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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 12-09-2022 / 16:09
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El atentado trunco contra Cristina Fernández es un acto de terrorismo político

El atentado trunco contra Cristina Fernández es un acto de terrorismo político
Nadie usa la palabra terrorismo cuando se recuerda el atentado trunco contra Cristina Fernández de Kirchner, a pesar de que el hecho queda perfectamente tipificado en esa categoría y nadie dudaría en calificarlo de esa forma si el blanco hubiera sido otro. Por supuesto, eso hubiera obligado a tomar posiciones más fuertes a toda la dirigencia política, empresarial, sindical y mediática, que parece empecinada en evitarlas.
Nadie usa la palabra terrorismo cuando se recuerda el atentado trunco contra Cristina Fernández de Kirchner, a pesar de que el hecho queda perfectamente tipificado en esa categoría y nadie dudaría en calificarlo de esa forma si el blanco hubiera sido otro. Por supuesto, eso hubiera obligado a tomar posiciones más fuertes a toda la dirigencia política, empresarial, sindical y mediática, que parece empecinada en evitarlas.
 
El problema acá y ahora no es el odio ni los discursos de odio sino la utilización de ese tipo de expresiones, en conjunto con la difusión de noticias falsas, el espionaje ilegal y la persecución judicial, para direccionar el malhumor social hacia un sector de la población y con el objetivo explícito de "eliminar", "acabar" o "terminar para siempre" con esa identidad política, tal como manifestaron públicamente y en reiteradas ocasiones algunos dirigentes de la oposición.
 
Y más problemático todavía es que esa maniobra coordinada llegó al punto de intentar un magnicidio y aún así buena parte de la dirigencia del país (política, empresarial, sindical, mediática) no está dispuesta a marcar un límite sin peros a la utilización de la violencia como herramienta válida para dirimir la lucha de poder en la Argentina. Saluden al Nunca Más que se está yendo.
 
Esas posiciones extremas no son novedosas pero hasta hace poco la sociedad había podido encapsularlas para que no alcancen un caudal de representación electoral o mediática que las volviera un problema. Ese dique se rompió, por motivos múltiples, algunos globales e inevitables, otros totalmente auto infringidos.
 
Si queremos repararlo, intentar reconstruir pactos de convivencia y pacificación, debemos contestarnos una pregunta incómoda: ¿por qué hay un sector significativo de la sociedad que desde el 83 hasta hace poco aceptó el pacto y hoy elige estar más cerca de ese revuelto de neonazis, mafiosos, violentos, reivindicadores del genocidio y fachitos de cabotaje antes que de la política en general y del partido que le garantizó, durante algunos años, mejores condiciones de vida, en particular?
 
Si la derecha pudo inocular la desconfianza en el Estado quizás se deba más a que la democracia arrastra deudas imperdonables. A que todavía no da de comer a todos ni cumple fielmente su deber de educar ni brinda una cobertura de salud digna, promesas hechas hace casi cuarenta años. Es cierto, los discursos insidiosos de la oposición ayudaron a que esa desconfianza anide. Pero la solución no puede ser suprimir esos discursos. 
 

 
A esta altura del partido no sorprenden las acrobacias de la oposición para subirse a todos y cada uno de los carros que les faciliten una declaración o un tuit en contra de cada cosa que haga el gobierno y mucho menos la completa pasividad del peronismo para dejarse imponer los términos en los que se narra lo que sucede. Incluso cuando esos términos representan un peligro urgente y existencial para ese proyecto político.
 
Los medios más cercanos a Mauricio Macri tardaron pocos días en dejar atrás la hipótesis recargada de los dos demonios que habían ensayado inmediatamente después del ataque y ya apuntan a un solo responsable, los peronistas.
 
Este mismo sábado un editorialista del diario La Nación, vinculado de forma poco transparente con el ex mandatario, publicó una columna de opinión que en su título promete explicar "por qué el diálogo no es hoy una posibilidad" y en la primera línea ya da la respuesta: es por "el kirchnerismo".
 
Su autor tarda todavía algunas líneas más en concluir que "por dura que sea, es mejor aceptar la realidad y dejar de lado buenos deseos que no conducen a nada y le ofrecen al oficialismo la oportunidad de seguir desplegando un juego cínico que pervierte el espíritu democrático". Macri propone diálogo cero.
 
Llegado este punto, la solución nunca puede pasar por convencer a Macri de las virtudes de la democracia y la convivencia pacífica en un sistema político orientado al desarrollo del país para que deje de lado la violencia política y el espionaje como modus operandi del poder.
 
En todo caso, se debe trabajar para que su postura y su proyecto político no obtengan el apoyo que necesitan para bloquear iniciativas del gobierno y de tanto en tanto ganar elecciones. El problema no son las posiciones extremas, que siempre forman parte del debate público, aunque por mucho tiempo solamente tuvieron lugar en los márgenes.
 
Entender por qué dejaron de funcionar las barreras que las inhibieron durante décadas y por qué un porcentaje cada vez mayor de la sociedad las encuentra aceptables y hasta atractivas es importante para no errar en el diagnóstico ni las soluciones. Sin embargo muchos miran para otro lado.
 
En las últimas semanas circuló profusamente en las redes un artículo del historiador Ernesto Semán donde plantea que en Argentina el problema no es la polarización sino la radicalización asimétrica de la derecha, tanto en sus fines como en sus medios, idea que fue retomada varias veces en medios y en redes, incluyendo esta columna.
 
Lo curioso es que simultáneamente se viralizó una especie de infografía/caricatura/meme publicada originalmente por Elon Musk en Twitter en abril de este año, que muestra a un hombre "de izquierda" corriéndose tanto hacia un extremo que distorsiona todo el arco político, haciendo que el personaje del centro, señalado en el gráfico con un "yo", alguien que hace algunos años se percibía como progresista hoy se sienta más cerca de la derecha, motivo por el cual recibe insultos de sus ex compañeros de izquierda.
 
Sin incurrir en un relativismo burdo, como sucedió con frecuencia en los últimos días, se puede reparar en que existen dos partes de la sociedad que perciben (con o sin razón, o con una parte) a la otra como el motor que impulsa un proceso de radicalización, en los discursos y en la práctica.
 
Es tentador sentenciar que una de las dos partes tiene la razón y la otra está sencillamente equivocada, pero eso, además de ser probablemente inexacto, porque en la política y en la vida casi todo tiene grises, no contribuye en nada a pacificar el país y fortalecer a la democracia.
 
No existe solución a este problema mientras las aguas se dividan siempre por la misma línea, sin importar cuál sea el debate; la grieta es una trampa que tendió la derecha y en la que el peronismo cayó dándose cuenta. Para salir es necesario buscar respuestas útiles, aunque eso signifique embarrarse un poco.
 
Una forma de ver el problema desde otro punto de vista es intentar desarmarlo en otros problemas más pequeños y en el mejor de los casos abordables, hacer arqueología en las capas geológicas de la cuestión.
 
En este caso, a la hora de entender la radicalización que abona una espiral de violencia política, aparecen varios fenómenos que ayudan a entender mejor.
 
El primero es la falsa polarización que se construye a partir del discurso de políticos y medios de derecha, mayormente basado en noticias falsas con la intención de distorsionar la percepción social.
 
El ejemplo más grande es el temor al comunismo generalizado en sociedades donde ese peligro es inexistente, por ejemplo todo el planeta Tierra. Es importante entender que no se trata de simples mentiras sino de un esfuerzo intencional, coordinado y direccionado para lograr ese efecto, es decir más violencia.
 
Otra faceta a tener en cuenta: a juzgar por las expresiones en redes y en medios, lo que en general se percibe por sectores conservadores como radicalización de izquierda es el avance que hubo en los últimos años en derechos sociales, que efectivamente modificó de manera profunda algunas instituciones y la esfera pública, algo que muchos comenzaron a ver como una amenaza genuina de sus valores y otros encontraron como la excusa perfecta para dar rienda suelta a sus voraces ansias reaccionarias.
 
Esto, desde ya, no puede servir como coartada para cuestionar los avances que se conquistaron sino que debe invitar a pensar estrategias y alianzas que le pongan coto a los intentos de restauración de una derecha también radicalizada cuyo éxito arrasaría con todo lo logrado hasta ahora, como se ve en EEUU en materia de derechos reproductivos y electorales.
 
No es novedoso señalar como problemática la distancia que tomaron las fuerzas de izquierda, populares o progresistas respecto de la agenda económica en los últimos años, que coincidió, a partir de la crisis 2008/2009, con un proceso de transferencia y acumulación de riquezas sin antecedentes en la historia.
 
En términos económicos sí es evidente que se cumple lo que planteó Semán: la polarización no existe sino que hay una radicalización por derecha hacia posiciones precapitalistas (cerrar el banco central, abolir el cobro de impuestos y acabar con la legislación laboral) mientras que en el otro extremo todo lo que se ofrece es un pragmatismo de poco vuelo incapaz de proyectar la idea de un futuro venturoso para las mayorías.
 
Mientras eso no cambie sorprenderse por el deterioro electoral de estas opciones solo es un acto de hipocresía, una muesca.
 
Pero lo que se puso en discusión a partir del acto terrorista contra CFK y lo que verdaderamente pone en peligro ya no la calidad de vida actual de la sociedad sino la democracia, es decir, la posibilidad que tiene la sociedad de participar activamente en la mejora de esa calidad de vida, no es la radicalización económica de la derecha (aunque deberíamos) ni la polarización en materia de derechos sociales (aunque es terreno fértil para la violencia política) ni siquiera la construcción de percepciones falsas sobre el adversario (aunque ayuda), sino un cuarto tipo de radicalización, el más peligroso, y sobre el que debe centrarse prioritariamente la discusión de ahora en adelante.
 
Es la radicalización instrumental. No hace falta, ni debería hacer falta jamás, estar de acuerdo en ninguna otra cosa para pactar el final de la violencia política.
 
En este caso tampoco debería quedar ninguna duda de que el extremo está en un solo lado: del que promueve el tipo de violencia que termina con un revólver a centímetros del rostro de Fernández de Kirchner. La respuesta fue tan pacífica como masiva.
 
Doce años amenazando con el quilombo que se iba a armar si la tocaban a Cristina y cuando finalmente la tocaron no hubo ni un vidrio roto, lo cual es, por supuesto, una excelente noticia, y habla a las claras sobre la imagen distorsionada que ofrecen los medios y los políticos de la oposición respecto al peronismo.
 
La pregunta, en ese punto, es cómo dar esa batalla contra un adversario que parece dispuesto a ir mucho más allá que uno mismo. Radicalizarse en espejo sólo conduce al abismo pero el camino de la moderación tampoco ha dado resultados.
 
El primer paso es definir el asunto de manera correcta. No se trata del odio, a secas, que es un sentimiento común a todas las personas y como tal imposible de regular y de penar. Tampoco de los discursos de odio, expresión tomada del inglés "hate speech" y que denomina a expresiones orientadas a denigrar o incitar violencia contra objetivos en situaciones de vulnerabilidad relativa frente a quien las dice, y que ya están comprendidos por la legislación argentina, aunque no siempre se aplican esas normas.
 
Son, esencialmente, conductas individuales, que pueden darse por única vez o ser esporádicas. Encuadrar lo que está sucediendo de esa forma no alcanza a abarcar en toda su magnitud la gravedad de la situación ni llega a explicar correctamente todo lo que se pone en juego y por lo tanto obtura la posibilidad de aplicar el remedio correcto.
 
Es cierto, los discursos insidiosos de la oposición ayudaron a que esa desconfianza anide. Pero la solución no puede ser suprimir esos discursos.
 
En primer lugar, porque es una tarea cuyo fracaso está asegurado de antemano. No puede taparse el sol con un papel. Pero además se corre el riesgo de causar en la sociedad la reacción contraria, un mayor recelo en una sociedad que ya es reactiva a lo estatal y no parece bien predispuesta a aceptar nada que implique mayores potestades para la fuerza pública respecto a sus libertades individuales.
 
Para el escritor inglés Christopher Hitchens, la regulación de la libertad de expresión tiene, además, tres problemas intrínsecos, que se esconden debajo de las buenas intenciones y anidan el huevo de la serpiente.
 
El primero es que la confrontación de nuestros argumentos con otras opiniones y otras interpretaciones de la realidad, por más contrarias a las nuestras que sean, es lo que reafirma por qué sabemos lo que sabemos. Si no admitimos el debate con otras verdades relativas y hasta con mentiras completas, se lesiona el pensamiento crítico.
 
El segundo es que todas las protecciones a la libertad de expresión que deben desarmarse para penar los discursos de odio están ahí con un sentido y nos protegen a nosotros. Si las deshacemos a la hora de perseguir a nuestros adversarios, no van a estar allí cuando ellos se den vuelta y empiecen a perseguirnos.
 
El tercero señala que si hubiera una autoridad cuya tarea es evitar que se digan mentiras o se propague el odio, eso implicaría necesariamente que tiene que haber una persona, o varias, encomendadas a decidir qué es verdad y qué no, o cuándo se está cometiendo un acto de odio a través de la palabra, y que tendrían el poder de decidir quién es castigado por sus opiniones y quién no.
 
Invito a lectores y lectoras a que se pregunten en la intimidad si confían en alguien, en cualquier persona del mundo que no sean ustedes mismos, para hacer eso.
 
No hacen falta nuevas prohibiciones para combatir la violencia. Deberían probar aplicando las normas que ya existen y expulsar de una vez por todas al diputado Francisco Sánchez de la Cámara por pedir la pena de muerte a CFK. Si eso no funciona, a lo mejor hay que intentar mejorando la vida de las personas: es muy difícil pacificar con la panza vacía.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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11-07-2025 / 09:07
Por paliza, Javier "el Loco" Milei sufrió una seguidilla de derrotas en el Congreso. Pese a las amenazas y las operaciones sucias, el Senado convirtió en ley por unanimidad el aumento a las jubilaciones y la emergencia en discapacidad y por amplia mayoría la moratoria previsional. Además, rechazó el veto al Fondo para Bahía Blanca, defendió las acciones de YPF y votó los proyectos impulsados por los gobernadores. Los oficialistas abandonaron la sesión y el Presidente, acorralado, ya adelantó que vetará las leyes sancionadas, en una nueva muestra de su autoritarismo y de su fanatismo con el ajuste fiscal a costa del hambre de los jubilados y la motosierra contra los sectores más vulnerables.
 
Enemistado con casi todos los espacios (en las últimas semanas se sumaron los gobernadores), Milei sufrió una derrota tras otra y su gobierno vivió una jornada negra en el Senado. El aumento para los jubilados y la emergencia en discapacidad se aprobaron por unanimidad. La moratoria, con amplia mayoría. Los mandatarios provinciales lograron darle media sanción a la modificación en el reparto de los ATN y en la coparticipación el Impuesto a los Combustibles.
 
La primera de las leyes aprobadas (contaba ya con media sanción en Diputados) fue el aumento de las jubilaciones y del bono para quienes cobran un haber mínimo, que está congelado en $70 mil desde marzo del 2024. De esta manera, la jubilación mínima pasa de $309 mil a $331 mil, y el bono escala a $110 mil. El aval del dictamen contó con 42 votos a favor, 17 en contra y tres abstenciones, mientras que para su aprobación final sumó 52 votos a favor y 4 abstenciones.
 
De acuerdo con el Gobierno, este proyecto rompe el equilibrio fiscal. Sin embargo, según la Oficina del Presupuesto del Congreso, el impacto durante este año será de 0,37% del PBI y en 2026 del 0,71%, número inferior al 0,41% que representó la baja de Bienes Personales a los más ricos. Además, la nueva norma prevé cubrir el impacto fiscal mediante la eliminación de exenciones impositivas, la reasignación de partidas de la SIDE, y utilización de recursos provenientes de registros automotores.
 
La segunda de las leyes que aprobó el Senado es el retorno de la moratoria previsional, con 39 votos afirmativos, 14 negativos y una abstención. De esta forma, se restablece el mecanismo, que venció en marzo de este año, que permite el acceso a una jubilación para quienes no alcanzaron los 30 años de aportes. En tercer lugar, el Senado convirtió en ley por unanimidad la declaración de emergencia para la discapacidad. La propuesta establece la emergencia para el sector hasta diciembre del 2027, que garantiza partidas presupuestarias para incrementar el pago a los prestadores de servicios y saldar la deuda para enfermeros, acompañantes y transportistas. En simultáneo a su tratamiento, diferentes agrupaciones movilizaron al Congreso para presionar su aprobación.
 
Por otra parte, el Senado rechazó por unanimidad el veto de Milei a una ley que creaba un fondo de $200 millones para la restauración de Bahía Blanca tras la trágica inundación de marzo. Ahora dependerá de la Cámara de Diputados, que en su momento dio media sanción a la ley con 153 votos a favor y la única oposición de LLA. Otra de las derrotas del Gobierno fue la media sanción a los proyectos presentados por los 24 gobernadores, que plantean un nuevo reparto a las provincias de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y del impuesto a los combustibles.
 
La Opinión Popular
 

10-07-2025 / 09:07
El gobierno de Javier "el Loco" Milei quema puentes que va a necesitar tarde o temprano, o quizás hoy mismo. El faltazo masivo de los gobernadores al acto del 9 de julio debía ser leído por la Casa Rosada como una advertencia que los alentaría a sentarse a negociar un mejor reparto de recursos. Eso esperaban 18 de los 24 gobernadores; de los restantes hay dos que ya perdieron esa expectativa y cuatro que nunca la abrigaron.
 
Milei no quiso o no supo leer el mensaje. Los acusó, a "todos", de buscar la destrucción del Gobierno. Con una fallida operación de relaciones públicas intentó instalar la idea de que las turbulencias financieras que habrá en las próximas semanas no son a causa de la falta de dólares sino de que el Congreso Nacional apruebe leyes que asignan recursos a jubilados, discapacitados y las provincias.
 
Esa voltereta mediática no hizo más que consolidar el bloque opositor que se prepara para darle esta tarde una dura derrota al gobierno libertario en el Senado. Los gobernadores pasaron de ser los mejores aliados de Milei a sus nuevos enemigos. Como aliados le permitieron obtener la Ley de Bases y sostener el DNU 70/23. Como enemigos puede convertir lo que quede de su mandato en un pantano.
 
Oficialismo y oposición descuentan que este jueves por la tarde van a estar los votos para convertir en ley el aumento a los jubilados y la suba del bono, además de la emergencia en discapacidad. Adicionalmente, buscarán darle media sanción a los dos proyectos impulsados por los 24 gobernadores para que el gobierno nacional reparta entre las provincias fondos que retiene de manera irregular.
 
Pero es otro proyecto el que enciende todas las alarmas. Los senadores de la oposición intentarán alcanzar los dos tercios de los votos para insistir con la ley que declaraba la emergencia en Bahía Blanca por las inundaciones, y que el presidente vetó. Si lo consiguen, los diputados podrán hacer lo propio la semana que viene, dejando al desnudo la vulnerabilidad del gobierno, que perdió el poder de veto.
 
Esa revelación caería en el momento más inoportuno. En la recta final antes de las elecciones en la provincia de Buenos Aires y las nacionales puede quedarse sin herramientas para evitar una serie de derrotas políticas de alto calibre. Por eso se profundiza el ataque al Congreso y se redoblarán los esfuerzos para boicotear su funcionamiento. La oposición deberá evitar las trampas.
 
Para completar un panorama adverso, a Milei también le están dando la espalda los grandes grupos financieros, que son los principales beneficiarios de su gestión. Sólo entre ayer y hoy se pagaron más de 4000 millones de dólares (que equivalen al 80% del presupuesto anual en Salud) en intereses de deuda. La principal prioridad del plan económico del gobierno es pagarle a los acreedores.
 

10-07-2025 / 09:07
Una serie de transferencias financieras millonarias realizadas por el empresario estadounidense Hayden Davis ha levantado sospechas de posibles maniobras irregulares vinculadas al presidente Javier "el Loco" Milei y al controvertido lanzamiento de la estafa de la criptomoneda $LIBRA.
 
Según una investigación liderada por el especialista en ciberseguridad Fernando Molina, Davis transfirió 500 mil dólares apenas 42 minutos después de reunirse con Milei en la Casa Rosada el 30 de enero, y envió otro millón de dólares a una billetera no identificada días antes del lanzamiento de $LIBRA.
 
Hayden Davis, emprendedor del sector de las criptomonedas, conoció a Milei en octubre de 2024 durante el Tech Forum en Buenos Aires. Posteriormente, visitó la Casa Rosada en dos ocasiones, incluyendo la reunión clave del 30 de enero de 2025.
 
Las transferencias, realizadas a través de la plataforma Bitget, han generado interrogantes debido a la falta de información sobre los destinatarios de los fondos y su coincidencia con momentos críticos del proyecto $LIBRA.
 
Primera transferencia: 500 mil dólares, enviados 42 minutos después de la reunión con Milei.
Segunda transferencia: 1 millón de dólares, días antes del lanzamiento oficial de $LIBRA.
 
El colapso de $LIBRA, una criptomoneda promocionada como una innovación financiera, ocurrió poco después de su lanzamiento, dejando a numerosos inversores con pérdidas significativas y acusaciones de fraude.
 
La investigación de Molina sugiere que las transferencias de Davis podrían estar relacionadas con maniobras previas al fracaso del proyecto, involucrando potencialmente a Milei y a su hermana, Karina Milei, quien también ha sido mencionada en conexión con la criptomoneda.
 
"Las transferencias realizadas por Davis, especialmente la que se efectuó inmediatamente después de su reunión con Milei, plantean serias preguntas sobre la integridad de las operaciones financieras relacionadas con $LIBRA", afirmó Molina en su informe.
 
Aunque las sospechas son graves, hasta el momento no hay imputaciones judiciales contra Milei, Davis ni otras figuras involucradas. La investigación de Molina se basa en datos públicos y análisis de transacciones en la blockchain, pero aún no ha sido respaldada por una pesquisa oficial.
 
El Gobierno de Milei y Karina Milei han guardado silencio frente a las acusaciones, lo que alimenta aún más las especulaciones. El caso pone de manifiesto los riesgos de las criptomonedas en un contexto de escasa regulación, especialmente cuando se entrelazan con la política. La falta de claridad sobre el destino de los fondos y la posible participación de figuras públicas subrayan la necesidad de mayor transparencia en este tipo de proyectos.
 
La Opinión Popular
 

09-07-2025 / 11:07
El prescindente Javier "el Loco" Milei decidió no asistir al acto por el 9 de julio en Tucumán, alegando condiciones climáticas adversas, pero en realidad quedó en evidencia que solo iban a asistir dos gobernadores, lo cual lo dejaría en una soledad poco difícil de disimular. El desplante ocurre en el punto más alto de la disputa por los fondos coparticipables, y en medio de días marcados por protestas, un nuevo episodio de pérdida de control en el Congreso y malas señales en lo económico. Milei rechazó los reclamos de las provincias por fondos porque "quieren destruir al gobierno nacional". Ratificó que vetará las leyes que afecten el "equilibrio fiscal" y amenazó con judicializar un eventual rechazo a ese veto.
 
La ausencia de Milei en la Casa Histórica, un escenario simbólico donde el año pasado firmó el "Pacto de mayo" rodeado de gobernadores, revela su intención de evitar una foto que deje traslucir el aislamiento político al que lo está llevando su gestión. Lo dejaron "de garpe". El portavoz presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, justificó la decisión en un tuit: "La razón radica en los informes de Casa Militar y la Fuerza Aérea Argentina que refieren a la situación climática que impide realizar los vuelos".
 
La percepción en la provincia es que Milei evitó el acto para no enfrentarse a un desplante masivo de los gobernadores, quienes, en su mayoría, decidieron no asistir en medio de un clima de tensión con el Ejecutivo nacional. Según trascendió, además del anfitrión, Osvaldo Jaldo, mañana viajaría el catamarqueño Raúl Jalil.
 
El contraste con el 9 de julio del año pasado es elocuente: en 2024, Milei logró reunir a una veintena de gobernadores para el "Pacto de mayo", un evento que buscó proyectar una imagen de unidad nacional, pero que finalmente quedó en la nada misma. Incluso, en un gesto de autoridad, hizo esperar a Mauricio Macri en la puerta de la Casa Histórica humillándolo bajo el frío.
 
Hoy, la realidad es otra debido al vacío de los gobernadores y la excusa de la niebla muestran un gobierno que pierde apoyo político y recurre a maniobras sin demasiados argumentos para disimularlo. La decisión de Milei de no viajar a Tucumán, más allá de la excusa meteorológica, pone en evidencia un gobierno que prioriza la imagen por sobre el diálogo político.
 
Este jueves posiblemente haya sesión en la Cámara de Senadores y se especulaba con que sean tratados los proyectos que los mandatarios provinciales impulsan para obligar al Poder Ejecutivo a distribuir recursos de fondos fiduciarios, Aportes del Tesoro Nacional y del impuesto a los Combustibles. En un contexto de ajuste económico y tensiones sociales, la falta de gestos hacia las provincias no hace más que agravar la sensación de un presidente fuera de la realidad. Un psicótico.
 
Mientras los gobernadores refuerzan su postura crítica, la Casa Rosada parece atrapada en agarrarse hasta del clima para romper puentes con el resto del país. La niebla, al parecer, no estaba en el cielo, sino en las decisiones de un gobierno que no termina de encontrar el rumbo. "Más solo que Milei en día patrio", podría ser un dicho. El contraste entre el vacío que lo esperaba este 9 de Julio en Tucumán y la casi veintena de mandatarios provinciales que firmaron el Pacto de Mayo el año pasado, ilustra, junto a las protestas en las calles de distintos sectores de trabajadores, que los tiempos del Gobierno ya no son los mismos y que le cambiaron para peor.
 
La Opinión Popular
 

08-07-2025 / 08:07
El Gobierno de Javier el "Psicótico" Milei avanzará con la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad, la eliminación de la Agencia de Seguridad Vial y la concesión de 9.120 kilómetros de rutas. Motosierra para todos, negocios para pocos "amigos". Con el cierre de Vialidad, Milei deja a la intemperie las rutas argentinas y a miles de familias sin sustento, mientras habla de "corrupción" para justificar otro negocio privado corrupto.
  
Mientras uno piensa si el próximo pozo te revienta el tren delantero o directamente te mata, el prescindente Milei firma alegremente el certificado de defunción de Vialidad Nacional, el organismo que, desde hace décadas, mantiene más de 40 mil kilómetros de rutas y que hoy deja sin laburo a 5500 trabajadores. Porque claro, en la lógica de este gobierno, cerrar organismos estatales es sinónimo de "luchar contra la corrupción", aunque eso signifique dejar a pueblos incomunicados, a rutas congeladas sin asistencia y a miles de familias sin sustento.
 
La noticia llegó, como siempre, de la mano del ventrílocuo de turno, el vocero presidencial Manuel "Cara de Piedra" Adorni, que aseguró, con una sonrisa cínica, que "la corrupción en la obra pública tiene su acta de defunción firmada". El problema es que esa acta también condena a muerte a cualquier persona que se atreva a manejar por la Cordillera en invierno, a un productor que dependa de rutas para sacar su cosecha o a un colectivo lleno de laburantes volviendo del norte a la capital.
 
¿Quién va a despejar la nieve en Neuquén? ¿Quién va a socorrer a los atrapados en una ruta por un alud? ¿Quién va a mantener los caminos transitables en zonas rurales? Nadie. Porque el Estado se borró. Porque Milei decidió que todo lo que huela a público es el enemigo, aunque sea lo que te salva la vida.
 
Y como si fuera poco, el Gobierno anarco capitalista planea privatizar 9120 kilómetros de rutas mediante una licitación, que no tiene nada de transparente ni de eficiente. Es un nuevo negociado para los amigos del poder libertario, una nueva oportunidad para entregar lo que queda del país a pedazos.

En lugar de discutir cómo mejorar la infraestructura vial o cómo modernizarla, la cierran con un video de Jorge Lanata. Ridículo, patético, y peligrosamente idiota. Como si un corte editado en la tele justificara arrasar con un organismo clave para la vida cotidiana de millones. 
Y el mentiroso de Federico "Pelado Botón" Sturzenegger habla de "modernizar" el Estado con recetas más viejas que timbre de pirámide.


Mientras tanto, los gremios denuncian un "genocidio en las rutas nacionales", con más de 118 tramos a la deriva. Graciela Aleñá, secretaria general del STVyARA, no se anduvo con vueltas: "Nos vamos a morir todos en las rutas argentinas. Es una vergüenza. Mienten con nuestras funciones y está armado para hacer negocios".

Pero para Milei, el que se muere por falta de mantenimiento es un daño colateral del dogma libertario. Nada importa si no se puede medir en dólares, si no cotiza en Wall Street. No hay sensibilidad, no hay planificación, no hay país. Solo una república bananera, una colonia. Sólo hay motosierra, soberbia y obediencia ciega al manual del ajuste salvaje. Mientras tanto, andá bajando un cambio cuando agarres la ruta. Porque podés matarte por la peligrosidad de las rutas destruidas. 

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