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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 12-09-2022 / 17:09
NO ES MUY DIFÍCIL DE COMPRENDER PORQUE LO HACEN

La derecha no mira con interés el diálogo político que ha lanzado el Frente de Todos

La derecha no mira con interés el diálogo político que ha lanzado el Frente de Todos
Las fuerzas políticas de derecha no miran con simpatía la propuesta de diálogo político que ha lanzado el gobierno del Frente De Todos. No es muy difícil de comprender esa posición: puede desconfiar de una determinada iniciativa política aquel sector político que se favorece con su negación. Quien rechaza el diálogo tiene necesariamente en su cabeza otro territorio más apto para resolver a su favor los diferendos.
Las fuerzas políticas de derecha no miran con simpatía la propuesta de diálogo político que ha lanzado el gobierno del Frente De Todos. No es muy difícil de comprender esa posición: puede desconfiar de una determinada iniciativa política aquel sector político que se favorece con su negación.
 
Quien rechaza el diálogo tiene necesariamente en su cabeza otro territorio más apto para resolver a su favor los diferendos. Si el lugar del diálogo político lo ocupa el incesante flujo desinformativo de las grandes cadenas mediáticas -sistemáticamente alineadas con los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados de "occidente"- se entiende que los políticos-estrella de esa constelación y habituales partícipes de ese ruido seudo informativo se sientan más cómodos en ese terreno que en el de la conversación pública con sus adversarios.
 
Menos comprensible es la reacción adversa a la promoción de ese diálogo que circula en el Frente de Todos y sus adyacencias. En este caso, el rechazo a la propuesta se enlaza con la absoluta desconfianza en la conducta de sus adversarios en el interior de un escenario de diálogo.
 
Como el argumento que esgrime la derecha para su rechazo es exactamente el mismo en términos simétricos, podría aparecer una paradoja: como no confiamos en la conducta de nuestros adversarios coincidimos con ellos, "nada de diálogo". Para el caso, dos antagonistas que no coinciden públicamente en nada se ponen de acuerdo en rechazar el diálogo.
 
Por eso es muy importante la discusión en el interior del frente, porque puede dar lugar a una legítima controversia en materias generales (el lugar del diálogo en la vida política democrática) tanto como específicas (a través de qué caminos queremos llegar al tipo de sociedad que imaginamos y deseamos). Dicho de otro modo: ¿Cómo se enfrenta la ofensiva anti-política, anti-derechos y negacionistas?, ¿Cómo se ensancha la propia base de apoyo como no sea a través del convencimiento a su favor de millones de argentinos?
 

 
Fácilmente puede imaginarse el tenor de la respuesta más habitual a estos problemas: la cuestión no está en las palabras sino en la vida cotidiana y particularmente en el nivel de ingresos de las clases subordinadas del neoliberalismo. Parece un argumento fuerte.
 
Tiene de su lado una grande e ilustre tradición política que -proveniente del marxismo economicista y del populismo peronista- creen que la clave del derrumbe del neoliberalismo (o del propio capitalismo) solamente es pensable como una reacción popular y masiva contra la situación económico-social.
 
Ese determinismo puede -y a la vez necesita- de la prescindencia de los argumentos, de la información y, en última instancia, de las palabras. La realidad social, piensan algunos, es tan transparente para la política, como el cuerpo de un hombre enfermo para la medicina.
 
Demás está decir que la historia política está colmada de experiencias que niegan estos enfoques; alcanza con recordar que una de las páginas más gloriosas del movimiento obrero argentino-el "Cordobazo" de 1969 lo protagonizó el segmento que disfrutaba los mejores salarios de esa época, el de los metalúrgicos y los mecánicos. ¿No habrán tenido algo que ver en aquellas gestas las discusiones, las asambleas, los panfletos, los discursos de combate? La palabra, al fin de cuentas.
 
¿Cómo pensamos el renacimiento de la democracia (de los votos y de las libertades conculcadas por la barbarie terrorista) hace muy poco menos de cuatro décadas?
 
Es cierto que la nuestra es una democracia limitada por la concentración inaudita de los recursos, por la impunidad que se desprende del poder económico y por la existencia de los bien llamados "sótanos de la democracia" (curiosos sótanos, en algún caso, que moran en suntuosos edificios y usan toga). Pero justamente por eso hay que dialogar.
 
Por supuesto que el diálogo es como el tango: hacen falta dos. Pero si no hay dos, el camino no es retirarse y que no haya ninguno. Por el contrario, hace falta que el rechazo del diálogo quede expuesto públicamente como la expresión de un sector político y no se diluya en la imposibilidad práctica del diálogo. Y además no debe descartarse que pueda lograrse que surjan actores impensados e impensables en otras circunstancias. Que se pueda empezar a romper con el modo filo-terrorista de hacer política.
 
Justamente porque el atentado mortal contra la vicepresidenta y líder de la principal fuerza política argentina introduce en la escena un aspecto crítico: si no se preserva un lugar para el diálogo (que es un lugar para la política) estamos expuestos a enormes amenazas.
 
Y quienes hemos vivido ya bastante con la experiencia del terrorismo de estado no tendríamos que darnos el "derecho" de no militar por una solución pacífica y política de la gravísima crisis en la que nos encontramos.
 
El país vive una grave crisis orgánica (socioeconómica, jurídica y política) al mismo tiempo que en el mundo se dan situaciones que podrían llegar a converger en una excepcional oportunidad para nuestro país, en la creación de condiciones materiales inmejorables para una política de unidad nacional, integración regional y transformación drástica del poder a escala mundial.
 
Pero esa oportunidad será tal si se actúa con mucha inteligencia y mucho patriotismo. En caso contrario se convertirá en una reproducción ampliada de nuestro atraso, de nuestra dependencia colonial y nuestra "ingobernabilidad" política.
 
Hay quien teme que la ocasión de un diálogo pueda debilitar el nervio transformador en el interior del campo popular. Que pueda servir para "adecentar" a ciertas derechas y darle certificado de probidad democrática a gente que ha mostrado su ausencia de compromisos en esa materia. No parece demasiado sensato ese temor.
 
El núcleo duro de la derecha clasista y violenta, ése al que hay que terminar de desenmascarar ante millones de ciudadanos y ciudadanas, no está en condiciones de dialogar. Ahora bien, ¿con quién dialogaríamos entonces? De eso justamente se trata, de correr el cerco, de restarle homogeneidad a un bloque social que crece más cuanto más inestable y peligroso se vuelve el clima político nacional.
 
El campo popular no tiene nada bueno que esperar del progresivo recalentamiento del clima político, inexorable si no se le oponen iniciativas políticas amplias y creadoras. Ciertamente estas iniciativas están bloqueadas por lo que se conoce como "la grieta" argentina. Pero esa grieta es solamente una forma que ha adoptado el conflicto político argentino y no una fatalidad como se suele considerar.
 
¿Quiere decir entonces que el antagonismo político argentino podría ser disuelto por una "conversación entre damas y caballeros? Nada de esto hay en el objetivo de estas líneas. El antagonismo argentino es tan viejo como la patria y no desaparecerá antes de parir un país diferente, es decir justo, libre y soberano. A este objetivo no se llega apoyando siempre un mismo camino, una misma táctica, una misma retórica.
 
Ninguna de las fuentes político-ideológicas del campo popular, ninguno de sus grandes líderes participó en esa visión esquemática de la vida política. Más bien fueron diversos tipos de sectas las que lo prohijaron y desaparecieron sin dejar rastro.
 
"La única verdad es la realidad", esta enigmática frase que Perón rescató de la tradición aristotélica parece hoy una guía política eficaz. Se la puede interpretar como una fuerte advertencia contra el voluntarismo político y contra los esquemas políticos o teóricos que permanecen incólumes frente a cambios bruscos de la realidad.
 
No es un llamado a la resignación con el estado de cosas. No es un argumento para justificar el miedo. Es la condición misma de la política. Su carácter cambiante, su naturaleza más profunda. Su condición de práctica que se coloca por fuera y por encima de dogmas y de frases hechas.
 
En Argentina hemos sufrido un intento de magnicidio, en la persona de Cristina Kirchner. No tenemos del derecho de seguir pensando exactamente igual que antes de este parteaguas histórico, el primero por su gravedad en toda la historia independiente de Argentina. Está en juego la democracia. Está en juego la patria.
 
Por Edgardo Mocca
 
Fuente: El Destape
 

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15-11-2025 / 10:11
Desde mayo la tendencia inflacionaria es al alza pero el IPC del Indec está lejos del sufrimiento de los bolsillos argentinos. Fuertes subas sub representadas que marcan un pulso en la calle muy distinto al que registra la estadística oficial. Es la mentira de las canastas de pobreza e indigencia. En ese marco, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei atraviesa un momento de creciente desgaste político y social, marcado por una serie de errores estratégicos, decisiones económicas controvertidas y promesas de campaña que se han diluido con el paso del tiempo.
 
Aunque el presidente continúa sosteniendo su discurso de reformas estructurales y combate contra la "casta", distintos sectores señalan falencias de gestión, inconsistencias doctrinarias y retrocesos que han afectado tanto su imagen como el rumbo de la administración. Uno de los principales focos de crítica apunta a la política económica. Pese a haber prometido libertad absoluta de mercados, el oficialismo implementó un esquema de devaluaciones administradas que contradice su discurso inicial.
 
Mientras se aplicó un crawling peg que deterioró salarios, jubilaciones y capacidad de consumo, también se produjo un reacomodamiento financiero que impactó sobre pymes y sectores productivos. El desarme de instrumentos financieros, como las letras estatales, generó un clima de incertidumbre que especialistas atribuyen a errores propios de gestión más que a herencias recibidas.
 
La gobernabilidad es otro frente de debilidad. Sin una base legislativa sólida y con tensiones internas, el oficialismo se apoyó recurrentemente en decretos, lo que debilitó la capacidad de negociación y profundizó la distancia con fuerzas aliadas y opositoras. A ello se sumó un episodio político costoso: la fallida estrategia de forzar un plebiscito anticipado, que derivó en una derrota y dejó al Presidente expuesto en su momento de mayor fragilidad.
 
La estructura de poder extremadamente concentrada, especialmente en el círculo íntimo más reducido, manejado autoritariamente por su hermana Karina, también es señalada como un factor que limita la capacidad de reacción ante crisis. Otro golpe duro llegó con el escándalo de la criptomoneda LIBRA, impulsada desde sectores cercanos al oficialismo y que terminó desplomándose abruptamente.
 
La polémica, bautizada como "Cryptogate", dañó la credibilidad presidencial, instaló dudas sobre el rol corrupto de funcionarios vinculados al proyecto y abrió interrogantes sobre eventuales responsabilidades políticas. A esto se suman los efectos sociales del ajuste. Los recortes profundos en salud pública redujeron programas, afectaron personal y dejaron en situación crítica a áreas sensibles, lo que despertó fuertes cuestionamientos desde organizaciones médicas y sociales. La contradicción entre el discurso de eficiencia estatal y la caída de prestaciones esenciales alimenta críticas sobre la orientación del ajuste.
 
En paralelo, varias promesas centrales de campaña quedaron inconclusas. La privatización de Vaca Muerta y de empresas estatales no avanzó; la ruptura de vínculos comerciales con países catalogados como "comunistas" quedó en declaraciones simbólicas más que en acciones concretas; y el supuesto desmantelamiento del sistema de planes sociales no llegó acompañado de mejoras sostenibles en la asistencia. Incluso afirmaciones erróneas sobre vacunas, como en el caso de la prevención del dengue, generaron malestar por la falta de precisión en cuestiones de salud pública. Con este panorama, Milei enfrenta un desgaste que combina problemas económicos, errores políticos y promesas que no lograron materializarse.
 
La Opinión Popular
 

15-11-2025 / 09:11
En una sincronía que se ha repetido en la historia, al tiempo que en Naciones Unidas el representante del gobierno argentino acusaba de corruptas a las víctimas de la dictadura y a sus familiares, en Washington se anunciaba un acuerdo con el gobierno de Javier "el Loco" Milei de subordinación y entrega. En Argentina, la violación de los derechos humanos, o su negación como en este caso, siempre tuvo su correlato con una relación de sumisión abyecta con Estados Unidos. La injerencia yanqui sobre su colonia argentina se profundiza. 

El miserable discurso pronunciado en la Comisión contra la Tortura de la ONU generó rechazo entre los demás presentes. En general, revictimizar a personas que han sufrido las peores aberraciones en torturas, violaciones, secuestros y desapariciones, genera repugnancia.

El funcionario al que le tocó jugar ese papel denigrante fue el subsecretario de Derechos Humanos, el siniestro Alberto Baños. Acusó a los organismos de derechos humanos, a las víctimas de la represión y a sus familiares de inventar la cifra de los 30 mil desaparecidos "para hacer negocio".
 
Este personaje tenía que responder preguntas sobre la represión del gobierno de Javier Milei a la protesta social y por el cercenamiento de políticas de derechos humanos. Pero eligió el papel más repulsivo para desacreditar a los organismos de derechos humanos que han sido quizás el aporte más democratizador que tuvo el proceso de transición democrática en la Argentina.
 
Baños es un exponente típico de un amplio sector del Poder Judicial. Se incorporó al fuero civil de la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura y fue designado juez en el gobierno de Carlos Menem. Tuvo a su cargo algunos casos de resonancia, como la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karshanyan, en la que estaban sospechados miembros de esa institución. Baños hizo que la misma policía sospechada participara en la investigación y después de un tiempo dejó el caso sin resolver.
 
En otro caso, declaró prescripta la corrupción por el vaciamiento de Aerolíneas, lo que después tuvo que ser reconsiderado por otro tribunal. Y cuando se reabrió la investigación por la desaparición de las manos de Perón, la carpeta donde estaban los resultados de la investigación fue misteriosamente sustraída de su despacho.
 
No sería el sujeto más indicado para hablar de corrupción o para ser la cara de los derechos humanos de un gobierno que los respete. Más bien, su función ha sido hasta ahora liquidar las políticas de derechos humanos que la sociedad construyó laboriosamente desde la retirada de la dictadura.
 
Y en su presentación en Ginebra ante la Comisión contra la Tortura intentó ocultar la violencia institucional del gobierno del estafador Milei que todos los miércoles es pública y notoria cuando reprime con violencia a los jubilados.
 
La presentación tan sucia de Baños coincidió con el anuncio del gobierno de Estados Unidos del acuerdo con Milei que levanta aranceles aduaneros a los productos de ese país, elimina controles de calidad, así como controles sanitarios y se compromete a obstaculizar el ingreso de productos de otros países.
 
La contrapartida es cero. Estados Unidos no se compromete a nada que favorezca a los productos argentinos. Lo que se conoce del acuerdo afectará gravemente a la industria local como advirtió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se asienta gran parte de esa actividad. Hay una regla invariable en la historia moderna del país: la violación sistemática de los derechos humanos ha estado siempre relacionada con gobiernos que al mismo tiempo entregaron soberanía. 
 

14-11-2025 / 09:11
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
 
Los argentinos nos enteramos del acuerdo por el que Trump viene a cobrar su apoyo electoral a Milei, y que pagaremos todos los argentinos. Allí, se anuncia la firma de un convenio Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos con Argentina. Ambos países se comprometen en abrir sus mercados en "áreas clave", aunque en la letra del texto difundido es mucho más la Argentina abriendo sus fronteras a los productos norteamericanos que los "compromisos" asumidos por este último. Es una reversión de Pacto Roca-Runcimann de 1933, el Estatuto Legal del Coloniaje, que subordinó la economía argentina a los intereses británicos.
 
El acuerdo favorece mucho más a los Estados Unidos. Entre los puntos principales destaca que Argentina brindará "acceso preferencial a productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información y productos agrícolas". A su vez, Estados Unidos eliminará aranceles para "ciertos recursos naturales argentinos y bienes farmacéuticos no patentados" y considerará el impacto del acuerdo al aplicar medidas comerciales relacionadas con la seguridad nacional.
 
En el ámbito agrícola, ambas partes se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso al mercado de carne vacuna y aviar, así como a facilitar el comercio de productos como menudencias, carne de cerdo y productos lácteos. También se acordó no restringir el uso de ciertos términos cárnicos y lácteos.
 
El documento subraya que Argentina eliminará barreras no arancelarias como licencias de importación y formalidades consulares, y se comprometió a desmantelar gradualmente el impuesto estadístico para productos estadounidenses. Asimismo, se alineará con estándares internacionales en múltiples sectores y reconocerá certificaciones de organismos estadounidenses como la FDA. Este último punto implica un mazazo para la industria farmacéutica nacional.
 
Es un acuerdo con costos. El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un paso histórico para el vínculo bilateral. Sin embargo, la letra fina sugiere que Milei es un títere de los yanquis y los principales beneficios inmediatos recaerán sobre la economía de la potencia del norte: mayor acceso a sectores industriales y tecnológicos argentinos, influencia regulatoria ampliada, apertura en agroalimentos y una posición reforzada en cadenas de valor estratégicas. Para Argentina, los potenciales beneficios -posible llegada de inversiones- dependerán de cómo se implementen las reformas y de si el país puede evitar que la apertura derive en una nueva dependencia comercial asimétrica.
 
Milei celebró la difusión del acuerdo por parte del gobierno de Estados Unidos (que en Argentina no se oficializó formalmente). Para los norteamericanos, los "recates" al gobierno anarco capitalista tras haber fracasado no una, sino dos veces en menos de seis meses (salvataje del FMI en abril y de EEUU en octubre), están rindiendo con el sometimiento de Argentina en forma de entrega de soberanía.
 
La Opinión Popular

13-11-2025 / 09:11
Se perdieron más de 220.000 puestos de trabajo durante el gobierno cipayo, vende patria y pro oligarca de Javier "el Loco" Milei. Es la caída de empleo registrado privado, público y trabajadoras de casas particulares en agosto en relación a noviembre de 2023. En el mismo período creció el monotributo (+121.740). La precarización laboral avanza. En ese marco, Milei puso nuevamente en agenda la reforma laboral con el falso argumento de crear empleo. En la historia del país ya se demostró que eso no ocurrió, solo avanzó la precarización laboral, con salarios por el piso, que aumentó las ganancias de los empresarios.
 
El impensable y contundente resultado electoral de hace unos domingos atrás agrandó al gobierno anarco capitalista, que pasó a la ofensiva. La punta de lanza de esta ofensiva es la promocionada reforma laboral. ¿Se trata de una modernización equitativa y democrática de las relaciones capital trabajo, o se trata de una regresión a formas de dominio absoluto del capital sobre el trabajo?
 
Aprovechando el envión dado por las urnas, Milei está decidido a cumplir con las imposiciones del FMI. Que el Congreso apruebe el presupuesto 2026 en las sesiones extraordinarias de diciembre y sancione las leyes que impongan las reformas laboral esclavista y la tributaria, también exigidas por el Círculo Rojo, en enero. La previsional quedaría para más adelante.
 
Así como desde el inicio de su gestión creó una suerte de sentido común acerca de las bondades del equilibrio fiscal, que ya nadie en la oposición sistémica discute. Así ha buscado imponer un ambiente favorable a las reformas, particularmente la que tiene que ver en contra de los derechos del trabajo.
 
Los argumentos son por demás conocidos. Modernizar la legislación y sus normativas que estarían obsoletas frente a los nuevos procesos de producción y comercialización, que no se adaptarían a las nuevas tecnologías en continuo cambio, que su rigidez impediría la creación de empleo y por lo tanto obstaculizaría la reducción de la informalidad. Cuando el desempleo en Argentina llegó al 7,9% en el primer trimestre de 2025, según el INDEC. Casi 1,8 millones de personas estuvieron sin trabajo en ese período.
 
No se trata de ninguna modernización, es una regresión a las condiciones laborales del pre peronismo, si se quiere de fines del siglo XIX y principios del XX, que maximizan las ganancias de las empresas sobre la base de rebajar aún más el ingreso de los trabajadores. La experiencia demuestra que este tipo de reformas solo traen más precarización y pérdida de derechos. (Recordar "Ley de Empleo", 1991 y "Ley de Empleo, productividad y equidad", 2000 (Ley Banelco). La creación de empleos formales, que baja la informalidad, no depende de este tipo de normativas sino del crecimiento de la inversión productiva y la expansión de la actividad económica.
 
¿Qué tipo de reforma es necesaria? Una que compense la asimetría entre capital y trabajo, que no incline la cancha más de lo que está. Que por ejemplo reduzca la jornada para crear empleo. Que reconozca la calidad de trabajadores y por lo tanto sus derechos a quiénes se desempeñan en los servicios de plataformas. Que otorgue derechos a quienes trabajan en la Economía Popular. Que reconozca las licencias por paternidad y regule las tareas de cuidados...
 
Las condiciones de vida de los trabajadores no mejorarán con la reforma laboral de Milei, hay que rechazar el proyecto y conquistar trabajo con derecho para todos. No hay nada que negociar. Por el contrario, hay que resistir y luchar contra esta reforma antiobrera y antisindical que beneficia a los ricos y perjudica a los pobres. 
 
La Opinión Popular
 

12-11-2025 / 11:11
Gobierno libertario solo para la casta de los más ricos. Los "héroes" del Presidente. Marcos Galperín, ferviente defensor de que el Estado no intervenga en la economía, recibe millonarias exenciones impositivas. En un contexto de ajuste fiscal y debates por la reforma tributaria, el Formulario 10-Q presentado por Mercado Libre ante la SEC de Estados Unidos expone una vez más los jugosos beneficios fiscales que el gobierno de Javier Milei le otorga al "unicornio" fundado por Galperín, el hombre más rico de la nación con un patrimonio de 8.300 millones de dólares, según Forbes.
 
La empresa, valorada en más de 106 mil millones de "verdes", reportó ingresos netos de 7.400 millones en el tercer trimestre, un 39 por ciento más que el año anterior, y ganancias de 421 millones de dólares. Sin embargo, detrás de estos números relucientes se esconde un "secreto a voces": exenciones impositivas que superan los 350 millones de dólares en los últimos cinco años.
 
Bajo el régimen de promoción de la Economía del Conocimiento, Mercado Libre accedió en los primeros nueve meses de 2025 a beneficios por 50 millones en Ganancias y 17 millones de dólares en aportes previsionales, un 52 por ciento más que en 2024. "Es un subsidio injusto a una multinacional que no lo necesita", critica el Observatorio del Trabajo Informático (OTI), vinculado a la Asociación Gremial de Computación.
 
A Galperín le perdonaron en 2021: US$ 59 millones, en 2022: US$ 81 millones, en 2023: US$ 109 millones, en 2024: US$ 57 millones, en 2025: US$ 67 millones. Total: US$ 373 millones de impuestos le perdonaron a Galperin en cinco años. Pero los sectores populares tienen que pagar el IVA de los fideos sin chistar.
 
Sectores gremiales y la industria financiera coinciden: con su tamaño colosal, Javier Milei abusa del esquema al encuadrar áreas menores bajo un solo CUIT, mientras evade contribuciones que podrían destinarse a pymes o servicios públicos en crisis. Galperín, exiliado fiscal en Uruguay, predica la libre competencia, pero no duda en alzar la voz contra rivales como Temu y Shein, las plataformas chinas que inundan el mercado con productos baratos.
 
En el Foro Abeceb, Juan Martín de la Serna, presidente de la filial argentina de Mercado Libre, exigió "reglas claras" para importaciones, advirtiendo que amenazan el 90 por ciento de ventas de pymes en la plataforma y el empleo local. "Abrir indiscriminadamente da trabajo a chinos, no a argentinos", sentenció.
 
Ironía pura: el defensor del no intervenciónismo estatal ahora pide regulaciones que protejan su imperio. El cruce en X con Miguel Ángel Pichetto lo desnuda todo. El diputado peronista instó a gravar a estas "economías de plataformas" para cuidar la industria nacional.

Galperín replicó con arrogancia: "No estoy preocupado, competimos exitosamente". Pichetto no se quedó atrás: "Mejor empezá a preocuparte, porque te van a pasar por arriba y ya impactan en empleos de distribución".

Mientras, el Gobierno de Milei discute bajar cargas patronales, pero calla sobre estos privilegios elitistas de los más ricos empresarios. Esta disparidad fiscal alimenta el descontento: ¿por qué el gobierno de Milei regala millones a un magnate mientras mientras los salarios deprimidos de jubilados y trabajadores pagan la crisis?

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