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El clima en Paraná

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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 25-09-2022 / 07:09
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

De la ONU al BRICS: en un escenario de crisis global, Alberto pasó el examen geopolítico

De la ONU al BRICS: en un escenario de crisis global, Alberto pasó el examen geopolítico
Se comenzó contra el Estado de Bienestar y los derechos sociales; luego, la creciente concentración de la riqueza en pocas manos privó a las mayorías de derechos económicos. Ahora finalmente apuntan contra la democracia. Esa es una de las preocupaciones que Alberto Fernández llevó a la Asamblea General de la ONU y que tuvo eco en sus pares, aunque por motivos diversos.
Se comenzó contra el Estado de Bienestar y los derechos sociales; luego, la creciente concentración de la riqueza en pocas manos privó a las mayorías de derechos económicos. Ahora finalmente apuntan contra la democracia. Esa es una de las preocupaciones que Alberto Fernández llevó a la Asamblea General de la ONU y que tuvo eco en sus pares, aunque por motivos diversos.
 
La Argentina sigue practicando con cierta pericia el difícil arte del no alineamiento activo. El canciller Santiago Cafiero tuvo en Nueva York su cuarto encuentro bilateral en el año con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y llegó al mismo número de citas con su par de China, Wang Yi. El país pone sobre la mesa su poder blando en áreas como derechos humanos, agenda lgbti y no proliferación nuclear, además de su potencial en recursos estratégicos. Estar en la mesa para no ser parte del menú.
 
Esta semana se dio un paso enorme hacia la incorporación en el BRICS, con la publicación de un documento oficial de la cancillería china que le da la bienvenida a la Argentina. Beijing ocupa la presidencia pro témpore hasta fin de año y existen expectativas que, una vez que quede atrás el 16 de octubre, día que Xi Jinping será reelecto por segunda vez (algo que nadie había logrado desde Mao), se pueda completar rápidamente el trámite. Si lo consigue, el presidente Fernández habrá logrado coronar una política de Estado estratégica, que comenzó Néstor Kirchner y profundizó Cristina.
 
El no alineamiento, un vínculo filudo y mutuamente provechoso con las potencias, una política de alianzas inteligente y amplia y el despliegue de poder blando como lubricante en un sensible concierto de naciones son condiciones necesarias para proyectar la soberanía argentina en las próximas décadas, pero no las únicas, como se encargó de recordarnos esta semana la filtración de documentos militares chilenos donde la cordillera de los Andes y la Patagonia vuelven a aparecer como hipótesis de conflicto. Es un debate crucial que se debe la sociedad argentina. El clima para afrontarlo no podría ser peor.
 

 
Nueva York volvió a recibir a mandatarios de todo el mundo para la Asamblea General de la ONU, después de dos años virtuales por el Covid, pero la ciudad a la que viajó esta semana Alberto Fernández nunca volvió a la normalidad. A pesar de que la pandemia quedó atrás y las consecuencias económicas de la guerra llegan asordinadas, con menos potencia destructiva que a otras partes del planeta, la ciudad todavía exhibe las cicatrices de la crisis y algunas heridas a flor de piel que todavía no curaron, y que conviven con la vida aparentemente normal de miles de personas que tratan de actuar como si no notaran la diferencia.
 
La inflación es tema de conversación entre la gente. Se refleja, principalmente, en el precio de los alquileres, históricamente altísimos y ahora inalcanzables para muchos que decidieron mudarse a las afueras o a otro estado. Todos tienen un conocido que ya no vive cerca. Los inmensos y carísimos rascacielos quedaron enormes cuando los empleados empezaron a optar por trabajo remoto.  Iluminadas por las luces enceguecedoras de Times Square, adonde no llegó, todavía, el racionamiento de energía, las vidrieras empapeladas y los locales vacíos, varios por cuadra, se volvieron parte de un paisaje que se repite en todo el centro de Manhattan.
 
Eso tiene un costo fiscal enorme. El contralor del Estado de Nueva York, el demócrata Thomas Di Napoli, lo estimó en 10 mil millones de dólares, si la tendencia se sostiene hasta el año 2026. La ciudad todavía tiene 160 mil puestos de trabajo menos que antes de la pandemia. La caída en la recaudación afecta, necesariamente, los servicios públicos. El alcalde Eric Adams ordenó a todas las agencias metropolitanas que efectúen un recorte del 3 por ciento en términos nominales a sus presupuestos, lo que culminará con una mayor desocupación. El panorama es sombrío.
 
La ciudad está más sucia y el mantenimiento de algunos espacios públicos que siempre lucían impecables ahora es deficiente. El número de personas que vive en la calle, que siempre fue alto, se multiplicó en los últimos años. Según datos oficiales, al menos 50 mil personas duermen cada noche en refugios y pasan el día a la intemperie. Otros, no menos de 3500, permanecen las 24 horas en la vía pública, ya sea en la superficie o en las estaciones de la red de subterráneos, que no cierra durante la noche. 18 fallecieron durante este año por las condiciones climáticas.
 
Una breve recorrida alcanza para hacernos recordar, con humildad, que nadie salió ileso de este tramo del siglo XXI. Ni siquiera la metrópolis que aún ostenta el título de capital del mundo. Un mundo que cambia a un ritmo enloquecedor, en una espiral centrífuga que arrasa con los consensos sobre los que se construyó el ordenamiento occidental en las últimas décadas: se comenzó por el Estado de Bienestar y los derechos sociales; luego, la creciente concentración de la riqueza en pocas manos privó a las mayorías de derechos económicos. Ahora finalmente apuntan contra la democracia.
 
Esa es una de las preocupaciones que Alberto Fernández llevó a la Asamblea General de la ONU y que tuvo eco en sus pares, aunque por motivos diversos. En Estados Unidos, porque ven la mano de Vladimir Putin detrás de esas derivas autoritarias que surgen en distintas partes del mundo, incluyendo a Estados Unidos. En Europa porque temen que las penurias que asoman en el horizonte, un invierno de guerra y escasez, lleven a países que hasta hace meses eran ejemplos de institucionalidad barranca abajo por esa cuesta. Un mundo más peligroso para todos; en especial para los que tienen cosas que perder.
 
Uno que tenía mucho para perder era Mauricio Claver-Carone, un viejo conocido de los argentinos que en pocos años trazó el arco completo: ascenso súbito, caída abrupta. Ayer, la Argentina emitió su voto para desplazarlo de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo. Su suerte estaba sellada desde el martes, cuando se conoció el informe de un comité independiente de ética que resultaba lapidario al evaluar su relación con una empleada, explícitamente prohibida en los reglamentos. Ese día algunos reportes ya indicaban que la representación de Estados Unidos en el directorio votaría por su remoción; clausurando su mandato.
 
Claver-Carone, nacido en Florida, descendiente de cubanos, exasesor de primera línea de Donald Trump, fue el ideólogo del préstamo récord del Fondo Monetario Internacional al gobierno de Mauricio Macri, con el objetivo de evitar el retorno del peronismo al gobierno, según él mismo confesó en una reunión con banqueros chilenos que quedó grabada. El día de la asunción de Fernández protagonizó un patético paso de comedia cuando abandonó teatralmente el Congreso de la Nación durante la ceremonia a causa de la presencia de un funcionario del gobierno venezolano.
 
Meses más tarde se candidateó para presidir el BID, a pesar de que una regla no escrita le reservó siempre ese asiento a alguien de América Latina. El gobierno argentino postuló, en cambio, a Gustavo Béliz, en una aventura de considerable dificultad que terminó naufragando a último momento. Es difícil decir hasta qué punto la hostilidad de Claver-Carone a la Argentina en los últimos dos años era a causa de este desafío; eso no excusa a Béliz, cuya labor al frente de la secretaría de Asuntos Estratégicos todavía resulta inexplicable, con el diario del lunes.
 
Durante meses pisó un desembolso de 800 millones de dólares para la Argentina que ya había sido aprobado por el directorio. Era en los momentos de reservas vacías y corrida cambiaria. El presidente del BID e ideólogo del préstamo por 56 mil millones a Macri se excusó en julio de este año a través de una columna de opinión del Wall Street Journal donde decía que detenía los desembolsos por la "falta de transparencia e integridad" del gobierno del Frente de Todos. El mismo texto luego mencionaba el episodio del avión venezolano retenido en Ezeiza como motivo de preocupación.
 
La llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía pareció que iba a destrabar el asunto. En su visita a Estados Unidos, Claver-Carone lo recibió como "un amigo" y no sólo prometió destrabar los créditos que esperaban desde hace meses su firma sino que prometió aportar 1200 millones de dólares adicionales para fortalecer las reservas. No era un súbito arrepentimiento o un ataque de confianza a partir del recambio de equipo o por las dotes diplomáticas de Massa. Sabiendo que enfrentaría la sentencia del directorio, el halcón salió desesperado en busca de aliados. La plata, de todas formas, nunca se giró.
 
La ejecución sumaria del desplazamiento de Claver-Carone se articuló con cabecera en Washington, donde la conducción demócrata del Departamento de Estado encontró la forma de deshacerse de un problema incómodo en una jugada que alineó rápidamente a Brasilia, México, Buenos Aires y Bogotá. Un eje interesante compuesto en todos sus eslabones por gobiernos, de izquierda, de centro y de derecha, no alineados en su política exterior con Estados Unidos, que pudieron dejar de lado las diferencias para hacer una jugada que resulta beneficiosa a todas las partes.
 
Mientras el final de la carrera de Claver-Carone en el BID se precipitaba, el director de otro organismo de crédito internacional, el norteamericano David Malpass, presidente del Banco Mundial, también recibió varios pedidos de renuncia a partir de que declinó a contestar una pregunta sobre su convicción respecto al cambio climático. Hace algunos meses, la titular del FMI, Krystalina Georgieva, pasó momentos de incertidumbre, acusada de haber favorecido a China en la confección de algunos informes. Son tiempos difíciles para cargos que históricamente gozaban de estabilidad.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
La Opinión Popular
 

01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
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