Nacionales - 04-02-2023 / 11:02
FUERON ATACADOS VIOLENTAMENTE POR UNA VERDADERA PATOTA DE CIPAYOS A SUELDO DEL MILLONARIO INGLÉS LEWIS
Finalizó la marcha que buscó mostrar que Lago Escondido es patrimonio de los argentinos
Los manifestantes de la Séptima Marcha por la Soberanía que mantenían un acampe en la ribera este del Lago Escondido fueron trasladados esta madrugada hasta la ruta 40, a la altura de la localidad de El Foyel, con lo cual concluyó la manifestación que había comenzado el sábado pasado. Los participantes fueron interceptados violentamente por una verdadera patota paramilitar que responde al millonario inglés Joe Lewis, propietario de las tierras que rodean el espejo de agua cuyo acceso niega cerrando caminos públicos.
Los manifestantes de la Séptima Marcha por la Soberanía que mantenían un acampe en la ribera este del Lago Escondido fueron trasladados esta madrugada hasta la ruta 40, a la altura de la localidad de El Foyel, con lo cual concluyó la manifestación que había comenzado el sábado pasado. Los participantes fueron interceptados violentamente por una verdadera patota paramilitar que responde al millonario inglés Joe Lewis, propietario de las tierras que rodean el espejo de agua cuyo acceso niega cerrando caminos públicos.
¿Es posible que argentinos movilizados por sentimientos de patriotismo, justicia y dignidad sean golpeados y humillados por una patota de matones a sueldo? Todo indica que sí, porque eso le sucedió a un grupo de compatriotas que marchaba impulsado por un deseo genuino de denunciar un caso evidente de colonialismo que nos avergüenza como nación pretendidamente soberana.
Para escarnio de nuestro país y sus instituciones en el lugar no se dejó irregularidad por cometer: se vendieron a un extranjero tierras sobre la frontera en violación a la ley argentina, se cerraron caminos públicos, se impidió el acceso a las riberas del lago, una marcha pacífica fue atacada violentamente y, lo más triste, los atacantes cipayos que defendían al millonario inglés portaban banderas argentinas, mientras que los policías de la provincia de Río Negro allí presente no hicieron nada para evitar la violenta agresión.
En Lago Escondido no es el Estado el que tiene el monopolio del uso de la fuerza sino Joe Lewis y su "policía montada". Hubo heridos, uno de los manifestantes denunció que le quebraron una pierna a propósito, integrantes del grupo aseguraron que el portón que cierra el camino estaba electrizado, hasta los periodistas que acompañaban la marcha fueron atacados. Ver las imágenes de la agresión provoca indignación, máxime si se recuerda que Lewis no solo mantiene su enclave cordillerano sino que lo amplía con otro a orillas del Mar Argentino, donde posee un aeropuerto. Está a la vista que el pirata Lewis se ríe de nuestra soberanía.
En las esferas gubernamentales nadie se ha puesto a pensar que tolerar con pasividad actitudes de este tipo puede derivar en acciones impredecibles, porque esos ataques fácilmente pueden provocar una espiral de violencia. Nadie acepta que lo humillen y, peor, lo repriman a golpes, sobre todo si tiene plena conciencia de estar actuando en respaldo y defensa de lo que se percibe como un país soberano.
También es notable el cipayismo de buena parte del periodismo aliado del establishment. Esos grades medios porteños, poco menos que celebraron la feroz embestida contra los manifestantes porque estuvo a cargo de "gauchos" y "baqueanos" de la zona, que dicen estar "cansados" de esas presencias. Esas expresiones, utilizadas en forma tan engañosa, pueden confundir a ciertos sectores de la población, al presentar a los escuadrones montados de Lewis como "gente de la tierra" que detesta a los "extraños" de los centros poblados que vienen "a molestarlos".
Esa misma prensa de derecha se encargó de magnificar la presunta ilegalidad de los que participaron de la marcha, que habrían navegado por el lago y encendido fuego en el bosque, acciones -recalcaron- prohibidas por el gobierno de la provincia de Río Negro. Pero nada dicen acerca de que ese gobierno, cuya policía estuvo presente en el lugar de los hechos, nada hizo para evitar la represión de los "cosacos" a particulares que transitaban por una vía pública en un acto respaldado por una resolución judicial.
A todo este panorama siniestro se puede -se debe- agregar un detalle no menor: un ex presidente de la república, Mauricio Macri, defiende la posición de su amigo Lewis, de quien incluso fue huésped mientras estaba en el cargo.
La Opinión Popular
LAGO ESCONDIDO
Tras los ataques y el acampe, finalizó la marcha a Lago Escondido
Los organizadores de la marcha acordaron con el gobierno de Río Negro el traslado de los manifestantes que mantenían el acampe en la ribera este del Lago Escondido, a metros de la mansión del magnate británico Joe Lewis.
Los manifestantes de la Séptima Marcha por la Soberanía que mantenían un acampe en la ribera este del Lago Escondido fueron trasladados esta madrugada hasta la ruta 40, a la altura de la localidad de El Foyel, en buen estado de salud, con lo cual concluyó la manifestación que había comenzado el sábado pasado.
"Cumplidos los objetivos se haber puesto de manifiesto que el Lago Escondido es patrimonio de todos los argentinos, desde la conducción de la 7ma Marcha Federal por la Soberanía Nacional se ha decidido dar por concluida la misma", informaron los organizadores desde la cuenta de Twitter de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (Fipca), organizadora de la iniciativa.
Durante la madrugada del sábado, unos 60 militantes de la columna 2 de montaña denominada "Juana Azurduy" llegaron en micros y camionetas a la ruta 40, a 15 kilómetros de la localidad de El Foyel, en uno de los ingresos a la estancia del magnate inglés Joe Lewis, bajo la presencia de una veintena de efectivos de la policía de Río Negro, según informó Télam.
Anoche, los organizadores de la marcha acordaron con el gobierno de Río Negro el traslado de los manifestantes que mantenían el acampe en la ribera este del Lago Escondido, a metros de la mansión del magnate británico Joe Lewis, y con la llegada de los manifestantes anunciaron la finalización de las actividades que se iniciaron hace una semana.
Desde la organización, informaron que todos los participantes de la columna de montaña se encuentran en "perfecto estado de salud", mientras que los integrantes de la columna del camino público de Tacuifí "que fueron arteramente atacados mientras transitaban el mismo, se encuentran atendidos y fuera de peligro".
"Logramos que todos los compatriotas volvieran del sendero de montaña, sanos y salvos. La columna ejerció soberanía en el #LagoEscondido y se da por concluida la 7ma Marcha Federal por la Soberanía Nacional", afirmaron desde la organización en un reciente posteo.
Una tercera columna se dirigió al aeropuerto privado de Joe Lewis en Sierra Grande y "también cumplió su objetivo de visibilizar esta gran problemática", según indicaron.
"Agradecemos a todas las organizaciones participantes y al pueblo argentino por su lucha, por apoyar esta causa de soberanía nacional y recuperar el sentimiento patriótico. Las Malvinas son argentinas y el Lago Escondido también", sostuvieron desde la cuenta de Twitter.
Cómo fue la 7ma Marcha Federal por la Soberanía Nacional
Los manifestantes fueron trasladados en micros de larga distancia y camionetas hasta la ruta 40, donde los esperaban unos 600 militantes y dirigentes de distintas organizaciones que componen la marcha nacional, que portaban banderas argentinas y pancartas.
Entre los manifestantes que regresaron se encontraban el sacerdote Francisco "Paco" Olveira y el excombatiente de la Guerra de Malvinas Gustavo Bellido, quienes realizaron una huelga de hambre en las últimas horas.
"Físicamente estoy bien pero fue mucho el esfuerzo. Fueron tres días de caminata por la montaña y dos días con los kayaks. Cuando llegamos al lago nos encontramos con una banda de unas 60 personas que nos hostigaron permanentemente. Cuando nos fuimos empezaron a pegarle al micro que no tenía nada que ver. Durante 24 horas nos ponían la música fuertísima. Era como una tortura psicológica", contó a Télam el cura Olveira.
"Al igual que las Malvinas, el Lago Escondido es argentino. El lago está secuestrado y tenemos que liberarlo. El lago solo lo pueden disfrutar ellos, es mucho más que abrir un camino. Ya sabemos lo que Lewis hace desde ahí, con reuniones que fueron develadas, un gobierno paralelo, una mafia que maneja al país desde ahí", añadió el sacerdote.
Por su parte, el excombatiente Bellido señaló que la intención de la marcha fue "hacerle ver al resto de los argentinos que nos están robando territorio a mansalva" y añadió: "Hemos demostrado que este camino no es para una familia, que cuando llegas al lago después de una peripecia de 3 días infernal, ellos no quieren que estés ahí".
"Nos han hostigado, y torturado física y psicológicamente, con música a todo volumen para que la estadía sea un infierno y para que pensemos en no volver más. Hay que revertir esta situación, con el agravante para la seguridad nacional que significa que un inglés sea dueño de un territorio amplísimo a pocos kilómetros de la frontera con Chile", concluyó.
Fuentes: El Destape y La Arena