La Opinión Popular
                  15:11  |  Viernes 26 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 26-09-2022 / 08:09
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Las repudiables prácticas partidarias de Emanuel Gainza

Las repudiables prácticas partidarias de Emanuel Gainza
El dirigente del PRO paranaense, Emanuel Gainza, contó orgulloso que realiza espionaje en sus actos. El ex concejal aspira ser intendente de Paraná por Juntos por el Cambio y relata a quien quiera escucharlo que hace inteligencia sobre las personas que participan de sus eventos. Junto a policías que son voluntarios y trabajarían en su equipo político, en cada acto les piden el DNI a las personas para hacer “filtrado de inteligencia” y como si fuera poco aclaró que lo hace de manera informal ya que no es autoridad de gobierno. Como en las épocas nefastas de los militares, pedían documentos…
Aunque en Comodoro Py, siempre compasivo con los funcionarios del gobierno anterior, hayan sobreseído a Mauricio Macri en la "causa Ara San Juan" y si bien la protección mediática porteña lo resguarda, todos saben que si algo caracterizó a su gestión fueron episodios en donde se denunció el espionaje ilegal y la persecución a opositores. El espionaje pareciera estar ligado al ADN del PRO y Macri logró vincular esa práctica, que ya lo tuvo como objeto de denuncias de su propia familia, a la política, al menos en lo que al fisgoneo se refiere.
 
Es así que, el dirigente del PRO paranaense, Emanuel Gainza, contó orgulloso que realiza espionaje en sus actos. El ex concejal aspira ser intendente de Paraná por Juntos por el Cambio y relata a quien quiera escucharlo que hace inteligencia sobre las personas que participan de sus eventos. Gainza está en campaña, y durante el mes de agosto realizó 30 festejos del día del niño. Esto no sería raro si Gainza no hubiera contado que junto a policías que son voluntarios y trabajarían en su equipo político, en cada acto les piden el DNI a las personas para hacer "filtrado de inteligencia" y como si fuera poco aclaró que lo hace de manera informal ya que no es autoridad de gobierno. Como en las épocas nefastas de los militares, pedían documentos... ¿En carácter de qué solicitaban esos datos? ¿Con qué personal policial realizaban estos actos de "inteligencia"? ¿Esta práctica repudiable contó con el visto bueno o la vista gorda del resto de la dirigencia partidaria?
 
Gainza no solo ordenó el espionaje sino que lo usufructuó políticamente en su campaña electoral, cuando intentó justificar que su accionar era para evitar a personas vinculadas al narcotráfico en los eventos de campaña, a propósito de ser interrogado por la causa "Narcomunicipio", en la que se condenó al ex intendente Sergio Varisco y en la que Gainza estuvo en calidad de imputado en el proceso. En esa investigación, se denunció la existencia de cuadernos donde se registraban los movimientos de ventas de cocaína, en el que había una transacción con una persona identificada como "Gainza" que habría adquirido un kilogramo de estupefaciente.
 
Gainza fue llamado en primera instancia por el juez Leandro Ríos a prestar declaración testimonial. Pero a la luz de otros elementos, se lo imputó y convocó a prestar declaración indagatoria, a la vez que la Policía Federal allanó su oficina. Gran parte de la información del período investigado había desaparecido de su teléfono, un aparato I-Phone que tiene un sistema de encriptado de información de muy difícil acceso. Más tarde, Ríos le declaró la falta de mérito en la causa y después lo sobreseyó. 
 

Con respecto al espionaje actual, ¿es tan difícil investigar esto? Si se habla con los vecinos saldrán los datos necesarios. Falta solo algún fiscal que se anime a ponerle el cascabel al gato. La ministra de Gobierno, Rosario Romero, afirmó tajantemente: "La Policía de Entre Ríos solo investiga bajo instrucciones de jueces y fiscales. No hace tareas de inteligencia ni para Gainza ni para ningún otro candidato, ni para particulares". Y aclaró que ordenó iniciar las actuaciones administrativas "para determinar si algún efectivo de la fuerza ha incurrido en esta ilegalidad, tal como detalla el ex concejal a la prensa, en tal caso se tomarán las medidas administrativas y legales pertinentes".
 
A raíz de lo señalado, el coordinador del Registro Único de la Verdad, Marcelo Boeykens, presentó una denuncia ante el fiscal en turno para que se investigue la posible comisión de delito en el accionar que describió Gainza. Expresó además que "estos dichos y prácticas de inteligencia son rayanamente antidemocráticas, violatorias de los derechos humanos básicos y del Estado de Derecho, además de francamente discriminatorias y afectan distintos derechos constitucionales y convencionales, como la ley nacional de inteligencia".
 
No sorprende que el porteño Rogelio Frigerio, luego de las denuncias, participe en la campaña de Gainza, porque está también denunciado por espionaje ilegal. El ex ministro del Interior de la Nación durante la administración Macri está acusado de ser responsable directo del espionaje ilegal en la Dirección Nacional de Migraciones, denunciado por la actual conducción del organismo. En los hechos se investiga el seguimiento ilegal de los movimientos de más de 58.000 dirigentes políticos y referentes sociales, además de entrerrianos entre los que estarían incluidos el gobernador Gustavo Bordet, la vicegobernadora Laura Stratta, ministros, legisladores, intendentes, miembros del STJ y empresarios.
 
El espionaje ilegal es un problema heredado de la dictadura militar y no saldado desde la restauración democrática en 1983, que ha atravesado, con hechos aislados, a gobiernos de diverso signo partidario. Pero es una práctica que el macrismo volvió a implementar con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a quienes se vincula con innumerables denuncias de espionaje a dirigentes políticos, pero también a empresarios, sindicalistas y periodistas. Partiendo de evidencias que enlazan a hechos en que Macri espió a propios, a opositores y hasta a su propia familia, ¿Gainza podría ser considerado como un alumno esmerado de su Jefe político en estas prácticas antidemocráticas?
 
La Opinión Popular
 

Desdoblamiento o unificación electoral: qué opina el arco político entrerriano 
 
Otra vez el pragmatismo puro con las PASO
 
En cada elección nacional, vuelve a plantearse el debate sobre la inconveniencia de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Se habla en estos días acerca de la existencia de un diálogo informal entre algunos sectores del peronismo y parte de la oposición orientado a suspenderlas "por única vez"; aunque otras versiones aseguran que se pretende derogarlas de manera definitiva. "La gente está tan preocupada por la situación económica que se pondrá contenta si le sacan la obligación de ir a votar en las internas de los partidos", afirman.
 
Los principales referentes de los distintos espacios que conforman el frente oficialista y las alianzas opositoras se encuentran divididos entre quienes apoyan la suspensión de las elecciones PASO, quienes las defienden y aquellos que no han definido aún su posición respecto de las elecciones 2023 y especulan con futuros acuerdos.
 
PASO, sí. PASO, no: esa es la cuestión que se adueña cada vez más del clima en los despachos de varios gobernadores que avanzan en sus provincias y bregan por esta idea en la Casa Rosada, donde no hay una postura definida porque dentro del propio Frente de Todos (FdT) hay variedad de posiciones sobre los comicios internos abiertos del próximo año.
 
A priori, los sectores del FDT coinciden en que la eliminación de las PASO provocaría un dolor de cabeza mayor a la oposición, que tiene más de una interna por distrito con el radicalismo y el PRO en plena disputa, aunque también hay varios dirigentes del kirchnerismo y del massismo que pugnan por competir en las urnas por gobernaciones o intendencias.
 
En contra de las PASO, se plantea cíclicamente su costo y su caracterización como onerosa encuesta en la que pocos partidos dirimen en realidad sus candidatos (muchos presentan la única fórmula que llevarán a la primera vuelta). Tampoco suma el exiguo intervalo entre las dos elecciones (agosto y octubre), lo que genera una campaña electoral agotadora (más si se produce balotaje en noviembre). Otro aspecto criticado es que no permite acuerdos entre fórmulas ganadoras y perdedoras, lo que serviría para rearmar la dupla.
 
A nivel subnacional, se las suspendió en 2019 en dos provincias (se prevé ahora que eso ocurra en más de 10), agregándose una iniciativa similar en Chubut (actualmente en discusión). En otros casos, aun cuando la constitución y la legislación local las prevén (por caso, Córdoba), no se las ha instrumentado. En el Congreso de la Nación, a lo largo de los años, se han reiterado propuestas para discontinuarlas.
 
El peronismo está a pocos votos de conseguir la anulación de las PASO. Es lo que se dice por estas horas respecto de la Cámara de Diputados. En Juntos por el Cambio rechazan tal posibilidad. ¿También la objetan los radicales? Si de llegar al poder se trata, los "boinas blancas" deberían ser los primeros en pensar favorablemente en la suspensión de las PASO, porque ellos han sido los principales perjudicados por ese sistema electoral; y podrían resultar potenciales beneficiarios si desaparece. Pragmatismo puro. Ya veremos.
 
Tal vez haya algún correligionario que esté analizando seriamente la alternativa. Especialmente cuando sus principales socios, los macristas del PRO, son los que defienden las PASO como si fuera una razón de vida o muerte. Si observamos cómo llegó al poder el macrismo se los entiende. Porque fue el mecanismo con el que Macri redujo al radicalismo a un segundo plano en el escenario nacional y lo mantuvo como furgón de cola durante todo su gobierno. Y si puede, seguirá tratando de someter política y electoralmente a la UCR. Lo saben todos en el PRO.
 
¿Si no hay PASO que plantean? Consenso en cada distrito pero con injerencia de los referentes nacionales, encuestas e internas abiertas forman parte del menú dispuesto por los caciques de Cambiemos. Lo primero que llama la atención es que esa grilla de opciones se haya resuelto sin consulta previa a los dirigentes de cada distrito. A nadie que integre esta alianza en cada provincia le preguntaron antes su opinión. El resultado, entonces, será de desaprobación general. Ni el macrismo ni el radicalismo están conformes con este múltiple choice.
 

Las repudiables prácticas partidarias de Emanuel Gainza 
 
UCR versus PRO, ¿interna cerrada o PASO?
 
¿Por qué oponerse entonces a que eliminen las PASO? No tanto por el mantenimiento de Juntos por el Cambio como por la existencia del propio PRO. En el radicalismo aún se recuerda la convención de Gualeguaychú, donde se aceptó competir en primarias PASO contra la fórmula Macri-Michetti, el puntapié inicial para permitir luego la victoria del macrismo por sobre los radicales.
 
Fue un error de cálculo, se dijo tiempo después, sobre la formación de una nueva alianza política, ya que muchos pensaban que iban a sojuzgar fácilmente en las urnas a los amarillos porteños de la CABA. Pero, oh, sorpresa, fueron derrotados por un partido municipal.
 
El error de cálculo, entonces, aparece por el lado de sobrevalorar la lealtad de los correligionarios a su propia fórmula, a su historia y a su partido, o por no entender que la ciudadanía -los independientes que se sumaban a votar en la interna abierta- preferían confiar más en Macri que en el radical Ernesto Sanz.
 
O bien que había una mayoría que creía que Macri tenía más chances de ganarles a los peronistas. Le dieron la espalda incluso hasta los propios correligionarios. Lo que de alguna manera era lo mismo que decir que no querían a los radicales gobernando de nuevo; y eso que ya habían pasado tres lustros desde Fernando de la Rúa abandonara en helicóptero la Casa Rosada.
 
La UCR no pudo recomponerse en este siglo XXI como opción confiable ante la sociedad, sólo pudo regresar al poder colgándose de un traje ajeno. Sin disfrutarlo, porque los que crecieron y se expandieron territorialmente fueron sus socios del PRO. Y ahí siguen.
 
Basta mirar la actual composición del Congreso para comprobarlo: hay más diputados del PRO que radicales, 50 contra 33. Y eso ocurrió a costa del partido de Leandro N. Alem, Hipolito Yrigoyen y Raúl Alfonsín. Sólo se invierte esa relación en la Cámara Alta, 18 senadores radicales contra 9 del PRO, y eso que el macrismo hoy gobierna sólo un distrito en el país.
 
Desde la perspectiva de una interna cerrada con los macristas, los radicales jugarían con ventajas. Veamos por qué. En los 24 distritos, la UCR suma 1.923.195 afiliados, mientras que el PRO sólo llega a tener 163.528 afiliados inscriptos; según datos de la Cámara Nacional Electoral. La UCR tiene diez veces más afiliados que el PRO en todo el país, una situación inmejorable como para no desaprovechar a la hora de pensar en imponer condiciones.
 
En 2015 la interna abierta no le sirvió a la UCR, pero ya han pasado siete años, podrían arriesgar un poco más para que ahora sean los macristas los que los secunden. Si aún así creen que no les conviene una interna cerrada para pelear contra sus socios, entonces habría que pensar que los radicales no tienen vocación de poder, que han perdido la que tenían, o que están cómodos sin arriesgar, yendo en cargos legislativos donde entran aunque pierdan.
 
Un repaso por los números de afiliados por distrito revela, por ejemplo, que aunque parezca increíble la UCR tiene aún más afiliados que los macristas en la propia CABA, donde nacieron los amarillos y se expandieron al país accediendo al poder apoyados en la estructuras radicales distribuidas por todo el país: 110.952 contra 18.660 afiliados. En Buenos Aires la diferencia es aplastante: 640.090 contra 37.940, sin embargo hubo una gobernadora macrista, María Eugenia Vidal, que luego perdió la posibilidad de ser reelecta y ahora es diputada nacional por la CABA.
 
En Córdoba, donde se definió la victoria de Macri en 2015, hay 220.373 afiliados a la UCR y sólo 19.047 en el PRO. En Mendoza, donde por lo menos salen gobernadores radicales, la diferencia es de 100.887 a 11.784. En Santa Fe la diferencia también es notable: 172.146 contra 10.553; en Misiones, 45.920 a 4.616; en Entre Ríos, 56.816 a 8.838; en Chubut, 29.304 contra 2.104 del PRO; en Chaco, 83.605 a 3.828; en Jujuy, 33.319 a 2.318; en Corrientes, 67.259 a 6.453; y así sucesivamente.
 
Con estas cifras, una interna cerrada parece más conveniente que una abierta PASO a los intereses de la UCR, porque los puede poner en una situación de más preponderancia. Y sin romper la coalición.
 
En estructura y en números, la UCR es más fuerte que el PRO, sin embargo eso no se refleja en la composición de la Cámara Baja ni por la preponderancia política de los principales referentes del macrismo: Macri, Larreta y Bullrich. Se podría concluir que uno pone las caras y el otro las estructuras; una alianza ensamblada solo para ganarle al PJ donde, evidentemente, los macristas se beneficiarán más que los radicales.
 
En ese marco, que no haya PASO puede complicar a Juntos por el Cambio como alianza, pero le puede abrir una posibilidad para fortalecerse a la UCR frente a su socio amarillo. ¿Lo están evaluando en la cúpula radical?, ¿Se les cruzará por las mentes la alternativa de acompañar tácitamente la eliminación de las PASO?
 
Vaya un dato: podrían permanecer en Juntos por el Cambio sin romper la alianza, tal como se resolvió en la última convención nacional de la UCR; y jugarían en esa interna para dirimir las candidaturas y liderazgos con otras reglas de juego que, en teoría, deberían beneficiarlos de acuerdo a la cantidad de afiliados que tiene uno y otro partido. 
 
¿Qué hacer?, no decir nada, silenciarse, mirar de afuera cómo el peronismo le puede "dar una mano" y dejar que a las PASO la defiendan solo los macristas. No hay mal que por bien no venga.
 

Las repudiables prácticas partidarias de Emanuel Gainza 
 
A la UCR provincial le convendría más una interna cerrada que una abierta
 
En cuestión de pragmatismo, es claro que a la UCR de Entre Ríos le convendría más una interna cerrada que una abierta para hacer pesar su estructura partidaria por sobre la de sus socios. En Entre Ríos, la UCR tiene 56.816 afiliados y el PRO 8.838, y si en la provincia no hay PASO se podría admitir una interna cerrada, va de suyo que el Partido Radical se podría imponer fácilmente a los macristas en una elección de esas características. Si votan todos los radicales por la fórmula radical.
 
Es lógico que el porteño Rogerio Frigerio, actual diputado nacional del macrismo y el principal precandidato a gobernador de la oposición, se oponga a la intención de dejar de lado las PASO. "Las reformas electorales no se pueden hacer por una especulación de la coyuntura: un día me convienen las Primarias y las promuevo. Más adelante creo que no me sirven y las saco. No es serio actuar de esa manera... No se pueden cambiar las reglas de juego a unos pocos meses de las elecciones", destacó.
 
Lo que no se entiende es la posición del diputado nacional y precandidato a gobernador de Juntos por Entre Ríos, Pedro Galimberti, cuando fue consultado sobre una eventual suspensión de las PASO, y rechazó la posibilidad de modificar el sistema a través del cual se dirimen las internas partidarias. "Soy defensor del mecanismo de las PASO, sumado a ello creo que hacer cualquier tipo de modificación en la ley electoral a un año de cualquiera de sus procesos o menos no es conveniente en términos institucionales, tampoco en términos democráticos", argumentó.
 
Otra que salió a oponerse fue la diputada nacional radical Gabriela Lena, quien defendió la continuidad de las PASO como una buena herramienta para dirimir las cuestiones de cada uno de los frentes electorales: "Estoy a favor de que existan las PASO y en todo caso cuando no hay disputas entre los frentes, se llegue a una posibilidad de suspensión. Que hoy quieran hacer un proyecto para eliminar las PASO es como que te cambian las reglas del juego".
 
Si en el radicalismo entrerriano y sus dirigentes creen que no es un error abrir una puerta para que el PRO se quede con todo, bien; habrá que seguir atentamente cómo se arman los correligionarios para enfrentar las PASO del año que viene. Claro, si es que el Frente de Todos no consigue sacarlas del calendario electoral. Sin embargo, si las elimina, si logra que no haya primarias abiertas, igualmente deberían ir preparándose para acometer tal posibilidad. Con astucia podrían jugar esa carta aunque más no sea en tono amenazante para tratar de imponerse en las negociaciones políticas con el macrismo.
 
Es que deberían competir en una interna cerrada para resolver las fórmulas, en una elección de la que sólo podrían participar los afiliados de cada organización integrante de la coalición, lo que -en teoría- sería altamente riesgoso para los referentes del PRO, atendiendo a la cifra de afiliados que tiene y a la cantidad de fórmulas de macristas que están pensando presentar.
 
Es posible que los macristas hayan evaluado seriamente esta posibilidad a la hora de expresar su rechazo a que se eliminen las PASO, porque serían los principales perjudicados. Se entiende que Frigerio las defienda y objete la posibilidad de que se las suspenda, porque para su sector implica seguir manteniendo sus cuotas de poder relegando a los radicales, a algunos de estos hasta por voluntad propia. Lo que no se entiende es la posición de Galimberti y Lena.
 
"Falta amor propio en algunos radicales", supo decir un referente entrerriano de la UCR al analizar por qué aceptaron ser permanente furgón de cola del PRO. ¿Qué dificultades consideran que afrontarían si llegaran a volver a gobernar? ¿Creen que la sociedad entrerriana no los aceptará por el recuerdo de la gestión de Sergio Montiel y los bonos federales? En ese marco, el debate por PASO sí, o PASO no, puede ser fundamental para los radicales, de acuerdo a cómo se imaginan el futuro para la UCR.
 
La interna cerrada puede ser una tabla de salvación para la UCR y las PASO un serio desafío a la lealtad de los correligionarios. Someterse a la voluntad de los independientes y a la "falta de amor propio" de los simpatizantes puede poner de nuevo a los radicales como meros acompañantes comparsas del PRO, con lo que la UCR seguirá perdiendo espacio como el partido tradicional que otrora supo polarizar con el PJ en el país.
 
En este aspecto, un alfonsinista de Paraná deslizó que los socios lo son en las buenas y en las malas; por eso si el PRO ya llegó a la presidencia y fracasó en su gestión, ahora debería ser el tiempo de los radicales. Sin embargo, sospecha que el macrismo quiere anular al radicalismo para seguir siendo el que defina las candidaturas.
 

Las repudiables prácticas partidarias de Emanuel Gainza 
 
Evitar dividirse: la estrategia del Frente de Todos entrerriano
 
En Entre Ríos, el Gobierno de Gustavo Bordet lleva adelante una gestión que aporta soluciones concretas a los problemas reales de la gente y no pierde tiempo en rencillas partidarias. Los precandidatos del peronismo que suenan, pero no están lanzados todavía a la interna por la candidatura a la gobernación, piensan que la unidad es el único camino posible para 2023. En el PJ entrerriano, cada vez son más quienes reiteran ese mismo lema alrededor de Gustavo Bordet.
 
Si no hay división opositora, tampoco puede haber división oficialista. Son cada vez más los peronistas que reiteran este axioma. Respecto a la posibilidad de suspender o no las PASO, desde el peronismo lo consideraron un "debate estéril". "Las PASO para gobernador, no existen porque el gobierno provincial no le transfiere a los ciudadanos la responsabilidad de elegir candidatos, lo hace dentro de su propio espacio y por los mecanismos de consenso, sin peleas ni debates inútiles", remarcaron en los pasillos del poder.
 
Redoblar esfuerzos de gestión es la principal respuesta del peronismo instalado en la Casa Gris, sobre todo cuando pasan factura los desgastes y también las carencias tras 20 años en el poder. Tanto en la Provincia como en la Municipalidad de Paraná y en las principales ciudades del interior se intensifican todas las intervenciones, el ritmo de las obras se acelera y las apuestas ingresan en el calendario del semestre clave.
 
La gestión es una parte relevante del esquema que articula Bordet, pero no es todo. También habría cambios a nivel de armado político que incluya una innovación entre los históricos que conforman el estrecho círculo de confianza del gobernador y la multitud de dirigentes que hace años esperan una renovación.
 
El peronismo en el poder provincial potenció su armado en el interior -todas las semanas Bordet recorre la provincia-, duplica actividades conjuntas con Laura Stratta, y en simultáneo tiende puentes con todos, incluidos los sectores hasta hace poco vedados por el discurso que el gobernador impulsó. Son evidentes los esfuerzos por reintegrar al intendente de Gualeguaychú, Martín Piaggio, y con él a otros que paulatinamente se habían alejado del Ejecutivo.
 
También se intensifican, aunque sean menos evidentes, las conexiones con sectores duros del kirchnerismo provincial. El objetivo de máxima es que en 2023 haya una sola lista del Frente de Todos; y el otro objetivo que se fija es que no haya dirigentes peronistas en la lista de la alianza opositora.
 
Todos esos intentos están condicionados por la gran incógnita con la que se convive: los enigmáticos planes nacionales, cada vez más desdibujados en una escena impredecible. El posible respaldo de Bordet a la idea de los gobernadores peronistas que militan la suspensión de las PASO nacionales para complicarle los planes a Juntos por el Cambio será el resultado del acercamiento a ese conjunto. Cómo se conjugará esa postura con la necesidad de aunar esfuerzos a nivel nacional es todavía un misterio.
 
Frente a la estrategia oficialista, de reforzar gestiones y reintegrar a peronistas sueltos, Juntos por Entre Ríos también acelera a fondo en la construcción de sus dos candidaturas simultáneas y alimenta el interrogante de la política provincial: ¿ Frigerio o Galimberti? Esa disputa entre los socios que se impusieron en la elección legislativa de 2021 podría ser cada vez más intensa.
 
De momento, ambos consideran ineludible una interna abierta PASO, que se realizaría luego que Bordet fije la fecha de la elección provincial. Pero nadie termina de confirmar que esa opción llegue a buen puerto. Entonces la apuesta del porteño Frigerio sería imponerse por amplio margen en las encuestas, la apuesta de Galimberti es que el PRO acepte que sin la estructura partidaria de la UCR no se puede ganar la elección provincial. Galimberti trabaja decididamente para convencer a los dirigentes de toda la provincia que la UCR debe liderar Juntos por Entre Ríos. El proceso es intenso, acelerado y de resultados todavía impredecibles. Nadie en la oposición piensa en otra cosa. Y en el oficialismo provincial tampoco.
 
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