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Sociedad e Interés General - 26-01-2022 / 08:01
EL 26 DE ENERO DE 1972 EL PJ OBTIENE SU PERSONERÍA JURÍDICA

El Partido Justicialista emerge de la proscripción y la ilegalidad

El Partido Justicialista emerge de la proscripción y la ilegalidad
El 26 de enero de 1972, el Partido Justicialista, como expresión electoral del Movimiento Peronista, proscripto desde 1955, vuelve a obtener su personería jurídica. Eran épocas de gobiernos civiles seudo democráticos (Frondizi, Illia) o dictaduras militares (Aramburu, Onganía, Lanusse) y se convivía en la ilegitimidad política como si fuera normal que así sea. Se daba por aceptado que el peronismo no podía participar de la vida política. De esto se beneficiaban todos los políticos gorilas, especialmente los radicales.
 
El 26 de enero de 1972, el Partido Justicialista, como expresión electoral del Movimiento Peronista, proscripto desde 1955, vuelve a obtener su personería jurídica.
 
Se vivía entre gobiernos civiles seudo democráticos (Frondizi, Illia) o dictaduras militares (Aramburu, Onganía, Lanusse) y se convivía en la ilegitimidad política como si fuera normal que así sea. Se daba por aceptado que el peronismo no podía participar de la vida política. De esto se beneficiaban todos los políticos gorilas, especialmente los radicales.
 
Pero, asediadas por el incremento de la protesta social, el fenómeno insurreccional con las sucesivas "puebladas" que se produjeron desde el Cordobazo en 1969 hasta mediados de 1972, y frente al creciente predominio de la guerrilla, las Fuerzas Armadas se vieron ante la necesidad imperiosa de producir una apertura política destinada al restablecimiento del libre juego democrático.
 
La dictadura militar de la "Revolución Argentina", continuadora del proyecto iniciado durante la llamada "Revolución Libertadora", lanzó un plan político: el Gran Acuerdo Nacional (GAN) que pretendía lograr una transición democrática controlada por el poder militar.
 
Luego de reconocer al PJ en la Capital Federal, la justicia electoral extendió la personería política al justicialismo en todo el país. No obstante, este reconocimiento, no implicaba que el proceso de legalización estuviera terminado.
 
En tal sentido, entre febrero y junio de 1972, se intentaría consolidar la estructura partidaria del PJ; formando las distintas conducciones provinciales y perfilando el camino de las candidaturas. 
 
En Córdoba se constituyó el Partido Justicialista y me tocó integrar la primera Junta Provincial del PJ, presidida por el legendario Ricardo Obregón Cano. El que esto escribe tenía 24 años y representaba a la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP).

La Legendaria Toma del Frigorífico Lisandro De La Torre
Escribe: Blas García



Partido Justicialista 
 
EL PJ fue creado en 1945 por Juan Perón y participó en las elecciones de 1946 con el nombre de Partido Laborista. Era un partido pequeño, de origen sindical, y con el aporte de otros sectores como la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, agrupaciones nacionalistas y el apoyo mayoritario de los trabajadores, consiguió llevar a Perón a la Presidencia.
 
El partido adoptó luego el nombre de Partido Peronista y más tarde Justicialista. El nombre provenía del lema del movimiento, que proclamaba la justicia social, la independencia económica y la soberanía política.
 
 
El golpe gorila y antipopular
 
El 16 de septiembre de 1955 se produce el golpe oligárquico contra el gobierno constitucional de Juan Perón, que significó la interrupción del proceso de liberación e independencia nacional. Los jefes militares del levantamiento, autodenominado la "Revolución Libertadora", asumen el mando y Perón marcha a un exilio que duraría 17 años.
 
Los partidos políticos respaldan el golpe. El Comité Nacional de la UCR brindó su apoyo al gobierno militar explicitando textualmente que "la revolución triunfante por el sacrificio de soldados, marinos, aviadores y civiles unidos por su patriotismo y amor a la libertad, abre una gran esperanza". Incluso radicales como Roque Carranza, Carlos Alconada Aramburú, y en Entre Ríos, Sergio Montiel, resultaron ser relevantes conspiradores, comandos civiles y luego funcionarios de la "Libertadora".
 
 
La represión militar
 
Se inició así un período de 17 años, en que el Partido Justicialista estuvo proscripto, no pudo participar en elecciones, aunque a veces lo hiciera bajo el rótulo de otros partidos, a los que se los denominó "neoperonistas".
 
Ante el rechazo popular, se agudiza la represión, llevándose a la práctica decretos como el 4.161, que desautoriza toda actividad peronista (se prohíbe y se castiga con la cárcel nombrar a Perón y a Eva Perón, tener sus retratos o símbolos, cantar la marcha peronista, etc.); se intenta destruir los sindicatos (se interviene la CGT, se asaltan los locales partidarios y se encarcela a los dirigentes más representativos); también se proscribe electoralmente al peronismo y se secuestran los restos mortales de Eva Perón.
 
En la génesis de todos los acontecimientos políticos populares estaba la lucha por el retorno de Perón a la Patria y al poder. Y con los justicialistas que resisten a la dictadura llenaron las cárceles del país, incluso el rehabilitando penal de Tierra del Fuego, como también cuarteles, comisarías y hasta escuelas y barcos.
 
El 22 de Febrero de 1956 estalla un polvorín militar en el Gran Buenos Aires, cerca de la General Paz, y se suceden diferentes atentados: comienza a hablarse de la Resistencia Peronista, una sorda resistencia inorgánica, asentada en la clase trabajadora, con tres polos de desarrollo: la fábrica, el barrio y los militares peronistas.
 
 
La epopeya de la resistencia
 
A los justicialistas no se les reconocía ningún derecho, y en esa tarea contribuyeron todos los partidos políticos, las corporaciones económicas. La Iglesia, en silencio absoluto.
 
La exclusión política del peronismo, produjo un proceso de resistencia que cambiará el perfil del justicialismo. A partir de 1955 el peronismo aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado.
 
El activismo peronista luchaba infructuosamente por el retorno de Perón, realizando sus intentos por la vía del levantamiento cívico-militar, acciones de resistencia por métodos encubiertos, "trabajo a tristeza", sabotajes, colocación de explosivos, paros gremiales, atentados, ataques con bombas "Molotov", etc.
 
Eran las épocas en que John William Cooke es nombrado Delegado Personal del general Perón para encabezar la resistencia y se levantan los programas obreros revolucionarios de La Falda (1957) Huerta Grande (1962) y el Programa del 1° de Mayo de 1968 de la CGT de los Argentinos.
 
 
El peronismo busca alternativas
 
El peronismo proscripto buscó formas alternativas para expresarse. Lo encontró en el movimiento sindical organizado, como la C.G.T. o las 62 Organizaciones. Este movimiento sindical presionó, hostigó, actuó como verdadera oposición política.
 
Además, el justicialismo participaba, aunque estaba proscripto, en las elecciones apoyando a otros candidatos en contra de los radicales, que eran los representantes civiles de la dictadura militar.
 
En 1958 hay elecciones generales con el peronismo proscrito. El general Perón ordena votar a Arturo Frondizi, quien gana. Y en 1960 se realizan elecciones en todo el país para renovar parcialmente la cámara de Diputados. La expresión del peronismo proscrito, el voto en blanco, vuelve a ser mayoría.
 
 
Frondizi y el Conintes
 
Luego vendrá el plan represivo Conintes, ideado por los militares antiperonistas y Frondizi como una maquinaria jurídico-militar encargada de encarcelar a militantes, desarmar organizaciones de base y dejar cesante a trabajadores por su filiación peronista. Durante su ejecución, fueron cerradas muchas unidades básicas y sus dirigentes sufrieron persecución y cárcel por defender los ideales y a sus compañeros.
 
En 1962 se produce la concesión de las elecciones, con participación del peronismo, porque Frondizi, acaso en su ceguera final, creía que sería derrotado. Triunfa el compañero Andrés Framini en la provincia de Buenos Aires y se acaba todo. Las provincias donde triunfó el peronismo son intervenidas y los comicios anulados.
 
Los años 62 y 63 fueron un lapso durante el cual el sindicalismo peronista no sólo mantuvo su poderío, sino que logró acrecentarlo con la recuperación de la C.G.T.
 
Se hacen más nítidas las dos tendencias dentro del movimiento sindical, características de toda la década: el vandorismo negociador por un lado, y un sector más combativo, dispuesto a la confrontación, por el otro.
 
En 1963, por decreto el gobierno de Guido, sucesor de Frondizi, establece que el nombre de Perón o Peronismo, así como cualquier otro símbolo o denominación afín, quedan prohibidos bajo pena de perder todo derecho político quienes lo utilicen con fines electoralistas. (Una reedición recalentada del decreto 4161)
 
En 1965, el Peronismo (a través de la Unión Popular) gana las elecciones provinciales. El Peronismo proscripto gana en 9 provincias y obtiene 44 diputados nacionales. El voto en blanco triunfa en todo el país y el candidato radical Arturo Illia, con apenas el 24 % de los votos asumirá poco después la presidencia.
 
 
El golpe de Onganía
 
En junio de 1966 el presidente Arturo Illia es derrocado. Con la Revolución Argentina asume como presidente el general Juan Carlos Onganía. El golpe militar se produjo para evitar el triunfo del peronismo en las elecciones a gobernador en la Provincia de Buenos Aires, que tenían que celebrarse en marzo de 1967.
 
Mediante la Ley 18,894 Onganía prohíbe toda forma de participación política, consustanciado con la Doctrina de Seguridad Nacional. Se pone fin a la autonomía universitaria y las facultades son intervenidas violentamente en lo que se conoce como Noche de los Bastones Largos.
 
 
El Cordobazo
 
A partir del golpe de 1966 la verdadera oposición al régimen gorila irá surgiendo cada vez más de las filas de la juventud.
 
Como consecuencia de la derogación de regímenes laborales por parte del gobierno, los trabajadores de varias provincias inician movilizaciones y huelgas.
 
En Corrientes, en un enfrentamiento entre estudiantes y policías muere el estudiante Juan José Cabral. En Rosario muere el estudiante Alberto Ramón Bello,  se realiza una marcha de protesta por la muerte del obrero metalúrgico Norberto Blanco.
 
El 29 de mayo de 1969 se produce el Cordobazo, un estallido popular contra la dictadura, con enfrentamientos violentos de las fuerzas de seguridad con trabajadores y estudiantes.
 
 
"Luche y vuelve"
 
En 1971, asume el general Alejandro Agustín Lanusse, que encarna el poder real en la última fase de la Revolución Argentina. Será el encargado de preparar la vuelta a una democracia tutelada por el poder militar.
 
En 1972 el Partido Justicialista obtiene su personería y Lanusse anuncia las elecciones nacionales para el 11 de marzo. El 17 de noviembre, luego de diecisiete años de exilio, Juan Perón retorna a la Argentina.
 
El eje del "luche y vuelve" y de la campaña electoral de 1973 fue la militancia de la Juventud Peronista.
 
En 1973 se produce una cómoda victoria peronista en los comicios. Termina el duro período de 17 años de persecuciones y atropellos, con la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima que triunfa por el 49% de los votos (Cámpora al gobierno, Perón al poder, era el lema de la militancia).
 
El FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) fue el instrumento electoral utilizado por el peronismo en esta circunstancia, del que formaron parte otros partidos menores.
 
Escribe: Blas García

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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

07-07-2025 / 19:07
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