La Opinión Popular
                  06:12  |  Martes 09 de Diciembre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 13-11-2022 / 10:11
LOS GRITONES NO SIEMPRE GANAN

El error infantil de la ultra derecha gorila de pensar que el peronismo ya fue

El error infantil de la ultra derecha gorila de pensar que el peronismo ya fue
¿Basta con gritar barbaridades en contra del peronismo para ganar una elección? ¿Cualquier candidato que enfrente al Gobierno está destinado a ganar? ¿Haga lo que haga la oposición, al final del día la gente terminará votándola por el enojo que tiene contra el Gobierno? ¿Será inteligente decir que van a hacer “lo mismo pero más rápido”, cuando la sociedad recuerda los efectos de “lo mismo pero más lento”?
Las elecciones de Brasil y Estados Unidos reflejan que la ola de ultraderecha ha crecido de manera inesperada pero, al mismo tiempo, tiene un límite evidente. Los gritones no siempre ganan. Todos los estudios de opinión reflejan que el Presidente tiene un nivel de rechazo social muy alto y sostenido en el tiempo. La inflación es la más alta en varias décadas. El delito ha crecido significativamente y, con él, una angustiante sensación de inseguridad que se refleja, también, en las encuestas.
 
Para colmo, las apariciones del Presidente son toda una aventura para su equipo: muchas veces parece inconexo, se olvida de cosas, se pierde en medio de su discurso, se lo ve envejecido. Está claro para todo el mundo que se trata de un presidente de transición. Casi nadie -tal vez ni siquiera él mismo, aunque no lo confiese en público- imagina que pueda ser reelecto.
 
En este contexto, es natural esperar que, en cualquier elección, el oficialismo sea aplastado por la oposición. Sin embargo, esta semana, en los Estados Unidos -que es el país al que se refiere el comienzo de esta nota- eso no sucedió. Al contrario: contra todas las expectativas, ese presidente salió fortalecido. ¿Podrá suceder lo contrario en la Argentina el año que viene? ¿O, al revés, será el final del peronismo, como lo pronostican y desean importantes líderes de la oposición?
 
El resultado de las elecciones norteamericanas -más aún si se le suma a lo que ocurrió un par de semanas antes en Brasil- ratifica que el futuro es algo muy difícil de pronosticar y desafía a cualquier visión cristalizada. En los últimos tiempos, pareció consolidarse en la Argentina la idea de que el mundo se dirige, indefectiblemente, hacia la elección de líderes que combinan, de alguna manera, un mensaje económico fiscalista con la agitación en contra de los lugares comunes del progresismo (anti woke, se lo llama en los Estados Unidos).
 
En la Argentina, esa mirada ha sido representada con mucho énfasis por Javier Milei, pero también -dentro del PRO- por Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Tal vez el mundo vaya hacia donde estos dirigentes pregonan. O tal vez no. Pero el último martes, un presidente anciano, muy rechazado en todas las encuestas, que no logra controlar la inflación ni la inseguridad, que aparece confuso en sus discursos, consiguió habilitar el espacio para la duda.
 
Algunos estrategas de la oposición registraron el golpe. ¿Basta con gritar barbaridades en contra del peronismo para ganar una elección? ¿Cualquier candidato que enfrente al Gobierno está destinado a ganar? ¿Haga lo que haga la oposición, al final del día la gente terminará votándola por el enojo que tiene contra el Gobierno? ¿Será inteligente decir que van a hacer "lo mismo pero más rápido", cuando la sociedad recuerda los efectos de "lo mismo pero más lento"? Hasta el martes, las respuestas parecían claras entre los dirigentes opositores. Cuatro síes. Ahora no están tan seguros de que las cosas sean tan claras.
 

 
En Estados Unidos, el golpe más duro cayó sobre Donald Trump y su gente. Es interesante lo que ocurrió. Tan convencidos estaban de que Biden es un inútil y que la mayoría de los norteamericanos lo detestaba que, realmente, pensaron que no era necesario un esfuerzo extra. Además, los medios de comunicación que miran los trumpistas -especialmente Fox News- repiten todo el tiempo lo mismo: tanto que cualquiera se convence de que, efectivamente, la batalla cultural está terminada. Biden es un inútil. El progresismo ha muerto. El feminismo provoca rechazo. Los homosexuales no son gente normal. Pero había otra realidad.
 
Aquí sucede algo parecido. Demasiada gente repite y escucha siempre lo mismo, con lo cual se hace difícil pensar que la realidad admite miradas alternativas. El populismo ha muerto. El año que viene desaparece el peronismo. Si alguien aplica la estrategia de gritar contra el peronismo, el populismo y la ideología de género, seguramente logre un lugar en este mundo. Puede ser que en la repetición compulsiva de esas consignas, algo se pierda.
 
Al día siguiente de la elección, The New York Times explicó la manera en que ese microclima fue el principal aliado de Joe Biden: el votante republicano cautivo -el que mira Fox News- eligió candidatos muy valorados por el núcleo duro del partido pero, al mismo tiempo, incapaces de atraer el voto independiente.
 
Los republicanos moderados ganaron mayoritariamente en sus distritos. Pero los trumpistas, los que negaban que Biden fuera un presidente legítimo, o respaldaban la invasión al Congreso, perdieron. Así, sobrevivió Biden. De esa dinámica -los duros ganan la interna y eso impide que triunfen en la general- surge una moraleja obvia para los candidatos argentinos.
 
El segundo elemento relevante que surge de la elección norteamericana y aplica sobre la política argentina es que la inflación puede ser altísima, pero no es todo lo que ocurre en la economía de un país.
 
En Estados Unidos, como en la Argentina, la inflación es insoportable. Pero resulta compensada, en ambos casos, por datos de crecimiento, de consumo y de empleo que han sido positivos o, al menos, no fueron una calamidad. Hay más trabajo con menos salarios. La repetición hasta el cansancio de los datos negativos, mientras se ignora los positivos, puede conducir hacia un mal diagnóstico: que el peronismo ha muerto, por ejemplo.
 
En una campaña inteligente el oficialismo puede explicar que la inflación es la contracara de la emisión a la que recurrieron algunos gobiernos, en todo el mundo, para evitar un daño mayor a la economía durante la pandemia: el precio a pagar por haber defendido el empleo y a miles de unidades productivas.
 
Esta afirmación es discutible y parcial. Pero en una campaña electoral es un argumento fuerte que obligará a la oposición a convencer a los independientes de que su plan no terminará en una mezcla de lo inútil y lo desagradable: inflación más una bruta recesión con pérdida de empleo.
 
Al mismo tiempo, si no todo lo que ocurre en una economía es la inflación, tampoco la economía es todo lo que se debate en una elección. Donald Trump es un hombre pendenciero, que ha desconocido un triunfo electoral legítimo, que ha respaldado un intento de golpe de Estado para evitar la asunción del candidato que lo derrotó, y que en su agresivo discurso antiprogre mezcla misoginia, homofobia y bravuconadas racistas en contra de los inmigrantes.
 
Todo eso junto parece haber provocado un reflejo defensivo en las fuerzas tradicionales de la democracia, que encontraron un cauce en el candidato menos agresivo, aun cuando no sea el más eficiente para gobernar, o genere muchos reparos. Tal vez las sociedades estén agotadas del bombardeo al que las sometió el progresismo en todas sus variantes, pero no estén tan convencidas al mismo tiempo de saltar al campo opuesto que contiene valores oscurantistas.
 
Eso se puede percibir en las elecciones norteamericanas y también en las brasileñas. Es impresionante leer en estos días a la misma prensa que enfrentó a Lula cuando era presidente y justificó su detención: el respaldo de esos medios a su viejo enemigo es total. Los triunfos de Emmanuel Macron en Francia obedecen a dinámicas similares. Las amenazas de Trump, Bolsonaro o Le Pen generan acercamientos impensados.
 
En cualquier caso, las elecciones de Brasil y Estados Unidos, y también las que ocurrieron en Chile, Colombia, Perú, Canadá, México, Bolivia -entre otros países del continente-reflejan que la ola de ultraderecha ha crecido de manera inesperada pero, al mismo tiempo, tiene un límite evidente. Sus discursos anclan en sectores de la población muy enojados. Pero los gritones no siempre ganan. Y cuando ganan, después son expulsados por el voto popular.
 
Mientras tanto, parece que mucha gente está dispuesta a defender los valores de la democracia occidental, que aparecen atacados -ahora- desde la derecha. Esos valores incluyen la libertad, los derechos de las minorías, el rechazo al racismo, la empatía hacia los inmigrantes, la idea de que armarse hasta los dientes no es la mejor manera de resolver los problemas, el rechazo al discurso único -sea populista o antipopulista-, el cuidado del medio ambiente, la separación entre la iglesia y el Estado, y también el apoyo estatal a los más vulnerables, que no son vagos y planeros sino -en su mayoría- víctimas de una sociedad injusta. En su medida y armoniosamente, parecen razonables.
 
Argentina ha entrado en el último año de una gestión oficial que, en todas las encuestas, genera altísimos -y por demás merecidos- índices de rechazo. A primera vista, el desenlace parece claro: el Gobierno va a perder, entre otras razones, porque no tiene una estrategia para salir del proceso inflacionario. Además, su dinámica interna es bochornosa y cansadora. Sus líderes moderados están atados de pies y mano frente al discurso de barricada y amenazante de la Vicepresidenta, y -sobre todo- de su hijo.
 
Pero, del otro lado: ¿qué proponen? ¿Saltar hacia donde?
 
La ex ministra Patricia Bullrich se ha transformado en una especialista en producir golpes de efecto y va desplegando un programa tan extremo como curioso: eliminar completamente retenciones, cerrar el PAMI, eliminar el plan de alfabetización, cerrar el Ministerio de Educación, no cerrarlo, mandar a los militares a combatir contra una veintena de mapuches desahuciados, terminar con los planes sociales, permitir que circule legalmente el dólar, no permitirlo, dolarizar, no dolarizar, amenazar con romperle la cara a quien la critique.
 
El ex presidente Mauricio Macri propone "hacer lo mismo pero más rápido". El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, prepara un plan de estabilización cuyos efectos sociales serán muy duros. ¿Bastará con esas ideas, con esos programas, para ganar? ¿Y para gobernar?
 
Diego Santilli, hace unas horas, apeló a una metáfora cuando le preguntaron por las peleas entre halcones y palomas dentro del PRO.
 
-Si seguimos así nos vamos a transformar en gansos.
 
Mientras tanto, el prestigioso columnista David Brooke, escribió luego de la elección norteamericana: "El resultado más importante de esta elección es el triunfo de los normales: líderes prácticos, tradicionales, que no están todo el tiempo gritándole a la gente lograron resultados excepcionales, a izquierda y a derecha... Los norteamericanos están muy descontentos con la marcha de su país. Pero su teoría del cambio parece haberse modificado. Menos novelitas histriónicas en los medios. Menos política alrededor de amenazas existenciales. Mejor busquemos a gente seria que pueda hacer bien las cosas".
 
Gente seria que pueda hacer bien las cosas.
 
No parece una mala idea para gobernar un país.
 
¿Habrá alguien así?
 
Por Ernesto Tenembaum
 
Fuente: Infobae
 

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08-12-2025 / 08:12
Al anular las convocatorias a proyectos de investigación que ya estaban adjudicadas (de 2022) y cerrar definitivamente las siguientes, la Agencia I+D+i, el organismo encargado del financiamiento científico, terminó de cerrar el círculo de destrucción del conocimiento levantado por el gobierno de Javier "el Loco" Milei. El año que viene, Argentina será el único país de América latina que no invierte un peso en ciencia.
 
Cuando una situación atroz se presenta en reiteradas ocasiones, cada vez tiende a generar un menor impacto. Desde que Milei asumió la Presidencia de la Nación en diciembre de 2023, la comunidad científica advirtió -más de una vez- la desidia a la que se enfrentaba el sector. Organizaron marchas, manifestaciones, feria de investigadores y alzaron la voz en cada oportunidad en la que el Poder Ejecutivo daba otro paso en pos de desmantelar la ciencia del país.
 
Ahora, la Agencia I+D+i, que depende de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, anuló las convocatorias a proyectos de investigación PICT 2022 - que ya estaban adjudicados- y cerró definitivamente la convocatoria 2023. Es decir, el próximo año, Argentina será el único país de América Latina que no invierte en ciencia, según explicaron desde la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt).
 
"El jueves 4 de diciembre de 2025 quedará tristemente en la historia como una fecha clave para el desmantelamiento del sistema científico de la Argentina", anunciaron desde la organización que agrupa a más de 400 directivos de organismos científicos-tecnológicos con el objetivo de articular medidas para frenar lo que ellos denominan como un "cientificidio". El próximo miércoles, la comunidad científica se concentrará en el Polo Científico de Palermo para rechazar y denunciar los nuevos recortes.
 
La Agencia I+D+i, desde que se creó en 1996, financió las actividades del sistema con convocatorias para que los investigadores reciban fondos para llevar adelante sus investigaciones. Anteriormente dependía del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Desde 2023, el Ministerio desapareció y la agencia pasó a depender de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, bajo la órbita de Darío Genua.
 
El cambio de gestión trajo consigo el desmantelamiento de la Agencia I+D+i, según cuentan desde Raicyt. La principal herramienta del organismo era la financiación de los Proyectos de Investigación Científico/Tecnológicos (PICTs). Cada año se convocaban a los PICTs y se financiaban aproximadamente 1500 proyectos. Desde la asunción del gobierno de Milei esta línea de financiamiento desapareció.
 
Para los PICTs, las diferentes entidades científicas debían presentar sus proyectos -que abarcaban todas las áreas del conocimiento-, para luego ser evaluados por la Agencia I+D+i que, en caso de aprobarlos, los ejecutaría aproximadamente dos años después. En 2024, aquellos proyectos aprobados por el Directorio de la agencia en el 2022 no se ejecutaron, cuando ya había cerca de 800 adjudicados.
 
La convocatoria del 2023 -a ejecutarse en 2025- fue prorrogada en 7 ocasiones y ahora, con el anuncio del 4 de diciembre, definitivamente desapareció del mapa. En 2024 y 2025 no hubo nuevas convocatorias.
 

07-12-2025 / 09:12
La profecía de Javier "el Loco" Milei vuelve a atormentarlo: no hay plata. Esa frase que en el comienzo de su mandato el presidente utilizaba como un mantra para justificar su motosierra ahora se convirtió en el principal obstáculo para alcanzar su único objetivo económico concreto, que es recuperar el acceso genuino a los mercados de crédito voluntario internacional de los que estamos vedados por insolvencia desde la primera gestión del actual ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo.
 
Ante la imposibilidad de cumplir esa meta, el gobierno argentino ensayó una pantomima guionada, que sólo elude el papelón gracias a los bolsillos generosos y la mirada permisiva de grandes capitales nacionales jugados all-in en el experimento de Milei a partir de los resultados de las elecciones de medio término. El resultado es una farsa montada sobre otra farsa, un engaño consentido para un público diminuto, que lejos de mostrar fortaleza, echa luz sobre su fragilidad.
 
Caputo es un tahúr habilidoso, pero el suyo no deja de ser un oficio que se ejerce siempre al borde de perderlo todo. Quedar expuesto con una mentira es apenas un accidente cotidiano del que uno debe reponerse rápido y seguir adelante. Pero cada vez se paga un costo de credibilidad y el prontuario del ministro ya tiene muchas páginas. Los 20 mil millones de dólares que preparaban los bancos se convirtieron en seis o siete. Esos seis o siete no aparecieron.
 
Es por eso que el gobierno, ante la cercanía de un vencimiento de 4000 millones de dólares en enero que no tiene cómo pagar, tuvo que salir a recaudar un "bono patriótico" entre empresarios amigos que se vieron beneficiados y tienen promesas de más negocios en la Argentina que proyecta Milei, directamente interesados también en la aprobación de un nuevo blanqueo y de las reformas laborales, tributarias, previsionales y penales en carpeta para los próximos meses.
 
Para eso les armaron una pasarela que una vez más les garantiza a jugadores muy específicos a través de herramientas direccionadas pret a porter un negocio redondo con fondos públicos. Tal como advirtió el economista de CEPA Hernán Letcher, "el gobierno publicó una resolución que permite a las aseguradoras endeudarse a una tasa baja en dólares para usar esos fondos en la licitación primaria del miércoles y así mostrar una demanda inflada por el nuevo título".
 
Sin embargo, los acreedores externos no compran esas mentiras autoindulgentes. Por eso fracasó el primer crawling peg, por eso fracasó el esquema de bandas y por eso va en firme camino al fracaso el nuevo crawling peg disfrazado de esquema de bandas que funciona (es una manera de decir) desde las elecciones de octubre. Por eso, no importa con qué le tiren, el riesgo país no baja. Nadie va a volver a prestar hasta no ver la plata. No es que no quieran creerle, es que no le creen.
 
Las voces que advierten sobre la fragilidad intrínseca que trae consigo la falta de dólares se multiplican y a esta altura ya conforman un coro, en el que se lleva el rol solista la vocera del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack, que esta semana reclamó "un camino más ambicioso en la acumulación de reservas", sobresaliendo entre otras melodías similares, de bancos internacionales como JP Morgan y Barclays, consultoras locales y hasta "próceres" liberales como Domingo Cavallo.
 
Caputo ya avisó: no va a acumular reservas. Eso va en contra de su único credo que es la fuga de divisas. Todo dólar que entra tiene que salir. Una gestión bulímica que es incapaz de retener riqueza y necesita atracones de miles de millones de dólares varias veces por año para no colapsar. Puro flujo, nada de stock. Es un país que funciona bajo la tiranía de compulsiones y apuestas arriesgadas pero no tiene una red que lo sostenga cuando algo salga mal.
 

06-12-2025 / 08:12
El Departamento de Estado de los Estados Unidos cambió el nombre al Instituto para la Paz y ahora se llama Instituto Donald Trump para la Paz. La Casa Blanca habilitó un portal con una lista negra de periodistas críticos del gobierno. Y dos días antes de las elecciones en Honduras, Trump respaldó al candidato del conservador Partido Nacional e indultó a Juan Orlando Hernández, expresidente por ese partido, condenado en Estados Unidos por narcotraficante, mientras acusó de narcotraficante al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y amenazó con invadir ese país. En bochornosa complicidad con Trump, en La Haya, el representante del cipayo Javier Milei, Diego Sadosfchi exigió "medidas urgentes" de la Corte Penal Internacional contra el mandatario venezolano.
 
Estados Unidos no reconoce a esa Corte pero necesitaba muestras de respaldo internacional a su acción amenazadora contra Venezuela y el gobierno argentino se prestó rastreramente a ofrecerle coartadas. Fue una forma de devolver favores por las intervenciones de Trump y su gobierno en las elecciones locales de medio término.
 
Otra forma de intervencionismo en países en América Latina fue el indulto al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado por introducir durante décadas toneladas de cocaína en Estados Unidos. Con Honduras, Trump hizo algo parecido que con Argentina y amenazó con el apocalipsis si no ganaba el candidato del partido del narco Hernández.
 
La sombra del narcotráfico oscurece a Estados Unidos. Un artículo de The Washington Post, del año 2015, describió las relaciones familiares de Marco Rubio, actual titular del Departamento de Estado y virtual canciller norteamericano, con el mundo narco. Durante su adolescencia en Miami, Rubio convivió en el domicilio de su hermana mayor, Bárbara, casada con Orlando Cicilia, un capo de la droga cuando Miami era la capital de la cocaína.
 
El vocero de Rubio quiso desmentir al diario, al decir que de esa información no se podía inferir la complicidad de Rubio con los narcos. Por ese lado, Rubio ya no tiene problemas. El multimillonario Jeff Bezos, dueño de Amazon, compró el histórico diario y advirtió que sólo escribirían aquellos que coincidan con su pensamiento.
 
Cicilia era para todo el mundo en Miami un empresario super exitoso, multimillonario y ostentoso, lo cual no constituía la excepción en esa parte del mundo. Fue apresado en los años 80. "Al momento de caer en manos de la justicia Orlando Cicilia (también de origen cubano), Marco Rubio tenía apenas 16 años. Pero su ambiente familiar ya era bastante turbio", señala el tabloide británico Daily Mail.
 
Orlando Cicilia fue condenado a más de 35 años de cárcel. Pero cumplió poco más de 12 años. Salió en libertad plena justo cuando Marco Rubio asumió como representante en el Congreso de los Estados Unidos en el año 2000. Cicilia salió de la cárcel apenas cuatro días después de que Rubio asumió. El antiguo jefe de Orlando, Mario Tabraue, sobre quien pesaba una pena de 100 años de cárcel por sus delitos, salió de prisión en el año 2003, con solo 15 años de pena cumplida.
 
La participación de Orlando Hernández fue descripta y comprobada con lujo de detalles. Nadie puso en duda su culpabilidad. La excusa que dio Trump fue que "fuentes amigas y creíbles" le habían informado que Hernández había sufrido un trato injusto. Pero no habló de inocencia porque no existe forma de exculpar al expresidente hondureño. El seguidismo de Milei, el "perrito faldero" del gobierno yanqui, es cómplice de los narcos.
 

05-12-2025 / 12:12
El endeudador seria Luis "Toto" Caputo es sinónimo de deuda impagable. El ministro emitirá nuevos bonos en dólares, con el nuevo Bonar 2029N, volverá a tomar deuda en dólares para pagar deuda, bajo ley local y a una tasa de usura, que pagará el próximo gobierno. Receta repetida. 

El experimento anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei vuelve a aplicar una receta tristemente conocida: emite nueva deuda para pagar una anterior. Así lo confirmó este viernes el ministro de Economía, el endeudador compulsivo Luis "Toto" Caputo, quien confirmó esta mañana que la Argentina volverá al mercado internacional de capitales, con un bono a cuatro años. Con un dólar bajo que impide exportar e importaciones abiertas indiscriminadamente, es imposible acumular reservas en dólares y el futuro es la miseria.

Las reservas netas, excluyendo los desembolsos del FMI, son hoy más bajas que cuando Milei asumió y no hay señales claras de que el Gobierno tenga intención de revertir esa fragilidad externa. "No es deuda nueva. Es para pagar deuda vieja. Al poder refinanciar vencimientos cada dólar que compre lo podrá acumular. No sale desde enero de 2018. Los bonos son con legislación local", afirmó el ministro.

Como no podía ser de otro modo, la medida fue celebrada por Milei. "VAAAAAAAAMOOOOOO TOTO...!!! Volvimos al mercado de capitales con un bono al 2029 con cupón del 6,5% bajo ley Local. El mejor de todos los tiempos...!!! LA LIBERTAD AVANZA", posteó entusiasmado el desquiciado mandatario.

Tras este anuncio, la Secretaría de Finanzas confirmó el llamado a licitación del Bono del Tesoro Nacional (BONAR 2029N - nuevo) que, segun detalló, será "en dólares estadounidenses 6,50% con vencimiento el 30 de noviembre de 2029″.
 
"En un contexto de fuerte compresión de las tasas de interés de los bonos en dólares fruto del resultado electoral y del sostenido desempeño del programa económico, el Tesoro busca ampliar sus objetivos financieros para cubrir los vencimientos de deuda en dólares sin afectar las reservas netas del BCRA", explicaron desde la Secretaría.
 
En este sentido, señalaron que "habiendo alcanzado costos financieros sostenibles, el Tesoro comienza así con una nueva estrategia tendiente a refinanciar sus vencimientos de capital en dólares sin afectar el proceso de fortalecimiento de la hoja de balance del Banco Central, permitiendo que las compras de reservas resulten en acumulación neta".
 
Asimismo, se resaltó que "el resultado de la licitación, irá a cancelar parcialmente el vencimiento del capital de los bonos AL30 y AL29 que vencen el 9/1/2026″. El desempeño débil de las reservas no ocurrió porque se haya reducido la deuda pública en moneda extranjera. Los Bopreales y los repos con bancos agregan USD 12 mil millones en deuda denominada en dólares que no existía en 2023.
 
Desde Finanzas informaron que la recepción de ofertas de este instrumento comenzará a las 10 horas y finalizará a las 15 horas del miércoles 10 de diciembre de 2025, mientras que la liquidación de las ofertas recibidas y adjudicadas se efectuará el 12 de diciembre de 2025. La suscripción deberá realizarse únicamente en dólares.
 
La Opinión Popular
 

 

04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

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