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Internacionales - 08-05-2023 / 10:05
POR NEGARSE A PARTICIPAR EN LA GUERRA DE VIETNAM

El Gobierno yanqui le quita el título de campeón mundial a Muhammad Ali

El Gobierno yanqui le quita el título de campeón mundial a Muhammad Ali
El 08 de mayo de 1967, el Gobierno de Estados Unidos quita el título de campeón mundial a Muhammad Ali por negarse a participar en la invasión contra Vietnam, en la que morirán unos dos millones de civiles vietnamitas.
Cuando Muhammad Ali ostentaba el título de campeón mundial, y mientras tenía lugar la guerra de Vietnam, una resolución de las fuerzas armadas lo calificó como apto para el servicio militar, puesto que en 1964 había sido incapacitado por haber fallado un examen de cociente intelectual.
 
Tras enterarse, Ali se negó al reclutamiento, alegando objeción de conciencia y su adhesión a los principios de la Nación del Islam. ​ Por si fuera poco, pronunció una frase memorable: «Pregunten todo lo quieran sobre la guerra de Vietnam, siempre tendré esta canción: "No tengo problemas con los Viet Cong... porque ningún Viet Cong me ha llamado nigger"».
 
Lo más notorio del caso era que hasta entonces ninguna reconocida personalidad de la época se había pronunciado en contra de la guerra en Vietnam y, como consecuencia, debió afrontar todo tipo de críticas que lo tildaban desde cobarde hasta traidor.​ A pesar de que el gobierno aseveraba que no sería expuesto en combate, tal como había sucedido con Joe Louis en la Segunda Guerra Mundial, él se negaba de cualquier manera.
 
Las consecuencias de su actuación no tardaron en llegar: apenas una hora después de evitar el reclutamiento, la Comisión Atlética de Nueva York le suspendió su licencia para boxear. El 08 de mayo de 1967, el Gobierno de Estados Unidos quita el título de campeón mundial a Muhammad Ali por negarse a participar en la invasión contra Vietnam, en la que morirán unos dos millones de civiles vietnamitas.
 
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La osadía le transformó en héroe e icono del internacionalismo en lugares donde el boxeo era desconocido.​ Además, se dice que su posición precedió a la de los defensores de los derechos civiles, ya que Martin Luther King se pronunció en contra de la guerra el 4 de abril de 1967.
 
Precisamente, días después de esta fecha, el 28 de abril, estaba programada la cita para que Muhammad Ali se presentase al centro de reclutamiento de Houston: allí, debió someterse al procedimiento legal rutinario de ponerse en pie cuando fuera llamado por su nombre, pero se negó por tres veces al requerimiento.
 
Cuando se hizo patente que rechazaba el reclutamiento, fue amenazado con la imposición de una multa de 10 000 dólares, más una pena de prisión de cinco años. Terminada la audiencia, expresó los motivos para tomar semejante decisión en una carta y también en una entrevista con el periodista Howard Cosell.
 
Durante el consecuente proceso legal por evadir el reclutamiento, el juez de la audiencia preliminar, Lawrence Grauman, recomendó que se le otorgase la objeción de conciencia, pero el Departamento de Justicia desestimó la resolución y exhortó a la corte de apelaciones del estado de Kentucky que la petición de Ali fuera denegada.
 
En el juicio que se llevó a cabo en junio el jurado le declaró culpable, y el juez le sentenció a cinco años de prisión y diez mil dólares de multa. Aunque fue liberado bajo fianza, su pasaporte le fue confiscado y no se le permitió pelear ni salir del país por tres años y medio.
 
Desde que se pronunció la sentencia, Muhammad Ali se mantuvo dando conferencias en las escuelas en las que daba a conocer sus puntos de vista personales sobre diferentes tópicos, en especial sobre su oposición a la guerra en Vietnam, el orgullo de su raza y la política conservadora de la Nación del Islam.141​ Se sabe que por las conferencias ganaba dinero, pero sus opiniones -que respaldaban la causa antibélica de los años 1960-​ influyeron a los demás atletas afroamericanos que realizaron protestas antiracistas en instituciones educativas, y específicamente a los que deseaban boicotear su asistencia a los Juegos Olímpicos de México 1968. ​
 
Por otro lado, se estima que en ese periodo perdió unos cuatro millones de dólares por las peleas que no disputó.
 
La última palabra sobre el destino de Ali quedó en manos de la Corte Suprema, que admitió el caso el 19 de abril de 1971. El 28 de junio se dio a conocer la resolución final a su favor: la corte dejó sin efecto el alistamiento por un vacío del Departamento de Justicia que no especificó la razón por la que se negaba la objeción de conciencia.​ Dicha sentencia se pronunció en un momento oportuno para el boxeador, pues su popularidad se había incrementado, mientras que el apoyo a la guerra en Vietnam disminuía.
 
Fuente: Wikipedia

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07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 09:11
Una realidad imposible de pensar apenas dos meses atrás acaba de imponerse en forma irrefutable al neoliberalismo del presidente yanqui Donald Trump, golpeando y diluyendo un poco más su promocionada intención de "hagamos nuevamente grande a los Estados Unidos". Por cierto, que las ideas base de hacer nuevamente grande -es decir: dominador- a su país atrasan un poco y se desubican otro tanto.
 
Si algo se puede estimar que le ha ido de acuerdo con sus planes es la relación con la Argentina de Javier Milei, un país que va quedando reducido a la condición de neocolonia, de un imperio decadente. Esa relación, que incluye el apartar la presencia china, también ha conseguido despertar las iras de los agricultores estadounidenses ya que, al disminuir a nuestro país como proveedor sojero, los chinos se han volcado a otros países latinoamericanos, Brasil fundamentalmente, desplazando a los yanquis.

También los manejos financieros en pro de la decadente moneda argentina han indignado a algunos sectores norteamericanos, que ven en esos millones de dólares facilitados a nuestro país una pérdida de posibles apoyos. Simultáneamente, la desubicación de Trump había anunciado la construcción en la Casa Blanca de un salón de baile, con un costo de más de 200 millones de la moneda norteamericana. La consiguiente reacción de la opinión pública lo obligó a desistir de la idea.

Como contrapartida, la semana que pasó los noticieros de todo el mundo informaron y visualizaron una noticia insólita, asombrosa: las largas colas en varias ciudades de los EE.UU. en procura de los bonos que les permitan adquirir algunos alimentos básicos. Esta vigencia del hambre, que lo es, numéricamente está estimada en unos 42 millones de personas (una cifra casi equivalente a la población argentina).

Sin embargo, al gobierno yanqui la más formidable bofetada política de los últimos tiempos se la dio el resultado de la reciente elección del alcalde de Nueva York, la ciudad más populosa del país y uno de los centros financieros y comerciales más importantes del mundo. Ocurre que, pese a la desvergonzada y falaz propaganda del Partido Republicano en el poder federal, los neoyorquinos eligieron como autoridad comunal a Zohran Mamdani, un miembro del Partido Demócrata que además es inmigrante que llegó a los EEUU siendo muy pequeño, de cultura y religión árabe y con ideas claramente inclinadas al socialismo, o al menos lo que los miembros del Partido Republicano entienden por socialismo.

Mamdani es un líder progresista y basó su campaña en un compromiso con la solución de los problemas de vivienda, educación y justicia social. Ha acumulado experiencia política y sabido conectarse con diversos grupos comunitarios de la ciudad, promoviendo una promesa de mejor calidad de vida, con aumento de los impuestos a las grandes fortunas de la ciudad. Esas condiciones principalmente le permitieron imponerse por una sorprendente mayoría de votos.


A los resultados de Nueva York se suman los batacazos demócratas de Nueva Jersey, donde ganó la demócrata Mikie Sherrill como gobernadora; de Virginia, donde ganó otra mujer (por primera vez en ese estado), Aigail Spanberger; en Detroit, donde se impuso otra mujer como alcalde (Mary Sheffield); y en Cincinnati, donde Aftab Pureval logró la reelección como alcalde, como hicieron también Corey OConnor en Pittsburgh y Andre Dickens en Atlanta.

La reacción del gobierno de Trump, dentro de todo, ha sido la que se podía esperar: calificar abiertamente a Mamdani de comunista y predecir una avalancha de fortunas neoyorquinas con destino a Miami, a imitación de los cubanos emigrados por el castrismo. 
Incluso Milei criticó a Mamdani e invitó a invertir en la Argentina.Por cierto, que esa ligereza en los juicios recuerda a actitudes muy parecidas que se dan por estas latitudes. Es el desafío en escala internacional que las derechas ultras y extremas, de Trump y Milei, les plantean a los progresismos y al peronismo en Argentina.


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06-11-2025 / 19:11
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