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Nacionales - 15-01-2023 / 10:01
JUICIO A LA CORTE

¿La derecha macrista perdió el juicio?

¿La derecha macrista perdió el juicio?
El olor a podrido supera lo soportable. Es una necesidad rodear el juicio político a los usurpadores del poder de la constitución de la movilización popular. Podría convertirse así -independientemente de sus logros reales- en el comienzo de un nuevo “nunca más”.
Con total naturalidad se da por imposible que el juicio político al presidente de la corte termine con su destitución. ¿Qué significa este extraño consenso? Significa que para la representación parlamentaria de la derecha argentina los hechos reales no tienen importancia: una mayoría disciplinada puede perfectamente ignorarlos.
 
Esa perspectiva es un jalón importante de nuestra recuperación democrática; pero no puede obviarse que tras el objetivo declarado de no permitir una nueva experiencia autoritaria se practicó una línea de concesiones a los herederos del régimen criminal de Videla y los suyos y se terminó concediendo a sus herederos una especie de protección hacia el futuro.
 
Tanto en Argentina como en el mundo ha habido situaciones excepcionales que han corregido esas tendencias de largo plazo: el proceso de movilización popular no permitió estabilizarse a los Macri, a los Bolsonaro, ni a la corruptocracia peruana y boliviana; sin embargo, no está tan claro como en el tiempo de los bicentenarios sudamericanos nuestro rumbo histórico.
 
La decisión del presidente argentino de impulsar el juicio político al presidente de la corte es una decisión muy valiente que habría tenido más sentido de ser tomada en momentos de fuerza propia y debilidades ajenas, eso difícilmente pueda ser discutido. Pero la política no permite manipular el reloj hacia atrás: estamos ante una situación nueva por la decisión del gobierno y por el tipo de respuesta de la representación política de la derecha.
 
La afirmación macrista de que el juicio político a Rosatti es un agravio a la democracia no es un error: es una desvergüenza mayúscula que revela la promiscuidad en el interior de las clases más poderosas y su representación política.
 
Hoy funciona un régimen político en el que cuatro ciudadanos varones se declaran en el poder de controlar la vida política del país. Les permite modificar leyes aprobadas por el Congreso e instalar otras leyes ya derogadas, convenientemente interpretadas a favor de su propio poder corporativo. Les permite tomar el poder del consejo de la magistratura (en este caso en violación de la constitución que no le da a la Corte Suprema ningún poder sobre ese instituto).
 
Y también les permite manipular posiciones en la justicia federal a favor de su propia tropa. Que, en realidad, tal como lo revelan las escuchas a las que hoy accedemos, son la propia tropa del grupo Clarín y de terratenientes británicos que usurpan tierras argentinas. El olor a podrido supera lo soportable. Es una necesidad rodear el juicio político a los usurpadores del poder de la constitución de la movilización popular.
 
Podría convertirse así -independientemente de sus logros reales- en el comienzo de un nuevo "nunca más". Por ahora, la derecha macri-larretista se ha arrojado sobre los explosivos (también en defensa propia por todas las marcas mafiosas de sus propios pasos que han quedado a la vista de todos).
 
Pero la cuestión central será el clima político que rodee a la cámara de diputados en los días que vienen. De eso dependerá el futuro inmediato, no solamente del poder judicial sino de la democracia en Argentina.
 

 
¿La derecha argentina perdió el juicio?
 
Por Edgardo Mocca
 
Con total naturalidad se da por imposible que el juicio político al presidente de la corte termine con su destitución. ¿Qué significa este extraño consenso? Significa que para la representación parlamentaria de la derecha argentina los hechos reales no tienen importancia: una mayoría disciplinada puede perfectamente ignorarlos. No es la única complicidad que ha salido a la luz entre la coalición de derecha y el ocultamiento de graves hechos de corrupción, cuyo pleno esclarecimiento es así mismo problemático bajo la hegemonía judicial de los veraneantes de Lago Escondido.
 
La experiencia histórica argentina es abundante en hechos que, negados en su momento, aparecen innegables con el tiempo: el terrorismo de Estado de la última dictadura y las responsabilidades en la matanza en pleno centro de Buenos Aires en septiembre de 1955 son casos de rescate de la verdad histórica. Claro que el reconocimiento historiográfico de los hechos no les devuelve la vida a las víctimas. Pero a lo que sí puede contribuir el esclarecimiento histórico es a construir una trama de interpretación de los hechos funcional a la conquista de una democracia más sólida y al conocimiento del tipo de comportamiento característico de las clases dominantes. De la justicia real no se ocupa la historiografía: es asunto de la política.
 
Parece entonces que una vez más la consigna de "verdad y justicia" reaparece en el centro de nuestra escena política. Y reaparece agravada. Porque la constelación mediática dominante en Argentina ha alcanzado un grado de dominio sobre el problema de la verdad que habilita una nueva mirada: más realista, más dramática, en definitiva, más política. En los años del actual gobierno ha habido una reivindicación sistemática de la experiencia del gobierno de Alfonsín, el primero después de la dictadura. Para matizar esa reivindicación hay que decir que ese gobierno instaló en la opinión popular la importancia de la libertad política: supo decir don Raúl que quien no distinguiera la democracia de la dictadura en América Latina no podría distinguir la democracia de la dictadura.
 
Esa perspectiva es un jalón importante de nuestra recuperación democrática; pero no puede obviarse que tras el objetivo declarado de no permitir una nueva experiencia autoritaria se practicó una línea de concesiones a los herederos del régimen criminal de Videla y los suyos y se terminó concediendo a sus herederos una especie de protección hacia el futuro.
 
El problema que la democracia -ni la experiencia de Alfonsín ni su recuperación por el actual presidente- no alcanza a resolver es cuál es el "huevo de la serpiente" de los proyectos autoritarios en nuestro país. No se llega a ese punto porque prima una crítica moral de los crímenes de esos proyectos autoritarios. No es la maldad intrínseca de los actores políticos argentinos "en general" lo que impide la construcción de un país pacífico y democrático. La razón está, como siempre, en la cuestión del poder, en quién ejerce el poder. Y es, por lo tanto, una cuestión constitucional: cómo se construye un régimen de ejercicio real y efectivo de los derechos de ciudadanía, cómo se asegura una distribución de recursos (de salarios, de ingresos en general, y también de acceso a la toma de decisiones).
 
Aquí aparece la cuestión central, la de la compatibilidad práctica entre la inédita concentración de recursos en las manos de una porción ínfima de los habitantes (en Argentina y en todo el mundo) mientras la gran mayoría de las personas vive problemas que son más característicos del capitalismo de antes de la segunda guerra mundial que de este principio de siglo en el que se expanden los recursos técnicos y humanos capaces de asegurar una vida digna a todos los habitantes del planeta. Argentina forma parte de esa involución histórica: el régimen de tenencia y explotación de los recursos que vienen de la tierra ha atravesado diferentes etapas, pero el curso de esa desigualdad -medido en lapsos de tiempo relativamente largos- no ha dejado de profundizar la brecha de las oportunidades de vida de los más favorecidos respecto de los que han perdido en la puja.
 
Tanto en Argentina como en el mundo ha habido situaciones excepcionales que han corregido esas tendencias de largo plazo: el surgimiento de los "estados de bienestar" en la segunda posguerra (del cual Argentina formó parte desde la primera victoria peronista) y el proceso de recuperación de niveles de justicia social posterior a la crisis inmediatamente posterior al cambio de siglo vividos en el país y en la región en los que participamos junto a otros países hermanos de la región son momentos excepcionales dentro de esa tendencia. Pero tanto en el país como en la región estamos en el interior de una circunstancia crítica: el proceso de movilización popular no permitió estabilizarse a los Macri, a los Bolsonaro, ni a la corruptocracia peruana y boliviana; sin embargo, no está tan claro como en el tiempo de los bicentenarios sudamericanos nuestro rumbo histórico.
 
La decisión del presidente argentino de impulsar el juicio político al presidente de la corte es una decisión muy valiente que habría tenido más sentido de ser tomada en momentos de fuerza propia y debilidades ajenas, eso difícilmente pueda ser discutido. Pero la política no permite manipular el reloj hacia atrás: estamos ante una situación nueva por la decisión del gobierno y por el tipo de respuesta de la representación política de la derecha. Las escuchas telefónicas conseguidas ilegalmente no pueden ser habilitadas como prueba suficiente de la comisión de hechos delictivos. Pero sí pueden ser profundizadas por medio de una investigación que respete todas las fórmulas del derecho de defensa en juicio (las mismas que fueron violentadas impúdicamente en el "juicio por la obra pública" contra Cristina Kirchner).
 
La afirmación de que el juicio político a Rosatti es un agravio a la democracia no es un error: es una desvergüenza mayúscula que revela la promiscuidad en el interior de las clases más poderosas y su representación política. Ahora, es cierto también que la posibilidad para esta desvergüenza está de algún modo habilitada por la actual constitución nacional que de algún modo permite que la ley sea aquello que los jueces digan que sea. La absurda toma del poder perpetrada por jueces pletóricos de pruebas de su absoluta falta de lealtad con la ley y la constitución exige, justamente, una mirada constitucional.
 
Hoy funciona un régimen político en el que cuatro ciudadanos varones se declaran en el poder de controlar la vida política del país. Les permite modificar leyes aprobadas por el Congreso e instalar otras leyes ya derogadas, convenientemente interpretadas a favor de su propio poder corporativo. Les permite tomar el poder del consejo de la magistratura (en este caso en violación de la constitución que no le da a la corte suprema ningún poder sobre ese instituto). Y también les permite manipular posiciones en la justicia federal a favor de su propia tropa. Que, en realidad, tal como lo revelan las escuchas a las que hoy accedemos, son la propia tropa del grupo Clarín y de terratenientes británicos que usurpan tierras argentinas.
 
El olor a podrido supera lo soportable. Es una necesidad rodear el juicio político a los usurpadores del poder de la constitución de la movilización popular. Podría convertirse así -independientemente de sus logros reales- en el comienzo de un nuevo "nunca más". Por ahora, la derecha macri-larretista se ha arrojado sobre los explosivos (también en defensa propia por todas las marcas mafiosas de sus propios pasos que han quedado a la vista de todos). Pero la cuestión central será el clima político que rodee a la cámara de diputados en los días que vienen. De eso dependerá el futuro inmediato, no solamente del poder judicial sino de la democracia en Argentina.
 
Fuente: El Destape
 

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16-11-2025 / 09:11
El fiscal Franco Picardi estableció que buena parte de los sobreprecios y coimas con remedios para discapacitados era manejada por hombres de Mauricio Macri. En base a escritos secuestrados, se llamó a indagatoria al íntimo de Javier Milei, Diego Spagnuolo, y se ordenó la detención del principal macrista. Pablo Atchahabian, un exfuncionario de Cambiemos, ordenaba desde afuera fraccionar pagos a las droguerías y hasta los despidos en la propia agencia. En los chats se habla de que "podemos sacar entre 1.600 y 1.700 palos". El rol de los Menem y la ruta del blanqueo que llega hasta José Luis Espert.
 
Cómo era el mecanismo utilizado, el lavado de dinero y los pasos que conducen a los Menem y la Casa Rosada. El fiscal Franco Picardi detalla en la acusación por las multimillonarias irregularidades en Discapacidad que buena parte de las maniobras las realizaron exfuncionarios del gobierno de Macri. Desde afuera de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) manejaban Andis.
 
Por ejemplo, se encontró un escrito en el que Pablo Atchahabian -exdirector Nacional de Acceso a la Salud durante el gobierno del PRO- ordenó fraccionar los pagos a una droguería y directamente no pagarles a otras seis "por no cumplir con lo acordado" o por ser "bocón". Es decir, no pagar las coimas, no intervenir en los sobreprecios y hablar de la trama de corrupción. La referencia seguramente es al 3 por ciento para Karina Milei y a la intervención de los primos Menem.
 
En ese terreno, el fiscal prepara otra resolución, que incluye las maniobras de la Droguería Suizo Argentina. El mismo exfuncionario macrista ordenó reducir personal (27 personas) despidiendo "rápido y sin piedad", según sus palabras. Otros exMacri accedían al sistema con usuarios y contraseñas truchas y resolvían a quién se compraba y a quién no. En los chats se habla de que "podemos sacar entre 1.600 y 1.700 palos" y de que se llevaron "90.000 dólares".
 
La plata sucia se blanqueaba por dos caminos: a través de criptomonedas mediante la aplicación Neblockshain y comprándole horas de vuelo a una empresa de aviones privados, Baires Fly, propiedad de Sergio Mastroprieto, el mismo que presentó al narco Fred Machado a José Luis Espert.
 
Como ejemplo, un medicamento para el cáncer, Keytruda, comprada a laboratorios extranjeros entre 12 y 16 millones de pesos se puede comprar a un laboratorio nacional en 4.5 millones. Bursosumab, 20 mg, se llegó a comprar a 45 millones de pesos, por lo que el fiscal calcula un sobreprecio de 115 por ciento. Debió comprarse en 21 millones.
  
A lo largo de 276 páginas, el fiscal le resume al juez Sebastián Casanello la forma en que no sólo se le robaron millones y millones de dólares al Estado sino también a las propias personas con discapacidad. La clave de la maniobra era que sólo unas pocas droguerías -cuatro o cinco- participaran de las compulsas especiales de precios (así las llamaron) en lo que se conoce como PACBI (prestaciones de alto costo y baja incidencia). Son especialmente medicamentos o elementos médicos que valen millones de pesos, principalmente oncológicos.
 
El juez Casanello, en la resolución que ordena la indagatoria de Diego Spagnuolo y otras 14 personas, transcribe que "las empresas Génesis S.A y Profarma S.A. se repartieron el 93 por ciento de los 30.000 millones de pesos en medicamentos en el marco de licitaciones reducidas. Asimismo, New Farma y Floresta se adjudicaron el 51 por ciento en el rubro implantes cocleares, audífonos e insumos vinculados". Tiembla Karina.
 

15-11-2025 / 10:11
Desde mayo la tendencia inflacionaria es al alza pero el IPC del Indec está lejos del sufrimiento de los bolsillos argentinos. Fuertes subas sub representadas que marcan un pulso en la calle muy distinto al que registra la estadística oficial. Es la mentira de las canastas de pobreza e indigencia. En ese marco, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei atraviesa un momento de creciente desgaste político y social, marcado por una serie de errores estratégicos, decisiones económicas controvertidas y promesas de campaña que se han diluido con el paso del tiempo.
 
Aunque el presidente continúa sosteniendo su discurso de reformas estructurales y combate contra la "casta", distintos sectores señalan falencias de gestión, inconsistencias doctrinarias y retrocesos que han afectado tanto su imagen como el rumbo de la administración. Uno de los principales focos de crítica apunta a la política económica. Pese a haber prometido libertad absoluta de mercados, el oficialismo implementó un esquema de devaluaciones administradas que contradice su discurso inicial.
 
Mientras se aplicó un crawling peg que deterioró salarios, jubilaciones y capacidad de consumo, también se produjo un reacomodamiento financiero que impactó sobre pymes y sectores productivos. El desarme de instrumentos financieros, como las letras estatales, generó un clima de incertidumbre que especialistas atribuyen a errores propios de gestión más que a herencias recibidas.
 
La gobernabilidad es otro frente de debilidad. Sin una base legislativa sólida y con tensiones internas, el oficialismo se apoyó recurrentemente en decretos, lo que debilitó la capacidad de negociación y profundizó la distancia con fuerzas aliadas y opositoras. A ello se sumó un episodio político costoso: la fallida estrategia de forzar un plebiscito anticipado, que derivó en una derrota y dejó al Presidente expuesto en su momento de mayor fragilidad.
 
La estructura de poder extremadamente concentrada, especialmente en el círculo íntimo más reducido, manejado autoritariamente por su hermana Karina, también es señalada como un factor que limita la capacidad de reacción ante crisis. Otro golpe duro llegó con el escándalo de la criptomoneda LIBRA, impulsada desde sectores cercanos al oficialismo y que terminó desplomándose abruptamente.
 
La polémica, bautizada como "Cryptogate", dañó la credibilidad presidencial, instaló dudas sobre el rol corrupto de funcionarios vinculados al proyecto y abrió interrogantes sobre eventuales responsabilidades políticas. A esto se suman los efectos sociales del ajuste. Los recortes profundos en salud pública redujeron programas, afectaron personal y dejaron en situación crítica a áreas sensibles, lo que despertó fuertes cuestionamientos desde organizaciones médicas y sociales. La contradicción entre el discurso de eficiencia estatal y la caída de prestaciones esenciales alimenta críticas sobre la orientación del ajuste.
 
En paralelo, varias promesas centrales de campaña quedaron inconclusas. La privatización de Vaca Muerta y de empresas estatales no avanzó; la ruptura de vínculos comerciales con países catalogados como "comunistas" quedó en declaraciones simbólicas más que en acciones concretas; y el supuesto desmantelamiento del sistema de planes sociales no llegó acompañado de mejoras sostenibles en la asistencia. Incluso afirmaciones erróneas sobre vacunas, como en el caso de la prevención del dengue, generaron malestar por la falta de precisión en cuestiones de salud pública. Con este panorama, Milei enfrenta un desgaste que combina problemas económicos, errores políticos y promesas que no lograron materializarse.
 
La Opinión Popular
 

15-11-2025 / 09:11
En una sincronía que se ha repetido en la historia, al tiempo que en Naciones Unidas el representante del gobierno argentino acusaba de corruptas a las víctimas de la dictadura y a sus familiares, en Washington se anunciaba un acuerdo con el gobierno de Javier "el Loco" Milei de subordinación y entrega. En Argentina, la violación de los derechos humanos, o su negación como en este caso, siempre tuvo su correlato con una relación de sumisión abyecta con Estados Unidos. La injerencia yanqui sobre su colonia argentina se profundiza. 

El miserable discurso pronunciado en la Comisión contra la Tortura de la ONU generó rechazo entre los demás presentes. En general, revictimizar a personas que han sufrido las peores aberraciones en torturas, violaciones, secuestros y desapariciones, genera repugnancia.

El funcionario al que le tocó jugar ese papel denigrante fue el subsecretario de Derechos Humanos, el siniestro Alberto Baños. Acusó a los organismos de derechos humanos, a las víctimas de la represión y a sus familiares de inventar la cifra de los 30 mil desaparecidos "para hacer negocio".
 
Este personaje tenía que responder preguntas sobre la represión del gobierno de Javier Milei a la protesta social y por el cercenamiento de políticas de derechos humanos. Pero eligió el papel más repulsivo para desacreditar a los organismos de derechos humanos que han sido quizás el aporte más democratizador que tuvo el proceso de transición democrática en la Argentina.
 
Baños es un exponente típico de un amplio sector del Poder Judicial. Se incorporó al fuero civil de la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura y fue designado juez en el gobierno de Carlos Menem. Tuvo a su cargo algunos casos de resonancia, como la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karshanyan, en la que estaban sospechados miembros de esa institución. Baños hizo que la misma policía sospechada participara en la investigación y después de un tiempo dejó el caso sin resolver.
 
En otro caso, declaró prescripta la corrupción por el vaciamiento de Aerolíneas, lo que después tuvo que ser reconsiderado por otro tribunal. Y cuando se reabrió la investigación por la desaparición de las manos de Perón, la carpeta donde estaban los resultados de la investigación fue misteriosamente sustraída de su despacho.
 
No sería el sujeto más indicado para hablar de corrupción o para ser la cara de los derechos humanos de un gobierno que los respete. Más bien, su función ha sido hasta ahora liquidar las políticas de derechos humanos que la sociedad construyó laboriosamente desde la retirada de la dictadura.
 
Y en su presentación en Ginebra ante la Comisión contra la Tortura intentó ocultar la violencia institucional del gobierno del estafador Milei que todos los miércoles es pública y notoria cuando reprime con violencia a los jubilados.
 
La presentación tan sucia de Baños coincidió con el anuncio del gobierno de Estados Unidos del acuerdo con Milei que levanta aranceles aduaneros a los productos de ese país, elimina controles de calidad, así como controles sanitarios y se compromete a obstaculizar el ingreso de productos de otros países.
 
La contrapartida es cero. Estados Unidos no se compromete a nada que favorezca a los productos argentinos. Lo que se conoce del acuerdo afectará gravemente a la industria local como advirtió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se asienta gran parte de esa actividad. Hay una regla invariable en la historia moderna del país: la violación sistemática de los derechos humanos ha estado siempre relacionada con gobiernos que al mismo tiempo entregaron soberanía. 
 

14-11-2025 / 09:11
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
 
Los argentinos nos enteramos del acuerdo por el que Trump viene a cobrar su apoyo electoral a Milei, y que pagaremos todos los argentinos. Allí, se anuncia la firma de un convenio Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos con Argentina. Ambos países se comprometen en abrir sus mercados en "áreas clave", aunque en la letra del texto difundido es mucho más la Argentina abriendo sus fronteras a los productos norteamericanos que los "compromisos" asumidos por este último. Es una reversión de Pacto Roca-Runcimann de 1933, el Estatuto Legal del Coloniaje, que subordinó la economía argentina a los intereses británicos.
 
El acuerdo favorece mucho más a los Estados Unidos. Entre los puntos principales destaca que Argentina brindará "acceso preferencial a productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información y productos agrícolas". A su vez, Estados Unidos eliminará aranceles para "ciertos recursos naturales argentinos y bienes farmacéuticos no patentados" y considerará el impacto del acuerdo al aplicar medidas comerciales relacionadas con la seguridad nacional.
 
En el ámbito agrícola, ambas partes se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso al mercado de carne vacuna y aviar, así como a facilitar el comercio de productos como menudencias, carne de cerdo y productos lácteos. También se acordó no restringir el uso de ciertos términos cárnicos y lácteos.
 
El documento subraya que Argentina eliminará barreras no arancelarias como licencias de importación y formalidades consulares, y se comprometió a desmantelar gradualmente el impuesto estadístico para productos estadounidenses. Asimismo, se alineará con estándares internacionales en múltiples sectores y reconocerá certificaciones de organismos estadounidenses como la FDA. Este último punto implica un mazazo para la industria farmacéutica nacional.
 
Es un acuerdo con costos. El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un paso histórico para el vínculo bilateral. Sin embargo, la letra fina sugiere que Milei es un títere de los yanquis y los principales beneficios inmediatos recaerán sobre la economía de la potencia del norte: mayor acceso a sectores industriales y tecnológicos argentinos, influencia regulatoria ampliada, apertura en agroalimentos y una posición reforzada en cadenas de valor estratégicas. Para Argentina, los potenciales beneficios -posible llegada de inversiones- dependerán de cómo se implementen las reformas y de si el país puede evitar que la apertura derive en una nueva dependencia comercial asimétrica.
 
Milei celebró la difusión del acuerdo por parte del gobierno de Estados Unidos (que en Argentina no se oficializó formalmente). Para los norteamericanos, los "recates" al gobierno anarco capitalista tras haber fracasado no una, sino dos veces en menos de seis meses (salvataje del FMI en abril y de EEUU en octubre), están rindiendo con el sometimiento de Argentina en forma de entrega de soberanía.
 
La Opinión Popular

13-11-2025 / 09:11
Se perdieron más de 220.000 puestos de trabajo durante el gobierno cipayo, vende patria y pro oligarca de Javier "el Loco" Milei. Es la caída de empleo registrado privado, público y trabajadoras de casas particulares en agosto en relación a noviembre de 2023. En el mismo período creció el monotributo (+121.740). La precarización laboral avanza. En ese marco, Milei puso nuevamente en agenda la reforma laboral con el falso argumento de crear empleo. En la historia del país ya se demostró que eso no ocurrió, solo avanzó la precarización laboral, con salarios por el piso, que aumentó las ganancias de los empresarios.
 
El impensable y contundente resultado electoral de hace unos domingos atrás agrandó al gobierno anarco capitalista, que pasó a la ofensiva. La punta de lanza de esta ofensiva es la promocionada reforma laboral. ¿Se trata de una modernización equitativa y democrática de las relaciones capital trabajo, o se trata de una regresión a formas de dominio absoluto del capital sobre el trabajo?
 
Aprovechando el envión dado por las urnas, Milei está decidido a cumplir con las imposiciones del FMI. Que el Congreso apruebe el presupuesto 2026 en las sesiones extraordinarias de diciembre y sancione las leyes que impongan las reformas laboral esclavista y la tributaria, también exigidas por el Círculo Rojo, en enero. La previsional quedaría para más adelante.
 
Así como desde el inicio de su gestión creó una suerte de sentido común acerca de las bondades del equilibrio fiscal, que ya nadie en la oposición sistémica discute. Así ha buscado imponer un ambiente favorable a las reformas, particularmente la que tiene que ver en contra de los derechos del trabajo.
 
Los argumentos son por demás conocidos. Modernizar la legislación y sus normativas que estarían obsoletas frente a los nuevos procesos de producción y comercialización, que no se adaptarían a las nuevas tecnologías en continuo cambio, que su rigidez impediría la creación de empleo y por lo tanto obstaculizaría la reducción de la informalidad. Cuando el desempleo en Argentina llegó al 7,9% en el primer trimestre de 2025, según el INDEC. Casi 1,8 millones de personas estuvieron sin trabajo en ese período.
 
No se trata de ninguna modernización, es una regresión a las condiciones laborales del pre peronismo, si se quiere de fines del siglo XIX y principios del XX, que maximizan las ganancias de las empresas sobre la base de rebajar aún más el ingreso de los trabajadores. La experiencia demuestra que este tipo de reformas solo traen más precarización y pérdida de derechos. (Recordar "Ley de Empleo", 1991 y "Ley de Empleo, productividad y equidad", 2000 (Ley Banelco). La creación de empleos formales, que baja la informalidad, no depende de este tipo de normativas sino del crecimiento de la inversión productiva y la expansión de la actividad económica.
 
¿Qué tipo de reforma es necesaria? Una que compense la asimetría entre capital y trabajo, que no incline la cancha más de lo que está. Que por ejemplo reduzca la jornada para crear empleo. Que reconozca la calidad de trabajadores y por lo tanto sus derechos a quiénes se desempeñan en los servicios de plataformas. Que otorgue derechos a quienes trabajan en la Economía Popular. Que reconozca las licencias por paternidad y regule las tareas de cuidados...
 
Las condiciones de vida de los trabajadores no mejorarán con la reforma laboral de Milei, hay que rechazar el proyecto y conquistar trabajo con derecho para todos. No hay nada que negociar. Por el contrario, hay que resistir y luchar contra esta reforma antiobrera y antisindical que beneficia a los ricos y perjudica a los pobres. 
 
La Opinión Popular
 

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