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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 29-01-2023 / 09:01
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Frente de Todos y Juntos por el Cambio: el que se rompe, pierde

Frente de Todos y Juntos por el Cambio: el que se rompe, pierde
La carrera hacia las elecciones de octubre parece, a esta altura del partido, una prueba de resistencia para las dos grandes coaliciones, que por estas horas exhiben en público, cada cual a su manera y con sus particularidades, las dificultades que encuentran a la hora de sostener sus pactos y acuerdos. El que se rompe, pierde, parece la consigna. El final, desde ya, está abierto.
La carrera hacia las elecciones de octubre parece, a esta altura del partido, una prueba de resistencia para las dos grandes coaliciones, que por estas horas exhiben en público, cada cual a su manera y con sus particularidades, las dificultades que encuentran a la hora de sostener sus pactos y acuerdos. El que se rompe, pierde, parece la consigna. El final, desde ya, está abierto.
 
En el Frente de Todos volvió a supurar la herida abierta en la semana posterior a las PASO de 2021, cuando una rebelión de funcionarios y funcionarias K, encabezados por el ministro de Interior, Wado de Pedro, amenazó con una renuncia al unísono para forzar al presidente Alberto Fernández a un cambio de gabinete que él postergaba. Ese episodio terminó con un alto el fuego pero nunca se firmó la paz.
 
De Pedro fue otra vez la correa de transmisión del mensaje cuando esta semana su entorno dejó saber el descontento que tenía por no haber sido invitado a una de las actividades que tuvo el presidente brasileño, Luiz "Lula" Da Silva, en su atareada visita a la Argentina: un encuentro con organismos de Derechos Humanos que tienen a Wado, hijo de desaparecidos, como interlocutor privilegiado en el gabinete.
 
Además de los resquemores que se arrastran desde aquella crisis hace un año y medio, prevalecen al interior del oficialismo dos interpretaciones del episodio de esta semana, que no son mutuamente excluyentes. Una tiene que ver con la inminente temporada electoral: los dos están tomándose las medidas para mandar a hacer el traje de candidato e imaginan en el otro un posible adversario.
 
El problema de que el presidente en ejercicio se someta a una primaria, idea que él mismo lanzó al ruedo en noviembre del 21, quizás como respuesta al conato de rebelión wadista de esa primavera, fue advertido por el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich. Si Fernández va por la reelección, ningún otro dirigente del Frente de Todos debería competir, dijo. ¿Mensaje para Wado o para el propio mandatario?
 
La segunda lectura es que el planteo sobre la "falta de códigos" del presidente fue una forma velada de escenificar otro reclamo, sobre otro desplante, que no puede hacerse en público. En el kirchnerismo sospechan que hubo rosca para evitar el encuentro entre Lula y CFK. Curioso: hace un mes y pico, acusaciones similares, respecto al itinerario de los campeones del mundo, volaban en sentido contrario.
 
Más allá de la trastienda de ese entuerto, la foto que no fue volvió a poner en evidencia que, en su momento de mayor necesidad, CFK se encuentra más aislada que nunca, sin respuestas en una carrera contra el tiempo que pone en juego su libertad y su vida. En pocos meses, pasó de un virtual lanzamiento presidencial, a estadio lleno y con todos los sectores del peronismo orbitando en torno suyo, a la incertidumbre actual.
 
Por supuesto: en el medio estuvieron la condena, la virtual proscripción, el intento de asesinato que no fue ni será esclarecido por el mismo Poder Judicial que la condiciona políticamente y la persigue penalmente. Una trampa a la que no parece encontrarle salida. Si no puede salir sola, ¿podrá la dirigencia y la militancia K hacer por ella lo que le prometieron tantas veces?
 

 
Quizás porque duda sobre la respuesta a esa pregunta es que CFK sigue confiando en Sergio Massa. La historia reciente ha mostrado lo que pasa en la región con los gobiernos de signo popular que quedan aislados cuando mengua o titubea el respaldo popular. Con el Poder Judicial y los medios masivos en contra, es necesario hacer pie en un sector del círculo rojo para no quedar en extrema fragilidad.
 
El ministro de Economía le ofrece ese ancla y una administración más férrea de la economía, con resultados que distan mucho de ser despampanantes pero que sacaron al país de la zozobra. "Cuando agarramos, Clarín hablaba de hiper y Asamblea Legislativa, ahora hablan de Sergio porque saben que es competitivo", se jactan en su equipo, exhibiendo con orgullo las tapas en su contra. Cosas veredes.
 
Massa ya asumió que sí. Que en las condiciones adecuadas, el candidato va a ser él, le guste o no. Pero las condiciones aún distan mucho de ser las adecuadas. Es un secreto a voces que la inflación de enero va a ser más alta que la de noviembre y diciembre, un paso atrás importante, aunque no definitivo, en su plan para llevar ese indicador a un número "que empiece con 3", ya no en abril, sino en mayo.
 
El límite ahora es definitivo e inmutable: las estadísticas del INDEC para ese mes van a conocerse horas antes del cierre de listas y candidaturas. Se sabe que sin bajar la inflación no se puede pero que con bajar la inflación no alcanza. ¿El apoyo de CFK a su gestión se traducirá, llegada esa instancia, en una bendición a su candidatura? Hay un largo trecho entre A y B. Nada está escrito todavía.
 
El ministro, en tanto, prepara un relanzamiento anticipado de Precios Justos con una pauta de aumentos un 20 por ciento más baja que la actual y que, destacan en su despacho, se está cumpliendo. Los problemas no están en los precios sino en las cantidades, a veces sensiblemente inferiores a las pactadas. Cuando se detecta la falta, la empresa infractora pierde beneficios en el acceso a divisas a precio oficial.
 
La salud del Frente de Todos puede seguir deteriorándose si no se encuentran pronto formas efectivas de interlocución entre las partes. Si Fernández sigue adelante con su idea de ir a las PASO para ratificar su liderazgo, ¿obligará a sus rivales a dejar sus cargos para la campaña, como hizo con Agustín Rossi en 2021? La regla corre tanto para De Pedro como para Massa. De difícil cumplimiento.
 
El Congreso del PJ que se celebrará entre marzo y abril servirá para comenzar a dirimir esas cuestiones. Lo convocará, formalmente, Fernández, presidente del partido a nivel nacional, en un acto que se va a llevar a cabo el 24 de febrero para conmemorar el primer triunfo de Juan Perón e inaugurar la renovada sede de la calle Matheu tras importantes refacciones.
 
Se trata de un paso formal para habilitar la formación de alianzas y coaliciones electorales para este año pero, a diferencia de otras veces, el Congreso jugará seguramente un rol importante en el dictado de la estrategia, porque allí se pondrán en común las posiciones de gobernadores, intendentes, sindicatos y representantes de todos los sectores políticos que forman parte del peronismo.
 
Si Alberto no va hacia la mesa política, la mesa política terminará, tarde o temprano, golpeando las puertas de Olivos: ya existen conversaciones entre distintos espacios para llegar a esa cita con una postura unificada entre la mayoría de los alrededor de 900 congresales para pedirle al mandatario de renuncie a su reelección para permitir que un candidato con la mochila más liviana tome ese lugar
 
Otro asunto que seguramente va a dirimirse allí, si no sucede antes, es la postura, que impulsaron en los últimos días algunos referentes del kirchnerismo, de no presentar candidaturas si continúa la proscripción de CFK. Parece difícil que eso prospere porque significaría ceder no solamente el gobierno nacional sino el control del Congreso, provincias y municipios.
 
El escenario no parece mucho más apacible en Juntos por el Cambio, que por estas horas atraviesa, sin poder hacer mucho por evitarlo, una serie de rupturas a nivel provincial que echan un manto de dudas sobre la eficacia electoral de esa alianza de cara a las elecciones nacionales, acechados por el crecimiento de la ultraderecha extrapartidaria y por la desconfianza mutua de sus principales líderes.
 
La crisis se disparó en las provincias patagónicas pero amenaza con tener réplicas en todo el territorio. Al cierre de esta columna Juntos por el Cambio estaba dejando de existir como lo conocimos hasta ahora en Río Negro, Neuquén y Chubut; mientras que se registran conflictos graves sin solución a la vista en distritos clave como Córdoba, Mendoza, Tucumán y Salta.
 
Este miércoles, los presidentes de los cuatro partidos que conforman la alianza a nivel nacional se reunieron para tratar de encuadrar las rebeldías y sacaron un duro comunicado prometiendo expulsar de JxC a aquellos dirigentes que decidan irse. Si, leyeron bien. La amenaza no dio los resultados que esperaban y en las últimas horas las rupturas lejos de deshacerse se aceleraron.
 
El problema para aplicar sanciones es que lo que un partido condena en un distrito lo hace en el otro. El color político de victimarios y damnificados por las traiciones cruzadas, los compromisos rotos y las rupturas de último momento cambia de provincia en provincia. En Río Negro la UCR arregló con el exgobernador Alberto Weretilneck; en Neuquén fue el PRO el que cerró con Rolando Figueroa, un ex MPN.
 
En Córdoba, Mauricio Macri apoya a Rodrigo De Loredo, el candidato radical, antes que a Luis Juez, hoy con la camiseta amarilla, que se niega a dar una interna. En Mendoza el que amenaza con romper es el diputado Omar de Marchi, nada menos que el encargado del armado en el interior del país de Horacio Rodríguez Larreta, que propone un frente con el peronismo no kirchnerista para arrebatarle la provincia a la UCR.
 
El ruido se replica cerca de la cima de la pirámide alimenticia de Juntos por el Cambio, donde a la tirria mutua entre el alcalde porteño y la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, precandidatos desde el minuto cero, hay que sumarle la desconfianza que ambos comparten por los últimos pasos de Macri y de María Eugenia Vidal, que le agregan incertidumbre a esa interna.
 
El temor que se replica en los equipos de Rodríguez Larreta y de Bullrich es que la exgobernadora sea la elegida por el jefe para competir en la elección presidencial y antes, si fuera necesario, en una primaria contra ellos. Un rumor inquietante circuló estos días en el PRO: una posible candidatura de Macri a senador por la provincia de Buenos Aires que le permita gravitar en la interna y, de paso, le garantice fueros.
 
Como si las cosas no estuvieran lo suficientemente complicadas, volvió a aparecer Elisa Carrió, reflotando la idea de una nueva candidatura presidencial (en lo que va del siglo lo hizo en 2003, 2007, 2011 y 2015, y sólo dejó pasar la de 2019, un caso que confirma el teorema Capitanich) y removiendo el campo minado del juicio político a la Corte Suprema al afirmar que proseguirá con su acusación a Ricardo Lorenzetti.
 
El proceso de juicio político promete sacar a la luz aspectos desconocidos de los vínculos mafiosos entre miembro de lo más alto del Poder Judicial, empresarios de primera línea y políticos de Juntos por el Cambio. Tampoco puede descartarse la filtración de nuevos documentos en el marco de la guerra de bandas que le da forma a la interna opositora. El único que parece tener sus asuntos (y los ajenos) bajo control es Macri, pero eso no debería sorprender a esta altura de la velada.
 
Sin embargo, la novedad más disruptiva de esta semana en el ámbito de la oposición pasó desapercibida. Las declaraciones del diputado Martín Tetaz y del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, ambos radicales, pidiendo por un acuerdo con Javier Milei, significa el final del dique de contención que era el veto de la UCR para un acuerdo de JxC con los sectores de ultraderecha que todavía quedan afuera de esa coalición.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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27-10-2025 / 08:10
Aunque bajó 15 puntos desde 2023, el Gobierno de Javier "el Cipayo" Milei consiguió el triunfo que buscaba. La ola violeta recorrió el país y hasta ganó por décimas la provincia de Buenos Aires. Apoyado en la intervención extorsionadora de Donald Trump, Milei convocó a los gobernadores derrotados para alcanzar el respaldo parlamentario que necesita para profundizar el ajuste sobre los trabajadores, los jubilados, la educación y la salud pública. El mandatario yanqui escribió un mensaje en el que destacó el triunfo libertario en las legislativas. "Cuente conmigo para dar la batalla por la civilización occidental", le respondió Milei.
 
La Libertad Avanza llegó en crisis a la elección, pero, con polarización y el salvataje multimillonario de Trump, logró un triunfo electoral este domingo en comicios con muy baja participación. Sin embargo, no resuelve su problema de fondo, que consiste en la falta de fortaleza política para aplicar los próximos ajustes y reformas estructurales que le exigen Estados Unidos, el FMI y los grandes empresarios. Derrota del peronismo y fracaso de su estrategia de moderación y pasivización como vía para enfrentar a Milei.
 
Nadie muere en la víspera, tampoco se suicida antes. Al parecer esto se puede aplicar a un conglomerado más complejo como es el pueblo e incluso podría servir como una primera explicación del resultado electoral de estas elecciones legislativas de medio término. El miedo que el gobierno distribuyó de manera equitativa (la única distribución que hizo desde que asumió) con la inminencia de la debacle si no se conseguían los salvatajes de Donald Trump fue uno de los factores que provocó este resurgimiento electoral.
 
En la vereda de enfrente, el peronismo contuvo su núcleo duro, pero la continuidad de la disputa interna dejó al movimiento nacional y popular sin un mensaje que convoque y aglutine, sobre todo a ese votante más laxo. Así, La Libertad Avanza obtuvo, a nivel nacional, 40,84 por ciento (15 puntos menos que en 2023), contra un peronismo que sumó en todas las provincias 34,8 por ciento.
 
Una elección absolutamente polarizada que dejó al experimento Provincias Unidas prácticamente hundida con un 5,12 por ciento de votos. Pero este resultado, que le permitirá al Presidente enfrentar unas semanas con más tranquilidad, lo deja ya sin la red de última instancia que representaba la herencia del gobierno anterior. A partir de ahora, todo lo que haga, todo lo que toque, todo lo que rompa, será pura y exclusivamente su responsabilidad.
 
En cada elección los partidos invierten dinero para la campaña. Reciben donaciones, pero también una cuota que le corresponde por ley y que entrega el gobierno. Ahora, para estos comicios el presidente Milei consiguió un récord histórico porque su triunfo lo garantizó con un incremento neto de la deuda externa en 40 mil millones de dólares que le mandan desde la Casa Blanca. Por ahora superó el primer escollo, el electoral. Ahora tiene que garantizar gobernabilidad, pero sobre todo la entrega del país a los capitales norteamericanos que visitan de manera asidua la Argentina. Es lo que le reclama Trump y Scott Bessent. Los recursos naturales del país son la garantía de esos miles de millones de dólares que llegarán.
 
Estas elecciones reavivan un debate. ¿Qué lleva a muchas personas a votar en contra de sus propios intereses? Entendiendo por intereses, no sólo los económicos, sino también los culturales, los políticos, los derechos en general. La explicación de moda tiene que ver con la "política identitaria": esto es, quien vota en contra de sus intereses lo hace por defender una identidad, una autopercepción de su persona. Por ejemplo, el pobre que vota a la derecha que lo va a sumergir aún más en la indigencia, lo haría porque se auto percibe como miembro de una clase superior en la que se cree bienvenido.
 
Sin embargo, estos análisis a veces olvidan una explicación bastante más sencilla, que nunca debería descartarse como explicación de la conducta humana: la estupidez, que siempre encuentra el justificativo moral en la pertenencia a un sistema colonizador de conciencias. La estupidez es la conducta de quien produce un daño a otros sin que de ello derive un beneficio propio.
 
La Opinión Popular
 

26-10-2025 / 10:10
La elección de legisladores a nivel nacional tiene un doble peso: además de renovar el Congreso, será un plebiscito para Javier Milei. Las escuelas ya están abiertas. Las urnas esperan. Este domingo 26 de octubre, la Argentina decide mucho más que 24 senadores y 127 diputados nacionales. En esta jornada, el veredicto de 36 millones de electores funcionará como un plebiscito ineludible sobre la desastrosa gestión de Milei que, con la lengua afuera, está desesperado por mostrarle algo a Donald Trump.
 
El Gobierno, que hace poco pronosticaba un amplio triunfo en todo el país, llega a las elecciones con corrida cambiaria, escándalos de corrupción, una interna que lo paraliza y la difícil tarea de defender el 55% de 2023 y evitar que toda la atención se concentre en la provincia de Buenos Aires. Aun así, aspira a un resultado que le permita a Trump sostener su inédita intervención imperialista. En ese escenario, la oposición busca poner freno a la destrucción nacional que impulsa Milei.
 
En una jornada crucial, sin PASO y con el debut absoluto de la Boleta Única de Papel, los comicios legislativos reconfigurarán el centro de gravedad de la política nacional. El resultado no solo moldeará el Congreso que asumirá el 10 de diciembre, sino que definirá la gobernabilidad inmediata, la proyección de un Gobierno que viene de meses a la defensiva y los liderazgos de una oposición que ya mira hacia 2027.
 
El oficialismo, con La Libertad Avanza como única fuerza presente en los 24 distritos, llega a esta cita con una ventaja estructural: no pone bancas en juego en el Senado y solo renueva dos en Diputados. Su representación crecerá sí o sí. Sin embargo, el presidente y su ministro más poderoso, Luis Caputo, calificaron esta elección como más determinante que la presidencial de 2027.
 
La apuesta es alta. El crecimiento libertario se dará, en buena medida, a expensas de sus propios aliados. El PRO, socio electoral en distritos clave como Buenos Aires y CABA, pone en juego 21 de sus 35 bancas y ya cedió espacios y cabezas de lista a LLA. El Gobierno incluso puso en la cancha a dos ministros: Patricia Bullrich, como candidata a senadora por la Ciudad, y Luis Petri, como cabeza de lista en Mendoza.
 
Frente a ellos, el peronismo estrena a nivel nacional el frente Fuerza Patria, la marca que lo llevó a una victoria aplastante en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Pero este sello solo se repite en 13 provincias. De fondo, se disputa el liderazgo interno entre el gobernador Axel Kicillof, arquitecto del desdoblamiento electoral, y Cristina Kirchner, quien se opuso a esa estrategia. Cualquier resultado ajustado en el distrito que alberga al 40 por ciento del padrón puede reactivar una interna apenas contenida por la disciplina electoral.
 
Un tercer actor busca quebrar el duelo bipolar. Seis gobernadores -de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Santa Cruz, Corrientes y Jujuy- conformaron el frente Provincias Unidas con la ambición de erigirse como una opción de poder real. Su performance, especialmente la de Córdoba, un feudo clave para Milei en 2023, pesará en la interpretación final del resultado nacional.
 
Lo que está en juego trasciende las bancas. Para el Gobierno, se trata de asegurar al menos un tercio del Congreso para ahuyentar el fantasma de un juicio político y garantizar la viabilidad de sus decretos de necesidad y urgencia y sus vetos. Su ambición máxima es un Congreso más amigable para impulsar reformas laborales, tributarias y previsionales.
 
Pero el resultado de hoy hará más que definir números. Dentro de la Rosada, dirimirá la interna sorda entre el armado político de los "Menem" que reportan a Karina Milei vs Santiago Caputo. Y fuera del país, las miradas están puestas en Washington. Trump ya advirtió: si Milei no gana, Estados Unidos no será "tan generoso" con la Argentina.
 
La Opinión Popular
 

25-10-2025 / 10:10
En el contexto de una furiosa batalla mundial por el control de chips, de tecnología de baterías de litio y nuevas fuentes de energía, la designación de Pablo Quirno como canciller, un economista sin experiencia en la diplomacia, pero relacionado estrechamente con el fondo de inversiones JP Morgan, dio pistas sobre las garantías requeridas a cambio de la intervención financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
 
El diario The Wall Street Journal publicó que el apoyo de Estados Unidzos a Javier Milei se basa en el interés por conseguir nuevas fuentes de aprovisionamiento de uranio. El uranio argentino está en la mira. "Ha quedado dolorosamente claro que Estados Unidos se ha vuelto demasiado dependiente de fuentes poco fiables de minerales, productos y manufacturas críticas, todas ellas esenciales para nuestra seguridad nacional", explicó a mediados de octubre de este año Jamie Dimon, cabeza de este grupo que especula con bonos en Wall Street y en todo el mundo.
 
Dimon formuló estas declaraciones al presentar el informe Security and Resiliency Initiative, el ambicioso programa de inversiones del JP Morgan. En ese comunicado, Dimon se refirió concretamente a la estrecha ligazón de la institución financiera que dirige, con la seguridad nacional y los intereses económicos de los Estados Unidos. No es una empresa alejada de la política, sino que sus metas coinciden abiertamente con las de Estados Unidos como potencia hegemonista.
 
El concepto de "poco fiables", aludió básicamente a China, Rusia y otros países asiáticos. Cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció que aplicaría aranceles abusivos a los productos chinos, la respuesta de los agredidos fue suspender las compras de soja y la venta de tierras raras. China compraba el 50 por ciento de la soja norteamericana y los abastecía con la mayor parte de las tierras raras que insume la industria electrónica.
 
Con una política de defensa del interés nacional, Argentina tiene posibilidades de inserción en ese escenario tan complejo porque, además de la producción de alimentos, tiene riqueza en el litio que consumen las baterías de la industria electrónica y además tiene reservas de uranio y un desarrollo nuclear propio con capacidad de exportación de reactores con tecnología desarrollada en el país.
 
El concepto de "poco fiables" para la seguridad nacional de los Estados Unidos le agrega otra condición a cualquier negociación con el JP Morgan en las áreas que ellos han definido, como el litio y la energía nuclear. El concepto implica que los Estados Unidos tienen que tener control sobre "esos productos esenciales para nuestra seguridad nacional".
 
Argentina es un país independiente, no es otra estrella en la bandera de los Estados Unidos. Además, es un país democrático. Mañana puede cambiar el gobierno. La pregunta es cuáles serían entonces las medidas que exige el JP Morgan para que sean "fiables" las concesiones que haga la política entreguista de este gobierno.
 
Estados Unidos está perdiendo suministros estratégicos a manos de sus competidores y parece decidido a reemplazarlos por otras fuentes en América Latina. Y para eso necesita impedir el desarrollo local de industrias que incorporen valor agregado a sus riquezas naturales.
 
En esa visión del mundo, en la que América Latina funcionaría como una cantera de materias primas para salvar al hegemón de su decadencia, resulta inconcebible, y hasta lesivo para ellos, que Argentina desarrolle una industria nuclear de punta y competitiva. El país tiene grandes reservas de uranio sobre todo en la provincia de Chubut, y también en Mendoza, Río Negro, La Rioja y Salta.
 

24-10-2025 / 07:10
Donald Trump, JP Morgan y el FMI apuntalan un modelo anarco capitalista que se derrumba. Con el dólar contenido artificialmente y un salto en el endeudamiento, el gobierno de Javier "el Loco" Milei llega arrastrándose a las elecciones legislativas. El capital extranjero y el gran empresariado local preparan una nueva ofensiva contra los trabajadores. La confusión es mayúscula; la desconfianza, también. Solo el voto al peronismo puede enfrentar este proyecto de saqueo y entrega.
 
A solo días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el nuevo informe de Trespuntozero marca una tendencia clara de recuperación del voto peronista, en contraste con el estancamiento del oficialismo libertario. Según los datos, Fuerza Patria (FP) alcanza el 46,2 por ciento de intención de voto nacional, frente a un 40 por ciento de La Libertad Avanza (LLA). Milei llega al 26 de octubre sostenido solo por los yanquis.
 
El sondeo, realizado en seis provincias clave (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán) más un muestreo nacional complementario, deja ver que la gestión de Javier Milei acumula un 54 por ciento de imagen negativa y apenas un 42 por ciento positiva, con caídas en casi todos los distritos principales
 
En la provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana (FP) se consolida con el 47,1 por ciento, superando a Diego Santilli (LLA), que apenas llega al 38,7 por ciento. En Santa Fe, la candidata peronista Caren Tepp achicó la distancia con el libertario Agustín Pellegrini, situándose en un 32 por ciento frente al 34,6 por ciento, en un distrito históricamente adverso para el PJ
 
Para la Casa Rosada, Córdoba es otra vez la madre de todas las batallas. Si ganan la provincia mediterránea pueden evitar el papelón de presentarse como la fuerza que representa la iniciativa privada y perder en el corazón productivo del país real (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe).

El estudio también revela un dato clave: el 73,3 por ciento del electorado afirma tener "muchas ganas" de ir a votar, lo que podría favorecer a los espacios opositores tras un año de malestar social y ajuste económico. "El 50 por ciento de los argentinos llega a fin de mes usando ahorros o endeudándose", advirtió Raúl Timerman, quien señaló que la pérdida del poder adquisitivo es el principal motor del voto castigo.

La encuesta expone un creciente desencanto con el modelo económico libertario, que se refleja tanto en los indicadores de gestión como en la caída de intención de voto en Córdoba, Mendoza y Tucumán. En palabras de Timerman, "la adhesión al peronismo aumentó discretamente, la de LLA se estancó y lo que se redujo fue el universo de indecisos".

Los datos consolidan una tendencia que preocupa al desquiciado Milei en la recta final: la elección se nacionalizó alrededor del malestar económico, y los números muestran que su narrativa de recuperación pierde fuerza frente al voto opositor. Es horrible todo lo que está pasando y se huele el miedo en el oficialismo. El caos consume a un gobierno sin plan y sin cabeza. El Presidente no conduce. Nadie conduce. La anarquía, de novedad virtuosa pasó a virus letal. 

La Opinión Popular
 

23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
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