La Opinión Popular
                  22:01  |  Miercoles 17 de Diciembre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

Por
“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
Recomendar Imprimir
Nacionales - 27-06-2022 / 12:06
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Cristina Kirchner vs el Movimiento Evita: el plan para acabar con los planes

Cristina Kirchner vs el Movimiento Evita: el plan para acabar con los planes
Cristina Fernández de Kirchner responsabiliza de manera directa a Emilio Pérsico y Fernando “el Chino” Navarro, plana mayor del Movimiento Evita, por el anuncio inconsulto de primarias abiertas en 2023 para todos los cargos en el Frente de Todos que hizo el presidente Alberto Fernández en noviembre pasado.
Cristina Fernández de Kirchner responsabiliza de manera directa a Emilio Pérsico y Fernando "el Chino" Navarro, plana mayor del Movimiento Evita, por el anuncio inconsulto de primarias abiertas en 2023 para todos los cargos en el Frente de Todos que hizo el presidente Alberto Fernández en noviembre pasado.
 
Fue en un acto en Plaza de Mayo al que el kirchnerismo acudió convocado para apoyar al gobierno tras la derrota en las elecciones de medio término y se volvió aturdido por la novedad, que de un tirón y sin anestesia despojaba a la vicepresidenta de su potestad, en tanto accionista mayoritaria de la coalición, para trazar el rumbo estratégico.
 
Allí, en ese momento y con ese acto y a causa de esa decisión, se terminó de romper un vínculo que ya mostraba fisuras a partir del pobrísimo resultado obtenido por el oficialismo en las urnas.
 
Este lunes, en la coda del largo discurso que dio ante un plenario de delegados de la CTA, CFK aceptó el desafío. Su propuesta de revisar el rol de los movimientos sociales y la estructura del sistema de seguridad social en general responde a motivos ideológicos y electorales, queda claro, pero sobre todo es un movimiento táctico pensado en función de la interna peronista, que llegará a su definición, a mediados del año que viene, revuelta en el mejor de los casos.
 
Prudente, Fernández de Kirchner quiere evitar sorpresas. En una misma jugada le hace un guiño a los sectores medios, congrega a su alrededor a gobernadores e intendentes, históricamente en conflicto con las "orgas" sociales, e intenta limitar un financiamiento millonario que sale de las arcas del Estado y, anticipa, terminará alimentando una campaña en su contra.
 

 
Hay un punto donde son incompatibles las dos posiciones. Los dirigentes sociales creen que en el estadío actual del capitalismo existen niveles de exclusión estructurales que son irreversibles y que a quienes quedan en ese circuito, que llaman Economía Popular (trabajadores informales, precarizados, en negro, changarines, domésticos o a cargo de tareas de cuidado) el Estado sólo puede aspirar a garantizarles la subsistencia que el mercado les negó.
 
Según esta misma lectura, la complejidad de las carencias y la lejanía que tiene esa cotidianeidad con las agencias y la infraestructura pública hacen necesaria su intermediación, aunque a ellos no lo plantean en esos términos porque se perciben como el emergente político de esa comunidad organizada, parte en interesada en lugar de intercesores de una relación ajena.
 
La vicepresidenta, por su parte, se resiste a resignarse a esa situación. No lo enuncia como una opinión personal sino con el peso de una sentencia política: "El peronismo es laburo, trabajo. No es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta o la baja", dijo el lunes. Lo que no dijo, pero está ahí, apenas por debajo de la superficie de su discurso, es que la mayoría de la sociedad argentina, particularmente aunque no sólo los sectores medios y medios bajos que se han acercado y alejado del peronismo pendularmente durante la última década, rechaza ese modelo.
 
Cada vez que un dirigente kirchnerista recuerda ante un micrófono el caudal de votos que tuvo el Movimiento Evita cuando jugó por afuera debe leerse como un recordatorio sobre la falta de consenso que reúnen sus propuestas electorales, incluso dentro de sus propias filas.
 
Por el contrario, otro tipo de políticas públicas sí tiene un atractivo para los votantes argentinos, comprobado no en la teoría sino en la práctica en dos ocasiones. La Asignación Universal por Hijo entró en vigencia, por decisión de Fernández de Kirchner, en octubre de 2009, meses después de una estrepitosa derrota en las urnas. El programa alcanzó a tres millones y medio de niños y niñas.
 
Dos años más tarde arrasó en la elección presidencial. En 2016, durante su primer año de mandato, Mauricio Macri decidió ampliar la prestación para incluir a más de un millón de nuevos beneficiarios, y eso redundó en un contundente triunfo oficialista un año más tarde en los comicios legislativos. Aumentar el número de los planes sociales no te ayuda a ganar elecciones, aseguran en el Instituto Patria. Consagrar nuevos derechos sí.
 
De ahí el renovado impulso que tomó, después del discurso de CFK, la iniciativa para transformar todos los programas focalizados que existen hoy en día en uno de cobertura universal bajo el nombre de salario básico. La lógica es que hoy en el país está garantizada una cobertura a todos los menores de 18 años a través de la AUH y a todos los mayores de 65 gracias a las moratorias previsionales y la PUAM, pero resulta necesario dar un soporte a los adultos que están afuera del mercado laboral formal y trabajan por sueldos de subsistencia o menos.
 
Alcanzaría a siete millones de beneficiarios con un desembolso mensual que se acerque a la canasta básica alimenticia individual, que hoy está en unos 13 mil pesos. Esto debería reducir al mínimo la indigencia en el corto plazo y en el mediano impactaría de forma positiva en el mercado interno.
 
El costo aproximado del programa sería de dos puntos del PBI, aunque la mitad o más de esos recursos ya se destinan a ayuda social a través del Potenciar Trabajo (casi 1,4 millones de beneficiarios), la Tarjeta Alimentar (4 millones) y las becas Progresar  (2,5 millones). Otra parte quedará saldada por el beneficio fiscal que resulte de inyectar esta asignación en los bolsillos; quedará para más adelante la idea de digitalizar el desembolso a través de una billetera virtual para que se reduzca al mínimo la cantidad de ese dinero que sale del circuito en blanco rápidamente.
 
Resta también el debate de cómo financiar lo que falta. Desde el kirchnerismo proponen asignar partidas que se ahorren con la segmentación de los subsidios a la energía pero eso va en contra del acuerdo firmado con el FMI, que a esta altura del partido es casi un jarrón chino.
 
No es una idea novedosa. En Alaska existe desde 1983 una renta básica que una vez por año reparte entre todos los habitantes de ese estado norteamericano una fracción de los beneficios obtenidos por un fondo de inversión financiado por la explotación petrolera. Otros países tuvieron iniciativas similares o programas piloto desde la década de 1970, aunque con más frecuencia en los últimos años.
 
Los estudios que se hicieron sobre estas experiencias concluyeron que existen efectos positivos comprobables de los programas de transferencia de ingresos universal, entre ellos una reducción marcada de la pobreza, la erradicación de la inseguridad alimentaria e incluso un efecto positivo en el mercado laboral, porque permite que los beneficiarios dediquen menos tiempo a hacer trabajos de subsistencia y tienen mayor libertad para formarse y buscar empleos de mejor calidad.
 
La llegada del coronavirus hizo que casi un centenar de países del mundo implementaran desembolsos directos para paliar los efectos destructivos de la pandemia en el mercado laboral, especialmente entre quienes pertenecen al sector informal. Uno de los primeros que planteó la necesidad de hacerlos permanentes fue el papa Francisco en una carta a los Movimientos Populares para las pascuas del 2020, cuando nadie imaginaba la dimensión que tomaría la emergencia, en la que escribió que "tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan (...) los vendedores ambulantes, los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los constructores, los costureros, los que realizan distintas tareas de cuidado, (...) trabajadores informales, independientes o de la economía popular".
 
De esa época son, también, las primeras lecturas de CFK sobre el tema, al que llegó gracias al expresidente del Centro Internacional de Estudios de la Seguridad Social, el abogado Miguel Fernández Pastor, que le recomendó la lectura de los libros del inglés William Beveridge, el padre del Estado de bienestar británico de posguerra, que elaboró a mediados del siglo pasado una serie de informes en los que ya estudiaba el potencial de una cobertura social universal. Por ese entonces, el propio presidente estaba de acuerdo y llegó a reconocer, en una entrevista con El Destape radio, que evaluaba implementar un programa con esa premisa. "El IFE permitió descubrir que millones de argentinos están fuera del sistema. Esto está mal, hay que hacer algo. Si yo descubro esto y me hago el estúpido soy un hipócrita y yo no sé vivir con la hipocresía", dijo.
 
Sin embargo, en la Casa Rosada, por ahora no creen conveniente avanzar en ese sentido. No consideran conveniente el esfuerzo fiscal y se preocupan por los nubarrones que pueda traer tanto en la relación con el FMI como en las expectativas del mercado. En el kirchnerismo avisan que si el presidente no adopta la medida pronto, la impulsarán desde el Congreso de la Nación, como ya hicieron con otras iniciativas que fueron resistidas por el gabinete, desde el aporte extraordinario de las grandes fortunas hasta la suba del mínimo no imponible de ganancias o el fondo para pagar la deuda con divisas evadidas al fisco. Resignados, en el gobierno sólo esperan que el lanzamiento formal del proyecto sea después del martes, cuando el ministro Martín Guzmán debe pasar una prueba de fuego a la hora de renovar vencimientos por 270 mil millones de pesos.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

Agreganos como amigo a Facebook
17-12-2025 / 09:12
A días de cumplir su segundo año de gestión, el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei busca aprobar su primer presupuesto sin frenar en las curvas. Tras conseguir dictamen de mayoría con ayuda de gobernadores aliados, este miércoles se trata la "Ley de Leyes" en Diputados. Envalentonada, Patricia Bullrich buscará incluirlo también en la sesión del viernes 26, en la que se debatirá la reforma laboral en el Senado. Para sorpresa de la oposición, el dictamen deroga el Financiamiento Universitario y la Emergencia en discapacidad. Ambas iniciativas fueron sancionadas por el Congreso, vetadas por el Gobierno e insistidas en ambas cámaras. El nuevo proyecto deroga el ajuste automático de las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo y le da discrecionalidad al gobierno.
 
En un súper miércoles, la Casa Rosada intentará disciplinar al Congreso con la ley de "Disciplina Fiscal", que penaliza a quienes atenten contra el excel libertario y buscará avanzar con la aprobación de un blanqueo blue rebautizado "inocencia fiscal". La CGT llamó a movilizar contra el desfinanciamiento de la educación, la ciencia y la tecnología.
 
Al Gobierno le quedan menos de diez días hábiles para cumplir los deberes que le fijaron Donald Trump y el FMI: tener un presupuesto y sancionar una reforma laboral. Ayer, la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside Bertie Benegas Lynch dejó listo el dictamen que el oficialismo buscará aprobar este miércoles. Los apoyos para reunir las 28 firmas -sobre un total de 46- llegaron de la mano de sus aliados del PRO, la UCR y el MID, y de los gobernadores de Catamarca, Tucumán, San Juan, Mendoza y Misiones.
 
De esas 28 firmas, seis fueron en disidencia, lo que obliga al Gobierno a continuar las negociaciones si no quiere correr una suerte similar a la que atravesó durante el tratamiento de la Ley Bases, que perdió buena parte de su articulado en el camino.
 
Para asegurarse los respaldos, la administración de Milei abrió la billetera. En los últimos días, los gobernadores colaboracionistas recibieron Aportes del Tesoro Nacional. El misionero Hugo Passalacqua recibió 12 mil millones de pesos; el chaqueño Leandro Zdero, 11 mil millones; y el tucumano Osvaldo Jaldo, 20 mil millones. Esta última fue la cifra más generosa que el Gobierno envió a una provincia en todo 2025.
 
Además, el lunes por la noche la Casa Rosada envió al Congreso la reforma de la Ley de Glaciares. La iniciativa habilita a las provincias a avanzar con proyectos mineros sobre reservas estratégicas de agua. De aprobarse, Catamarca, Mendoza y San Juan quedarían entre las principales beneficiadas para hacer negocios con las multinacionales yanquis que miran de reojo.
 
Si bien existe consenso entre la mayoría de los bloques en que el Gobierno no puede seguir administrando el Estado sin un presupuesto, el proyecto no contempla partidas para recomponer los ingresos de los jubilados, no prevé mecanismos para reactivar la obra pública ni incluye un solo artículo orientado a impulsar la actividad económica.
 
Todo el andamiaje se reduce a blindar el equilibrio fiscal, que Milei alcanzó a fuerza de recortar en todas las áreas sensibles del Estado, a excepción del pago de los intereses de la deuda. Además, las metas que fija parecen a simple vista difíciles de cumplir. El proyecto prevé un crecimiento de la economía del 5 por ciento del PBI, una inflación anual del 10,1 por ciento y proyecta un dólar a 1423 pesos para diciembre de 2026. Esto último está por debajo del precio actual.
 

16-12-2025 / 10:12
Las reformas que impulsa el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei, en especial la laboral, buscan sin disimulo convertir a nuestro país en una economía colonial de enclave, productor de materias primas, sin industria y en donde sobre más de la mitad de los argentinos. En el país cierra una empresa por hora y 400 trabajadores por día se quedan sin empleo. El cálculo surge de tomar en cuenta que "el Peluca" y su motosierra destruyeron 19.114 firmas dejando en la calle a algo más que 264 mil asalariados registrados en sus dos primeros años de gobierno.
 
Para Argentina es un cambio dramático, pues es uno de los países en donde la legislación laboral del siglo XX más avanzó en el sentido de proteger a los trabajadores. Por esa razón, por ese "mal ejemplo" para la región latinoamericana, el objetivo del FMI de retroceder más de un siglo en las condiciones bajo las cuales se desenvuelve el mundo laboral, haya sido tomado con tanta energía por los últimos gobiernos de derecha y mucho más ahora bajo el modelo reaccionario extremo que impulsan los desquiciados Milei, Sturzenegger, Caputo y cía.
 
Todos y cada uno de los puntos del extenso proyecto que acaba de aterrizar en el Congreso es un muestrario de la ideología conservadora y retrógrada que alienta a este gobierno como fiel representante de la elite económico-financiera también conocida como "círculo rojo". A tal extremo esto es así que el gobierno ni se molestó en desmentir lo que hace un tiempo se conoció: los autores materiales de este engendro son los estudios de abogados que prestan sus servicios a las corporaciones más poderosas, los llamados "dueños de la Argentina". Es el gobierno para los ricos.
 
El sueño húmedo de esta minoría enferma de codicia es voltear, una por una, todas las protecciones legales que tienen los trabajadores argentinos, aunque también debe decirse que buena parte de ellas ya fueron demolidas de hecho por el propio accionar de un mercado laboral que, con independencia de los gobiernos que se sucedieron desde el estallido social y la gran crisis económica de 2001, dejaron a casi la mitad de los asalariados desempeñándose "en negro", al margen de la formalidad.
 
Lo que veremos en las próximas horas en el Congreso les dejará en claro a los argentinos quiénes son los senadores y diputados dignos de ser llamados oposición y quiénes se someterán ante las ofertas de dinero que ya está circulando por oscuras vías. Gobernadores dialoguistas también estarán en el "toma y daca" que este gobierno puso en marcha sin que la gran prensa porteña, convertida en vocera oficial de la Casa Rosada, hable como lo hacía habitualmente de "látigo y billetera" con otros gobiernos que nunca llegaron a extremos de manipulación de los recursos fiscales como el actual.
 
El triunfo electoral de octubre de Milei es el combustible que aceleró la decisión de avanzar con este proyecto y con otros que también buscan reconfigurar en profundidad el diseño social, económico e institucional de la Argentina. La llamada ley de tierras, de glaciares, la reforma educativa, la tributaria, etc. conforman una ofensiva de los sectores concentrados de la economía contra el conjunto social. Convertir a este país en una economía colonial, sin industria, sin ciencia, sin educación de calidad, sin protección social ni laboral para las mayorías populares es una meta que está en las mentes de los libertarios. La política de tierra arrasada que se proponen les resulta indiferente, pues la ambición de poder -político y económico- está por encima de todo.
 
La CGT convocó a una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves a la que adhirieron las dos CTA, ATE y otros gremios, el peronismo, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.  Para aterrorizar, la especialidad del mileísmo, aplicarán el protocolo antipiquetes. Si la movilización es masiva, cuesta creer que la amenaza de represión violenta se cumpla. Crispar el clima social en vísperas de fin de año, en nuestro país, nunca tuvo buenos resultados para los gobiernos.
 
La Opinión Popular
 

14-12-2025 / 09:12
Bajo el mote de reforma laboral se esconde la decisión de Javier "el Loco" Milei que pretende consagrar institucionalmente, en 2026, los objetivos que en 1976 se planteara la dictadura militar genocida. Los cambios en el proceso de acumulación en el marco del genocidio, el endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales, la desindustrialización, el modo de incorporación del cambio tecnológico y la llegada del capitalismo de plataformas, produjo una sustancial alteración de la relación capital-trabajo, obviamente en desmedro del conjunto de los trabajadores.
 
En ese marco de brutal regresividad en las condiciones materiales de vida de quienes trabajan, se sucedieron en las distintas administraciones conservadoras cambios normativos, todos con la misma dirección. 1. Abaratar el precio del trabajo. 2. Facilitar el despido. 3. Debilitar los convenios colectivos. 4. Limitar y destruir la organización sindical.
 
Estas orientaciones fueron parte de los cambios normativos que impulsó la dictadura militar, de las leyes que llevaron adelante Cavallo, Menem y De la Rúa, del frustrado intento de Macri y también del proyecto de Milei. Proyecto este cuya profundidad en términos de alteración de la Ley de Contrato de Trabajo solo es equiparable a lo planteado hace 50 años por la dictadura militar.
 
Además, se lleva a cabo la directa eliminación de los costos del despido a partir de la creación de un Fondo de Asistencia Laboral que se financiará con tres puntos de las actuales contribuciones patronales. A la vez, se les reduce en un punto adicional los aportes a los empresarios en relación a las obras sociales que dejarían de percibir un punto de los que están recibiendo en la actualidad.
 
En síntesis, cuatro puntos de los aportes patronales dejan de financiar las jubilaciones y la salud de los trabajadores, con el objeto de eliminar los costos del despido y reducir los costos laborales. Situación ésta que implica una redistribución de ingresos desde los trabajadores al capital, cercana a los 3000 millones de dólares.
 
Las experiencias internacionales y la propia experiencia nacional indican que estas propuestas solo profundizan la desocupación, la informalidad y la pobreza. Es más, aspectos laborales de esta naturaleza son los que contenía la Ley Bases y que ya tuvieron dos años de aplicación en el curso del gobierno de Milei. Años que lejos de promover el empleo registrado, coexisten con la destrucción de 222 mil puestos de trabajo formales registrados de los cuales 139 mil son del propio sector privado, al tiempo que el monotributo y los asalariados no registrados constituyen las formas de inserción laboral de mayor importancia en los últimos dos años.
 
Por si esto fuera poco, los modelos que pregonan los funcionarios libertarios como objetivos a alcanzar por la Argentina, no hacen más que negar con la evidencia lo que el propio gobierno pregona para justificar lo que propone. Poner como ejemplo a seguir países como Paraguay o Perú, que prácticamente carecen de legislación laboral, resulta inentendible. Estos dos países exhiben, aún sin legislación laboral, niveles de informalidad superiores a los que hoy exhibe la Argentina.
 
Para frenar esta ofensiva hay que convocar a la sociedad a discutir la necesidad de relaciones laborales diferentes para un país distinto al que construye Milei. Para eso necesitamos relaciones laborales que se edifiquen en base a la redistribución del ingreso, la revalorización del trabajo y la necesidad de expandir derechos para todos aquellos que trabajan independientemente del tipo de inserción laboral que tengan.
 
La Opinión Popular
 

13-12-2025 / 09:12
El proyecto de país que perfila el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei tomó el aspecto de una sociedad sin derechos organizada por el mercado. El mercado elimina el concepto de soberanía y decidirá quién irá preso y quién se tomará vacaciones. A su vez, el mercado está organizado por una escala jerárquica según el poder económico.
 
O sea: la libertad de los libertarios es como la milanesa tucumana hecha con papel higiénico. Y de postre: inflación. Si alguno pensó que el esfuerzo valía la pena, el 2,5 de inflación -medido por un Indec que todo el mundo sabe trucho-- le dio una mala noticia: se quedó sin trabajo, se quedó sin empresa, y además tiene inflación.
 
En la misma semana asumió Joaquín Mogaburu como subsecretario de Derechos Humanos y se presentó el proyecto de reforma laboral en el Congreso. El nuevo funcionario es un personaje ligado a los represores y da cursos en los cuarteles sobre "memoria completa".
  
Mogaburu aboga por la conciliación y el perdón a los genocidas. El combo es coherente con el protocolo de seguridad que criminalizó la protesta social, el decreto que permitió a las fuerzas armadas intervenir en conflictos internos y la eliminación del derecho a huelga y otros derechos como lo estipula la reforma laboral enviada al Congreso.
 
Durante el mes hubo decenas de actos sobre derechos humanos en centros culturales, casas de la memoria y en plazas de todo el país. Y el jueves se realizó un festival en la Plaza de Mayo encabezado por Madres, Abuelas y el Serpaj de Adolfo Pérez Esquivel. Al mismo tiempo, la CGT anunciaba un acto público para oponerse al proyecto de ley enviado al Congreso.
 
No hay derechos humanos y no hay derechos laborales. No hay derecho a la protesta y no hay derecho que proteja contra la tortura y la violación como reclaman los que piden la libertad de torturadores y violadores que actuaron tras haber usurpado el Estado durante el golpe genocida. No hay sujetos de derecho en esta sociedad que conciben los libertarios y que ha sido votada por muchos que perderán los derechos que tenían.
 
Con el mercado se come, con el mercado se educa, con el mercado se cura. Si eso era difícil con la democracia, el mercado ni se lo plantea porque el único derecho que reconoce es el del que tiene más capital. El mercado habla de méritos, pero los derechos no se ganan. Los derechos implican también responsabilidades, pero no se ganan por méritos. Al menos la democracia reconoce que todos tienen derecho a comer, a la educación y a la salud. Después dependerá de los gobiernos proveer esos derechos.
 
Los libertarios inventaron una democracia con voto, pero sin derechos. Y los derechos son para todos porque son inherentes a la condición del ser humano. Si son para pocos, no califica. La democracia se construye sobre los derechos ciudadanos. Sin esos derechos básicos no hay sistema democrático. Este gobierno habla de democracia y libertad, pero cuando hace la milanesa, le pone papel higiénico en vez de libertad y democracia.
 

12-12-2025 / 10:12
El gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei mandó al Senado un proyecto de contrarreforma para eliminar derechos laborales, sindicales y de huelga que atrasa un siglo. Contra la Constitución desconoce hasta la jornada de 8 horas y el derecho a huelga. Redactado por los abogados de las grandes empresas, de Paolo Rocca, Galperin y Eurnekian, en cada rubro empeora la posición de los trabajadores. Perjudica también a monotributistas e informales y se propone financiar los despidos con la plata de los jubilados.
 
El gobierno libertario demoró la presentación de la contrareforma laboral, que no registra precedentes desde la dictadura genocida de 1976, para estirar los tiempos de negociación y definir cuán a fondo iría en su ofensiva contra los trabajadores y el sindicalismo. El proyecto que ingresó al Senado retoma lo peor de todas las versiones anteriores y lo condensa en 71 páginas y 191 artículos.
 
Enmascarada en una supuesta "modernización", la iniciativa retrocede más de un siglo y desconoce pilares básicos del derecho laboral como la jornada de ocho horas y restringe el derecho a huelga. Lejos de mejorar la vida de los trabajadores, crear empleo o incorporar a los informales al mercado formal, la reforma sólo busca abaratar costos para que el empleador pueda despedir y amplía la desprotección sobre el sector más débil.
 
Los especialistas coinciden en que "invierte la presunción de laborabilidad" perjudicando a monotributistas y trabajadores "independientes". El texto final del proyecto confirma la transferencia regresiva de los derechos de los trabajadores en favor del gran capital, debilita su capacidad de organización y faculta al empleador para modificar condiciones laborales según sus necesidades.
 
La reforma laboral, firmada por Milei, fue elevada al Congreso de manera errónea por parte de Gobierno. Legisladores opositores y abogados laboralistas cuestionaron el ingreso por el Senado, ya que la reforma laboral contiene un capítulo tributario que modifica impuestos centrales. Al respecto, la Constitución fija que toda ley de carácter impositivo debe originarse en Diputados.
 
La reforma laboral que impulsa Milei atrasa porque reinstala un modelo previo al propio nacimiento del derecho laboral. La abogada Natalia Salvo advierte que es "una novedad de museo que nos devuelve a un tiempo sin normas". El proyecto permite jornadas de hasta 12 horas, un retroceso a antes de la Ley 11.544, conquistada después de las huelgas y masacres de la Patagonia y la Semana Trágica.

También elimina ítems remunerativos para achicar aguinaldo y vacaciones, ahora fraccionadas como en etapas de precariedad anteriores a cualquier estándar moderno. Al mismo tiempo, remarca que la iniciativa desconoce los avances globales sobre las plataformas: mientras en Europa los tribunales y países como España o Portugal ya reconocen a esos trabajadores como dependientes, aquí se los deja en un limbo jurídico. Modernizar sería ampliar la protección, no recortarla. Con un 43 por ciento de informalidad, el proyecto empuja al país hacia un pasado sin resguardo, donde la relación laboral quedaba librada a la voluntad de la patronal.

Un Gobierno que miente en todo, presenta el argumento principal en la supuesta "creación de trabajo formal". Silogismo falaz, acaba de ser refutado por un hombre del gran capital, el abogado Julián de Diego. Dijo que "sin crecimiento, no habrá generación de empleo". Ese crecimiento se presenta, como promesa lejana, relato de un provenir etéreo, medido en décadas. Equiparada a Irlanda, Alemania, y otras naciones. Por ahora, lo que hay es recesión, inflación en alza y deuda. Cada vez más deuda.

La Opinión Popular


NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar