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Sociedad e Interés General - 24-05-2022 / 08:05
24 DE MAYO DE 1866

En la Guerra de la Triple Alianza, Tuyutí fue la batalla más grande y sangrienta ocurrida en Sudamérica

En la Guerra de la Triple Alianza, Tuyutí fue la batalla más grande y sangrienta ocurrida en Sudamérica
En el marco de la Guerra de la Triple Alianza, se desarrolla la batalla de Tuyutí que es hasta hoy día la batalla más grande ocurrida en Sudamérica.
La Guerra del Paraguay ocurrida entre 1865 y 1870 ha sido el más funesto y doloroso hecho de la historia de la América Latina. Llamada de la "Triple Alianza", fue un enfrentamiento bélico sin precedentes donde la República Argentina, el Imperio esclavista del Brasil y la República Oriental del Uruguay, se aliaron en una guerra fratricida contra el heroico pueblo guaraní, al que aniquilaron.
 
En el marco de la Guerra de la Triple Alianza, se desarrolla la batalla de Tuyutí que es hasta hoy día la batalla más grande ocurrida en Sudamérica. Tuvo lugar el 24 de mayo de 1866, con el ataque del ejército paraguayo al campamento aliado establecido en una zona pantanosa conocida como Tuyutí, en territorio del Paraguay.
 
Con esta ofensiva, el mariscal Francisco Solano López pretendía inclinar la guerra a su favor, y para tal fin convocó la mayor cantidad de soldados para asestar un golpe decisivo a la mayor parte del ejército aliado establecido en Tuyutí, con el objetivo final de negociar la paz con los aliados y su retirada del territorio paraguayo.
 
Con 25 mil paraguayos se lanzó contra 39 mil aliados (21.000 brasileños, 16.000 argentinos y 2.000 orientales), pero, la batalla fue ganada por los aliados, duró más de cuatro horas con una enorme cantidad de pérdidas en ambos bandos: 5.000 muertos paraguayos, 7.000 aliados; y una cantidad igual de heridos.
 
La victoria aliada fue de vital importancia para el curso de la guerra, ya que lo mejor del ejército paraguayo fue destruido y desde entonces López nunca más pudo reunir una cantidad semejante de hombres.
 
Fue una de las más importantes batallas de la Guerra de la Triple Alianza, y la gran cantidad de combatientes involucrados en este enfrentamiento fue de tal magnitud, que hasta hoy día sigue siendo la batalla más grande y más sangrienta librada en América del Sur.
 
La Opinión Popular


En la Guerra de la Triple Alianza, Tuyutí fue la batalla más grande y sangrienta ocurrida en Sudamérica
 
BATALLA DE TUYUTÍ (24 de mayo de 1866)                            
 
Entre pantanos
 
En las pantanosas márgenes de la orilla paraguaya del Paraná emerge el campo de Tuyuty a la manera de una isla entre un mar de esteros y pantanos. Solano López, al concentrar sus fuerzas al norte -en Paso Pucú- se lo brindaba a Mitre, porque su plan estaba en encerrar allí a los ejércitos aliados para vencerlos en una batalla definitiva.
 
Cometió un grave error, pues teniendo frente suyo a un general como Mitre, no debió emplearse en una sola batalla, siempre aleatoria, sino desgastar al adversario en una lucha larga. Pero Solano López aún no sabía quién era Mitre.
 
Su plan consistía en encerrar a los aliados en la ratonera de Tuyuty y batirlos por los cuatro puntos cardinales. El teniente coronel José Eduvigis Díaz (futuro general y héroe de Curupayty) simuló con 5.000 hombres en Estero Bellaco, una defensa de la entrada de Tuyuty (2 de Mayo): por sorpresa cayó sobre las avanzadas aliadas, tomándoles cuatro cañones a los brasileños, que arrastraría en triunfo al campamento de Paso-Pucú.
 
No extraña que ese movimiento engañara a Mitre, que ordenó la ocupación de Tuyuty (20 de Marzo); debió ser lo esperado por López, que cuatro días después ordena descolgarse en Tuyuty por el norte, sur, este y oeste, con todos los efectivos del ejército. López buscaba en una sola batalla la decisión de la guerra.
 
Con 25 mil hombres se lanzó contra 39 mil aliados (21.000 brasileños, 16.000 argentinos y 2.000 orientales), pero, el movimiento no fue bien coordinado, y el retardo de la derecha paraguaya mandada por el general Barrios, (cuya misión era envolver a los aliados por retaguardia), malogró la sorpresa.
 
No obstante, los paraguayos estuvieron al borde de una victoria que hubiera sido desastrosa para los aliados; pero finalmente debieron replegarse por los estragos que les hizo la artillería brasileña.
 
Se fueron dejando un número impresionante de caídos: 5.000 muertos según el parte paraguayo, 7.000 en el aliado; y una cantidad igual de heridos. La suma de muertos y heridos aliados fueron: 4.000 según ellos, 8.000 para los paraguayos.
 
 
Batalla sangrienta
 
Tuyuty fue la batalla más sangrienta habida hasta ese momento en América del Sud; entre 13.000 y 15.000 muertos en sus cinco horas de combate.
 
"Nos salvó de la derrota -se ve obligado a confesar Mitre- la sabia providencia del general Osorio (jefe de la división brasileña), que mandó colocar en una posición estratégica a la artillería imperial del coronel Emilio Luis Mallet". (Coronel Tasso Fragoso. Historia da guerra da Triple Alianza,t.II,400)
 
Allí se hundió toda la posibilidad de triunfo paraguayo, pero el desconcierto de Mitre impedirá a los aliados aprovechar el triunfo. Si ese 24 de Mayo Mitre hubiera tenido conciencia de una victoria, habría ordenado la inmediata marcha hacia Paso-Pucú: López que se había jugado el todo por el todo, no estaba en condiciones de oponerle resistencia.
 
Pero Mitre no sabía -como en Pavón- si había ganado o perdido, y resolvió quedarse en Tuyuty hasta esperar lo que hiciera López. Esa demora habría de pagarse cara: fue un triunfo malogrado -"la victoria sin cabeza"- que engendraría la molicie y la indisciplina entre los triunfadores. Nadie mejor que Francisco Seeber ha descrito la situación difícil del campamento después del triunfo:
 
 
Montonera con música
 
"Hay una anarquía descomunal; cada cuerpo maniobra según el capricho y la inteligencia de su jefe. El coronel Chenault dice que somos una montonera con música y podría agregar también que con mala música. A los paraguayos prisioneros los hacemos pelear en nuestras filas; yo mismo tengo uno como asistente".
 
Las costumbres bélicas contraídas en Uruguayana no se habían perdido: prisionero que caía en poder de los aliados, o iba a sus filas como "voluntario de la libertad" o a los cafetales como esclavo.
 
La guerra estaba ganada, pero se tardaría cuatro años en acabarla. Los brasileños, que atribuían el triunfo a Osorio, se quejaban de que Mitre retardase las operaciones. Después de Tuyuty no quiso dejar el campamento, hasta que el 2º Ejército brasileño al mando de Marquéz de Souza, fuerte de 12.000 hombres, que se preparaba a entrar en Paraguay por la frontera brasileña, no viniera a reunírsele en su campo. Pero después, tampoco quiso salir esperando más refuerzos.
 
Marqués de Souza y Osorio se opusieron a Mitre (ambos proponían marchar contra Paso-Pucú y de allí a Asunción), pero "el General en Jefe era el General en Jefe". Osorio acabó por pedir su reemplazo; el mariscal Polidoro da Fonseca Quintanilla Sordao lo sucedió. Mucho nombre y mucho grado.
 
No solamente quedó inmovilizado el ejército aliado en Tuyuty, pese a la victoria. Tampoco la escuadra brasileña, no obstante su triunfo en Riachuelo, avanzaba por el río Paraguay hacia su objetivo preciso de Humaitá. Una picardía paraguaya detenía a los buques del intrépido Tamandaré: una hilera de damajuanas tendidas de costa a costa, que el almirante suponía que eran minas.
 
 
Fuentes:
 
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los países del Plata
- Rosa, José María. La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas.Edit.Huemul.1965
- Tasso Fragoso. Historia da guerra da Triple Alianza.
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

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17-10-2025 / 09:10
El coronel Juan Perón estaba preso. Nada se oponía a la restauración oligárquica y al retorno a la fraudulenta y corrupta Década Infame, interrumpida por la irrupción de la Revolución de Junio de 1943. Pero en ese momento la clase obrera se movilizó y desde ese instante se convertiría en un actor determinante del proceso político nacional.
 
Nadie la conocía aun. Carecía de antecedentes. Venía de abajo, del subsuelo de la Patria, y su marcha fue irresistible. Si había demorado en aparecer, lo cierto es que nadie pudo, desde entonces, olvidarlo jamás.
 
En la madrugada del 17 de octubre de 1945 comenzó una movilización de la clase trabajadora en los barrios populares del oeste de Capital Federal así como de las zonas industriales de sus alrededores.
 
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos, incitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Juan Perón, por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal.
 
Aquel 17 de octubre los trabajadores dejaron sus herramientas, apagaron las máquinas de sus talleres y fabricas, se subieron al tranvía o al ómnibus y se fueron a la Plaza de Mayo. Estaban dispuestos a dar la vida por Perón. Un nuevo ciclo histórico se iniciaba en la Argentina.
 
El 17 de octubre de 1945 marcó un antes y un después en la historia de nuestro país: más de un millón de trabajadores, coparon la Plaza de Mayo para exigir la liberación del que ya entonces consideraban su líder: el coronel Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, había instrumentado numerosas medidas que favorecieron a los obreros, sentando las bases de la movilidad social ascendente y permitiéndoles integrarse a un país que, hasta entonces, no los reconocía.
 
Setenta y ocho años después, recordamos aquella expresión de lealtad mutua: de los trabajadores hacia su líder, pero también de Perón hacia ellos, al visibilizarlos y, una vez en el poder, haber seguido defendiendo sus derechos. Sin arriar nunca las banderas del trabajo, la dignidad y la justicia social.

 
Escribe Blas García  

17-10-2025 / 09:10
El 17 de Octubre de 1945, Juan Perón fue rescatado de la cárcel por la masiva movilización de la clase trabajadora, exponiendo así la falencia del anciano régimen oligárquico antinacional -rapaz y parasitario- y la caducidad de los viejos partidos políticos seudo democráticos, sobrepasados por el proletariado, que de ahora en más, podía obtener reivindicaciones que ya no se pedían, se reclamaban, porque ya no se confiaba en la buena voluntad de los sectores dominantes sino en la propia fuerza de los trabajadores.

Ese día resurge la Argentina profunda, el subsuelo de la Patria sublevado, y reaparece para continuar escribiendo la historia de las masas populares, una secuencia que va desde las lanzas primero -con las montoneras federales del interior-, el voto después -con el radicalismo yrigoyenista- y por último los sindicatos obreros -con el peronismo-. Tres momentos en los que el Pueblo lucha para realizarse con el federalismo, la soberanía política y la democracia social.

Como consecuencia de la actuación revolucionaria de las masas populares el 17 de octubre de 1945, el justicialismo llega al poder y produce transformaciones en todos los ámbitos de la realidad del país. La Revolución Nacional, de Eva y Juan Perón, rompió con el modelo semicolonial dependiente, logrando la independencia económica, la justicia social y permitiendo importantes conquistas a los sectores populares. Una Nueva Argentina con el Pueblo de protagonista.

La terrible reacción gorila de la vieja Argentina oligárquica y autoritaria, en el golpe de septiembre de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del peronismo. Cómo los movimientos nacionales antecesores: el federalismo de Rosas y el radicalismo de Yrigoyen; solo se alcanzaron conquistas transitorias y fueron derrotados por la estructura de la injusticia y la dependencia. Revolución y contrarrevolución.

A partir de 1955, la exclusión política del peronismo produjo un proceso de Resistencia que ampliaría su perfil. Aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado. En esta lucha, el peronismo constituyó el agrupamiento de las fuerzas populares y proletarias, mientras que el régimen militar se identificaba con los intereses de la oligarquía, la burguesía entreguista y los partidos liberales.

Todos estos esfuerzos son partes de un mismo combate, en la que todavía no se han alcanzado triunfos definitivos. Corsi e ricorsi, la Patria aparece como un proyecto inacabado que debemos realizarlo plenamente hoy cuando el capitalismo globalizado pretende desembarazarse de las limitaciones que, a lo largo del siglo XX, le impusieran los Estados Nacionales y los movimientos sociales encabezados por la clase trabajadora, para aplicar sus políticas neoliberales de injusticia social.

Las medidas económicas impulsadas por Javier Milei y Luis Caputo están inspiradas en el más crudo neoliberalismo, que fue iniciado durante la Revolución Fusiladora, continuadas por la dictadura de Jorge Rafael Videla y por los votos en los gobiernos de Carlos MenemFernando de la Rua, Mauricio Macri y Javier Milei. Este tipo de recetas conservadoras y reaccionarias, que aumentan la injusticia quitando derechos sociales y agrandan la dependencia con el fuerte endeudamiento, siempre fracasaron, provocando resistencias populares y revueltas sociales. 


Por eso, como integrantes del Movimiento Nacional y Popular que cambió la historia política argentina, volvemos a levantar, como en 1945, el cuestionamiento del sistema neoliberal económico y social injusto y la necesidad de dar la pelea para cambiarlo. Con el peronismo, seremos una Nación independiente, y si nos sacamos la dependencia del capital financiero y del FMI volveremos al desarrollo económico. Caso contrario, podría retornar el neoliberalismo apátrida y seguiremos hundiéndonos aun más en la pobreza y la dependencia. 
La cuestión sigue siendo la misma, patria o colonia. El legado de la lucha continúa, hoy contra una de las formas mas crueles, brutales y salvajes de capitalismo, la de Javier Milei.


 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
 Escribe: Blas García 

 

15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

15-10-2025 / 09:10
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima, de Ejército y Marina respectivamente, pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. Este fue detenido y llevado a la isla prisión de Martín García.
 
El 15 de octubre de 1945, el capitán Miguel Ángel Mazza, médico y amigo personal de Perón, entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón"lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario". Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, general Ávalos.
 
El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida.
 
Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el almirante Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera excesiva buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
 
Por su parte, la embajada yanqui celebra la detención del Coronel: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista".
 
Pero los imperialistas yanquis se equivocan. Disconformes con la medida, amplios sectores populares comienzan a movilizarse en todo el país para exigir y reclamar la libertad del que comenzaba a ser su Líder. Lo hicieron como clase obrera, utilizando el medio de lucha de los proletarios: la paralización de actividades.
 
El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios tucumanos. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse. Y la cúpula de la Central Obrera, ante los reclamos de los gremios del interior, convoca al Comité Central Confederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen declarar una huelga general en todo el país.
 
Va madurando el histórico 17 de octubre.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.     

13-10-2025 / 20:10
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