con el que armaba las acusaciones. El que no quería presentarse era el fiscal que obligaba a comparecer a sus acusados.
 
El motivo por el que eligieron a estos dos personajes para causas tan importantes es evidente: había que hacer un trabajo sucio. Y mientras se sustanciaban estos expedientes con total impunidad, el trabajo sucio impune se fue convirtiendo en una práctica cada vez más común, con relaciones promiscuas entre jueces con Mauricio Macri y la premiación de funcionarios leales al macrismo con designaciones o ascensos irregulares. El foco infeccioso de las primeras causas se fue expandiendo hasta pudrir el fuero federal y la Corte.
 
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                  16:08  |  Lunes 22 de Diciembre de 2013  |  Entre Ríos
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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 03-12-2022 / 09:12
LAS CONSECUENCIAS EN EL PLANO SOCIAL SON IMPREVISIBLES, SERÁN LAS DE UN PAÍS SIN JUSTICIA

Nadie verá una condena a Cristina como el resultado de un juicio justo que no tuvo

Nadie verá una condena a Cristina como el resultado de un juicio justo que no tuvo
Si los jueces de la causa Vialidad proscriben el martes a Cristina Kirchner en este proceso tan turbio, estarán proscribiendo a millones de argentinos. La putrefacción en el Poder Judicial tendrá que extenderse cada vez más para sostener la presión que generarán esos millones de personas fuera del sistema.
El martes próximo el Tribunal Oral Federal 2 dará a conocer el veredicto para la Argentina, no solamente para Cristina Kirchner y los demás acusados. Lo que resuelvan estos jueces tendrá consecuencias considerables y extendidas en el tiempo como resultado de un proceso plagado de irregularidades. Así como el ciclo de golpes militares culminó con la monstruosidad que personificaron Videla, Massera y Agosti, la obstrucción del sistema democrático por la persecución judicial conocida como lawfare iniciará otro ciclo con derivaciones dramáticas.
 
Habrá apelaciones y el proceso se extenderá indefinidamente para arrinconar a la ex presidenta. Cristina no tiene derechos especiales y tiene la obligación de acatar la ley como cualquier ciudadano. Es una realidad que en su caso hay un ensañamiento especial, pero ojo, porque también habrá consecuencias especiales por ese ensañamiento.
 
La vicepresidenta ha sido varias veces senadora, dos veces presidenta de la Nación y actualmente vicepresidenta. Son cargos electivos. Una y otra vez ganó elecciones o fue votada masivamente por millones de argentinos que se sienten expresados por ella. Es una ciudadana común, pero en su persona están representados millones de argentinos que, si resulta proscripta, serán procriptos con ella.
 
No es que por ese motivo tenga impunidad ante la justicia. La vicepresidenta se presentó cada vez que fue citada por los tribunales. No buscó la protección de los fueros, estuvo dos años sin cargos mientras hizo frente a las causas judiciales absurdas que montaba el juez Claudio Bonadio, con su ladero, el fiscal Carlos Stornelli. Nadie puede acusarla de haber eludido la Justicia. Para cargar contra Cristina tuvieron que buscar a Bonadio, uno de los personajes más turbios del Poder Judicial y, por esa razón, más vulnerable para las presiones por los numerosos pedidos de juicio político que tenía en la Magistratura.
 
No eligieron la figura de un juez incorruptible, una especie de fiscal Ricardo Molinas, cuya sola presencia fuera garantía de imparcialidad y honestidad. Ningún juez con esas características hubiera aceptado convertirse en el monigote judicial del lawfare. Porque para emprender la campaña contra la ex presidenta había que usar trampas, aprietes, golpes bajos, darle credibilidad a acusaciones sin pruebas, montarse en el amarillismo de la prensa macrista, ser fiel a la estructura de los servicios de inteligencia que trabaja siempre para los poderosos, sin importar quién esté en el gobierno.
 
Y el fiscal Stornelli, la otra estrella del lawfare, ha sido una figura a la que ni pudieron presentarlo con el aura del fiscal sin miedo porque quedó entrampado en acusaciones de aprietes y extorsiones a testigos y acusado de espiar al ex esposo de su pareja. Stornelli es un fiscal que estuvo nueve meses en rebeldía porque se negaba a declarar en la causa del espía y falso abogado Marcelo D'Alessio con el que armaba las acusaciones. El que no quería presentarse era el fiscal que obligaba a comparecer a sus acusados.
 
El motivo por el que eligieron a estos dos personajes para causas tan importantes es evidente: había que hacer un trabajo sucio. Y mientras se sustanciaban estos expedientes con total impunidad, el trabajo sucio impune se fue convirtiendo en una práctica cada vez más común, con relaciones promiscuas entre jueces con Mauricio Macri y la premiación de funcionarios leales al macrismo con designaciones o ascensos irregulares. El foco infeccioso de las primeras causas se fue expandiendo hasta pudrir el fuero federal y la Corte.
 

 
La causa Vialidad, un ejemplo mundial de lo que no hay que hacer
 
La causa de Vialidad, sobre la que se tiene que expedir el tribunal este martes, ha sido un ejemplo de este funcionamiento perverso. La vicepresidenta enumeró por lo menos 20 mentiras sobre las cuales se instaló esta causa. La palabra "mentiras" expresa algo real, no es una exageración ni una metáfora: son acusaciones de la fiscalía que las defensas demostraron categóricamente que son mentiras.
 
El ex juez español Baltasar Garzón denunció a nivel internacional la persecución a Cristina Kirchner a través de la causa Vialidad y enumeró todas las irregularidades.
 
"Si tiene algún valor es el valor pedagógico --dijo el juez Daniel Erbetta, de la Corte Suprema santafesina, a quien nadie podría acusar de kirchnerista--, porque es un proceso que nos permitiría a nosotros enseñarle a los alumnos cómo no debe ser un debido proceso penal, cómo no debe actuar un fiscal y cómo no debe actuar un juez".
 
El Grupo de Puebla, denunció también la persecución judicial contra Cristina Kirchner, la OEA y la ONU presentaron quejas en su momento por la manipulación de funcionarios judiciales durante el macrismo.
 
Hay un consenso internacional sobre la existencia del lawfare, sobre todo después del proceso contra Lula, en Brasil, que debió ser liberado cuando quedaron en evidencia las movidas ilegales entre los fiscales y el juez Moro.
 
Son pruebas de la persecución orquestada por estos funcionarios y que en la Argentina han sido naturalizadas por la campaña de la corporación mediática y la cobertura que les proporcionan constitucionalistas afines como Daniel Sabsay o Roberto Gargarella. Como dijo Baltasar Garzón, la causa Vialidad "usa el derecho como arma de destrucción del oponente político".
 
Para el mundo y para los argentinos en general, peronistas o antiperonistas, no existe la justicia en la Argentina. Los peronistas saben que todo lo que hagan en ese ámbito les será adverso. Y los antiperonistas se congratulan de haber colonizado jueces y fiscales porque aunque pierdan las elecciones, tienen la capacidad de impedir gobernar a los que ganen. Por esa relación perversa, la corporación judicial reclama cada vez más poder, hasta convertirse en el Partido Judicial.
 
 
Jueces y fiscales en vez de generales
 
A partir del año '30, para hacer política en Argentina había que saber los nombres de los jefes de cada regimiento y los resortes de poder que manejaban. Al quedar anacrónicos los golpes militares porque no ofrecían seguridad jurídica al flujo de capitales que generó la globalización neoliberal, comenzaron a colonizarse el Poder Judicial y a judicializar la política. Fue un proceso ascendente, hasta la actualidad donde funciona una alianza entre el macrismo (PRO, radicales y Carrió) y el Partido Judicial.
 
Ahora, para intervenir en política hay que saber los nombres de los jueces y fiscales que funcionan en cada tribunal y a qué intereses responden. De ser una institución de la democracia, el esquema actual ha convertido a un sector importante del Poder Judicial en un obstáculo para la convivencia democrática.
 
Pero la historia demuestra que la expresión popular, sus reclamos en defensa de sus intereses, encuentra siempre la forma de hacerse escuchar y satisfacer. Con los militares, esa dinámica produjo un aumento progresivo de la violencia hasta su expresión más diabólica con el terrorismo de Estado.
 
Si los jueces de la causa Vialidad proscriben el martes a Cristina Kirchner en este proceso tan turbio, estarán proscribiendo a millones de argentinos. La putrefacción en el Poder Judicial tendrá que extenderse cada vez más para sostener la presión que generarán esos millones de personas fuera del sistema.
 
Y cuanto más profunda sea la infección, la solución --la historia demostró que siempre llega-- tendrá que ser más drástica. En el lawfare no hay próceres, hay funcionarios corruptos.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página 12
 

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22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

20-12-2025 / 10:12
Agrandado como alpargata de pobre, en pocas semanas el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei dilapidó el resultado favorable de las urnas, resquebrajó su alianza con el PRO al romper la promesa de un lugar en la AGN; soportó un masivo acto de protesta de la CGT; debió postergar la reforma laboral, y le rechazaron en el Congreso su intento de derogar las leyes de presupuestos universitario y para discapacidad.
 
El efecto colateral del resultado favorable pero inesperado en las urnas fue confiarse demasiado y tomar de su propia medicina para creerse el relato sobre la estupidez humana. No ganó las elecciones porque los ciudadanos piensen que están bien. Es posible que así piense una pequeña parte de sus votantes. La mayoría sabe que está mal y votó -o no fue a votar- entre el discurso gorila antiperonista y la amenaza de un apocalipsis argentino inminente revoleado por el presidente norteamericano Donald Trump.
 
Javier Milei insiste en que la gente está bien. Es una mala lectura de la realidad que dibujan el Indec, el ministro Toto Caputo y Santiago Bausili en el Banco Central. Es el peor mensaje para mentir porque cualquier hijo de vecino puede constatar su falsedad. No importa si la inflación es cero o diez, ni si los medios dicen que bajó la pobreza. El sueldo no llega a fin de mes. O para que llegue hay que hacer sacrificios en calidad de vida, en calidad de salud y alimentación, en las vacaciones y el transporte. Todos saben que el padre, el tío o los abuelos están en el horno con las jubilaciones.
 
La lista de desgracias es más larga porque hay que anotar a los que perdieron negocios o el trabajo, que son cientos de miles. El gobierno hizo una mala lectura y sobre esa base tomó decisiones equivocadas. Una de ellas fue prometerles a sus aliados del PRO un puesto en la Auditoría General de la Nación que no podría otorgarle.
 
Se habló de una negociación con Unión por la Patria, pero en realidad, el puesto que estaba en discusión fue el que asumió la salteña Pamela Calleti que responde al gobernador Gustavo Sáenz. Si hubo negociación no fue por los votos. Los diputados de Unión por la Patria rechazaron las propuestas del Gobierno en todas las votaciones siguientes. Desde el intento oficial de derogar las leyes de financiamiento universitario y para la discapacidad, hasta el presupuesto. No hubo votos de Unión por la Patria en ninguna de esas votaciones.
 
El bochorno mayor fue con la compra de voluntades con los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) previo a la votación. Las provincias más fieles a las decisiones del bloque, como Buenos Aires, La Pampa, Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa quedaron fuera del reparto. Milei repartió 66 mil millones de pesos de ATN para comprar esos votos. Lo hizo en forma descarada.
 
Al tucumano Osvaldo Jaldo, el más favorecido, lo hizo llegar hasta Buenos Aires para que le bese el anillo y para escracharlo con una fotografía en la Rosada. Votos en remate para el Presupuesto y la Reforma Laboral, que son parte de las políticas del Gobierno que está destruyendo la industria y expulsando inversiones.
 
Se ha naturalizado esa actitud como un acto "responsable" de los gobernadores, como si el gobierno pudiera usar con ese fin los ATN que son para problemas concretos y no para comprar votos. Usado de esa manera, ese mecanismo es directamente extorsivo.
 
Los diputados que representan a las provincias de Misiones, Salta, San Juan y Mendoza, que originalmente habían votado a favor del aumento del presupuesto a las universidades y a la discapacidad, cambiaron su voto luego de que sus gobernadores recibieran los ATN.
 

19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
La Opinión Popular
 

18-12-2025 / 08:12
Tras conseguir la media sanción de un presupuesto 2026 que multiplica el ajuste, solo favorece a los más ricos y carga los costos sobre los desprotegidos, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei sufrió un duro golpe con el rechazo al capítulo que derogaba el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad. También quedaron fuera la restricción de la ley de zona fría y la desindexación de la AUH.
 
El Gobierno consiguió la aprobación en general el Presupuesto 2026, pero sufrió una derrota clave: la oposición logró voltear completo el capítulo 11, donde se concentraba la derogación del financiamiento universitario y de la emergencia en discapacidad, dos leyes que el oficialismo insiste con incumplir. Tras una sesión que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la madrugada, Lule Menem y Diego Santilli ofrecieron concesiones de todo tipo a gobernadores y bloques aliados para blindar el capítulo entero.
 
Sin embargo, al momento de la votación sólo reunieron 117 votos afirmativos, mientras que la oposición alcanzó 123 rechazos y sumó además dos abstenciones. Es la tercera vez en un semestre que el Gobierno pierde frente al financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, si se cuentan la sanción original de las leyes, la insistencia parlamentaria tras el veto presidencial y ahora el intento de derogación vía presupuesto. También se rechazaron la eliminación de las actualizaciones automáticas de la Asignación Universal por Hijo y demás asignaciones familiares.
 
Envalentonado por el triunfo electoral de octubre, el oficialismo buscó acelerar la motosierra y eliminar dos normas que el Congreso sancionó, el Ejecutivo vetó y ambas Cámaras ratificaron con mayoría agravada, más de los dos tercios de los presentes. A pesar de las arduas negociaciones, el reparto de ATN y las promesas de la Casa Rosada a los gobernadores aliados, la catamarqueña Fernanda Avila, se les dio vuelta y voto en contra el capítulo 11, al igual que los tres tucumanos del bloque Independencia y los tres salteños de Innovación Federal.
 
Para destrabar el trámite, el oficialismo había intentado a último momento una maniobra más: incorporó la adecuación de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires y un refuerzo de 21.000 millones de pesos para el Poder Judicial, bajo la administración del Consejo de la Magistratura. El objetivo fue evitar el naufragio del capítulo completo. "Le ponen un condicionamiento al Poder Judicial para que ni se le ocurra judicializar el capítulo XI porque se les cae el financiamiento. Son unos chantas y eso es lo que están haciendo ahora", denunció el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
 
A la hora de votar, resultaron decisivas las abstenciones de los radicales Cipolini y Schneider. Desde sus redes, la diputada Cecilia Moreu celebró la victoria de la oposición. "Quisieron jugar sucio y les salió mal. Pese a las múltiples maniobras extorsivas con las que el oficialismo y los sectores cómplices intentaron blindar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, logramos sostenerlas. Basta de dilaciones, son leyes votadas y ratificadas por el Congreso Nacional. Vamos a seguir dando la pelea para que entren en vigencia y se apliquen como corresponde", escribió en X.
 
Durante el debate varios diputados habían advertido que judicializarían la norma, de aprobarse. Los diputados Maximiliano Ferraro y Eduardo Valdés, fueron los encargados de advertir que el intento del oficialismo vulneraba el artículo 20 de la Ley 24.156 de Administración Financiera que en relación al presupuesto establece que "no podrá contener disposiciones de carácter permanente, ni reformar o derogar leyes vigentes".
 
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