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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 13-11-2022 / 10:11
LOS GRITONES NO SIEMPRE GANAN

El error infantil de la ultra derecha gorila de pensar que el peronismo ya fue

El error infantil de la ultra derecha gorila de pensar que el peronismo ya fue
¿Basta con gritar barbaridades en contra del peronismo para ganar una elección? ¿Cualquier candidato que enfrente al Gobierno está destinado a ganar? ¿Haga lo que haga la oposición, al final del día la gente terminará votándola por el enojo que tiene contra el Gobierno? ¿Será inteligente decir que van a hacer “lo mismo pero más rápido”, cuando la sociedad recuerda los efectos de “lo mismo pero más lento”?
Las elecciones de Brasil y Estados Unidos reflejan que la ola de ultraderecha ha crecido de manera inesperada pero, al mismo tiempo, tiene un límite evidente. Los gritones no siempre ganan. Todos los estudios de opinión reflejan que el Presidente tiene un nivel de rechazo social muy alto y sostenido en el tiempo. La inflación es la más alta en varias décadas. El delito ha crecido significativamente y, con él, una angustiante sensación de inseguridad que se refleja, también, en las encuestas.
 
Para colmo, las apariciones del Presidente son toda una aventura para su equipo: muchas veces parece inconexo, se olvida de cosas, se pierde en medio de su discurso, se lo ve envejecido. Está claro para todo el mundo que se trata de un presidente de transición. Casi nadie -tal vez ni siquiera él mismo, aunque no lo confiese en público- imagina que pueda ser reelecto.
 
En este contexto, es natural esperar que, en cualquier elección, el oficialismo sea aplastado por la oposición. Sin embargo, esta semana, en los Estados Unidos -que es el país al que se refiere el comienzo de esta nota- eso no sucedió. Al contrario: contra todas las expectativas, ese presidente salió fortalecido. ¿Podrá suceder lo contrario en la Argentina el año que viene? ¿O, al revés, será el final del peronismo, como lo pronostican y desean importantes líderes de la oposición?
 
El resultado de las elecciones norteamericanas -más aún si se le suma a lo que ocurrió un par de semanas antes en Brasil- ratifica que el futuro es algo muy difícil de pronosticar y desafía a cualquier visión cristalizada. En los últimos tiempos, pareció consolidarse en la Argentina la idea de que el mundo se dirige, indefectiblemente, hacia la elección de líderes que combinan, de alguna manera, un mensaje económico fiscalista con la agitación en contra de los lugares comunes del progresismo (anti woke, se lo llama en los Estados Unidos).
 
En la Argentina, esa mirada ha sido representada con mucho énfasis por Javier Milei, pero también -dentro del PRO- por Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Tal vez el mundo vaya hacia donde estos dirigentes pregonan. O tal vez no. Pero el último martes, un presidente anciano, muy rechazado en todas las encuestas, que no logra controlar la inflación ni la inseguridad, que aparece confuso en sus discursos, consiguió habilitar el espacio para la duda.
 
Algunos estrategas de la oposición registraron el golpe. ¿Basta con gritar barbaridades en contra del peronismo para ganar una elección? ¿Cualquier candidato que enfrente al Gobierno está destinado a ganar? ¿Haga lo que haga la oposición, al final del día la gente terminará votándola por el enojo que tiene contra el Gobierno? ¿Será inteligente decir que van a hacer "lo mismo pero más rápido", cuando la sociedad recuerda los efectos de "lo mismo pero más lento"? Hasta el martes, las respuestas parecían claras entre los dirigentes opositores. Cuatro síes. Ahora no están tan seguros de que las cosas sean tan claras.
 

 
En Estados Unidos, el golpe más duro cayó sobre Donald Trump y su gente. Es interesante lo que ocurrió. Tan convencidos estaban de que Biden es un inútil y que la mayoría de los norteamericanos lo detestaba que, realmente, pensaron que no era necesario un esfuerzo extra. Además, los medios de comunicación que miran los trumpistas -especialmente Fox News- repiten todo el tiempo lo mismo: tanto que cualquiera se convence de que, efectivamente, la batalla cultural está terminada. Biden es un inútil. El progresismo ha muerto. El feminismo provoca rechazo. Los homosexuales no son gente normal. Pero había otra realidad.
 
Aquí sucede algo parecido. Demasiada gente repite y escucha siempre lo mismo, con lo cual se hace difícil pensar que la realidad admite miradas alternativas. El populismo ha muerto. El año que viene desaparece el peronismo. Si alguien aplica la estrategia de gritar contra el peronismo, el populismo y la ideología de género, seguramente logre un lugar en este mundo. Puede ser que en la repetición compulsiva de esas consignas, algo se pierda.
 
Al día siguiente de la elección, The New York Times explicó la manera en que ese microclima fue el principal aliado de Joe Biden: el votante republicano cautivo -el que mira Fox News- eligió candidatos muy valorados por el núcleo duro del partido pero, al mismo tiempo, incapaces de atraer el voto independiente.
 
Los republicanos moderados ganaron mayoritariamente en sus distritos. Pero los trumpistas, los que negaban que Biden fuera un presidente legítimo, o respaldaban la invasión al Congreso, perdieron. Así, sobrevivió Biden. De esa dinámica -los duros ganan la interna y eso impide que triunfen en la general- surge una moraleja obvia para los candidatos argentinos.
 
El segundo elemento relevante que surge de la elección norteamericana y aplica sobre la política argentina es que la inflación puede ser altísima, pero no es todo lo que ocurre en la economía de un país.
 
En Estados Unidos, como en la Argentina, la inflación es insoportable. Pero resulta compensada, en ambos casos, por datos de crecimiento, de consumo y de empleo que han sido positivos o, al menos, no fueron una calamidad. Hay más trabajo con menos salarios. La repetición hasta el cansancio de los datos negativos, mientras se ignora los positivos, puede conducir hacia un mal diagnóstico: que el peronismo ha muerto, por ejemplo.
 
En una campaña inteligente el oficialismo puede explicar que la inflación es la contracara de la emisión a la que recurrieron algunos gobiernos, en todo el mundo, para evitar un daño mayor a la economía durante la pandemia: el precio a pagar por haber defendido el empleo y a miles de unidades productivas.
 
Esta afirmación es discutible y parcial. Pero en una campaña electoral es un argumento fuerte que obligará a la oposición a convencer a los independientes de que su plan no terminará en una mezcla de lo inútil y lo desagradable: inflación más una bruta recesión con pérdida de empleo.
 
Al mismo tiempo, si no todo lo que ocurre en una economía es la inflación, tampoco la economía es todo lo que se debate en una elección. Donald Trump es un hombre pendenciero, que ha desconocido un triunfo electoral legítimo, que ha respaldado un intento de golpe de Estado para evitar la asunción del candidato que lo derrotó, y que en su agresivo discurso antiprogre mezcla misoginia, homofobia y bravuconadas racistas en contra de los inmigrantes.
 
Todo eso junto parece haber provocado un reflejo defensivo en las fuerzas tradicionales de la democracia, que encontraron un cauce en el candidato menos agresivo, aun cuando no sea el más eficiente para gobernar, o genere muchos reparos. Tal vez las sociedades estén agotadas del bombardeo al que las sometió el progresismo en todas sus variantes, pero no estén tan convencidas al mismo tiempo de saltar al campo opuesto que contiene valores oscurantistas.
 
Eso se puede percibir en las elecciones norteamericanas y también en las brasileñas. Es impresionante leer en estos días a la misma prensa que enfrentó a Lula cuando era presidente y justificó su detención: el respaldo de esos medios a su viejo enemigo es total. Los triunfos de Emmanuel Macron en Francia obedecen a dinámicas similares. Las amenazas de Trump, Bolsonaro o Le Pen generan acercamientos impensados.
 
En cualquier caso, las elecciones de Brasil y Estados Unidos, y también las que ocurrieron en Chile, Colombia, Perú, Canadá, México, Bolivia -entre otros países del continente-reflejan que la ola de ultraderecha ha crecido de manera inesperada pero, al mismo tiempo, tiene un límite evidente. Sus discursos anclan en sectores de la población muy enojados. Pero los gritones no siempre ganan. Y cuando ganan, después son expulsados por el voto popular.
 
Mientras tanto, parece que mucha gente está dispuesta a defender los valores de la democracia occidental, que aparecen atacados -ahora- desde la derecha. Esos valores incluyen la libertad, los derechos de las minorías, el rechazo al racismo, la empatía hacia los inmigrantes, la idea de que armarse hasta los dientes no es la mejor manera de resolver los problemas, el rechazo al discurso único -sea populista o antipopulista-, el cuidado del medio ambiente, la separación entre la iglesia y el Estado, y también el apoyo estatal a los más vulnerables, que no son vagos y planeros sino -en su mayoría- víctimas de una sociedad injusta. En su medida y armoniosamente, parecen razonables.
 
Argentina ha entrado en el último año de una gestión oficial que, en todas las encuestas, genera altísimos -y por demás merecidos- índices de rechazo. A primera vista, el desenlace parece claro: el Gobierno va a perder, entre otras razones, porque no tiene una estrategia para salir del proceso inflacionario. Además, su dinámica interna es bochornosa y cansadora. Sus líderes moderados están atados de pies y mano frente al discurso de barricada y amenazante de la Vicepresidenta, y -sobre todo- de su hijo.
 
Pero, del otro lado: ¿qué proponen? ¿Saltar hacia donde?
 
La ex ministra Patricia Bullrich se ha transformado en una especialista en producir golpes de efecto y va desplegando un programa tan extremo como curioso: eliminar completamente retenciones, cerrar el PAMI, eliminar el plan de alfabetización, cerrar el Ministerio de Educación, no cerrarlo, mandar a los militares a combatir contra una veintena de mapuches desahuciados, terminar con los planes sociales, permitir que circule legalmente el dólar, no permitirlo, dolarizar, no dolarizar, amenazar con romperle la cara a quien la critique.
 
El ex presidente Mauricio Macri propone "hacer lo mismo pero más rápido". El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, prepara un plan de estabilización cuyos efectos sociales serán muy duros. ¿Bastará con esas ideas, con esos programas, para ganar? ¿Y para gobernar?
 
Diego Santilli, hace unas horas, apeló a una metáfora cuando le preguntaron por las peleas entre halcones y palomas dentro del PRO.
 
-Si seguimos así nos vamos a transformar en gansos.
 
Mientras tanto, el prestigioso columnista David Brooke, escribió luego de la elección norteamericana: "El resultado más importante de esta elección es el triunfo de los normales: líderes prácticos, tradicionales, que no están todo el tiempo gritándole a la gente lograron resultados excepcionales, a izquierda y a derecha... Los norteamericanos están muy descontentos con la marcha de su país. Pero su teoría del cambio parece haberse modificado. Menos novelitas histriónicas en los medios. Menos política alrededor de amenazas existenciales. Mejor busquemos a gente seria que pueda hacer bien las cosas".
 
Gente seria que pueda hacer bien las cosas.
 
No parece una mala idea para gobernar un país.
 
¿Habrá alguien así?
 
Por Ernesto Tenembaum
 
Fuente: Infobae
 

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27-11-2025 / 10:11
El industricidio avanza gracias a las políticas neoliberales de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo. Ya pasó un mes de aquellas elecciones legislativas donde Milei logró un triunfo que hizo crecer la soberbia de su gobierno, lo cual impulsa la reforma laboral que propone. No obstante, se enfrenta a un panorama complicado que lo desafía por completo.

A un mes de la "Argentina" violeta, se acumulan los despidos en fábricas ante la apertura de importaciones. Whirlpool cerró la planta de Pilar inaugurada en 2022 y despidió a sus 220 trabajadores. Asimismo, el consumo continúa en caída libre mientras que diciembre se avecina con nuevos aumentos que sigue golpeando más de un bolsillo. Por su parte, el salario continúa congelado y no hay sueldo que aguante.

Sin embargo, el Gobierno anarco capitalista hace vista ciega y avanza a fondo por la reforma laboral. Tal es así que el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, reunió este miércoles (26/11) en Casa Rosada a los miembros del Consejo de Mayo y, pese a la falta de consensos, anunció que la administración libertaria enviará el proyecto al Congreso el próximo 9 de diciembre.

Si los tiempos avanzan como pretende Milei, la reforma laboral se debatirá al filo o durante la Navidad y Año Nuevo anticipando semanas difíciles para aquellos trabajadores que perdieron su empleo, lo que se intensificó en los últimos días luego de la victoria electoral de La Libertad Avanza, donde nada cambió para la economía real pese al rescate del INDEC.

Las pálidas continúan y están a la vista de todos los argentinos. Sin ir más lejos, los datos del último informe de CEPA, que abarca hasta agosto, sostienen que desde que Milei inició su gestión, por día cierran 30 empresas y, en total, se destruyeron 276.000 puestos de trabajo registrados. "Creer o reventar", dice la frase.

Por su parte, el INDEC que conduce Marco Lavagna quedó en el centro de una nueva polémica por una sugestiva corrección de los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) para evitar que la economía entre en recesión técnica. El organismo que en septiembre la actividad económica tuvo un incremento de 0,5% en comparación con agosto, un dato mucho mejor que el estimado por las consultoras privadas que preveían una caída de entre 0,1% y 0,3%. Dibujando los números, el gobierno logró evitar ese título negativo pese que el tercer trimestre fue el más afectado por la inestabilidad económica consecuencia de las elecciones.

En tanto, los principales bancos y consultoras nacionales e internacionales recortaron sus previsiones de crecimiento para la economía argentina en 2026. Según el relevamiento de FocusEconomics, el Producto Bruto Interno se expandirá menos de la estimación previa. El ajuste refleja un escenario menos optimista y expone el desgaste del discurso libertario, que hasta ahora muestra más promesas que resultados.

El relato libertario remacha que la economía empieza a mostrar signos de recuperación, pero la realidad en las góndolas y en los bolsillos cuenta otra historia. El consumo masivo sigue estancado, sin el menor atisbo de mejora en la segunda mitad del año. Los datos publicados por el Indec este miércoles son contundentes: las ventas en supermercados cayeron a nivel intermensual y ya suman seis meses consecutivos de baja hasta septiembre. El golpe al consumo es tan fuerte que, en la comparación interanual, las ventas también retrocedieron. El ingreso de productos importados que compiten con los de fabricación nacional, el dólar barato y el encarecimiento de los costos productivos alientan la desindustrialización y el desempleo.

La Opinión Popular



26-11-2025 / 09:11
El conjunto de las organizaciones sociales y piqueteras movilizarán a la Secretaría de Trabajo cuando se realice la audiencia del Consejo del Salario convocada por el Secretario de Trabajo, Julio Cordero. El Consejo del Salario se reúne este miércoles en forma virtual. Para recuperar el valor de noviembre de 2015, el ingreso que hoy es de $322 mi debería ser de $760 mil.
 
La reunión se realizará en formato virtual a pesar del reclamo formulado por las dos CTA para que la misma retomara la presencialidad que dejó atrás desde la pandemia. Con todo, esas organizaciones sindicales junto con las organizaciones sociales agrupadas en la UTEP y las que militan en el Frente de Lucha Piquetero marcharán a la cartera laboral desde las 15.30 en lo que, además, será el comienzo de un plan de acción conjunto que incluye una movilización en los primeros días de diciembre y, casi con seguridad, una gran marcha el 20 de diciembre cuando se conmemore el 24 aniversario del levantamiento popular que puso fin al gobierno neoliberal de Fernando De La Rúa.
 
La movilización del miércoles exige una mejora inmediata y sustancial del salario mínimo vital y móvil hoy fijado en $322 mil, valor en el que se encuentra congelado desde agosto de este año. Se trata del monto más bajo desde el punto de vista del poder adquisitivo desde al menos el año 1994 y representa menos de la mitad del valor que llegó a alcanzar en diciembre de 2015.
 
Según un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA-CTA), "las cinco reuniones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo que tuvieron lugar en esta gestión finalizaron sin acuerdo entre el sector empresario y los representantes de los trabajadores". Como resultado, continúan, "fue la Secretaría de Trabajo la que determinó los aumentos nominales -prácticamente equivalentes a la propuesta empresarial-, los cuales no sólo no buscaron recuperar el poder de compra perdido tras la devaluación, sino que incluso continuaron erosionándolo".
 
Para CIFRA "la pérdida sufrida durante este gobierno se acumula con retrocesos previos, por lo que el salario mínimo se ubicó en octubre de 2025 en un nivel real que resulta 45,6% más bajo que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos y 58,4% menor que noviembre de 2015". Más en concreto, concluyen "si el salario mínimo no hubiese perdido poder de adquisitivo a lo largo de esta década, se acercaría actualmente los $ 760.000".
 
El informe destaca que el haber "representa en la actualidad menos de una quinta parte del salario promedio de los trabajadores registrados del sector privado" y que "es inferior al que rigió durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de Convertibilidad".
 
Pero, además, el informe de centro de la CTA de los Trabajadores indica que "la comparación entre el salario mínimo y las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación incluso peor que la del año 2001. En octubre, una familia tipo (compuesta por dos adultos y dos niños) necesitó casi cuatro salarios mínimos para cubrir el costo de la canasta básica que determina la línea de pobreza, que ronda los $ 1,2 millones". En la misma línea, en agosto de 2025, el salario mínimo vital y móvil equivalía a 0,62 canastas básicas alimentarias que miden la indigencia para una familia integrada por dos mayores y dos menores cuando, en agosto de 2017, llegaba a representar 1,44 canastas básicas alimentarias.
 
La reunión será el primer encuentro entre la nueva conducción de la CGT y el gobierno libertario. La conducción sindical no adelantó cuál será el reclamo que llevarán a la negociación. Es posible que, como hicieron en anteriores encuentros, lleven un reclamo elevado para que, sin plan de lucha mediante, resulte testimonial y deje en manos del gobierno de los Hermanos Milei la definición del valor.
 
La Opinión Popular
 

24-11-2025 / 09:11
Las ficciones en que se desenvuelve el Gobierno de los Hermanos Milei volvieron a quedar plasmadas con la caída del préstamo por 20 mil millones de dólares diseñado por el JP Morgan, junto con el Citigroup y el Bank of América. Decían que estaban bosquejándolo, en realidad. El ministro de Economía ensayó responder que nunca habían aludido a la probable existencia de ese empréstito. Que, por tanto, se trataba de otra de las "operaciones" dirigidas a afectar la firme marcha hacia nuestro destino de potencia mundial.
 
Es cierto, convengamos, que las autoridades económicas jamás dieron seguridad ni información acerca de esa ayuda. Simplemente, resulta veraz porque el gobierno argentino es ajeno por completo a cualquier notificación del área. Todo, desde la asunción de Scott Bessent como ministro real, es comunicado desde Estados Unidos en formas oficiales u oficiosas. Todo.
 
Caputo Toto, quien persiste como el ícono de la timba financiera puesto en funciones de Estado, busca ahora un "repo" por mucho menos que aquella cifra. Necesita al menos 5 mil millones de dólares a fines de pagar vencimientos en enero, que corresponden a la deuda contraída por Macri.
 
Es muy probable que, apoyo de Washington mediante, consiga la plata. En esa perspectiva, los medios oficialistas prácticamente ningunearon la información y se dedicaron al nuevo título que inventó la AFA, al fin de semana largo, a los incendios en el gremio de Camioneros o a las transas en ambas Cámaras que continúan preanunciando el grave astillamiento del peronismo.
 
En estas horas, metieron otra cuña los nombramientos de Alejandra Monteoliva y Carlos Alberto Presti. La mano derechísima de Patricia Bullrich en Seguridad estaba prevista. Pero no deja de impactar que el jefe del Ejército será el primer militar en ocupar Defensa desde el regreso de la democracia, "dando por finalizada la demonización de nuestros oficiales, suboficiales y soldados", según el comunicado de la Oficina del Presidente.
 
Mientras tanto, inclusive si no quisiera estimarse la incertidumbre de mediano plazo sobre el frente financiero externo, los relevamientos de la economía "micro" son contundentes. No transcurre día sin que se acumulen cierres y quebrantos de empresas, con las pymes a la cabeza.
 
En la medición interanual, descendió marcadamente el consumo en hipermercados, mayoristas y farmacias. La actividad industrial acusa lo mismo. La suba en el precio de los alimentos, con carne y frescos en primer lugar, explican un tercio del Índice de Precios al Consumidor; pero el Indec no quiere, o no consigue, que se actualice la medición. Las tarifas de servicios públicos, los alquileres, el transporte, las prepagas, determinan sumado a lo anterior el peso aplastante en la canasta familiar.
 
Si acaso no fuera suficiente con la credibilidad de esos números, que surgen de consultoras como de entes oficiales, debería bastar el semblante vacío o poco menos que exhiben los comercios, los súper, los changuitos, los lugares de entretenimiento.  No hay casi nada que no dé para abajo, salvo los indicadores "macro" que, como el superávit fiscal, el Gobierno dibuja. Pero simultáneamente, el acostumbramiento a que esto es lo que hay redunda en la estabilidad precaria, aceptada, que enfrente no tiene rival.
 
En las encuestas post-electorales, publicadas y reservadas, la coincidencia es unánime: la imagen negativa de Milei supera con amplitud a la positiva, y una mayoría de la población -alrededor del 60 por ciento- se manifiesta pesimista en cuanto al futuro económico. Esos datos no provienen de encuestólogos adversos al oficialismo. Todo lo contrario.
 

23-11-2025 / 11:11
El gobierno de Javier "el Loco" Milei puede durar tres meses o dos años o diez, mientras Donald Trump siga facilitando ayuda en forma de nueva deuda, mientras Luis Caputo siga convenciendo a los conejos que se metan en la galera, mientras la sociedad argentina siga ejercitando su proverbial paciencia.
 
No fue una buena semana para Toto Caputo. El jueves por la tarde el Wall Street Journal informó que la banca privada decidió dar de baja el plan para ayudar al gobierno argentino con un préstamo de 20 mil millones de dólares y ahora negocian un repo por la cuarta parte de ese valor, sin el cual, aparentemente, el Banco Central no tiene fondos para hacer frente a los vencimientos de enero. Un usuario anónimo en la red X replicó la noticia preguntándose "¿qué mierda es esto?" y el ministro de Economía atinó a comentar apenas: "Excelente pregunta".
 
Tampoco hay reservas para pagarle al FMI: esta semana las estadísticas del Tesoro de Estados Unidos dieron cuenta del último vencimiento de intereses ante ese organismo se afrontó con DEGs norteamericanos, aunque ninguno de los dos gobiernos dio información al respecto. El plan de Scott Bessent y Caputo sigue siendo, como antes de las elecciones, poner parches sobre parches hasta que en algún momento se abra el mercado de capitales. Cada parche es carísimo y la cuenta la paga el pueblo argentino, que no ve ninguno de los beneficios.
 
A esta altura del partido queda claro que el esquema económico de Milei sólo funciona montado sobre una aspiradora de dólares: 20 mil millones del FMI, 20 mil millones del swap con Bessent, casi 25 mil millones de otros organismos internacionales, más el fruto del blanqueo, la cosecha de este año, incluyendo la liquidación extraordinaria por la baja de retenciones en septiembre, los 5 mil millones del oro que no sabemos dónde está, y todavía no aparece la luz al final del túnel. Caputo, mientras tanto, sigue buscando nuevas fuentes de financiamiento.
 
Incluso con ese flujo extraordinario de divisas, que no va a durar para siempre, los límites del plan siguen resultando evidentes en las dos variables clave que Milei no puede negociar: la inflación, que no pudo romper el piso de dos por ciento y lleva medio año a la suba, y el riesgo país, que encuentra resistencia en los 600 puntos, todavía muy lejos del acceso al crédito, sin importar las garantías de Estados Unidos, el Fondo y el propio gobierno argentino, notoriamente consustanciado con el pago de las obligaciones. Son obstáculos que no pudo resolver ni puede ignorar.
 
En el gobierno podrán buscar todas las excusas que quieran, y cuentan para ello con la ayuda inestimable de buena parte del sistema de medios, del círculo rojo y hasta de parte de la oposición, sin embargo, es cada vez más claro que esos límites no son riesgo kuka sino exclusivamente responsabilidad de Milei y Caputo. Esta semana la ciudad de Buenos Aires se endeudó exitosamente en mercados internacionales a tasa de 7,8 por ciento. Varias provincias e importantes empresas también tienen acceso a deuda en buenas condiciones. Milei y Caputo no.
 
Existe un correlato lineal entre el aumento de la deuda externa del país y el endeudamiento cada vez más pronunciado de los hogares argentinos en el marco de la segunda recesión en dos años de este gobierno. De acuerdo a los últimos datos oficiales del Banco Central, la morosidad en el sistema financiero prácticamente se triplicó en el último año. Mientras que en septiembre del 24 sólo el 2,6 por ciento del crédito destinado a las familias estaba en mora, un año más tarde ese número se disparó hasta el 7,3 por ciento del total de las deudas.
 
La consultora Mercier publicó un estudio que da cuenta de que siete de cada diez argentinos sufren estrés financiero. Uno de cada cinco encuestados, prácticamente, admite que a menudo necesita pedir dinero prestado para llegar a fin de mes. Otro tanto siente que perdió el control de sus cuentas. 
 

22-11-2025 / 10:11
Con un movimiento de prestidigitación, Estados Unidos hizo quedar a los argentinos como indigentes intelectuales y empujó las elecciones a un resultado favorable a sus intereses. Se habló de 40 mil millones que conseguiría Washington para apuntalar a Javier Milei, la gente votó como quería el presidente yanqui Donald Trump, pasaron las elecciones, pero la plata no llegó, y el país está más endeudado que antes.
 
Los primeros 20 mil millones se transformaron en un swap que ya se usó, en parte para pagarle deuda e intereses a Estados Unidos. Ahora el Wall Street Journal dijo que los bancos que se habían comprometido a poner la otra parte se echaron atrás.
 
Las promesas falsas, los anuncios en el aire y las palmaditas en la espalda decidieron el voto de miles, frenaron la corrida al dólar para arriba y la caída de los bonos. Abracadabra, nada por aquí, nada por allá. No es para tener vergu?enza, porque así funciona gran parte del capitalismo occidental, con ilusiones y espejismos en las bolsas de valores.
 
No es para tener vergu?enza no, pero sí para tener pánico porque los espejismos se rompen y las burbujas se pinchan y porque esa forma de funcionar ha sido la que determinó la decadencia de Occidente ante el ascenso de economías basadas en la producción de riqueza real.
 
Para que funcione el ilusionismo hay que hacer creíble lo increíble. Por eso, un adulto inteligente sabe que un mago es lo menos creíble porque su función es mentirte, o ilusionarte. A la economía argentina la manejan varios "magos" de las finanzas, como Luis Caputo o Federico Sturzenegger. O sea, está en el horno.
 
No es un juego de palabras barato. Lo sería si en este momento hubiera 40 mil millones de dólares en el Banco Central. Los economistas hablan de "expectativas de los mercados" que movilizan cientos de miles de millones de dólares para arriba o para abajo, todos los días, en las bolsas de todo el planeta.
 
Las expectativas son "predicciones o creencias" de las personas, inversionistas o gobiernos. Y las predicciones y las creencias son volubles y manipulables. El juego consiste en que Juan le haga creer a José lo que le conviene a Juan, aunque no le convenga a José. A veces José gana y a veces pierde. Pero Juan gana siempre, y más.
 
Fue lo que hizo Milei con la criptomoneda $Libra basándose en su prestigio como Presidente de los argentinos, según la comisión parlamentaria que investigó esta estafa. Una ilusión que motivó a miles de personas a comprar algo que al poco tiempo no valía ni la milésima parte de lo que habían pagado por creer en la palabra de Milei. Y fue lo que hizo Estados Unidos con los argentinos para que decidieran un voto que les costará muy caro.
 
Con este dispositivo infectaron también a la política y pusieron a la ilusión como base de la esperanza. O sea, se genera una expectativa sobre la base de algo que no es cierto, una imagen que es una mentira envuelta en celofán para hacerla creíble. Ese mecanismo necesita primero hacer increíble lo creíble, o sea destruir la parte de la política que funciona sobre realidades concretas: si esas realidades son buenas, nos va bien, y si son malas, nos va mal.
 

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