listas únicas bien, pero tiene que ser sobre la base de coincidencias en las miradas, y si no los hay, no hay que tenerle miedo a competir". Una victoria en un distrito difícil y esquivo como el capitalino podría proyectarla a nivel provincial.
 
El mecanismo que sincroniza las gestiones del peronismo entrerriano y sus necesidades electorales no atrasa un minuto e incluye también oportunos acuerdos salariales que prometen mantener a raya por varias semanas los conflictos gremiales que puede llegar a tener la administración y dar señales hacia los jubilados provinciales.
 
En ese sentido y con una inflación mensual superando el 8%, AGMER solicitó activar la Comisión de Seguimiento Salarial acordada en paritarias. La Comisión Directiva de los docentes le reclamó al Gobierno de Bordet que reabra la discusión salarial ante el crecimiento de los precios. Lo hicieron a través de un documento, que contiene críticas a sectores especulativos que generan inflación.
 
Los docentes y el Gobierno habían acordado pero las razones del gremio son suficientes para levantar el actual reclamo. "Solicitamos se instrumenten desde el gobierno los mecanismos ya firmados, como resguardo y garantía de la continuidad de la discusión salarial", expresa el documento.

 
Inmediatamente, la Secretaría de Trabajo de la Provincia convocó a los gremios docentes para reanudar la paritaria. El encuentro será este miércoles 24 de mayo y allí se analizará "la evolución del salario y la inflación del primer semestre", señalaron desde los gremios.

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La campaña de la oposición entrerriana aún no ve la luz
 
La oposición de Juntos por Entre Ríos todavía no hizo siquiera un amague consistente de disputa política internista: la campaña de Rogelio Frigerio vs Pedro Galimberti todavía no arrancó en serio.
 
El gran duelo opositor por la elección bisagra, tras 20 años del peronismo en el poder provincial, hasta ahora no exhibió ninguna idea sobre el futuro. Si no fuera porque Frigerio arremete con genéricas acusaciones sin exhibir propuesta alguna, ni siquiera se hubiera percibido hasta ahora que hay un desafío a las gestiones del peronismo entrerriano, que, a modo de campaña, muestran las últimas inauguraciones de obras encabezadas por Bordet y Bahl.
 
La verdadera rapiña de dirigentes del peronismo, que lleva adelante el PRO, se completa con la alineación territorial de intendentes y dirigentes que habían estado más cerca de Galimberti en el interior de la provincia. En Federación, Carlos Cecco, quien fuera funcionario municipal de la dictadura militar, lanzó su postulación a la intendencia, siendo el candidato de Frigerio en esa ciudad. La compañera de fórmula del radical macrista es María Tinte, concejal que llegó a su cargo por el PJ, y se separó en noviembre del 2022.
 
No obstante, en la Casa Gris prima la certeza de que "Juntos por el Cambio ya no es cambio ni da señales de que sus dirigentes estén juntos", dice una autoridad en la definición de la estrategia oficialista, que consiste en aferrarse a las gestiones de gobierno de Bordet y Bahl.
 
Nadie duda en el oficialismo de que Javier Milei es quien gana la pulseada por los atributos que en la última década los entrerrianos atribuyeron a la construcción política neoliberal derechista de Mauricio Macri. Son muchas las señales de la política que avalan esa lectura. Las fórmulas que pretenden sacar provecho de la imagen libertaria pese a ser desconocidas por Milei lo corroboran también.
 
Las dificultades que enfrenta el arranque de la campaña de Juntos por el Cambio también se vinculan con una pérdida de referencia de la "marca" nacional. No obstante, ese factor de momento parece menos determinante que otra dificultad mucho más evidente: Frigerio y Galimberti no operan participados como lo fueron en 2021 y que prometieron ser en 2023.
 
A tal punto se observa la distancia operativa, que la campaña provincial de Juntos no asoma, cuando falta muy poco para los comicios. En Juntos por Entre Ríos, la desconfianza sube mucho más que el dólar: se desconfían entre sí los socios radicales y macristas, y todos juntos desconfían de sus referentes nacionales.
 
El porteño Frigerio quería elecciones desdobladas para evitar definirse en la interna nacional de JxC. Con las elecciones simultáneas, buscará mantener su prescindencia pidiendo el pegado de boleta con todos los candidatos a presidente. Ahora bien, el criterio es distinto para los intendentes: cada uno con su precandidato a gobernador. Doble estándar.
 
Por su parte, Galimberti quiere múltiple pegado de boleta. El competidor interno del porteño está dispuesto a habilitar los pegados de boleta de las PASO con todos los precandidatos a intendente y senadores de Juntos por Entre Ríos que lo soliciten. El sector radical también apuesta al múltiple pegado con los precandidatos a presidente de la Nación.
 
Es que hasta ahora, la posibilidad de unidad o pelea está vedada, principalmente por las objeciones de los dirigentes provinciales, que muy razonablemente se oponen a definirse hasta que no esté más precisada la interna nacional de JxC.
 
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