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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 26-06-2022 / 10:06
CRISTINA VS ALBERTO

Crisis en el Frente de Todos: en el origen está la explicación y el rumbo para superarla

Crisis en el Frente de Todos: en el origen está la explicación y el rumbo para superarla
Últimamente casi no hay semana en que no se produzca un capítulo de la tensión interna en el Frente de Todos. Lo más complicado es que el contexto nacional en que se desarrolla la escena es bastante crítico en muchos aspectos, incluida la casi pública amenaza por parte de la derecha de poner en marcha un plan desestabilizador del gobierno.
Es necesario recuperar la necesidad de una coalición. Porque la coalición es la realización de la unidad en la diversidad. Si todos tuviéramos una visión igual no habría lugar para las coaliciones. Suele decirse desde la ciencia política que las coaliciones son más posibles y deseables en países en las que el gobierno gira en torno al parlamento. Porque en ellos, la conducción del partido tiene un ámbito relevante de funcionamiento: el parlamento. Allí se discute, se resuelven (o no) las diferencias.
 
La constitución nuestra es, por el contrario, presidencialista. En la última reforma, hubo quienes pensaron que la institución de la jefatura de gabinete le daría un toque parlamentario o "semi presidencialista" a nuestro régimen político. En la práctica, la jefatura de gabinete refuerza el presidencialismo porque quien la ejerce puede ser echado del gobierno -como todos los demás ministros- por el presidente... ¡y también por el Congreso! Es decir, tenemos una coalición en un régimen presidencialista. La metáfora de "la lapicera" lo expresa de modo tajante. El espacio de "libertad" del presidente para tomar decisiones es muy alta en nuestro sistema constitucional. ¿Qué hacer entonces con un gobierno de coalición en el que las decisiones las toma el presidente?
 
No hay referencias históricas para encontrar una solución clara (y lo más inmediata posible) a una situación que, si se sigue prolongando, conduce a la segura derrota de la fuerza en su conjunto. El único camino es la construcción de un colectivo de conducción que trace la hoja de ruta para enfrentar la crisis y las amenazas desestabilizadoras y (re) construir una herramienta que alivie las penurias populares.
 
Y que impida la restauración de una derecha a la que ahora, a diferencia de 2015, conocemos, y que no quiere un simple regreso a la Casa Rosada. Quiere una profunda reforma político-social-institucional y cultural, cuyo sentido es terminar con todo lo que queda en la Argentina -después de dictaduras y de estafas político-electorales- de la sociedad fundada por el peronismo.
 

 
Últimamente casi no hay semana en que no se produzca un capítulo de la tensión interna en el Frente de Todos. Lo más complicado es que el contexto nacional en que se desarrolla la escena es bastante crítico en muchos aspectos, incluida la casi pública amenaza por parte de la derecha de poner en marcha un plan desestabilizador del gobierno.
 
En realidad, lo que hace el bloque de los poderosos de Argentina es poner en acto el argumento de la jefatura del FMI en los días previos a la aprobación del acuerdo del país con ese organismo internacional: palabras más o menos se dijo que Argentina estaba en una "transición", que lo que se iba a firmar es lo que resultaba posible con un gobierno que tiene en su interior al "peronismo radicalizado" y que el programa definitivo vendría después de la próxima elección.
 
Es muy evidente que la querella interna en el gobierno y entre sus apoyos será, de aquí en más, uno de los insumos más necesarios para el operativo de plena restauración neoliberal. Ponerle un orden político al tratamiento de las diferencias pasa a ser un imperativo de quienes no apoyamos ese proyecto restaurador que viene del Norte.
 
En la dirección de resolver el conflicto parece interesante intentar una mirada sobre el proceso de construcción frentista que comenzó con el discurso de Cristina el 18 de mayo de 2019; un hito histórico de la construcción de la unidad popular al que hoy casi nadie hace referencia. Y el sujeto de ese olvido no es la falta de memoria: el olvido es político.
 
En esa ocasión, se habló del grave momento que atravesaba el mundo y, en su interior, la región en la que vivimos. De esa premisa surgía la necesidad de un acuerdo electoral lo más amplio posible para ganar la elección y la de construir una coalición de gobierno "todavía más amplia" que ese acuerdo electoral.
 
La "propuesta" de la candidatura de Alberto Fernández se sustenta sobre esa descripción de la situación y es, por lo tanto, muy curioso que hoy nadie se remita a ella, como si todo el contenido del mensaje se redujera al armado de la fórmula electoral.
 
El olvido, una vez más, es político. Está relacionado con la constancia de un fracaso de la apuesta de aquel momento. Como la idea "fracasó", habría que borrar de la memoria aquellos enunciados estratégico-tácticos.
 
Si hoy pudiera ser recuperada la naturaleza política de aquella propuesta, a continuación, habría que ponerla en acto para que el Frente de Todos recupere la iniciativa y esté en condiciones de disputar y vencer en las próximas elecciones.
 
Suele argumentarse desde el espacio más firmemente representado por Cristina que el problema no está en el Frente sino en las políticas gubernamentales que no tienen la suficiente energía y voluntad política para corregir un rumbo.
 
La idea es que el frente de todos "se rompió", no en las disputas internas sino en el distanciamiento de una masa de sus electores en las elecciones legislativas de medio término. En la misma línea se dice que a "la gente" no le preocupa que los líderes se unan o no se unan. Se dice también que "el frente ya se rompió" con aquel resultado electoral.
 
Siempre en ese orden de discurso, se sigue que el problema no es la unión o la división del frente sino "resolver los problemas de la gente", es decir actuar con rapidez y eficacia frente a la compleja situación de la economía, particularmente de la correlación entre el salario y los precios.
 
Si es así, ¿qué lugar tiene la política?, ¿para qué existen los partidos, las coaliciones, las discusiones partidarias? Se podrían sumar en este radical interrogante también las leyes y las instituciones. Y el discurso es fuerte, tiene potencia. Porque se hace cargo del dolor ajeno (y eventualmente también propio).
 
En un proyecto popular no puede estar ausente la compasión (que no es lástima, que es "con pasión"). Este es el impulso originario de cualquier militancia popular, sin eso, la política se convierte en el "mercado de falsedades" sobre el que ironizó Antonio Gramsci.
 
En última instancia, esta remisión a la "gente", que no casualmente fue puesta de moda por los comunicadores de la derecha, termina convergiendo con la antipolítica. Por el contrario, es en las situaciones críticas que la política, la militancia colectiva, se hace más necesaria que nunca.
 
Y la militancia política siempre es militancia organizada, cualquiera sea el formato de esa organización. Y la organización es en la base y en la superestructura. ¿Por qué en la superestructura? Porque la superestructura es la que tiene que proponer una interpretación y una correspondiente acción, válida que incluya en su diversidad a todo el país.
 
Esta acción-organización no está estancada en el tiempo ni en el espacio. Requiere profundidad de análisis y capacidad de elaboración de una línea de acción. La acción espontánea de los de abajo suele ser decisiva en los momentos críticos. Pero eso no significa la renuncia a jugar un rol en su orientación y conducción, es decir la renuncia a la política.
 
Es necesario recuperar la necesidad de una coalición. Porque la coalición es la realización de la unidad en la diversidad. Si todos tuviéramos una visión igual del país y del mundo no habría lugar para las coaliciones.
 
Suele decirse desde la ciencia política que las coaliciones son más posibles y deseables en países en las que el gobierno gira en torno al parlamento. Porque en ellos, la conducción del partido tiene un ámbito relevante de funcionamiento: el parlamento. Allí se discute, se resuelven (o no) las diferencias.
 
La constitución nuestra es, por el contrario, duramente presidencialista. En la última reforma, hubo quienes pensaron que la institución de la jefatura de gabinete le daría un toque parlamentario o "semi presidencialista" a nuestro régimen político. En la práctica, la jefatura de gabinete refuerza el presidencialismo porque quien la ejerce puede ser echado del gobierno -como todos los demás ministros- por el presidente... ¡y también por el Congreso!
 
Es decir, nosotros tenemos una coalición en un régimen presidencialista. La metáfora de "la lapicera" lo expresa de modo tajante. El espacio de "libertad" del presidente para tomar decisiones es muy alta en nuestro sistema constitucional. ¿Qué hacer entonces con un gobierno de coalición en el que las decisiones las toma el presidente?
 
Pero el problema no termina ahí. Hay que sumar el hecho de que el presidente no forma parte de la fuerza electoralmente más poderosa de la coalición. Y qué decir del hecho de que la candidatura del presidente fue decidida soberanamente por la jefa indiscutida de otra corriente interna de la coalición. Esto último no puede discutirse en términos "comparativos" porque no hay ningún antecedente en el mundo de una situación de este tipo.
 
De modo que no hay referencias históricas en las cuales podamos apoyarnos para encontrar una solución clara (y lo más inmediata posible) a una situación que, si se sigue prolongando en el tiempo, conduce a la segura derrota de la fuerza en su conjunto. No hay "repuestos" a la vista de acá a 2023 de este engranaje que, con todas sus debilidades, es el único a la vista.
 
El único camino que por lo menos "pone en riesgo la derrota" es la construcción de un colectivo de conducción que trace la hoja de ruta para enfrentar la crisis y las amenazas desestabilizadoras y (re) construir una herramienta que alivie las penurias populares y que impida la restauración de una derecha a la que ahora, a diferencia de 2015, conocemos, y que no quiere un simple regreso a la Casa Rosada. Quiere una profunda reforma político-social-institucional y cultural, cuyo sentido es terminar con todo lo que queda en la Argentina -después de dictaduras y de estafas político-electorales- de la sociedad fundada por el peronismo.
 
Por Edgardo Mocca
 
Fuente: El Destape
 

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06-12-2025 / 08:12
El Departamento de Estado de los Estados Unidos cambió el nombre al Instituto para la Paz y ahora se llama Instituto Donald Trump para la Paz. La Casa Blanca habilitó un portal con una lista negra de periodistas críticos del gobierno. Y dos días antes de las elecciones en Honduras, Trump respaldó al candidato del conservador Partido Nacional e indultó a Juan Orlando Hernández, expresidente por ese partido, condenado en Estados Unidos por narcotraficante, mientras acusó de narcotraficante al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y amenazó con invadir ese país. En bochornosa complicidad con Trump, en La Haya, el representante del cipayo Javier Milei, Diego Sadosfchi exigió "medidas urgentes" de la Corte Penal Internacional contra el mandatario venezolano.
 
Estados Unidos no reconoce a esa Corte pero necesitaba muestras de respaldo internacional a su acción amenazadora contra Venezuela y el gobierno argentino se prestó rastreramente a ofrecerle coartadas. Fue una forma de devolver favores por las intervenciones de Trump y su gobierno en las elecciones locales de medio término.
 
Otra forma de intervencionismo en países en América Latina fue el indulto al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado por introducir durante décadas toneladas de cocaína en Estados Unidos. Con Honduras, Trump hizo algo parecido que con Argentina y amenazó con el apocalipsis si no ganaba el candidato del partido del narco Hernández.
 
La sombra del narcotráfico oscurece a Estados Unidos. Un artículo de The Washington Post, del año 2015, describió las relaciones familiares de Marco Rubio, actual titular del Departamento de Estado y virtual canciller norteamericano, con el mundo narco. Durante su adolescencia en Miami, Rubio convivió en el domicilio de su hermana mayor, Bárbara, casada con Orlando Cicilia, un capo de la droga cuando Miami era la capital de la cocaína.
 
El vocero de Rubio quiso desmentir al diario, al decir que de esa información no se podía inferir la complicidad de Rubio con los narcos. Por ese lado, Rubio ya no tiene problemas. El multimillonario Jeff Bezos, dueño de Amazon, compró el histórico diario y advirtió que sólo escribirían aquellos que coincidan con su pensamiento.
 
Cicilia era para todo el mundo en Miami un empresario super exitoso, multimillonario y ostentoso, lo cual no constituía la excepción en esa parte del mundo. Fue apresado en los años 80. "Al momento de caer en manos de la justicia Orlando Cicilia (también de origen cubano), Marco Rubio tenía apenas 16 años. Pero su ambiente familiar ya era bastante turbio", señala el tabloide británico Daily Mail.
 
Orlando Cicilia fue condenado a más de 35 años de cárcel. Pero cumplió poco más de 12 años. Salió en libertad plena justo cuando Marco Rubio asumió como representante en el Congreso de los Estados Unidos en el año 2000. Cicilia salió de la cárcel apenas cuatro días después de que Rubio asumió. El antiguo jefe de Orlando, Mario Tabraue, sobre quien pesaba una pena de 100 años de cárcel por sus delitos, salió de prisión en el año 2003, con solo 15 años de pena cumplida.
 
La participación de Orlando Hernández fue descripta y comprobada con lujo de detalles. Nadie puso en duda su culpabilidad. La excusa que dio Trump fue que "fuentes amigas y creíbles" le habían informado que Hernández había sufrido un trato injusto. Pero no habló de inocencia porque no existe forma de exculpar al expresidente hondureño. El seguidismo de Milei, el "perrito faldero" del gobierno yanqui, es cómplice de los narcos.
 

05-12-2025 / 12:12
El experimento anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei vuelve a aplicar una receta tristemente conocida: emite nueva deuda para pagar una anterior. Así lo confirmó este viernes el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, quien confirmó esta mañana que la Argentina volverá al mercado internacional de capitales, con un bono a cuatro años. Con un dólar bajo que impide exportar e importaciones abiertas indiscriminadamente, es imposible acumular reservas en dólares y el futuro es la miseria.
 
Las reservas netas, excluyendo los desembolsos del FMI, son hoy más bajas que cuando Milei asumió y no hay señales claras de que el Gobierno tenga intención de revertir esa fragilidad externa. "No es deuda nueva. Es para pagar deuda vieja. Al poder refinanciar vencimientos cada dólar que compre lo podrá acumular. No sale desde enero de 2018. Los bonos son con legislación local", afirmó el ministro.
 
Como no podía ser de otro modo, la medida fue celebrada por Milei. "VAAAAAAAAMOOOOOO TOTO...!!! Volvimos al mercado de capitales con un bono al 2029 con cupón del 6,5% bajo ley Local. El mejor de todos los tiempos...!!! LA LIBERTAD AVANZA", posteó entusiasmado el desquiciado mandatario.
 
Tras este anuncio, la Secretaría de Finanzas confirmó el llamado a licitación del Bono del Tesoro Nacional (BONAR 2029N - nuevo) que, segun detalló, será "en dólares estadounidenses 6,50% con vencimiento el 30 de noviembre de 2029″.
 
"En un contexto de fuerte compresión de las tasas de interés de los bonos en dólares fruto del resultado electoral y del sostenido desempeño del programa económico, el Tesoro busca ampliar sus objetivos financieros para cubrir los vencimientos de deuda en dólares sin afectar las reservas netas del BCRA", explicaron desde la Secretaría.
 
En este sentido, señalaron que "habiendo alcanzado costos financieros sostenibles, el Tesoro comienza así con una nueva estrategia tendiente a refinanciar sus vencimientos de capital en dólares sin afectar el proceso de fortalecimiento de la hoja de balance del Banco Central, permitiendo que las compras de reservas resulten en acumulación neta".
 
Asimismo, se resaltó que "el resultado de la licitación, irá a cancelar parcialmente el vencimiento del capital de los bonos AL30 y AL29 que vencen el 9/1/2026″. El desempeño débil de las reservas no ocurrió porque se haya reducido la deuda pública en moneda extranjera. Los Bopreales y los repos con bancos agregan USD 12 mil millones en deuda denominada en dólares que no existía en 2023.
 
Desde Finanzas informaron que la recepción de ofertas de este instrumento comenzará a las 10 horas y finalizará a las 15 horas del miércoles 10 de diciembre de 2025, mientras que la liquidación de las ofertas recibidas y adjudicadas se efectuará el 12 de diciembre de 2025. La suscripción deberá realizarse únicamente en dólares.
 
La Opinión Popular
 

04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
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