La Opinión Popular
                  02:06  |  Jueves 18 de Septiembre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 26-06-2022 / 10:06
¿ES LA AHORA DEL SALARIO BÁSICO UNIVERSAL?

La verdadera historia de los planes sociales: De los piquetes a la economía popular

La verdadera historia de los planes sociales: De los piquetes a la economía popular
Se atraviesa una coyuntura con pasables niveles de empleo. Pero los ingresos fijos suelen ser insuficientes para llegar a fin de mes. Expandir la protección social a la masa trabajadora comprendida entre los 18 y los 65 años mediante una audaz política de ingresos pinta como una de las claves para mejorarle la vida a millones de compatriotas.
Habrá quien no lo recuerde porque era chico o porque la memoria corta es plaga en este suelo. Durante ¡una década! en la Argentina se mantuvo la paridad peso-dólar y no hubo inflación. Milagros de la Convertibilidad, el plan de estabilización exitoso que se volvió catastrófico al eternizarse. Unido al desguace estatal, a la venta a precio vil de empresas públicas, terminó dejando un tendal.
 
La entrega de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) transformó en fantasmas a poblaciones pujantes de provincias petroleras. Los pobladores de Cutral Có en el sur y de General Mosconi en el norte armaron sus protestas. Necesitaban trabajo, respeto... visibilidad como eslabón previo. Cortaron rutas nacionales, comenzaron una matriz de protesta. Los llamaron "piqueteros", nombre que perdura.
 
La metodología hizo escuela en los Conurbanos, con el bonaerense a la cabeza como suele acontecer. Muchedumbres cortaron calles o rutas en la zona Metropolitana. Igual método, impacto mayor. Los trabajadores sin patrones y sin fábricas enfilan la "lesividad", ora a los gobiernos, ora a la sociedad civil. La huelga no existe en su repertorio, por motivos evidentes.
 
El gobierno de Carlos Menem había lanzado antes los planes Trabajar, pioneros. Eran prestaciones dinerarias, poca plata, contados beneficiarios si se compara con las cifras actuales. Distribuidos a piacere por las autoridades. Discrecionalidad menemista, imagínense. Durante la gestión de Fernando de la Rúa se multiplicaron los planes Trabajar. Las organizaciones sociales se movilizaban al Ministerio de Trabajo donde descollaron dos "estadistas": primero Alberto Flamarique, luego Patricia Bullrich.
 
Pocos evocan así pero cuando amaneció la recuperación democrática se repartían cajas PAN con alimentos. Había necesidades. Es regla apostrofar sobre "las deudas de la democracia", la amnesia deja de lado que la democracia nació con deuda externa e interna, siderales. La dictadura diseñó un modelo neoliberal de país, remember.
 

 
La alianza de clases contra la Alianza: 
  
La Convertibilidad envejeció mal, pero tuvo larga existencia. La consigna "piquete y cacerola/ la lucha es una sola" nació promisoria durante una época atroz. La romántica alianza de clases contra la Alianza fue bella mientras duró. Duró poco.
 
La recuperación económica a partir de 2002 fisuró ese frente callejero. Hoy se cumplen 20 años de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en aquel trance ya se incubaban rechazos de sectores medios a la ocupación del espacio público.
 
El entonces presidente Eduardo Duhalde acababa de implementar el Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados (JJDH). Un ingreso básico para jefes de familia con, por lo menos, un hijo menor a cargo. Mensual, 150 pesos que ya no equivalían a 150 dólares. Requisitos sencillos para acceder. La inscripción rebasó las previsiones oficiales, se cerraron las ventanillas.
 
Las mujeres prevalecieron sobre los varones: más familias "monoparentales". O monomarentales, pongalé. Más avispadas las madres frente a la crisis. Se frenaron las inscripciones, se contradijo la universalidad, de todas maneras, se llegó a cerca de dos millones de beneficiarios.
 
Se discontinuaron otros planes, el Trabajar a la cabeza. El nombre perduró por error, a menudo como insulto. Se lo apodó "plan Descansar"... aunque se preveía alguna contraprestación laboral era complicado "inventar" tantas con recesión y un sistema productivo destartalado.
 
Hugo Moyano usó el mote peyorativo en un acto durante el mandato de Mauricio Macri. El propio "Mauricio" demostraba su ignorancia cuestionando a los Planes Trabajar en 2016, 13 años después de su remoción.
 
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Altas y bajas manipuladas, un precedente: 
  
Altos funcionarios duhaldistas mantenían relaciones con dirigentes de las organizaciones sociales (OS en adelante). Se reunían, negociaban cortes de rutas limitados a una mano, escuchaban, contenían. Cuando cesó de facto la inscripción al JJDH las OS pusieron el grito en el cielo. Se instrumentó entonces un nuevo Plan, que así llamaremos a los que no son universales o sujetos a requisitos objetivos, de fácil verificación. Discrecionales, pues. 
 
El Programa de Empleo Comunitario (PEC) comenzó a otorgar altas que se potenciaron tras la masacre de Avellaneda para distender el clima social. Las OS llevaban listas de potenciales beneficiarios, se las validaba de volea. En un momento se las facultó a entrar derechito al sistema del Ministerio de Trabajo, que comandaba la hoy diputada Graciela Camaño. Los dirigentes llevaban diskettes formateados con el software oficial (ustedes eran chicos, los diskettes eran etc..).
 
El PEC comenzó a ser nombrado por funcionarios como PLC (Piedra libre para todos los compañeros) porque cundía el descontrol. Parte de la dirigencia social, según se contó, abusó de sus potestades, manipulando altas y usando las bajas como mecanismo de control interno. Imposible tabular cuántos lo hicieron, poco serio sindicar quiénes. En todo caso, la metodología existió, sirve como remoto precedente de prácticas que se critican válidamente en 2022.
 
La maraña constituyó un desafío cuando llegó al poder Néstor Kirchner. "Ni palos ni planes", sintetizó el añorado presidente. No reprimir mientras se generaba trabajo genuino. Con un porcentaje de desocupados más alto que de votos el "pingüino" pensaba en un regreso al Estado benefactor, recalculado con los condicionantes de su tiempo. Tuvo que sostener los planes un tiempo, consiguió bajar la desocupación desde el 17,8 por ciento al 8 por ciento en cuatro años. Demoró más de dos en perforar el piso de dos dígitos. El empleo no registrado retrocedió del 49,1 por ciento al 37 por ciento.
 
Con criterio peronista y jauretcheano, Kirchner construyó su legitimidad de ejercicio mejorando la vida de los argentinos a toda velocidad. Un modo de construir consenso y gobernabilidad, de cimentar doce años de estabilidad política y paz social.
 
Habrá economistas ortodoxos que alerten contra recalentamientos... Pero el liderazgo democrático requiere apoyo masivo, cotidiano, elección tras elección. Economía política: "comprar" estabilidad y gobernanza. La alternancia actual, la inestabilidad de los gobiernos es un ejemplo inverso, usted escoja.
 
Kirchner tipificaba las políticas sociales como interinas, rueda de auxilio hasta lograr pleno empleo, un modelo laborista-neo desarrollista. No le "cabían" las propuestas de Ingreso ciudadano o Salario universal que ya se debatían en el Agora.
 
La Asignación Universal por Hijo (AUH), el gran salto de calidad de las políticas sociales K, fue decidida por Cristina Fernández de Kirchner en 2009 enfrentando a la crisis mundial desatada en 2008. Reparación para necesidades de los argentinos más humildes que el mercado de trabajo no alcanzaba a resolver.
 
Un programa universal, no supeditado a la digitación de los funcionarios. Derecho de los menores de 18 años que perciben las madres (mayoría absoluta entre las jefas de hogar). Acceso límpido, transparencia.
 
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La economía popular: 
  
Los rotundos avances de los doce años de gobiernos kirchneristas no consiguieron (ni hubieran podido conseguir) el retorno al Estado benefactor ni al pleno empleo. En ese sentido, este cronista opina (sin originalidad y muy bien acompañado) que ese pasado dichoso es irrepetible. Por eso piensa que cuando se habla de "transformar los planes en trabajo" se simplifica de más, fuera quien fuera quien lo diga.
 
El empleo privado formal es una de tantas de las variables de trabajo que coexisten en la Argentina y el mundo actual. El capitalismo global, con predominio del sector financiero, excluyente, se expande en todo el globo. El sociólogo Darío Capelli lo explica así en un artículo publicado en La Tecl@ Eñe  cuya lectura íntegra se aconseja:  "lxs trabajadorxs de la economía popular no sólo inventaron su propio trabajo en una etapa del capitalismo que los descarta sino que además han elaborado los marcos conceptuales para entenderse y entender cómo actuar sobre la realidad en un sentido transformador". 
 
Suponer que la economía popular se constriñe a las cooperativas reales (eventualmente "dibujadas") que se sostienen desde las políticas sociales públicas es un reduccionismo.
 
Es errado creer que en el fragmentado universo de la clase trabajadora todas y todos comparten como porvenir deseado el trabajo en relación de dependencia o alguna de sus variantes. Muchos laburan sin patrón y habría que ver cuántos lo prefieren. Seguramente muchos. 
 
Para dar un solo ejemplo, en esta nota que merecerá ampliaciones: la agricultura familiar es una realidad construida desde las bases, con camino recorrido, expandida en todo el territorio patrio. Hay alrededor de 250.000 establecimientos que involucran a alrededor de dos millones de personas. Es una actividad digna, mano de obra intensiva, que produce alimentos saludables y relativamente baratos, que fomenta el arraigo al suelo.
 
Claro que los trabajadores precisan cobertura médica, hacer aportes para jubilarse en su momento, crédito accesible para contar con capital de trabajo. Y políticas específicas del tipo del "compre nacional", la ley de góndolas, centros comunitarios de ventas cercanos a aquellos en que se produce. Más numerosos etcéteras. No son novedades, algunas ya existen (mejor o peor).
 
A los fines de esta columna de divulgación, solo se apunta a remarcar cuan surtidas son las realidades de la clase trabajadora. Más allá de los méritos o carencias de sus dirigentes o de los funcionarios políticos concernidos.
 
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Estigmas y ejemplos: 
  
Para la agresiva derecha nativa todo es sencillo, brutal, desde los orígenes que resumimos líneas arriba. Desprecio de clase, ninguneo, cuando no reclamos de represión.
 
El antropólogo Pablo Semán publicó en el portal Panamá hace seis años un artículo que parece escrito ayer. Va fragmento: "Tal vez ese sea uno de los grandes rasgos del pos-pos-neoliberalismo en la región. Las élites enfrentan la problemática social con agresividad y metonimia: allí donde hay un reclamo hay una ilegitimidad y un sujeto a denigrar. No hay protesta justa: la masa de excluidos puede ser descompuesta en un sinnúmero de sujetos despreciables sobre los que ninguna violencia es mucha: no sólo aparecieron nuevos rótulos negativos como mafiosos, terroristas o planeros; la mácula de la indignidad resignifica categorías sociales enteras: industrial textil, pobre o pibe ya llegaron a ser estigma".
 
Diferente, confrontativa, tiene que ser la mirada y la praxis de fuerzas nacional-populares o progresistas. El sector más humilde de la clase trabajadora viene prodigando templanza mientras labura muchísimo con escasa retribución. Fortaleció a la comunidad durante la pandemia, contribuyó a la paz social, prodigó solidaridad en tareas de cuidado.
 
La manipulación dirigencial de los recursos estatales debe ser cuestionada y evitada. El traspaso a esferas municipales o provinciales no es garantía absoluta contra la subjetividad o la arbitrariedad o el clientelismo. El punto da para más, se abordará en notas futuras.
 
Entre 2003 y 2015 el kirchnerismo construyó un inédito piso de protección social para los menores de 18 años y los mayores de 65 años. Una cobertura notable que el macrismo socavó, pero no pudo destruir plenamente.
  
Ahí radica la ventaja de las conquistas institucionales. No es sencillo derogarlas en una sociedad celosa de sus derechos, muy activa para movilizarse. Ese es el gran argumento a favor de los Programas regulados por ley no potestativos respecto de los planes en los que las mediaciones resuelven demasiado.
 
Se atraviesa una coyuntura con pasables niveles de empleo. Pero los ingresos fijos suelen ser insuficientes para llegar a fin de mes. Expandir la protección social a la masa trabajadora comprendida entre los 18 y los 65 años mediante una audaz política de ingresos pinta como una de las claves para mejorarle la vida a millones de compatriotas. El Salario Básico Universal, proyecto que se trata en Diputados significaría un paso adelante en ese camino.
 
Por Mario Wainfeld
 
Fuente: pagina12.com.ar
 

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17-09-2025 / 09:09
Javier "el Loco" Milei es un mentiroso consuetudinario. Se dedica a "mandar fruta", hablar sin saber realmente del tema, exagerando, inventando o diciendo cosas sin sentido, con la intención de engañar. Todas las organizaciones especializadas en Educación, Jubilaciones y Discapacidad destruyeron los anuncios presidenciales sobre mejoras para esas áreas. Se basan solo en dibujos numéricos y ajustes encubiertos. Los gremios revelaron que el porcentaje del PBI dedicado a la enseñanza, que fue de 1,48 en 2023 y de 0,88 en 2025, baja al 0,75 en 2026. Los rectores aseguran que se congela el gasto universitario en sus peores niveles.
 
El discurso de Milei por el cual presentó el Presupuesto 2026 está plagado de números mentirosos y mensajes al "mercado", a los grandes empresarios y financistas. A los ricos. El presupuesto reduce fuertemente la partida destinada a cancelar deudas previsionales; mientras que la partida para pagar la deuda pública a los especuladores financieros crece un 20%. Hay deudas y deudas para el Gobierno.
 
Milei aseguró al presentar el Presupuesto 2026 que habrá un aumento del 17% de suba en términos reales (por encima de la inflación) en materia de salud, 8% en materia de educación, y 5% en jubilaciones y en pensiones por discapacidad. Además, anunció que se le asignará $4,8 billones a las universidades nacionales, lo que representa una suba nominal del 13% frente a una inflación proyectada del 10%.
 
Sin embargo, anteriormente, el Presidente reveló que el proyecto presenta "una regla de estabilidad fiscal": "si los ingresos caen o los gastos superan a lo previsto se deberán ajustar partidas para mantener el equilibrio fiscal". Es decir, cualquier variable proyectada en el Presupuesto que se modifique, como una inflación anual de 10% o un dólar debajo de $1.350, "obligará" a Milei a no cumplir con estos aumentos. Además, también lanzó que su proyecto estipula el "menor nivel de gasto sobre PBI de los últimos 30 años". Contradicciones que desnudan que sus promesas son incumplibles.
 
En las últimas semanas, el Gobierno libertario redujo en $40.267 millones las transferencias a las universidades nacionales. De esta manera, Milei terminará 2025 con una reducción del 9,4% real del presupuesto universitario con respecto a 2024 y del 32% frente a 2023. Para equiparar los gastos realizados el año pasado, el Gobierno debería invertir $4,6 billones en lo que resta de 2025 y $6,2 billones para igualar el nivel de 2023. Es decir, la promesa de $4,8 billones para el 2026 no absorbe la pérdida registrada.
 
Si bien Milei prometió que las jubilaciones aumentarán 5% por arriba de la inflación en 2026, no alcanza para equiparar lo perdido durante su gestión. En 2024, el recorte en dicha partida fue del 14%, y sin contar el bono para el haber mínimo cuyo monto está congelado hace 18 meses frente a una inflación superior al 100%.

Además, más allá de su promesa, si la inflación anual es más del 10% como se proyecta, ¿mantendrá el aumento de las jubilaciones 5% por encima de la inflación? "Si los gastos superan lo previsto se deberán ajustar partidas", afirmó en su discurso.

En otros rubros, las partidas presupuestarias en Educación acumulan un ajuste del 41% entre 2023 y 2025, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). El 8% anunciado por Milei queda chico. En cuanto a discapacidad, la ANDIS sufrió un recorte del 14%. Sobre este punto, Milei supone una suba del 5% real sobre las pensiones. El proyecto ensaya un recitado de mentiras expresadas en números que no cierran ni aseguran la continuidad de las áreas con normalidad. Lo peor todavía no pasó.

La Opinión Popular


16-09-2025 / 11:09
La bala entró. La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires sacudió al Gobierno de Javier "el Loco" Milei de tal manera que se vio obligado a cambiar el tono discursivo. La administración libertaria se niega a modificar su brutal política económica de ajuste y motosierra, pero ayer el presidente brindó un discurso atípico: fue moderador, evitó los insultos, las provocaciones, anunció mejoras en el Presupuesto 2026 para los sectores más vulnerables y llamó a trabajar "codo a codo" con los Gobernadores.
 
Además, el jefe de Estado envió un mensaje a la población y aseguró que "lo peor ya pasó, no aflojemos". De esta manera, Milei acusó recibo del fuerte descontento social. Sin embargo, no fue la primera vez que el mandatario prometió que los momentos más difíciles quedaron atrás y que lo mejor estaba por venir.
 
El 10 de diciembre de 2024, el libertario afirmaba que ya habíamos "superado la prueba de fuego". "Estamos saliendo del desierto. La recesión terminó y el país finalmente ha comenzado a crecer. Gracias por confiar en este gobierno. Esto no quiere decir que hayamos llegado a puerto, pero sí quiere decir que podemos terminar el año con alivio y de que hemos dejado atrás lo peor", decía entonces en otra cadena nacional.
 
Un mes antes, el 11 de noviembre de 2024, decía exactamente lo mismo. "Hoy ya podemos decir que la recesión se terminó y de ahora en adelante todo lo que queda es crecimiento. De acá para adelante son todas buenas noticias", exclamaba. Pero lo frase no le pertenece exclusivamente a Milei. Años antes, en 2018, el entonces presidente Mauricio Macri también prometía frente al Congreso nacional que "lo peor" ya había pasado y vaticinaba años de crecimiento qué nunca llegaron.

Un Milei "sosegado" confirmó que profundizará el rumbo de ajuste fiscal exigido por el FMI. Y, tras una paliza electoral, La Libertad Avanza reflota la vieja promesa de que lo más difícil queda atrás. Sin embargo, y a pesar de algunas mejoras anunciadas, el Presupuesto 2026 es una ley de ajuste que no modifica los planes del Gobierno y del Fondo Monetario Internacional. Son mentiras, falsas promesas de aumentos para ganar las elecciones y más ajuste en jubilaciones, salud y educación.

En las calles, se manifestó el hartazgo total, hubo una ola de cacerolazos en el AMBA contra la cadena nacional de Milei. Desde Palermo y Recoleta hasta La Plata, cientos de personas en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires manifestaron su rechazo al Presidente mientras lanzaba el Presupuesto 2026. La sociedad no compró las mentiras de la cadena nacional y repentinamente salió a las ventanas y los balcones a manifestarse en contra de las medidas de ajuste del Gobierno anarco capitalista. La noche quedó marcada por una ola de cacerolazos en todo el AMBA.

El ruido metálico se convirtió en un grito unánime contra las políticas que solo traen más hambre, despidos y desesperación. "No se puede más, nos están matando de a poco", gritaban en Plaza de Mayo, donde las cacerolas parecían tambores de guerra. El fantasma de la crisis del 2001 sobrevoló la noche, con la misma bronca, la misma impotencia y las mismas calles llenas de familias cansadas.
 
El Gobierno de Milei, mientras tanto, respondió con silencio y un operativo de seguridad notorio en los puntos calientes. Sin embargo, la bronca ya no se calla con policías ni patrulleros. La pregunta que queda flotando es si este rugido metálico será apenas un desahogo pasajero o el comienzo de un estallido más grande que termine por arrinconar a la hermana coimera, al libertario desquiciado y a su nefasto plan neoliberal.
 
La Opinión Popular
 

15-09-2025 / 09:09
Un Gobierno anarco capitalista sin cuadros políticos y sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado, se enfrenta a la profundización de su propia distopía tras la paliza electoral. La hermanísima copó el Ejecutivo y con Jamoncito, hasta acá, se demostraron como una unidad indivisible. El Gobierno está completamente en manos político-administrativas de Karina "el Jefe" Milei y se resolvió que sólo sea Luis "Toto" Caputo quien conduzca el único plan existente: pisar el dólar hasta las elecciones de octubre. No hay más que eso. No hay más certezas que ésas.
 
Respecto de la primera, podrían apuntarse dos observaciones. Una es que La Hermanísima Karina siempre estuvo a cargo de la ejecutividad gubernamental, excepción hecha de lo económico. La otra consiste en que, como fuere, no habría mayores novedades porque desde un comienzo la gestión fue un quilombo. Basta con repasar los centenares de funcionarios echados o renunciados, que supieron llegaron al promedio de uno por día.
 
Y esto tampoco sería novedoso, porque se corresponde con las características de un Gobierno arribado como tal sin la más mínima preparación institucional. Sin cuadros políticos. Sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado. En otros términos conocidos, Javier "el Loco" Milei fue un armado del establishment, desde el panelismo televisivo y las redes, para segmentar parte de los votos peronistas y antiperonistas.
 
Pero el Frankestein adquirió una fuerza propia inusitada, a tono con endilgarle ese carácter de accidente insólito en la historia argentina. Y después no hubo nada que hacer. Así, el país quedó al arbitrio de unos Hermanos & Cía. exclusivamente relacionables con un escenario distópico. ¿Cuál es la noticia, entonces? Es que, tras el resultado electoral, la distopía se profundizó. Ya no hay Presidente, al menos por ahora, en su acepción de figura con aptitudes básicas para tomar decisiones autónomas. Milei está paralizado, totalmente fuera de eje.
 
Es así desde la noche del domingo pasado, cuando, aunque siga sin poder creerse, hasta último momento imaginó que perdía por muy poca diferencia. Incluso, de acuerdo con las mesas testigo del indescriptible Sebastián Pareja, pensó que llegarían a ganar por unos 8 puntos. Eran 50 de esas mesas, según pudo constatarse, de calidad irrelevante. Al aterrizar con los números reales entró en colapso (político, aclaremos, porque los diagnósticos psiquiátricos incumben a especialistas y nunca a la bartola periodística). Continúa en ese estado.
 
Se verá si para la cadena nacional de este lunes a la noche puede recomponerse como para dar una imagen atildada, llamémosle. Hablamos del continente, desde ya. El contenido será la provocación de redoblar su rumbo. La hermana, en consecuencia, asumió enteramente el rol presidencial. Y, hasta ahora sin visos de modificaciones, se cargó con desprecio todo intento de cambios siquiera por maquillaje.
 
El hazmerreír de una mesa política con los mismos rostros de la derrota y el nombramiento de un ministro de Interior que ya lo era de facto, tras el pase de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete, es todo de ella. Es de ella -en todo caso, junto con el edecán de Francos- llamar al diálogo con los gobernadores mientras se vetan los fondos de ATN a las provincias, para no hablar de la "profunda autocrítica" que en simultáneo rechaza el financiamiento a las Universidades y la emergencia pediátrica Garrahan incluido.
 
Es de ella haberse animado a un acto de lanzamiento de LLA en Tucumán, ante un estadio cuyas tribunas debieron cubrir con lonas negras para ocultar el vacío; en el que brilló por su ausencia cualquier cántico de aliento y donde, en poco más de dos minutos de balbuceos, volvió a incurrir en el espectáculo de su terrorismo sintáctico. Sin más vueltas, he aquí la Presidenta real en ejercicio directo de la función.
 

14-09-2025 / 09:09
El miserable Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei no solo canceló los fondos destinados a las personas discapacitadas, a los inundados o a la ciencia, también se apropió de los dólares de los créditos internacionales otorgados específicamente para esas actividades. Solo en Discapacidad figuran 560 millones en divisas que nadie sabe a dónde fueron, con la excepción de dos viajes de Spagnuolo a Israel. El Gobierno libertario no explica dónde está la plata que debería ir a ciencia o discapacidad. La hipótesis del Congreso de que los fondos están en el Tesoro para contener el esquema cambiario.
 
Pocas horas después de la paliza electoral en la Provincia de Buenos Aires, Milei recibió en Casa Rosada al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. El lunes al mediodía, ambos posaron para la foto junto a Luis "Toto" Caputo, Guillermo Francos y la motosierra de bronce que corona el despacho presidencial. El titular del organismo también había sido muy requerido para entrevistarse con dirigentes de la oposición, pero alegó estar muy ocupado.
 
Desde la comisión bicameral Revisora de Cuentas del Congreso, que conducen el diputado Miguel Pichetto (Encuentro Federal) y el senador Mariano Recalde (Fuerza Patria), querían citarlo para indagar en la letra chica de los créditos que el organismo le otorgó al país en los últimos meses.
 
La preocupación, que se hizo explícita en la última sesión de la comisión, es que muchos de esos fondos --cientos de millones de dólares-- en principio destinados a financiar obra pública y programas de inclusión como la discapacidad o la investigación científica, registran niveles de ejecución nulos o muy por debajo de lo pactado a la firma. Lo cual habilita la hipótesis de que el Gobierno desvía esos recursos hacia las cuentas del Tesoro para contener el actual esquema cambiario y favorecer la bicicleta financiera.
 
En lo que va del año, el Gobierno reconoció haber gastado unos 277 mil millones de pesos (algo menos de 250 millones de dólares) de lo que ingresó vía los distintos créditos de inversión del BID y otros organismos. En total hay unos 140 programas de desarrollo vigentes, desde los pautados para financiar el Progresar hasta la extensión y fortalecimieinto de la red de agua potable, pero el país hasta ahora vió poco y nada de esos fondos.
 
A esta altura del año (en ocho meses), los dos gobiernos anteriores (Cambiemos y Frente de Todos) ya habían ejecutado en promedio más de 1.500 millones de dólares. Es decir, la ejecución de Caputo es prácticamente del 20 por ciento de lo esperable. En paralelo, el Tesoro utilizó 500 millones de dólares para pisar el dólar en las semanas previas de la elección bonaerense.
 
El BID aprobó en julio de este año la "Estrategia País 2025-2028" para la Argentina, un paquete de apoyo financiero por un total de 10.000 millones de dólares (7.000 para el sector público y 3.000 para la inversión privada).
 
Si bien el organismo trabaja con todos los gobiernos y cada uno tiene una orientación específica, en este caso respalda a una administración que solo se preocupa por mantener el esquema cambiario-electoral, mientras tiene un desprecio palpable hacia la obra pública y pasa la motosierra por sectores sensibles. Lo contrario a lo que, a priori, buscan los organismos de crédito cuando apoyan a los países. Pese a todo, Goldfajn sigue apostando por Milei.
 

13-09-2025 / 10:09
Desde el 10 de diciembre de 2023, los auto percibidos libertarios (que en realidad son los nietos de la dictadura, los hijos del menemismo y los hermanos menores del macrismo), sembraron odio, represión, industricidio, desprecio, hambre, pobreza, deuda, desocupación, negacionismo, homofobia, racismo y misoginia.
 
Se vienen tiempos de derrota sin revancha, porque parece que no fue un gran plan dejar sin remedios a los pacientes oncológicos, vaciar de alimentos los comedores populares, pegarle a los jubilados, estafar con una criptomoneda y afanarle a los discapacitados. ¿Podían esperar otro resultado, los que por primera vez pisaron el conurbano, para decirle al pueblo, en campaña y sin intermediarios, "negros de mierda"? ¿Podían esperar otra cosa los que dijeron que la justicia social era una estafa?
 
Creyeron que la realidad, no era la única verdad y cocinaron su suicidio político, gritando desde aquella infame ficción del 17.000% de inflación, hasta el relato perverso con el que aseguran haber sacado a 12 millones de la pobreza. No podía terminar de otra manera una locura que comenzó exigiendo que más de tres tenían que pedir permiso para juntarse en una esquina. No podía terminar de otra manera aquel grito libertario el día de la asunción que clamaba "Po-li-cía, Po-li-cía".
 
Perdieron en las urnas, la motosierra, el protocolo anti-piquetes, el DNU 70/23, la Ley Ómnibus, la Ley Bases, el Pacto de Mayo y la Patria financiera. Perdió el presidente que eligió como enemigo público número uno, a un pibe autista de 12 años. Perdieron las desregulaciones ridículas y las importaciones suicidas. Perdieron la mesa de dinero del Toto Caputo, la crueldad de Patricia Bullrich, el cinismo de Pettovello, la violencia discursiva de Adorni, el verso de Francos y el afano a cuatro manos de los Menem.
 
Perdió un gobierno diseñado exclusivamente para el gran capital y el mercado. Perdieron Kueider, el pastor que convirtió los pesos en dólares y los hermanitos de la Suizo-Argentina. Perdieron De Loredo, el comisario conspirador y candidato, Tronco, la Avenida del Medio, los premios internacionales de plástico, Roberto Piazza, Fátima y Yuyito.
 
Perdieron los que se reunieron con Astiz y los que soñaron con intervenir la provincia de Buenos Aires. Perdieron Libra y el 3% de la coimera Karina. Perdió el Indec de Lavagna. Perdieron el Pacto de Acasusso, Macri, Ritondo, Santilli y Valenzuela. Perdieron Lilia, Benegas Lynch y la tarotista que no pudo ver la derrota.
 
Perdieron la soberbia de Pareja, los "héroes" del veto a jubilados, los periodistas que van a escuchar ópera a Olivos y los que se saben de memoria los diálogos de "Homo Argentum". Perdieron las redes sociales, las patotas tuiteras, el "pedo buzo", "comprá campeón" y "cárcel o bala". Y perdieron todos los gobernadores que, como Frigerio, hasta hace un ratito, fueron cómplices del desastre presente, acompañando en el Parlamento la construcción de un país irrespirable.
 
Ganó la unidad del peronismo. Ganaron los discapacitados, los expulsados del sistema, los que laburan por sueldos de miseria y la gran pelea de los jubilados. Ganaron la obra pública y la industria nacional. Ganaron el Garrahan, el Bonaparte, el Conicet, el INTA y el INTI. Ganó la Universidad pública. Ganaron los que "cagan en latas y pisan el barro". Le ganó el pueblo a la "gente de bien".
 
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