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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Entre Ríos - 26-03-2023 / 21:03
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

¿Los radicales entrerrianos tendrán que optar entre un peronista o un menemista?

¿Los radicales entrerrianos tendrán que optar entre un peronista o un menemista?
Que no haya un referente de peso de la UCR en lo más alto de una boleta provincial habilita a un apotegma que se usará en la campaña y que se viralizará a la velocidad de la luz: “Los entrerrianos deberán elegir entre dos peronistas, una o uno puro y el otro menemista”. La referencia alude al candidato del PJ y a Frigerio, este de origen peronista menemista.
La Unión Cívica Radical de Entre Ríos nunca llegó a elecciones provinciales sin candidatos propios para la gobernación. De ocurrir esto, el dato será sensible y marcará un quiebre histórico en la tradición de un partido que ejerció el poder en la provincia en muchas oportunidades. Es que, si el porteño Rogelio Frigerio logra la postulación a gobernador, conseguirá el objetivo que se propuso en 2021, cuando después de haber conquistado su banca para diputado nacional por Entre Ríos, e hilar una serie de alianzas electorales, hizo pública su aspiración de competir para acceder a la Casa Gris.
 
Frigerio llegó a esta precandidatura tras acordar con los dirigentes radicales de mayor presente entre los boinas blancas. Convenció al radicalismo orgánico -que no controla Pedro Galimberti- de que su postulación y la billetera de Horacio Rodríguez Larreta es un reaseguro que el diputado radical Pedro Galimberti no les garantiza. El mérito de Frigerio está a la vista: leyó la interna radical y actuó en consecuencia. Altos dirigentes radicales, para muchos correligionarios ya sin vocación de poder, como Atilio Benedetti y Fabián Rogel, jugarían para el PRO.
 
Puertas adentro de la UCR, la posición de encabezar la fórmula provincial es instigada por la vehemente conducción del gobernador jujeño Gerardo Morales. El titular del Comité Nacional de la UCR quiere ser candidato presidencial, se le planta al PRO y pretende que cada provincia tenga un candidato a gobernador radical. El problema es que, en Entre Ríos, ese mandato no convence a todos los radicales. Todo depende de lo que se pretenda realmente, si es que hay vocación de poder o sólo aspiraciones políticas acotadas a una banca legislativa o a un cargo en algún Ejecutivo municipal.
 
La dirigencia provincial de la UCR nunca acompañó en bloque la interna que Galimberti le planteó a Frigerio. Nacionalmente, el PRO larretista y la Coalición Cívica también le retacearon apoyo. Ahora, esa misma estructura territorial provincial del radicalismo, que podría ser letal en una primaria opositora para Frigerio y un partido muy chico como el PRO, duda de seguir la lógica de apoyar a un candidato de la UCR y se dispone a acompañar al porteño, siendo el principal aparato político para su aventura entrerriana.
 
Frigerio asegura que la UCR será parte "central" de la propuesta de Juntos por Entre Ríos. El porteño dice estar comprometido en esa idea, pero recién al final del camino se podrá constatar si los dichos se transforman en hechos. Pero para eso todavía falta una definición clave: los candidatos en la Capital. La posibilidad de apuntarle a la Municipalidad de Paraná es la otra opción que maneja el radicalismo.
 
Este es un juego que se ejecuta paso a paso. En el campamento del porteño Frigerio se anotan para la intendencia de Paraná: Ayelén Acosta, Emanuel Gainza, Leandro Brasesco, Eduardo López Segura, Roberto Sabbioni, Ricardo Gutiérrez, Hugo Gemelli, Fernando Sibulofsky y Silvia García. Muchos precandidatos sin experiencia de gestión y con escasas propuestas. ¿Cómo hará para bajarlos a todos? ¿Se quedarán afuera los radicales también de la intendencia de Paraná? 
 

En el peronismo, hay cierto regodeo, pero también inquietud por lo que tendrá enfrente en los comicios. Que no haya un referente de peso de la UCR en lo más alto de una boleta provincial habilita a un apotegma que se usará en la campaña y que se viralizará a la velocidad de la luz: "Los entrerrianos deberán elegir entre dos peronistas, una o uno puro y el otro menemista".
 
La referencia alude al candidato del PJ y a Frigerio, este de origen peronista menemista. Fue subsecretario de Programación Regional y secretario de Programación Económica durante el gobierno neoliberal de Carlos Menem. Gracias a los recovecos de su trayectoria, cuando el peronismo recuperó su línea nacional y popular, Frigerio se refugió en el PRO, como "un técnico", un economista, aunque desde siempre es un político, que juega a desmarcarse, a representar el cambio, lo nuevo, el "exitoso" en el sector privado que llega a la función pública.
 
El paso de Frigerio por el menemismo no le proporcionó sensibilidad social ni sentido de solidaridad con los pobres. Ahora, muchos se preguntan qué hará si es gobernador. ¿Implementará un recorte regresivo del gasto público y las jubilaciones, acompañará la flexibilización y precarización laboral para bajar salarios y el despido de trabajadores sin pagar indemnizaciones, eliminar el aguinaldo y las vacaciones pagas? En la provincia, ¿ajustará a docentes, estatales y a políticas públicas de asistencia a sectores vulnerables? ¿Privatizará ENERSA y los Juegos de Azar, tercerizará Vialidad y negociará la presencia privada en las empresas estatales a favor de grupos empresarios poderosos? ¿Y qué harán los radicales?
 
Si Frigerio llega a lo más alto de la marquesina, resta saber su contendiente peronista y el cruce principal quedará cerrado. Jorge Busti en 2003, después Sergio Urribarri en 2007 y 2011, y Gustavo Bordet en 2015 y 2019 vencieron al anti peronismo provincial. Frigerio estará subido al ring, pero esta vez aupado en la UCR, una novedad histórica. El lugar que termine ocupando, o no, la UCR en la boleta provincial, y quien lo hará, podría marcar la diferencia. Eso será clave para la identidad radical y para el futuro del partido de Alem e Yrigoyen en Entre Ríos.
 
La Opinión Popular
 

¿Los radicales entrerrianos tendrán que optar entre un peronista o un menemista? 
 
Massa intervino Edesur por los cortes e incumplimiento de contrato
 
En medio de la crisis energética por la masividad de cortes de luz que afectan al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el Gobierno anunció la intervención de la empresa Edesur durante 180 días, prestadora del suministro. Quedará a cargo Jorge Ferraresi como interventor. Los reclamos de familias, que incluso llevaron semanas sin servicio, y el aumento del descontento social motivaron el accionar de la Secretaría de Energía, que depende del Ministerio de Economía.
 
En conferencia de prensa, el ministro Sergio Massa, afirmó: "Hemos vivido situaciones que nos golpearon y dolieron, comercios tirando mercaderías, y hogares sin luz ni agua. Fueron las imágenes que marcaron la agenda de los últimos 15 días. En ese sentido, la inminente decisión de Enel de poner en venta la compañía Edesur aparece como una situación que genera incertidumbre sobre la prestación del servicio". El funcionario también informó que la empresa deberá devolver el dinero de las facturas a los usuarios que sufrieron cortes.
 
Por otra parte, el tigrense explicó: "Hemos tomado la decisión de ejecutar los $ 2.700 millones de sentencia, que implican un mecanismo de devolución por parte de la empresa a todos los usuarios del servicio de las multas que, de alguna manera, el Estado le aplicara y que tienen como objeto central la devolución del servicio no prestado por parte de la empresa a los usuarios".
 
El último jueves, el Gobierno denunció penalmente a la compañía Edesur por "malversación de fondos, fraude en perjuicio de la administración pública y abandono de personas". En conferencia de prensa, la portavoz, Gabriela Cerruti, precisó que son un total de 75 mil los usuarios que padecieron cortes de luz extendidos en el tiempo y acusó a Edesur de ser la única empresa de servicios con esa cifra de cortes.
 
Días atrás, Martello se refirió a la posibilidad de que Edesur pierda la concesión, o al menos una parte, en caso de que así lo debata y apruebe el Congreso. Además, deslizó que existe la posibilidad de que el Estado tenga una futura participación en el servicio del suministro de luz.
 
El funcionario profundizó: "Hay experiencias que se pueden tener en cuenta, como la de Brasil con Eletrobrás, donde el Estado tiene participación con el 45% de las acciones y eso le permite una posición más fuerte en el directorio a la hora de tomar criterios de inversión, de asignaciones prioritarias y un mejor control".
 
Esta intervención llega luego de la enorme crisis social que significaron los cortes masivos de luz en Buenos Aires. Esos cortes, que correspondieron mayoritariamente a Edesur, llegaron a afectar diariamente a más de 100.000 o 150.000 hogares, desnudando la crisis estructural de un sistema energético que no invierte en obras ni mantenimiento, lo que no alcanza a cubrir la demanda de energía, en el marco de la ola de calor que afectó al país.
 

¿Los radicales entrerrianos tendrán que optar entre un peronista o un menemista? 
 
Por los chats filtrados con jueces y funcionarios, echan a Marcelo D'Alessandro
 
La semana pasada, renunció Marcelo Silvio D'Alessandro. El malogrado funcionario de seguridad de Horacio Rodríguez Larreta finalmente fue defenestrado por su jefe para no complicar su carrera presidencial. Cayó por su propio peso, acorralado por el escándalo de los chats de Lago Escondido, que desnudaron el vínculo mafioso entre los poderes político, judicial y empresario del Grupo Clarín.
 
Finalmente, después de meses de licencia y ninguna explicación pública que pudiera limpiar su nombre, se fue D'Alessandro. El funcionario de Larreta anunció su salida a través de un hilo en la red Twitter, fiel a la 2.0 que lo hizo caer tras la filtración de chats de Telegram que desnudaron sus vínculos non sanctos con la polémica Corte Suprema y el grupo Clarín, sumados a otros chats donde tenía relaciones corruptas con proveedores de la Ciudad de Buenos Aires y hasta algunos donde les facilitaba vehículos oficiales a jueces federales.
 
Poniendo en práctica aquello de que la mejor defensa es un buen ataque, D´Alessandro huyó del ministerio porteño sabiendo no solo que cada día en el cargo afecta la carrera presidencial de su jefe político, sino también que lo mejor para su situación es desviar el foco hacia el presunto hackeo de su teléfono celular. "Le comuniqué al Jefe de Gobierno mi decisión de dar un paso al costado para convertirme en querellante de la causa que investiga la operación ilegal de inteligencia en mi contra", afirmó en Twitter.
 
D'Alessandro, luego de renunciar, hizo un intento de descargo en las redes sociales donde obviamente apuntó sus cañones a una operación política de la que responsabilizó a la Casa Rosada. Aunque muchos consideran que de haber sido una operación se habría gestado dentro del seno del macrismo por la fuerte interna que están llevando, el renunciado ministro comenzó su descargo asegurando que se trató de un hackeo del cual, según D'Alessandro ya tendría identificado a los responsables.
 
D'Alessandro al hacer un descargo en twitter se contradijo en menos de tres horas. El ex funcionario macrista, que ya había sido inconsistente a la hora de intentar explicar los chats que lo involucraron en varios delitos, quiso defenderse de un comentario de Gabriela Cerruti y volvió a meter la pata ya que al contestarle, en lugar de sostener la hipótesis del hackeo, aseguró que "los chats se inventaron". No hace falta ser un experto para saber que si esos chats fueran inventados hubiera sido innecesario un hackeo.
 

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Máximo Kirchner habilitó las internas y desde el albertismo lo celebraron
 
Los dirigentes de La Cámpora marcharon desde la ESMA hasta Plaza de Mayo para conmemorar el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, oportunidad que fue aprovechada por el líder de esa agrupación, Máximo Kirchner, para criticar la gestión del Presidente que Cristina designó por Twitter. Como corolario de su nueva diatriba contra el Gobierno del que su agrupación participa en los cargos pero no en la concepción ideológica, señaló que "si alguien se enoja, vamos a elecciones y la sociedad define".
 
Desde el entorno del Presidente Alberto Fernández, que anda por República Dominicana participando de la Cumbre Iberoamericana, celebraron la frase de Máximo con la alegría contenida de quien gana una escaramuza después de batallas perdidas.
 
Por primera vez el hombre fuerte de La Cámpora admitía la posibilidad de que las candidaturas surgieran de una interna y no fueran definidas unilateralmente desde el kirchnerismo. Lo que entre otras cosas allana el camino para una hipotética y utópica candidatura a la reelección de Alberto, opción que provoca rechazo en el núcleo más cercano a la presidente del Senado.
 
Dentro del Frente de Todos ya nadie cifra la más mínima expectativa en la posibilidad de llegar a algo parecido a un acuerdo interno antes de las elecciones y la opción de arribar a las PASO con más de una lista parece inevitable. El problema es que no abundan voluntarios para encabezar fórmulas presidenciales en un contexto electoral que se vislumbra adverso.
 
Los últimos números de la consultora Aurelio muestran a Juntos por el Cambio con una intención de voto de 34%, el Frente del gobierno aparece en segundo lugar con 32% y cierra el podio Javier Milei con 21%.
 
El problema para el FdT es que este escenario de tres tercios con números relativamente parecidos se modifica dramáticamente en una eventual segunda vuelta, porque los 21 puntos de los libertarios se trasladan casi directamente a cualquiera de los candidatos de JxC, que así superaría cómodamente los 50 puntos, mientras que el oficialismo apenas sumaría algunos puntos provenientes de votantes de la izquierda.
 
El kirchnerismo se resiste a la idea de tener nuevamente a Alberto como candidato presidencial, pero ninguna de sus figuras principales se anima a dar el paso al frente. Cristina ya dijo que no y lo más probable será verla encabezando la lista de senadores de la provincia de Buenos Aires.
 
"Si no es Cristina que sea Axel", reclaman los camporistas, pero al gobernador bonaerense lo atrae mucho más una candidatura a una probable reelección que inmolarse en una batalla presidencial que parece perdida. 
 
A Wado De Pedro le gustaría, pero los números de las encuestas son crueles con sus pretensiones y a Máximo no se lo ve muy apurado por probarse por primera vez en su vida en las urnas como candidato a un cargo ejecutivo y seguramente continuará su carrera política en alguna lista sábana.
 
Cómo estará de resignado el kirchnerismo que a sus referentes en esta oportunidad no les molestaría ir enganchados en una boleta encabezada por el otrora denostado Sergio Massa, pero el tigrense jura que se mantendrá al margen. Cualquiera fuera su decisión, sus chances dependen directamente de su capacidad para bajar la inflación, objetivo que a esta altura parece de difícil concreción.
 

¿Los radicales entrerrianos tendrán que optar entre un peronista o un menemista? 
 
Lo que escasea a un lado de la grieta, sobra en la margen opuesta
 
 La posibilidad cierta de ganar las presidenciales y la falta de un liderazgo aglutinante alimentaron un listado de candidaturas más largo que el line up de Lollapalooza.  Bullrich, Rodríguez Larreta, ¿Macri?, Vidal, Manes, Morales y Carrió forman parte de la lista de autopercibidos presidenciables de un espacio que desarrolló un nivel de fragmentación mayor que el FdT.
 
Numerosas candidaturas, escasísimos programas y propuestas. Desde ese punto de vista, podría asumirse que un eventual gobierno de JxC va un paso adelante respecto a lo que fue la experiencia del FdT en el gobierno, porque los cambiemitas ya están todos peleados antes de asumir.
 

¿Los radicales entrerrianos tendrán que optar entre un peronista o un menemista? 
 
Festival de candidaturas en Juntos por Entre Ríos
 
La democracia está sujeta a reglas que someten la contienda política a procedimientos. Esos procedimientos garantizan una finalidad: la expresión de la ciudadanía para elegir a sus autoridades y autogobernarse políticamente. Entre las pautas más relevantes, sobresalen las reglas del proceso electoral. Ellas buscan asegurar un "juego limpio" entre contendientes, quienes se someten a la decisión de la ciudadanía, que elige a alguno para gobernar.
 
Este "juego limpio" no lo lleva adelante el porteño Rogelio Frigerio, pre candidato a gobernador en Entre Ríos, quien en los últimos meses ha hecho campaña escarbando en la división radical, para hacer que duela otra vez la espina que le clavó a la UCR en su triunfo en los comicios de medio término de 2021. El macrista desoyó algunas recomendaciones de sus estrategas y puso a jugar a todos los precandidatos posible que responden a su armado para cargar sobre los dirigentes radicales que no le responden ciegamente.
 
En Paraná, con Frigerio se anotan Ayelén Acosta, Emanuel Gainza, Leandro Brasesco, Marcelo Quiroga, Eduardo López Segura, Roberto Sabbioni, Ricardo Gutiérrez, Hugo Gemelli, Fernando Sibulofsky y Silvia García, todos para la intendencia capitalina. En tanto, con Galimberti coinciden Jorge Izaguirre, Gustavo Curvale y, con más independencia, Lucía Varisco, diputada provincial. La mayoría son precandidatos sin votos propios que apuestan a sacarse la grande.
 
En la foto de Concordia aparecen los precandidatos Marcelo López (UCR), Eduardo Caminal (PRO), y Guillermo Marcone (MID). Y Francisco Azcué (Evolución Radical - apoya a Frigerio); Eduardo Cristina (Más X Concordia - también en línea con la candidatura de Frigerio); y Leandro Lapiduz (UCR - y en la línea del otro precandidato, el radical Galimberti). En el resto de la provincia hay un panorama de dispersión similar.
 
Los radicales, que se sienten ninguneados por los dirigentes del PRO, son los destinatarios predilectos de esta estrategia, que sin embargo todavía no ofrece resultados contundentes. Macristas y radicales batallan contra dificultades propias. En Juntos por Entre Ríos saben que la confección de listas es el momento de mayor riesgo.
 
Este proceso electoral, puesto en marcha por la oposición en Entre Ríos, ratifica que lo que se pone en juego para un número relevante de candidatos no es el destino colectivo, sino la ocupación, el medio de vida y el "cargo" para los próximos cuatro años. Esto se percibe en el discurso y en la ausencia de propuestas en los mensajes. Nadie en Juntos sabe qué piensa hacer el diputado Frigerio con ese tema.
 
Se eligen representantes, y es importante que quienes pretenden liderar a la comunidad sean personas conocidas por el electorado -algo que luce reñido con la superabundancia de candidaturas-, es que años de democracia han enseñado que sin un programa concreto no se puede aspirar al progreso general; al buen gobierno público y a la salud de las instituciones del Estado.
 
Lamentablemente desde 1983 a esta parte se ha deteriorado hasta desaparecer el concepto de "la plataforma electoral". En la mayoría de los casos no se sabe para qué se quiere el poder. Este desconocimiento atenta contra el acto de voluntad consciente que supone el voto. Son demasiadas las piezas fuera de lugar en esa partida que empieza a pasar de entretenida a absurda.
 
Una revisión rápida de la actividad proselitista ya instalada muestra que los múltiples candidatos de la oposición ni siquiera esbozan una propuesta o un eslogan mínimo, sino que se limitan a consignar su nombre al lado del de otro dirigente aliado que aspira a un cargo más alto, generalmente a gobernador o presidente. ¿Qué será lo que perciben los votantes entrerrianos cuando observan este juego que lleva al límite las reglas de la democracia es un gran interrogante político, que empieza a ser inquietante?  
 
Sobre todo, cuando en el país -y también en Entre Ríos- crece de forma incesante el discurso de la anti política de la derecha. ¿Para qué sirve la campaña electoral si no es para conocer las intenciones y proyectos de los que se proponen ganar los comicios? ¿Acaso no es evidente que la complejidad de los problemas que presenta la realidad, desde el narcotráfico y la pobreza, hasta el cambio climático, demandan posiciones firmes y estrategias muy inteligentes en una coyuntura de escasez de recursos?
 
Las preocupaciones de un número relevante de pre candidatos que se proponen liderar esta realidad no pasan por armar equipos de trabajo y elaborar propuestas, o por debatir planes con los otros contendientes. Da la impresión de que se cree que basta con llegar y tener el poder para que haya cambios. O, lo que es más grave, de que sencillamente no se anhela ninguna clase de transformación o mejora concreta.
 
La tendencia a dejar de lado la exposición de ideas degrada la política y a un sistema democrático establecido con muchísimo esfuerzo y después de un sufrimiento inenarrable. ¿Por qué? Porque, al liberar a los candidatos de comprometerse con ciertos objetivos y de poner de manifiesto un rumbo, implícitamente se borra la posibilidad de exigir, hacia el futuro, una rendición de cuentas.
 
A esta altura del debilitamiento de la política, con partidos ultra minoritarios como el PRO, puede parecer ingenuo que se ponga el ojo en la desaparición de la plataforma. No se trata de nostalgia por tiempos pretéritos, sino de un reclamo esencial para salvaguardar el cometido del voto popular. En ese sentido, decir qué se quiere o se piensa hacer con la autoridad y los atributos obtenidos por medio de las urnas, y cuáles son las convicciones que animan la candidatura es una obligación básica del candidato.
 
¿Hay que darse por vencido y resignarse a que la campaña sea una pelea por "los lugares" en disputa sin otra finalidad que ocupar los cargos? Aceptar esa anomalía como regla equivale a empobrecer la democracia hasta un límite muy peligroso.
 
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